Mi Golden Gate
Regla de oro18.- Mi Golden Gate.
Su beso se sintió tan diferente a todos los que nos habíamos dado en el pasado. Antes siempre predominaba el deseo, este beso tenía sentimiento, casi vida propia. Después de unos segundos nos separamos, ambas sonrojadas.
-Lo siento.-murmure cerca de sus labios.
Ella cerró los ojos y negó. Volvió a besarme de la misma manera. Sus finos labios se movían al compás de los míos. Sus manos se movían por mis costados acariciándome delicadamente. Nuestros labios volvieron a separarse quedando muy cerca.
-Creo… creo que deberías volver a tu hogar.
-Sí, es tarde…
Me separe por completo de ella sonriendo como una quinceañera. Me levanté del sofá y ella se levantó junto conmigo. Camine hasta la puerta de su departamento siendo seguida de cerca por ella. Abrí la puerta y Salí quedándome parada frente a su puerta, ella estaba afirmada en el marco mirándome con una sonrisa.
-Hasta mañana Sandara.- antes de que pudiera decir algo más, me tomo por el cuello de mi camisa y me planto un beso.
-Hasta mañana Chaerin.- me dijo cerca de los labios con una pícara sonrisa.
Ella me soltó y cerró la puerta, estaba confundida pero feliz, ¿A qué se debe este cambio? ¿De verdad estará sintiendo algo por mí? ¿Por qué me mandaría a mi casa? Cuando se le notaba demasiado que quería pasar una noche conmigo. Tal vez había aprendido y esta vez quería hacer bien las cosas. Como sea, no tenía ganas de tener o con ella, quería hacerle el amor.
Al llegar a mi departamento me fui directo a la ducha, tuve que cubrir la herida para que no se me moje, pero fuera de eso todo fue normal. Me tumbe en mi cama estando empapada y desnuda, mis labios ardían por el recuerdo de tener los de Dara contra ellos. Me estaba muriendo por volver a besarla, tal vez mañana en la oficina me atreva.
Al llegar a la oficina tenía bastante trabajo, me puse de cabeza contra los informes, entender algunos de los garabatos de JiYong o de alguno de los otros chicos era difícil, más considerando que yo era bastante ordenada en mi trabajo y ellos eran todo lo contrario. Me tomaría algo de tiempo volver a tomar las riendas de mi trabajo. Estaba tan concentrada en mis papeles, hasta que sentí una mirada posarse sobre mi cuerpo, sonreí porque sabía a quién pertenecía, levante la mirada topándome con su hermosa sonrisa siendo correspondida por la mía. Se perdió en su oficina y yo volví a concentrarme en mi trabajo. Como todos los días me levanté para ir a su oficina, nos pusimos a trabajar bajo un agradable ambiente.
-¿Me acompañarías en el almuerzo?
-Claro, pero tú vas a las dos y, son la una.
-Por eso te pedí que me acompañes, para que te quedes aquí mientras se pasa la hora.-Sonreí, se veía tan tímida hablando.
-Está bien, ¿aprovecharemos de trabajar?
-Claro, tampoco vamos a perder el tiempo.
-Iré a buscar el informe que me pediste para las cuatro.
-¿Ya lo tienes listo?
-Te dije que no soy ninguna incompetente.
-Lo siento por eso.- se sonrojo mientras yo salía de su oficina hacia mi cubículo, tome la otra carpeta que había en el pero mi celular comenzó a sonar.
-¿Diga?
-Chaerin, soy Tiffany, ¿Sabes algo de Jess?
-Si no sabes tú que eres la novia.
-Tuvimos una pequeña discusión, no sé dónde se metió y me tiene muy preocupada.
-Voy a intentar contactarme con ella y te aviso.
-Muchas gracias Chae.
Corte la llamada y marque a Jess, sonó una vez, otra v
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