Odiaba esa mezcla de sensaciones donde el ingrediente principal era el miedoso nerviosismo. Respiró profundamente y cerró los ojos. Todo va a estar bien, todo va a estar bien. Se repetía constantemente mientras se encontraba desprotegida en esa cama fría y esterilizada. De pronto sintió un par de manos cálidas que tomaban las suyas con cariño, intentando transmitirle calor a sus manos que casi alcanzaban una temperatura bajo cero. 

-Tranquila, Fany, has llegado muy lejos en esto-dijo la hermosa pelinegra que estaba a su derecha: Yoona Im. Miró su amplia sonrisa que consiguió calmarla un poco.

-Hemos llegado muy lejos-corrigió con fingido enojo la castaña que estaba a su izquierda, su mejor amiga en todo el universo: Jessica Jung.-No te rindas, Tiffany. Lo que falta es lo más importante-las palabras salían con dulzura de sus finos labios.

Tiffany Hwang agradeció al cielo el no encontrarse sola en la aventura más loca de su corta existencia. Las tres bellezas observaron cómo se abría la puerta del consultorio y por ella cruzaba el apuesto doctor Yunho Jung, el primo de Jessica, el mejor médico de todo EUA en casos de infertilidad.  La pelirroja sintió un último escalofrío recorrer su espina dorsal. Tenía que ser fuerte…no podía echar a perder todo lo que había hecho por meses con ayuda de sus fieles mosqueteras.

-¿Cómo se encuentra la futura mamá?-preguntó el alto castaño, quien con ayuda de dos enfermeras, preparaba los detalles finales para la pequeña operación que realizarían.

-Bien…-fue la única palabra que pudo abandonar sus labios que de repente se sentían secos.

-Noto a alguien nerviosa en este cuarto-comentó estirando los guantes estériles para iniciar con el procedimiento.-No te preocupes, Tiffany. Esto es muy sencillo y lo hemos platicado. Además, estás en las mejores manos.-Comentó el médico con una sonrisa galante, lo que ocasionó un gruñido de su prima.

-Atente a ser un profesional, Yunho. Fany es mía-alegó Jessica con su característica mirada de hielo.

-¡Jessie! Déjalo trabajar-pidió la pelirroja que había logrado tranquilizarse para no entorpecer los procedimientos que se realizarían.

-Bueno, Tiffany, es hora de implantar el embrión-sentenció el hombre cuando todo estaba listo para comenzar-muy pronto tendrás a tu bebé dentro de tu vientre.

Al fin…Al fin tendría ese hijo que tanto necesitaba.

Flash back

Tiffany Hwang, una de las estrellas de la alta sociedad de New York. De una herencia genética que la brindó de una belleza cautivadora, y única heredera de una poderosa familia en la industria de la joyería que le otorgó sólo lo mejor de cuanto existía en el mundo.

A sus 23 años, Tiffany tenía todo cuanto podría desear una mujer. Una carrera brillante y un futuro prometedor. ¿Un hombre en su vida? Eso no era necesario. Ella disfrutaba de su soltería al máximo, asistiendo a las mejores fiestas y viajando por el mundo cuando quería.

Pero un problema se cernía sobre su amada soltería… En su última cena familiar con sus padres, tíos y el patriarca de los Hwang: su adorado abuelo; le recordaron aquello que había olvidado desde el inicio de su madurez… La única manera en que ella fuese la dueña de la mayoría de las acciones de Hwang Co. y la poseedora de una de las minas de diamantes más grande del mundo; consistía en que ella tendría que tener un hijo antes de cumplir 25 años, porque así lo establecía el testamento de su abuelo y esa regla se había aplicado generación tras generación. 

Al día siguiente, corrió desesperada en busca de ayuda en sus dos amigas. Jessica le aconsejó acostarse con algún amigo, sin compromisos; pero Tiffany se negó alegando que no quería darle su cuerpo a alguien por motivos tan egoístas, además nada le aseguraba que quedaría embarazada a la primera. Yoona le dijo que lo hiciera con alguno de sus exnovios, pero la pelirroja ni siquiera lo consideró porque todos ellos habían sido unos completos patanes. 

Un día la mayor de las tres llegó con la idea que podría ser su única opción.

-Consigue de un banco de esperma y hazte una fertilización in vitro-Jessica contó la brillante idea que se le había ocurrido la noche anterior mientras bebía su vodka favorito de las piernas de Hara, una de sus amigas con derechos.

-Are you going crazy!?-gritó con un volumen tan alto que casi las corrían del café donde se encontraban.

Yoona no podía parar de reír al imaginarse a su amiga recibiendo un tratamiento para la infertilidad sólo porque se negaba a hacerlo con algún hombre.-La idea de Sica es buena, es más, creo que es la última alternativa viable para ti.

-El problema no es el proceso médico, sino el usar los espermatozoides de un desconocido-dijo muy bajito y acercándose a sus amigas para que nadie aparte de ellas la escuchase.

-Mira, Stephanie Hwang,