El Accidente

Por Accidente

Tiffany Hwang una joven pelirroja oficinista de unos 24 años, literalmente un golpe la hizo reaccionar.

Trabajar casi 12 horas diarias para esperar un fin de semana reconfortante en cual poder descansar en casa, era el gusto de la pelirroja que lastimosamente tenia que cambiarlo, quedarse en casa recluida no era un opción para la audaz de su novia, por el contrario, era una chica fiestera a la cual no se iba a quitar esa alma activa pronto. No ayudaba el lugar donde ambas trabajaban, la misma oficina, donde las fiestas no faltaban, las necesarias, reuniones de agradecimiento las llamaba el jefe.  El típico evento laboral, en el que hay que vivir o morir, es decir, convivir con tus compañeros o hacerte la importante y apartarte de la multitud.

Tiffany era un poco de ambas, convivía un poco y otro tanto se alejaba, le gustaban las fiestas como a cualquier mujer de su edad simplemente no le gustaba compartir con sus compañeros de trabajo, esas personas que ve a diario, de las que escucha habladurías ir y venir, por las que no se ha salvado de verse envuelta en uno de tantos chismes cotidianos, verlos en esas reuniones animados, embriagarse juntos, tomarse fotos, hacerse bromas. ¿Era posible tanta hipocresía? Eso le molestaba y por ello no se fiaba, pero otro día en que su querida novia la convencía de ir con el vivir o morir, algo como “si no vas el lunes terminaran hablando de ti y de paso de mi” “pensaran que tenemos problemas ¿quieres eso?”

Para esta ocasión apenas logro resistir unos 20 minutos con la multitud antes de irse a buscar un espacio para respirar. Como cualquier oficinista saco un cigarrillo, lo llevo a sus labios un par de veces hasta que unos pasos se escucharon próximos.

-Eres tú. –Reconoció a su compañero de trabajo, un joven alto y moreno.

-¿Por qué tan sola? –Ella simplemente negó antes de volver a llevar su cigarrillo a la boca. -Sorprende que tu novia no este pegada a ti. En los tiempos libres en la oficina siempre están juntas, creí que su vida diaria lo era igual.

-Lo es, ahora se encuentra con el grupo de alocados, creo que iban a jugar a la botella, ya sabes con ellos la diversión nunca termina.

-¿De verdad le van esos juegos de adolecentes?

-Ni yo misma lo comprendo.

-Bueno a mí no me van pero con tal de tener posibilidades de besarme con las más lindas de la oficina lo haría, iré a ver si me integran. –El joven se alejó a pasos rápidos iba enserio con lo que dijo.

-Metiendo intriga, aunque esta vez. . .Tiene un punto. –Tiffany no término su cigarrillo, la invadió la desesperación o curiosidad se decía ella, camino hasta donde se supone se encontraba su novia y la bandada, la imagen que vio no le hizo gracia. Se besaba con uno de los empleados temporales. Aplaudió para llamar la atención.

-Tiff cariño. ¿Juegas? –Pregunto con cierto descaro su novia.

Los presentes estaban a la expectativa. ¿Pelearía la pareja gay de la oficina? ¿Cómo es una pelea entre dos mujeres? Un buen espectáculo estarían por presenciar.

-Claro. –Sonrió con su eye smile dejando mudos a todos, incluyendo a su novia quien pensaba que la pelirroja se marcharía sin hacer escándalo. Tomo asiento al lado de una de las secretarias y el juego continuo.

Todo iba normal, retos tontos, revelaciones sin sentido, era patética peor que estar con verdaderos adolecentes.

-Tiffany, te toco.

-Después de tanto. –Fingió ánimo. -Que nervios. No sean duros preguntando.

-Pregunta, quién ha dicho eso? Queremos beso donde compartas saliva

-Vamos no pidan eso, ya nos han visto besar. –Respondieron por ella.

-Beso contigo no, eres su novia. Quiero que se bese con el caballo.

Todos sabían que el pobre chico apodado caballo siempre había estado enamorado de Tiffany, ese amor imposible. La novia de Tiffany se opuso, intento detener ese beso pero fue inevitable Tiffany término por besarse pasionalmente con Park Jung Min. El juego llego a su final después de eso, les basto esa escena para quedar satisfechos por ese momento.

-Tiffany, lo… lo siento. –Jung Min tenía dificultad para hablarle cara a cara. –Sobre eso

-Tranquilo, solo fue un juego tonto, no lo pienses demasiado.

-Besas muy bien.

-Mi novia dice lo mismo, gracias. –Le sonrió un poco.

-Ven. –La mayor paso a su lado molesta.

Tiffany le sonrió por última vez antes de alcanzar a su novia.

-¿Qué sucede?

-¿Y todavía preguntas? Sínica, deberías estarme pidiendo perdón.

-fuiste tú quien beso primero al temporal, me he quedado callada porque como le explique a Jung Min, es un juego.

-Lo disfrutaste, y le gustas a él. Yo te lo quise evitar pero al parecer tu querías hacerlo, no sabes lo enojada que estoy.

-Te calmas, recuerda tus palabras,  mañana van a estar hablando de nosotras porque hemos peleado.

-No uses mis frases contra mí.

-Cuando te enojas actúas como loca.

-Y tu cuando te lo propones, te portas como una estúpida.

-De verdad nos estamos peleando por una estupidez en la cual tu decidiste participar primero. –Tiffany no le dio tiempo de responder porque continúo atacando. -Cada que hacen ese jueguito de la botella participas, a este paso con cuantos de la oficina te has besado? –Recibió una bofetada en respuesta. -¿Qué te pasa?

-Me has llamado fácil, discúlpate ahora, ya.

-¡¿Qué?! No te llame fácil.

-Lo hiciste ver, para que te lo sepas no voy y me beso con todos y si lo hiciera es porque tu no estas allí, siempre te apartas de todo, eres una antisocial y eso ya me tiene cansada.

-¿Qué?

-Siempre te tengo que arrastrar a estos eventos y luego lidiar con tu mal humor.

-Nunca me dejas quedar en casa, tienes la culpa y como no quieres que este de mal humor si les sonríes a todos.

-Es eso o que hablen de mí, entiende el sistema de una vez, no puedes luchar contra la corriente.

-Tampoco me quiero hacer parte de ella, sonriéndole a todos.

-Suficiente, seguimos esto en casa, no quiero que alguien se entere de esto.

-Estas sumida en el maldito que dirán. Me largo a ver cómo les explicas que me fui.

-Les diré que te sentías mal. Adiós. –Regreso con la multitud.

Tiffany no se creía lo que acababa de suceder. -Le acaba de dar la vuelta a todo y ponerme como la mala. . .¡Pero que desgraciada!

Verdaderamente molesta se dirigió a la motocicleta para irse. –Encima me hizo comprar esta estúpida moto, todavía se siente chiquilla, es por eso que hace tanta estupidez, no sé cómo puedo estar con ella.

 

Hospital de Seúl.

-Nadie se quedara en emergencia. ¿Puedes creerlo?

-Daniel, eres mi superior y todo eso pero esta vez no me quedare a cubrir emergencias, la razón es simple, odio que no me avisen con tiempo.

-En casa nadie te espera.  –Su comentario fue un tanto fuera de lugar. –Quiero decir. ¿Tenías planes o algo?

-No.

-Por favor quédate, te prometo que será la última vez que te lo pido tan repentinamente.

-Lo mismo prometiste la semana pasada. La respuesta es no, quédate tú, nos vemos mañana.

-Tan cruel como siempre.

 

Ella era una doctora joven, con poco más de 4 meses de contratación. Se confiaba poco en ella pero el doctor Daniel era de los pocos que la respetaban, le encomendaba cosas relevantes como la sala de emergencias aunque podía ser perjudicial para alguien recién llegado, un error en esa área hasta podría hacerte caer en la cárcel, quizás ese era el miedo de muchos, la novata debía ser tratado como menos, hasta que se hiciera de años o prestigio.

El coreano americano se dirigió a la sala de emergencia, agradecía que las cosas estuvieran tranquilas, como siempre no había mucho que hacer en un hospital privado, regularmente todo caía al hospital general y no a hospitales de paga alta. La calma no duro mucho, una persona grave por accidente automovilístico llego, el junto a los enfermeros se movieron rápido, dio un par de órdenes para atender a la joven paciente, maneja las cosas bien hasta que la presión cayo.

-Doctor Henney, tenemos otro paciente.

-Atiéndanlo.

-Viene más grave, no sabemos qué hacer.

-Quédense con ella, espero no tardar. –Cuando se dirigió con el otro paciente se llevó una sorpresa.

-Regrese, me quedare en la sala de emergencias después de todo tenías razón en casa nadie me espera.

-Me llegas como ayuda divina.

-Tampoco exageres.

-Hablo enserio, tengo dos pacientes graves, te dejare al que llego primero, cuidado si te equivocas puede morir.

-¿Qué tiene y donde esta?

-En la habitación 2 de emergencias. Sufrió un accidente automovilístico, corrección, ella iba en motocicleta y se volcó.

-Lo de siempre, los chicos de hoy en día no entienden.

-En realidad es una mujer joven más o menos de tu edad.

La curiosidad le ataco y acelero el paso a la sala de emergencias encontrándose a su nueva paciente, una joven inconsciente y llena de sangre.

-No puedo dejarla morir. . .

 

La velocidad, la ira, el poco manejo que tenía en aquella motocicleta. Todo fue muy rápido, de ver las luces de la cuidad a ver la oscuridad y luego la claridad mientras se sentía aturdida.

El techo blanco desconocido, comenzaba a imaginar donde estaba pero lo desorientada que despertó no le permitía lograr mucho, un dolor en la cabeza la invadió.

-Buenos días. –La figura de una mujer, un rostro lindo con piel blanca y lisa.

-¿Estoy en. . .

-Aquí vamos. –Rodo los ojos esperando la típica frase.

-¿En el infierno? –Seguía desorientada pero no ciega.

-Vaya. –La doctora no espero aquella pregunta. -Diez puntos positivos por la originalidad y 40 puntos negativos por la ofensa, como vas a remediarlo ahora?

-Ustedes es tan bella como el infierno.

Soltó una risa sonora sorprendiendo a más de un enfermero. –Perdonada. ¿Me puedes decir tu nombre?

-¿El mío?

-Si quieres el del fantasma que está a tu lado.

-Que atrevida. –Se sintió ofendida. -No recuerdo mi nombre.

-Me disculpo, no quería molestarte y de hecho supuse que no recordarías.

-¿A qué se refiere?

-Intenta moverte.

-No siento mi cuerpo. –Su expresión se tornó asustada.

-Antes de que te asustes te aclaro que no estas lisiada, ni mutilada, solo bajo anestesia, por eso no sentirás tu cuerpo las siguientes horas, en las próximas horas iras recordando todo, es normal que despiertes aturdida.

-¿Qué me paso?

-Tu motocicleta se volcó. Llegaste anoche.

-Motocicleta. . . ¿Tengo una moto? No puede ser, yo soy una niña bien. –Lo dijo con un tono juvenil bastante gracioso haciendo sonreír a la doctora por segunda vez.

-¿Recuerdas tu edad?

-17 años.

-Es más grave de lo que pensé.

-¿Qué tengo?

-Amnesia momentánea, no tenemos datos tuyos pero debes tener unos 10 años más de los que piensas, permíteme un momento. –Se perdió fuera de la habitación.

-. . . 10 años más. . . tengo 27?

Mientras Tiffany intentaba recordar cosas o por lo menos el accidente, una mujer vestida de doctora interrumpió.

-Tiffany. . . Si eres tu. –La miraba con preocupación. -Mi hermosa. –Murmuro.

-¿Ah? ¿Ese es mi nombre? Disculpe, tengo amnesia.

La doctora se hundió en sus pensamientos, una sonrisa maliciosa se formó en sus labios.

-Amor, soy tu novia. –Tomo su mano. –No te preocupes, voy a cuidar bien de ti.

-¿Mi novia? –Los labios de aquella doctora se posaron sobre los suyos impidiéndole hablar, la anestesia inmovilizando su cuerpo le impidió quitársela.

-¡Pero qué está pasando aquí! –Grito otra mujer molesta ya dentro de la habitación. –¡Tiffany!

-No, no lo sé. –Se excusó Tiffany saliendo del trance del beso que para nada le disgusto.

-Creí que estabas sufriendo pero veo que te diviertes besando a tu doctora. –Se escuchaba dolida.

-¡Es que yo no sé nada!

-Me estas tomando el pelo. Un momento no es esta tu ex? –Reconoció a la doctora.

-Piérdete. –Le dijo ella sonriente.

-Piérdete tú, soy yo su novia, la nueva a la que si quiere y con la que está ahora. Crees que porque esta postrada en esa cama puedes aprovecharte, te denunciare.

-Eres una loca.

-¿Quién eres tú? –Pregunto Tiffany entre la discusión.

-¿Cómo que quien? Soy tu novia. ¿De qué va esto?

-No le hagas caso, soy yo tu novia.

-Deténganse, no es gracioso. –Tiffany hablo seria. -E perdido la memoria, no se burlen de mí.

Las dos mujeres empezaron a discutir muy enojadas hasta que la doctora anterior entro.

-¡Yo soy la novia! –Dijeron al tiempo.

-¡¿Qué demonios?! –Les pregunto molesta por el alboroto.


¿Pueden descifrar quién es quién? La novia, la ex y la doctora en turno. :)

Tiffany entre dos mujeres y con amnesia, pobre.

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Comments

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Jeti48 #1
Chapter 1: I miss jeti so im here :))
DollySweet
#2
Chapter 5: Awww me encanta el jeti ♡
sonyeshidae
#3
Chapter 5: mas no puede acar asi epilogoooo
Wapaniie
#4
Excelente historia, corta pero hermosa -w- espero leerte con otra muy pronto :33

¡Saludos!
jumbo4 #5
Chapter 5: Solo la parte adonde le dice que porque era lo.mejor disponible estaba con ella no me gusto :'( pero creo que cumpliste mucho mis expectativas ;) :*
SoshiV
#6
Chapter 5: Me gusta me ha gustado, quisiera más (? (? (?
Sone4everTaeny
#7
Chapter 5: En serio? Tan ràpido me gusto much pls Nami dime que habrá épilogo por favor TTwTT i need a overdose of Jeti in my life
jessjung_dew
#8
Chapter 5: Jess es poco romantica -......... puede ser un paro cardiaco! jajajajaja oh estos dialogos son muy buenos XD
jessjung_dew
#9
Chapter 5: Sabes? yo crei que Tiffany seguiria enojada ..jajaja pero veo que aunque dolieron esas palabras le ayudaron a abrir los ojos. gracias por terminar esta historia. XD Me encanto.
jessjung_dew
#10
Chapter 4: Yo sabia que Jess es demasiado directo , pero aqui que relajo! Tiffany se ofendio hahahaha hace poco lei un fic acerca de la franqueza de Sica y en ella le dio un cumplido a Fanny, y fue tan cool hahahha le dijo cucaracha.................... hahaha en fin......... Yo creo que aveces las verdades duelen y a Fanny no le gusto escucharlas y Jessica..., a ella se le paso un poco la mano, no? XP

un cap para el final? ya tan pronto! y me estas dando lo q no me gusta y argghh *apretando los dientes* se quedara asi? Kahi de verdad renuncio? y Tiff se queda en la edad media? XP vuelve pronto!!