Mina

La Guerra por el Trono

El pánico había reinado en el castillo. No un pánico nervioso en el que todo el mundo está de un lado para otro gritando y corriendo, no. Se trataba de ese pánico silencioso, el cual, todos tenemos en algún momento de nuestra vida, por temor a algo importante y de causa negativa. A demás, a este sentimiento se le añadía una gran tristeza por parte de la mayoría de palacio. Sobre todo, Mina.

La princesa no sabía cómo actuar ni qué debía hacer. Cualquier protocolo que hubiera aprendido de memoria respecto a qué hacer en un caso semejante, si es que lo había, se escapó por completo de sus memorias, pues su madre se hallaba inconsciente en su lecho después de varias horas desde el incidente del comedor y solo se sabía que respiraba.

Pero… ¿a quién recurrir? Había vagado por el palacio buscando a Chaeyoung antes de encerrarse en su cuarto, y no la encontró. Por ello supuso que estaba molesta en sus aposentos, descansando; en el caso de no estar allí, haber ido a dar un paseo fuera de aquella gran edificación o simplemente evitando su presencia, pues desde los preparativos de la cena no le volvió a ver.

Se le pasó por la mente buscar a Sana o a Mina y pedirle a ellas consejo, pero sabía que con lo que le ocurrió con la mayor, no sería capaz de mirarle a la cara.

También barajó la idea de hablar con Tzuyu, pero no es que se llevaran especialmente bien y seguro que la menor no tenía idea de qué hacer.

Tampoco quería recurrir a Jungyeon. Ya bastante alterada debía de estar pensando en qué o quién podría haberle hecho aquello a la Reina.

Y Dahyun… era Dahyun. La única opción que podía ser efectiva era hablar con su tía.

Así pues, se miró en el espejo de su habitación y observó su rostro. Por suerte los mechones rojizos caoba de su cabello estaban medianamente ordenados y no tardó mucho en pasarse el cepillo un par de veces. Respecto a los ojos… no había nada que pudiera utilizar para tapar la irritación que se había formado en ellos, tras el largo llanto que había causado su desesperación por aquellos hechos ocurridos. Y tampoco tenía muchas ganas de maquillarse para tapar la rojez de su nariz, por lo que se limitó a lavarse el rostro y salir con tal de buscar a Nayeon.

Pese a que los cuartos de la familia real estaban todos en un mismo piso y bastante cerca los unos de los otros, la trayectoria se le hizo casi eterna a la princesa. Evitando cualquier contacto visual con cualquier doncella o soldado de guardia, avanzó abrazada a sí misma hasta pararse frente la puerta del aposento ajeno. Delicadamente alzó el brazo diestro con la intención de tocar al pórtico con los nudillos y saber si su familiar se encontraba allí, cuando la puerta repentinamente se abrió.

Mina se sobresaltó. No esperaba aquello e incluso pensaba que quizás su tía se había ido a ver como estaba Jihyo. Pero no. Fue Tzuyu quién salió de allí sin formular palabra y delicadeza alguna, generando un leve toque entre los brazos de ambas. Nayeon, que se extrañó al ver que su hija no había cerrado la puerta al irse, volteó y observó unos segundos a su consanguíneo. Después de pensar qué haría y cómo lo haría, avanzó hacia la menor, le abrazó y se aseguró de que entrase a la habitación antes de cerrar la puerta.

—Pequeña… se te ve destrozada —comentó lo obvio avanzando, acariciando el suave rostro ajeno, con delicadeza y preocupación—. No deberías dejar que ningún criado te vea así, y menos Chaeyoung. No debes mostrar debilidad —afirmó frunciendo levemente el ceño, a lo que Mina reaccionó algo confundida.

—¿Por qué ella la que menos? —preguntó inocente.

—¿Qué por qué? Querida, los consejeros son los más propensos a querer el poder del rey.

—De igual manera… conozco a Chaneg, no creo que sea capaz de hacer eso —rehusó a pensar—. Y no se lleva mal con madre… —murmuró ya dudando de sus propias palabras.

—No pareces muy segura de lo que dices —la mayor se acercó a Mina con tal de abrazarla nuevanebte y arroparla en sus brazos—. Aunque no has venido aquí para hablar de esto. ¿Qué te atormenta?

—Se trata sobre mamá… ya sabes que cuando ella enferma tarda mucho en recuperarse y esta vez parece que es algo más grave… ¿Qué haremos mientras sigue descansando?

La preocupación de la menor sorprendió a Nayeon.

La princesa, aprendió la sabia costumbre de llamar a la reina “madre” en público y dirigirse así hacia ella sin su presencia, para mostrar todo el respeto que sentía hacia ella e indicar a los demás que su palabra no valía mucho, o incluso nada, a la hora de tomar decisiones. Por ello, cuando Nayeon le escuchó llamarla así, parpadeó algo afectada. En ese delicado tono de voz, con el que formuló aquellas palabras, mostraba todo el afecto, que sentía por la mayor de aquellas dos reunidas y que siempre debía ocultar a los demás para entrar en el estatus de hija perfecta que mantenía en el exterior. Al igual que sus tímidos gestos. Aquella nerviosa mirada que se dirigía a todos los rincones de la sala pero que no podían hacer contacto visual con su tía, ese jugueteo con sus propios dedos y la forma en la que se humedecía las carnosidades que tenía como labios. La esencia de la preocupación.

Por un momento, todos aquellos detalles habían sido ignorados, pero lentamente la envidia surgió en el interior de Nayeon, la cual, miraba a su sobrina sin mucha importancia casi sin darle atención a las palabras que salían de su dulce garganta. Pero no era una envidia normal respecto a lo que ella solía sentir. Esta vez sentía este sentimiento por la relación de sus consanguíneas. Aunque no lo dijera, quería sentir ese amor por parte de su hija Tzuyu sin tener la necesidad de darle todos los caprichos que quería.

Aunque pronto esos sentimientos y pensamientos se esfumaron de su mente y cuerpo tal cual como vinieron. Posó una mano sobre el hombro ajeno y con la extremidad libre sujetó el porcelánico rostro de la menor para levantarlo y hacer que le mirase. Nuevamente usó su máscara perfecta de sentimientos para transmitirle la misma preocupación que sentía Mina por su madre.

—Tú, como hija legítima al trono, deberías regentar su puesto mientras Jihyo se recupera —dijo de buena fe, siendo consciente de que la menor se negaría a tal idea.

—No —dijo Mina moviendo el rostro de un lado a otro—, yo no lo haré. Me niego.

Hubo un silencio en la habitación hasta que Mina volvió a hablar.

—¿Y si te ocupas tú de eso? Mamá no suele contarme lo que pasa en política exterior, quiere que me centre ahora que puedo en mis estudios e inquietudes. A demás, ella confía plenamente en ti. Seguro que no le importa.

Nayeon sonrió. Interiormente aquella sonrisa significaba el comienzo de un plan que, por ahora, era infalible. Años de planificación como para ingeniar segundos, terceros, cuartos planes de cada error y posibles errores. Mas era lógico que para la menor no significada nada más que un gesto de conmoción grata. Se levantó y dirigió a la puerta de su habitación, siendo acompañada por su única sobrina.

—Me pensaré tu propuesta. Por ahora esperemos si mi preciada hermana mejora y puede volver a reinar con normalidad —Mina, antes de irse le abrazó—. Ahora ve e intenta disfrutar algo de la tarde o descansar un poco más.

—Sí, tía.

—Y recuerda, desconfía de esa consejera —aconsejó nuevamente antes de despedirla y aceptar sus agradecimientos.

A aquello último no quiso darle mucha atención, pero aunque no quisiera, pensaba en las posibilidades de que aquello, de que la única persona de plena confianza que tenía a parte de su madre, fuese cierto.

 

 

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StudientNightmare
Lo siento por tardar, pero por problemas del WiFi no pude subir los capítulos antes. Preparaos para el to porque algo totalmente importante relacionado con los acontecimientos de la historia aparecerá <3

Comments

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AniDarckSugaR
#1
Chapter 1: Ay dios mi jihyooo ;-; Aquí hay un liiiio que no veas omg.Me encanta cómo está escrito y cómo se está desarrollando n.n