Capitulo Dos

En territorio del Rey Dragón

 

 

 

 

 

 

CAPITULO 2

Era otro día cálido.

Baekhyun se había despertado dentro de un lio de mantas, y en la cocina, cuando había entrado a beber un poco de agua, las dos tazas de chocolate de la noche anterior estaban lavadas y secas en un nuevo paño de cocina puesto al lado del fregadero.

Cuando Kyungsoo se despertó, con los ojos dormidos y algo groggy, Baekhyun empujó una taza de café instantáneo hacia él y dijo: — Gracias por la manta.

—¿Sabes,— respondió Kyungsoo, con la voz todavía áspera, —que incluso durmiendo, te mueves mucho y haces ruido?

Después de un desayuno rápido, Baekhyun le metió prisa a Kyungsoo para vestirse.

— Vaqueros, — dijo —De lo contrario te arrepentirás.

Kyungsoo miró sospechosamente la scooter de Baekhyun, pero Baekhyun le guiñó un ojo y sonrió. — Esto será mucho más conveniente que tu gran y lujoso coche.

— ¿Esa cosa está hecha para dos personas?­ — Kyungsoo se acercó un poco más, pasando la mano por la línea de soldadura donde Minseok había reparado algunos daños de un árbol hacía un par de años. La scooter era más vieja que los cinco años que Baekhyun la había conducido, puesto que Baekbeom la había utilizado durante cinco años antes de eso.

—Jongdae y yo viajamos así todo el verano—, dijo Baekhyun. — Ahora vamos, no es un viaje largo.

 

Subiendo a la moto detrás de Baekhyun, Kyungsoo se movió hacia adelante hasta que sus muslos rodearon las caderas de Baekhyun. Era una presión diferente de cuando Jongdae lo hacía, porque los muslos de Kyungsoo eran más gruesos y más suaves. No es que Baekhyun debiera prestar atención a eso. — ¿No necesitamos cascos o algo así?

—No voy a conducir rápido, — dijo Baekhyun. — Tengo cascos, pero no los necesitamos para un viaje como este.

—Eso es imprudente, — dijo Kyungsoo.

—Vive peligrosamente — dijo Baekhyun.  — Ese es mi lema.

—Vive — Kyungsoo contrarrestó.  —Ese es el mío.

Riéndose, Baekhyun se bajó de la moto, haciendo que Kyungsoo se deslizara en el asiento. —Está bien, — dijo. —Espera.

Retrocedió hacia la caja a prueba de agua que estaba situada junto a la puerta principal y giró el pestillo antes de tirar de la tapa. En el interior, había cascos, unos negros. “No te atrevas a montar en esa cosa peligrosa sin casco” decía su abuela. “La vida ya es lo suficientemente corta”.

Se puso el suyo y le llevó el otro a Kyungsoo, quien se lo puso sujetándolo firmemente bajo la barbilla antes de entrecerrar los ojos hacia Baekhyun.  —Ven aquí, — le dijo. También apretó el casco de Baekhyun, mientras este le sonreía, los dedos haciendo cosquillas a la barbilla de Baekhyun mientras su nariz se fruncía en concentración.

—Tienes la cara pensativa más mona que hay. — Kyungsoo frunció el ceño, bajando las manos, aunque Baekhyun todavía sentía su toque.  —Y las manos, tus manos también son monas.

—Soy un adulto, — dijo Kyungsoo.  —Los adultos no son monos.

— ¿Cómo explicas esa cara, entonces? —Baekhyun alzó la mano y usó el pulgar para suavizar la arruga entre las cejas de Kyungsoo, y luego se sentó de nuevo en la moto, moviéndose hacia atrás hasta que estuvo firmemente situado entre los muslos de Kyungsoo. Giró la llave, y tragó cuando los brazos de Kyungsoo le envolvieron la cintura y sus manos se entrelazaron sobre su estomago. —Agárrate fuerte, — dijo, y se fueron.

 

Baekhyun condujo por la autopista de la costa. Estaba prácticamente vacía, sólo vieron un camión que conducía a lo largo de la 1132. Baekhyun podía sentir a Kyungsoo intentando coger aire en cortas bocanadas detrás de él, y ralentizó lo suficiente como para que Kyungsoo se derritiera contra en él. Quería preguntarle a Kyungsoo qué pensaba de la vista, pero el motor era demasiado ruidoso y el viento no ayudaba.

Después de unos cinco kilómetros, Baekhyun salió de la autopista principal y aminoró, serpenteando por una carretera pavimentada algo más vieja que conducía, cuesta arriba, hacia el interior de la costa, lejos de los acantilados escarpados que cortaban el azul brillante del cielo invernal.

El agarre de Kyungsoo se relajó aún más, y a esa velocidad, Baekhyun era realmente demasiado consciente de la presión de las rodillas de Kyungsoo en el exterior de sus muslos y el pecho contra su espalda.

Se detuvo en un pequeño aparcamiento, dejando la scooter junto a la camioneta de Chanyeol porque sabía que Chanyeol no iba a salir antes que él. El viento sopló de nuevo cuando Kyungsoo se bajó de la moto. Baekhyun suspiró ante la pérdida de calor, pero entonces Chanyeol se acercó a ellos, todo brazos largos y sonrisas.

—Baekhyunnie, ¿estás usando un casco? —  Chanyeol se rió. — Tío, tengo que hacer una foto y enviársela a mi hermana. Casi le dio un ataque cuando le dije que nunca lo llevas para conducir por aquí arriba.

—Kyungsoo cree que soy imprudente, — dijo Baekhyun.  — Voy a llevarlo a saltar a los acantilados como venganza.

—Si crees que voy a saltar desde de un precipicio, — dijo Kyungsoo, — en diciembre, claramente no estás pensando lógicamente.

—Está tomándote el pelo, Kyungsoo, — dijo Chanyeol. —Baekhyun es un cobarde frente al agua fría, pero si Jongdae lo hubiera dicho, ahí tendrías que preocuparte.

—No soy un cobarde, — dijo Baekhyun. — El océano está muy frío —. También había fuertes remolinos que podían absorber a los nadadores y hacer que les fuera imposible volver. Y en invierno, la noche llegaba antes. Los reflectores no ayudaban cuando el océano se volvía negro y turbio con la marea de la tarde. —No es seguro.

—La seguridad no parece una de tus prioridades—, dijo Kyungsoo, sosteniendo aun el casco con ambas manos, y apuntándole con él.

—Eso no es peligroso, — rebatió Baekhyun, agitando una mano mientras se soltaba la sujeción bajo la barbilla con la otra. —Las scooters son mejores cuando puedes sentir el aire.

Baekhyun se quitó el casco y el viento comenzó inmediatamente a despeinarle el pelo. Chanyeol se rió mientras Baekhyun intentaba en vano quitárselo de los ojos.

—Ven a ver los nuevos ponis, — dijo Chanyeol. — Aun no has llegado a conocerlos.

—Oh, llegaron la semana pasada, ¿verdad? — Dejó caer el casco en la parte de atrás de la camioneta de Chanyeol, y luego cogió el de Kyungsoo e hizo lo mismo con él. Kyungsoo tiene el pelo chafado, y las mejillas todavía rojas por el paseo. Inmediatamente se metió las manos en los bolsillos cuando Baekhyun le liberó del casco.

—Si — dijo Chanyeol. — Los trajeron desde las afueras de Gangjeong. — Llevaba una sudadera con la capucha levantada, pero se la quitó cuando se acercaron a los viejos establos amarillos. La pintura estaba desportillada y el desvanecido verde de las puertas y el techo mostraba lo viejos que eran. — Allí es donde están tratando de construir la nueva base militar estadounidense.

—Gangjeong — dijo Baekhyun — es una de las aldeas que sobrevivieron al levantamiento, la verdad es que no hay muchas, es como Jeolbyeog-ri, donde la mayoría de los residentes han pasado toda su vida allí, y sus padres y los padres de sus padres.

—Si construyen la base allí, toda la ciudad será demolida—, dijo Chanyeol. — Han cerraron muchos senderos por allí, y están enviando a los caballos aquí, a algunos de ellos los dejaremos deambular, pero tenemos que tener cuidado, porque ya hay una manada. — Abrió el candado con la llave que llevaba colgada de un muñeco de plástico rizado, y los dejó entrar al establo.  —Otros ya están bien entrenados.

Chanyeol iba por delante de ellos, probablemente para ir a coger las monturas, dejando a Baekhyun y a Kyungsoo llegar a la cerca solos. Kyungsoo apoyó los brazos sobre la valla, y miró al poni con esa expresión con los bien ojos abiertos que Baekhyun todavía no había descifrado.

— ¿Alguna vez has montado antes? — Baekhyun preguntó. El establo era más como un gran cercado de interior. El poni favorito de Baekhyun trotó cuando él silbó, presionando la nariz mojada contra su mejilla.

El ruido también hizo ir a uno de los perros pastores, que eligió prestar atención a Kyungsoo en su lugar, enredándose entre sus piernas y golpeando la cola contra su muslo. Kyungsoo se rió y se puso en cuclillas para acariciarlo a fondo, las manos desapareciendo en el pelo ligeramente enmarañado mientras esquivaba los lametones del perro.

A Baekhyun le gustó mucho la forma en la que Kyungsoo se reía. No era ruidoso, incluso a veces no hacía ningún ruido en absoluto, pero toda su cara se iluminaba, sus ojos se entrecerraban y las mejillas se arqueaban. Era adorable.

—Una vez, — dijo Kyungsoo, — pero eso fue cuando vivía en el extranjero. —El perro le hizo caer de culo y esa vez, se rió en voz alta, mostrando todos los dientes. — Cuando tenía once años, o algo así, hace demasiado tiempo como para contarlo.

Baekhyun le ofreció una mano, y Kyungsoo la cogió, permitiendo a Baekhyun levantarlo. Baekhyun lo estaba soltando cuando volvió Chanyeol. — Baekhyun, tú vas a montar a Mocha, ¿verdad?

—Claro, — afirmó Baekhyun, mientras Chanyeol le daba una silla. — ¿Cuál le vas a dar a Kyungsoo?

Chanyeol saltó la valla, caminando hacia el otro lado de la cerca hasta que se detuvo frente a un pequeño potro marrón con hebras grises en las crines. Ella le siguió obedientemente al enseñarle un pedazo de fruta, y Chanyeol descansó la ancha mano en su nariz.

—Esta es Seonggye, — dijo. — ¿No te parece que los colores del pelaje se parecen a un erizo de mar? — Seonggye olfateó, golpeando la mano de Chanyeol con la nariz hasta que le dio otro trozo de fruta. —Bueno, es una mocosa malcriada, pero como te estás quedando con Baekhyun, supongo que estarás acostumbrado.

— ¿Qué estás insinuando? — preguntó Baekhyun, al mismo tiempo que Mocha pateaba el suelo con un casco.

—No está insinuando nada, — dijo Kyungsoo, — más bien esta afirmando.

—Ella no te tirará, — dijo Chanyeol. —Es un buen poni para un primerizo.

Cuando tuvieron a Kyungsoo montado, fuera, en la pista circular de práctica, y Chanyeol ensillado en la montura más grande en el establo, Baekhyun dirigió a Mocha hasta Kyungsoo. — ¿Nervioso?

—En realidad no, —  dijo Kyungsoo. Se ajustó el chaleco rojo que todos ellos tenían que llevar cuando salían en los ponis, para que pudieran encontrarse entre sí frente al fondo de árboles. —Probablemente... no me caeré.

— ¿Tal vez te sentirías más seguro si fuera a buscar tu casco? — Kyungsoo hizo un ademan  como si fuera a pegar a Baekhyun en el brazo, y se inclinó demasiado a la derecha, perdiendo el equilibrio. Baekhyun lo cogió, empujándole el hombro. — Cero violencia sobre el caballo.

— Me lo pones muy difícil. — Kyungsoo sonrió, sin embargo, incluso cuando Seonggye se movió impacientemente bajo él. — Quiero pegarte muchas veces.

— Pero si soy encantador, — bromeó Baekhyun, y Chanyeol se rió.

Las orejas de Chanyeol se habían vuelto ligeramente rosadas por el viento. Hacía más viento de lo que Baekhyun había pensado que haría hoy, pero no hacía demasiado frío para pasar el día afuera, así que no importaba.

— Baekhyun tiene un harén de mujeres mayores, — le dijo Chanyeol a Kyungsoo. —Le pellizcan las mejillas y le compran caramelos.

— Solo estás celoso, — dijo Baekhyun, — de que te falte mi carisma natural. — Empezó a dirigir a Mocha alrededor de la pista circular a ritmo lento, y Kyungsoo le siguió.  —Además, no hay nada malo en una buena mujer mayor.

— Quizá algún día Kim Taeyeon se enamore de ti -dijo Chanyeol por encima del hombro, y Baekhyun le hizo una mueca. — También es una mujer mayor.

— ¿Quién es Kim Taeyeon? — preguntó Kyungsoo. Agarró las riendas con cuidado, como si tuviera miedo de ser demasiado duro con Seonggye. De vez en cuando, mientras rodeaban la pista, le daba toquecitos en el cuello, susurrándole cosas que Baekhyun no podía oír, y haciendo que el estómago de Baekhyun se derritiera.

 —El único y verdadero amor de Baekhyunnie — dijo Chanyeol, y Baekhyun suspiró.

 — Ya está enamorada de mí — dijo Baekhyun. — Solo que aún no lo sabe.

- Sólo porque se ría de tu aegyo, no significa que quiera salir contigo.

 —Ya verás — dijo Baekhyun, deseando sonar misterioso pero sabiendo que parecía petulante. Realmente, no estaba seguro de si realmente le importaba si Taeyeon alguna vez se daba cuenta de él. Era que le había gustado tanto tiempo que no sabía cómo... dejar que le gustara. Seguirla con los ojos era un hábito desafortunado, como por ejemplo, no poder dejar de reventarse los granitos cuando le subían por el cuello o clavarle los dedos de los pies a Jongdae en los muslos cuando este trataba de leer.

 — Creo que Kyungsoo puede manejar el sendero — dijo Chanyeol. —Deberiamos salir antes de que se haga demasiado tarde.

 — ¿No dijiste que liderabas un grupo?  —Kyungsoo pregunta. — ¿Dónde están?

-Oh, Jinri está de turno esta mañana. — Chanyeol se rascó la mejilla.  —Había olvidado que el horario era diferente esta semana cuando hablé contigo sobre fechas, así que...

 — ¿Has venido sólo por nosotros?  — preguntó Baekhyun — Ah, Chanyeol, no deberías haberlo hecho... Kyungsoo probablemente hubiera preferido pasar tres horas viendo la cara de Jinri en vez de la tuya.  —Baekhyun se volvió hacia Kyungsoo. — Considerándolo bien, cualquiera lo haría, la verdad.

Chanyeol le dirigió a Baekhyun una sonrisa descarada que hizo que Baekhyun quisiera tirarle de las orejas.  —Siento decepcionarte.

- No, no lo sientes— respondió Baekhyun.

—Ha pasado un tiempo desde que salimos a caballo juntos. — Chanyeol retrocedió, para poder corregir el agarre de Kyungsoo sobre las riendas  —Además, esta es probablemente una de las últimas mañanas bonitas hasta la primavera, así que ¿qué mejor manera hay de gastarla?

- En la cama — respondió Baekhyun —Como la gente normal.

—Como si fueras normal — dijo Chanyeol, levantándose la capucha y guiándoles por el césped.

No había un camino real para los ponis. Chanyeol le había dicho a Baekhyun una vez, cuando habían salido a caballo con Jongdae y Jinri, que los ponis sabían mejor que él dónde pisar. Jinri había hecho algún comentario sobre que Chanyeol ni siquiera sabía dónde ponía sus propios pies, así que nadie debía darle cuatro más.

Mantuvieron un ritmo tranquilo. Había marcadores a medida que avanzaban, caballos de metal azul que les permitían saber dónde estaban para que no perdieran el camino a través de las colinas. El aroma de las camelias flotaba en el viento, y cada respiración que Baekhyun tomaba era fresca y teñida con él. Podía ver el monte Halla desde allí. No claramente, como lo haría desde un terreno más alto, o desde la costa cerca de Seongsan, pero sí la punta, blanca por la nieve a pesar de la verde hierba brillando bajo sus pies.

— Este no es exactamente un sendero para principiantes — comentó Chanyeol, mientras los caballos comenzaban a desviarse más hacia la costa, — pero la vista es increíble, y Baekhyunnie y yo no te dejaremos caer.

Mocha pisaba sobre las rocas con facilidad, al igual que Seonggye, y el agarre de los nudillos blancos de Kyungsoo en las riendas se aflojaba cada vez según avanzaban por el sendero. Empezó a mirar alrededor, a los árboles y a los ponis sin jinetes mientras cabalgaban. Se rezagó ligeramente detrás de Baekhyun y Chanyeol, pero no parecía importarle simplemente seguir escuchando su conversación. Sin embargo, Baekhyun quería incluirlo. Quería hacer reír a Kyungsoo.

Chanyeol le cogió mirando hacia atrás y se detuvo en medio de su historia sobre una niña que, emocionada, había intentado darle al caballo de Chanyeol un terrón de azúcar y este le había estornudado, por las molestias.

—Hey, Kyungsoo -dijo Chanyeol, y la cabeza de Kyungsoo giró de golpe hacia Chanyeol, como si hubiera estado a un millón de años luz de distancia-, ¿Baekhyunnie te ha contado cómo nos conocimos?

—Chanyeol casi me aplasta — dijo Baekhyun, empujando a Mocha hacia la derecha para que Kyungsoo pudiera cabalgar justo entre ellos.

—No lo vi para nada— dijo Chanyeol. —Yo estaba montando en Makki — palmeó el flanco del caballo,  — y el pequeño pequeñísimo Baekhyun..

- Cuidado con los chistes de altura— le cortó Baekhyun. —Kyungsoo es sensible.

- No soy sensible— dijo Kyungsoo, —pero tampoco estoy por encima de los puñetazos en la garganta.

- No estás por encima de nada, ahí abajo a ciento sesenta y cinco centímetros—, dijo Baekhyun, y Kyungsoo hizo un sonido raro con la parte posterior de la garganta.

— Mido uno setenta— dijo, bajito, y Baekhyun dejó las riendas descansar en sus muslos para poder subir las palmas de las manos en gesto defensivo defensiva.

- De acuerdo -dijo Baekhyun, batiendo las pestañas — Error mio.

Kyungsoo soltó un pequeño gruñido, y Chanyeol, apenas escondiendo una risa, volvió a su historia.

- De todas formas, llevaba a Makki a galope hacia el establo, porque estaba llegando tarde para encontrarme con el amigo de Jongdae, y yo acababa de mudarme aquí, ¿sabes? Y Baekhyun era prácticamente invisible ...

—Llevaba una gorra de béisbol Nexan y zapatillas rojas— contradijo Baekhyun.

—Estabas usando una camiseta verde hierba de unas treinta tallas demasiado grandes para Shrek— dijo Chanyeol. -Estabas básicamente en camuflaje de Jeju.

—Lo que sea — dijo Baekhyun. —En resumen, el caballo de Chanyeol casi me aplastó. El estómago se me habría salido por la nariz.

—Eso no es anatómicamente posible, Baekhyun. Para que eso suceda, tu estómago tendría que estar...

—Realmente no me importa— dijo Baekhyun. —Ese caballo es casi tan grande como tú, y yo estaba en peligro mortal.

La boca de Kyungsoo se contrajo en su casi sonrisa. Su mirada iba de Chanyeol a Baekhyun y vuelta. —Dramático.

—Casi tan dramático como aparecer en un Lexus en medio de la noche— dijo Chanyeol.

—Definitivamente fue más dramático, Chanyeol— dijo Baekhyun. —Después de todo, la llegada de Kyungsoo a mi vida casi no me mató.

—¿Cuánto tiempo hace que os conocéis?

—Demasiado tiempo— dijeron ambos, y ahí es cuando Chanyeol generalmente cogía a Baekhyun de la nuca.

—¿Tres años? -preguntó Chanyeol, y Baekhyun asintió.

— Más o menos— Baekhyun estaba de acuerdo. —Park Chanyeol, la primera persona en trasladarse a la zona en una generación.

—Vine aquí desde Jeju-si para vivir con mi tía -dijo Chanyeol-, y así poder trabajar con los caballos. Justo a las afueras de la ciudad, tienen a los caballos en establos y cosas así, no hay tanta oportunidad de entrenarlos o trabajar en absoluto con los potros salvajes. 

Baekhyun se quitó el pelo de la cara y sonrió. — Y para conocerme, por supuesto.

—Algún un inconveniente tenía que haber en el trabajo de mis sueños-  dijo Chanyeol. —Se gana algo y se pierde algo.

Baekhyun puso los ojos en blanco y resopló, apartándose de Chanyeol para concentrarse en Kyungsoo, que lo miraba de nuevo. Por un momento, Baekhyun olvidó lo que iba a decir, aturdido por la mirada de Kyungsoo, pero luego sacudió la cabeza para despejar las telarañas y sonrió. — Por lo menos a Kyungsoo le gusto.

—Todavía no estoy muy seguro de eso— dijo Kyungsoo — Tendrás que darme otras pocas semanas para decidirme.

— ¿Te vas a quedar tanto tiempo? -preguntó Chanyeol. Su capucha se había caído de nuevo, y su cabello era suave y algo rizado. Cuando Baekhyun había conocido a Chanyeol, lo había llevado de un rubio horrible, pero ahora lo llevaba con su color natural, un negro suave que hacía que la cara de Chanyeol se viera más madura.

—Si—  dijo Kyungsoo. — Aun no tengo mucha prisa por irme a casa.

Pasaron a través de unos pocos árboles, nada denso, y justo después vieron una manada de caballos de pastoreo.

—Eso es una foto de postal— dijo Chanyeol. -¿No crees? Hay otra gran vista, justo delante.

Cuando encontraron esa vista Baekhyun se dio cuenta de que estaban más cerca de la costa de lo que pensaba. Si entrecerraba los ojos, podía ver su cala y la de Jongdae en la distancia.

—Deberíamos regresar pronto— dijo Chanyeol. —Tengo que llevar a un grupo de excursión en una hora, y quiero tiempo para almorzar.

—Claro, claro— dijo Baekhyun, mientras Chanyeol giraba a Makki, guiándola hacia una parte de hierba alta para que pudiera pastar.

Baekhyun presionó con las rodillas para hacer que Mocha se detuviera, y Kyungsoo siguió su ejemplo.

—A veces me olvido— dijo Baekhyun, porque el silencio lo pone ansioso, — de como es. Incluso en invierno, aún es…

Kyungsoo puso la mano sobre la rodilla de Baekhyun, y Baekhyun dejó sus palabras apagarse. — ¿Kyungsoo?— La mano de Kyungsoo se quedó ahí, cálida y firme, y a Baekhyun se le secó la garganta.

—Es hermoso— dijo simplemente, y Baekhyun asintió con la cabeza.

—Sí — contestó Baekhyun. Miró hacia afuera, a la cala, y al océano. Estaba espumoso hoy, las olas rompiendo entre sí y creando espuma blanca. Los pescadores estaban sobre las rocas con coloridas chaquetas impermeables, y las cañas se extendían mientras trataban de pescar la cena. También podía ver a algunos buzos, sus flotadores balanceándose en el agua a pesar de la mar picada de hoy. Un barco de crucero se veía aún más lejos, demasiado lejos para que Baekhyun pudiera saber si lo había visto antes o no.

Por mucho que anhelara ir a algún lugar, y ver el mundo, esto siempre sería el hogar. A veces se olvidaba, pero momentos como este le ayudaban a recordarlo.

—Digno de alguna poesía, ¿no? ¿Dónde está mi verso sijo?

 —Eres un payaso — dijo Kyungsoo, apretando su rodilla una vez más antes de soltarlo      — ¿No te dije que no me iba la poesía?—  Volvió a pasarse una mano por el pelo, en lo que Baekhyun se había dado cuenta de que era la forma Kyungsoo de inquietarse. Baekhyun se preguntaba que hacía cuando está todo engominado como si había ido esa primera noche. Tal vez cuando Kyungsoo estaba trabajando, no se inquietaba en absoluto.

— ¿Qué es lo que te va, Kyungsoo?— Baekhyun puso su propia mano donde la de Kyungsoo había descansado. Su propia mano era más grande, superponiéndose al lugar cálido y engulléndolo.  — ¿Qué te gusta?

—Prince of Tennis — dijo Kyungsoo, y Baekhyun se rió.

-¿Cómo el... anime?

— Como el anime—, confirmó Kyungsoo.

—Realmente estaba preguntando sobre hobbies, pero supongo que eso también cuenta?" Era más fácil de lo que había pensado, imaginárse a Kyungsoo tumbado en un caro sofá en un edificio de apartamentos de gran altura en Seúl viendo dibujos deportivos, con una expresión impasible en la cara.  —Sin embargo, de todas las cosas que te deben gustar, ¿eliges esa para decirme?

—Para ver la cara que ponías— contestó Kyungsoo. -Sabía que sería buena —Cogió las riendas de nuevo. —Deberíamos alcanzar a Chanyeol, ¿no?

-Si -dijo Baekhyun, sintiéndose extrañamente complacido por las bromas de Kyungsoo. ——Deberíamos— Empujó a Mocha, y se inclinó para darle unas palmaditas a Seonggye. —Vamos damas.

Mientras los tres volvian cabalgando hacia el establo, Baekhyun parecía no poder parar de mirar continuamente a Kyungsoo, y de recordar el peso de su mano sobre la rodilla. Para distraerse, cantó el tema de uno de sus dramas favoritos, y Chanyeol se unió en los coros. Kyungsoo se reía de Baekhyun cada vez que este se olvidaba de la letra, que era más a menudo bajo el peso de la mirada de Kyungsoo.

Kyungsoo pasó mucho tiempo diciendole adiós a Seonggye, peinándole las manos a través de las crines y susurrándole.

— Me gusta — dijo Chanyeol, mientras cogía la silla de Mocha. —Kyungsoo, me gusta, me alegro de que vaya a estar un iempo por aquí.

-Sólo piensas que juega bien con tus mascotas.

— Juega bien contigo, también— dijo Chanyeol. -Así que me gusta.

-A mí también me gusta -dijo Baekhyun, preguntándose por qué las palabras sabían tan extrañas en su boca.

                                                          

 

—Supongo que no quieres mover el escritorio ahora— dijo Baekhyun, apoyando la espalda contra la encimera de la cocina mientras Kyungsoo descansaba la cabeza sobre la mesa. Estaba sentado con las piernas estiradas como Baekhyun solía hacerlo ("Es tan asqueroso", decía Soojung, "Deja de coger tanto espacio"), en lugar de cruzarlas como solía sentarse cuando bebía una taza de café.  — ¿Estas adolorido?

 —Si estás a punto de hacer una broma ual— dijo Kyungsoo —ten compasión de mí y cierra la boca.

Baekhyun rió dentro de la taza de su chocolate caliente. —No tengo piedad con nadie— El vapor le abría los poros de las mejillas y arrugó nariz hacia arriba mientras miraba a Kyungsoo.  — Es bastante común , cuando empiezas a montar, el tener dolor en los muslos y los brazos doloridos— dijo, y Kyungsoo gimió.

—Saber que es algo común definitivamente hace que duela menos— dijo Kyungsoo, sus palabras amortiguado por el brazo. —Así que gracias.

—Sé lo que ayudaría— dijo Baekhyun, mientras Kyungsoo estiraba los dedos de los pies frente a él y flexionaba los dedos de los pies contra los tobillos.

— ¿Oh? —Kyungsoo lo miró. La curva de su mandíbula resaltaba por la luz sobre la cabeza, y arrojaba una sombra que atrajo la atención de Baekhyun desde ahí, hasta la línea de su cuello.

—Dame veinte minutos— dijo Baekhyun, incorporándose de la encimera y colocando su taza en el borde del fregadero. —No lo laves, yo lo haré.

- Está bien— contestó Kyungsoo, divertido, y Baekhyun se estiró del cuello de la camiseta.

—Ve a ducharte primero — dijo Baekhyun. — Después, nos vemos en la última habitación, al final del pasillo.

Kyungsoo entrecerró los ojos a Baekhyun, pensativo. — ¿En que estas pensando?

— ¿No confías en mí? —Baekhyun le dirigió a Kyungsoo su sonrisa más angelical, pero pareció alarmarle.

—Sólo te conozco desde hace dos semanas— dijo Kyungsoo. —Y me has llevado a una caminata engañosamente difícil de más de tres kilómetros a través de un bosque chillón, tratado de hacerme ir en moto sin casco, intentado tirarme desde un precipicio para bucear, y enseñarme a cortar mal con un cuchillo afilado.

No parecía que hubieran pasado sólo dos semanas. Pero solo faltaban unos días para diciembre. La próxima vez que estuviera nublado, tendrían que preocuparse por la nieve en lugar de por la lluvia.

— ¿Y no ha sido una pasada? — Baekhyun preguntó. —Estos  chicos de ciudad, tan débiles. Arrugó la nariz. —Ve a ducharte.

Baekhyun dejó a Kyungsoo en la cocina para arrastrarse fuera de la silla, entrando en el pasillo y yendo hasta la última puerta.

No era un dormitorio. En realidad, ni siquiera era parte de la casa original. Había sido construido cuando Baekhyun había estado tal vez en primer año de secundaria. No podía recordarlo exactamente. Sólo recordaba a Yixing cambiando su futón temporalmente a la habitación de Baekhyun para huir del ruido, y luego simplemente se acurrucaba en el de Baekhyun por las mañanas, su propia manta abandonada en un montón detrás del escritorio de Baekhyun.

Cuando abrió la puerta, sonrió. Todo estaba limpio, de cuando lo había limpiado todo a principios de otoño, cuando aún hacía calor. La suave madera del suelo estaba frio bajo sus pies, pero al final, acumularía el calor en cuanto Baekhyun llenara la bañera.

La bañera era grande. A principios de la primavera, Baekhyun siempre lo llenaba para que los huéspedes lo usaran. A los excursionistas en particular les gustaba, porque el agua caliente, junto con la raíz machacada de seom ogalpi y la savia que Baekhyun ponía aliviaba los músculos doloridos. Era más eficaz  ingerido, pero así también servía.

Normalmente no la llenaba en invierno, porque cuando no había nadie allí no se justificaba el gasto de agua, pero sería perfecto para los músculos adoloridos de Kyungsoo.

Cuando Kyungsoo entró en la habitación, la boca se le abrió al mirar a su alrededor, la bañera estaba llena y la habitación forrada con paneles de madera se había llenado de vapor. El olor del seom ogalpi era embriagador, y Baekhyun respiró profundamente, porque le recordaba la forma en que olía su abuela cuando la abrazaba, acariciándole con la nariz el hueco entre el cuello y el hombro.

—El Seom ogalpi sólo se encuentra en Jeju— dijo Baekhyun. — Se bebe, en té, y cura todo tipo de cosas, es básicamente magia.

—Oh — dijo Kyungsoo — Qué científico —Se estaba secando el pelo descuidadamente con una toalla y se le levantaba en todas direcciones. Llevaba unos  pantalones negros y una camiseta negra de manga larga. Todo negro, como de costumbre. —Supongo que no debería haberme vestido.

Baekhyun infló las mejillas. —Una pérdida de tiempo, honestamente. —  se levantó -¿Te dejo con esto?

— ¿No te vas a quedar?— preguntó Kyungsoo. Se quitó la camiseta por encima de la cabeza, revelando la suavidad del estómago, sus costillas moviéndose bajo la piel. Su pelo era un lío aún más grande después.

-¿Quieres... que me quede? — Kyungsoo se encogió de hombros, como si no le importara que fuera de un modo u otro, pero era obvio que estaba analizando la bañera, para ver si dos hombres adultos podían caber cómodamente en ella.

—Yixing hyung y yo solíamos pasar horas sentados aquí— añadió Baekhyun, respondiendo a una pregunta que Kyungsoo no haría. — Yixing me contaba historias sobre dónde había crecido en China, y a veces, cuando hablaba, olvidaba que se suponía que estaba hablando en coreano, y simplemente desvariaba en chino".

—¿Es por eso que estás estudiando chino? — preguntó Kyungsoo. Baekhyun le miró boquiabierto y entonces recordó el libro que Kyungsoo le debió de quitar de las manos cuando se había quedado dormido anoche.

—Bueno... — Baekhyun se encogió de hombros. — Supongo, no sé. No soy muy bueno en aprender de esa manera, de los libros. De algunas cosas me acuerdo muy fácilmente-Chanyeol dice que tengo una 'memoria basada en eventos selectivos’ - sacudió los dedos - Lo que sea que signifique eso, siempre habla de porquería que no entiendo, como índices… polares, o lo que sea.

—¿Índices polares? — Kyungsoo se quedó solo en ropa interior, y se acercó a probar el agua. Sumergió los dedos y siseó. — El agua esta hirviendo.

—Tiene que estar caliente— dijo Baekhyun. —Así es como funciona.

—Si voy a ser una langosta en una olla— dijo Kyungsoo — tú te vas a tener que unir.

Evitó los ojos de Baekhyun, y Baekhyun se dio cuenta de que era una invitación, y se rió. Kyungsoo era muy raro, pero era refrescante, tratar con alguien tan diferente de las otras personas en tu vida. Kyungsoo era como un rompecabezas. Del tipo que Baekhyun siempre resolvía más rápido que Chanyeol cuando jugaban en la gameboy, aun cuando Chanyeol era mucho más inteligente que él.

—Voy a la ducha, entonces— dijo Baekhyun. — Vuelvo en un minuto.

Después de que se hubo enjabonado y enjuagado en el baño frente a su dormitorio, abrió su puerta y tiró su ropa sucia en el suelo, en medio de la habitación. Luego fue hacia uno de los armarios del vestíbulo y sacó dos de las toallas más grandes, dos grandes y suaves toallas de color azul pálido que no se usaban mucho, ya que él solía usar toallas de mano para casi todo.

Cuando volvió al baño sauna, el vapor se había vuelto aún más espeso, y Kyungsoo ya estaba en el agua, con los brazos apoyados en los laterales de la bañera mientras se relajaba dentro.

Baekhyun puso las toallas al lado de la bañera y probó el agua por sí mismo. Estaba caliente, pero Baekhyun siempre había preferido tener calor que tener frío.

 —¿Acabas de venir andando completamente desnudo por el pasillo de tu casa sin cerrojo? — preguntó Kyungsoo, finalmente sentándose en la bañera. El agua le corría por los hombros, y tenía las mejillas de un tono subido. Baekhyun entrecerró los ojos, tratando de ver mejor su expresión a través del vapor.

 —¿Qué es lo peor que podría pasar? —preguntó Baekhyun, entrando en el agua. Cuando se sentó, sus rodillas chocaron levemente con las de Kyungsoo, y Kyungsoo dio un pequeño gritito  de sorpresa que hizo que Baekhyun se echara a reír. — Eso ha sido muy lindo — dijo Baekhyun.

— Te estrangularía si no me doliera tanto como para ir hasta ahí— dijo Kyungsoo.

—¿Así que debería guardarme las pullas para mi ahora?

—No tientes a la suerte — dijo Kyungsoo. Algo de vapor se levantó, y Baekhyun finalmente pudo ver la expresión de Kyungsoo. Era suave y tranquila. El olor de la madera se estaba mezclando con el seom ogalpi. —Esto realmente se siente como Jejudo.

— Tiene sentido—  dijo Baekhyun — considerando que estamos en Jejudo.

—Quiero decir... — Kyungsoo suspiró — No importa, era una tontería.

 Su cabello estaba lo suficientemente húmedo como para que se le pegara cuando se lo echó para despejarse la frente. Cambiaba por completo el aspecto de su cara. Parecía mayor y más serio, pensó Baekhyun. Como el hombre del traje a medida que había entrado aquel jueves por la noche y no el hombre cuyas mangas de la sudadera eran demasiado largas para sus brazos.

—Digo por lo menos treinta tonterías al día — dijo Baekhyun —Esto mantiene mi vida emocionante.

—Quiero decir que la mayoría de los jjimjilbangs en Seúl son... Puedes oler las hierbas, en el baño, y las habitaciones de la sauna son perfumadas, con olor a azufre o a carbón rojo, pero... —Kyungsoo dio unos golpecitos con los dedos en el borde de la bañera, con un ritmo uniforme, y luego —Esto huele como los árboles, y de la misma forma que huele la isla, como el océano y... — Se detuvo y se pasó la lengua por los labios.

— Eso no es tonto en absoluto— dijo Baekhyun — Es lo que yo siento, la mayoría del tiempo, incluso cuando quiero ir a algún sitio, y hacer algo, cualquier cosa menos esto, sé que adoro este lugar — Dibujó diseños con el dedo en la superficie del agua. — Que me encanta esta isla, incluso con todos sus fantasmas.

-¿Sus fantasmas? — Preguntó Kyungsoo -¿Como los de los aldeanos de los árboles?

Baekhyun sonrió, mostrando todos los dientes mientras se frotaba con el dorso de la mano los ojos secos. El agua con seom ogalpi resbalaba de la piel.

—Algo así—  dijo.

Fue sorprendentemente Kyungsoo quien rompió el silencio que había caído entre ellos.

—No paso mucho tiempo así— dijo — Sin hacer nada.

— ¿Demasiado ocupado? — Preguntó Baekhyun. Todo acerca de Kyungsoo le parecía como alguien que estaba continuamente ocupado diciéndoles a otras personas qué hacer. Tenía ese tono de autoridad en la voz cuando no estaba prestando atención, y esa manera sin sentido de hacer las cosas, a veces. -¿Con el trabajo?

—Paso 14 horas al día en la oficina— dijo Kyungsoo —Mi madre siempre me está diciendo que voy a tener canas cuando tenga treinta años, pero ella realmente no entiende cuánto hay por hacer.

Baekhyun intentó imaginarse a Kyungsoo canoso, y se vería... bien, Baekhyun no pensaba que eso fuera un mal aspecto, la verdad.

—Lo más probable es que sólo quiera que seas feliz? — Baekhyun se encogió de hombros. No tenía ni idea. Pero catorce horas al día sonaban mucho más de lo que Baekhyun había hecho alguna vez. Probablemente se sentaría con las piernas cruzadas, aunque sólo fuera para que los pinchazos y las agujetas de las piernas dormidas lo mantuvieran despierto.

—No es que esté insinuando que no seas feliz, ni nada de eso, es sólo que... —Baekhyun se inclinó hacia adelante para soplar en el agua creando pequeñas ondas. Su interior se sentía líquido por el calor, y no se había dado cuenta de que los muslos también le dolían hasta que el remojón había empezado a ayudar. — Así que ¿no tienes mucho tiempo para un baño informal con caballeros encantadores? — Baekhyun subió ambas manos para enmarcarse la cara, y Kyungsoo lo miró, divertido.

—Probablemente no desde que me bañaban cuando era un bebé — dijo Kyungsoo —Aunque cuando un amigo mío de la secundaria vino a visitarme en Seúl, lo llevé a un jjimjilbang, pero él se sentía un poco raro, supongo, porque siempre habíamos evitado ese tipo de cosas cuando vivíamos en Yokohama.

—Estoy imaginando a un Kyungsoo bebe, ahora mismo — dijo Baekhyun —escapándose del baño y usando su libertad para correr a organizar los juguetes por colores". El vapor del baño se levantó de nuevo cuando Baekhyun se escurrió hacia abajo, y Kyungsoo se movió, la pantorrilla rozando la de Baekhyun. El agua la hacía resbaladiza, y Baekhyun perdió el hilo de la frase por un segundo, antes de salir disparado hacia adelante.  —Probablemente no escogiste ningún objeto en tu doljanchi, solo los arrastraste y los ordenaste alfabéticamente.

—Elegí el hilo en la ceremonia de mi primer año— dijo Kyungsoo — Una larga vida.

Se hundió en el agua. Su cara estaba roja, como el pecho y los estrechos hombros, donde el agua demasiado caliente le había escaldado la piel. —De niño yo no era tan... — Cerró los ojos. Sus pestañas temblaron, y eran muy gruesas y oscuras en la raíz. Cuando suspiró, el agua del baño se onduló. — Me he enseñado a mí mismo a preocuparme por los detalles.

Sus hombros se curvaron de forma extraña hacia delante, la piel tirante sobre las clavículas. Gotas de agua le goteaban por el cuello de las puntas húmedas del pelo mientras miraba hacia abajo, quedándose callado. Baekhyun presionó la lengua contra la parte posterior de sus dientes.

—Yo escogí la comida— dijo Baekhyun. —En mi ceremonia del año, mi padre siempre bromeaba diciendo que había tenido hambre. — Miró como Kyungsoo se reía, y se relajó de nuevo, sacando el brazo del agua para examinarse los dedos. Baekhyun se miró los suyos. Todos estaban como pasas, arrugados por estar tanto rato dentro del agua caliente. —¿Qué tal el dolor?

—Mejor—  contestó Kyungsoo.  — Ha sido una buena idea.

—Cuando mi abuela se hizo mayor, su artritis empeoró— dijo Baekhyun. —Y su densidad ósea era realmente ligera?, a veces les pasa a las personas que son buceadores durante mucho tiempo. Es sólo para bañarse, y es un poco molesto llenarlo con agua salobre, pero..."

— ¿Tu abuela era un haenyeo?

—Sí —dijo Baekhyun. — Esta casa no siempre ha sido una pensión. La casa ha estado aquí desde siempre, pero solía ser la de la familia. Cuando mis abuelos se casaron, mi abuelo tenía, como un centenar de personas en su familia, y todos vivían en esta casa.

—Un centenar de personas en nueve habitaciones— dijo Kyungsoo. — Parece un arreglo apretado — Esa peculiar burla en sus labios hizo que el pecho de Baekhyun se apretara.

—De todos modos, eran pescadores, la familia de mi abuelo. Este siempre ha sido un pueblo de pescadores, aunque ya no es un modo de vida completamente sostenible.

—Ah— dijo Kyungsoo. —Entonces, ¿cuándo se convirtió en una pensión?

—En algún momento de la década de los 80 — respondió Baekhyun —No sé exactamente cuando fue. Sé que fue justo después de que mi madre se casara y que mi abuela dejara de bucear, empezó a venir mucha gente al pueblo, excursionistas, buceadores... ocasionalmente turistas. Los turistas se estaban poniendo de moda, ¿sabes?

 Se encogió de hombros, lanzando un poco de agua sobre el suave borde de madera de la bañera. Las piernas de Kyungsoo rozaron las suyas de nuevo.  —Y mi abuela... bueno, ella estaba viviendo sola, la mayor parte del tiempo, aunque es seguro aquí. — Se miró las uñas, que se estaban un pelín demasiado largas.  —Así que una pensión. No es como si las habitaciones estuvieran ocupadas de todas formas.

Kyungsoo inclinó ligeramente la cabeza hacia un lado, por lo que Baekhyun continuó.

—Todo el mundo se mudó— dijo Baekhyun. —Solo quedaron mis abuelos, en realidad. Mi tío, el hermano de mi madre, vive en Busan, de hecho fue él quien contrató a Baekbeom para trabajar en su despacho de abogados.

 Baekhyun nunca había ido de visita. Cada vez que había planeado un viaje, la vida lo había  desviado: enfermedad, o responsabilidad, o lo que fuera. Ahora, la verdad es que no quería ir de visita. La ciudad tal vez, pero no a su hermano.

—Mi hermano también es abogado -dijo Kyungsoo, pasando los dedos por el borde de la bañera. — Él heredo toda la personalidad de mis padres.

Sonrió, con cariño, y Baekhyun se replanteó su opinión acerca de que Kyungsoo y su hermano no se llevaban bien. Debería dejar de proyectarse en los demás. Además, no era que Baekbeom y Baekhyun no se llevaran bien. La gente tenía que hablar entre sí para poder pelearse, ¿no?

— Bueno, eso no lo sé —dijo Baekhyun. — Tu eres callado, pero... — Kyungsoo levantó un poco la ceja, y Baekhyun pensó en lo mucho que Kyungsoo transmitía incluso con los gestos más pequeños. —Pero también eres gracioso, y dices mucho con muy pocas palabras.

—Entonces soy lo opuesto a ti —dijo Kyungsoo. — Porque tú dices muy poco con muchas palabras.

—Oye!— dice Baekhyun, sumergiendo los dedos justo por debajo de la superficie del agua y salpicando ligeramente a Kyungsoo. —Juega limpio — Algunas gotas le dieron en la cara a Kyungsoo, y parpadeó en un shock momentáneo antes de, tranquilamente, contraatacar  usando las manos, ahuecándolas para ahogar a Baekhyun con una ola de agua. Baekhyun escupió, frotándose los ojos.

—Yo no juego limpio— dijo Kyungsoo, mientras Baekhyun empezaba a reírse. El agua se estaba empezando a enfriar, así que no se sintió ni un poquito culpable cuando le volvió a tirar agua a Kyungsoo.

La batalla degeneró rápidamente, hasta que hubo más agua en el suelo que en la bañera, y Kyungsoo se rió incluso cuando le frotó el muslo bajo el agua. Ahora estaban de rodillas, y el agua le llegaba justo por encima del ombligo. Su estómago estaba de un bonito color rosa pálido por el calor y la boca de Baekhyun estaba muy seca.

 —Debemos salir y secarnos— dijo Baekhyun.  — Parecemos dos pasas.

—El baño realmente ha servido— dijo Kyungsoo —Con el dolor de músculos.

—Me alegro — Cogió una de las toallas grandes de un lado de la bañera. Estaba húmeda y empapada en un borde, pero estaba lo suficientemente bien como para cubrirlo al salir del agua. Se la envolvió en la cintura, y luego le pasó la otra a Kyungsoo, que se levantó y la cogió mientras Baekhyun rápidamente miraba a otro lado. — Aunque te va a doler por la mañana.

—Siento que toda mi estancia hasta ahora ha sido así— dijo Kyungsoo, jugueteando con la toalla. Su pelo cayó hacia adelante cuando bajó la barbilla para mirar hacia abajo, y se le pegó a la cara y se le metió en los ojos, así que Baekhyun, sin pensarlo, se inclinó hacia delante y se lo retiró de la cara otra vez. Kyungsoo levantó la vista rápidamente, y la mano de Baekhyun se deslizó por la mejilla, así que rápidamente la apartó.

La piel de Kyungsoo era muuy suave.

— ¿Empapado? — Baekhyun preguntó — ¿o adolorido?— Se rió, pero la notaba pegajosa en el pecho, como ddeok que aun no se había asentado.

—Siempre empapado—, dijo Kyungsoo.  —Cada día, los nudos de la espalda y el pecho se aflojan, pero cuando me despierto por la mañana, vuelven, tan retorcidos y apretados como antes — Estaba en fase espinosa, enrollándose ante los ojos de Baekhyun. Tenía que elegir cuidadosamente sus siguientes palabras.

Baekhyun siempre había sido bueno con los erizos. Había aprendido a lidiar con ellos cuando era un niño. Baekhyun y Baekbeom los encontraban cavando agujeros bajo el escalón trasero de la casa, y Baekhyun era el que los tranquilizaba, sosteniéndolos en las manos hasta que dejaban de  resoplar, hasta que se acostumbraron a su calor y a su olor, y lentamente se desenrollaban en su regazo.

Kyungsoo definitivamente era igual.

—Puedo volver a llenar la bañera mañana — dijo Baekhyun, y Kyungsoo le dirigió esa mirada indefinida.

—Deberíamos limpiar— dijo Kyungsoo, con una mano cogiendo la toalla mientras que con la  otra mano se rascaba el cuello con un dedo. Cogió su ropa mojada del suelo con disgusto.  —Que desastre.

—Yo lo haré — dijo Baekhyun —No te he metido en la bañera para que volvieras a forzar los músculos limpiando.

Había rebelión en los ojos de Kyungsoo, pero Baekhyun cuadró los hombros y esa llama rápidamente murió.

—Entonces te veré por la mañana — dijo Kyungsoo.  Salió de la habitación, dejando entrar ráfagas de aire fresco desde el vestíbulo. La piel de los brazos de Baekhyun se erizó.

—Nos vemos por la mañana — repitió Baekhyun. Miró a Kyungsoo atravesar el pasillo antes de cerrar la puerta para mantener el calor, apoyando su espalda contra la madera húmeda y suave. Examinó el agua que cubría el suelo y suspiró, frotándose tímidamente el pelo.

 

Unos días más tarde, por la mañana, el Lexus había desaparecido de la parte delantera de la pensión. Baekhyun se mordió el labio inseguro, pero la puerta de Kyungsoo había sido dejada abierta. Mirando dentro, estaba limpio, y los planes se habían ido, pero la maleta de Kyungsoo todavía estaba allí, y su pijama estaba doblado encima de la ropa de cama.

—Habría dicho que se iba, si se fuera a marchar -murmuró Baekhyun. —No seas ridículo, Byun Baekhyun.

Con la ausencia de Kyungsoo, esa era su primera mañana libre en un tiempo. Vagabundeó un poco por su habitación y luego en la cocina, pero finalmente se vistió, se envolvió en el abrigo y se puso su gorra de los Nexan para ir hasta el pueblo.

Tenía las orejas frías, pero estaba bien. Tras la serie de días calurosos, casi había olvidado que el invierno estaba a punto de ponerse serio, pero había sobrevivido a unos pocos inviernos costeros y nunca eran exactamente congelados.

Baekhyun entró en el pueblo, caminando por el muelle donde todavía estaban amarrados los barcos. El agua debía de estar demasiado agitada para salir. Estaba contento de que los buzos no salieran hoy. Ellos han sido tercos, en el pasado, y cuando el agua estaba así, había una posibilidad aún más grande de que alguien fuera tragado y nunca escupido de vuelta.

"Baekhyunnie!"

Baekhyun se cogió la gorra y la torció de lado mientras miraba hacia la voz. Había una figura corriendo por muelle hacia él, y paró para esperarla. - Hey, Minseok-hyung.

Minseok llevaba una chaqueta impermeable azul marino, con un cuello gris que solía ser blanco, y sonreía, con los ojos entrecerrados por el viento mientras su pelo recién cortado era víctima de la mano que lo empujaba hacia atrás.  — ¿ Al final le echaste un vistazo al  tejado? — preguntó.

- Si—  contestó Baekhyun. — Parece que aguantará el invierno, hyung, gracias.

—Mi hermana se preocupa por ti — dijo Minseok,  —solo allí arriba.

—No tiene por qué, estoy bien.

Minseok encogió los hombros.  —Lo sé — dijo. — Siempre has sido bastante duro. — Le apretó el hombro a Baekhyun y Baekhyun pudo sentir su fuerza. La mano de Minseok era cálida. Baekhyun se apoyó en el toque. Siempre lo había hecho. La atención de Minseok siempre lo hacía sentir... siempre había sido algo que le gustaba.  — Me he encontrado con tu huésped esta mañana. ¿Do Kyungsoo?

- ¿Si?

—Pedazo de coche que tiene— dijo Minseok, riendo. Baekhyun se metió las manos en los bolsillos del abrigo. — La verdad es que no había creído a Jongdae cuando me estuvo hablando de eso, ya sabes cómo todo es exagerado con vosotros dos.

-¿Por qué lo has visto? — preguntó Baekhyun, y Minseok inclinó la cabeza con curiosidad.

—No es necesario ser posesivo — dijo Minseok. —Me preguntó si la oficina de correos más cercana estaba realmente en la ciudad, le dije que si necesitaba enviar cartas, podría ir dos pueblos al oeste, pero que tendría que conducir dos horas a Seogwipo si necesitaba enviar un paquete con cualquier tipo de prisa, así que creo que fue hacia allí.

—El correo — Los planes habían desaparecido, pensó Baekhyun. Kyungsoo había dicho que eran para un proyecto más antiguo, y tal vez tendría que devolverlos a Seúl.

—No es el tipo más amable del mundo, ¿verdad? — dijo Minseok, y Baekhyun se lamió los labios y luego se arrepintió cuando le escocieron a causa del viento. Pronto estarían tan agrietados como los de Kyungsoo.

—No es eso— dijo Baekhyun, y Minseok entrecerró los ojos. Hubo silencio, por un momento y entonces el padre de Minseok lo llamó desde el agua, donde estaba desatando su barco, tirando de los cabos sobre la proa. Minseok asintió con algo parecido a la comprensión.

—Oh — dijo Minseok  —Pues entonces, asegúrate de llevarlo a otro sitio que no sea el restaurante Samgyeopsal de los Kim— sonrió — Parece que vamos a recoger las redes, después de todo.

—Ten cuidado— dijo Baekhyun —El mar parece muy picado.

—Las buzos no salen, y no iremos a entraremos de un kilómetro de la costa — Minseok se rió. — Nadie va a ser engullido por el océano hoy — Baekhyun tragó, y Minseok le dio una palmada en el hombro. —Sólo vamos a recoger las redes, Baekhyunnie, nada de lo que preocuparse.

—Sí, lo sé — dijo, sonriéndole a Minseok. —Voy a ir a buscar a Taeyeon noona y ver si puede cortarme el pelo hoy.

—La he visto antes—  dijo Minseok, — secando algas. Hoy está en casa. —se volvió —Me cortó el mío ayer.

—Se ve bien — dijo Baekhyun. —Es la única persona de la que me fio, aparte de Soojung.

—Te fías de Soojung con el corazón— dijo Minseok, despidiéndose mientras empezaba a alejarse.  — Te fías de Taeyeon porque ella es realmente buena. —Baekhyun se rió, mirando a Minseok subir al bote de su familia. Baekhyun no podía verlo salir, no en un día como hoy. Siempre se ponía malo cuando la gente salía a faenar en días malos. Pero ganarse la vida como un pescador lo requería, y él lo sabía. Simplemente le hacía pensar en cuando era un niño, eso era todo.

Al menos no estaba lloviendo.

Encontró a Taeyeon delante de la casa, el pelo firmemente retirado de la cara y llevando un grueso suéter de punto en vez de un abrigo. Tenía las manos rosadas, y el gris del esmalte de uñas estaba desportillado. Estaba perfecta.

Tenía  una red de secado estirada en diagonal entre los muros de piedra que protegían su casa del viento, y estaba medio llena de lechuga de mar estirada, largas hojas de color morado verdoso listas para secar.

Ella reparó en Baekhyun cuando él le silbó a modo de saludo, y sonrió, y le devolvió la sonrisa, moviendo las cejas.  —Hola, noona, ¿me harías un favor?

—Depende — dijo, y Baekhyun se rió.  —No será comprarte tabaco, ¿verdad?

—Eso fue sólo una vez — se quejó Baekhyun. Él y Jongdae sólo se habían fumado dos cigarros de la cajetilla, ahogándose y respirando con dificultad antes de que el resto fueran intercambiados, con uno de primer año, por unos cuantos cómics. —Esto es mucho menos ilegal.

— ¿Necesitas que te haga algo en el pelo? — Se puso las manos en la cadera. —Sólo déjame terminar con este lote de algas.

—Déjame ayudarte —dijo Baekhyun, quitándose el abrigo y arremangándose. Trabajaron uno al lado del otro, los brazos rozándose unos contra otros mientras sacaban las algas, asegurándose de que estuvieran libres de conchas antes de añadirlas a la pila que iban a ir colgadas de la red. Una vez que el lote estuvo lavado y limpio de cosas salvajes, Baekhyun sostuvo la red de secado colgando recta de modo que Taeyeon pudiera repartir las algas.

—Ahora sólo tenemos que esperar que no empiece a llover en las próximas cuarenta y ocho horas— dijo, satisfecha, poniéndose de nuevo las manos en la cadera. A su lado era pequeña, pero Baekhyun sabe que era fuerte. Era una de las cosas que más admiraba de ella.

Sus manos eran como las de Kyungsoo, pensó, diminutas pero capaces, y se sacudió el pensamiento cuando ella le dio un codazo. —Vamos a entrar a la casa antes de que nos pongamos malos.

-Vale -dijo Baekhyun, cogiendo su abrigo del suelo y siguiendo a Taeyeon hasta el interior de la casa. Una vez dentro, inmediatamente lo dejó en la entrada para ir a buscar sus tijeras, y Baekhyun saludó a su madre, que le preguntó qué había estado haciendo desde que lo había visto por última vez. — No mucho— le dijo, lo que normalmente era cierto, pero luego se rascó el cuello y sonrió.  —En realidad, tenemos un chico de ciudad que se está  quedando en el pueblo en este momento, y he estado enseñándole un poco todo esto.

-Oh, ya lo había oído -dijo ella, con las manos pelando firmemente patatas de invierno mientras hablaba. Tenía un enorme montón en un bol delante de ella, como si hubiera estado con eso un rato largo. – Que había un huésped en invierno.

— Se llama Do Kyungsoo—, dijo Baekhyun, y la madre de Taeyeon levantó la mirada con curiosidad.

— ¿Do? —preguntó, cuando volvió Taeyeon, y Baekhyun asintió con la cabeza.

—Es de Seúl — añadió Baekhyun, mientras Taeyeon se apoyaba en la puerta con una bolsa en las manos. La madre de Taeyeon frunció el ceño, pensativa, pero luego sacudió la cabeza.

—Bueno, espero que disfrute de su estancia— dijo, y Baekhyun le sonrió.

- Lo hago lo mejor que puedo— dijo, y su ceño fruncido se derritió.

- Siempre has sido bueno con los perdidos— dijo, y Baekhyun parpadeó.

— ¿De Verdad? —Baekhyun se tiró de las mangas.

Taeyeon se aclaró la garganta. —No tengo todo el día, Baekhyunnie— dijo, y Baekhyun sonrió.

—Lo siento, noona — se disculpó él, batiendo las pestañas, y ella se rió, estirándole del pelo. Él la miró, y ella le devolvió una sonrisa torcida. Baekhyun se giró hacia la madre de Taeyeon.  —Le he pedido a noona que me cortara el pelo— explicó, y ella asintió con la cabeza.

—Que tengas un buen día, Baekhyunnie— dijo, y Baekhyun se inclinó rápidamente y luego siguió a Taeyeon al baño.

Ella le hizo sentarse en el inodoro, tirándole de la gorra y chasqueando la lengua.

— ¿Cuándo te has hecho tan alto?— murmuró, y Baekhyun le arrugó la nariz.

—Creo que ya hemos tenido esta conversación— dijo, mientras sacaba un peine y unas tijeras de la pequeña bolsa negra que guardaba para cortar el pelo.

— ¿No se supone que los hermanos pequeños deben seguirle la corriente a sus noonas con  estas cosas? —preguntó, y Baekhyun succionó su labio inferior hacia dentro mientras ella le peinaba hacia fuera desde el centro de la coronilla.

Supuso que lo de hermano pequeño debería haber dolido más de lo que realmente hizo. Su estómago estaba saltando, y presionó el puño cerrado sobre él, empujando hasta que se detuvo. —Sí —dijo débilmente. —Supongo.

Taeyeon trabajaba rápido, con dedos agiles inclinaban las tijeras en ángulo para cortarle el pelo del flequillo. Mechones negros de pelo le caían en el regazo y se le pegaban a la sudadera, y Taeyeon le levantó la barbilla con el dedo índice. Ella le estudió el rostro, o más bien, su trabajo, y Baekhyun esperó el aleteo en el pecho, pero no llegó.

—Te queda muy bien, Baekhyunnie— dijo. —Déjame acabar la parte de atrás.

Cuando hubo terminado, Baekhyun se levantó, elevándose sobre ella de nuevo, y espolsándose el pelo caído de los hombros. Se miró en el espejo y vio a los dos, Taeyeon mirando críticamente su pelo mientras él la observaba.

 —Se ve muy bien, noona — dijo. Tenía seca la garganta.  —Gracias.

—Vamos a limpiar este lío y ya estás listo— ella respondió, dándole unas palmaditas en el hombro. — Tengo que ir a hacer unos recados.

—Gracias  — dijo Baekhyun nuevamente, mientras se iba, despidiéndose de la madre de Taeyeon mientras se ponía los zapatos y colocándose el abrigo al mismo tiempo. Se puso la gorra lo último, en deferencia al favor que Taeyeon le había hecho, y Taeyeon se rió mientras le agachaba la visera, ligeramente.

- Ningún problema— dijo.  — Después de todo, me dejabas practicar contigo cuando éramos niños.

Baekhyun había hecho muchas cosas tontas en nombre de su enamoramiento. 

—Siempre he confiado en ti, noona— él respondió suavemente, con un guiño, y ella hizo rodar los ojos y lo empujó hacia la puerta. Se tropezó, pero la miró y sonrió. Él se despidió mientras se dirigía hacia el restaurante de la madre de Jongdae.

Se detuvo en la tienda de conveniencia de camino, recogiendo algunas cosas y hablando brevemente con el viejo Lee sobre el tiempo antes de salir. El viento se había vuelto más fuerte, y el mar, cuando Baekhyun miró hacia la costa, estaba presionando fuerte contra los pocos barcos que se encontraban en él, espumando blanco al golpear las rocas.

—Definitivamente va a llover — murmuró para sí mismo, mirando hacia el cielo. El sol estaba allí, escondido tras las nubes, y se había quedado el día  de un gris sombrío.

Entró al restaurante unos momentos más tarde, la bolsa balanceándose de los dedos mientras miraba alrededor buscando a Jongdae. Su mejor amigo estaba en cuclillas, limpiando una parrilla, y Baekhyun lo observó por un momento.

—Hey, forastero — dijo, cuando Jongdae no levantó la vista, y Jongdae dejó caer el trapo, volviéndose para mirar a Baekhyun por encima del hombro antes de levantarse y estirarse.

—Hey, — contestó  Jongdae. -¿Dónde está tu huésped?

—No lo sé, salió y cogió el coche, pero todas sus cosas todavía están por ahí, así que... —Baekhyun sentía el cuello desnudo, sin el pelo, y usó la mano libre para enmarcarlo.  —Minseok hyung cree que ha ido a la oficina de correos.

—Ya veo — dijo Jongdae. — Pensaba que finalmente había huido. —Su voz sonaba extraña, y Baekhyun no sabía por qué.

—No debo ser tan insoportable — dice Baekhyun, sonriendo. –Tu todavía estás aquí, después de todo.

—¿Dónde más podría estar? —Jongdae finalmente le sonrió, y Baekhyun se relajó, acercándose. —Te has cortado el pelo.

—Fui a ver a Taeyeon noona esta mañana— dijo Baekhyun.

—¿Se ha  enamorado de ti? -preguntó Jongdae, y Baekhyun suspiró, melancólicamente.

—Me ha llamado su hermano pequeño— se quejó, y Jongdae soltó una carcajada, un fuerte ladrido más típico de Baekhyun o Chanyeol que de Jongdae. —No se lo digas a Chanyeol, o te estrangularé.

—Voy a mandarle un mensaje de inmediato— respondió Jongdae. —Esto es buenísimo.

—Eres un pésimo mejor amigo— dijo Baekhyun, rascándose el cuello con las uñas y sacando trocitos de un centímetro de pelo cortado.

—Tú eres el que ha estado demasiado ocupado con su huésped para venir a visitarme.

—Lo siento, en realidad he venido por si podías hacer algo de tiempo para ir a dar una vuelta antes de que nos atrapara la tormenta.

—Me lo pensaré— dijo Jongdae, burlándose, y se agachó otra vez, volviendo a fregar la parrilla mientras Baekhyun pretendía darle una patada, riendose.

—¿Ese es Byun Baekhyun? —La madre de Jongdae dijo desde la cocina, y luego salió a verlo por sí misma, secándose las manos con un paño de cocina. -Hace tiempo que no oigo esa risa.

—Hola mamá — dijo Baekhyun, sonriéndole ampliamente. — ¿Cómo estás hoy?

—Estoy bien, —  dijo. — ¿Dónde has estado?

—Con Kyungsoo, sobre todo, fuimos a recoger mandarinas y a montar a caballo. — Baekhyun se giró la gorra. -¿Te puedes creer que nunca había secado la ropa en una cuerda?

Jongdae se rió, terminando por fin de fregar, y luego se volvió para mirar una mesa recientemente desocupada mientras estiraba los brazos.  —Bueno, tú nunca has conducido un Lexus.

—Cállate — dijo Baekhyun, haciéndole una mueca a Jongdae igual que como cuando habían estaban sentados en lados opuestos de la clase en el colegio. Jongdae puso una cara aun más fea, y la madre de Jongdae suspiró. —De todos modos, él se ve menos...— Baekhyun casi dijo menos preocupado, pero no estaba seguro de que debería. Así que dejó pasar la frase, y Jongdae y su madre parecieron entenderlo.

La madre de Jongdae hizo un ruido pensativo con la parte posterior de la garganta.

—Hay algo sobre él, — dijo ella, —que no acabo de pillar…

— ¿Es en eso en lo que pensabas la otra noche? —preguntó Baekhyun. —Parecías distraída.

—Me cogió desprevenida— dijo. — Normalmente no me olvido de las caras, y la suya me suena, pero sé que nunca lo he visto antes.

— Que raro— Baekhyun se metió las manos en los bolsillos y movió los dedos de los pies. Estuvo en silencio por un latido demasiado largo, y rápidamente dijo: —¿Te importa si te robo a Jongdae un rato?

—No -dice ella-, pero si vais a la cala, tener cuidado, creo que está a punto de nevar.

—¿Hace suficiente frío como para que nieve? —Baekhyun preguntó, y ella asintió con la cabeza.

—Definitivamente — contestó. —  El frente frío ha llegado antes este año. Como poco tendremos una fuerte niebla y lluvia.

—Volveremos a casa antes de eso -dijo Baekhyun, y ella rió.

—Sé que lo harás — dijo. —Odias ese tipo de clima. — Se frotó las manos en el delantal, dirigiéndole una sonrisa a lo Jongdae. —Será mejor que vuelva al trabajo, Jongdeok estará aquí pronto para ayudar, así que Jongdae, no te preocupes.

Dejó a Jongdae y a Baekhyun solos en el restaurante. Con esa mesa despejada, ya no habia más clientes, y Baekhyun siguió a Jongdae a la mesa desocupada mientras iba para limpiarla.

—Hoy estás muy callado —, dijo Baekhyun, cuando el silencio colgaba pesado de nuevo entre ellos.  —¿Pasa algo malo?

Jongdae bostezó.  —Lo siento, estuve despierto hasta muy tarde anoche.

— ¿De verdad?—  Baekhyun frunció el ceño. — ¿Haciendo qué?

- Hablando por teléfono— dijo. — Con Soojung.

—A mi no me llama, — dijo Baekhyun, ligeramente. —Nunca.

—No tienes señal,— dijo Jongdae, limpiando los boles que resonaban fuertemente. —¿Cómo te va a llamar?

—Ugh — dijo Baekhyun, —tal vez tengáis razón y debería poner un servicio de teléfono fiable allá arriba.

—Por lo demás, nadie quiere hablar contigo, porque eres un amigo vago.

—No lo soy — Baekhyun apretó los dedos alrededor de la bolsa de plástico de la tienda de conveniencia, lleno de Hwanta y galletas.  —Sólo he estado ocupado.

—Con ~ Kyungsooooo ~ — dijo Jongdae, cogiendo la bandeja llena y llevándola hacia la cocina. — Cualquiera pensaría que es tu mejor amigo. — Los labios de Jongdae estaban luchando contra su habitual sonrisa de gato, y Baekhyun lo había echado de menos, aunque no hubiera pasado tanto tiempo desde que lo había visto por última vez. Tal vez eso era lo que pasaba cuando crecías tanto dentro del espacio de otra persona, que el espacio se compartía.

—No seas ridículo—  dijo Baekhyun, mientras Jongdae dejaba los platos ruidosamente en el fregadero, su madre riendo.  —Todo el mundo sabe que ese es Chanyeol.

—Por qué debería... — Jongdae salió corriendo de la cocina y Baekhyun se rió, corriendo también, saliendo por la puerta principal y cruzando la calle. Un par de chavales montaban en sus bicicletas mientras Jongdae los perseguía juguetonamente por el camino, y Baekhyun se sintió como si tuviera esa edad otra vez, con su mejor amigo, fugándose la clase de matemáticas para jugar al pilla pilla y esperando que a nadie se le ocurriera decírselo a su abuela.

Jongdae lo persiguió hasta el borde del pueblo, pillándolo al final y envolvió los brazos alrededor de la cintura de Baekhyun para sujetarlo, riendo y jadeando mientras descansaba la cabeza en el hombro de Baekhyun. Brevemente, Baekhyun comparó la sensación de las manos de Jongdae en su estómago con las de Kyungsoo, y no había nada del mismo zumbido bajo la piel. Probablemente, Baekhyun pensó, era porque conocía a Jongdae desde hacía muchos años y a Kyungsoo sólo unas semanas.

—No habíamos hecho eso en años— dijo Jongdae. —Casi se me había olvidado lo sorprendentemente rápido que eres.

—O tú lento— contestó Baekhyun, respirando el aire frío demasiado rápido, con los pulmones pinchándole. — ¿Haciéndote viejo, Kim Jongdae?

—Tú eres mayor que yo — dijo Jongdae, soltándole la cintura a Baekhyun y cogiéndole la bolsa de plástico de la mano. — ¿Hwanta?

—Me apetecía ser un niño otra vez — dijo Baekhyun, y Jongdae le cogió del brazo, tirando ligeramente.

— ¿La cala?

—Sí -dijo Baekhyun, reclamando la bolsa cuando recuperó el aliento.

Escogieron el camino por las rocas, logrando no caer a pesar del viento. La marea estaba más alta de lo normal, por lo que no fueron todo el camino hacia abajo, sino que se sentaron en las rocas más grandes que solían utilizar como escaleras hasta el borde del agua.

—Recibí un email de Yixing ayer— dice Baekhyun, sacando la Hwanta de la bolsa. Giró el tapón, y el gas borboteó hacia arriba, corriéndole por las manos, el olor a piña derramándose por las rocas.  — ¡Hijo de puta!

—Estábamos corriendo — dijo Jongdae, agarrándose el estómago por la risa mientras Baekhyun frenéticamente intenta enroscar el tapón para detener el flujo. —Oh tio, eres tan...

—Se me había olvidado que no era alcohol — Baekhyun se limpió las manos en los vaqueros. —Ugh.

—Entonces, ¿qué está haciendo Yixing? —preguntó Jongdae, buscando la ahora pegajosa bolsa de plástico y sacando las galletas. Pisó la bolsa de plástico para evitar que se volara mientras abría la bolsita de celofán.

—Tocando con su banda — dijo Baekhyun. —Dice que están recibiendo más conciertos en clubes últimamente, que se pasa las tardes respirando el humo de cigarrillos y tocando para los borrachos—  Abrió la Hwanta otra vez. Ya no espumó. Dio un largo sorbo antes de pasarle la botella a Jongdae. —Parece feliz.

—Feliz es bueno — dijo Jongdae. — A veces lo echo de menos.

—Yo le echo de menos todo el tiempo — admitió Baekhyun, mientras Jongdae le pasaba la bolsa de galletas. En lugar de coger la bolsa, Baekhyun cogió un puñado. -Pero ya sabes, lo que sea.

—Clubs — dijo Jongdae. —Me pregunto cómo serán los clubes en Pekín.

Baekhyun se preguntaba cómo era los clubes, punto. Podía ver el barco de la familia de Minseok en el agua, si entrecerraba los ojos lo suficiente, pero cuando los cerró, pudo ver las luces de neón e imaginar el ritmo de un bajo. Se imaginaba bailando en medio de una multitud de desconocidos. Se podía imaginar a Yixing en el escenario, con Lu Han, el amigo que siempre mencionaba y del que Baekhyun sólo había visto dos fotos.

—Probablemente ruidoso — dijo Baekhyun.

—Encajarías bien— bromeó Jongdae. —Deberías unírtele.

— ¿Y dejarte? — dijo Baekhyun, cogiendo el refresco de nuevo para remojar la sequedad en su boca. —No podría.

Jongdae lo miró, con la mano levantada a mitad de camino a la boca con galletas.

— ¿De verdad nunca vas a dejar Jeolbyeog-ri? —preguntó en voz baja, y Baekhyun se encogió de hombros.

— ¿Cómo podría?— Pensó en la pensión y en la tierra detrás de ella. Pensó en los arboles de alcanfor, en esa cala y en el olor a sal del aire. Pensó en su abuela, con sus sabios ojos viejos, pidiéndole que cuidara de la pensión por ella, y que visitara el halmang-dang de la diosa cuando tuviera oportunidad.

—Ya — dijo Jongdae, mirándose los pies.

Baekhyun apenas había sobrevivido al servicio militar. Había vuelto a casa, a la salud deteriorada de su abuela y a un pueblo sin cambios, y se había sentido aliviado. Era tonto, pensó, anhelar un pueblo.

Baekhyun bebió un trago del refresco. — Además, no es como si pudiera sobrevivir en el mundo real, ¿en qué soy bueno, de todas formas?

- En soltar tonterías— respondió Jongdae de inmediato, y el momento tenso se rompió, ambos riendo.

Terminaron hablando de los nuevos caballos de Chanyeol, y sobre el drama que ambos habían estado medio siguiendo en la KBS, y Baekhyun lentamente se dejó llevar por el familiar ritmo de la conversación y el sonido del viento silbando a través de las olas.

Las nubes empezaron a ponerse más oscuras, y Jongdae miró para arriba, meditando.

—Probablemente deberíamos regresar.

—Probablemente — dijo Baekhyun, empezando a moverse lentamente. -A menos que queramos mojarnos.

Remontaron las rocas. Baekhyun recordó cuando apenas tenía trece años, y se había torcido el tobillo tratando de escalar bajo la lluvia. Jongdae se había adelantado corriendo, y Baekhyun había llorado hasta que había regresado con Jongdeok y Sooyeon, y los dos le  habían ayudado a llevarlo de vuelta, y luego todo el camino hasta la pensión. Baekbeom y su abuela se habían preocupado por él, entonces, su abuela había frotado un ungüento de hierbas sobre el tobillo hinchado mientras Baekbeom lo regañaba acerca de ir a lugares peligrosos bajo la lluvia, que siempre había sido su  manera de decir que estaba preocupado.

Ya no quedaba nadie en la pensión, así que Baekhyun era cuidadoso con cada paso mientras la niebla se hacía más espesa.

La lluvia comenzó a caer poco después de llegar a terreno llano. El camino que llevaba al pueblo rápidamente se convirtió en fangoso, y pronto la lluvia se convirtió en granizo.

—El granizo es definitivamente peor que la nieve — dijo Jongdae, la bolsita de basura colgando de la mano izquierda mientras se tapaba los ojos con la derecha.

—Esta gorra no está hecha para esto— dijo Baekhyun, riendo para evitar temblar.

—Lo único para lo que está hecha es para una hoguera— respondió Jongdae, chocando ligeramente con Baekhyun a propósito. —Verás la próxima temporada, cuando los Tigres derroten a tu equipo.

—Y de verdad te lo crees— dijo Baekhyun. —Tu equipo no va a ganar ni un solo partido.

Llegaron a la casa de Jongdae, justo al lado del restaurante, y Jongdae intentó que Baekhyun entrara. —Solo hasta que deje de granizar— dijo, y Baekhyun sacudió la cabeza.

—Terminaré pasando la noche— dijo Baekhyun. — Además, estoy bastante seguro de que dejé las ventanas de la cocina abiertas para deshacerme del olor del pescado que estaba secando.

Había pasado los últimos días haciéndolo, mientras Kyungsoo había estado entrado y saliendo de su habitación, llenándose la taza de café con alarmante rapidez. Nunca se había quejado del olor, pero Baekhyun podía decir que no le había gustado mucho. "Ya casi he terminado", había dicho Baekhyun, y Kyungsoo le había dirigido una pequeña sonrisa. "No es tan malo", había respondido. "Aunque mi amigo de la secundaria odia cualquier olor fuerte. El habría llorado". Baekhyun se había reído y había abierto las ventanas, dejando entrar el aire fresco.

Jongdae se estremeció. —Sí, será mejor que vuelvas a casa.

No esperó a que Jongdae entrara antes de empezar a correr de vuelta a la suya. La gorra amenaza con volarse, así que se la quitó y la apretó fuertemente contra él. Escogió la carretera en vez del sendero. No podía correr en el barro, y sería más rápido coger el camino asfaltado. Cuando llegó a la pensión, vio que el Lexus estaba de vuelta en el camino de entrada, y no se había dado cuenta de que había estado nervioso por eso hasta que algo apretado en el pecho se aflojó.

Entró en la pensión y suspira aliviado. —Qué desastre—  dijo, y Kyungsoo salió al pasillo. Llevaba una camisa de vestir negra por fuera de los pantalones vaqueros, y el pelo retirado de la cara. Baekhyun lo miró fijamente por un momento, fijándose en la palidez del cuello contra el cuello de la camisa, antes de sonreír. — Has vuelto.

Kyungsoo le frunció el ceño, antes de desaparecer de nuevo en su habitación. Baekhyun miró fijamente, atónito, el lugar donde había estado Kyungsoo, antes de encogerse de hombros, apartando los zapatos mojados y quitándose pedazos de hielo del pelo.

Se desabrochó la chaqueta y miró hacia abajo, a la tela empapada de los vaqueros. -Por lo menos la fanta de piña se habrá lavado -murmuró.

El calor inesperado lo dejó helado en el sitio, y le tomó un minuto darse cuenta de que era una de las grandes toallas azules cubriéndole la cabeza mientras Kyungsoo le secaba el pelo con movimientos bruscos. Baekhyun miró fijamente los pies descalzos de Kyungsoo mientras notaba los dedos de Kyungsoo a través de la tela, y cuando Kyungsoo se apartó, le dejó la toalla sobre la cabeza. Baekhyun levantó la vista, y Kyungsoo lo miró fijamente, grandes ojos y labios llenos.

—Mal tiempo para un paseo — miró hacia otro lado. —Deberías cambiarte y ponerte ropa seca.

—No estaba lloviendo cuando me fui— dijo Baekhyun, tratando de que sus quejas fueran más fuertes que el súbito y frenético latido de su corazón. —En realidad está granizando. Espero que tu coche esté bien.

—Estará bien— dijo Kyungsoo. —Me alegro de haber vuelto antes de que empezara la tormenta. He cerrado las ventanas.

—Estaba preocupado por eso, gracias. Normalmente no tenemos este tiempo tan duro— dijo Baekhyun, cogiendo una esquina de la toalla y limpiándose la cara. Olía débilmente a seom ogalpi.

Después de que se hubo cambiado, entró en la cocina para encontrar Kyungsoo inclinado sobre un libro, escrito en inglés. Había una taza de chocolate caliente esperando en el asiento frente a él, y Baekhyun se sentó  frente a ella.

— ¿Esto es para mí?—  Kyungsoo levantó la vista del libro para mirar fijamente a  Baekhyun antes de mirar hacia abajo de nuevo. — Ahaha, supongo que lo es. — La cogió con ambas manos, dejando que el calor penetrara en los dedos.

 —Fui con Jongdae abajo, a la cala hoy— dijo. —Nunca has ido, pero es donde siempre vamos a hablar, el agua estaba muy picada hoy, así que no hemos ido hasta abajo del todo — Kyungsoo pasó una página del libro. —Minseok hyung dijo que le preguntaste sobre las oficinas de correos, así que supongo que ahí es donde fuiste, pensé que tal vez te habías ido, cuando me levanté esta mañana.

—Dejé la puerta del dormitorio abierta—  dijo Kyungsoo, — para que vieras que mi maleta todavía estaba allí — Su pulgar golpeó el borde del libro, y Baekhyun, finalmente entrando en calor con la sudadera y pantalones secos, se retorció en la silla.

—Supongo que tenías que enviar esos planes por correo... Al menos, me di cuenta de que no estaban, y si solo tuvieras que enviar una carta, podrías haber ido al siguiente pueblo-

—Necesitaban los planos en la oficina de Seúl — dijo Kyungsoo. —Deja de hablar y bébete el chocolate antes de que se enfríe.

—Sí — dijo Baekhyun. —Gracias por hacerlo.—  Pegó un sorbo, y notó que el chocolate estaba mezclado a conciencia, de la misma forma en que él había mezclado la taza de Kyungsoo, antes. Sonrió. El tobillo de Kyungsoo rozó el suyo bajo la mesa, y Baekhyun miró a Kyungsoo.  — Eres todo lindo y dulce y doméstico cuando quieres, ¿eh?

Se preguntó si había ido demasiado lejos, pero Kyungsoo simplemente lo miró, cerrando el libro. Se aseguró de que estuviera paralelo al borde de la mesa antes de soltarlo. —No me vas a dejar leer, ¿verdad?

—Nop— dijo Baekhyun alegremente. No sabía por qué sentía esa ráfaga de felicidad, pero era irreprimible, trepándole en forma de palabras y más palabras. — Préstame atención a mí, soy más interesante.

—Te has cortado el pelo — dijo Kyungsoo, y Baekhyun se rió.

—Taeyeon-noona lo hizo — dijo Baekhyun. — La seduje.

—Por supuesto que sí— respondió Kyungsoo. Estaba a punto de sonreír. Sus cejas se inclinaban hacia abajo en las esquinas, relajadas. —Te creo, totalmente.

—Deberías— dijo Baekhyun, apoyándose sobre la mesa y sonriéndole a Kyungsoo, con la barbilla clavándose en la madera. La taza de chocolate estaba caliente contra su antebrazo. —Soy muy encantador— Las puntas de las orejas de Kyungsoo se volvieron de un rojo brillante. Era muy lindo, y Baekhyun se rió. —Crees que soy encantador, ¿verdad?

—No —dijo Kyungsoo escuetamente. — Creo que eres molesto — Vaciló visiblemente, antes de alisar el pelo sobre la frente de Baekhyun, los mechones como plumas bajo sus dedos. La piel de Baekhyun hormigueó al tacto, y se lamió el paladar, degustando el chocolate.  —Se ve bien.

—¿El qué?

—Tu pelo — contestó Kyungsoo. —Me voy a leer a mi habitación.

—De acuerdo —dijo Baekhyun, débilmente, mientras Kyungsoo se levantaba de la mesa. Baekhyun lo miró alejarse con una extraña pesadez en las extremidades, antes de levantarse y sacar el cubo de fregar afuera para recoger agua de lluvia que podía usar para regar las plantas. La tierra de las macetas de árbol casto parecía un poco seca.

Se le ocurrió a Baekhyun, unos minutos más tarde, mientras estaba lavando la taza de chocolate y pensando en la cena, que la burbuja de la felicidad en su estómago podría ser debido a que había esperado volver a una casa silenciosa, pero en cambio se había encontrado a Kyungsoo y a una bebida caliente y a dos pequeñas manos secándole el pelo con una toalla.

Eso le creó un nudo en la garganta que era difícil de tragar. Se detuvo junto a la ventana de la cocina durante un largo rato después de eso, sosteniendo la estatua de la haenyeo con ambas manos y viendo el granizo golpear el césped.

 

El invierno solía pasarse lentamente, entre emails a Yixing y frías caminatas con Jongdae y Chanyeol por las colinas. Baekhyun recogía mandarinas hasta que terminaba la temporada y luego jugaba con los videojuegos el resto del tiempo, hasta que temía que le saliera túnel carpiano en los pulgares y las muñecas. El invierno era siempre largo, y Baekhyun esperaba por la mar tranquila y los vientos más cálidos de la primavera con un anhelo que nunca había aprendido a temer hasta que tuvo la edad suficiente para saber que estaba teñida de melancolía.

Los inviernos en la isla, al menos para las personas que aún vivían en pequeños pueblos como Baekhyun, servían principalmente como tiempo de inactividad, la calma de los dos meses tranquilos de Diciembre y Enero, preparándolos para el nuevo año.

Ese invierno no era lento. Ese invierno, cada día que Baekhyun abría los ojos, había algo nuevo que aprender sobre Kyungsoo: una nueva expresión facial que Baekhyun no podía entender, o algún nuevo y silencioso detalle que Kyungsoo dejaba escapar en las últimas horas del día, cuando el sol se ponía por detrás de la montaña. Kyungsoo era la persona más ruidosamente silenciosa que Baekhyun había conocido jamás, cada acción llamaba la atención y cada gesto de su boca valía lo que cincuenta de las palabras de Baekhyun, en términos de significado.

Ese invierno, el frío entraba en la casa por la noche y se aferraba a los pies de Baekhyun y a la nuca, pero durante el día, había mucho que hacer. Él y Kyungsoo pasaban horas recogiendo las últimas gamgyul. Kyungsoo era ya casi tan rápido como Baekhyun, en despojar a los árboles de todos sus frutos. Sin embargo todavía no podía pelarlas con sus uñas cortas. Baekhyun tenía que ayudarlo, usando su uña para romper la piel, y luego insistía en darle los gajos de la jugosa fruta una por una a Kyungsoo, fingiendo que sus entrañas no temblaban cuando Kyungsoo le mordía los dedos si se quedaban demasiado tiempo frente a sus labios.

Ese invierno, Baekhyun cayó en una nueva rutina, arrastrando a Kyungsoo con él para comprar huevos y pescado del mercado y llevándolo por colinas y caminos diferentes, tirando de él hasta que la cara de Kyungsoo estaba roja desde el cuello hasta las puntas de las orejas por el esfuerzo y jadeaba con respiraciones visibles en el espacio entre ellos, maldiciendo a Baekhyun con un tono hosco hasta que alcanzaban otra espectacular vista de la isla.

— ¿Cómo vives en el paraíso? — Kyungsoo preguntó, mirando hacia abajo, a los ciervos libres mientras mordisqueaban los brotes de camelia que persistentemente florecían en las laderas, y Baekhyun se rió.

—Día a día— dijo, —hasta que ya no es un paraíso— Señaló a un cervatillo de largas patas que masticaba la hierbas amarilla de invierno. — Ese se parece a Chanyeollie, ¿no crees?

—¿Te ha ocurrido eso? — Kyungsoo preguntó, y Baekhyun reflexiono acerca de edificios altos y mañanas llenas de tráfico y señales de neón de noraebang, preguntándose cómo se podía comparar con su chocolate de la mañana y la clara vista del tumultuoso océano invernal. — ¿Ha perdido Jeju el estatus de paraíso?

—Todavía no —dijo Baekhyun. El viento sopló entonces, y los árboles escasamente crecidos ofrecían poca protección. —Sin embargo, me preocupa que eso suceda.

—No creo que lo haga — dijo Kyungsoo, mientras Baekhyun intentaba pensar en una forma de cambiar el tema. Se encontró lamiéndose los labios y mirando a Kyungsoo en su lugar, porque Kyungsoo rara vez continuaba las conversaciones, y aún más raramente, las iniciaba.

—¿Sí?

Kyungsoo no estaba devolviéndole la mirada a Baekhyun. Está observando al cervatillo que Baekhyun le había señalado, con suaves ojos. Kyungsoo era, Baekhyun se había dado cuenta, todo fingimiento sobre no tener ninguna emoción, pero probablemente se debía sólo a que quería que le tomaran en serio a pesar de su cara de bebé. En ese momento, su boca formaba un mohín natural, y de perfil, Baekhyun no pudo dejar de notar la suave línea de su nariz y la línea fuerte de la mandíbula.

—No creo que puedas cansarte de algo así— dijo Kyungsoo. —Hay tantas cosas.

—Da algo de miedo saber que esto el resto de mi vida— dijo Baekhyun. Se acercó a Kyungsoo, para poder tirar del gorro de punto que Kyungsoo llevaba hasta taparle los lóbulos de las orejas, y Kyungsoo frunció el ceño, pero le permitió entretenerse. —Esta isla, esta pensión, creo que también asustaron a mi hermano. — A Baekhyun le gustaba asegurarse que era por eso que Baekbeom se había ido. Que no había tenido nada que ver con Baekhyun.

 A veces, funcionaba.

—Hay cosas peores que vivir el resto de tu vida en el paraíso.

—Las hay — dijo Baekhyun, mordiéndose el labio — A veces la pensión, y esta tierra, se sienten como una jaula, sin embargo Baekbeom se deslizó a través de los barrotes justo antes de que el espacio entre ellos se encogiera lo suficiente como para yo poder seguirlo.

—Nunca me he sentido atrapado antes, —  dijo Kyungsoo, agachándose. Baekhyun lo observó mientras hundía los dedos en el suelo, cogiendo un puñado de tierra que nunca había sido capaz de sustentar arroz. —Siempre ha sido fácil salir, de cada lugar en el que he terminado.

—Incluso si pudiera irme— dijo Baekhyun, —no sé qué haría o a dónde iría. — se rió — No importa, tengo que ocuparme de este sitio, de todos modos. No sirve de nada preocuparse por los y si.

—Sin embargo tú hiciste los exámenes de magisterio— dijo Kyungsoo — ¿No es así? —Se levantó, dejando caer la tierra de entre los dedos de nuevo al suelo.

—A todo el mundo se le permite llegar a las estrellas una vez en la vida, ¿verdad?— Baekhyun se rió, y el pecho no dolió, demasiado — Esas fueron mis estrellas.

—Tampoco he tenido nunca estrellas. Nada tan brillante como eso.

—Están muy lejos. Pareces demasiado práctico para eso.

—Tal vez — dijo Kyungsoo, sosteniendo su pequeña mano sucia delante de la cara antes de acercarse más a Baekhyun. Baekhyun lo observaba, el viento lamiéndole las mejillas y la nariz, y esperaba por lo que fuera que Kyungsoo fuera a hacer. Kyungsoo le sonrió y luego se limpió la mano en la parte delantera de los vaqueros de Baekhyun, justo por encima de la rodilla. Baekhyun estaba tan sorprendido que se lo permitió. — Es algo práctico mantener mi ropa limpia, ¿verdad?

—Juega limpio— dijo Baekhyun, decidiéndose por fin a reírse cuando Kyungsoo le dirigió una pequeña y complacida sonrisa que lentamente se convirtió en una gran sonrisa en forma de corazón.  — Eres malo conmigo. —  Baekhyun sacó el labio inferior para dar efecto. — Muy, muy malo.

—Puedes preguntarle a mis amigos— dijo Kyungsoo, —y ellos te dirían que así es como demuestro que me importa.

— ¿Yo te importo?— Baekhyun estiró un brazo alrededor de los hombros de Kyungsoo, maravillado por la forma en la que encajaba perfectamente bajo el brazo de Baekhyun con sus hombros estrechos, el gorro haciéndole cosquillas en la nariz. —Eso es tan dulce, mi querido Kyungsoo— Hizo que su voz sonase empalagosa, de la forma en que había  aprendido que hacía que Kyungsoo tuviera ganas de pegarle en el brazo, la pequeña mano extendiéndose  plana cuando asestaba el golpe.

—Eres una amenaza—  dijo Kyungsoo, como si no hubiera acabado de secarse la mano con los vaqueros de Baekhyun. Su voz era severa, pero su expresión estaba lejos de serlo.

—Te encanta—  dijo Baekhyun, y Kyungsoo se libera de la sujeción de Baekhyun, mirándolo a través del pelo que se había enmarañado. — Crees que soy la persona más divertida y más genial de Jejudo y ni siquiera es porque no has conocido a muchos otros—. Baekhyun planeaba seguir hablando, pero la risa de Kyungsoo lo hizo parar, sólo para poder estudiar la forma en que su rostro se arrugaba por la diversión. Su risa también era visible, nubes de cálido vapor blanco en el aire frío.

—No es insoportable — dijo Kyungsoo, cuando dejó de reír. Se puso frente a Baekhyun, caminando lentamente hacia atrás, y Baekhyun dio dos pasos hacia adelante, para disminuir esa distancia entre ellos, atraído por la chispa en los ojos de Kyungsoo. —La mayoría del tiempo.

Kyungsoo dio otro paso hacia atrás, y Baekhyun le cogió el abrigo con el puño, impidiéndole dar otro. —Cuidado al caminar así — dijo— no llevas casco, es imprudente.

Kyungsoo lo miró con la boca abierta, sorprendido, antes de empujar bruscamente el pecho de Baekhyun. —Vete a la mierda— dijo, y Baekhyun se rió, lo suficientemente alto como para asustar al ciervo que habían estado observando.

—Oye, sólo estoy tratando de ayudar— se burlaba Baekhyun, mientras comenzaron a caminar de regreso a la pensión, y cuando Kyungsoo le puso la zancadilla, Baekhyun consiguió mantener el equilibrio antes de caer. —Un gatito violento.

— ¿Cómo me has llamado? -preguntó Kyungsoo, cerrando la mano en un puño, y Baekhyun soltó una risa-chillido mientras se adelantaba un poco, para protegerse de la ira de Kyungsoo.

 

 

En la cena en el restaurante de la familia de Jongdae esa noche, bebieron demasiado soju y la mano de Kyungsoo encontró el camino hasta el pelo de Baekhyun cuando este, soñoliento, se había inclinado sobre él. A través de parpados medio cerrados, miraba Jongdae y a Soojung, quien había venido a pasar el fin de semana, susurrándose el uno al otro, riéndose mientras Baekhyun intentaba procesar el suave roce de las yemas de los dedos de Kyungsoo contra su cuero cabelludo y, a través de la neblina, Baekhyun se preguntó cómo  en menos de un mes, había llegado allí, con la cabeza en el hombro de Kyungsoo mientras observaba a sus dos mejores amigos a través de la mesa, con una distancia extraña entre ellos.

—Eres más amable conmigo cuando estoy borracho— Baekhyun masculló, y la mano de Kyungsoo agarró un puñado de su pelo y tiró hacia atrás a modo de reprimenda.

— ¿Lo soy? — Kyungsoo estaba sonriendo, y Baekhyun estaba lo suficientemente borracho como  para  preocuparse por los erizos o por el espacio personal, acariciando ligeramente con la nariz el cuello de Kyungsoo. El aliento de Kyungsoo se detuvo, y Baekhyun retrocedió  un poco para poder estrechar los ojos hacia Kyungsoo. Los ojos de Kyungsoo se cruzaron al devolverle la mirada, y Baekhyun repentinamente no pensaba en los secretos inaudibles de Jongdae y Soojung. En cambio, estaba pensando en el profundo arco del labio superior de Kyungsoo.

—Realmente me gusta tu boca— dijo Baekhyun, y tocó con el dedo medio el labio inferior de Kyungsoo. Sin embargo, falló y lo clavó en la barbilla de Kyungsoo. Este cogió su mano y tiró hacia abajo con fuerza.

— Hora de ir a la cama— dijo Kyungsoo. La mano de Kyungsoo, cogida a la de Baekhyun, era pequeña, y Baekhyun extendió la suya para comparar el tamaño, presionando la palma de su mano contra la de Kyungsoo. Kyungsoo lo dejó, alineando los dedos. Kyungsoo tenía manos fuertes y capaces, pero las puntas de los dedos de Kyungsoo sólo alcanzan tres cuartas partes de los dedos, más largos, de Baekhyun. (Baekhyun siempre había dicho que sus manos eran como las de su madre.) Baekhyun curvó los dedos por el nudillo superior. Las uñas de Kyungsoo no eran lo suficientemente largas como para clavárselas en la piel. —¿Es este es el modo “abulón pegado a las rocas” del que me habían advertido?

—Tienes las manos tan pequeñas —dijo Baekhyun, y Kyungsoo resopló.

—Lo suficientemente grandes como para envolverte el cuello— respondió. Kyungsoo todavía no había retirado la mano, y Baekhyun se preguntaba si su propia mano engulliría la de Kyungsoo si la sostenía: si deslizaba sus dedos entre los cortos de Kyungsoo, la punta de cada dedo presionando contra la piel lisa del dorso de la mano de Kyungsoo.

— ¿Qué estáis haciendo los dos? — Jongdae preguntó, y Baekhyun tardó un momento en procesar que Jongdae estaba hablándoles a ellos. No le tomó a Kyungsoo tanto tiempo, y se apartó antes de que Baekhyun se diera cuenta, empujando a Baekhyun con no demasiada delicadeza para que pudiera alejarse, poniendo espacio entre ellos. Baekhyun cayó al suelo y miró a Kyungsoo con tristeza cuando se dio cuenta de lo que había pasado.

—Todas las púas están fuera— dijo Baekhyun, finalmente, y Jongdae se rió. Kyungsoo lo miró fijamente, ilegible y rígido. —No es un gatito en absoluto — intentaba agregar, pero su lengua no cooperaba.

—Baekhyun ha bebido demasiado — dijo Kyungsoo —Quién sabe lo que está haciendo.

—Baekhyun es una maravilla de un chupito— dijo Soojung, y Baekhyun trató lanzarle una mirada asesina, pero no podía averiguar cuál era la verdadera, ya que todas ellos eran bonitos y todas ellas le sonreían, juzgándole. —Cada uno después del primero es un clavo en el ataúd.

— ¿Estarás bien llevándolo a casa? —preguntó Jongdae. —Puedo ayudarte, si lo necesitas.

Baekhyun trató de reunir la fuerza suficiente para protestar y decir que podía llevarse a casa él solito, pero no estaba completamente seguro de que fuera cierto: no cuando veía a cada uno de sus amigos por triplicado.

—Soy más fuerte de lo que parezco— respondió Kyungsoo, y Baekhyun se rió, empujándose hacia arriba mientras Kyungsoo continuaba. —Ciertamente lo suficientemente fuerte como para tratar con Baekhyun.

—No es que puedas o no llevarlo lo que me preocupa— dijo Jongdae. — Ya te advertí que es una lapa. — se rió entre dientes — Va a reptarte por encima. —Baekhyun obligó a su mirada a centrarse en Jongdae, que tenía la más extraña sonrisa en la cara mientras miraba a Kyungsoo. —Aunque, no estoy seguro de que te importe.

—Lo empujare a su habitación y cerraré la puerta— dijo Kyungsoo, y Baekhyun lo creyó.

Entonces lo pusieron de pie. Llevó cinco intentos el ponerse la chaqueta, incluso con Soojung agarrándole el brazo y metiéndoselo en la primera manga y repitiéndolo con el otro brazo. De alguna manera, se le seguía cayendo, hasta que finalmente Kyungsoo agarró a Baekhyun por la parte delantera de la sudadera y dijo "deja de moverte" en una autoritaria  voz baja, y Baekhyun se mantuvo quieto el tiempo suficiente como para Jongdae le pusiera el abrigo.

—Nos vemos este fin de semana, borrachín— dijo Jongdae, y Baekhyun puso caras mientras Kyungsoo presionaba una mano sobre la parte baja de la espalda de Baekhyun para guiarlo por la puerta. Pensó que había visto a Soojung empezando a apilar los platos, con la mano de Jongdae en su hombro, pero podría estar equivocado. Podía estar equivocado acerca de muchas cosas, cuando estaba borracho.

La mente de Baekhyun se volvía cada vez menos borrosa mientras regresaban a la pensión. La noche era clara, la luna brillante, y Baekhyun se desenredó de Kyungsoo para caminar por delante, tropezándose con los cordones desatados y usando el muro de piedra para estabilizarse mientras el mundo nadaba a su alrededor.

Se pasó una mano por el pelo y suspiró, exhalando licor de arroz y salsa de pimienta, y se puso las manos en la cadera después de una breve consideración ,y desestimación, ante la idea de atarse los zapatos. Cerró los ojos momentáneamente, para orientarse, y luego los volvió a abrir cuando todo se asentó.

Miró hacia atrás a Kyungsoo, y Kyungsoo lo miraba fijamente, con una sonrisa jugueteando en la boca y las manos en los bolsillos. Parecía, con el pelo desaliñado y el abrigo de Baekhyun, como alguien que había caminado por ese camino a través del pueblo durante años, y Baekhyun deseó tener:  haber tenido años para aprender la inclinación de la nariz de Kyungsoo y la forma en que sus hombros se sacudían al reírse y la manera en que ataba sus zapatos con dos lazos como un niño de preescolar y a hacer reverencias dobladas que probablemente lo llevarían hasta el muro.

—Podrías pertenecer aquí— dijo Baekhyun, conforme  lo pensó, y luego hipó, las bolitas de gas de la sidra Chilsung que habían bebido antes que el soju, finalmente de despertaron en el estomago, tratando de escapar de su garganta.  —En Jeolbyeogri — elaboró, sin saber si la expresión de Kyungsoo era confundida o divertida. Tal vez fuera ambas. Tal vez no era ninguna. Tal vez Baekhyun estaba demasiado borracho para averiguar lo que Kyungsoo estaba pensando, sobre todo porque ya era bastante difícil cuando Baekhyun estaba sobrio.

— ¿De verdad? — dijo Kyungsoo. Caminó hacia delante, hacia Baekhyun, entrando en el radio de las manos de Baekhyun. ¿Una de las raras invitaciones de Kyungsoo? —No estoy tan seguro de eso. —  Su sonrisa era irónica. Baekhyun podía leer eso.

—Podrías — dijo Baekhyun. Rodeó con la mano el cuello de Kyungsoo y tal vez se imaginó que Kyungsoo se apoyaba en el toque. —De verdad de la buena.

—Creo que parte de la razón por la que vine aquí es porque estaba buscando ese sentimiento. — dijo Kyungsoo —Pensé que podría estar ocultándose aquí.

— ¿Lo has encontrado?— Baekhyun preguntó, frotando el pulgar arriba y abajo, a lo largo de la nuca de Kyungsoo. Se preguntó por qué Kyungsoo había pensado que sería en Jeolbyeog-ri, de todos los sitios. Era posible que se refiriera a Jeju en general, pero Baekhyun, extrañamente, no pensaba que fuera eso en absoluto. -Quizá está esperando a lanzarte un ataque sorpresa.

Kyungsoo no respondió, sólo empezó a andar de nuevo, y Baekhyun lo siguió, cayendo en una historia sobre la gente que solía vivir en cuevas durante la ocupación. Estaba bastante seguro de que estaba saltándose  palabras, y tropezándose con otras, pero las púas de Kyungsoo se habían retraído de nuevo cuando Baekhyun tropezó con la puerta de la pensión, tropezando de nuevo con el maldito cordón desatado y consideró el brillo de Kyungsoo como una victoria .

 

Baekhyun le escribió un email a Yixing la mañana siguiente que fue incluso más largo que el último, sobre montar a caballo y sobre el tiempo. Parecía que Baekhyun no debería tener tanto de que hablar, pero Baekhyun era Baekhyun, así que encontró centenares de cosas, todas escritas en un coreano que sabía que a Yixing le haría trabajar más para entenderlo.

“Te echo de menos”  escribió al final del mensaje. "No es lo mismo sin ti." Luego lo borró, porque eso era cursi y raro y Yixing lo sabía de todos modos.

No obstante, seguía siendo cierto que no era lo mismo sin su amigo. Por lo general, Baekhyun podía oír los ecos de la risa de Yixing en los pasillos, o por la mañana antes de que se despertara del todo.

Pero este invierno, el primero que había pasado con un invitado llenando los espacios vacíos que la familia de Baekhyun había dejado atrás, Baekhyun estaba mucho menos solo.

—Te has levantado temprano— dijo Kyungsoo, cuando Baekhyun entró en la cocina. Ya tenía café. Baekhyun pensaba que Kyungsoo frunciría el ceño menos por la mañana si bebiera más chocolate caliente. —¿Siempre te levantas tan temprano después de emborracharte?

—Sí  — dijo Baekhyun, estirándose. —Contra mi voluntad, la costumbre, no lo sé.— Se rascó la barriga. Kyungsoo parecía agotado, más que Baekhyun quien parecía no poder dejar de bostezar. El blanco de sus ojos estaba ligeramente rojo. —¿Has dormido?

—Se me ha olvidado —, dijo Kyungsoo, y Baekhyun notó que llevaba su teléfono con él, y que estaba abierto en un navegador de Internet. Kyungsoo había conseguido que el wifi funcionara al final.

—¿Dormir? — Baekhyun preguntó. Eso era algo que Baekbeom solía decir, cuando había estado estudiando para sus exámenes de ingreso a la universidad.  —¿Cómo?

— Se me había olvidado de que aunque esté ausente, o aquí, el tiempo todavía sigue pasando en Seúl.

—También está pasando aquí. — Baekhyun tiró de su camisa para proteger la piel de su vientre del frío de la cocina que desaparecería cuando pusiera la calefacción. —Sólo…

— Casi es Navidad.— Kyungsoo se rascó el cuero cabelludo, con el dedo índice, la otra mano agarrando el teléfono con demasiada fuerza, la presión poniéndole blanca la piel en la punta de los dedos. Miró a Baekhyun, con los ojos rojos y las gruesas cejas juntas.

—¿ Celebras eso?— Baekhyun preguntó. —¿Tienes novia, o algo así?— Cogió un mechón de pelo de Kyungsoo y lo hizo rodar entre sus dedos. —Nunca mencionaste ninguna.— Sus uñas rozaron la mejilla de Kyungsoo. —¿Tienes a alguna chica guapa esperando por ti en Seúl?

Kyungsoo envolvió la mano alrededor de la muñeca de Baekhyun y tiró hacia abajo.           —No la tengo— dijo —Yo soy ... —Se detuvo, y parpadeó, y Baekhyun se dio cuenta de Kyungsoo todavía le sostiene la muñeca, el pulgar presionado el pulso de Baekhyun. Esto le envió calor a través del brazo.

Baekhyun miró hacia abajo, y Kyungsoo debió de seguir su mirada, porque de repente lo dejó ir.

Sin otra palabra, salió de la cocina.  Dejando su taza en el extremo de la encimera, sin lavar. Era extraño, para Kyungsoo, que parecía lavar cada plato dos veces, y tres veces si Baekhyun ya lo había fregado.

Baekhyun estaba de repente completamente despierto, su somnolencia desaparecida con el fantasma de la mano de Kyungsoo en su muñeca y la mirada en sus ojos.

—¿Qué tiene de especial la Navidad?— murmuró Baekhyun, poniendo la taza en el fregadero y lavándola en el cubito del friegaplatos. Lo puso a un lado para que se secara y fue hacia el pasillo. La puerta de Kyungsoo estaba cerrada, y en el interior, no estaba cantando o removiendo papeles, o escribiendo tan lento como un caracol en su ordenador, que era mucho más moderno que el viejo y gastado portátil de Baekhyun. No había ruido en absoluto, viniendo de esa habitación.

Baekhyun consideró de nuevo los ojeras bajo los ojos de Kyungsoo, y esperó que estuviera durmiendo.

 

—El invierno más frío en el sur de Jejudo en años— dijo Chanyeol, el 17 de diciembre. —Tal vez tu huésped haya traído el invierno con él.

—Tal vez—  dijo Baekhyun, revolviendo las verduras en la sartén. Le recuerda, por alguna razón, a la mañana después de Kyungsoo llegara. Chanyeol estaba cuidándose otra herida, esta vez poniéndose hielo en la espinilla donde un potro le había pateado. Todo lo que Baekhyun había dicho era: "Qué bueno que no haya sido Makki ". —¿Aún piensas que es el calentamiento global?

—Ya te lo he dicho —dijo Chanyeol, dejando caer el hielo sobre la mesa de la cocina y empujando el hombro de Baekhyun con su mano libre — no funciona así — parecía todo preparado para una explicación pero luego suspiró. — No importa. Entra por un oído y sale por el otro.

—Lo siento, no soy lo suficientemente inteligente como para tus aburridas lecciones— dijo Baekhyun, sintiéndose culpable al momento. Chanyeol no pretendía hacer ningún daño. Le sonrió, en una especie de disculpa improvisada, y Chanyeol sonrió también.

—Eres muy inteligente — dijo Chanyeol, abrazando a Baekhyun por detrás. El paquete de hielo apoyado sobre el pecho de Baekhyun, enfriándolo a través de su suéter. — Tu capacidad de atención deja un poco que desear.

—Jaja — dijo Baekhyun, dejando que Chanyeol lo sostuviera un poco más antes de retorcerse para soltarse. — De todos modos, dudo que Kyungsoo tenga algo que ver con el invierno.

—Lo sé, no soy el supersticioso de aquí.

—No soy supersticioso, no se trata de ... No se trata de creer o no creer. — Baekhyun arrugó los labios. —¿No tienes a alguien más a quien atormentar?

—No -dijo Chanyeol — sólo a mi Baekhyunnie favorito. — Cogió un pedazo de rábano de la mesa y se lo comió.  — ¿Dónde está Kyungsoo?

—Está trabajando en algo— dijo Baekhyun, añadiendo más salsa de soja a la sartén. —No sé qué, pero no ha dormido en dos días.

—¿De Verdad? — Chanyeol se sentó en el borde de la mesa, y era totalmente injusto que sus pies aún tocaran el suelo. — ¿En qué está trabajando?

—No lo sé — dijo Baekhyun.  — ¿Planos para su trabajo, tal vez?

—¿Planos? -preguntó Chanyeol, y Baekhyun asintió con la cabeza.

—Hace algo de arquitectura, por trabajo.— Las verduras estaban chisporroteando. Baekhyun removió los champiñones y el calamar, preguntándose si Kyungsoo desayunaría con ellos hoy.

Chanyeol se puso el hielo de nuevo en la espinilla. Hizo una mueca, flexionando los dedos de los pies. Baekhyun esperaba que no fuera tan malo, si a Chanyeol le mantiene alejado de un caballo, se convertiría en un estorbo, metiéndose por medio todo el rato,  como un perrito raro, y Baekhyun no tendría la oportunidad de intentar averiguar qué estaba comiéndose a  Kyungsoo.

—Eso es genial— dijo Chanyeol. —¿A lo mejor tiene fecha limite?

—No estoy seguro— dijo Baekhyun. —Tendrías que preguntarle— Probablemente no saldría bien. Kyungsoo había estado muy espinoso los últimos días, como si estuviera contando a algo. Podría ser un plazo, pero no estaba trabajando febrilmente. Era más como si quisiera pensar en cualquier otra cosa, pero no podía dejar de mirar por encima de sus notas, no podía dejar de arrastrar esas cortas y comidas uñas por el papel donde estaba garabateado cosas a mano con la letra inclinada hacia arriba, el texto quedándose inclinado hacia arriba y hacia la izquierda.

Baekhyun había sacado su vieja Gameboy Color y le había enseñado a jugar al Tetris, pero la lenta y deliberada necesidad de Kyungsoo de limpiar todas las filas una por una significaba que perdía muchas oportunidades de conseguir puntuaciones altas, y también cuando el tablero empezaba a apilarse las líneas alrededor de su boca se hacían más profundas.  “¿Tienes que preocuparte tanto de que todo quede perfecto?” Baekhyun había dicho, y Kyungsoo había apagado la Gameboy, devolviéndosela a Baekhyun y recogiendo su libro en inglés. Se habían sentaron en la sala principal una hora después de eso, y Kyungsoo no había vuelto la página ni una vez.

—Ok, claro, tal vez le pregunte — dijo Chanyeol, trayendo a Baekhyun de vuelta al presente.  —¿Así que sigue en pie lo de este fin de semana, o qué?

—¿Este fin de semana?— Baekhyun apagó el fuego y cogió la sartén, poniendo la verdura frita en un plato. Estaban algo pasadas, pensó, pinchándolas con los palillos de cocina y suspirando. —¿Qué hay este fin de semana?

—¿Noche de películas?— Chanyeol se rió, y el paquete de hielo cayó al suelo con un golpe fuerte. —Jongdae dijo que estuviste de acuerdo la última vez que comisteis juntos?

—Oh— dijo Baekhyun. Creía que recordaba algo, a través de la niebla de la palma de Kyungsoo presionada con la suya y Soojung ... Soojung había dicho algo, sobre su tolerancia al alcohol, tal vez. —Sí, sí, claro, no estoy seguro de si Kyungsoo se unirá a nosotros, pero...

La habitación de Kyungsoo se había convertido de nuevo en una cueva, pero Baekhyun haría todo lo posible para sacarlo.

—Seguro que lo hará— dijo Chanyeol. —Pareces ser capaz de hacer que se relaje.

Chanyeol se estremeció mientras se deslizaba de la mesa y se agachaba para recoger la bolsa de hielo. Baekhyun se frotó distraídamente el estómago. Tenía hambre, pero estaría más hambriento si Kyungsoo se les uniera para desayunar y tomara su café mientras mirara fija y juzgadora los malos modales de Baekhyun en la mesa.

—Sí — dijo Baekhyun, volviendo a las verduras y guardándole un poco a Kyungsoo, sirviendo el resto para sí y para Chanyeol. —Supongo.

—¿Todo va bien por aquí arriba? últimamente no te he visto mucho.

—Todo está bien.— Baekhyun le dirigió a Chanyeol una sonrisa brillante. —¿Por qué te preocupas por mí? No soy el que está constantemente en peligro de ser herido por mis enormes mascotas.

—Los ponis no son mascotas— dijo Chanyeol, la expresión de preocupación en su cara se transformó rápidamente en su modo de conferencia intensa. —Baekhyunnie, sólo porque un animal ha sido entrenado no significa que puedes cambiar su naturalez…

Baekhyun cogió un pedazo de col frita y se lo metió a Chanyeol en la boca. —A nadie le importa, Chanyeol— dijo, mientras Chanyeol se atragantaba mientras trozos de col se le pegaban a los labios.

 

 

 

El agua de lluvia que Baekhyun recogía se mantenía durante más tiempo en invierno. En verano podía ser peligroso, atrayendo a los mosquitos al agua inmóvil, que era lo suficientemente caliente para poner los huevos dentro.

En invierno, sin embargo, podía dejar el cubo fuera hasta que las plantas que guardaba dentro necesitaran agua, y entonces llevarlo dentro un rato antes hasta que se templaba  para después regarlas.

Baekhyun siempre había pensado que era gracioso que en una isla rodeada de agua, hubiera continuamente escasez. Podía usar agua salobre* que le llegaba por una cañería desde las calas para la mayoría de las cosas, como llenar la bañera de madera o fregar el suelo, pero el agua dulce podría ser limitada en algunos años. Había estado lloviendo mucho ese año, así que no había miedo de sequía, pero ya era costumbre ahorrar el agua de la lluvia. * Agua salada mezclada con agua fresca

Las plantas de árbol casto se estaban haciendo demasiado grandes para las macetas.                                                           –Te plantaré fuera esta primavera — Baekhyun le dijo a una de ellas mientras vertía algo del agua en la tierra reseco. —Así que aguanta solo un par de meses más.

—¿Estas tan aburrido que hablas con las plantas? — preguntó Kyungsoo, y Baekhyun saltó, casi dejando caer el cubo.

Su pelo estaba húmedo, sobresaliendo en todas direcciones por la ducha, y Baekhyun podía oler las hierbas frescas del jabón que Kyungsoo había estado utilizando últimamente, uno que había elegido de una de las ancianas que vendía un montón de tipos al borde del pueblo, en dirección a la cala de Baekhyun y Jongdae.

—No estoy aburrido — dijo Baekhyun. —Las plantas crecen mejor si hablas con ellas.

—Hmm — murmuró Kyungsoo, yendo hacia la encimera y sacando el bote casi vacío de café instantáneo. Encendió el fuego también, llenando un pequeño cazo con agua para hervirla.

—¿Seguro que necesitas más café?— Baekhyun preguntó — Probablemente ya tengas una intoxicación por cafeína en este punto. Seguramente estés meando café.— Bajó el cubo, arrastrando la punta del calcetín a través del pequeño charco de agua derramada en el suelo.  —Eso no puede sentirse bien. Apuesto a que…

—Baekhyun,— le cortó Kyungsoo — estás divagando.

— Ya — dijo Baekhyun. —Bueno, tal vez entonces solo hablaré con las plantas, porque nunca me dicen que estoy hablando demasiado.

—Eso es porque no pueden.— Kyungsoo hacía el café vertiendo el agua caliente sobre la mezcla instantánea mientras Baekhyun empezaba a cantar en voz baja.

Con la taza  entre las manos, se acercó a Baekhyun. Estaba lo suficientemente cerca como para que Baekhyun arrugara la nariz por el olor del café. Baekhyun se fijó brevemente en sus dedos pequeños y cortos, y en la forma en que apenas se superponían, y luego miró hacia sus plantas, sumergiendo sus dedos en el agua y luego agitándolos sobre las capas superiores de las hojas, como una lluvia diminuta.

—Eres tan malo conmigo, Kyungsoo — dijo Baekhyun y sumergió los dedos en el agua de nuevo antes de sacudirlos en dirección a Kyungsoo, dejando que un par de gotas le dieran.

Poco impresionado, Kyungsoo parecía debatir internamente entre el esfuerzo que supondría golpear a Baekhyun y el seguir bebiendo su café caliente, y se decidió por fruncir el ceño. Baekhyun se rió de él, y algo de la evidente somnolencia de Kyungsoo desapareció mientras que luchaba contra su propia sonrisa.

—¿Que son esos? — Kyungsoo preguntó. Su voz era áspera. Baekhyun miró por encima del hombro hacia Kyungsoo. Todavía tan cansado. Había cierto sopor en la inclinación de su cabeza.

—¿Mis plantas? — le preguntó Baekhyun. —Oh, bueno, no soy muy jardinero, pero siguen creciendo.— Se agachó para comprobar los tallos, y le complació no encontrar manchas marrones.

—Nunca antes había visto ese tipo de planta.— Los calcetines de Kyungsoo habían pasado de un negro profundo a un tono más desvaído. El sol robaba un poco de color cada vez que Baekhyun los ponía a secar.

—En el otoño estas flores se hacen una fruta.—Baekhyun sostuvo los restos de un tallo de flores de color lavanda, cogiéndolo con dos dedos, y Kyungsoo se acercó más, inclinándose para ver. Exhaló, el aliento con aroma a café revolviendo el pelo en la coronilla de la cabeza de Baekhyun. —Gris, con forma de haba.

—¿Se come? — preguntó Kyungsoo. Baekhyun se alejó de él cuando empezó a sentir que un calor empezaba a subirle por el cuello y se asentaba en las mejillas. —¿El fruto?

—No— contestó Baekhyun. —Bueno, sí, en realidad sí, pero no como comida. Es medicina.

—¿Medicina para qué? —Kyungsoo preguntó. Se agacha para estar junto a Baekhyun. Su muslo adyacente al de Baekhyun, y Kyungsoo estaba casi febrilmente caliente. Chanyeol siempre le había dicho que los cuerpos de las personas se calentaba mucho más cuando no dormían mucho, y Baekhyun no podía recordar porqué, porque no le importaba, pero Kyungsoo era tan cálido que Baekhyun se saltó una respiración o dos.

—Pues las haenyeo— dijo Baekhyun, tragando y luego se giró para sonreirle a Kyungsoo, —se sumergen mucho, ¿verdad?— imitó el movimiento con su mano izquierda, la forma en que las buceadoras subía y bajaban de la superficie con sus flotadores y rápidamente empujan hacia abajo hasta el fondo marino. Kyungsoo siguió el movimiento de su mano por un momento, luego levantó los ojos hacia la cara de Baekhyun. Baekhyun evitó su mirada, porque era demasiado consciente del calor de Kyungsoo junto a él.

—Esa cosa, bueno, el constante subir y bajar, le hace daño a la cabeza, las buzos se marean y les empieza el dolor de cabeza, dolor en los oídos y también en la mandíbula.— Acarició el pulgar contra las flores secas de la planta de árbol casto que todavía tenía entre los dedos. No estaba muerta, pero su temporada ya había terminado, incluso mientras la planta seguía creciendo. —Así que coges el fruto y se hierve. El sumbegi,— y estrujó las flores secas en sus manos, liberando un aroma amargo, —ayuda a aliviar el dolor. Las haenyeo solían tomarlo antes de sumergirse, como en té o como suplemento, para prevenir esos dolores.

—¿Solían ? —Los bordes irregulares de la voz de Kyungsoo interrumpieron la concentración de Baekhyun. La textura áspera que le daba el sueño era maravillosa. Baekhyun podría escuchar a Kyungsoo hablar para siempre, pero las palabras de Kyungsoo se repartían lenta y cuidadosamente, en dosis bien pensadas aunque demasiado cortas.

—Sí — dijo Baekhyun. —Ahora es aspirina en polvo, o algo así.— Un polvo blanco en un paquetito cuadrado de papel encerado. —Pero antes de eso, antes, era sólo ... —Se frotó las manos en los muslos que le quemaban, y finalmente miró a Kyungsoo de nuevo. Todavía lo veía agotado, con el rostro lleno de sombras por el sueño y manchitas secas de enrojecimiento, y el pelo le había crecido tanto que le cubría la parte superior de las orejas. —Mi abuela solía pasar dos días en otoño, hirviéndolas, haciendo una tintura. El olor era peor que el del pescado, ¿sabes?— rió. — Y siempre se la enviaba a mi madre con los pescadores de fin de semana que venían a nuestro pueblo para reparar sus redes.

El padre de Baekhyun le había enseñado cómo arreglar redes a los cinco años. "Tienes las manos como tu madre", le decía siempre, mientras envolvía sus grandes manos cuadradas alrededor de las de Baekhyun, mostrándole cómo formar los nudos. "Esto será pan comido para ti."

—¿Tu madre también era buceadora? — le preguntó Kyungsoo, y Baekhyun se levantó, con demasiada rapidez, pinchazos de dolor recorriéndole las piernas a medida que el flujo sanguíneo se aceleraba y se estremeció, antes de mirar a Kyungsoo, cuyo labio inferior estaba siendo atrapado por sus dientes, dientes blancos en la carne rosada.

—Sí — dijo Baekhyun —Siempre ponía los zapatos en la dirección equivocada, eso es lo que hacen las haenyeo, ¿sabes?, por si no volvían.

— Por si no volvían— repitió Kyungsoo. — Parece un trabajo peligroso. —se levantó también, y se movió volviendo a la encimera, agregando más agua caliente a la taza del cazo, y añadiendo otra porción de la mezcla instantánea. Baekhyun miró a Kyungsoo remover el contenido, con movimientos constantes, y respiró profundamente.

—Lo es— contestó Baekhyun. —Super peligroso, no es el tipo de cosa para los débiles de corazón.— eran los remolinos, especialmente en invierno, cuando el viento era tan fuerte y el agua estaba tan fría.

Kyungsoo levantó la mirada de repente, y logró atrapar y sostener la mirada de Baekhyun. —No pensé que lo fuera — dijo.

—Es por eso que las mujeres de Jeju son famosas—  dijo Baekhyun. —Son más duras que nadie.— El olor de las flores del árbol casto se le había pegado a la mano cuando alzó la mano para rascarse la nariz.  — Sin embargo las buceadores no quieren que sus hijas sean buceadoras, ahora que hay otras opciones.

—Lo sabía ... —Kyungsoo se detuvo, y tomó un sorbo deliberado de la bebida. No apartó los ojos de Baekhyun, y los de Baekhyun tampoco se desviaron. — Si las buceadoras ya no usan más esa fruta, ¿por qué la plantas?

Baekhyun se ríe entre dientes, y finalmente apartó la vista. No sabía notaba el pecho tan apretado. Tal vez era porque se acordaba de las manos de su abuela mientras esta apretaba las bayas hervidas, el jugo que fluía a través de sus dedos y en el tazón de plástico de color rosa con el borde desportillado que siempre utilizaba. Tal vez, peor que eso, era porque recordaba a su madre, con formas vagas, un rostro borroso con una cuchara en la mano, tragando una buena medida del sumbegi amargo y perfumado antes de que le revolviera el pelo, andando de puntillas para no despertar al padre de Baekhyun.

—No lo sé — dijo. —Cuando heredé este lugar de mi abuela, supongo que heredé todos sus hábitos, también.

El peso de los ojos de Kyungsoo ponía a Baekhyun inquieto. Entonces Kyungsoo abrió el grifo del fregadero, vaciando el café y lavando eficientemente la taza. Verlo era casi, pensó Baekhyun, como mirar una máquina, porque los movimientos de Kyungsoo eran muy rígidos y exactos. Pero el pelo de Kyungsoo le cayó sobre la cara, enmarañado y desordenado, y las mangas se le deslizaban y se mojaban mientras fregaba, y era imperfecto en muchas diminutas formas.  

Baekhyun se acercó a Kyungsoo y tiró de las mangas, asegurándose de que el elástico de las muñecas se ajustaran a los codos, las yemas de sus dedos rozando los antebrazos de Kyungsoo junto con el algodón húmedo. Su pecho presionaba la espalda de Kyungsoo, el pelo de Kyungsoo haciéndole cosquillas en su nariz esta vez. Su pelo era grueso y muy oscuro, y a Baekhyun le encantaba que no absorbiera la luz que entraba por la ventana de la cocina.

—Te necesito en el trabajo— dijo Kyungsoo. — Para que me subas las mangas por mí.

— Hay una carrera para mí en Seúl, después de todo — dijo Baekhyun. —Asociado de mantenimiento de mangas de Do Kyungsoo.— Se rió, y el pelo de Kyungsoo se agitó.

Kyungsoo cortó el agua, y Baekhyun retrocedió para darle espacio para girar. Kyungsoo se secó las manos, y Baekhyun aún estaba más cerca de lo que debería estar. Kyungsoo le atravesó con la mirada, pero su gesto se ablandaba por el cansancio alrededor de la boca.

 —Probablemente hablarías durante todas mis reuniones— dijo Kyungsoo —Nunca terminaríamos ningún trabajo en torno a su insistente parloteo.

—Además llevas esos trajes a medida —dijo Baekhyun, arrugando la nariz. —Las mangas encajan.— Se lamió los labios, y notó el sueño en las comisuras. Su aliento probablemente fuera horrible. No había esperado ver a Kyungsoo esa mañana, no realmente. —Así que me metería en medio de tu momento diseño o lo que sea.

—No diseño — dijo Kyungsoo. —Corrijo los diseños, averiguo si son seguros, funcionales y eficientes, hay personas en mi equipo que diseñan, pero yo soy el control de calidad.

—Así que ¿te aseguras de que la gente de tu equipo haya pensado en todo,— dijo Baekhyun —pensando en todo primero?

—Sí — Kyungsoo miró por encima del hombro de Baekhyun. No había nada allí. —Tengo que pensar en cada parte de cada diseño.— El musculo de su mandíbula se contrajo.

—Es bueno que estés tan ... ah ... orientado al detalle entonces, ¿verdad?— Kyungsoo, que alineaba los platos en filas pequeñas y ordenadas y organizaba las revistas de Baekhyun, parecía ser la persona perfecta para revisar los planes de construcción, en opinión de Baekhyun. Baekhyun sonrió, pero Kyungsoo no le devolvió la sonrisa, sus manos luchaban por algo que hacer y finalmente se convirtieron en puños. —¿Kyungsoo?

—Lo siento — dijo Kyungsoo, su voz apretada y controlada,  —Estoy más cansado de lo que pensaba.— La manga de su brazo izquierdo se deslizó hacia abajo, atascándose de un lado en la muñeca. —Voy a echarme un rato.

No, no lo harás, pensó Baekhyun, y esperaba que esto terminara, después de Navidad, porque lo que fuera que la Navidad significaba para Kyungsoo se lo estaba comiendo vivo.

—Sí, por supuesto — dijo Baekhyun. Descuidadamente extendió la mano y le apartó un mechón de la cara a Kyungsoo, pero Kyungsoo se encogió, por lo que Baekhyun rápidamente apartó la mano. —¿Estas ...?— Púas, todas ellas fuera, y Baekhyun dio marcha atrás. —Puedo llenar el baño, si quieres.

—¿Qué? — Kyungsoo se estaba mordiendo el labio de nuevo, con las cejas fruncidas. La piel seca de su nariz se estaba pelando,  un poco. Baekhyun se preguntaba cómo Kyungsoo todavía se las arreglaba para ser tan guapo.

—El seom ogalpi no es bueno sólo para los dolores físicos— explicó Baekhyun, tirándose del dobladillo de la camiseta. —Puede que te ayude a dormir —arrastró la última palabra, y Kyungsoo lo miró fijamente durante un rato, en silencio, antes de sacudir la cabeza.

—No, gracias — dijo Kyungsoo —Sólo necesito tiempo para mí.

Se fue, y Baekhyun resistió el impulso de seguirle y decirle a Kyungsoo de que ha tenido demasiado tiempo para sí mismo, y que parecía estar causando más mal que bien, pero tanto como Kyungsoo se hubiera convertido en un amigo, Baekhyun pensó que eso podría esta fuera de los límites extraños y complicados de Kyungsoo.

Así que se guardó la extraña sensación de pérdida y la selló, e intentó averiguar qué hacer con su día. Se fue a su habitación, dejando el desayuno aparte por el momento, y abrió el portátil,  que había estado desenchufado encima de su escritorio durante una semana, sin abrir. Necesitaba volver a ponerlo en el armarito cerrado del pasillo, pero seguía dudando, porque debía escribirle a Yixing.

Ocupó toda su mañana con juegos. La temporada de Gamgyul finalmente había terminado, los árboles ya no daban nuevos frutos, y dejaba a Baekhyun sin nada que hacer. Pensó en ir a visitar a Jongdae, pero recordó que Jongdae y Jongdeok habían ido a visitar a su tía y que no volverían hasta mañana, trayendo a Soojung de vuelta con ellos. Al final, lo único que hizo fue limpiar dos de las habitaciones vacías, que habían comenzado a acumular el polvo del desuso y limpiar las ventanas de la habitación principal.

Cuando finalmente puso en marcha el ordenador y abrió su correo electrónico, había un mensaje de su hermano. Haz que arreglen el teléfono, decía, para que pueda revisar qué tal te va a veces. Baekhyun no podía entender el tono del mensaje. Tal vez era en la voz impaciente de Baebeom, la que guardaba para cuando Baekhyun se reía demasiado fuerte la noche antes de un examen o cuando Baekhyun no estaba listo para irse cuando llegaba en un coche de alquiler a la pensión para recoger a Baekhyun para ir a ver a su padre en Chuseok y Seollal.

Baekhyun respondió con un simple todo está bien y luego desplazó el cursor y bajo por la pagina.

También tenía un nuevo mensaje de Yixing. ¿Debería ir de visita en primavera? Yixing lo había preguntado antes, pero nunca lo conseguido venir. Aun así ... Baekhyun golpeteó con la uña en la mesa.

 

 

 

La cosa es, que Baekhyun se había acostumbrado a Kyungsoo mirando por encima de su hombro mientras cocinaba, y a los frustrados ruidos de Kyungsoo cuando Baekhyun lo fastidiaba implacablemente, y a la linda forma en que fruncía la boca cuando pensaba que Baekhyun hablaba solo por hablar, lo cual era muy a menudo.

Después de seis semanas de la presencia sorprendentemente intrusiva de Kyungsoo, su marca especial de ruidosamente-silencioso, la retirada de Kyungsoo de vuelta a su habitación había dejado a Baekhyun algo vacío. De muchas maneras, se había acostumbrado a la presencia de Kyungsoo, y le echaba de menos, aunque todavía no se hubiera ido.

"Será peor cuando realmente se vaya", se decía a sí mismo, frustrado, porque era cierto. “No seas bebé”. Estaba muy acostumbrado a la gente que se iba, y nunca se hacía más fácil. Era sólo parte de la vida en un pequeño pueblo como ese, donde las oportunidades esperaban, en todas partes excepto allí.  Estaban sólo Baekhyun y Jongdae, realmente, viendo a todos irse uno por uno.

Kyungsoo tenía toda una vida aparte en Seúl. Él estaba aquí por ahora, Baekhyun era para ser prestado no para ser guardado, y Baekhyun no debía sentirse decepcionarse al desayunar solo. Sin embargo, lo estaba, y el chocolate caliente se sentía como si pesara cien kilos en el fondo del estómago.

 

 

 

Baekhyun se despertó el jueves por la noche, y no se pudo volver a dormir. Al principio, pensó que era porque el viento soplaba tan fuerte fuera, que la casa se estaba quejando, pero luego oyó pasos en el pasillo que iba hacia la cocina, y luego el agua golpeando el bol del fregadero, y pensó que su cuerpo se había despertado porque Kyungsoo todavía estaba despierto y haciendo ruido.

Las manos de Kyungsoo habían temblado, durante la cena. Había bebido tres tazas de café. "¿Estás bien?" Baekhyun le había preguntado, y Kyungsoo se había encogido de hombros, lo cual no era una respuesta, y ambos lo sabían.

Jongdae le había dirigido a Baekhyun una mirada atenta cuando Baekhyun le había pedido consejo, cuando lo había visitado. "Eres bueno con la gente", le había dicho Jongdae. “Ya lo averiguarás.”

“Kyungsoo no es como tú ni como Chanyeol, y tampoco es como Soojung o Yixing.” Baekhyun había masticado pensativo un trozo de ddeok(1). “Es un erizo.”

"¿Un erizo?"

"Sí. Un erizo muy triste."

"Yo también estaría triste si la gente pensara que yo soy un erizo", había respondido Jongdae, y él y Baekhyun se habían metido en una pelea por el último trozo de pollo en la sala de estar de Jongdae. Durante unos minutos, esa extraña distancia que Baekhyun había estado ignorando había desaparecido cuando Baekhyun gritaba de risa, con Jongdae clavándole los dedos en las costillas y haciéndole cosquillas hasta que había chillado pidiendo misericordia.

Deseaba que todo fuera tan fácil como era su amistad con Jongdae, en momentos como ese.

Empujando hacia atrás las mantas, se meneó fuera de la cama, haciendo una mueca ante la inmediata ola de frío y gimió mientras se levantaba, buscando a su alrededor un par de calcetines, pero poco dispuesto a encender la luz para encontrarlos.

Salió al pasillo. Estaba oscuro allí también, y cuando vagó hasta el final, encontró a Kyungsoo sentado en la oscuridad en la sala principal, sólo los más pequeños rayos de luz de la luna se colaban para permitir que Baekhyun distinguiera la sombra de Kyungsoo cerca de la ventana.

—¿No podías dormir? — Baekhyun preguntó suavemente, palpando la pared hasta que encontró la luz y le dio al interruptor. Kyungsoo se sobresaltó, casi dejando caer su teléfono, y Baekhyun se sentó a su lado en el frío suelo, cogiendo uno de los suaves almohadones. —No soy un experto, pero podría ayudar si bebieras menos café.

—Cállate, Baekhyun — dijo Kyungsoo, golpeando ligeramente a Baekhyun con el codo. Puso el móvil encima de una pila de revistas, y volvió su atención completa a Baekhyun. Consciente, Baekhyun se pasó los dedos a través del pelo enmarañado por el sueño, y luego se limpió la boca, en caso de que hubiera babeado durmiendo o algo así.      —¿Te he despertado?

—No — contestó Baekhyun. — No realmente.— murmuró, y luego se frotó los brazos. Hacía mucho frío esa noche, y no podía creer que se hubiera arrastrado fuera de la cama en medio de la noche, incluso por Kyungsoo. — Ha sido la casa.

—Me sorprende que puedas oír por encima de tus propios y molestos ruidos al dormir —  dijo Kyungsoo, y Baekhyun soltó  un gruñido de protesta perezosa que sonaba más chirriante que amenazante. — Intentaste hablarme, esa vez. En sueños.

—Definitivamente no soy más ruidoso que este viento — Entonces el viento sopló, en respuesta, y se oyó un silbido bajo en la madera de la pensión, escurriéndose por las paredes. —Los fantasmas piensan que debería estar despierto esta noche.

—¿Más de tus cuentos populares, Baekhyun? — Kyungsoo dejó caer sus manos sobre su regazo. Baekhyun estaba lo suficientemente cansado como para seguir el gesto con la mirada, hasta donde las piernas desnudas de Kyungsoo se cruzaban delante de él, la piel de gallina se erizaba sobre la pálida piel de sus muslos.

—Realmente no te gusta usar pantalones — dijo Baekhyun, el sueño nublando la línea directa entre el cerebro y su boca. Kyungsoo parpadeó y luego le dirigió una sonrisa irónica.

—No cuando duermo,— dijo —Es difícil moverse.

El vello de la parte delantera del muslo de Kyungsoo era fino y Baekhyun probablemente ni siquiera lo hubiera notado si Kyungsoo no hubiera  tenido frío. Extendiendo la mano, Baekhyun pasó la mano, calmando el vello de punta, por el muslo más cercano de Kyungsoo.

—La piel está fría— dijo, cuando Kyungsoo saltó.

—No había planeado salir de la cama,— dijo Kyungsoo, poniendo su mano sobre la de Baekhyun. Su mano estaba tan fría como su muslo, y empujó hacia abajo, haciendo que Baekhyun se diera cuenta de que había estado frotando círculos lentos en la piel con su pulgar.

Baekhyun retiró la mano, metiéndosela en el bolsillo de la sudadera. La piel de sus manos se sentía como si estuviera en llamas. —Yo ...— Siempre tenía cientos de palabras en la punta de la lengua, pero estaba demasiado cansado para acceder a ellas. —¿Para qué el teléfono? — es todo lo que consigue, y Kyungsoo cerró los ojos, brevemente, las pestañas largas y oscuras pero extendidas. No es como Chanyeol, que tiene pestañas gruesas que ponían celosas a las chicas, y no se curvaban como las de Jongdae hacían, capturando, a veces, las gotas de lluvia.

—Estaba usando Line — dijo Kyungsoo. —Mi hermano.

—¿Le echas de menos?— preguntó  Baekhyun. —A veces extraño a mi hermano.— bostezó, y su mandíbula chasqueó.  —Sin embargo, estamos muy lejos en edad, mi hermano es seis años mayor que yo, así que es más como si Jongdae fuera mi hermano, la mayor parte del tiempo, o Yixing.

—Le echo de menos — dijo Kyungsoo. —Él tiene mujer y dos hijas, gemelas, también las extraño, ellos no ...— se detuvo. Consideró. Esa lenta Kyungsoo-deliberación, donde decide exactamente lo que quiere decir. —Mi hermano se preocupa por mí. Es dulce.— Kyungsoo se rascó una parte de piel seca del codo. —Es más como tú que como yo.

—¿Como yo?— Baekhyun se preguntaba si eso significa ruidoso, o si significa hablador, o si significaba que bailaba en los pasillos con un mocho como micrófono.

Kyungsoo no debía sentirse inclinado a aclararlo. —Cuéntame tu historia de fantasmas, Byun Baekhyun— la mano de Kyungsoo permanecía en su muslo, donde Baekhyun lo había tocado, y se estaba lamiendo los labios. Su mano no ocupaba tanto espacio como el de Baekhyun, y sus dedos no se curvaban hacia el interior, tampoco. Las orejas de Kyungsoo estaban rosadas, pensó Baekhyun, pero desapareciendo, y él no parecía molesto, y eso desenrolló los nervios de Baekhyun lo suficiente como para permitirle burlarse.

—No es una historia de fantasmas— respondió, inclinándose hacia atrás lentamente hasta que su peso estuvo apoyado sobre sus antebrazos. El suelo de madera era duro bajo sus codos.  —Es sólo, bueno, las leyendas locales y esas cosas, no algo hecho para asustar a los niños, o algo por el estilo. Solo típicos cuentos de folklore.

—Cuéntamelo de todas formas.— Kyungsoo se puso de rodillas y deslizó su cojín por el suelo hasta que estuvo junto a la cabeza de Baekhyun. Luego se tumbó sobre el estómago y dobló los brazos, mirando a Baekhyun a través del flequillo mientras giraba su cabeza para mirarlo.

—Cuando alguien muere por aquí,— dijo Baekhyun, —no los enterramos en los cementerios, ni los convertimos en cenizas, ¿vale ?, los enterramos por los alrededores, cerca de casa. Toda la tierra por aquí, es la tierra de la familia de mi madre. Todo el mundo está enterrado por aquí, donde podemos cuidarlos, y pueden cuidarnos ... Hubo una época ... ah, no quiero parecer como Chanyeol cuando se pone a dar clases, o algo así… -pero no se les permitía a la gente de aquí realizar los ritos chamánicos, así que los isleños lo hicieron en secreto.

—¿Qué tiene eso que ver con el ruido del viento? — Kyungsoo dobló una pierna hacia arriba, enroscando el otro pie en el tobillo. Sus pies eran tan pequeños como sus manos, los dedos cortos y las uñas planas.

—Bueno —dijo Baekhyun —Después de ... — Desvió la mirada Kyungsoo y miró al techo. —Bueno, los espíritus de los muertos, tenemos que llevarlos hasta la otra vida, a través de las doce puertas, ¿verdad?

—Sí — dijo Kyungsoo.  —Lo sé.

—Aquí, — dijo Baekhyun —teníamos, o tenemos supongo, mucha gente ...— se tumbó del todo, con la cabeza en el suelo  —que no han sido enviados a la vida después de la muerte correctamente.

—Como los de los árboles, en el camino hasta el halmang-dang.— Kyungsoo se incorporó sobre los codos. —¿Entonces hay espíritus insatisfechos acechando en la pensión?

Estaba mirando a Baekhyun con cuidado, como miraba a los planos: con el mismo tipo de intensidad, de todos modos, y Baekhyun no estaba seguro de si le gustaba.  —No sólo la pensión.

—¿Por todo el pueblo? — Kyungsoo se retiró el pelo de la cara de nuevo, y lo mantuvo, hebras oscuras entre los dedos blancos. En la débil luz de la sala principal, con sólo el interruptor que Baekhyun había encendido, Kyungsoo atraía toda la atención de Baekhyun. Por lo general lo hacía, con la forma en la que se comunicaba con las expresiones más pequeñas, pero en ese momento, especialmente, Baekhyun no podía apartar la vista de la fuerza de su mandíbula, que contrastaba tan agudamente con la suavidad de sus mejillas.

Sentándose, Baekhyun enroscó las piernas acercándolas al pecho para poder enganchar los brazos bajo las rodillas. Yixing siempre lo había llamado su pose de pensamiento, pero Jongdae decía que se parecía a como cuando todavía era un niño, antes de hacerse  demasiado alto como para caber debajo de las mesas en el restaurante su madre.    Así, podía apoyar la frente sobre las rodillas y mirar el algodón de los pantalones que le había robado a Baekbeom hacía tantos años.

Su cojín se había escurrido de debajo de él, y ahora le dolía el rabillo. Baekhyun no se molestó en arreglarlo.

—Por toda la isla — dijo Baekhyun. —No sólo aquí,  Jeju ha cambiado mucho a través de los años, tiene sentido que haya algunos cuantos espíritus inquietos.— La casa gimió de nuevo y Baekhyun dio un respingo, no por el ruido, sino por el frío, que se le filtraba por las plantas de los pies. —Las noches como esta noche hacen que sea difícil dormir con sus quejas, eso es todo.

—¿No tienes miedo de las casas embrujadas? —preguntó Kyungsoo. Él también estaba sentado, frotándose las espinillas para calentarlas, y parecían muy suaves. Baekhyun se preguntó si serían tan suaves como la piel de los muslos de Kyungsoo.

—Oh, lo tengo— dijo Baekhyun — me aterrorizan, pero a estos fantasmas los conozco, supongo. — levantó la cabeza, sólo para encontrar a Kyungsoo mirándolo fijamente. El agotamiento de las noches de insomnio de Kyungsoo hacía a sus párpados pesados, pero sus ojos estaban alerta, aunque todavía estaban rojos. —Jeju está lleno de fantasmas.

— Lo había oído — dijo Kyungsoo vagamente. Un solo dedo rascando el cuero cabelludo.

—¿Es por eso que no puedes dormir? — Baekhyun preguntó. Miró, pero Kyungsoo no se enroscó ni se desvió de la pregunta que Baekhyun había estado deseando preguntarle durante toda la semana. Tal vez estuviera demasiado cansado. En su lugar, estaba exhalando, la tensión se filtraba y llenaba el aire, lo suficiente como para que Baekhyun pudiera sentirla cuando respiraba.  — ¿Por nuestros fantasmas?

—No necesito los fantasmas de Jeju para eso — dijo Kyungsoo, finalmente. —Tengo suficiente propios. — Él se levantó, y Baekhyun lo miró, inclinando la cabeza hacia atrás para mantener los ojos en la cara de Kyungsoo. Kyungsoo lo miró hacia abajo. —También tengo tu caos.

—Oye — dijo Baekhyun,  —pensé que era sólo ruido blanco.

—Había una película de terror sobre eso — dijo Kyungsoo, y Baekhyun frunció los labios.

—No seas matón— dijo Baekhyun, bostezando, estrujando los ojos hasta terminó. Cuando los volvió a abrir, Kyungsoo lo miraba fijamente, la manzana de Adam moviéndose mientras tragaba.  —¿Qué?

—Habrías sido un buen profesor— dijo Kyungsoo, volviendo la cara. —Eso era todo.

 Descansó su mano fría en la nuca de Baekhyun, por un momento, y luego se fue, dejando a Baekhyun solo en la sala principal, el calor de su propia mano no suficiente para borrar el toque de Kyungsoo.

(1)Pastel de arroz

 

 

 

 

El viernes, cuatro días antes de Navidad, Kyungsoo durmió. No lo pretendía, Baekhyun estaba seguro, pero cuando volvió a casa de montar a caballo con Chanyeol y Jinri y un grupo de turistas que Baekhyun y Chanyeol habían entretenido como una actuación de dúo todo el tiempo, Kyungsoo estaba acurrucado en el suelo de su habitación, ni siquiera bajo las mantas. Tenía su portátil abierto en el escritorio de la izquierda, que ni siquiera estaba alienado con el de la derecha, de la habitación de Baekhyun, y estaba parpadeando por la batería baja, lo que significaba que había esperanzadamente dormido por lo menos una hora, pero probablemente no más que eso.

Primero, Baekhyun enchufó el portátil de Kyungsoo por él, asegurándose de mantener el cable recto porque Kyungsoo probablemente se preocupaba por esas cosas, incluso si Baekhyun no. Cuando lo hizo, el parpadeo desapareció, dejando la pantalla de Kyungsoo mostrando más de esos planos. Baekhyun no sabía si eran nuevos o viejos, pero de cualquier manera, no era asunto suyo, así que se volvió para mirar de nuevo al hombre que estaba en el suelo.

Incluso durmiendo, Kyungsoo estaba angustiado. Estaba de lado, en posición fetal, con la camiseta demasiado suelta alrededor del cuello y revelando un trozo de clavícula. Temblaba, cada pocos segundos, y los dedos de los pies se enroscaban. —Yah— dijo Baekhyun, en voz baja —no duermas sin mantas en invierno, nudista.

Paso cuidadosamente por encima de Kyungsoo, hacia la ropa de cama, e intentó averiguar si podía mover Kyungsoo sobre ellas sin despertarlo. Probablemente no. Así que cogió dos de las mantas dobladas al final del futón y las sacudió eliminando la perfecta forma cuadrada en que las había dejado Kyungsoo, y luego maniobró de regreso alrededor de Kyungsoo con ellas cubriéndole el brazo. Se arrodillo con cautela y estudió la cara dormida de Kyungsoo.

No había cambios desde su última revisión. Baekhyun lentamente extendió la primera manta, la más delgada, para cubrir a Kyungsoo, y entonces agregó la segunda encima, suavizando las arrugas.

Las cejas de Kyungsoo se fruncieron en confusión, tal vez por no tener ya frío, pero no se despertó. Baekhyun extendió una mano hacia la cara de Kyungsoo, y usó el pulgar para alisar el espacio entre las gruesas cejas de Kyungsoo, hasta que se relajó. Dejó que su pulgar se arrastrara hacia abajo, hasta el puente de la nariz de Kyungsoo, y más abajo, hasta el surco encima de su labio superior.

—¿Qué estás haciendo, Baekhyun? — Susurró, en voz alta, y luego comenzó a retroceder, pero Kyungsoo lo agarró, y Baekhyun soltó un gritito. Baekhyun miró fijamente el punto de contacto, preguntándose qué hacer. Tiró ligeramente, y Kyungsoo apretó su agarre.

Al principio, Baekhyun pensó que Kyungsoo se había despertado. Buscó en su mente un comentario bromista, algo para no pareciera raro el hecho de que estaba tocando la cara de Kyungsoo mientras este dormía, pero luego se dio cuenta de que Kyungsoo todavía estaba durmiendo. No se había despertado en absoluto. Baekhyun tiró suavemente de nuevo, esperando que Kyungsoo lo soltara. Entonces Kyungsoo gimió, suavemente, sus pestañas agitándose, y a Baekhyun se le secó la garganta.

Baekhyun se mordió el labio, mordisqueando el inferior mientras pensaba en sus opciones. El agarre de Kyungsoo era firme, y la verdad, Baekhyun no tenía prisa por hacer nada más en ese momento. No tendría nada de malo sentarse junto a Kyungsoo un rato. Tal vez estaba teniendo una pesadilla, y Baekhyun era el sustituto de un animal de peluche que tenía en la cama de su casa.

Baekhyun ahogó una risa ante la idea de Kyungsoo abrazando un peluche contra el pecho en un apretón tan fuerte como el que tenía en la muñeca de Baekhyun. Tal vez un peluche con ojos redondos .como su captor. Poniéndose de lado, Baekhyun trató de girar su cuerpo en una posición más cómoda, y terminó de lado, enfrentado a Kyungsoo.

Desde ese ángulo, tenía una visión aún mejor de la cara dormida de Kyungsoo. De cerca, Baekhyun no podía impedir que su mirada se detuviera en el arco del labio superior de Kyungsoo y en la caída de su pelo sobre la frente.

La mano de Baekhyun estaba atrapada entre ellos, pero aun así, no era incómodo. —No voy a ir a ninguna parte — dijo Baekhyun, tan silenciosamente que casi estaba articulando las palabras. —Puedes soltarme, ¿sabes? — Su aliento hacía que Kyungsoo agitara sus pestañas. —No soy yo quien se va a ir a ninguna parte.

Los pies de Baekhyun estaban fríos. Enganchando una esquina de la manta superior entre el dedo gordo del pie y segundo dedo , Baekhyun tiró, tratando de no moverse lo suficiente para despertar a Kyungsoo. Consiguió poner los pies bajo la manta, y suspiró con alivio.

 

No recordaba haberse dormido. En su cabeza, sólo había estado tratando de recordar dónde había puesto el cable de extensión que usaba cada vez que tenía que conectar el reproductor de DVD, y tal vez pensando en lo emocionado que estaba de ver Soojung este fin de semana. Sus pensamientos se habían movido de allí, a cómo echaba ya en falta el suministro constante de mandarinas, y a cómo estaban casi sin arroz y que tendrá que abajar al pueblo a conseguir algo pronto. También necesitaba gasolina para la scooter. Tendría que llevar el viejo contenedor de plástico a la gasolinera del pueblo cercano a la 1132 para llenarlo cuando fuera, de modo que pudiera llenar el tanque de combustible sin un viaje extra la próxima vez.

Lo siguiente que sabía era que estaba entrando en calor. No entrando en calos, sino asándose, tenía una fina capa de sudor en la piel mientras cambiaba de posición, abriendo los ojos rápidamente cuando le resultó difícil moverse.

Su brazo estaba cruzando el estómago de Kyungsoo. De alguna manera, mientras dormían dormido, Kyungsoo había rodado sobre su espalda y había arrastrado a Baekhyun con él, y Baekhyun aparentemente obedientemente había dejado que eso sucediera. Sus piernas estaban entrelazadas bajo la manta más delgada: la más gruesa no estaba en el perímetro inmediato de visión de Baekhyun, que era principalmente, la parte superior de la cabeza de Kyungsoo. La rodilla de Kyungsoo estaba clavándose en el muslo de Baekhyun, y el peso de la pierna de Baekhyun probablemente le había dormido a Kyungsoo la pierna izquierda entera.

Se movió de nuevo, y Kyungsoo gimió, un sonido corto y frustrado que hizo que Baekhyun se congelara. Podía escuchar el latido de su corazón en los oídos, firme y fuerte, y de repente fue agudamente consciente de que notaba el aliento de Kyungsoo en el cuello, y que una de sus manos, la que no estaba alrededor de su muñeca, estaba bajo la camiseta de Baekhyun, contra la piel de su cintura.

El primer impulso de Baekhyun fue entrar en pánico. Estaba prácticamente encima de Kyungsoo, la mitad izquierda de su cuerpo sobre él y Kyungsoo metido bajo su barbilla. Era íntimo, y Kyungsoo era alguien a que consideraría un amigo, pero eso era ... Todo el cuerpo de Baekhyun se tensó, y tal vez eso fue lo que finalmente despertó a Kyungsoo, cuyos labios se movían contra la piel del cuello de Baekhyun.

—¿Baekhyun? — Confusión, en su mayoría, y quizás diversión seca, Baekhyun no estaba seguro. El agarre de Kyungsoo en su muñeca se aflojó cuando Baekhyun tiró, y Baekhyun aprovechó la oportunidad para tirar de nuevo hacia sí mismo, deslizándose del agarre de  Kyungsoo para acabar acostado completamente a su lado, en lugar de eso. La manta le cubría las pantorrillas, y la arrastró con él, dejando las piernas desnudas de Kyungsoo descubiertas.

—Tú me agarraste, — Baekhyun dijo rápidamente. El brazo de Kyungsoo estaba todavía debajo de él, la mano todavía en su cintura, pero Baekhyun estaba demasiado enredado en la manta para moverse lo suficientemente rápido para hacerlo menos incómodo. —Mientras estabas durmiendo, yo solo estaba tratando de taparte.

—Oh — dijo Kyungsoo. Tenía un color rosado en la cara, no vergüenza, pensó Baekhyun, sino algo más.  —Estaba teniendo un sueño, y ...— se aclaró la garganta.  Había algo raspado en la voz de Kyungsoo que a Baekhyun realmente le gustaba. Era la voz de 'No me he bebido el café todavía'  de Kyungsoo.  —Lo siento.

—Podría haberme ido si realmente hubiera querido— dijo Baekhyun. —Pero no has estado durmiendo bien, no quería despertarte, si esta era la primera vez que te las arreglabas para caer dormido en días, así que ... bueno, me tendí a tu lado, porque mi brazo estaba retorcido, algo así, y ... yo estaba pensando en este fin de semana, tal vez, y entonces, no sé, creo ...  

—Shh — Kyungsoo dijo, cerrando los ojos. Se lamió los labios secos, y el corazón de Baekhyun todavía estaba latiendo jodidamente rápido.  —Baekhyun, no estoy lo suficientemente despierto como para escuchar la historia de tu vida.

—Ya — dijo Baekhyun. —Lo siento, bueno, estoy muy ...

—Lo sé — dijo Kyungsoo. Su voz era tan áspera por el sueño, y se aferraba espesa y melosa en el interior de las costillas de Baekhyun. Aún no parecía estar completamente despierto, y Baekhyun no estaba seguro si debía mencionar que la mano de Kyungsoo todavía estaba en su cintura, un toque firme que hacía que fuera difícil para Baekhyun ordenar sus pensamientos. —Es adorable a veces, la forma en que no puedes evitar hablar o moverte.

Baekhyun tragó.  —¿Sí? — Su voz tembló. No sabía por qué. Él y Jongdae se habían despertado así antes, después de una noche de beber mucho, entrando demasiado en el espacio personal del otro, y Baekhyun no se había sentido así de mareado, así de ruborizado. Estaba absorto en el toque de la piel de Kyungsoo contra el algodón de sus pantalones, y en el calor de Kyungsoo, medio debajo de él así, dibujando cosquilleantes patrones en la cintura de Baekhyun con dedos perezosos. — Siempre soy adorable, solo estás en fase de negación.

—Hmm — dijo Kyungsoo. Con su mano libre -- y ¿por qué no había soltado la cintura de Baekhyun con la otra? -- y se la pasó por el pelo, haciendo una mueca cuando sus dedos se enredaron. —Sobre eso no sé.

Debí ser tarde, porque la luz del sol entraba en la habitación a través de la ventana de Kyungsoo. —¿Creías... que yo era alguien más? — preguntó Baekhyun.

—¿Qué? — Kyungsoo parpadeó y su cara estaba demasiado cerca. Baekhyun se sentó, alejándose de Kyungsoo y cogiendo aire firmemente.  —No entiendo.

—Tú me agarraste — Baekhyun dijo de nuevo, rascándose el cuello y luego tirando del cuello de la camiseta. —Pensé que podrías estar teniendo una pesadilla, en lugar de un sueño normal.

—¿Quién creería que eras?— Kyungsoo preguntó.

—No sé, tal vez una tía buena, o algo así.— Baekhyun arrugó la nariz. — Realmente no lo sé.

—Yo no sueño con tías buenas—  dijo Kyungsoo, sentándose. Él estiró los brazos por encima de la cabeza, e hizo crujir el cuello. —Creo que simplemente pensé que estabas calentito.

—¿Qué tipo de hombre no sueña con tías buenas?— preguntó Baekhyun, sonriéndole a Kyungsoo. Kyungsoo le levantó la ceja a Baekhyun, y algo en su cara hizo que el estómago de Baekhyun hiciera esta cosa rara del nudo.

—¿Tu sueñas con ellas? —Kyungsoo preguntó, y luego se rió. Su sonrisa de corazón. Sus dientes. El rico sonido de su risa. Baekhyun no podía quitarle los ojos de encima.

—Te ves mejor — dijo Baekhyun.  —Como, antes de que te volvieras tipo zombi, o quizás sólo un cadáver porque no te movías mucho...

—Me siento mejor— admitió Kyungsoo — He tenido problemas para dormir.— Se levantó y caminó hacia su ropa limpia y doblada. Cogió un par de pantalones de chándal negro y se los puso. —También fue así en Seúl.

Se estaba encogiendo hacia adelante, y eso, combinado con la línea ya ligera de sus hombros le hacía parecer más pequeño mientras que se colocaba ante la ventana. Todo lo que le rodeaba le decía a Baekhyun que no preguntara por qué no podía dormir, y Baekhyun podía ser insistente con algunas cosas, pero sabía mejor que insistir cuando Kyungsoo parece tan ... derrotado.

—Venir aquí, por un tiempo, me ayudó...— Kyungsoo jugó con la cintura de sus pantalones, estirando el elástico y dejándolo encajar en su cadera. —Estaba muy lejos.

—¿Lejos?— Baekhyun no estaba seguro de si Kyungsoo se refería a distancia o a tiempo. Quizá fuera ambas cosas.

—Pero cuanto más tiempo pasa, cuanto más cerca está, menos ...— Kyungsoo sacudió la cabeza. Erizo. Baekhyun tenía que ser paciente, si quería saber más sobre Kyungsoo. Y lo hizo. Kyungsoo era fascinante, y Baekhyun no podía dejar de querer saber más. — Tú has ayudado.

—¿Qué ayudó más, yo o el baño de seom ogalpi? — bromeó Baekhyun con ligereza, y Kyungsoo se rió entre dientes, pero era poco natural.

—Cogiendo gamgyul y montando ponis— dijo Kyungsoo.  —Ayudarte a dejar de asesinar huevos cuando los fríes.— Se envolvió los brazos alrededor de sí mismo. Baekhyun podía ver sus omóplatos saliendo, estirándose contra la tela de la camisa negra.  —Esas cosas hacen más fácil mantenerme fuera de mi propia cabeza.

Se veía tan perdido.

Así que Baekhyun hizo lo mismo que habría hecho si alguno de sus amigos estuviera triste. Caminó detrás de Kyungsoo y lo abrazó, su barbilla hundiéndose en el hombro de Kyungsoo. Ignoró el calor, la forma en que lo hacía sentir extraño, y simplemente lo abrazó. Dejó que el calor se filtrara en su pecho y dejó que su corazón empezara su recién descubierta rutina de latidos, y abrazó a Kyungsoo hasta que Kyungsoo se relajó en el abrazo. —Así que déjame seguir distrayéndote — dijo Baekhyun, en el oído de Kyungsoo, y Kyungsoo tembló.

—Oh, créeme —, dijo Kyungsoo, suavemente—Eres una distracción— Baekhyun deseó ver la cara de Kyungsoo, porque el tono de su voz era apagado. —Aun que siento que no debería distraerme. Las personas distraídas cometen errores.

—No hay errores que cometer aquí.

—Claro que hay — dijo Kyungsoo. —Yo…

El estómago de Baekhyun gruñó, y soltó a Kyungsoo, retrocediendo. Kyungsoo se rió entre dientes. —Me salté el desayuno esta mañana — dijo Baekhyun, cuando Kyungsoo se volvió  para mirarlo.

—Qué raro en ti — dijo Kyungsoo. —¿Esto significa que vas a comer suficiente comida para cinco personas en la cena?

—¿Y eso que más te da? —preguntó Baekhyun, y se frotó el talón de la palma de la mano en el estómago.

—Me preguntaba cuánta cantidad hacer.— Kyungsoo le sonrió a Baekhyun  —Es lo menos que puedo hacer, ya que parece que te he arrastrado a una siesta.

—Realmente no me importó, Jongdae y yo dormimos en la misma cama, a veces, cuando me quedo en su casa.

—Yo no soy Jongdae — dijo Kyungsoo. Sus labios todavía estaban ondulados hacia arriba en una pequeña sonrisa de suficiencia.

Baekhyun recordó la forma en que los labios de Kyungsoo se sentían en su cuello.

—Lo sé — dijo, y luego siguió a Kyungsoo fuera de la habitación y entró en la cocina, frotando el sueño de los ojos.

Kyungsoo y Baekhyun terminaron cocinando juntos, Baekhyun lavando el arroz mientras Kyungsoo frotaba la salsa en el pescado con los dedos. A veces Kyungsoo se detenía y sólo miraba a Baekhyun, hasta que Baekhyun levantaba la vista de su tarea para devolverle la mirada. Entonces él siempre desviaba la mirada, rápidamente, como si no deseara encontrar la mirada de Baekhyun.

Cenaron, Baekhyun le contó a Kyungsoo sobre los chismes que había escuchado en el pueblo, y Kyungsoo escuchó, aunque no conocía a ninguna de las personas de las que hablaba Baekhyun. Es lindo, a veces, Baekhyun recordó a Kyungsoo diciéndolo, y se detuvo a mediados de la frase, tropezando con su historia, y se sentía ... Pero Kyungsoo inclinó la cabeza, confundido, por lo que Baekhyun retomó el hilo de nuevo, dejando de lado el pensamiento para más tarde.

Al menos por esta noche, Kyungsoo parecía sentirse un poco mejor, la mirada ensombrecida  todavía le acechaba en los ojos, pero sólo en los bordes.

Kyungsoo se quedó dormido de nuevo en la sala principal viendo la televisión con Baekhyun, un drama que ambos habían estado viendo juntos, a pesar de que Kyungsoo no había estado aquí durante los primeros cuatro episodios. Su cabeza cayó sobre el hombro de Baekhyun, y Baekhyun debía tener acidez o algo, porque su pecho ardía, algo así.

 

 

 

Gracias a la siesta que había dormido antes, Baekhyun se despertó antes del amanecer. Se quedó tumbado con las mantas retorcidas durante un rato, tratando de volver a dormirse, pero fue inútil.

Se levantó y se vistió, poniéndose un abrigo de lana y un gorro y se dirigió a la puerta principal, con los cordones de los zapatos atados descuidadamente y el abrigo desabrochado. Afuera, el aire era fresco. Hacía más frío en enero, pero era lo suficientemente frío como para que las mejillas de Baekhyun hormiguearan. Deseaba haber agarrado una bufanda. Tenía cinco o seis, pero siempre se olvidaba.

Caminando hacia el pueblo, Baekhyun se dirigió hacia el muelle. El sol estaba empezando a salir, ahora, y era realmente hermoso, la forma en que el mar parpadeaba ámbar y púrpura en la luz de la mañana. Se paró y observó, durante un breve rato, admirando la forma en que la costa se iluminaba lentamente, antes de continuar bajando la colina.

Había sólo unas pocas personas por los alrededores, ya que era muy temprano. Pronto, las mujeres comenzarían a reunirse en la cabaña de los buzos, a ponerse sus trajes de neopreno negro y atarse las pesadas pesas ​​alrededor de la cintura. Inclinarían la cabeza hacia atrás, verterían aspirina en polvo en sus bocas y luego subirían a la parte de atrás de uno de los camiones, con sus flotadores, para bajar a la sección de costa en la que estaban nadando, bolsas de malla verde a la espera de ser llenadas con el abulón y otras lapas.

Fuera de uno de los barcos, había alguien que andaba por ahí, probablemente revisando las cuerdas. Era el barco del padre de Minseok, y Baekhyun entrecerró los ojos intentando averiguar qué Kim era. Seguro, era Minseok. Levantó la mano para saludar, y planeó llamarlo, pero se detuvo en el último momento cuando un movimiento le llamó la atención.

Había alguien con él. Al principio, Baekhyun pensó que era la hermana de Minseok, de pie en la borde interior del barco, mirando hacia abajo, hacia Minseok desde su punto de vista más alto, pero luego notó las manos de Minseok en su cintura, estabilizándola, y ella era demasiado baja para ser su hermana . Entonces el viento sopló,  y ella se rió mientras su pelo soplaba hacia la cara de Minseok.

Era Kim Taeyeon, se dio cuenta Baekhyun. Observó mientras ella le pasaba los dedos por el pelo, y él la miraba. Baekhyun creía que Minseok estaba sonriendo, pero no estaba lo suficientemente cerca como para asegurarlo. Podía, sin embargo, ver la ruta que la mano de ella llevaba, por la cara de él hasta para curvarse alrededor de su mandíbula. Podía ver las manos de Minseok colocándose en su cintura, y no había forma de malinterpretar eso.

Taeyeon se inclinó y besó a Minseok, y Baekhyun inmediatamente miró hacia otro lado, acelerando su paso, alejándose del agua y retrocediendo hacia el centro del pueblo. Ya eran cerca de las siete, y las tiendas estaban empezando a abrirse, el olor del té y el caldo, olían fuerte en el aire cuando llegó a la carretera principal.

Las manos de Baekhyun estaban incrustadas en los bolsillos, apretadas en puños. Taeyeon se veía tan feliz. Nunca había compartido esa clase de sonrisa con ella. Su cuerpo entero se sentía adormecido, y sus piernas seguían caminando hacia adelante, pero su mente está todavía abajo, en el agua.

La cosa acerca de los sueños imposibles, Baekhyun sabía, era que sabías que no podías obtenerlos. Eran como mucho humo, dispersándose lentamente en la nada.

Nunca había estado enamorado de Kim Taeyeon. Tal vez había pensado que lo estaba, en su último año de secundaria, pero pronto se dio cuenta de que Kim Minseok hacía que su corazón latiera igual de rápido, y que tal vez lo que había sentido tan fuertemente había sido admiración, ya que ambos Taeyeon Y Minseok eran tan fuertes, inteligentes y capaces.

Así que en realidad no sabía por qué se sentía tan vacío, sabiendo que ella estaba viendo a alguien más. Podía ser que Kim Minseok nunca salía con nadie, así que debía de ser serio. Podía ser que Kim Taeyeon había sido siempre una especie de ancla para Baekhyun. Un punto de conversación sobre un futuro sobre el que se sentía tan inseguro, a pesar de que sabía exactamente cómo sería.

Necesitaba huevos, en la pensión. Se desvió de la carretera principal, en piloto automático, en busca de una tienda en particular. El letrero por encima de la puerta baja solía ser blanco, pero ahora estaba manchado, marrón en los bordes y crema moteada en el centro, y las negras letras hangul desvanecidas.

Como cualquier otro edificio de la fila, tenía piezas reemplazadas una por una, dando a la cara frontal un aspecto desordenado que era reconfortante y familiar. Todavía estaban los mismos recortes de periódico en la ventana que Baekhyun solía forzar a Yixing a leer en voz alta mientras se comían los helados en los meses de verano, goteando en la acera. Amarilleados por el tiempo, estaban fechados hacía seis años. Yixing buscaba algunas de las palabras más extrañas, cuando Baekhyun empezaba a interrogarlo, pero al final de su tiempo aquí en Jeolbyeog-ri, había memorizado los artículos y ya no había tenido que leerlos.

Entró en la tienda, sobre el peldaño de madera en la puerta, y vio una sudadera familiar de un grupo de música  que asomaba por debajo de un abrigo azul marino, con la capucha levantada. Reconoció las zapatillas de deporte, también: él y Jongdae habían colaborado juntos para comprarlas para el cumpleaños de Soojung hacía cuatro años. La forma de los  dedos de los pies asomaban, y las suelas probablemente tuvieran agujeros en ellas, por el desgaste. —¿Guardas los zapatos por el valor sentimental?

Ella se giró rápidamente, casi dejando caer los huevos que llevaba en las mano. —Oppa, no me asustes así.

—Olvidé que estabas en el pueblo este fin de semana— dijo Baekhyun. —O, bueno, no se olvidó, pero.

—¿Todavía estás durmiendo, oppa? —Soojung se rió de él. —Todos vamos a ir esta noche, no lo olvides. —Ella se enderezó y su capucha se cayó.

El pelo de Soojung estaba de un rojo vivo. —¿Qué te parece?

—Es brillante— respondió Baekhyun. Extendió la mano y agarra un mechón. Era más seco de lo que solía estar entre las punta de sus dedos.

—Mi madre lo odia — dijo Soojung. —Pero Jongdae-oppa dice que parezco una diosa del fuego, y todos sabemos cómo puede ser mi madre a veces—

Cuando Chanyeol se había mudado por primera vez, había teñido el cabello de un rubio odioso y la madre de Soojung le había chasqueado la lengua cada vez que lo veía hasta que se cortó el pelo y dejó que el color volviera a negro.

—¿Una diosa del fuego?— Baekhyun la miró con los ojos entrecerrados. —Puedo verlo.

—Sólo quería hacer algo diferente — dijo, mientras pagaban por la comida y salían a la calle. A la luz, su pelo era aún más vibrante. —Mis amigos y yo estábamos buscando anuncios en una revista y vi el pelo de una de las modelos  y yo solo ...— se encogió de hombros. —Solo lo hice.

—¿Sin arrepentimientos?— Baekhyun preguntó, mientras andaban por el camino, y Soojung se rió.

—Ninguno— contestó ella. — Y ¿honestamente? No creo que mi madre esté realmente molesta por mi pelo, creo que está más molesta por el hecho de que puedo hacer algo así sin preguntarle, o quizás porque pronto estaré en Estados Unidos estudiando, y estaré completamente fuera de su alcance.

Baekhyun la miró, y mientras todavía veía la sombra de la Soojung que había conocido en la secundaria -el mismo corazón, en realidad, y esa misma sonrisa divertida- la mujer a su lado era más segura de sí misma. Ella había cambiado, pensó Baekhyun. Ella se había vuelto mayor, tal vez, o se había expandido a esa persona con más profundidad, experiencia y ambición. Como las plantas de árbol casto en su cocina, ella necesitaba más espacio y tierra fresca.

Baekhyun no había cambiado en absoluto. Se preguntó si alguna vez lo haría.

—Realmente vas a ir a América, ¿no?— Baekhyun preguntó. Ya podía imaginar el espacio vacío frente a él en el restaurante, y el lugar vacío en las rocas de la cala. Él y Jongdae siempre se emborrachan cuando Soojung no estaba allí para compartir un tercio del alcohol que habían llevado.

—Sí— dijo Soojung, — Lo haré— Ella le dirigió una mirada traviesa. —¿Problema? — Su expresión le retaba a decir que tenia alguno.

Baekhyun cambió los huevos al otro lado, para poder coger la mano de Soojung con la suya y apretarla.

—Estoy celoso — dijo, asegurándose de mantener su tono de burla. —Mi hermana pequeña, toda crecida.

—No soy tu hermana pequeña —dijo Soojung. — Acepto lo de hermana, pero no soy pequeña.

—Eres más pequeña que yo — respondió.

Ella liberó su mano de la suya y ligeramente  le golpeó el brazo. —Dilo de nuevo, oppa, y tendré que ponerme seria contigo.

—Muy pronto, tendrás un novio y tendré que pegarme con él— Baekhyun caminó por delante un poco, para esquivar otro golpe, y giró para poder caminar hacia atrás y burlarse de Soojung.

Pero Soojung miró hacia abajo en lugar de amenazarlo, y su pelo cayó y oscureció su cara. —Nunca te perdonaré si juegas al protector— dijo. Su voz sonaba algo ahogada, y Baekhyun se preguntó si había dicho algo malo.

—Entonces más te vale que no consigas un novio -dijo Baekhyun, manteniendo sus palabras joviales. —Entonces no tendré que hacerlo.

—De todos modos, nunca derrotarías a nadie —dijo, alzando finalmente la vista, con la boca todavía ligeramente curvada hacia abajo en las esquinas. Al ver la sonrisa de Baekhyun, sin embargo, la expresión se sustituyó por una de auténtica molestia. La autoritaria elevación de la ceja hizo reír a Baekhyun, y después de un momento de mirarlo fijamente, se le unió.

—Tienes razón — dijo —Además, tienes muy buen gusto con la gente, nunca dudaría de tí, Soojung-ah.

—Bien— dijo ella. La mirada en sus ojos era extraña. —Entonces no dudaré sobre tu elección de novia.— Soojung se lanzó su pelo sobre el hombro. —No es que fueras a tener una alguna vez.

La mente de Baekhyun volvió a esa mañana, en el muelle, donde había visto a Kim Taeyeon inclinarse hacia adelante para plantar un beso en la boca de Kim Minseok, sus dedos curvándose justo detrás de su oreja mientras ella le cogía de la mandíbula. Entonces, por alguna razón, pensó en Kyungsoo, y en la forma en que lo había visto la mañana después de su primer día de lavandería conjunta, con la nariz enterrada en el material de la camiseta mientras inhalaba el olor del mar. —Nunca se sabe — dijo —Kim Taeyeon eventualmente se enamorará de mi.

—Estoy segura— dijo Soojung, mientras se acercan a su casa. —Es solo cuestión de tiempo.

Baekhyun sonrió ampliamente. — Claro— dijo, agarrando la bolsa de plástico con más fuerza. —¿Te veré esta noche?

—Lo harás —Soojung respondió, sonriendo.

Kyungsoo se había ido cuando volvió, y también el coche. Regresó tres horas más tarde con un montón de planos, entrando en su habitación después de un silencioso "hola", y Baekhyun deseó saber que era lo que le estaba robando la sonrisa a Kyungsoo.

 

 

 

—¿Así que cuánto tiempo te quedarás en Jeolbyeog-ri, Kyungsoo?

Chanyeol había aparecido hacía cuatro horas, y Jongdae había llegado poco después con Soojung a cuestas, y se habían instalado en la sala principal. Baekhyun había sacado el reproductor de DVD para la ocasión, y Jongdae había traído un montón de sus favoritos, todo cosas que habían visto un millón de veces antes, ya que nunca veían nada nuevo en sus noches de películas.

Al principio, Baekhyun pensó que Kyungsoo no saldría y se uniría a ellos. Había pasado la mayor parte del día en su habitación después del desayuno y, aunque no había estado tan soñoliento, todavía le parecía cerrado a Baekhyun, con las espinas extendidas, mientras había reorganizado todo sobre la mesa varias veces hasta que se había parecido a algo como a la pantalla cuando Baekhyun le había enseñado a jugar al Tetris.

Pero como Jongdae había empezado a lloriquear porque Baekhyun había acaparando todos los snacks, y Chanyeol y Soojung habían trabajado juntos para abrir y verter el makgeolli, Kyungsoo se había acercado a la habitación, acechando en la puerta hasta que Baekhyun había levantado la vista y le había sonreído, ¿no te vas a unir a nosotros?

—No hay mucha gente que venga de visita y acabe quedándose, aparte de Chanyeol— dijo Jongdae, y Chanyeol sacudió la cabeza.

—Técnicamente yo no vivo aquí — aclaró —Vivo en el pueblo de al lado, sólo pasa que me gustáis.

—Tú no nos gustas— respondió Baekhyun, y luego se rió cuando Chanyeol le lanzó uno de los tapones de rosca de las botellas de makgeolli a la cara. Él lo cogió, y los diminutos dientes de plástico de la tapa de la botella se le clavaron en la mano mientras la apretaba.— Casi me aplastaste hasta la muerte.

—Tal vez si no fueras del mismo tamaño que los cachorros del establo…" Chanyeol comenzó, pero luego pareció darse cuenta de que no está en una habitación exactamente llena de gente alta. —Esto no es justo, me superáis en número.

Baekhyun lanzó el tapón de vuelta, y golpeó a Chanyeol justo en la frente mientras que Jongdae se carcajeó y Soojung fingió no reírse de ellos.

La espalda de Kyungsoo se curvó, pequeño erizo tonto, y Baekhyun se acercó a él, hasta que sus hombros se tocaron. —Lo siento — dice — Creo que estábamos hablando de ti.

—Tenía planeado quedarme hasta finales de enero — dijo Kyungsoo —Estamos abriendo terreno para un nuevo proyecto de mi firma a principios de marzo. Probablemente debería estar allí durante la mayor parte de febrero.

—Oh sí — dijo Chanyeol—Baekhyun mencionó que eras un hombre de arquitectura.

—Sí— dijo Kyungsoo —Soy un hombre de arquitectura. Trabajo para una firma de arquitectura, por lo menos.

—Entonces, ¿cómo consigues todo este tiempo libre? — preguntó Jongdae, cogiendo una taza de makgeolli de Soojung. Él le sonrió en agradecimiento antes de regresar a Kyungsoo. —¿Puedes hacer eso?

—Está aquí, ¿no?— Baekhyun comentó, y Chanyeol se rió mientras aceptaba su propia taza de Soojung, quien murmuró algo acerca de ser la más joven mientras vertía tres tazas más. —Kyungsoo es una especie de jefe, de todas formas.

—Me dieron permiso por razones personales— dijo Kyungsoo en voz baja, y Jongdae asintió con la cabeza. —Como mi papel con la compañía es bastante importante, se ajustan a mí.

—Así que estoy, atascado contigo — dijo Baekhyun, antes de que Kyungsoo pudiera encerrarse en sí mismo, y Soojung le dirigió a Baekhyun una mirada penetrante mientras le entregaba su taza. Baekhyun giró la taza en sus manos y la ignoró.

—¿Estás cansado de mí, Baekhyun? — preguntó Kyungsoo, apartándose el pelo de los ojos y fijando a Baekhyun en su sitio con una de esas miradas de ojos grandes que guardaba cuando quería ser especialmente confuso. —Y aquí yo pensando que teníamos algo especial. —Era sutil, la manera en que se burlaba de las palabras de Baekhyun de hacía semanas y semanas, pero eso removió algo en Baekhyun.

—No —soltó  Baekhyun, luego se sonrojó mientras todos lo miraban. —Quiero decir, deberías quedarte todo el tiempo que quieras.

—No es como si todos los días no se cargaran en tu tarjeta de crédito — señaló Soojung, y Kyungsoo sonrió. —Baekhyun es posible que esté cansado de tu tarjeta de crédito.

—Aún así —dijo Kyungsoo— no quiero ...

—Me gusta tenerte aquí — dijo Baekhyun, infundiendo finalidad en la frase. Kyungsoo se inclinó hacia él, en reconocimiento, tal vez. —Ahora, ¿qué película vemos?

Baekhyun ignoró la forma en que Jongdae estaba intentando leerle la mente o algo así, y ,resueltamente, arrastró las caratulas de todos los DVDs de Jongdae hacia sí mismo.

Kyungsoo, resultó, ser algo así como un aficionado  al cine. Había visto todas las películas habidas y por haber, y tenía opiniones sobre cosas como la cinematografía y la autenticidad del director, que tenía a Chanyeol inclinándose hacia adelante con interés y a Baekhyun mirándolo fijamente.

Baekhyun no debería sorprenderse de que Kyungsoo tuviera opinión, cuando lo piensa. Pero lo estaba, porque aunque Kyungsoo pudiera presentar protestas simbólicas, siempre terminaba siguiendo la línea de Baekhyun.

Jongdae y Baekhyun hicieron un brindis con Soojung, bebiendo sorbos de makgeolli mientras Kyungsoo descartaba película tras película, Chanyeol junto a él con comentarios como "este es históricamente muy inexacto", y Soojung les dirigía a ambos su patentada qué más da  mirada mientras  Baekhyun y Jongdae se reían.

—Tal vez Chanyeol finalmente haya encontrado un espíritu afín— dijo Jongdae, y luego hizo una pausa, dejando su taza y sacando el teléfono. Lo sostuvo, y tomó una foto de Kyungsoo y Chanyeol.

—¿Qué estás haciendo?— Soojung preguntó, y Jongdae sonrió.

—Es para mi madre — dijo Jongdae —Sigue diciéndome que Kyungsoo se parece a alguien, así que me imagino que dejará de preguntarme cuándo venga de nuevo si puede mirar su cara cuando quiera.

—Oh, sí, eso no es raro en absoluto — dijo Baekhyun, y Soojung puso su frente en el hombro de Baekhyun para ocultar su risa mientras Chanyeol hizo un ruido triunfal, blandiendo un DVD extraído de la funda de plástico.

—Hemos llegado a un consenso — dijo Chanyeol.

Jongdae tiró de la parte de atrás de la camisa de Soojung, acercándola hacia él, y ella se puso cómoda, y Baekhyun desvió la mirada al moverse ,también Kyungsoo, aún más cerca de Baekhyun. Ahora sus caderas también se estaban tocando, y los pantalones vaqueros de Kyungsoo rozaban los suyos, demasiado ligeramente para estar en completo contacto, pero lo suficiente como para que le hicieran cosquilles en el muslo de Baekhyun.

—El consenso implica que esta es una película que todos queremos ver— dijo Baekhyun, aunque en realidad no le importaba.  De todas formas había visto cada película que Jongdae tenía, más de una vez.

—¿Y si son todas las personas las que importan las que toman la decisión? — respondió Chanyeol, el cd alrededor de su dedo grueso, atascado en el primer nudillo.

—Entonces yo diría que estabas pidiendo un recordatorio sobre quién realmente está al mando — dijo Soojung altivamente, y Jongdae se rió, volviéndose hacia ella y sonriéndole. Ella se apartó el pelo rojo sobre el hombro.

—Error mío — dijo Chanyeol, y le guiñó un ojo a Kyungsoo, demasiado descuidado y obvio para hacer cualquier cosa excepto hacer reír al resto. Baekhyun se volvió para mirar a Kyungsoo. Vio, frustrado, como le caía el pelo en la cara.

—Soojung podría cortártelo — dijo Baekhyun, extendiendo la mano y apartándoselo. Sus uñas rascaron ligeramente la frente de Kyungsoo, y fue la curiosa media sonrisa de Chanyeol lo que le recordó a Baekhyun que no estaban solos. Rápidamente dejó caer la mano y se aclaró la garganta. —Si se lo pides bien.

—Podría hacerlo por la mañana — dijo, mientras Chanyeol le pasaba el DVD a Jongdae. Este lo puso en el reproductor y le pasó el mando a Baekhyun.

—Me gustaría —  dijo Kyungsoo —Gracias. — Sus orejas se habían puesto rosadas.

—No soy tan buena como Taeyeon unni, pero soy bastante buena — dijo Soojung.

—¿La Kim Taeyeon que le gusta a Baekhyun? —Kyungsoo preguntó, y Jongdae se rió.

—La misma y única — dice, y Chanyeol se le unió en la risa. Baekhyun también se rió, pero era forzada, quedándosele atrapada en la garganta parte del tiempo. Kyungsoo se apoyó un poco más en él, después de que Chanyeol se levantara y apagara la luz, y Baekhyun se negaba a mirar a Kyungsoo para ver si era porque él lo había notado.

Baekhyun intentó prestar atención a la película, de verdad, pero como de costumbre, se distrajo, entrando en un debate sobre el casting de la actriz con Soojung durante un rato, y luego en una pelea de comida con Jongdae, que era, en su mayoría, sólo ellos aplastándose Choco Pies en las mejillas hasta que Soojung los envió al baño para lavarse la cara.

Entraron en el baño de huéspedes, porque estaba más cerca, y Jongdae parpadeó ante la organizada línea de productos en los estantes abiertos. — Es tan…

—Kyungsoo es así — dijo Baekhyun, encogiéndose de hombros — Le gustan las cosas organizadas.

—Y que lo digas — dijo Jongdae — ¿No es irritante? —Le clavó el dedo en la mejilla de Baekhyun. — Tú siendo un desastre y todo eso.

—No— dijo Baekhyun — No lo es. — Pasó los dedos bajo el agua. —No es gran cosa. —con el pulgar húmedo frotó la mejilla de Jongdae, limpiándole la línea de relleno de crema.— No lo molestes con eso.

—Ooh, no eres un dueño sobreprotector? —dijo Jongdae, pero hay una mirada de acuerdo en sus ojos. —Protegiendo a tu bebé erizo.

—No puedes contarle eso— dijo Baekhyun. —Nunca encontrarías mi cuerpo y te perseguiría,  Jongdae,  juro que lo haría.

—Podría ser divertido salir por ahí con un tú fantasma — reflexionó Jongdae.  —Me pregunto si sería como ponerte en silencio y luego perder el mando.

Forcejearon, y cuando finalmente regresaron a la sala principal, ambos tenían el pelo y las camisetas mojados. Baekhyun se sentó junto a Kyungsoo, que se giró hacia él con los ojos muy abiertos, reflejando la luz de la pantalla de televisión.  —Te has perdido la mitad de la película — dijo Kyungsoo —y estás empapado.

—Chicos — dijo Soojung, imbuyéndolo con suficiente desdén que Jongdae sintió la necesidad de tirarle del pelo —Inténtalo de nuevo, Kim Jongdae.

—Todo el mundo me está amenazando hoy— dijo, y Soojung le dijo que si no quería ser amenazado debería dejar de merecerlo.

—Deberíamos ir al cine alguna vez — dijo Baekhyun, estirándose, después de que la película hubiera terminado. —Nadie quiere ir, pero luego me entero de que ya lo habéis  visto.

—¿Y por qué crees que es eso? — Chanyeol estaba sonriendo de lado.

—¿Se supone que tengo que saberlo?

La risa resultante de Chanyeol fue tan fuerte que Kyungsoo saltó, las galletas saladas que había estado comiendo con su acostumbrada forma metódica se le cayeron de las manos. Reuniendo las galletas derramadas, Kyungsoo las puso en un pañuelo de papel, doblando los extremos para obtener un pequeño paquete de galletas para tirarlas a la basura.

—Es obvio — dijo Chanyeol —Nadie quiere ir al cine contigo, Baekhyunnie.

—Es horrible. — dijo Soojung —Más valdría ni siquiera perder el dinero.

Baekhyun frunció el ceño. —Kyungsoo iría al cine conmigo — dijo —¿Verdad? — Miró a Kyungsoo, que lo miraba fijamente, divertido.

—Si esta noche me ha enseñado algo, nunca pagaría dinero para sentarme a ver una película contigo, Byun Baekhyun —respondió Kyungsoo, y Jongdae tosió, ahogándose con el  licor. —No me sentaría a ver una película contigo ni aunque me pagaran.

—Él habla todo el tiempo — dijo Jongdae, y Chanyeol se rió mientras Jongdae hacia un movimiento de charla con la mano.

—Pone los pies en el respaldo de los asientos de otras personas, y no puede quedarse quieto —Chanyeol se rascó la mandíbula, pareciendo, en opinión de Baekhyun, especialmente  cavernícola.  —Yyy  es un ladrón de snacks.

—Solo eres egoísta — Baekhyun le dijo a Chanyeol, antes de mirar a Kyungsoo. —¿Cuál es el punto de ver una película con otra persona si no compartes palomitas y la comentas?

Kyungsoo le dirigió a Baekhyun una mirada larga e incrédula mientras Jongdae se reía en silencio en el fondo, la sonrisa lo suficientemente amplia como para mostrar todos sus dientes rectos y blancos.

—La comentas después de la película, Baekhyunnie — dijo Chanyeol, extendiendo la mano, sin duda, para hacerle cosquillas en el cuello a Baekhyun. Baekhyun se alejó, cayendo sobre Kyungsoo, que extendió la mano para estabilizarlo, el talón de su palma presionando la parte baja de la espalda de Baekhyun. Podía sentir el calor de la mano de Kyungsoo a través de la tela gruesa de la sudadera, y Baekhyun suprimió un temblor.  —Obviamente.

—Obviamente — Baekhyun repitió, en una ciertamente mediocre imitación de la voz baja de Chanyeol, y Chanyeol rodó los ojos, volviéndose hacia Jongdae y Soojung y entrando en una discusión sobre ese artículo tan raro que Chanyeol había enviado por email a  Baekhyun y a Jongdae, que todos ,de alguna manera, habían logrado leer sin caer dormidos, sobre la crisis de fertilizantes al sur de Daegu.

Baekhyun escuchaba, más o menos, pero la mano de Kyungsoo se había deslizado de su espalda hasta alrededor de su cintura. Los presionaba juntos, y la rodilla de Kyungsoo se clavaba en su muslo mientras se sentaban uno al lado del otro en el suelo.

—¿Con qué clase de persona ves películas, entonces? —preguntó a Kyungsoo. A veces se pregunta acerca de los amigos de Kyungsoo en casa, todo el camino hasta allá, en Seúl. Se pregunta con qué tipo de gente pasaba Kyungsoo su tiempo. Si le echaban de menos. Baekhyun lo echará de menos.

Kyungsoo no había estado aquí el tiempo suficiente para que Baekhyun sintiera el impacto posesivo que se deslizaba por su espina dorsal. Kyungsoo probablemente tenía amigos que conocía desde hacía mucho más tiempo que a Baekhyun, incluso si sólo hubiera regresara a Corea para ir a la universidad.

—Normalmente voy al cine solo — dijo Kyungsoo. Su aliento cálido en la mejilla de Baekhyun, haciéndole cosquillas en la oreja, y Baekhyun tuvo que hacerse para atrás en cuanto notó un flash de calor subiéndole del pecho para calentarle las mejillas. El brazo de Kyungsoo cayó con facilidad, como si su posición sobre la cintura de Baekhyun no hubiera tenido importancia. Probablemente no lo había tenido. Baekhyun no lo sabía.— No es algo que no puedas hacer solo.

Era verdad. Baekhyun alzó las rodillas y las rodeó con los brazos. — Aún así, no me gusta mucho estar solo— dijo — Incluso en el cine.

—Te vas acostumbrando — dijo Kyungsoo, parpadeando en dirección a Baekhyun con esos ojos expresivos que en realidad no le decían nada a Baekhyun. —Cuando estaba en Alemania, lo hacía todo el tiempo, y veía películas que apenas podía entender. — una risa silenciosa entre dientes que Baekhyun no pudo entender.  —Estar solo no es tan malo, cuando te acostumbras.

—No puedo acostumbrarme a estar solo — dijo Baekhyun — Y he tenido mucha práctica.

Su conversación fue interrumpida por un fuerte grito de Jongdae, que de alguna manera había conseguido enfurecer a Soojung de nuevo, y era obvio que todos tenían demasiada energía como para irse a dormir. Puesto que todos se quedaban a pasar la noche, Baekhyun sugirió ir a dar un paseo fuera, que estaría bien incluso con el zumbido suave del alcohol, siempre y cuando se adhierieran a los caminos menos complicados.

Salieron a dar el paseo, no demasiado lejos, justo por detrás de la pensión. Soojung inusualmente soltando risitas, pero cuando Chanyeol la retó, le dirigió su usual mirada asesina que tenía a Jongdae riendo dulcemente, el sonido cortando el aire claro como una campana. Baekhyun caminaba detrás de ellos, siguiendo el ritmo de Kyungsoo, cuyo anterior humor satisfecho se había convertido en uno mucho más retraído.

En la oscuridad, Baekhyun no podía estudiar la cara de Kyungsoo de la manera que le hubiera gustado. Podía decir, sin embargo, que la tristeza que Kyungsoo había apartado por un rato se estaba colando otra vez, soplando de vuelta con el viento de la noche.

En un impulso, extendió la mano hacia Kyungsoo. Los dedos de Kyungsoo estaban curvados, pero Baekhyun cuidadosamente desenrolló su puño y entrelazó los dedos juntos. Encajaban, tal como lo había imaginado antes, en el restaurante, cuando había medido sus manos una contra otra, apretando palma contra palma. Ahora las palmas eran cálidas contra la otra y Kyungsoo lo miró fijamente. Baekhyun podía sentir su mirada, y no la evitó. Ahí, en la oscuridad, Kyungsoo no podría ver el tinte rojo que la sangre corriendo le había puesto en la cara, o que su labio estaba hinchado de haber sido mordido demasiado fuerte.

—Seom ogalpi — dijo Baekhyun, y Kyungsoo suspiró, pesadamente, como si expulsara todo el aire del cuerpo. Baekhyun pudo oler el licor y sabía que su propia respiración era probablemente igual.

Baekhyun esperaba que Kyungsoo se apartara, pero no lo hizo. Kyungsoo le devolvió el apretón, y los incongruentes tonos de Chanyeol y Jongdae que fluían juntos, combinados con las interrupciones cortantes de Soojung, les pasaban por encima. Por una vez, Baekhyun no sentía el impulso de añadir ruido a ese.

Miró a Kyungsoo: a la suave curva de sus labios y al grueso pelo negro, y a la intensidad de sus ojos mientras este miraba a lo lejos. Él lo miró, y por un momento, se quedó sin aliento.

Más tarde, cuando Kyungsoo ya se había ido a dormir a su habitación, Chanyeol se había quedado dormido acurrucado en la sala principal, y Soojung había escogido una habitación y cerrado la puerta, Jongdae arrinconó a Baekhyun en la cocina.

—Te estaba mirando afuera — dijo Jongdae, y Baekhyun suspiró.

—¿Y? — Baekhyun no sabía lo que Jongdae estaba intentando preguntar. Tal vez la forma en que se había quedado con Kyungsoo en lugar de perseguir Chanyeol gritando en la noche. Simplemente no lo sabía.

—Te gusta mucho — dijo Jongdae, al final. Estaba sosteniendo su vaso de agua casualmente, pero su siguiente pregunta fue incisiva. —¿Por qué?

—Al principio — dijo Baekhyun —pensé que era porque se parecía a Yixing hyung. — La tristeza que tanto Kyungsoo como Yixing habían parecido llevar consigo cuando llegaron, más pesada que el abrigo Baekhyun le habían prestado a Kyungsoo para mantenerlo caliente. —Pero ahora es ... — Sonríe, con un gesto de ligera impotencia —Porque es Kyungsoo, ¿sabes? — puso las dos botellas vacías de plástico de color melocotón de makgeolli en el cubo de reciclaje.  —Su sentido del humor es diferente, y también es inteligente. Él es ... —Baekhyun tragó —un buen oyente.

—Un buen oyente  — respondió Jongdae, y luego sonrió, felinamente taimado —Esa sería tu calificación más importante en un amigo.

El momento se rompió, y Baekhyun se echó a reír, lanzándole un brazo alrededor del hombro a Jongdae y tirando de él para que pudieran juntar las cabezas. —No te preocupes — dijo —Todavía eres mi mejor amigo.

Jongdae había sido una de las primeras personas en hablar con Baekhyun cuando había llegado a Jeolbyeogri. “ Tú eres Byun Baekhyun, ¿verdad?” Baekhyun aun seguía en estado de shock, tratando de ponerse al día en un colegio que estaba, por lo menos, unos meses más adelantado que el anterior y tratando de encontrarle sentido a vivir en una vieja pensión con la abuela que solía visitar solo una vez al mes. “He oído que tu m…”  entonces había parado, y se había sentado junto a Baekhyun en el muro de piedra que había frente al viejo colegio, lo suficientemente cerca para que Baekhyun pudiera sentir el calor irradiando de él, pero no tan cerca que se sintiera acorralado . "Bueno, he oído de mi mamá que ibas a vivir con la abuela Yi en la pensión.”

Baekhyun lo había mirado entonces. "Sí", había dicho, y Jongdae había sonreído.

“Bueno, yo soy Kim Jongdae, mi familia tiene un restaurante de samgyeopsal aquí en el pueblo, deberías venir algún día.”  La boca de Kim Jongdae se había estirado, mostrando muchos dientes. Parecía muy agradable, y Baekhyun quería sonreír de nuevo. "Y ..." Kim Jongdae había vacilado, y entonces había arrastrado su mochila Spiderman hasta su regazo, sacando un libro de dentro. "Mi mamá me dio esto", había dicho. “Cuando mi padre murió.” Se lo había dado a Baekhyun, quien lo había cogido con manos temblorosas. "A lo mejor no te gusta leer, así que por si acaso, te diré de qué va. Va sobre Ieodo”

“¿Ieodo? “Baekhyun pasó la mano por la tapa. Estaba pintado con hombres y mujeres en túnicas blancas, como las que usaban los chamanes.

"Ieodo es la isla perdida donde las almas de los pescadores y de las buceadoras perdidos en el mar van," Jongdae había dicho. “ Mi madre dice que es un paraíso, pero ..." Se detuvo, entonces, y se había acercado un poco más a Baekhyun." Pero estaba preocupado de que mi papá estuviera allí solo. Tal vez ahora, pueden ser amigos, tu mamá y mi papá. Así ninguno de ellos estará solo.”

"Sí", había dicho Baekhyun, y para su vergüenza casi había empezado a llorar de nuevo.

"Así que si mi papá y tu mamá van a ser amigos", había dicho Jongdae, su propia voz un poco rara, como si quisiera llorar también. Baekhyun se había sentido mal por eso. Baekbeom, al final, sólo había llorado cuando había visto llorar a Baekhyun. Tal vez algo sobre Baekhyun hacía que la gente se sintiera mal. “Entonces creo que nosotros también deberíamos ser amigos.”

El suelo de la cocina estaba helado bajo los pies de Baekhyun.  —Eres mi mejor amigo, Kim Jongdae, y no lo olvides.

Jongdae bufó, dándole una palmada al estómago a Baekhyun.  —Eres un cursi — dijo, pero sonreía ampliamente, al igual que lo había hecho entonces, cuando Baekhyun lo soltó.

 

 

 

Soojung le cortó el pelo a Kyungsoo por la mañana, Kyungsoo sentado delicadamente en la silla que Baekhyun ha sacado afuera, con las piernas cruzadas por encima de la rodilla y las manos una sobre la otra en el regazo. Sus ojos estaban cerrados, y Baekhyun y Jongdae observaban desde el escalón trasero, compartiendo una manta y comiendo pan tostado. Chanyeol ya se había ido a trabajar, el ruido de la camioneta había despertado a Jongdae esa mañana cuando había ido tropezando resacoso hasta la cocina.

—Más por los lados — dijo Baekhyun, y Kyungsoo abrió los ojos para estudiar a Baekhyun. —Así es como lo tenía, cuando llegó. Más corto por los lados.

—¿Ahora le prestas atención a los cortes de pelo? — preguntó Soojung, moviéndose de todas formas  para recortar más pelo de los lados. —Lo siguiente será que estés usando camisetas de tu talla.

—¿Qué pasa con mis camisetas? —Baekhyun embutió el último trozo de la tostada en la boca y luego lamió las migas, y Kyungsoo cerró rápidamente los ojos. Probablemente horrorizado como siempre por los hábitos alimenticios de Baekhyun.

—Son para alguien aproximadamente nueve veces tu tamaño — dijo Soojung, y Baekhyun arrugó la nariz en su dirección.

—Solo me dejo espacio para crecer en ellas — dijo Baekhyun, y Jongdae empujó el último trozo de tostada en la boca de Baekhyun en lugar de comérsela él mismo.

—Tienes veinticinco años — dijo Jongdae.  —Es hora de que renuncies a ese supuesto estirón. Además, eres más o menos de la misma altura que Baekbeom hyung. La genética sugiere que es exactamente la altura que estás destinado a tener.

—Wow, vaya forma de aplastar mis sueños — Baekhyun se levantó y dejó caer la manta sobre la cabeza de Jongdae. —Voy a poner más pan en la tostadora.

Cuando sólo quedaron los dos en la pensión, Baekhyun esperaba que Kyungsoo se retirara de nuevo a su habitación. Pero no lo hizo. En su lugar, sacó un rollo gigante de planos de su habitación y los colocó en una silla, antes de limpiar sistemáticamente toda la mesa. Luego los extendió sobre ella.

—¿Qué estás haciendo?— Baekhyun se puso al lado de Kyungsoo.

—¿Hay algún problema si trabajo aquí?

—Para nada — dijo Baekhyun.  —Hoy iba a estudiar chino.— Más bien iba a mirar fijamente el libro y a desear poder aprender por ósmosis, pero eso no había sucedido todavía. —¿Son planos nuevos?

—Sí — dijo Kyungsoo. —Me los han enviado desde la oficina de Seúl.

—Así que este es tu proyecto de marzo —continuó Baekhyun. Se inclinó más cerca de la mesa.  —¿Qué es?

— Van a ser apartamentos extremadamente caros — dijo Kyungsoo. Levantando la vista de los planes hacia Baekhyun, y sus caras quedaron tan juntas que la nariz de Baekhyun rozó la de Kyungsoo, por lo que retrocedió lo suficiente como para no sentir el aliento de Kyungsoo en la barbilla.

—No puedo distinguir una cosa de otra— admitió Baekhyun. —Quiero decir, puedo decir que es un plano, pero no podría decirte mucho más que eso.

—Es mi trabajo inspeccionar estos planos— dijo Kyungsoo. —Para asegurarme de que no hay defectos que pudieran crear problemas en los apartamentos individuales o en el edificio en su conjunto.

—¿Como qué?— Baekhyun no había echado de menos poder ver la cara entera de Kyungsoo. Había una redondez que se desmentía  la fuerza de la mandíbula, y a Baekhyun le gustaban los contrastes en su cara: en cada parte de él, en realidad. —¿Como las tuberías?

—Hmm — dijo Kyungsoo. —Sí, cosas como dónde deben ir las tuberías y de qué tamaño deben ser, y los planos del cableado eléctrico ... —se cortó —Bueno, busco defectos. Ahora mismo, estoy tratando de asegurar que estos planos creen un edificio lo más seguro posible, con el menor coste posible de mano de obra y materiales.

—Eso es ... —Baekhyun se sorbió el labio —¿Suena complicado?

 Miró como Kyungsoo alisaba los bordes de curvado de los planos. Sus manos eran inestables, y Baekhyun pensó que debía ser mucha presión, saber que eras el responsable de asegurarse de que un edificio iba a ser seguro para tantas personas a la vez.

—Lo es — dijo Kyungsoo.

—Una vez, cuando Jongdae y yo teníamos dieciséis años, Jongdeok y Sooyeon nos llevaron al oeste, a las playas de arena, y Jongdae y yo construimos un castillo de arena, lo planificamos dibujándolo primero, todo muy científico. — Kyungsoo estaba escuchando. Baekhyun podía decirlo porque su cara se había quedado en blanco.  — Lo construimos capa por capa hasta que fue tan alto como mi ombligo, y luego empezamos a tallar diseños en él. Jongdeok hizo un montón de fotos con el teléfono.— Baekhyun se rió — Habíamos pensado en todo, creíamos, lo habíamos construido lo suficientemente apartado para que la marea alta no arruinara los cimientos, y lo habíamos hecho lo suficientemente pesado como para que el viento del verano no lo derribara. Construimos un muro alrededor de él para que los niños no lo patearan por accidente. Lo teníamos todo planeado.

—Muy concienzudo por tu parte — dijo Kyungsoo.

—Entonces un pájaro bajó y básicamente lo bombardeó — dijo Baekhyun. —Destruyó toda la parte superior. —Los ojos de Kyungsoo son grandes, y Baekhyun pensó que era contraproducente lo mucho que Kyungsoo era más difícil de leer cuando hacía eso. —Así que te admiro, básicamente.

—Eso no tiene sentido — dijo Kyungsoo. —¿Qué tengo que ver yo con el derribo de tu castillo de arena?

—Porque debe ser difícil pensar en todo — dijo Baekhyun —Es una gran responsabilidad, y Jongdae y yo ni siquiera pudimos proteger nuestro castillo de arena, pero tú tienes que hacerlo a una escala mucho mayor.— Se rascó el estómago —Así que creo que tu trabajo es realmente importante.

Nunca ha visto a Kyungsoo encerrarse tan rápido como lo hicieron las palabras de Baekhyun. —Las consecuencias de estar equivocado — dijo Kyungsoo —son mucho mayores, también.

—¿Kyungsoo?

—Estoy demasiado cansado para hacer esto — dijo Kyungsoo, alejándose de los planos. —Voy a tomar una siesta.

—¿Quieres almorzar primero? —preguntó Baekhyun, tratando de averiguar dónde había tropezado.

—No — dijo Kyungsoo, dirigiéndole una última mirada a los planos antes de salir de la habitación, dejándolos sobre la mesa.

—¿Por qué Kyungsoo está tan triste?— Baekhyun preguntó a la habitación vacía, pero no le respondió, porque de entre todos los fantasmas que él creía que permanecían allí, nunca ninguno de ellos se había decidido a hablar con él.

 

 

 

 

 

 

 

 
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itchycrotch
#1
cool