Es común que los estudiantes pasen la mayor parte del día estudiando, yendo desde las 7 de la mañana a las escuelas normales, para salir en la tarde a cumplir con deberes extracurriculares, para luego ir a escuelas de refuerzo de ciencias, economía, atletismo e idiomas. Los padres solo quieren el mejor futuro para sus hijos, de ahí que los niños estudien incluso hasta después de las diez de la noche. No todos cumplen con esta costumbre, pero entre mas clases ocupen sus hijos mas prestigio obtienen y mejor es el colegio o universidad en la que aspiran a entrar. Ese es el caso de Lee Suhoon, que desde los 6 años ha estado asistiendo a clases de refuerzo todos los días, todo el día, todos los años, incluso durante vacaciones.

Al entrar a esta nueva escuela lo primero que pensó fue dejar de ser el mejor en todo, crearse una nueva fama, disfrutar sus nuevos 3 años sin el fastidio de ser el líder del alumnado de nuevo. Pero fallo al ser escogido para dar el discurso de la ceremonia de entrada. No quiera ser líder, nunca quiso entrar en una escuela especializada en economía y política. No era lo suyo. Pero nunca supo decir “no” a su familia, nunca pudo negarse a algo que pudiera quitarle la mascara de hijo/estudiante modelo. Su imagen era algo que le costaba quitarse de encima, era algo que le tomo años crearse y no iba a desechar, no importaba el echo de que el mantenerla, lo tuviera lejos de todos los demas y de lo que mas amaba.

Suhoon estaba observando un libro de francés, fingiendo estudiar, mientras pensaba en como zafarse de las clases del día siguiente. Después de casi un año, por fin se consiguió un nuevo juguete con el cual distraerse mientras terminaba el curso, tal vez menos tiempo, todo dependería de que tan interesante resultara el chico. ¿Se llamaba Park Hyunchul? a veces se olvidaba del nombre, pero no del rostro, era de los pocos alumnos que llamaron  su atención desde que entraron el año pasado, pero nunca tuvo la oportunidad de abordar.

Hyunchul siempre estaba rodeado de gente, riendo y bromeando con sus compañeros. Era bastante popular, y bueno en los deportes, según recordaba había sido nominado para ser el capitán del equipo de soccer, sin embargo, Hyunchul se negó por no tener el tiempo suficiente después de clases. “es una lastima que no aceptara” pensó Suhoon “de haber aceptado, lo podría ver mas seguido” entonces recordó ese incordio llamado Injun que siempre estaba pegado a Hyunchul. Suhoon suspiro.

-woaah~ hasta parece que en verdad estas estudiando! –dijo un estudiante de cabello corto y voz ronca, mientras dejaba unos papeles en manos de Suhoon.

-no te enseñaron a tocar antes de entrar, Hyunmin-ssi?

Hyunmin se rio y jalo una silla para sentarse enfrente de Suhoon.

-claro que me enseñaron~ me enseñaron el mismo día que a ti te enseñaron a no molestar alumnos menores- dijo restirando las piernas, pasando los brazos por debajo de la nuca, mandándole un guiño a Suhoon.

-tsk! Ya te enteraste… -dijo sin voltear a ver mientras hojeaba los papeles de Hyunmin.

-no te preocupes… no le dire a nadie de tu pequeña travesura.

Suhoon lo volteo a ver con una ceja levantada.

-… tu precio?

Hyunmin hizo un pequeño quejido cubriéndose los labios con las manos fingiendo sorpresa.

-Ooooppa~! Como puedes pensar eso de mi?! Eres tan desalmado~ –se levanto de golpe tirando la silla y fingió salir corriendo. Suhoon solo regreso a sus deberes, ignorándolo.

Hyunmin lentamente asomo la cabeza por la puerta e hizo un piquito con los labios, caminando de regreso a la habitación.

-ya no te gusta que te digan Oppa? – dijo tomando un dulce del escritorio. Suhoon se tenso por un segundo.

-antes solia gustarte que te llamara “Oppa” – dijo desenvolviendo el dulce y metiéndoselo en la boca, sonriendo con malicia.

-… Necesito que lleves esto con tu asesor para que lo firme, luego de eso puedo aprobarlo, ahora puedes irte, por favor? –le entrego la carpeta de vuelta a Hyunmin.

Hubo un silencio incomodo por unos segundos, mientras Hyunmin lo observaba con intensidad hasta que por fin hablo.

-Y tambien vas a abandonar a Hyunchul? lo vas a utilizar hasta que te aburras y luego lo vas a botar como a mi?

Suhoon solo miraba en silencio su libro de francés.

-eso no te concierne, Woo Hyunmin.

Hyunmin sonrio decepcionado, mordiéndose el labio.

-… nos vemos luego, Oppa~ - se despidió cerrando la puerta de golpe.

Suhoon resoplo y se dejo caer sobre los papeles en el escritorio, dando pequeños golpecitos mientras se quejaba en voz alta. “por qué? Por qué? Por que?! Ese idiota!!” lanzando los libros y carpetas contra la pared, jadeando, respirando con dificultad.

-déjame vivir mi vida en paz, idiota!- se dejo caer en el sillón de la sala- eres un idiota…

Se quedo mirando las flores en el estante y suspiro. Paso sus dedos rozando sus labios y cerro los ojos.

-tu nunca fuiste utilizado, idiota…

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Sonó el timbre de la última clase, y Hyunchul se dejo caer sobre el pupitre, observando la puerta mirándola fijamente. Se estaba preparando mentalmente para recibir a Injun. Todos sus compañeros salieron como estampida, excepto por Woo Hyunmin que estaba platicando con el asesor de la clase. Hyunchul se mordió el labio y se resigno a salir casi sollozando, con la mirada baja. Paso por el pasillo caminando con cautela esperando por una embestida o un abrazo sorpresa, miro a los lados al salir del edificio. No. Injun no estaba por ningún lado.

“ok” pensó “esto es extraño”

Sin dejar de caminar, busco por los alrededores por una cabecita rubia corriendo hacia él, sin hallar nada. Se mordió los labios en desesperación, en todos esos meses Injun nunca había echo algo así, siempre hacia lo imposible por aparecérsele por todos lados.

“estará enfermo…?” suspiro desanimado acomodándose la mochila y se fue caminando por un callejoncito que cruzaba por enfrente de la institución, hacia la parada del autobús.

No es que estuviera preocupado por Injun, pensaba, es solo que era demasiado extraño que no asistiera a ninguna clase y que no lo acosara en todo el día. Decidió llamarlo al llegar a su casa, solo para preguntar si se sentía bien, no era porque estuviera preocupado, si no porque ese era su deber como Sunbae.

“Sí, así es… es solo porque soy su Sunbae” se repitió muchas veces mientras se subia al camión.

    Injun por otro lado estaba durmiendo en la azotea de la escuela, recibiendo la fresca brisa después de la lluvia. No había alcanzado nada para almorzar y se moría de hambre, solo podía pensar en irse a comer algo pero aun no quería toparse con Hyunchul, mucho menos con Suhoon. El cielo estaba comenzando a clarearse y el azul celeste parecía que comenzaba a brillar. Cerró los ojos disfrutando del viento cuando sintió algo caer de golpe encima de él y rápido se levanto lanzándolo a un lado.

-aiish! Jay!!

-auh auh auh… eso dolió Injun-pabo! Aissh~ -se quejo sacudiéndose el uniforme.

-mian mianh~ -se disculpo riendo poniéndose de pie, también.

-no “mian´s”~ tu solo estas pensando en Hyung y por eso nunca prestas atención a nada- dijo señalándolo con el celular mientras lo regañaba.

-tienes que prestar mas atención o si no alguien te va a quitar a Hyung!

Injun sintió de nuevo el hueco en el estomago, hizo un puchero de tristeza y volteo a abrazar de pronto a Jay.

-Jaaaay~ hoy vi a ese idiota abusando de mi precioso Karam! Y estaba sonriendo, relamiéndose los labios, saboreándoselo –apreto más a Jay – y como quize que llegara godzilla y lo aplastara, pero luego Karam puso la cara y… y…

-yaa~ ya~ y que hiciste…? –dandole pequeñas palmaditas en la espalda, consolándolo.

Tomo a Jay por los hombros, rompiendo el abrazo de repente.

-Obviamente los interrumpi! Suhoon es una vil serpiente que se va  a devorar la pureza de Karam y luego lo va a botar por ahí- dijo cruzando los brazos.

Exhalo mirando hacia el patio de la escuela.

-Pero luego sentí culpa, y por alguna razón me enojé con Hyung, y no  se que cara poner enfrente de el ahora…

Jay observo el jardín también por unos segundos meditando. Abrió la boca para decir algo, pero mejor se quedo callado.

-mh?

De nuevo intento decir algo, pero se volvió a quedar callado.

-pasó algo?

Jay dejo salir un suspiro. Ser amigo y confidente de ambos era un martirio.

-nop, no pasa nada. Karam-hyung ya se fue, asi que ya puedes irte a casa. Yo tengo clases ahorita asi que te veo mañana! –se despidió dejando a Injun solo mirando a los pocos alumnos que quedaban como hormiguitas andando de un lado a otro.