. 06

Endless Night

Yoohyeon se había quedado petrificada. Sus dos amigas estaban ahí, obviamente disgustadas. Sentía la tensión proveniente de ellas pero también que Minji estaba alerta, preparada para cualquier ataque. Algo en su interior se rompió, esto era lo último que quería que pasase. 

 

Las recién llegadas se acercaron a las otras dos sin ninguna prisa. Yubin apretaba los puños dentro de los bolsillos tratando de calmar los nervios. Se estaban arriesgando mucho yendo ahí esa noche. Miraba a la casa una y otra vez sabiendo que había más vampiros dentro. Siyeon estaba esforzándose para parecer una amenaza pero la verdad era que las heridas a causa de su pelea con Yoohyeon aún no se habían curado. Sus costillas seguían rotas y le costaba moverse. Ni siquiera había recuperado la visión al completo. Su ojo malherido permanecía cerrado y el corte que lo atravesaba seguía cicatrizando, no era agradable de ver. Si aquello acababa en una pelea estarían en clara desventaja incluso contando con que Yoohyeon luchase a su lado, lo que cada vez dudaba más. La más pequeña pensó que Siyeon exageraba al pedirle vigilar a su amiga. Las dos necesitaban descansar y nunca creyó que Yoohyeon fuera a hacer otra cosa que quedarse en casa. Aun así trató de convencerla de que no la siguieran cuando la vio marchar, no solo era incorrecto sino que Siyeon no estaba en condiciones de ir a ningún lado. Nada de lo que dijo la hizo cambiar de idea y así era como habían acabado en la puerta de una familia de vampiros. 

 

-¿Qué hacéis aquí? ¿Me habéis seguido? -Yoohyeon estaba enfadada. Se sentía traicionada por sus amigas, no tenían ningun derecho a hacer aquello.

 

-Yo estoy protegiendo a mi familia. ¿Qué haces tú aquí? 

 

Por suerte para Siyeon su lesión estaba lo suficientemente curada como para poder hablar con normalidad, estaba aguantando un dolor terrible pero hacía pasar su mueca de dolor por un gesto de disgusto. Lo último que quería era parecer débil delante de la vampira. Esperó una contestación pero Yoohyeon estaba paralizada por la situación. La rabia que destilaba el cuerpo de Siyeon fue suficiente para disipar el enfado de Yoohyeon y solo quedó miedo en su interior. No podía saber el final de aquel enfrentamiento pero cualquiera de los resultados sería horrible para ella.

 

-Tan solo he venido a devolverle esto, -la chica señaló hacia Minji quien llevaba aún su chaqueta negra encima. 

 

-Esto es ridículo… -Siyeon estaba tan enfadada que se estaba clavando sus propias uñas en la palma de las manos. -Déjate de estupideces y di la verdad de una vez. Llevas mintiéndome a la cara desde que nos la encontramos -miró con odio a la otra chica, a quien obviamente culpaba de todo. 

 

Devolvió su atención a Yoohyeon, si ya de por si la mirada de Siyeon era intimidante ahora con aquella herida era completamente aterradora y la joven se encontró temblando de pies a cabeza de puro estrés. Todo lo que sentía estaba formando una burbuja en su pecho que al final explotó en forma de arrebato. Las palabras salieron a gritos de su garganta mientras las lágrimas empezaban a caer sin poder evitarlo. 

 

-¡Solo quería ver si estaba bien! ¡Vi como intentaba matarse! -Tomó aire pero su respiración agitada no se lo puso fácil. -¿Por qué te cuesta tanto entenderlo? Simplemente estaba preocupada por ella… 

 

Todas se sorprendieron del repentino cambio en Yoohyeon y se quedaron mudas por un instante. Minji apartó la vista de Siyeon por primera vez porque la culpa le hizo agachar la cabeza. Apenas se conocían de unos días pero en tan poco tiempo Minji le había causado muchos problemas a la joven. 

 

-¿Y por eso te arriesgas a venir sola y herida a una casa llena de monstruos como ella? -El insulto iba cargado de desdén. 

 

Minji levantó las cejas y soltó una risa por lo bajo. 

 

-¿Yo, un monstruo? ¿Te has mirado en el espejo hoy? -La vampira no sabía si Siyeon la estaba intentando provocar con algún objetivo o simplemente estaba dando rienda suelta a su odio pero, después de todo lo que había vivido, las palabras improvisadas de una cría no le hacían ni pestañear. -Es evidente quien causaría más pesadillas en la puerta de un colegio. 

 

Siyeon tenso la mandíbula al ver que le habían devuelto el insulto. Se estaba esforzando por mantener la cabeza fría. No quería caer de nuevo en el mismo error que cometió en la cueva pero la situación no se lo ponía fácil. 

 

-Al menos yo no me alimento de seres humanos -escupió cada palabra con toda la intención de hacer daño. 

 

La loba miró a Yoohyeon y su expresión de impotencia la puso de los nervios. La chica estaba en medio de todo mirandolas sin saber qué hacer cuando era ella la que tenía que poner fin a aquel disparate volviendo a casa con sus amigas. La solución era sencilla a ojos de Siyeon pero eso era porque no podía entender la profundidad de los sentimientos de Yoohyeon. La líder estaba poniendo toda su energía en intentar ocultarlo pero estaba muerta de miedo. No había nada más poderoso que el vínculo que las tres tenían pero aún así había algo que estaba alejando a su amiga de ellas. Siyeon no sabía cómo iba a salvar a Yoohyeon cuando ese nuevo impulso era mucho más fuerte que ella misma. Perderla la aterraba pero ese miedo era lo que la empujaba hacia adelante. Estaba convencida de que Yoohyeon estaba cometiendo un error pero iba a solucionarlo antes de que todas tuvieran problemas incluso peores. Estaba cansada de aguantar su silencio. La misma idea había estado rondando su mente sin descanso todos esos días haciéndole temer lo peor. Quería acabar con todo aquello de una vez, salir de dudas y poner fin definitivamente a la insensatez de Yoohyeon. 

 

-Basta, ya he tenido suficiente -de pronto la voz de Siyeon sonó más grave, dándole seriedad a sus palabras. -Enséñanoslo.

 

El corazón de Yoohyeon se aceleró al instante pero intentó controlar su expresión. 

 

-No se de que estas hablando… 

 

-La marca. Yoohyeon, muestranosla de una vez y di la verdad. 

 

Yubin abrió los ojos con sorpresa. A ella también se le había pasado por la cabeza aquello para justificar el comportamiento de Yoohyeon pero las probabilidades eran ínfimas, casi podía decirse que era imposible. La miró con el corazón en un puño, si era verdad los problemas solo acababan de empezar. Minji por su parte estaba totalmente perdida. No entendía de que hablaban ni por que la situación se había vuelto aún más tensa de repente. 

 

Siyeon y Yoohyeon se miraron durante segundos en los que nadie pudo respirar. Hasta que la menor dejó escapar el aire con pesadez y apartó la vista derrotada. Acto seguido se levantó la ropa enseñando su abdomen lo justo para que todas vieran la pequeña marca que tenía junto al ombligo. Minji observó el extraño gesto sin entender y sus ojos sólo pudieron fijarse en que su piel estaba llena de heridas y moretones que seguían curándose. Esto encendió su ira mejor que cualquier insulto estúpido que pudiera oír. Siyeon y Yubin sin embargo, conocían a la perfección el cuerpo de Yoohyeon y distinguieron rápidamente la pequeña cicatriz. Parecía que llevase ahí años y tenía el aspecto de una picadura de insecto. Para un licántropo era imposible tener cicatrices, cada vez que sufrían una herida esta se curaba hasta que su piel volvía a estar perfecta. Solo había una excepción y la tenían delante. 

 

-... No puede ser -Yubin no salía de su asombro. 

 

Siyeon dejó caer la cabeza sintiendo desesperación. Había deseado estar equivocándose hasta el último momento pero tenían la prueba ahí mismo. Se hizo el silencio. Las tres intentaban pensar en cómo podía acabar aquello y ninguna veía una salida fácil. Fue entonces cuando Siyeon decidió que su única opción era seguir con su idea inicial. No sabían nada sobre lo que había en esa casa y lo único que encontró sensato fue llevarse a Yoohyeon de allí. 

 

-Nos vamos -se acercó más a su amiga dispuesta a echársela a los hombros si era necesario. 

 

-Siyeon… -Yubin no sabía qué decir. Su expresión dejaba ver que estaba llena de dudas. Señaló hacia Minji y Yoohyeon mientras buscaba las palabras. -Tal vez… Tal vez deberíamos darnos un tiempo para pensar todo tranquilamente. 

 

-¿Es que quieres que pase la noche aquí? -Señaló hacia la vieja mansión con disgusto y miró a Yubin con incredulidad. Esta acabó negando con la cabeza y Siyeon se sintió un poco más segura de si misma. -Pensaremos tranquilamente todo lo que queráis pero lo haremos juntas y en casa. 

 

-Yo me quedo aquí -Yoohyeon tuvo que poner todo el valor que encontró en su interior para pronunciar aquellas palabras pero no le fue difícil porque era lo que quería hacer. -Me han invitado a entrar y voy a hacerlo. Vosotras podéis volver por donde habéis venido. 

 

No fue su intención sonar enfadada pero realmente le disgustaba sentir que no tenía derecho a tomar sus propias decisiones. 

 

-No compliques más las cosas. Deja de ser tan cabezota -agarró a su amiga del brazo estirando de él con fuerza. No se dio cuenta de que era el mismo que aún seguía malherido y esta dejó escapar un quejido al instante. 

 

Esto fue lo último que necesito Minji para interponerse entre las dos. 

 

-No va a ir a ningún lado contigo. 

 

La vampira la pilló por sorpresa. Siyeon sabía que iba a tener que lidiar con la testarudez de Yoohyeon pero no había contado con que ella le daría problemas también. La miró a los ojos y vio un ligero tinte granate en sus iris. Por un momento se le heló la sangre al acordarse de lo que pasó en la cueva pero enseguida entendió que esta vez era diferente. Aquel cambio no tenía nada que ver con la sed de sangre. Tragó saliva. La voz de la vampira había sonado extremadamente fría. Todo en ella hacía pensar que estaba calmada, todo menos ese color rojo en sus ojos que advertía de un gran peligro. 

 

-Has sido tú quien le ha hecho todo esto -levantó con cuidado la barbilla de Yoohyeon usando un par de dedos. Haciendo más evidente el corte de su labio y las heridas de su cuello. Su tono había sido firme y sin ningún rastro de pregunta. Estaba acusando a Siyeon sin rodeos. 

 

La loba la miró molesta pensando que con todo lo que estaba pasando, eso era lo que menos les importaba en esos momentos. 

 

-Si, fui yo pero como puedes ver ella no se quedó de brazos cruzados -se señaló el ojo y luego usó el mismo dedo para darle un pequeño empujón en el hombro. -No te metas donde no te llaman y apártate.

 

En un segundo se complicó todo. 

 

La pequeña figura de Bora apareció junto a Siyeon y esta recibió un gran golpe en el pecho que la dejó sin aire en los pulmones y que la lanzó varios metros por el aire hasta que cayó al suelo de mala manera. 

 

-Vuelve a ponerle ese dedo sucio encima y lo perderás -la cara de Bora estaba crispada por la ira. 

 

El dolor era tan intenso que Siyeon creyó que iba a desmayarse. El golpe había reabierto sus heridas. Sus costillas a punto se sanar ahora estaban aún peor que como se las había dejado Yoohyeon en un primer momento. Tosió intentando recuperar el aliento mientras que la sangre que le subía por la garganta acababa en el suelo. Entonces Bora sintió que cada músculo de su cuerpo se tensaba. Hasta el momento había estado calmada, podía decirse que incluso animada. Había estado observado el encuentro desde la ventana junto a las demás. Al principio solo tenían curiosidad por ver a la chica que había sacudido la vida de Minji de esa manera pero en cuanto las otras aparecieron todas permanecieron alerta. Gahyeon y Handong no querían intervenir de no ser necesario. No querían añadir tensión a la escena. Por su parte Bora esperaba una excusa, la más mínima razón para medir su fuerza contra ellas. En su interior se mezclaban las ganas de probarse a si misma y las de proteger a su familia. Por eso, cuando Siyeon tocó a Minji se lanzó a por ella como una bala. 

 

Ahora sin embargo ya no le parecía gracioso. La sangre de Siyeon había disparado sus instintos y estaba usando cada ápice de voluntad que tenía para mantenerse donde estaba y no lanzarse sobre ella. Estaba sorprendida y molesta. Le había costado muchos años de práctica y autocontrol mantener la calma en presencia de sangre. Al principio sus reacciones habían sido las propias de un animal famelico pero hacía tiempo que podía actuar como una persona civilizada incluso teniendo hambre. Pensaba que era algo que había superado pero al parecer se equivocaba. Minji la observo preocupada, para ella era evidente que algo iba mal. 

 

-¿Bora? -No recibió respuesta. 

 

Todo su cuerpo temblaba a causa de su lucha interna pero entonces su parte racional perdió. Siyeon estaba demasiado maltrecha como para reaccionar a tiempo pero Yubin saltó frente a ella para defenderla. Bora la hubiera atacado de no ser porque Handong y Gahyeon aparecieron justo antes del desastre. Atacaron a su amiga por sorpresa y al unísono, en un segundo perdió el equilibrio y estuvo a punto de caer al suelo. No lo hizo porque las dos lo evitaron y la llevaron de nuevo al interior de la casa, lejos de cualquier tentación. Todo fue tan rápido que pasó en un pestañeo y los licántropos entendieron lo que habían visto a duras penas. 

 

Volvían a ser cuatro pero el ambiente había cambiado radicalmente. Yubin estaba ayudando a su amiga a levantarse mientras esta ahogaba quejidos de dolor. Cada vez que se movia le temblaban las rodillas pero aún así volvió a encarar a la vampira con furia. Yoohyeon habló para todas mientras alternaba su atención entre sus amigas y Minji. 

 

-Ya basta, por favor -tomó a Minji de la mano y le habló con algo más de suavidad. -Esta muy malherida, no peleéis. 

 

La vampira apartó su mirada de la casa y su preocupación por Bora de sus pensamientos para centrarse en el problema que seguía frente a ella. 

 

-Se lo ha buscado ella sola -sonó tranquila. -Ha sido ella la que ha llegado aquí amenazando e insultando cuando nadie te ha puesto la mano encima -vio la súplica en los ojos de Yoohyeon y perdió las pocas ganas que tenía de seguir discutiendo. -Pero entiendo que lo que la mueve es su preocupación por ti, así que lo mejor es que olvidemos todo este malentendido. 

 

Yoohyeon respiró algo más tranquila y se acercó a sus amigas para comprobar de cerca el estado de Siyeon. 

 

-Volved a casa -su mirada segura fue el último golpe que recibieron ambas. -Estaré bien. 

 

Era evidente que no podían hacer nada más. Habían perdido la batalla. 

 

-De verdad espero que no te estés equivocando, Yoohyeon -lo único que quería Yubin era que su amiga estuviera bien. Le parecía cruel separarla sin razón de aquella chica pero también tenía serias dudas sobre pasar la noche en una casa llena de vampiros. Sobretodo después de ver a Bora en acción. -Vámonos. 

 

Lo último que vio Yoohyeon fue la expresión sombría de Siyeon antes de dar media vuelta. Las vio marchar en silencio con el corazón encogido. Minji estaba esperándola cerca de la puerta pero no era consciente de los nervios que corrían por su estómago porque los estaba ocultando bien bajo una sonrisa. 

 

-¿Entonces te quedas? No pasa nada si prefieres irte con ellas, siempre puedes volver otro día. 

 

Lo último que quería Minji era asustar a la chica. Lo más normal hubiera sido que todo lo ocurrido la hubiera hecho cambiar de idea y quería dejarle claro que no le importaba si era así. No quería agobiarla. 

 

-No, claro que me quedo -volvió a tomarla de la mano y esta vez caminó hacia la puerta pero justo antes de entrar la detuvo. -Sigo sin saber tu nombre. 

 

La vampira la miró sorprendida al darse cuenta de que no había llegado a presentarse en ningún momento y se sintió estúpida. Una risa suave salió de sus labios antes de contestar. 

 

-Llevas razón, discúlpame. Me llamo Minji. 

 

Yoohyeon sintió calor en las mejillas mientras una nueva alegría desterraba la tristeza que había dejado en ella el desencuentro con sus amigas. Las dos entraron en el vestíbulo y la joven miró alrededor sorprendida. Por fuera la mansión parecía prácticamente abandonada pero el interior era totalmente moderno y estaba impoluto. 

 

-¿Puedes esperarme aquí un segundo? -Vio algo de pánico en los ojos de Yoohyeon y se explicó. -Tranquila, todas las demás están arriba. Solo quiero asegurarme de que todo marcha bien. 

 

Yoohyeon asintió y Minji subió las escaleras tan rápido como pudo. 



 

Yubin frenó sus pasos al ver que Siyeon marchaba en otra dirección. 

 

-¿Se puede saber qué haces? 

 

-Me voy al pueblo. 

 

-¿Qué? ¿Por qué? Apenas puedes mantenerte derecha. 

 

-No quiero volver a casa. A estas horas aún hay sitios abiertos. 

 

Yubin estaba atónita. Primero porque Siyeon no era una gran fan de salir de fiesta por las noches y segundo porque era increíble que pensase en ello estando hecha trizas. Aun así estaba segura de que no le quitaría la idea de la cabeza así que después de pasarse la mano por la cara con cansancio alcanzó a su amiga para acompañarla a donde fuera. 

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Comments

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Sone_Yuuki
#1
Chapter 8: Tu historia me atrapó por completo, por favor actualízala, sería una lástima que una historia tan hermosa se quede así
mamamodc1234 #2
Chapter 8: wow amo tu historia espero que siga
mamamodc1234 #3
Chapter 8: wow amo tu historia espero que siga
SooTaelove
#4
Chapter 7: Me esta encantando la historia, tiene algunas partes que me tomaron por sorpresa, lo cual me dejó encantada y con ganas de seguir leyendo mucho más
P0rtM4n
#5
Chapter 6: Wow, si bien esperaba un SuaYeon agresivo, no esperaba que SiYeon terminara así, pero fue un buen capítulo.
trenat #6
Chapter 6: Pobre dami xd
P0rtM4n
#7
Chapter 5: Siiiiiii, te siento cerca SuaYeon... y no sé porque pero me las imagino conociéndose en un escenario algo violent o por parte de SiYeon y pfff aparecer la diosa de Bora. Esperaré con ansias el siguiente capítulo. Gracias por esta genial historia.
trenat #8
Chapter 4: Dios que intenso, gracias por actualizar a pesar de la spocas visitas!!!
trenat #9
Chapter 4: La historia está genial!