ENCUENTRO PREDESTINADO

Una hermosa chica caminaba de un lado y al otro con una grandiosa sonrisa estampada en el rostro, no podía esperar a que su hermano atendiera la llamada para gritarle con felicidad la nueva noticia.

El celular que llevaba en sus manos comenzó a sonar con insistencia haciéndola detener, una sonrisa se formó en sus labios al ver el ID. Rápidamente deslizó el dedo y llevo el celular junto a su oreja.

—¡Hermano!—chilló emocionada—, ¡¿Qué crees que acaba de suceder?!

Una leve risa profunda se escuchó al otro lado, la chica no pudo evitar sonreír a más no poder.

—No lo sé —habló el hombre con tono juguetón—, lo único que tu querida hermana me dijo fue que te hablará inmediatamente.

—¿Mi hermana lo sabe? —la chica pregunto confundida para después abrir los ojos con sorpresa—, ¡oh por Dios! Espero no se lo haya dicho a mis padres.

—Tranquila pequeña, sabes que tu querida hermana jamás diría nada —el hombre al otro lado de la línea sonrió al escuchar a la chica—. Mejor dime, ¿cuál es esa nueva noticia que tu hermana sabe y yo no?

La sonrisa en la chica regresó al recordar la noticia que debía decirle a su hermano.

—¡Mina me ha pedido matrimonio! —gritó a todo pulmón, la sonrisa en su rostro era sin igual—. ¡¿Lo puedes creer?!

—Wow ¡Felicidades pequeña Nayeon! —el hombre también gritó con jubilo—. Ya era hora que esa cabeza hueca te propusiera matrimonio. Aunque he de admitir que creí que tú se lo propondrías primero.

—Sabes que Mina es una romántica cuando se trata de eso, fue lo mejor que ella lo propusiera, además —la chica de nombre Nayeon cambió su sonrisa a una total ertida— yo me encargo de dar sorpresas en otro lado.

El hombre soltó una carcajada a lo que Nayeon se limitó a reír también, había echado de menos aquel hombre.

—En definitiva extrañaba ese encanto tuyo, mira que si nos escucha tu hermana me asesinará.

—No te preocupes hermano, sabes que mi querida hermana no te hará daño. Te ama demasiado.

—Lo sé, cambiando de tema, ¿Dónde será la boda?

Nayeon sonrió, sabía que en cuanto le dijera donde sería la boda su hermano daría un grito en el cielo.

—Bueno, sobre eso...

—¿Si?

—Hemos decidido que la boda será en un mes... -escuchó un fuerte jadeo al otro lado de la línea y antes de que él pudiera decir algo agregó-: y será en Seúl.

—¡¿Qué?!

**

Irene como todos los días empezaba sus mañana con un dulce beso en los labios por parte de su amada esposa que después volvía intenso y pasional, sin embargo, todo eso se frenaba cuando dos pequeños diablillos entraban corriendo en la habitación para subirse en ellas.

—¡Mamá! ¡Mami! —gritaba la mayor provocando las sonrisas de sus madres—, Jackson y yo tenemos hambre.

El puchero en los labios de su hija era tan hermoso que Seulgi no soportó tomarla en sus brazos mientras daba vueltas con ella.

—¡¿Y qué quieren comer mis dos príncipes?!

La niña sólo reía en los brazos de su madre que siempre le hacía feliz. Por otro lado, el niño se limitaba en abrazar a Irene mientras sonreía divertido viendo a su madre dar vueltas en el aire a su hermana.

—¡Hot cakes! —gritó el pequeño de tres años—, ¡Joy y yo queremos Hot Cakes!

—Muy bien, pues mami les hará unos ricos Hot Cakes.

Irene se levantó de la cama dejando a sus dos hijos con su esposa, bajó las escaleras y llegó a la cocina buscando los ingredientes para hacer el desayuno de sus bebés. Sin embargo, la puerta sonó interrumpiendo su búsqueda.

—¡Yo abro, Hyun!

Aunque sabía que su esposa podría bajar como flash de la habitación, estaba consciente que no podía dejar a sus pequeños solos, por lo que soltó un leve suspiro y se dirigió a la puerta.

—¡Buenos días abogada Kang!

Frente a ella se encontraba nada más y nada menos que su cliente más antiguo desde que ella se había convertido en jefa del bufet: Myoui Mina, CEO de JYP entertainment y dueña de una de las academias de baile más famosas del mundo.

—Mina, ¿qué haces aquí? —cuestonó un tanto sorprendida de verla en su casa a las 7 a.m.

—Bueno, mi querida Irene —Mina sonrió ingresando como si se tratara de su propia casa—, he venido a decirte las buenas noticias y pedirte un favor.

—¿He? —parpadeó consternada ante la felicidad de la mujer.

—Me casaré.

—Wow, ¡Felicidades! —Seulgi apareció con sus dos hijos en brazos—. Ya era hora de que Nayeon te lo pidiera.

—¡Ahí te equivocas, oso! —Mina se cruzó de brazos mientras sonreía victoriosa—. Yo fui la que le propuso matrimonio y ella como está bajo mi encanto dijo que sí.

—Quien sabe que le habrás hecho, pingüino, para que ella te haya dado el sí.

—Soy muy buena —Seulgi levantó una ceja en modo interrogante—. Tú sabes muy bien porqué.

—Eso sí no lo sé y ni quiero saberlo, sólo la coneja estuvo tan loca para enredarse contigo.

—Eso me trae recuerdos de la preparatoria, ¿lo recuerdas oso? —Mina sonrió nostálgica—. Jimin, tú, Nayeon y yo en una casa de playa...

—¿Quién es Jimin?

La pregunta dejó fría tanto a Seulgi como a Mina que comenzó a toser.

—Nadie que importe, cariño —Seulgi lanzó una mirada asesina a Mina que simplemente ignoró—. A todo esto, ¿sólo has venido a decirnos eso?

—¡Cierto! Casi lo olvido —Mina tomó las manos de Irene y la miró seriamente—. Necesito que tu hermana me ayude a organizar mi boda, ¿crees que tenga tiempo para mí?

—Claro, estoy segura de que estará feliz de ayudarte.

—Perfecto —Mina la soltó y se agachó a ver a los dos pequeños que la miraban con curiosidad—. Porque será dentro de un mes y he invitado a mi primo Jesse, debo dejarlo boquiabierto con la boda perfecta.

Irene se mordió la lengua para no gritar en sorpresa, ¿era posible que Jesse regresara para la boda de Mina?

—Mina, Jesse Jung, mi jefe ¿es tu primo?

—Sí, ¿acaso no te dijo que somos primos? —Mina preguntó sin despegar la vista de los dos pequeños a los cuales le estaba haciendo cosquillas—. Acudí a él hace cinco años para pedirle que llevará todos los movimientos políticos y esas cosas de la empresa, pero me dijo que estaba en Londres en el bufet del tío Matt como un favor personal, así que me dijo que fuera con su pequeña aprendiz... la cual eres tú, Irene. ¿En serio nunca te dijo nada?

—¿Jesse está en Londres?

Irene estaba más que emocionada por la reciente información, hacía años que no veía a Jesse y lo extrañaba demasiado.

—Ya no, lo último que supe es que se estaba moviendo a LA o a New York, no estoy segura, a Dahyun le gusta viajar.

Tanto Seulgi como Irene fruncieron el ceño, ¿quién rayos era Dahyun y que tenía que ver con Jesse?

—En fin, nos vemos en unas dos horas en la oficina de tu hermana para organizar mi boda —Mina se levantó y camino hacia la puerta mientras hablaba—. Se me olvidaba decirles, son mis damas de honor, así que no lleguen tarde.

Y con eso cerró la puerta dejando a una Irene y a una Seulgi