Diez
My Dark Angel
—¡¡NUNCA SIRVES PARA NADA!! ¡¡TE DIJE CLARAMENTE QUE NO VOLVIERAS SIN ELLA, IMBÉCIL!! —Los golpes resonaron por el lugar, el cuarto cerrado sirviendo de amplificador a los jadeos.
—¡ELLA VALE MÁS QUE TU VIDA Y LA DE TODOS ESOS INÚTILES QUE TIENES DE COMPAÑEROS!
—P-pero Señor, ¿Q-qué tiene de importante esa humana? De todas form…—Sus palabras quedaron a medias cuando recibió una fuerte patada en el costado.
—¡CÁLLATE! — Hizo un gesto pensativo —Hae... —Pausó—, te contaré una historia… hace miles de años, el mundo subterráneo era sólo paz y armonía, pero esa armonía era solo una fachada. En el interior se escondían oscuros secretos...
•••
—Princesa, despierta.
Jessica rodó sobre su espalda, sus ojos aún cerrados percibiendo la luz detrás de sus párpados.
—Si no despiertas ahora, el desayuno se enfriará.
—¿Kwon? —Cuestionó la rubia en voz baja.
—¿Y quién más crees que se atrevería a despertarte? Eres un infierno por las mañanas.
Jessica sonrió inconscientemente, abriendo los ojos y parpadeando rápidamente. Apoyada sobre sus codos, intentó ponerse en una posición recostada contra la cabecera de la cama.
—¡Jesucristo! —Gimió, sujetándose la cabeza con las dos manos. El cuerpo le dolía levemente, pero su cabeza gritaba por ayuda. Hizo un intento para rememorar las últimas horas de su vida, pero el dolor de cabeza le impedía recordar cualquier cosa útil que le permitiese ubicarse. —¿Dónde estoy?
—Desapareciste y al parecer Tiffany te salvó de ser...—Se calló a mitad de frase, no sabiendo muy bien qué había ocurrido—Estaba muy preocupada por ti. —Agregó.
Tiffany es muy mala mentirosa, pensó Jessica mientras un muro negro se levantaba en su cabeza, impidiéndole ver más allá de él.
—Eh… sí, sí. Es que quedé llamé a Taeyeon para…—Buscó una excusa creíble, pero no encontró nada útil.
—Creí que habías quedado con Tiffany, no con Taeyeon. —Yuri le dirigió una mirada extrañada.
—Oh sí, sí… es que quedé con Tiffany para hablar algo sobre Taeyeon... eh…
—Umm—Respondió secamente. —Ahí te dejo el desayuno, debo ir a la escuela.
—¿De qué hablas? Aún es domingo.
—Sí, claro. —Rodó los ojo
Comments