No es amor, esto no es amor.
Esto es solo tu obsesión.
Cualquier cosa, cualquier cosa que yo haga
es aterrador, que tú seas quien me vigila.

 

‘Taeyeon llamó a casa, dijo que no respondías tu celular y que le hables en cuanto termine tu clase de cocina...Por cierto, no sabía que quisieras aprender a cocinar…’ Tras leer el mensaje que me había mandado mi hermana menor no pude evitar asustarme.

¿Cómo supo Taeyeon que estaba en clase de cocina? Es la primera vez que vengo y no le había dicho a nadie que me inscribí. Por reflejo miré alrededor mío y hacia afuera de las ventanas del aula, no había nada extraño, o mejor dicho, no estaba cierta persona observándome. Traté de enfocar toda mi atención en el chef que nos instruía pero no pude.

Kim Taeyeon había prometido abandonar sus extraños hábitos de averiguar todo sobre mí. Me molesté. ¿En verdad había necesidad de espiarme, de acosarme? ¡Soy su novia, Dios! No tiene razón alguna para comportarse de esta manera.

Cuando noté su extraño comportamiento, hace más de un año, no le di importancia. Pensé que se trataban de los típicos celos que las novias sienten, incluso eso me hacía sentir más querida. Me hacía pensar que me amaba tanto que no soportaría la idea de perderme.

Taeyeon llegó en uno de los peores momentos de mi vida y transformó el mundo para mí. Ella reconstruyó mi seguridad y felicidad, y yo solo pude pagarle con mi amor.

Nuestra relación era perfecta hasta que su comportamiento dio un giro de 360 grados. Trataba de pasar la mayor parte de su tiempo a mi lado, y cuando no estábamos juntas llamaba y mandaba mensajes sin parar. Después comenzó a cuestionar con quien estaba y que hacía. Fue allí que percibí lo extraña que se estaba tornando esta relación.

La manera en que me miraba y la forma en que me tomaba de las manos; como no queriendo dejarme ir, deseándome tan solo para ella, buscando la estrategia perfecta para evitar mi contacto con el mundo exterior…Todo ello hizo que entendiera que su amor había cambiado, que ahora…era solamente su obsesión.

 

Te sigo en tu sombra y hago una llamada por teléfono,
me pongo en suspenso por el sonido de tu respiración agitada.
Mi corazón corre tras de ti luego de que tus pasos se aceleren.
Pienso que me voy a volver loca, la larga noche se oscurece.

 

Miré a mi castaña salir apresurada del edificio donde recibía sus clases de cocina. Sonreí porque observé como rechazó a un hombre que le ofrecía llevarla a su casa. Tomé mi bolso y comencé a seguirla.

Jessica caminaba unos 8 metros delante de mí, la distancia adecuada para cuidarla sin que ella lo notara. Creo que  mi novia no entiende que lo único que hago es asegurarme de su bienestar.

Siendo ella una belleza extraordinaria cualquier demente estaría dispuesto a secuestrarla, pero nunca lo permitiré. Jessica Jung es mía, porque una mujer siempre es de quien la ama, y yo la amo con todo mi ser.

La seguí tranquilamente por 15 minutos más hasta que ella aceleró el paso, la velocidad de su trote casi se convertía en la necesaria para correr. Fruncí el ceño, y observé rápidamente a mi alrededor. Nadie la perseguía, nadie la miraba obscenamente. ¿Entonces, qué le ocurría? ¿De quién se alejaba?

Saqué el celular del bolsillo del pantalón y le llamé, contestó al primer timbre.

-Tae...Taeyeon…-escuché mi nombre en su voz agitada. La miré, no se detuvo, conversaba conmigo sin dejar de trotar importándole muy poco sus altos tacones.

Tras el silencio en que me había sumergido decidí hablar-¿Qué ocurre, princesa?-pregunté fingiendo preocupación, porque mientras yo la cuide, nada malo le pasará.

-Creo que alguien me está siguiendo-respondió asustada.

¡Oh! Jessica tenía miedo de mí, porque la única persona que la seguía era yo; pero ella no lo sabe. Sonreí.

-Tranquila. Busca un restaurant en el cual esperarme, iré por ti. ¿Dónde estás?-pregunté sin dejar de caminar hacia ella.

-No te preocupes, ya casi llego a casa-respondió evadiendo mi pregunta-De seguro solo estoy dramatizando. Nos vemos después-murmuró antes de concluir la llamada.

¿Acaso no quieres verme, Jessica? Molesta incrementé la velocidad de mis pasos. “¡No, no seas tonta, Taeyeon!”, me repetía internamente. Jessica me ama y eso no puedo dudarlo… Jessica jamás me dejaría…

Me volvería loca si lo hace…

 

Debajo de la oscuridad de las lámparas enfrente de tu casa
estoy mirándote a través de la grieta de tu ventana.
Hasta que la noche termine, ven y encuéntrame,
tú sigues jugando el asfixiante juego de las escondidas conmigo.
Tú, eres imprescindible para mí.

 

-No lo entiendo ¿por qué no respondes mis llamadas?-pregunté en voz alta como si Jessica pudiese escucharme.

La miraba gracias a que las cortinas no cubrían la ventana de su sala de estar donde veía la televisión en compañía de Krystal.

Llamé nuevamente y observé detenidamente como tomaba su celular, lo contemplaba y lo dejaba en su regazo otra vez. ¿Acaso hice algo que la molestó?

De repente comenzó a llover a cántaros pero no me importó, continué firmemente recargada en el poste de luz de la calle frente a su casa y me dediqué a esperar.

Si no respondía hoy, lo haría mañana. Algún día tiene que abandonar su casa. Vendrá a mí, estará entre mis brazos y la amaré sin descanso. Jessica es tan necesaria para mí.

 

¿Te has vuelto loca? ¿Por qué eres así?
Por favor solo déjame sola ahora.
Mirarte es sofocante,
por favor desaparece de mi vista.

 

Desperté extrañada a causa del sonido de mi celular. Los párpados me pesaban y mi sistema sabía que no había dormido lo suficiente. Las gotas de lluvia continuaban golpeando el techo de mi habitación. Estiré el brazo buscando el aparato que siempre dejaba en la mesa de noche y miré la pantalla para descubrir la hora y quien me llamaba.

-¿Qué ocurre, Steph, son las 3 de