Volverte a ver duele

The Same Rain

Capitulo 2: Volverte a ver duele

Estar de regreso en Corea en cierto modo era tan nostálgico. Por más que se decía a sí mismo que al regresar no pensaría en ella, allí se encontraba ahora, recorriendo las mismas calles por las que una vez caminó a su lado.

Se había repetido más de mil veces que ya no la amaba, que realmente ya no sentía nada por ella, pero sabía que no era cierto. ¿Cómo podía olvidar al único amor de su vida? ¿Cómo podía el amor de verdad ser olvidado tan fácilmente?

—Esa chica tonta… –susurró para sí. ¿Por qué ella tenía que haberle hecho eso? ¿Por qué no le amó como le prometió? ¿Por qué?

La lluvia era tan ruidosa, no hacía más que traerle dulces recuerdos de cuando estaban juntos, y sin que siquiera lo notara, terminó llegando a aquel paradero de autobuses. Sólo viéndole desde lejos, pudo notar a una persona que se resguardaba de la lluvia. Inevitablemente tuvo que pensar en ella una vez más, es su dulce sonrisa, en la forma en que ella era capaz de enfrentarle siendo sólo una chica pequeña y frágil, cuando él y sus amigos trataban de hacerle la vida imposible.

¿Por qué?

¿Por qué para Lee Donghae era imposible olvidarse de Im Yoona?

De pronto notó que la chica iba a salir bajo la lluvia, seguramente ella terminaría completamente empapada. ¿Acaso era tonta? ¿No sabía que de hacer eso terminaría enferma? Sin pensarlo dos veces se dirigió hacia ella, dispuesto a ofrecerle su ayuda.

—¿No tienes paraguas? –le preguntó. Vio como ella daba un pequeño respingo al oír su voz, y cuando alzó la mirada para verlo, no podía creer de quién se trataba.

¿Acaso esto era un mal sueño?

—Donghae… –susurró ella.

—Yoona… –dijo él, completamente abrumado.

Hace cinco años atrás…

El ruido y el desorden del salón hacían parecer que no se trataba de una de las escuelas más prestigiosas del país, en uno de los grupos con más altas calificaciones de la misma y que además la mayoría de ellos eran hijos de las más adineradas personalidades de la ciudad de Seúl. En ese momento todos parecían unos simples mocosos revoltosos.

Había tres chicas que estaban sentadas adelante, todas limándose las uñas o mirándose al espejo. La rubia, Jessica, se delineó los labios con un labial rojo, para luego sonreír.

—Donghae oppa –llamó al chico que estaba sentado detrás de ella, mirando hacia la nada, como si nada le llamara la atención. Él volteó a verla cuando oyó su voz, notando como la chica le sonreía —. ¿No crees que me veo linda?

—Claro –le respondió él, sin darle demasiada importancia. A pesar de lo hermosa que era Jessica, ella nunca le había llamado demasiado la atención, y aunque todos opinaban que ellos debían estar juntos por ser los más “guapos” de la escuela, Donghae nunca se había interesado en ese tipo de cosas.

—Oye, Donghae, dile algo más a Jessica –le habló uno de sus mejores amigos, el cual estaba sentado sobre su propio pupitre en lugar de usar la silla. Él era muy alto, además de ser también muy delgado, pero tenía una forma de ser que contagiaba a todo el mundo. Cada persona que le veía no podía evitar reír con Hyukjae.

—¿Algo como qué? –cuestionó el castaño —. Ya le dije que se ve bien.

—Y es por eso que no tienes novia –se burló Hyukjae, causando que Donghae sólo entornara los ojos.

Jessica se volteó furiosa, pues Donghae nunca le ponía la atención que ella quería. Estaba enamorada de Donghae desde que le había conocido hace unos cuatro años atrás. Ella sabía que poseía la belleza suficiente para ser la novia de un chico como él, pero por alguna razón que no lograba comprender, Donghae no le hacía caso. Incluso, desde el invierno pasado que él se comportaba de lo más extraño, desde ese día que había decidido irse en autobús.

En realidad Donghae poseía un auto privado que lo iba a dejar y a buscar de la escuela, pero desde que un día había decidido irse en el autobús, no había parado de hacerlo durante un mes entero, como si estuviera buscando algo, o a alguien.

—Es que al parecer Donghae ya tiene a alguien que le gusta –se escuchó la voz del que todos consideraban como el más “travieso” del salón. Kyuhyun, el más alto de la clase, pero también el último en cumplir años. Él era un chico alegre y atento, pero podía volverse un verdadero demonio si alguien le provocaba. Todos preferían ser sus amigos antes de ser sus enemigos, o siquiera sus rivales.

—¿De verdad? –le preguntó Hyukjae con interés —. ¿Quién es Hae? –le interrogó.

—¿Podría ser la chica del paraguas? –esta vez se oyó la voz de Sungmin, el más serio y callado de los cuatro, aunque en realidad, él era tímido y no precisamente serio. Le costaba un poco hacerse amigo de la gente, sobre todo de las chicas, por lo que no solía hablar demasiado, pero era bueno guardando secretos. Aunque se centraba mucho en los estudios y tenía un promedio sobresaliente,  había una sola cosa que le hacía perder su autocontrol, y es que cuando bebía un solo trago del alcohol, era mejor que nadie estuviera cerca.

—¿La chica del paraguas? –preguntó Hyukjae confuso, ya que él no sabía nada respecto a eso.

—Es una chica que conoció Donghae en el paradero de autobuses –respondió Kyuhyun.

—¿Y cómo es que yo soy el único que no sabía nada? –se quejó el chico que era apodado mono, enfadado por haber sido el único excluido de aquella historia sobre el amor de su mejor amigo.

—Será mejor que se callen –les amenazó Donghae, enfadado por sus comentarios tan fuera de lugar.

Lo cierto era que desde la primera vez que vio a esa chica del paraguas, había deseado volver a verla de nuevo. Se arrepentía seriamente de haber subido al autobús ese día, de haberla dejado ir, ya que al día siguiente, cuando trató de buscarla, simplemente no la pudo hallar. Regresó ahí cada día, durante un mes, pero nada, ella simplemente había desaparecido.

Por otro lado, Jessica estaba furiosa con lo que acababa de escuchar. ¿Cómo que otra intentaba arrebatarle el amor de Donghae? ¿Pero quién se creía que era esa?

—Silencio alumnos –se oyó la voz del profesor, el cual entró en algún momento al salón y golpeó contra el escritorio su pesado libro de clases, para así llamar al orden, que en ese salón hacía bastante falta.

Todos se quedaron callados al verle.

—Presidente de la clase –dijo de mala gana, a lo que Sungmin se puso de pie algo nervioso.

—Atención –dijo el chico de cabello castaño claro, casi pasando a rubio —. Saluden –todos hicieron una leve reverencia, y después de eso se sentaron.

—Bueno, antes de empezar la clase quiero avisar que este año tendremos a una nueva alumna –dijo el profesor, llamando de inmediato la atención de todos los chicos del salón, sobre todo de Hyukjae, que era el que gustaba de tener muchas novias —. Adelante, pasa y preséntate –habló mirando hacia afuera.

Donghae estaba leyendo una revista, por lo que no pudo ver a la persona que entraba hasta que un par de exclamaciones de sorpresa se oyeron, seguidas de algunos comentarios de sus amigos sobre que la nueva era muy bonita. Él alzó la mirada, sólo para sacarse la curiosidad, pero sintió de pronto como todo se iluminaba cuando notó que la alumna nueva no era otra que la chica del paraguas.

—Hola, me llamo Im Yoona y tengo 17 años, espero que nos llevemos bien –dijo con una dulce sonrisa, haciendo una leve reverencia para presentarse ante sus nuevos compañeros.

—Muy bien pasa a sentarte en… –el profesor echó un ojo a todo el salón —. Detrás de Lee Donghae. Donghae, levanta la mano para que ella sepa dónde estás.

El mencionado apenas pudo realizar la tarea requerida, pues no podía creer que nuevamente la estaba viendo. De verdad se trataba de aquella hermosa chica que esperó durante un mes.

—Por lo que oí, Yoona fue transferida aquí por sus excelentes calificaciones. En la anterior prueba nacional, sacó nada menos que el primer puesto, así que supongo será un gran aporte para esta clase.

—Oh… –las exclamaciones de sorpresa no se hicieron esperar, nadie se imaginaría que ahora serían compañeros de la persona que sacó el primer puesto en los exámenes nacionales.

Por otro lado, Donghae estaba demasiado nervioso. ¿Acaso ella se acordaría de él?

En la actualidad…

Sus ojos se encontraron frente a frente bajo aquel lugar, mirándose por unos pocos segundos que parecían una verdadera eternidad para ambos. A pesar de que ambos decían no querer volver al otro jamás, el estar nuevamente así les traía cierto alivio, cierta felicidad. El dolor que sentían también era inmenso, nada podía compararse con esa soledad que ahora reinaba en la mirada de ambos, como si un vacío muy grande se hubiese instalado allí, albergándose en sus corazones, sin querer salir.

Los labios de Donghae se movieron levemente, queriendo decir algo, tratando de soltar palabra, pero era como si su propia voz se estuviera escondiendo de él, y todo seguía en silencio. No tuvo tiempo ni siquiera de respirar, pues Yoona salió corriendo apenas recuperó la compostura. Él Sintió como si su pecho se quemara por dentro, era tan doloroso, tan inquietante, pero necesitaba una explicación.

Sin detenerse a pensarlo corrió detrás de ella, dejándose mojar por la lluvia fría. Yoona realmente no había podido llegar muy lejos cuando fue alcanzada por él, quién le había tomado por la muñeca.

—Suéltame –exigió la chica, tratando de liberarse del agarre, cosa que le resultaba imposible debido a la fuerza aplicada por él —. Suéltame –volvió a exigir.

—No –dijo Donghae —. Yoona yo… ¿Por qué? –preguntó, con una expresión de reproche que de verdad confundió a Yoona.

—¿Me estás preguntando por qué? –ella dejó de forcejear, volteando a mirarle con valentía. Lágrimas rodaban por sus mejillas, haciendo obvio cuánto dolor guardaban en su corazón por causa de él, tanto dolor que ahora estaba reviviendo —. ¿No debería yo preguntar por qué? ¿Por qué me dejaste sola cuando más te necesitaba?

—¿De qué hablas? –cuestionó Donghae —. Tú… ¿Por qué me engañaste?

—¿Qué?

Ninguno de los dos entendía los cuestionamientos del otro, para ambos, era como si les estuviesen hablando de algo que nunca pasó. ¿Abandono? ¿Engaño? ¿De qué se trataba todo aquello?

Pero Yoona realmente no quería saberlo, ella sólo quería huir, quería dejar de verlo, dejar de sentir el tacto de su mano, tan cálida como acostumbraba ser, aún bajo esa intensa lluvia. Cuando lo vio a él distraído, aprovechó para liberarse y huir, corriendo tan de prisa como sus pies se lo permitieron.

Por su parte, Donghae se quedó ahí, de pie bajo la lluvia. No podía volver a seguirla, no podía tratar de hablar con ella una vez más. Ver a Yoona tan sólo el primer día de haber llegado a Corea era algo que le destrozaba por completo el corazón, porque ella era la persona a la que tanto amó; pero ella era la persona que también le traicionó.

-.-.-.-.-

El corazón de Yoona estaba completamente acelerado. Su respiración estaba agitada y sus piernas dolían por haber corrido tanto. Jamás pensó que las palabras de Jessica se fuesen a cumplir tan rápidamente, nunca creyó que Donghae regresaría después de cuatro años.

Estaba dentro de su casa, acababa de cruzar la puerta y junto a la misma se había desplomado, cayendo al suelo de rodillas. Las lágrimas no dejaban de caer, como si se tratara de un torrente lleno de fuerza.

—No quería verte de nuevo… –se decía, como si él le estuviese oyendo —. ¿Por qué volviste? ¿Por qué… justo cuando pensé que ya lo había superado?

Hace poco más de tres años…

Golpeaba una y otra vez la enorme reja de esa mansión, tratando de ser atendida por alguien. Parecía que ya llevaba ahí horas, pues sus manos estaban heridas de tanto golpear, y su rostro se veía cansado por haber estado llorando todo el tiempo. Ella era una chica tan joven, sólo tenía 18 años, pero parecía sufrir como si lo hubiese estado haciendo durante toda una vida.

—¡Madre, por favor! –gritaba ella —. ¡Por favor madre, déjeme verlo! ¡Se lo ruego!

Su voz sonaba quebrada por el tiempo que llevaba gritando, pero nadie atendía a sus súplicas. No había nadie que siquiera le digiera que dejara de hacer el ridículo.

—Por favor… –su voz se apagó ante el llanto que volvió a aflorar, desde lo más profundo de su ser —. Se lo ruego madre… por favor déjeme verle…

De pronto la gran reja se abrió, dejando ver a una mujer adulta, con una expresión endurecida por el odio que sentía hacia esa joven, ella que nada le había hecho excepto enamorarse de su hijo.

—Es inútil que sigas viniendo aquí todos los días a tratar de verlo, él ya no está aquí, nunca lo verás de nuevo –y tras esas duras y crueles palabras, las cuales destruyeron por completo a Yoona, la mujer volvió a entrar a su casa, como si nada hubiera pasado.

En la actualidad...

Se llevó una mano a su pecho, apretando con su mano una pequeña cadenita dorada, con una estrella colgando de ella.

—Ella me lo quitó… –se dijo —. Ella me lo quitó… Donghae…

-.-.-.-.-

Aquella noche fue como un infierno para Donghae. Se repitió tantas veces que no le dolería volver a ver a Yoona, que no le importaría, pero nuevamente estaba sufriendo por ella. Antes de que sus ojos se cerraran, decidió que si la volvía a ver nuevamente, ya no sería compasivo con ella, ya no dejaría que su dolor le afectara. Si volvía a ver a Yoona, le mostraría al nuevo Donghae, ese que no amaba a ninguna mujer, que sólo jugaba con todas.

Hace cinco años.

—¿Qué piensan de la nueva? –preguntó Jessica en cuanto vio salir a Yoona del salón.

—Una engreída –respondió Sunny con fastidio.

—Insoportable –dijo Tiffany.

—Se ve inteligente –fue el comentario de Sungmin, sin darle mucha importancia al asunto.

—Creo que tiene una cara adorable –fue el turno de Hyukjae.

—Sería divertido molestarla –habló Kyuhyun.

—Es linda –dijo Donghae, y todos se quedaron helados ante el comentario. Él miraba como un bobo hacia el frente, con una expresión clara en el rostro; con cara de enamorado. Nadie podía creer lo que habían escuchado salir de él, ya que Donghae jamás halagaba a las chicas o decía que eran lindas, nunca lo había hecho antes.

De verdad tenía que haberle gustado Yoona. Y mucho.

Por otro lado, esas dos palabras fueron el acabose para Jessica. Esa Im Yoona, ahora mismo acababa de convertirse en su peor enemiga.

Ella no escaparía.

Continuara…

 

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Y listo con la conti de hoy. Me demoré un poquito pero aquí está. ¿Qué les pareció? Por el momento la historia fluctuará entre lo que es el presente y el pasado, al principio puede ser algo confuso pero ya irán comprendiendo el por qué de las cosas. Por ahora supimos que a la mamá de Hae no le gustaba Yoona.

Bien, sin más, me despido. Espero que les haya gustado el cap. ¿Qué hará nuestro fish en el siguiente cap? Quién sabe xD

Bye!

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Comments

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BriLin01
#1
Yo bien hincha (fan) seguiré viniendo con la esperanza de que actualices la historia. :'( ❤
BriLin01
#2
Chapter 5: Actualiza por favor, es una historia buena, y creo que es el único fic en español bien escrito y lindo :(
BriLin01
#3
Chapter 2: Ooowww fue lindo
BriLin01
#4
Chapter 1: Leer el primer capítulo es como volverlo a leerlo por primera vez, ah.
BriLin01
#5
No importa, lo volveré a leer, ah.
BriLin01
#6
Chapter 5: Ha pasado tanto tiempo, ten piedad y actualiza :(
andykat30 #7
Chapter 5: Hola, no sé qué pasó pero por favor no te olvides de los capítulos, ya ha pasado mucho tiempo y entre porque me acorde del fanfic y por la fecha, pensé que tal vez ya estarían disponibles más capítulos pero veo que no
Ayoyess #8
Chapter 5: 2015 sigo esperando alguna actualización.
andykat30 #9
Chapter 5: Por fis, ya paso un año y más, volví a entrar aquí a ver si habían más capítulos pero no hay por fis escribe más, están cheveres pero me quede con la incógnita de que paso
DianaSone93 #10
Chapter 5: Unnie~~ Porque no continuas? :c Continua por favor T_T