Capítulo 1

El Camino menos transitado
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  Plac. La pelota voló por encima de la red a doscientos ocho kilómetros por hora y golpeó justo dentro de la línea de fondo, impulsada por un tremendo saque con efecto que a la jugadora del otro lado le resultó imposible de alcanzar. Hasta al recogepelotas le costó darle caza al salir disparada en una dirección que no se esperaba. La jugadora que servía esperó a que el chico se quitara de en medio y a que su adversaria se preparara antes de soltar otro cañonazo. —Señoras y señores, ésta es la clase de tenis que se echaba en falta en Wimbledon desde los tiempos de Martina. Estamos ante una asombrosa exhibición de tenis potente y sin fisuras. —El comentarista se dirigía en voz baja a través del micrófono de la cabina a los aficionados al tenis que estaban viendo el partido desde sus casas. En la pista central, la multitud aplaudió cuando el marcado acento inglés dijo: —Cuarenta a nada. —Sí, Joe, parece que Byul ha empleado su estancia en Inglaterra después del torneo francés para trabajar el primer saque y Jill lo está lamentando. Era lo único que faltaba en el arsenal de Byul y ahora su ajuar parece completo. Byul ha madurado y se ha convertido en una jugadora sobresaliente —continuó la comentarista. Por un instante, la mujer que estaba detrás del micrófono revivió lo que se sentía al estar tan cerca del codiciado título que sin duda iba a ganar Moon Byul al final de la mañana. La gente volvió a ponerse en pie cuando "Kong" se apuntó otro saque directo para ganar el tercer juego consecutivo del primer set. Moon Byul era la nueva niña bonita del mundo del tenis, adorada por las masas que acudían a verla jugar, así como por las compañías que hacían cola para conseguir que llevara sus marcas. Con una estatura superior al metro ochenta y cinco, el pelo rubio plata con algunas mechas cortado a media melena, la piel acariciada por las horas que se pasaba al sol y ojos azules claros, estaba claro que había nacido para favorita. Cualquiera que la viera en una pista de tenis tendría que haber estado ciego para no ver el fuego que la impulsaba a ganar. Sus adversarias, fuera cual fuese su posición en el ránking, se encogían al ver su nombre en el tablón para su siguiente partido. La potencia de la que hacía gala en la pista había hecho que los aficionados le pusieran el apodo de Kong, y Byul no era de las que defraudaban, pues había llegado a la final sin perder un solo set y perdiendo tan sólo ocho juegos durante toda su estancia en Inglaterra. —Jill tiene que ser más agresiva en la red si quiere volver al partido —les dijo Joe Welch, ex campeón en categoría masculina, a los otros dos con quienes compartía la cabina. El gentío apagó el resto de lo que estaba diciendo cuando Byul devolvió un globo con tal fuerza que la pelota rebotó en las gradas detrás de su adversaria, Jill Seabrook, después de haber botado justo dentro de la línea de fondo. —Nada a cuarenta —dijo la juez de silla por el micrófono, señalando el lado de Moon a partir de la red, y a continuación—: Juego, señorita Moon. Jill volvió a colocarse al resto, con aire ya derrotado, mientras Byul dirigía una sonrisa de triunfo a su entrenador, que estaba en las gradas. Sentada a su lado estaba la invitada de Byul al partido, sonriendo a su vez a la jugadora número uno del mundo. Después de recoger el título, volverían a Estados Unidos para pasar el resto del verano preparando el Abierto y, después de la temporada agotadora que llevaba, Byul tenía ya más que ganas. Plac. La pequeña pelota amarilla pasó volando a pocos milímetros por encima de la red y aterrizó justo dentro de la línea. Byul agitó el brazo en el aire, satisfecha con el lanzamiento, y el público se puso de pie. —¡Menudo cañonazo, Gene! —exclamó el tercer comentarista mientras Jill corría desesperada detrás del saque. —Silencio, por favor —dijo la juez, pues el público estaba de pie otra vez coreando "Kong". Menos de cuarenta minutos después, Byul estaba haciendo su reverencia y levantando el trofeo del torneo individual femenino por encima de la cabeza. Dio una vuelta completa a la pista para que todos los presentes pudieran ver la bandeja de plata que llevaba en las manos. En una ocasión durante una entrevista, había dicho que las victorias eran tan suyas como de sus seguidores y a Byul le gustaba compartir el momento con los que habían pagado la entrada para venir a verla. Se detuvo por fin ante Hwang Minhyun , su entrenador. Minhyun había sido en otra época una estrella en auge del mundo del tenis, hasta el día en que se desplomó en la pista central del Abierto de Estados Unidos con una rodilla destrozada. En lugar de aceptar la derrota, se hizo entrenador y descubrió a una chiquilla alta y desgarbada a quien con el tiempo transformó en campeona. Ahora el entrenador sonreía como un padre orgulloso al mirar a la mujer en la que se había convertido dando la vuelta a la pista y mostrando el fruto de su victoria. —Venga, Hace Ryung, vamos a felicitar a la nueva campeona en los vestuarios —le dijo Minhyun, a la joven que estaba a su lado. La torneada pelirroja estaba empezando a hacerse famosa a su vez en el mundillo musical y estaba loca por Byul. Había conseguido asistir al prestigioso torneo porque el programa de la gira de su grupo los había situado en las proximidades durante las finales. Un par de noches antes se había montado un espectáculo tremendo, porque los tres habían salido a cenar y las dos jóvenes fueron reconocidas. En un país que se alimentaba de las historias sensacionalistas de la prensa amarilla, aquello había sido como un regalo llovido del cielo. —Disculpe, señor Hwang, tengo un mensaje para usted. —El joven vestido con los colores tradicionales de Wimbledon le entregó a Minhyn una nota que le hizo fruncir el ceño en cuanto empezó a leerla. Detestaba que Byul lo utilizara para librarse de un ligue. —Hae Ryung, cielo, ¿por qué no vuelves a la ciudad y esperas a que Byul te llame? Le debe de haber pasado algo con uno de esos últimos saques y ahora está con un preparador. —La cara de preocupación de la bonita muchacha hizo que se sintiera como un cerdo, pero el precio sería muy alto si aparecía con ella en el vestuario. —¿Se va a poner bien? —El plan de Hace Ryung era salir del club del brazo de Byul, con la esperanza de que hubiera más fotógrafos por allí cerca. La publicidad que su grupo y ella habían conseguido durante su estancia en Inglaterra no tenía precio. La joven cantante no lamentaba en absoluto que se la viera del brazo de la chica mala del tenis mundial. Tampoco lamentaba los rumores de que se acostaba con Byul. —Se va a poner bien. Esto es típico en Byul, créeme. Si tú supieras, cariño, pensó el entrenador, mirando a la joven que tenía delante. Si Byul hacía lo de siempre, ésta sería la última vez que la vería salvo por coincidencia. Como en un restaurante, donde lo típico era que a Byul le acabaran tirando un vaso encima antes de que llegara el postre. A veces todavía le asombraba que las mujeres quisieran salir con la guapa estrella del tenis, teniendo en cuenta su historial, pero todas estaban convencidas de que ellas serían la elegida que iba a domar a la fiera de Kong. Tachemos a otra de la lista. Minhyun entró en la sala verde canturreando "una marca más en la tapa de mi pintalabios" justo cuando Byul estaba terminando sus entrevistas después del partido. La miró meneando la cabeza y la hizo reír por su reacción ante el favor que le había pedido en la nota. Volvía a casa y no quería la complicación que le podían suponer las crecientes exigencias de Hae Ryung. Minhyun la felicitó con el gesto torcido por haberlo utilizado como gorila, le dio un pescozón en la nuca y la envió al vestuario a cambiarse. Lo dejaría pasar, como siempre, al tener en cuenta que no tenían tiempo de relajarse sin preocuparse por el siguiente torneo. Se trataba del Abierto de Estados Unidos, el único que todavía no había conquistado la jugadora que tenía más trofeos que mujeres con las que se había acostado. Minhyun sabía que no tendría que insistir mucho para que Byul se pusiera a trabajar a fondo para el título que la convertiría en una auténtica campeona. El trofeo francés, el australiano y ahora el de Wimbledon volvían a casa con ellos, y ya casi saboreaba el Slam.   La final masculina todavía se estaba jugando cuando llegaron al aeropuerto. Byul ardía en deseos de volver a casa después de llevar más de tres meses fuera del país. Los dos agentes de policía que les habían asignado mantenían a raya a las masas mientras Minhyun y Byul esperaban sentados a que anunciaran su vuelo. Los bobbies(el plural bobby que significa policías o agentes policiales) estaban a distancia suficiente para que la pareja tuviera cierta intimidad, pero lo bastante cerca para enviar un mensaje a los fans demasiado enfervorizados. Dejaban pasar de vez en cuando a unos pocos en busca de un autógrafo, la mayoría chicas adolescentes emocionadas de sentarse tan cerca de su ídolo, y luego volvían a alargar los brazos e impedir el acceso. Byul les dedicaba un momento para preguntarles sobre su propia técnica tenística y dar consejos a los que parecían tomarse en serio el deporte. Se había cambiado la ropa de tenis por un traje ligero de lino con una camiseta blanca muy ceñida. Al no llevar la chaqueta puesta, todos los que estaban cerca veían los músculos que se agitaban en los brazos de Byul mientras ésta estampaba su firma en cualquier cosa, desde pelotas de tenis hasta programas del torneo. La gente se quejó cuando se empezó a embarcar el vuelo y la jugadora y el entrenador recogieron sus cosas para marcharse. Como en la mayoría de los vuelos, la tripulación del vuelo 756 de estaba esperando en la puerta para recibir a sus pasajeros. La menuda castaña que estaba cerca de la entrada habría reconocido a su famosa pasajera nada más doblar la esquina del túnel aunque no hubiera llevado una gran bolsa llena de raquetas. Había pasado la mañana viendo cómo la hábil Moon Byul aniquilaba a su adversaria. Al verla en persona, todos los que estaban en la puerta estuvieron de acuerdo con que la jugadora era aún más guapa en persona. —Bienvenida a bordo, señorita Moon, espero que disfrute de su vuelo, y enhorabuena por su triunfo —dijo la capitana Kim Solar. Había salido de la cabina, como tenía por costumbre antes de cada vuelo, para unirse a la tripulación en el recibimiento de los pasajeros en la puerta, y había dejado la chaqueta con los galones de su graduación colgada del respaldo de su asiento. —Gracias, señora. Pero si me quiere de verdad, ¿me podría traer una taza de chocolate caliente y un sándwich si los tiene? Gracias, bonita —dijo Byul. Los auxiliares que rodeaban a Solar se taparon la boca con la mano para disimular las sonrisas y las risas que estaban a punto de escapárseles por lo que había supuesto la joven. Solar era una piloto excelente, pero una perfeccionista, y trabajar con ella era un poco difícil, de modo que ver que alguien le bajaba un poco los humos tenía su gracia. —Veré lo que puedo hacer mientras piloto el avión y esas cosas —dijo Solar tratando de controlar su genio. Su tripulación se mantuvo con la mirada al frente y en silencio, sabiendo el esfuerzo que había tenido que hacer la pequeña piloto para no añadir "cretina" al final. Byul tuvo la decencia de ofrecerle una mirada de disculpa, pero no se la ofreció verbalmente, sino que se encogió de hombros y pasó ante
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Comments

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LyndaM #1
Chapter 9: Awww me gusto mucho la historia, y creeme no eres la unica que quiere que byul bese de una vez por todas a solar
KrySulDay17
#2
Chapter 9: woooooww geniaaaaallll... me encantó demasiado :D
merugoo #3
Chapter 8: D: termino? hay epilogo? jaja
sabrina528 #4
Chapter 8: Genial pero cuando llege a leer el fin quede en shock ....fue tan corto.....uff ahora con que nos deleitaras??
LyndaM #5
Chapter 8: Awwww me ha encantado, en verdad aun no estaba lista para el final, y si me.dejo en shock saber quien era el loco, pero bueno, muchas gracias por el fic, ay muy pocos moosun en español ojala puedas hacer otro
merugoo #6
Chapter 7: yay \o/ feliz cumpleaños atrasado, triángulo :) haha y joder, kimi estaba más loca de lo que imagine
merugoo #7
Chapter 4: wow has vuelto jajaja
merugoo #8
Chapter 3: Ah, que bueno llegar del trabajo a comer algo y relajarse leyendo algo aqui <3

che kimi está loca xd
sabrina528 #9
Chapter 3: La kimi ke planea...mmm esto esta bueno... ahora keda la tortura de esperar....
merugoo #10
Chapter 2: Wow, que bien lo que mencionaste al final. Muchas personas le dan toques romanticos a lo que es, sin lugar a duda, abuso. Basta de eso, mujer, eres hermosa y te mereces el sol <3