Capítulo 1

Wolf (늑대와 미녀 ) (Hiatus por reedición)
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¿Cómo podría un humano robarte el corazón?

 

Tras prácticamente un día metida en un avión y un viaje de casi tres horas en coche desde el aeropuerto de Incheon por fin vio aparecer el cartel que anunciaba la entrada al pueblo que a partir de ahora sería su residencia: Jayeon, en Corea del Sur. Por lo que había podido averiguar era un pueblo grande y con bastantes habitantes, pero al estar situado junto a uno de los grandes afluentes del río Han aún seguía siendo predominantemente rural, pues la gente allí vivía de la agricultura desde tiempos inmemoriales; de hecho todas las casas que veía por la ventanilla eran las tradicionales casas coreanas, incluso las tiendas y los locales eran pequeños y rústicos. Al este del pueblo se extendía un bosque muy salvaje y una de las pocas zonas de naturaleza tan pura que se podían encontrar tan cerca de la gran capital, Seúl. Y ese era el motivo por el que se mudaban allí.

Su padre, Park Youngsae, era un biólogo de renombre conocido en todo el mundo y con más de treinta años de experiencia en su campo, cuyo trabajo los había llevado a él y a su familia a los más diversos lugares del mundo; y ahora había sido contratado para hacer un estudio de varias zonas de naturaleza de todo el país, empezando por aquel pequeño pueblo.

 

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Sehun estaba sentado fuera de la cafetería esperando a sus amigos, estaba aburrido y simplemente observaba a los viandantes y los coches con gesto hastiado, preguntándose cuánto más tardarían. En ese momento el semáforo cambió a rojo y un coche negro se detuvo a su altura. El chico dejó resbalar su mirada desganadamente por el coche y, en ese momento, la vio.

Desde la ventanilla trasera contemplaba el exterior con expresión lánguida. Tenía el pelo oscuro y largo, la piel pálida y ojos color chocolate. Probablemente no era la chica más hermosa del mundo, pero a él se lo pareció. Y, justo antes de que el coche se pusiera en marcha otra vez, sus miradas se encontraron, apenas un segundo, casi un simple roce, pero eso bastó. Sehun notó aquella especie de tirón en su estómago y, al instante, la desazón se instaló en su pecho ante la ausencia de aquella mera desconocida.

Y lo supo. Con una certeza y una claridad absolutamente innegables. No tenía ninguna duda. Era ella; la había encontrado. Y no se rendiría hasta que fuese total y completamente suya, como debía ser.

 

#

 

Tras atravesar casi todo el pueblo, el elegante coche negro entró en una calle donde todas las cosas eran mucho más nuevas que las que habían dejado atrás y de corte occidental. Aquel debía ser el barrio rico, pensó Youngmi, mientras su padre aparcaba frente a la última casa de la calle, situada justo donde empezaba el bosque. Muy adecuado.

Como todas sus adyacentes, la casa tenía dos pisos y eran totalmente blanca, con un pequeño porche de madera del mismo color. La puerta era de madera oscura con una cristalera de colores ovalada, igual que las ventanas que salpicaban la fachada. Delante se extendía una zona de césped bastante descuidado, pero, a diferencia de las demás, esta no tenía jardín trasero sino que inmediatamente detrás de la casa empezaba el bosque, oscuro e imponente. Parecía indicar que allí terminaba la civilización y nacía la naturaleza en su más puro estado.

-¡Hemos llegado! -anunció su padre alegremente, bajando del coche.

Youngmi y su madre le siguieron, ansiosas por poder estirar un poco las piernas al fin. Mientras su madre se dedicaba a observar la casa con ojo crítico, Youngmi ayudó a su padre a sacar las maletas y las cajas con sus imprescindibles pertenencias del maletero. Lo llevaron todo adentro, tras forcejear un rato para dar con la llave correcta, y lo apilaron en el estrecho vestíbulo. Por dentro, la casa era también amplia, moderna y olía a nuevo.

-Bueno, antes de nada tengo que ir al ayuntamiento a arreglar unos asuntos -anunció su padre mirando el móvil, -volveré en un rato.

Madre e hija se despidieron de él y, como ya casi era de noche, decidieron preparar la comida que habían comprado de antemano en el aeropuerto para cenar. Mientras su madre ponía algo de orden en la cocina y buscaba la caja con los platos y cubiertos, Youngmi se fue a explorar la casa por su cuenta.

El primer piso constaba de la cocina, que también era el comedor, un pequeño aseo, la sala de estar y una pequeña alacena en el hueco bajo las escaleras, además podías salir a la parte trasera del porche, dónde descubrió un cómodo balancín. El segundo piso tenía tres habitaciones sin amueblar, y dos cuartos de baño. Finalmente la casa constaba de una buhardilla, bastante amplia y con el techo alto con vigas de madera vistas, además de ventanas que daban a la parte delantera y trasera de la casa, así como un tragaluz por el que se veía el cielo. Se quedó tan fascinada por aquel simple detalle que decidió, en aquel preciso instante, que ese sería su cuarto.

Sin nada mejor que hacer, se asomó a una de las ventanas que daban al bosque, para poder contemplarlo mejor. Era enorme, mucho más grande de lo que había pensado; los árboles eran muy altos y antiguos, y en aquella época del año, con la primavera recién empezada, se podían apreciar las distintas tonalidades de verde que empezaban a adornar las ramas de los árboles. Desde pequeña siempre había estado rodeada de bosques, prácticamente había crecido entre la vegetación, era casi lo más parecido a un hogar que había conocido, un sitio familiar en el que refugiarse, dónde sentirse segura y a salvo.

Un movimiento en la linde del bosque que colindaba con su casa la sacó de su ensimismamiento. Fijó mejor la vista y distinguió un par de ojos amarillos que brillaban entre la maleza y que parecían mirarla a su vez, como hipnotizándola.

-¡Youngmi! ¡¿Dónde estás?! ¡A cenar! -oyó la voz de su madre llamándola a gritos desde abajo.

-Ya voy -contestó, desviando la mirada apenas medio segundo, pero cuando volvió a mirar hacia el bosque ya no había nada. Se preguntó qué demonios habría sido aquello.

Cuando llegó a la cocina su padre ya estaba allí cenando y, en cuanto la vio entrar, le dedicó una amplia sonrisa.

-¿Qué pasa? -preguntó con suspicacia, sabía que su padre tenía algo para ella solo por ese gesto.

-Mira lo que te he traído -respondió su progenitor, tendiéndole una bolsa de plástico.

Youngmi inspeccionó su contenido para descubrir que se trataba de su uniforme escolar, compuesto por una falda y una chaqueta grises, una camiseta blanca y un par de zapatos negros horribles; no recordaba que usar uniforme era obligatorio en aquel país. Era algo a lo que también se había acostumbrado, mientras que en cierto países podía vestirse como quisiera en otros tendría que llevar uniforme; de hecho, en otro país ya estaría en la universidad, pero sus padres se habían empeñado en que se ciñera al sistema educativo de su país de origen, además d

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Comments

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Kte_Giraldo
#1
Chapter 4: Espero que actualices pronto me ha gustado demasiado.
littlekawaiiai #2
Chapter 1: ¡Por fin encuentro algo en español! De momento me he quedado con la intriga de qué pasará en el siguiente capítulo, espero que actualices pronto. De verdad, la historia me ha enamorado. Mucha suerte con ella~^^