La pelirroja levantó el rostro para encontrarse con que el castaño había bajado su cara para verla. Sus miradas chocaron al igual que los pechos de ella que se apretaban contra su torso y sus manos que, sin querer, tocaban el trabajado abdomen del varón; mientras los dedos de él rodeaban su delicada cintura. La temperatura incrementaba en cada uno debido a su cercanía y sus cálidos alientos se mezclaban… Cerraron los ojos al mismo tiempo, antes de fundir sus labios en un beso que ambos necesitaban con urgencia.

Los ágiles labios de él estaban fascinados con los carnosos labios rojos que respondían a sus caricias con una pasión igual a la suya. Taeyeon mordió el labio inferior de la mujer, quien entendió el mensaje y al instante abrió el acceso a su boca, donde sus lenguas se encontraron y comenzaron la sensual batalla. Mientras ambos luchaban por explorar más que el otro, las fuertes manos del castaño recorrían la espalda de la pelirroja, encontrándose con el zipper de su vestido rosa y bajándolo con rapidez.

Tiffany rompió el beso francés, pero continuaba besando la blanca piel del varón: sus labios hinchados devoraban el perfecto mentón y la mandíbula del hombre. Le quitó la corbata y la arrojó al suelo, al mismo tiempo que él la cargaba y recostaba sobre el sofá.

La coreano-americana desabotonó cada uno de los finos botones con los dientes, dejándole así la camisola abierta y su perfecto abdomen a la vista. Su mano derecha comenzó a recorrer sus fuertes músculos y la izquierda trataba de colarse debajo de su pantalón para acariciar esa erección que crecía a cada segundo; ahogó un gemido al sentir como la lengua del castaño recorría su cuello, su clavícula y el nacimiento de los senos que habían quedado al descubierto porque su vestido le llegaba hasta la cintura. 

Taeyeon se separó un poco de su cálido cuerpo para abrirse el cinturón y bajar su pantalón; Tiffany lo tomaba del cuello, esperando ansiosa por, el que sabía, sería el mejor o de su vida.

El castaño estaba bajando el zipper de su pantalón, cuando escucharon el sonido del timbre resonar por todo el apartamento. Ella intentó que él ignorase el ruido, debería tratarse de un vendedor, así que lo besó de nuevo. Taeyeon estaba cediendo a la pasión otra vez, acariciando los muslos descubiertos de la mujer…

 -¡Stephanie, sé que estás allí!-la elevada voz de Jessica era acompañada de golpes en la puerta y el sonido del timbre que no dejaba de escucharse-Olvidé los condones y también las llaves, por eso no puedo entrar por ellos-Explicó la castaña quien ignoraba que su intromisión había hecho que Taeyeon huyese buscando un baño donde arreglar su ropa y ocultar su fuerte erección, mientras Tiffany se levantaba furiosa del sofá, apenas subiéndose el vestido de muy mala gana.

 -¿Tiffany, estabas masturbándote?-preguntó la americana al ver a su amiga despeinada, sonrojada, con el vestido hecho un desastre y muy agitada-¿Dónde los dejé?-murmuró para sí, tomando sus llaves que estaban en la mesa del recibidor y corriendo por todo el apartamento buscando los preservativos.

La pelirroja contaba hasta cien para no correr hacia la cocina, tomar un cuchillo y matar a su amiga por interrumpir en tal ocasión. ¡Dios, estuvo a punto de tener relaciones con el padre de su hijo! Se dejó caer en el sillón y se llevó las manos al cabello tratando de ordenarlo un poco. Un dolor pulsante se hacía presente en su cabeza.

-Fany, creo que Yoona dejó la puerta del baño cerrada, como siempre, y no puedo entrar por mis condones-se quejó Jessica, quien tomó asiento frente a su amiga.

-El baño está ocupado, idiota-dijo de mala gana la mujer embarazada. ¿Con que cara vería a Taeyeon Kim después de lo que estuvieron a punto de hacer?

La mayor iba a preguntar quién estaba en el baño, pero la respuesta llegó por si sola.

-Creo que es momento de retirarme-informó el castaño quien trataba de no ver directamente a Tiffany-Más tarde te diré la fecha y hora del evento. Pasaré por ti. Hasta luego-se despidió con un movimiento rápido de la mano y se marchó con velocidad, sin esperar la respuesta de la madre de su hijo.

A Jessica le tomó medio minuto entender lo que había ocurrido. La manera en que encontró a su amiga, la cual era muy parecida al desorden en que se marchaba el heredero Kim, le decía todo.- ¿Tuviste o con Taeyeon Kim?-cuestionó elevando su grito al grado de delfín, corriendo para sentarse al lado de su amiga.-¿Cómo lo hace? ¿Es bueno? ¿Misionero, doggy style, flor de loto o 69? ¿Lo tiene grande?-bombardeó a la pelirroja con sus no-inocentes cuestionamientos.  

-No puedo responder a ninguna de tus preguntas-dijo de mala gana-Porque alguien llegó a interrumpirnos antes de poder hacerlo-clavó su mirada furiosa en Jessica.

-¡Lo siento tanto, Tiffany!-le juró la castaña con tristeza-Siendo Taeyeon un dios griego, de seguro te privé de la oportunidad de tu vida.-la mayor, sin intentarlo, derramaba sal y limón en la herida.

-Jessica Jung, mejor vete antes de que te mate-amenazó la menor.

Jessica entendió a la perfección así que corrió hacia el baño y buscó los preservativos, sin encontrarlos. Recordó que la noche anterior se los habían acabado. Yuri Im resultó ser un toro salvaje en la cama, quien usaba unos 6 condones por noche en promedio. La castaña prefirió no decirle nada a Tiffany y fingir que los llevaba en su bolsa, huyendo del departamento al instante. Su mejor amiga de seguro la empalaría viva por interrumpir su momento con Taeyeon Kim por nada.

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-Te ves…preciosa-expresó con sinceridad el varón, mirando asombrado la belleza de la pelirroja.

Taeyeon Kim llegó puntual por la mujer para asistir a la cena de empresarios, pero cuando se abrió la puerta del apartamento se olvidó del tiempo y del espacio al observar a la hermosa dama frente a él. Stephanie Hwang portaba un vestido color azul, largo y ceñido a su cuerpo, resaltando su cintura y sus senos de una manera elegante. Su cabello rojizo estaba peinado en delicadas ondas y su rostro parecía de porcelana, con una suavidad digna de las plumas de un ángel.

-Gracias, Taeyeon-dijo la americana con una sonrisa que alcanzó sus ojos. Sus labios rosas invitaban al castaño a darle un beso como el primero que habían compartido. Taeyeon borró el pensamiento al instante. Entre ellos no existían sentimientos, sólo lo hacían por su hijo.

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