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Endless Night

 

Yoohyeon llevaba días en la cama y por fin su pierna parecía recuperada del todo. Aquella noche había logrado dormir un poco, cuando el dolor le dio tregua. Sin embargo, al abrir los ojos de nuevo se sintió fatal. Había pasado todos esos días lamentándose. No podía dejar de pensar en aquella chica y en que habría sido de ella. Las lágrimas no habían dejado de brotar en ningún momento porque esa tristeza que se había aferrado a su corazón desde que se separaron seguía ahí sin flaquear. La cabeza le dolía tanto que incluso la luz perezosa del amanecer le molestaba y sentía la garganta y los labios secos. Se incorporó en la cama y se abrazó a sí misma. Seguía llevando la ropa de aquella vampira y de alguna forma eso le había hecho sentirse junto a ella, sobre todo al principio. Esto había sido un consuelo ayudandola a soportar mejor el dolor de los primeros días. Se encogió buscando sentirse rodeada por esa esencia pero se dio cuenta de que apenas podía distinguirla. Su propio olor se había adueñado de la prenda y ya no quedaba rastro de su antigua dueña. Se la quitó con dedos temblorosos y hundió su cara en la tela tratando de encontrar ese aroma que necesitaba con urgencia pero fue inútil. La recorrió una ola de decepción y sintió que la angustia comenzaba a formarse en su pecho. Se puso de pie con cuidado y comprobó que podía caminar. Se miró en el espejo y entonces creyó que su corazón se paraba. Algo nuevo que no debía estar ahí marcaba su piel. De repente todo encajó. Cada sentimiento, cada impulso, todo tenía sentido ahora. Se quedó inmóvil, sin poder apartar los ojos de esa señal mientras intentaba aceptar su significado. Trató de poner orden en su interior y se vistió con rapidez. Acto seguido salió por la puerta con un único pensamiento en la cabeza. Saber qué había pasado con la chica que no abandonaba su mente. 

 

Había corrido por el bosque totalmente ausente, lo único que llenaba su cabeza eran ideas sobre lo que habría pasado cuando dejaron atrás a la vampira. Su mayor temor era encontrar una pila de cenizas en la entrada del lugar. Estaba tan perdida en sus preocupaciones que llegó a la gruta casi sin darse cuenta. Olfateó el lugar y dio con ese aroma que ya había aprendido a distinguir a la perfección. Habían pasado varios días y el rastro era apenas perceptible pero fue capaz de encontrarlo porque algo tiraba de ella, la atraía como nada antes lo había hecho. Descubrió que el rastro seguía por el bosque y el corazón le dio un vuelco de alegría. La vampira había esperado al anochecer para marcharse de allí. Eso no aseguraba que siguiera viva pero era un comienzo. Siguió el rastro con cuidado de no perderlo. Sus latidos cada vez eran más fuertes. Se dio cuenta de que estaba rodeando el pueblo y después de una buena caminata vio a lo lejos una casa enorme. Estaba bastante apartada del pueblo y si alguna vez había habido algún camino que llegase hasta ella ahora estaba cubierto por la maleza. Al acercarse vio que prácticamente era una mansión y notó lo antigua que era. Nada hacía indicar que allí viviera alguien salvo por el par de coches que había en la entrada. Parecía que la chica no había llegado sola a sus tierras. Intentó fijarse en las ventanas buscando alguna figura pero todas estaban tapadas. Entendió que dada la hora, cualquier vampiro que estuviera allí estaría durmiendo. Echó un vistazo al sol, debía volver a casa o notarían su ausencia. Suspiró resignada, al menos sabía dónde seguir buscando. Estaba decidida a volver esa misma noche. La encontraría a ella o al menos averiguaría cuál había sido su destino. 

 

Había usado toda su velocidad para volver a casa a tiempo, a esas horas no habría nadie despierto para descubrir su pequeña excursión. No entró por la puerta principal, rodeó la casa para colarse por la ventana de su habitación y entonces se quedó petrificada. Siyeon estaba ahí bajo su ventana obviamente esperandola. 

 

-Veo que ya estás perfectamente -su voz sonó casual pero algo en su mirada hizo que a Yoohyeon se le congelara la sangre en las venas.

 

-Si… He salido a correr para ver si todo está en su sitio -dobló la pierna un par de veces. -Funciona a la perfección. 

 

Siyeon asintió lentamente y se quedó en silencio pensando unos segundos. Era obvio que sabía que le estaba mintiendo pero ninguna dijo nada al respecto. Yoohyeon se sintió fatal porque sus amigas lo eran todo para ella. Siempre habían sido como hermanas y su vínculo era el sentimiento más fuerte que había experimentado desde que nació. Al menos así fue hasta que se perdió en el rostro perfecto de aquella chica sin nombre y en sus ojos negros.  Ahora sentía que había algo interponiéndose entre ella y las demás y lo peor es que no podía evitarlo. Frente al miedo de que todos reaccionasen mal a sus sentimientos su instinto le decía que debía mantener todo en secreto. No sabía si aquella chica seguiría viva pero si era así no quería volver a ponerla en peligro por culpa de su clan. No le gustaba pero la única opción que tenía era mentir y ocultarlo todo. Quiso compensarlo disculpándose por sus errores. 

 

-Siento mucho lo que pasó en la cueva -su corazón latía con fuerza, estaba tocando un tema muy delicado pero quería ser sincera con todo lo que pudiera. -No sé por qué te pegué, todo fue muy rápido y… 

 

-Yoohyeon… -la mirada dolida de Siyeon mostraba lo sorprendida que estaba por todo aquello. -Estábamos peleando, ella y yo… y a quién decidiste atacar fue a mi. 

 

La más joven desvió la mirada por un instante buscando las palabras para explicarse. 

 

-No me estabas escuchando -un nudo en la garganta le dificultó hablar. Se estaba poniendo nerviosa. -Ella no había hecho nada y tu querías hacerle daño sin motivo. 

 

A Siyeon no le gustó que le echasen la culpa. La que había cruzado la línea era Yoohyeon y no podía aceptar lo contrario. Ella era la líder de las tres. El lobo alfa del clan era muy anciano, tanto que ni siquiera podía transformarse. Cuando éste muriese Siyeon ocuparía su puesto y mientras tanto ella se preparaba para ese rol. El anciano daba órdenes y tomaba decisiones pero, a efectos prácticos, en caso de emergencia o peligro la acción recaía en Siyeon. No podía dejar pasar el gesto de Yoohyeon porque, con o sin intención, había sido un desafío a su autoridad. Sin embargo, lo que más le molestaba de todo era que incluso ahora su amiga seguía defendiendo a la vampira. 

 

 -¿Sin motivo? -Alzó la voz indignada. -¡Quería beberse tu sangre! 

 

Yoohyeon comenzaba a perder de vista su objetivo inicial y también levantó la voz. 

 

-¡Estaba mintiendo! ¡Lo único que quería era enfadarte!

 

-Tu también viste esos ojos y como te miraba. Lo estaba deseando. ¡No entiendo por que te empeñas en defenderla! 

 

Yoohyeon calló por un instante. Sabía que Siyeon llevaba razón en eso. Las dos fueron testigo de que algo había cambiado dentro de esa chica por un momento. Aún así, por mucho que buscaba en su interior no encontraba forma de odiarla o temerla. Se dio cuenta de que no iban a ningún lado discutiendo así y quiso zanjar la conversación rápido. Seguir así solo serviría para hacer el desacuerdo aún peor. Además, sabía que de todas formas aquello solo podía acabar de una manera. 

 

-Mira, se que no debí pegarte y te pido perdón. Es lo que quería decirte. 

 

Siyeon bajó la mirada con decepción. 

 

-Desde luego que no debiste, eso es obvio -al volver a levantar la cabeza solo había tristeza en sus ojos -pero lo que estaba esperando que dijeses es que no querías hacerlo.

 

Yoohyeon abrió los ojos sorprendida al darse cuenta de que en efecto, no se arrepentía lo más mínimo. En el mismo momento en el que pasó todo, lo único en lo que podía pensar era en separar a Siyeon de la chica. Desde el principio su objetivo había sido protegerla de su amiga porque en ese instante todos sus sentidos le decían que el peligro era Siyeon. Se quedó sin palabras y la mayor asintió comprendiendo. 

 

-Bueno, como sea -la mayor simplemente había ido ahí buscando una explicación por parte de su amiga pero solo había encontrado más dudas que añadir a sus preocupaciones. -Sabes lo que hay que hacer, me gusta tan poco como a ti pero no tengo otra opción. 

 

Yoohyeon podía oír el pulso en sus orejas. De pronto le costaba respirar porque los nervios se le habían atascado en la garganta. Aún así irguió la espalda e intentó parecer valiente al hablar. 

 

-Podemos hacerlo ya mismo si es lo que quieres. 

 

-No. Yubin tiene que estar presente, debe haber testigos. Será esta tarde -le lanzó una última mirada malhumorada antes de irse. -Espero que no te vuelvas a perder por ahí y te despistes. No puedes faltar. 



 

Yubin caminaba con las manos en los bolsillos y con los hombros caídos, sin ninguna prisa por avanzar. No quería llegar a su destino, no podía creer que aquello fuese a pasar. No tenía ningún sentido. Se dirigía a una parcela del bosque en la que los árboles habían sido talados. Al llegar vio que Siyeon y Yoohyeon ya estaban allí y apresuró el paso. El terreno seco crujía bajo sus pies. Las miró sin saber que decir más allá de un pequeño saludo en voz baja. 

 

-Por fin -Siyeon le increpó con mal humor. Obviamente ninguna quería estar ahí. 

 

Se quedó en silencio, al fin y al cabo ella no tenía importancia en aquel asunto. Sabían que la única con derecho a hablar en ese momento era Siyeon. La tensión era insufrible. 

 

-Técnicamente se supone que aquí tendría que dar un discurso a las masas pero siendo que solo somos nosotras os lo voy a ahorrar. Solo quiero terminar esto cuanto antes. ¿Algo que decir antes de empezar? 

 

Yoohyeon sintió la seriedad en los ojos de Siyeon como un puñal. Siempre había sabido lo intimidante que podía parecer pero nunca pensó que llegaría el día en el que ella fuera el blanco de esa mirada afilada. Negó con la cabeza. Ya le había dicho todo lo que quería aquella mañana, repetirse solo les haría perder tiempo y echar más sal en la herida. 

 

-Esta bien, entonces empecemos -Siyeon vio duda en los ojos de Yoohyeon y supo lo que estaba pensando. -Si te dejas ganar solo empeoraras las cosas. 

 

Yoohyeon parpadeo un par de veces aguantando las lágrimas. No quería pelear, la idea de rendirse le había pasado por la cabeza porque sentía que era ridículo que estuvieran haciendo aquello. Si una de las dos no atacaba, la pelea acabaría en un instante. Sin embargo, sabía que Siyeon llevaba razón. Tenía que pelear al máximo o la afrenta sería aún mayor. Las dos se prepararon para transformarse pero la voz de Yubin les hizo detenerse por un instante. 

 

-No quiero ver esto, yo me voy -negaba con la cabeza sin atreverse a mirarlas directamente. Estaba acostumbrada a verlas pelear cuando entrenaban pero en esos casos nunca pretendían hacer daño real, en cambio esa vez iban a luchar con todo. Tenía que ser así porque se estaban jugando el liderazgo del clan. No soportaba la idea de verlas haciéndose algo así. Quería a las dos chicas a más no poder y aunque enseguida había sentido el desacuerdo entre las dos, había sido incapaz de posicionarse en un bando. Simplemente no podía. -Ya he visto que las dos estáis aquí y que vais a enfrentaros. Fin de mi trabajo.

 

Intentó dar media vuelta pero la voz de Siyeon la detuvo en seco. Ese tono autoritario congeló cada músculo de Yubin. Un instinto primario le obligaba a obedecer. 

 

-Vas a quedarte ahí o serás la siguiente. No quiero que te pierdas nada. 

 

Yubin asintió mientras un escalofrío le recorría la espalda. Abrió los ojos de par en par porque de repente la idea de pestañear le daba miedo. 

 

Ambas se quitaron la ropa. Yoohyeon le dio la espalda a las otras para ocultar la marca que podía delatarla y que era el origen de todo aquel lío. Si veían aquello sabía que no le dejarían acercarse a la mansión nunca más. Se transformaron por fin y Yubin dejó escapar un suspiro tembloroso. Lo único que registraban sus oídos era la sangre pulsante en sus orejas hasta que la pelea dio comienzo y el lugar se llenó de gruñidos y quejidos. Yoohyeon fue la primera en atacar, al fin y al cabo aquello era un desafío por su parte, si alguien tenía que comenzar la pelea era ella. Sus pasos rápidos levantaron polvo, haciendo aún más caótica la escena. Los dientes de Yoohyeon estuvieron peligrosamente cerca de Siyeon pero esta la esquivó con habilidad y contraatacó al instante. Su golpe también dio en el aire aunque fue suficiente para que Yoohyeon perdiera el equilibrio y no fuera capaz de esquivar el siguiente. Esta dejó algo de espacio y lo intentó de nuevo, esta vez fue más veloz y logró alcanzar a la otra con su zarpa. 

 

Las dos siguieron así durante minutos eternos ante la mirada preocupada de Yubin. Siyeon era la más fuerte de las dos pero Yoohyeon era más rápida. La mayor tenía que esforzarse mucho para alcanzarla y era difícil saber quién acabaría cansándose antes. Las dos pararon por un instante buscando algo de aire. Ambas estaban malheridas, su pelaje estaba manchado de sangre. Les costaba moverse y sabían que no podían ir mucho más allá. Necesitaban poner las pocas fuerzas que les quedaban en un último ataque. Se conocían a la perfección y sabían que las dos estaban igual. Se mantuvieron la mirada sabiendo que en unos segundos la pelea tendría un final. 

 

Yoohyeon hundió las uñas en la tierra seca preparándose para darse impulso pero sabía que no sería suficiente porque hacía rato que había pedido el control de los músculos de una de sus patas delanteras. Saboreaba su propia sangre, esta goteaba cayendo al suelo desde su boca pero también le dificultaba respirar y no le quedaba otra que tragar con disgusto. A Siyeon le costaba mantener la mirada, uno de sus ojos estaba muy magullado y la sangre le obligaba a ver tras un velo rojo. Apenas podía respirar porque un golpe en el costado le había hundido más de una costilla. Las dos se lanzaron hacia la otra buscando hundir los dientes en el adversario pero solo una lo logró. Siyeon atrapó el cuello de Yoohyeon entre sus fauces y las dos cayeron al suelo. La mayor usó toda la fuerza que le quedaba para inmovilizarla y no paró hasta que sintió que el cuerpo bajo ella dejaba de resistirse. Yoohyeon volvió a su forma humana al quedarse sin fuerzas y Siyeon la soltó al instante. Ella también se transformó y trató de mantenerse en pie. Todo su cuerpo se estremecía de dolor pidiendole descansar pero no podía. Aún no. Tenía el corazón en un puño, justo en el último momento se había dejado llevar demasiado por su instinto. Ella no podía permitirse perder y estando al límite de sus fuerzas su mente se había nublado con un único objetivo, acabar con la amenaza. Miró el cuerpo inerte de su amiga llena de miedo. Estaba cubierto de golpes y cortes pero lo peor eran las profundas heridas en su cuello que no paraban de sangrar. Intentó llamarla por su nombre pero el simple hecho de hablar la dejó de rodillas en el suelo. Al parecer el daño en sus costillas no era poca cosa. 

 

-...has tenido… suerte… 

 

Siyeon levantó la cabeza, esas palabras habían sido tan solo un susurro y por un instante creyó haberlo imaginado. Solo podía abrir un ojo pero fue suficiente para ver que su amiga comenzaba a moverse y la miraba intentando sonreír. Era una imagen un poco inquietante teniendo en cuenta toda la sangre. Siyeon respiró más tranquila y le tendió la mano. Ella la estrechó pero ninguna tenía fuerzas para levantarse así que simplemente se abrazaron y se quedaron en el suelo. Las dos soltaron quejidos cuando Yubin llegó a toda prisa y se unió al abrazo estrechándolas con fuerza y sin ningún cuidado. 

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Comments

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Sone_Yuuki
#1
Chapter 8: Tu historia me atrapó por completo, por favor actualízala, sería una lástima que una historia tan hermosa se quede así
mamamodc1234 #2
Chapter 8: wow amo tu historia espero que siga
mamamodc1234 #3
Chapter 8: wow amo tu historia espero que siga
SooTaelove
#4
Chapter 7: Me esta encantando la historia, tiene algunas partes que me tomaron por sorpresa, lo cual me dejó encantada y con ganas de seguir leyendo mucho más
P0rtM4n
#5
Chapter 6: Wow, si bien esperaba un SuaYeon agresivo, no esperaba que SiYeon terminara así, pero fue un buen capítulo.
trenat #6
Chapter 6: Pobre dami xd
P0rtM4n
#7
Chapter 5: Siiiiiii, te siento cerca SuaYeon... y no sé porque pero me las imagino conociéndose en un escenario algo violent o por parte de SiYeon y pfff aparecer la diosa de Bora. Esperaré con ansias el siguiente capítulo. Gracias por esta genial historia.
trenat #8
Chapter 4: Dios que intenso, gracias por actualizar a pesar de la spocas visitas!!!
trenat #9
Chapter 4: La historia está genial!