¿Me perdonaras algún día?
Regla de oro17.- ¿Me perdonaras algún día?
-Si no es de trabajo, ahórratelo.
-No es de trabajo, pero necesito hablarlo contigo.
-Mi horario de salida es a las siete, antes de eso no hablo de mi vida privada.-ella cerró los ojos y suspiró con fuerza.
-Está bien, vuelve a tu lugar entonces.
Me levanté con las carpetas en la mano y volví a mi puesto, habían pocas personas por la hora de almuerzo, por lo que decidí ir a comer algo, sola. ¿Habrá estado bien reaccionar así? Tal vez no, pero se lo merece, me hizo sentir mal, como si hubiera hecho algo súper malo, cuando solo le oculte mis sentimientos. Sí, eso tampoco estuvo bien, pero no era la forma de reaccionar tampoco, ella misma me dijo que no quería verme y, yo le di ese gusto por tres semanas.
Cuando volví del almuerzo Dara me llamo a su oficina, pensé que sería para insistir, pero no, era solo por trabajo. Me puse al día con el trabajo y volví a hacer lo mismo que hacía siempre.
Cuando dieron las siete, mis compañeros se iban retirando y yo me quedé como siempre lo hacía, había una cantidad enorme de informes que pasar al sistema, y otros que tenía que completar. El estrés estaba volviendo a mí, comencé a extrañar muchísimo la casa en la playa de Jessica. Siendo las ocho y media decidí volver a casa. En el momento en que estaba esperando el ascensor la oficina de Dara se abrió y ella salió con sus cosas, rogaba que el ascensor llegara antes que ella para no tener que irme con Dara. Pero fue como si el universo entero estuviera confabulando en mi contra. Justo cuando ella se paró a mi lado, las puertas del elevador se abrieron y con un gesto le cedi el paso. Podría haberme quedado afuera para esperar el otro, pero sería demasiado cruel y descortés hacer eso. Entre a su lado y ella presiono el botón del primer piso.
-¿Ahora podemos hablar?
-¿Hablar de que Sandara? Creí que ya todo había quedado muy claro.
-Quería pedirte unas disculpas, reaccione mal e infantilmente, me quede con el hecho que me habías mentido y no asimile el resto.
-Te disculpo.
-¿Solo eso?
-¿Hay algo más que debería decir?
-No sé yo… no… creo que no.
-Bien.
Las puertas del ascensor se abrieron y Salí de ahí, ella me siguió a unos pocos metros de distancia. Salí del edificio y di unos cuantos pasos cuando la sentí a mi lado, voltee sutilmente para verla y ella iba mirando hacia adelante, su rostro parecía sereno.
-¿Me odias?-preguntó rompiendo el silencio.
-No, no te odio.
Volvió a haber silencio entre nosotras. Estábamos a escasos metros de separar nuestros caminos cuando volvió a hablar.
-¿Me perdonaras algún día?
-Ya te dije que te disculpaba.
-No quiero que solo me disculpes, quiero que me perdones, que volvamos a ser amigas aunque sea. No quiero perder los lazos que creamos.
-Esos lazos se perdieron Dara, ya nada podrá volver a ser como antes.
-Chaerin, yo te quiero, no quiero perderte.
-¡YO TE AMO MALDITA SEA! Quiero poder sacarte de mi cabeza, quiero volver a ser la que era antes de empezar ese estúpido juego.
-¿Te arrepientes?
-A veces sí.
-No me alejes de tu vida, por favor.
-Tú misma me pediste que saliera porque no querías verme.
-Estaba enojada.
-Y ahora que se te paso el coraje quieres que seamos amigas, ¿no? o ¿es que ya no tienes a alguien que te folle y recurres a mí?
-No es necesario que te pongas así.-su mirada se volvió sombría y la aparto de mí.
-¿Y cómo quieres que me ponga? ¿Quieres que esté feliz porque quieres retomar nuestra amistad?
-No, pero tampoco tienes que tratarme como si fuera una zorra.
-¿Y no es así como te comportabas cuando estábamos solas?
-Bien, ya entendí, perdí el tiempo hablando contigo.
-¿Hasta ahora te das cuenta?
-Eres una insensible Chaerin.
-Oh, mira quien lo dice, la señorita sutileza.
Soltó un agudo grito que me recordó a aquel día en que se enojó en su departamento, sonreí internamente por el recuerdo y la vi alejarse a su edificio.
Subí a mi piso sin poder quitarme de la cabeza a esa mujer, Zeus, estaba tan enamorada de ella, pero mi orgullo era más grande, al menos haría que le cueste recuperarme. Ella quiere solo una amistad pero yo no puedo ser su amiga, yo quiero ser algo más.
Miércoles en la oficina, estaba añorando que llegue el día viernes como nunca antes lo había hecho. El martes esperé a que se fuera Dara para poder salir, no quería volver a encontrarme con ella afuera.
A la hora de siempre me levanté de mi cubículo para ir a su oficina. Se veía tan jodidamente hermosa que me estaba muriendo por besarla. Le entregue los informes y me senté frente a ella.
-¿Qué significa esto Chaerin? ¿De qué es esta baja tan abrupta?
-Aun no lo sé, yo no estaba aquí cuando eso pasó.
-¿Cómo no lo vas a saber? Tu trabajo es tener todo esto en orden, no me sirve tu excusa de que no estabas aquí.
-No es ninguna excusa, me he puesto al día con todo lo demás, no puedo saberlo todo de un día para otro.
-Ese es tu problema no el mío, te estás comportando igual de incompetente que tu compañero.
Please Subscribe to read the full chapter
Comments