Capítulo 22: "SUMERGIDAS"

#2 "Sweet Peril" (SinRin Ver.)
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No puedes tocar la libertad de mi mente.

—John Milton, Comus

El príncipe de las tinieblas es un caballero.

—William Shakespeare, King Lear.

 

 

 

No había ningún equipo de buceo. La isla no tenía ningún lugar donde podríamos escondernos a salvo bajo el agua, fuera de la vista, sin ser arrastradas hacia el mar. Necesitábamos algo de qué agarrarnos. Yerin revisó el cobertizo, señalando un área abierta donde podía sumergirnos en el agua y nadar bajo el muelle, agarrándonos de los postes. Todas estuvieron de acuerdo que era nuestra mejor apuesta.

Sowon se alejó a toda velocidad en el bote seguida por Yuna en el Jet Ski para traerla de regreso. El resto de nosotras esperó en silencio dentro del cobertizo. Até la espada firmemente alrededor del tobillo.

Me había sentido gravemente enferma de los nervios antes, solamente una sola vez en toda mi vida, hace un año y medio cuando pensé que sería asesinada en la cumbre. Pero esta vez fue peor. En Nueva York había estado actuando como una persona individual. Aquí en la isla éramos un grupo. Si nos atrapaban, estábamos todas muertas. Juré deshacerme de tantos como pudiera antes de que eso pasara.

Las cinco nos sentamos en el borde de la pasarela dentro del cobertizo.

Habíamos salpicado todo el muelle con agua para esconder nuestras pisadas. Sown se deslizó primero en el agua, seguida de Yuju, luego Chaeyeon. Ella soltó un bajo siseo, pero se contuvo y calló. Desaparecieron debajo de las tablas de madera.

Me volví hacia Yennie para ver si estaba lista y la encontré mirándome con fijeza con la misma mirada intensa que me había dado antes de la cumbre. Las palabras no eran necesarias. Nunca quitó su mirada de mi cara hasta que levantó una mano. Al principio pensé que la estaba extendiendo hacia mí, pero luego lentamente dijo con señas: Te amo.

Una alegría brillante y resplandeciente llenó mi corazón. Mis ojos se llenaron de lágrimas, y articulé: También te amo.

La acerqué a mí e inhalé, sintiéndola en cada poro, dejando que su amor ahogara todo lo demás. Sus firmes brazos me rodearon. Sus acciones me mostraron su amor, pero que me lo haya dicho me trajo a la vida. Tenía que ser duro para ella conseguir soltar esas palabras por primera vez en su vida, abrirse completamente y ser vulnerable. Nos abrazamos todo el tiempo que pudimos, hasta que alguien nos pegó un tirón a los pies y supimos que ya era hora.

Con un último apretón de manos, nos deslizamos hacia abajo, sosteniendo los tablones que sobresalían para descender sin hacer ruido. Aspiré una bocanada de aire, sorprendida por la temperatura del agua. Yerin no pareció sorprendida ya que estuvo metida en ella todo el día, pero yo no podía creer lo fría que estaba. ¡Estábamos en una isla frente a la costa del soleado California en pleno verano! ¿El agua no se supone que debería estar más caliente que esto?

Nos deslizamos a través del agua, el muelle a solo varios centímetros por encima de nuestras cabezas. Me moví con cuidado, evitando hacer salpicaduras. Algunas de las tablas de encima tenían suficiente espacio entre ellas para alcanzarlas y sostenerse. A través de las grietas y espacios de algunas de las tablas combadas podíamos ver lo que sucedía encima del muelle, pero nadie sería capaz de vernos.

Las suaves corrientes de la isla empujaban y tiraban de nosotros, hacia atrás y adelante, mientras luchaba por dirigirme a uno de los postes anclados en el suelo submarino. No quise ni pensar en la clase de cosas que estaban con nosotras en el agua. Pasé las manos por encima del poste pegajoso, acostumbrándome a la textura lisa y viscosa. Sobresalían varios clavos enormes, y fui capaz de agarrarme a ellos. Chaeyeon estaba ubicada en el poste a unos pocos centímetros de mí. Yerin, Yuju y Sowon estaban directamente frente a nosotras, de cara a nosotras.

El agua estaba muy fría. No pude dejar de pensar en ello. ¿Cuánto tiempo tendríamos que quedarnos acá? El pánico surgió en mi interior.

Tranquilízate, Eunbi. Puedes hacerlo. Todo saldrá bien.

Yennie me hizo un pequeño gesto con la cabeza, la emoción todavía intensa en sus ojos.

Y así empezó la espera.

Años pasaron. Eones. Tomó una eternidad acostumbrarse al agua congelada. Las lecciones de geografía atravesaron mi mente, y recordé cómo la costa tiene corrientes cálidas subiendo desde el Golfo, mientras que la costa oeste tiene corrientes frías bajando desde Alaska. De alguna manera, examinar la ciencia de la situación lo hizo un poco más soportable. Pero sólo un poco.

Me dejé ser arrullada por la marea, levantando y bajándonos. De vez en cuando olas grandes llegaban y salpicaban agua salada sobre nuestras cabezas, pero las olas de la isla eran pequeñas en comparación con aquellas cercanas a tierra firme. Me perdí en mis pensamientos.

Quizá los Duques no iban a venir a la isla después de todo. Tal vez decidieron dar un paseo en barco por la costa desde Los Angeles a Santa Bárbara en cambio.

Me di cuenta que las demás estaban escuchando, así que hice lo mismo.

Empujé mi audición hacia el océano, pasándolo por detrás y delante por encima de las olas. Era inusual estirar mis sentidos hacia tan lejos y no ser invadida con sonidos provocados por el hombre y voces. Había sonidos pacíficos: el llamado de las aves, ráfagas de viento, el ruido de la subida del agua. Y entonces el zumbido profundo del motor de un bote seguido de charlas y risas.

Mi corazón empezó a latir aceleradamente, y las cinco nos quedamos como estatuas a la vez. Los ojos de Yerin se trabaron en los míos. Los Duques estaban realmente aquí.

Cerré los ojos, escuchando a medida que se acercaban. Pronto estarían lo bastante cerca como para ya no necesitar usar mi audición extendida. El poste se sacudió debajo de mis manos cuando el bote pegó el muelle con un golpe. Las olas desde el barco nos atravesaron, haciendo que cerráramos los ojos y contuviéramos la respiración. Nos sujetamos para evitar ser arrastradas. Cuando el agua se calmó, lentamente extendí la mano para limpiarme los ojos.

Se escucharon voces llenas de emoción, escuché cuidadosamente y distinguí cuatro voces masculinas. Reconocí a Mammon y Flynn con sus acentos australianos al instante. Luego la riqueza del acento inglés de Pharzuph, otro inglés que debía ser de Astaroth, y un leve acento japonés que asumí que pertenecía a Melchom. Me empujé más abajo en el agua, inclinando mi cabeza hacia atrás para sumergirme todo menos la cara.

Pensé en meterme completamente debajo del agua, pero tuve miedo de hacer ruido cuando tuviera que volver a subir en busca de aire.

Contuve la respiración cuando el muelle se sacudió con las pisadas. Estaban yendo hacia la casa. Cuando pasaron junto a nosotras, esperé que Pharzuph se detuviera en seco e hiciera un comentario sobre el olor en el aire como siempre hacia cuando estaba cerca de mí. Pero para mí alivio se fue sin notarlo. ¡Funcionó! Cuando los nueve estaban subiendo el sendero a través del bosque levanté la cabeza, inclinándola hacia atrás y adelante para quitarme el agua de los oídos.

Empecé a concentrarme, empujando mi audición a través del bosque hacia la casa. Yerin debió haber sido capaz de notar lo que estaba haciendo porque sacudió la cabeza hacia mí. Sacó una mano del agua y deletreó: No escuches.

Puaj. Probablemente era una buena idea.

Era difícil discernir el paso del tiempo mientras flotábamos allí, incapaces de tocar el fondo, esperando. A juzgar por la luz que se filtraba, estaba empezando a anochecer. En algún momento mi cuerpo se había ajustado al frío del agua, aunque mis dedos ahora se estaban sintiendo entumecidos. Mis pies estaban pesados en sus zapatos mojados. Me pregunté cuánto tiempo podíamos permanecer de esta manera. La temperatura del agua tenía que estar en veinte grados o quince, y bajaría cuando el sol cayera.

El cuerpo era capaz de hazañas maravillosas mientras la mente estuviera a cargo. En cuanto a mentes fuertes, yo estaba en compañía de este grupo de Neph. Miré a Chaeyeon. Ella estaba distraída, mirando al agua con los labios fruncidos. No podía saberlo, pero creo que no estaba escuchando. Yuju tampoco. Sus ojos estaban cerrados meditando. De vez en cuando Yerin y Sowon compartían miradas de cejas levantadas, lo que me hacía feliz de no estar al tanto de lo que sucedía en la casa.

Levanté una mano fuera del agua y deletreé: ¿Flynn está bien?

Yennie y Sowon asintieron y me relajé.

No estoy segura de cuándo empezaron los estremecimientos. Mi cabeza estaba tan nublada con pensamientos perdidos que no había notado el gradual oscurecimiento del exterior. Los insectos de la isla empezaron a gritarse sus canciones entre sí. Mi mandíbula se sacudió, y la cerré con fuerza para evitar que mis dientes castañearan. Un vistazo a los labios azulados de Chaeyeon me dijo que yo no era la única que se estaba congelando.

¿Minutos? ¿Horas? Debieron haber sido horas las que pasamos allí flotando. Nunca había tenido tanto frío. ¿Los Duques permanecerían toda la noche en la isla? El pensamiento de estar en el agua congelada durante la noche causó que mi pánico volviera a retorcerse. Estaba tan entumecida que ya no sentía el frío. Las únicas pistas de que me estaba congelando eran mis miembros rígidos y el hecho de que no podía dejar de temblar.

Incluso las tres chicas frente a nosotras se estremecían de vez en cuando. Chaeyeon había envuelto sus brazos y piernas alrededor del poste pegajoso, presionando su mejilla contra él con los ojos cerrados. La mandíbula de ella se estremeció. La expresión de Yerinn cambió a una de preocupación cuando me vio. Quise tranquilizarla con una sonrisa, pero mi cuerpo no estaba cooperando con ninguna de las órdenes que le daba: Deja de temblar. Sonríe. Me asustó el estar fuera de control de mis facultades.

¿Más horas? Oscuridad como boca de lobo. Luché por usar mi visión nocturna, aprovechando la luz proveniente de la luna. Ya no tenía miedo. Mi mente había quedado en blanco. Un deseo enfermizo de reír se elevó en mi interior.

Algo escamoso se frotó contra la parte posterior de mi muslo y aspiré una bocanada de aire con un chillido, soltando el poste y cayéndome por un momento. El dolor se disparó a través de mis extremidades rígidas. Con apenas un chapuzón Yerin estuvo allí, envolviendo un brazo alrededor de mi cintura y colocando la otra mano fría sobre mi boca. Otra risita salió a la superficie y apretó la mano con más fuerza, acercándome a ella.

Ella se sentía cálida, y su presencia despertó mis sentidos, aclarándome la mente lo suficiente para darme cuenta que casi había echado a perder nuestro escondite. El miedo emergió y me alegré de ello. Mi mente necesitaba estar alerta. Agarré el poste una vez más y Yerin se mantuvo cerca detrás de mí.

Más tarde, cuando mis ojos estaban pesados, Yerin apretó abruptamente su asidero y supe que alguien estaba viniendo.

Escuché dos conjuntos de pasos y la voz del Duque Astaroth y de una mujer. Pasaron el cobertizo y se quedaron de pie en el extremo del muelle junto a su barco. ¿Qué estaban haciendo? Odiaba no ser capaz de ver.

Del otro lado del poste uno de los tablones estaba deformado y tenía una gran grieta en el borde. Moví lentamente mi cuerpo alrededor del poste, señalando al hoyo para que Yennie supiera lo que estaba haciendo. Me dio una mirada de advertencia para que tuviera cuidado y sostuvo mi cintura. Mantuve una mano sobre un clavo enorme que sobresalía de la madera, y la otra mano en el hombro de Yennie, solo lo suficiente para impulsarme unos centímetros.

Ajusté mi visión sobrenatural como si fueran binoculares. A través de la grieta vi dos siluetas en la luz pálida de la luna, Astaroth, pareciendo un modelo de portada de romance rubio, y una mujer de cabello oscuro.

—No tienes que quedarte conmigo —le dijo ella—. En serio, estaré bien.

Él estaba muy cerca de ella, mirando con un afecto cariñoso.

—Veo que estás molesta, cielo. Yo preferiría no regresar al antro de perdición de allá arriba, si a ti te da igual. —Él se rió entre dientes como si estuviera avergonzado por lo que estaba pasando en la casa.

La mujer soltó una risa seca, negando con la cabeza y cruzándose de brazos.

—No sé lo que pasa con mis amigas. Me refiero a que Katrina siempre ha sido salvaje, pero no así.

Astaroth se encogió de hombros.

—Esta semana es su despedida de soltera. Una última libertad y habrá acabado. ¿Correcto?

—Supongo. —La mujer miró hacia el océano oscuro—. Pero partir en un avión con hombres extraños e ir a una isla… sin ofender. Dios, no quise decir…

Él rio.

—Ninguna ofensa. Creo que todos nos vimos atrapados por el momento en Las Vegas. Pronto regresaremos y esto parecerá un sueño. Intenta dejarte disfrutarlo.

—No puedo. Fue divertido al principio, pero… —Soltó un suspiro de frustración—. Todas estamos felizmente casadas, y Katrina está a punto de estarlo, y ahora están todos allí… no son cómo se comportan siempre.

—Lo siento, cielo —susurró—. También estoy sorprendido. —Se quedaron en silencio y la miró un momento antes de continuar—: Cuando te vi por primera vez esta noche tuve la esperanza de tener el placer de tu compañía. Parece que hay tan pocas mujeres allá fuera que valoran la inteligencia y que también sean increíblemente hermosas. Me decepcionó saber que no estabas disponible.

Ella  lo  miró  y  una  banda  de  color  rojo  se  envolvió  alrededor  de  ella.

Contuve con fuerza un estremecimiento que sólo en parte se debió a las bajas temperaturas. Mi cuerpo estaba en tal estado de tristeza que me pregunté si esto estaba realmente sucediendo. Quizás era un mal sueño o una alucinación. Astaroth le dio a la mujer una sonrisa avergonzada.

—Mis disculpas… no debería haber dicho tales cosas a una mujer casada.—Ella bajó la mirada y se alejó de él. Él se acercó y continuó con esa voz suave, llena de falsa pasión—. Es solo que he sentido algo entre nosotros desde el primer momento. Lamento ser tan atrevido, pero sé que también lo sientes.

Ella negó con la cabeza.

—No. Yo… no puedo.

—No puedes evitar lo que sientes —ronroneó, acariciándole el cabello.

Yerin me apretó con fuerza y tiró, alejándome, pero seguía escuchándolos.

—No voy a mentir —dijo la mujer—. También siento algo, pero no actuaré en base a ello. Él es un buen hombre.

—Y tú eres una buena mujer. Temo nunca encontrar a alguien como tú. Estaré pensando en ti cuando regrese a Inglaterra mañana, deseando haberte podido tocar… sólo una vez. Nadie jamás tendría que averiguarlo.

Ni tus amigas. Ni tu esposo. Sólo nosotros dos. No le haríamos daño a nadie.

Ella dudó antes de decir:

—No puedo. —Sonó al borde de las lágrimas.

Yerin me apretó con más fuerza y sentí su pecho moverse con una afilada inspiración. Giré mi cabeza nuevamente hacia la grieta en las tablas, queriendo ver lo que causó esa reacción en Yerin.

Dos Murmuradores habían descendido sobre la mujer mientras Astaroth seguía acariciándola y hablándole en tonos suaves. Y luego él la estaba besando, y ella le estaba correspondiendo el beso. Cerré los ojos. Estaba demasiado entumecida, demasiado congelada para procesar la emoción completa que habría experimentado en circunstancias normales. Escuché a la pareja trepándose para subir al barco.

Mis dientes

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Comments

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TsunYerin #1
Chapter 26: Que belleza. Te juro que me pudo todo el fic. <3 GRACIAS por tomarte parte de tu tiempo h traernos ésta maravillosa historia. Definitivamente estaré siguiendo tus demás historias y por supuesto, seguiré con la tercera parte de ésto.
Rachel69 #2
Chapter 26: Gracias por esta entrega,autora. Besos y abrazos infinitos :)
Cada vez se pone mejor...Seguro se viene un momento difícil para el Sinrin,pero después de tanto alejamiento y privaciones,sé que lo sabrán manejar y saldrán adelante con la misión y con su preciosa relación.
Por fin Yuna tendrá una buena oportunidad de volverse a enamorar,bueno,tal vez. Chae es muy bella y,parece que,directa,así que ya veremos que será de ellas el próximo libro.
Pdta: Puto Belial
Pdta2: Putos todos los Duques -p-
Rachel69 #3
Chapter 25: Estúpidos Duques! Malditos!-.- Pobre Flynn :'(
Aunque fue doloroso el cap,me quedo satisfecha ante el cambio de Yuna al solo escuchar la voz de Chae. Sé que pronto surgirá algo entre esas dos. Así ya deja un poco los celos Yerin.
Pero qué momento para más caliente debieron haber pasado todas en esa cama 7u7. Así se cura la hipotermia! :)
Soo_love18
#4
Chapter 26: Waaaa
Tantas cosas sucedieron
Que feo que a ya muerto alguien
T.T
Pero ver tanto amor entre SinB y Yerin me calma
Las cosas se entan complicando de apoco y me da miedo por mas muertes (っ˘̩╭╮˘̩)っ
Al fin Yenni dijo Te amo omg!
Eso es un grandioso premiemo aish
Espero ya este mejor tu salud gracias por no irte mucho tiempo ♡♡
Rachel69 #5
Chapter 24: Qué peligrosa situación! ×o× Me alarmó totalmente. Espero que todo el plan salga bien n.n
Existe la posibilidad de que Chae se enamore de Yuna? :)
Rachel69 #6
Chapter 23: Sowon es bella en todos los sentidos 7u7
Quiero una Sowon para mí *o* Lo pido,lo necesito
El cora de Sowon siempre será de Eunha, y viceversa <3
Sinb como siempre tan activa con el trago en la mano jejeje
Rachel69 #7
Chapter 22: Yerin <3
No he podido comentar hace mucho y recién me doy tiempo para leer el fic,y ahora me doy cuenta que ya terminó la 2da parte .o. Khejésto :'v Tengo que apurarme! Gracias por todos los caps,autora *o*
TsunYerin #8
Chapter 24: Azopotamadre. Esto se va a descontrolaaaaaaaar
TsunYerin #9
Chapter 23: Éste cap fue bellísimo. Uwu que divertido. Lo fue tanto que ya veo venir el súper dramón.
TsunYerin #10
Chapter 22: Espero que mejores y el hermoso trabajo que estas haciendo vale toda la espera. <3
Muchas gracias por traernos ésta hermosa historia.