Algo corto

- Te he dicho que no - negaba cierta pelinegra, a una castaña que tenía una mochila colgada

- ¿Por qué no? - volvió a insistir

- No puedes vivir en mi casa

- ¿Por qué no puedo vivir en tu casa? Yo podría...

- ¿Tú podrías qué? No tienes dinero que darme –

- Eso lo sé, pero...- la adorable castaña pensaba con qué podría convencer a la pelinegra - Tú, ¿Tienes mascotas? - tuvo una gran idea

- No, no tengo ninguna mascota –

- ¿Qué te gustaría más un gato o un perro?

- Me gustan los perros pero los gatos se me hacen lindos - dijo con una gran sonrisa

- Entonces yo puedo ser una

- ¿Qué? - dijo confundida la pelinegra

- Yo puedo ser tu mascota, puedo convertirme en un adorable y tierno gatito - dijo con una gran sonrisa

- Estás loca, no puedes hacer eso –

- Sí puedo - volvió a sonreír - La mayoría de personas que me han conocido piensan y dicen que me comporto como un gato y...

- Estás loca, no puedes ser una mascota, ¡Por dios eres un ser humano! ¡Humano! –

 
- No tengo dinero, tampoco un lugar donde vivir, lo único que tengo es sólo una mochila vieja - sacudió aquel objeto que llevaba colgado en el hombro para enseñarle a Tiffany - Y unas cuantas prendas, así que...

- Te he dicho que no - negó una vez más la pelinegra

Casa de Tiffany:

- Está será tu habitación - la dueña de casa le mostraba el lugar a aquella chica tierna y adorable - ¿Qué te parece?

- Perfecto - dijo con una gran sonrisa

- Coloca tus cosas y ven a la sala - la dueña de la casa salió de aquella habitación, dejando a la sonriente cas