Capítulo III: El destino de una rosa.

X+Y= ¿Amor?

La observaba mover su mano con agilidad mientras resolvía el complicado problema con una facilidad y velocidad sobrehumanas. Que hastío. Con tanto número en la pizarra ya hasta empezaba a ver borroso y que la cabeza se le fuera cada tanto. Ni siquiera el redondo trasero de la atractiva profesora ayudaba para dejar de ser seducida por los brazos de Morfeo.

Cerró los ojos, si no quería dormirse debía pensar en algo. Recorrió a la rubia de pies a cabeza. Y ¿Qué mejor que en su estrategia a seguir en su plan de conquista?

-Si ya está pensando en dormir, debe conocer la respuesta, ¿verdad, señorita Hwang?

Inmediatamente borró su sonrisa y concentró su mirar en los profundos onices que era los ojos de Taeyeon, que por cierto estaban clavados en su persona.

-¿Hwang?

Volvió a la realidad apartando su vista del rostro de su maestra para concentrarla en la pizarra que tenía inscrito el problema. ¿Qué eran esas variables y símbolos?, no los reconocía.

-Por favor, si quiere dormir, espere al descanso, señorita.-Pidió a manera que se regresaba a seguir explicando el ejercicio que estaba segura ninguno de sus estudiantes iba a poder contestar.

Mientras tanto, a Tiffany se le estaba haciendo costumbre pasar bochornos en las clases de matemáticas con las risitas de las arpías amargadas. Bueno, era mejor tenerla para ella solita todos los viernes en la noche. Seguramente las brujas esas se pondrían verdes de la envidia si supieran.

Con ese pensamiento suspiró, haciendo creer que estaba poniendo atención. A decir verdad Taeyeon se había comportado como toda una dama, no mencionó palabra acerca de la falta de atención que le prestaban sus padres ni se aprovechó de la situación para hacerse frente a ella. Esa noche habían hablado de temas triviales, en que se sentía orgullosa de desplegar todo su conocimiento de mujer de mundo y hacerle ver que era mucho más que una niña rica, caprichosa y malcriada.

Y como era capaz de poner a cualquier hombre o mujer a sus pies, el plan tendría que ejecutarse con guante de seda, pero era más simple de lo que parecía a primera vista.

Como la muy ingenua había creído que la pobre Hwang nadaba para no estar sola, tendría la oportunidad de salir con ella todos los viernes en la noche. Primero simples conversaciones; luego al par de semanada, en agradecimiento, la llevaría a comer un helado. Ahí mostraría su lado más dulce y ella terminaría enamorada como una loca de ella.

El plan era infalible. Después de todo, un maestro no podía dejar a una alumna caminar sola a casa a altas horas de la noche y aunque, detesta tener que verse débil e indefensa delante de las personas, valdría la pena verse así con tal de toquetearse un rato con ese delirio de cabellos dorados.

Estaba tan sumida en sus pensamientos que apenas se dio cuenta que había tocado el timbre

-No olviden su tarea, jóvenes.-Indicó luego de revisar su reloj.-Hasta mañana.-Se despidió de ellos.

La castaña, por su parte, no pudo retirar la vista de ella. Aunque tenía que admitir, ¿Quién en su sano juicio dejaría de verle? Era inevitable. Ésa era una mujer de verdad y estaba a su disposición. No como los babosos de sus compañeros, que únicamente se concentraban en ver entre el cuello y los muslos de una mujer.

-Se me quedó mi libro.

Señaló Taeyeon para sí misma. Fue a buscarlo y sintió que alguien la estaba mirando con insistencia, volteándose ligeramente. Era habitual que las chicas se quedaran observándola como un pedazo de carne. Sin embargo, fueron un par de orbes caramelos los que llamaron su atención.

Esos ojos ardían como si el fuego lo tuviese guardado en las entrañas. Una expresión indescifrable que le provocó frío en el mismísimo espinazo.

¿Estaba segura que tenía diecisiete años? ¡Qué contacto visual!

Era Hwang, la diva del instituto que reclama por atención y afecto por parte de sus padres. La misma chica que es pecaminosamente parecida a su difunta mujer. Le sonrió de medio lado conforme asentía la cabeza en señal de despedida. No tenía elección.

Una mujer rebelde y llena de pasión que le recordaba a sí misma en sus tiempos mozos en cuerpo de una inocente chica que le recordaba a su difunta esposa.

Una sonrisa devuelta con otra casi fingida.

¿Qué hacer? Porque algo le provocaba. Esa chica no le era indiferente en lo absoluto.

De eso podía estar segura.

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Las piernas ya no le daban para más, a pesar que acostumbraba practicar básquetbol frecuentemente. Llevaba veinte cuadras corriendo como si se le fuera la vida en ello. Había dejado atrás a un par de conductores que le habían recordado toda su parentela por haberse pasado el semáforo en rojo. Eso ya no tenía importancia. Como tampoco la ropa interior que traía puesta al revés o los calcetines de distinto color.

-Mierda.-Alcanzó a decir entre la agitación que le producía el haber tenido que correr a tanta velocidad.

No se veía a ningún alumno entrando al instituto, ¿y cómo iba a haberlo? Si ya llevaba como cuarenta minutos de atraso. Era fijo que había perdido la primera hora.

-Maldición.-Era la decimota vez en lo que iba de la mañana que insultaba a la vida por lo ocurrido esta mañana.

No era para menos, ni su coraje o su frustración. Normalmente se levantaba a las seis y cuarto para llegar tranquilamente a la escuela. Cuando se demoraba cinco minutos más de lo habitual, Jessica siempre le llamaba o escribía para despertarla. Sin embargo, esta mañana no lo había hecho y apenas ahora cayó en cuenta de aquello.

¿Por qué Jessica no la había despertado ese día?

-Al parecer todo en orden.-Escuchó que canturreaba una voz deteniendo su sigiloso andar a su aula, para esconderse en uno de los pilares de los pasillos.-No hay ningún atrasado.

-Si supieras vieja bruja

Musitó divertida la pelinegra, sin contar que la rubia tenía oído de tísico y al parecer había escuchado su murmullo porque volteó a todas las direcciones en busca del intruso.

Mejor no se reía más o sería tentar a la suerte. Ya había sido una gran hazaña entrar sin ser detectada. De no ser más cuidadosa la descubría la inspectora Lee. Con sigilo, emprendió su caminar en dirección a su aula. Ahora el dilema radicaba en: ¿Entrar o no entrar?

Por un lado sabía que la primera hora era matemática y que Taeyeon sea un profesor era un arma de doble filo. Si le dejaba entrar quedaría mal delante de los alumnos porque apenas dos días atrás había corrido a uno de sus compañeros por llegar diez minutos tarde. De recibirla a ella empezarían a hablar de preferencia que solo la molestarían. Por otro lado si no lo dejaba entrar, la bruja de Lee no perdonaría su descomunal atraso y la suspendería.

El timbre sonó indicando el cambio de hora y para su cochina suerte visualizó hebras de cabello rubio doblando a la esquina por el pasillo, directo a su curso.

-¡Kwon!

Todo era demasiado bueno para ser cierto. Con la general Lee, era imposible llegar hasta la puerta de su salón de clases sin ser detectada.

-¿Qué hace fuera del salón?

-Yo…

-Yuri.-Una conocida voz a sus espaldas la llamó tranquila haciendo que volteara para encontrarse a una sorprendida Taeyeon parado tras ella.

-¿Qué hizo la alumna Kwon, profesora Kim?-Inquirió con su parada militar y su voz severa la mujer de baja estatura, analizando a la menor delante de ella-¿Será acaso que no entró a su hora de clases?

"No le digo perra porque ni los ertidos se meterían con ella", pensó maldiciendo por decimoséptima vez en el día. Observando a la susodicha sonreír altaneramente, seguro festejando con antelación que podrá dejar de verla un par de días.

-¿Por qué no iba a entrar?-Habló una calmada Taeyeon, sorprendiendo a las dos presentes a la par que tomaba un cuaderno que Yuri llevaba en las manos.-Muchas gracias por traerme los apuntes Kwon.-Se dirigió a su hermana y agradeció colocando su mano sobre sus cabellos.-Lo que pasó señorita Lee fue que, envié a Kwon a por mi libreta al salón de maestros, donde la dejé olvidada. Como ya restaban cinco minutos de la hora de clase no vi ningún inconveniente en enviarla.

Ni si quiera le tembló la voz, menos una gota de sudor en sus manos o en su rostro. Estaba jodidamente tranquila a pesar de estar enfrentando a la mujer de hierro del instituto que con la explicación que le había dado, se había quedado bien servida. Dio una última mirando, observando a su "víctima" favorita. Al ver un maletín, sus ojos brillaron intensamente. Ni la ayuda celestial salvaría de ésta a Kwon.

-¿Me podría decir entonces cuál es la razón por la que trae su maleta? ¿Acaso pensaba fugarse luego de la primera hora?-Cuestionó sagaz, segura de su victoria.

-Porque…

-La dejó en mi casa.-Nuevamente Taeyeon habló antes que ella-Como sabrá Yuri es mi hermana menor y fue a visitarme ayer. Aprovechó llevando su tarea para que le ayude y olvidó su maleta por lo que me vi obligado a traérsela hoy, sus cuadernos están en su pupitre.-Señaló dentro del aula.-Aquí,-Aplastó la maleta con la palma de su mano.-No hay más que un cuaderno.

No era mentira. Esta mañana se había levantado a las ocho y media. No se había echado algo al estómago y se daría el lujo de armar sus útiles como niña. Además que siempre en su maleta llevaba un solo cuaderno.

-Me permite ver la lista de asistencia.-Sunny le exigió el papel con el ceño fruncido para luego extender la mano. Le entregaron la lista con rapidez y procedió a leerlo rápidamente-¿Solo una ausencia?

-Así es.-Contestó la rubia mayor de manera neutra y segura.

-De acuerdo.-Estaba molesta, odiaba no salirse con la suya, pero por esta vez se tendría que ir con la cola entre las piernas -Pero la advertencia no está de más. Recuerde que no se aceptan atrasos, señorita Kwon.-Soltó mirando a la menor.-Ni tampoco se solapa la haraganería de los estudiantes, profesora Kim.-Hizo énfasis en el último par de palabras, recordándole a la profesora vestida de negro su lugar en la escuela.

La rubia mas baja, sintiéndose derrotada, regresó a sus guardias. Maldita cría con santos en la corte. Necesitaba urgente a alguien a quien castigar.

-Eso estuvo cerca.-Taeyeon suspiró aliviada.-No vuelvas a enredarte con las sábanas y ahora entra a tu clase enana. No habrá una segunda vez-Le apremió como la hermana mayor que era.

Yuri aún no salía de su asombro, quiso decir algo pero las palabras quedaron atoradas en su garganta antes que pudiera decirlas. ¿Acaso pasó lo que acaba de pasar?, ¿alguien pudo engañar a la inspectora Lee? Eso era algo tan… irreal.

Incluso se decía que Lee había trabajado para el pentágono y que era el hombre más temido de la FBI. Sí, hombre, porque también era parte del rumor que se había salido de dichas instituciones por su manía a travestirse.

Nada de mal para ser su odiosa hermana. Nada de mal.

-Taeyeon…-Se volteó dispuesta a agradecerle pero su hermana ya había desaparecido por los pasillos del colegio.

Genial. Había quedado como una malagradecida, aunque la imagen que tenga su hermana de ella no le importaba mucho que digamos, lo que le molestó era que había perdido la oportunidad perfecta para darle el recado de su madre.

Nah, mejor para ella. Suficiente tenía con soportarla en la escuela para que más encima la viera en su casa como la familia ideal.

-Buenas noches, su majestad.

Una voz estridente cerca de sus oídos la sobresaltó. Naturalmente tenía que ser la chillona de Yoona que le saludaba junto con Tiffany.

-Tan dulce como siempre, señorita perfecta.-le devolvió el saludo con un sarcasmo, para ver a la castaña que parecía estar en otro mundo-¿Tiffany?-la llamó para ver si la devolvía a la realidad.

-Ah, Yuri, eres tú.-La joven de sonrisa de ojos parecía recién salir de su espacio idóneo y se encontró con la mirada de su amiga-¿Qué pasa?

-¿Qué más? Te saludo, tontita.-Contestó la aludida con simpleza.

-¿No nos saludamos en la entrada?-Preguntó confundida.

-No, apenas llego.-Informó lo obvio.-Me alegra que mis queridas amigas estén al pendiente de mí.-Pretendió sonar ofendida a mientras giraba su cabeza esperando encontrar la sonrisa de alguien que sabía que sí se estaría preocupando por su ausencia.

Sin embargo, el puesto junto al suyo estaba vacío. Jessica no estaba.

-Lo lamento Yuri, tengo la cabeza en otro lugar.-O mejor dicho, en otra persona, pensó con picardía.

-Si, se nota.-Se dirigió a su lugar conforme saludaba a todos los demás con sonrisas o palmadas.

Sin embargo, al llegar al pupitre de su mejor amiga, lo observó detenidamente para confirmar su ausencia. Efectivamente había faltado a la escuela.

Eso era extraño, Jessica no es del tipo de alumnos que prefería quedarse a dormir un poco más en lugar de ir a la escuela, por muy lunes que sea. ¿Estará enferma? No, ayer estuvo muy bien.

-Profesor en clase.-Escuchó como anunció uno de sus compañeros, haciendo que vuelva de sus divagaciones y se pusiese de pie, mirando al frente.

¿Qué le pasó a Jessica?

-¿Almorzamos, chicas?-Preguntó la pelinegra desanimada, sorprendiendo a Tiffany y a Yoona, las mismas que se encontraban recogiendo sus cosas para salir al descanso.

-Si alguien te escucha decir eso pensara que eres una niña bien, Yuri.-Se burló la joven de sonrisa de lagarto.

-Tal vez.-Lo meditó un momento.-Por suerte tengo una larga lista de chicas que pueden testificar lo contrario.

-¡Qué vulgar eres, Kwon!-Le reprendió Tiffany con la cara al borde de un síncope.-A nadie le interesa tus intimidades, así que modérate.

-Ya, no me regañes.-Pidió encarecidamente.-He tenido un pésimo día para que tener que soportar también tus gritos.-Bufó frustrada.-Todavía me duele la cabeza por el golpe del profesor Cho.

-Te lo mereces por dormirte en clases.-Se burló la castaña.

La situación iba más allá del golpe que había recibido en Química. En literatura, no tuvo quien le dijese en qué acto de Romeo y Julieta se encontraban por lo que había sido regañada delante de toda la clase. Pero el profesor de biología no fue tan condescendiente con ella, puesto que al pillarla mirando por la ventana sin prestar atención a su clase sobre genética y reproducción la acusó injustamente de tener pensamientos ertidos.

Su reputación de "tener la pura cara de angelita" muchas veces la perjudicaba.

Claro que nada de eso hubiera pasado si Jessica hubiese asistido hoy día. Porque alguien le habría despertado en química, le hubiera dicho en qué acto iban en la puta obra de Shakespeare y le hubiese avisado que el mendigo profesor de biología le estaba mirando haciendo la tonta en su clase.

No, no solamente le hacía falta para sacarla de apuros. No tenía a quién contarle su odisea de cómo había llegado a la escuela sin que la bruja de Lee se hubiese dado cuenta. Seguramente se hubiera reído mucho y sería el objeto de su burla por haber tenido que ser salvada por su "querida" hermana. Las otras chicas se aburrían con ese tipo de banalidades aunque a ella le gustase comentar ese tipo de anécdotas. Sentía que la gente se conectaba mejor de esa manera y no a través del o casual.

Que pensamientos más cursis, si se los comentara a alguien seguro le decían que Jessica era indispensable en su vida y no lo era. Seguro la agriera en el estómago era su gastritis que le pasaba factura por haberse saltado el desayuno.

-Hablando de la pequeña, ¿Por qué no vino hoy?-La joven de sonrisa de lagarto interrogó a la pelinegra conforme caminaba con ambas.

-¿Por qué debería de saberlo?-Contestó con una pregunta-¿Acaso dormí con ella?

Por un instante mantuvo su serio semblante, sin poder contener las sonoras carcajadas que no tardaron en salir de su garganta. Tenía dos chicas lindas con una horrible mente de alcantarillado.

-Deberían verse las caras.-Se burló de los ojos bien abiertos de sus amigas.-Como si eso fuera posible, chicas. Se entrarán moscas si no cierran sus boquitas.

-No sería una sorpresa.-Interrumpió Tiffany.-Ni tampoco algo extraño.

-¿Qué?-Estaba sorprendida.

-Hubo una época en la que creíamos que ya había pasado, ¿verdad?-Yoona habló con la de ojos caramelo, la cual asintió.-Fue cuando empezó a hablar esa chica que se retiró. ¿ia?

-Victoria.-Corrigió la castaña.

-¿Qué dijo ella?-Yuri apenas podía seguir el hilo de la conversación.

-¿Quién?-Preguntó Im.

¿Cómo era?

-ia.-Contestó no muy convencida.

-Victoria.-Nuevamente rectificó la castaña.-Es increíble que no recuerdes el nombre de las personas con las cuales te acuestas.

-Entiende Tiffany, son muchas.-Por un momento olvidó el tema.-Pero eso no importa.-La corrigió rápidamente-¿Qué dijo Victoria?

Por más que le decían su nombre no recordaba nada de ella, ni su cuerpo o rostro. ¿Por qué sería?

-Dijo que te habías acostado con Jessica y por eso la habías despachado.-respondió la joven experta en computación con simpleza, recordando como la rubia había tratado de esparcir ese rumor en vano puesto que nadie le creía.

Aunque al principio se especulaba sobre una relación entre ellas, fue muy poco el tiempo que necesitaron para demostrar que únicamente eran amigas. Aunque la idiota de Yoon todavía insistía a veces con sus "suspicacias" que le provocaba llorar de la risa.

-¡Sica y yo!-Gritó aterrada.-Eso sería o, Sica es una hermana para mi.-Contestó rápidamente.-No sentimos nada más que cariño fraternal la una por la otra.

Nuevamente las miradas incrédulas del par de féminas la tomaron por sorpresa. ¿Qué? Era verdad.

-Si tú lo dices.-Canturrearon ambas al unísono dejando aún más desconcertada a la pelinegra.

-Yuri es muy inocente en ciertas cosas, ¿no crees?-Preguntó Yoona susurrando a Tiffany.-O muy idiota.-Señaló chica más inteligente del instituto.

Una vez que dejó de reírse por su propio comentario fijó su castaño mirar en frente, para encontrar a cierta morena que caminaba con su comida en manos y en dirección contraria a la suya. Se acordó que hablar con Joohyun del proyecto. Por un momento lo había olvidado, pero ahora que lo recordaba, no esperó a decirle su idea para el proyecto. Tenía que demostrarle que era una genio. Por ende, iría en ese preciso instante.

-Creo más en lo segundo.-Se rió Tiffany volteando a ver a su amiga la cual estaba cambiando de dirección-¿Dónde vas Yong?

-En un momento vuelvo.-Anunció la aludida.-Sigan sin mí.-Apremió a sus amigas conforme desaparecía entre el tumulto de personas.

No podía confesarles nada sobre el concurso hasta que se hiciese oficial en todo el distrito ni que para colmos, tendría que trabajar con su rival y némesis Seo Joohyun. Además no les diría que conversaría con la señorita número uno porque suficiente era soportar su agrio carácter como para también aguantarse las bromas de sus amiguitas. No, muchas gracias.

-Ni modo, vamos.-Yuri encaminó a Tiffany a la cafetería.

En tanto, Tiffany observaba con detenida atención a su amiga de mas alta. Le sorprendía la actitud de ella, especialmente esa sonrisa llena de misterio que se había colado en su rostro en medio de su plática.

-¿Piensas lo mismo que yo?-Cuestionó la castaña a su amiga.

La de sonrisa de lagarto era como un libro abierto para sus amigas. No había que tener el cerebro de Im Yoona para deducir que ella algo se traía entre manos.

-Ya nos lo dirá después.-Confirmó la capitana del equipo de baloncesto a la estrella del club de natación.

Ambas sabían que Yoona no podía guardarse nada para si sola por mucho tiempo.

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No había empezado la "batalla" y ya estaba sudando a mares. Odiaba sus glándulas sudoríparas que estaban en pleno apogeo e incluso más de lo normal que en el resto de adolescentes. Secó su frente molesta por esa reacción y con Seohyun por ser tan escurridiza.

-¡Joohyun!-Llamaba tratando de encontrar a su rival desesperadamente. ¿Cómo puede alguien desaparecer así nada más?-Joo…

-P-Por favor, su-superior Seohyun, ¡a-acep-acepte mis s-sentimientos!

Se calló luego de escuchar esa espontánea y atropellada declaración a su contendiente por parte de una alumna de primer curso.

-No.-Contestó Seohyun fría y sin paciencia.-Discúlpame.-Era cortés a pesar de la frialdad que le imprimía a sus palabras.

-Por favor, dame una oportunidad.-Exclamó la chica.-Soy la primera de mi clase, haríamos una excelente pareja y…

-¿La primera de la clase?-Preguntó levantando una ceja, pretendiendo importancia. Los ojos de la chica brillaron esperanzados.-Si fueras la primera de tu clase, podrías llegar fácilmente a la conclusión de que una persona como yo, que soy la primera del instituto y formo parte de los cinco mejores alumnos del país, nunca perdería su tiempo con alguien que no esté a la altura de mis expectativas. Así que, con tu permiso, tengo cosas más importantes que hacer que estar perdiendo mi tiempo contigo.

Cruel. No había otro nombre para la forma como trató a la pobre muchacha. ¿Acaso se creía el centro del planeta? Dirigió su mirar a la pobre desgraciada. Estaba apenas de pie, las rodillas le temblaban y por sus ojos salían gruesas lágrimas. No era fea, al contrario. Bajita, menuda, tenía un muy bonito cabello negro y lacio que contrastaba con su pálida piel. Y unos grandes ojos verdes que ya quisiera ella tener.

Era guapa, muy guapa. Seguro y más de un chico estaba detrás de su falda. ¿Por qué la rechazaba, Seohyun? ¿Cuál eran sus "expectativas"? ¿Tener hijos por úteros del alquiler? Porque juraría que ni siquiera había visto una revista o en su vida.

-Pero…-La chica quiso hacer un último intento.

Pobre ilusa.

-Te lo dije, no tengo tiempo para perder con tan poca cosa como…

Yoona apretaba sus puños, no podía quedarse a mirar nada más.

-¡Detén tu lengua, Joohyun!-Intervino justo antes que diera la estocada final al corazón de esa pobre niña.-Esa no es manera de tratar a una dama.

-¡Superior Im!-Como pudo masculló su nombre entre las lágrimas y vergüenza.

-Ve a tu clase, linda.-Le pidió la joven de cabellera castaña con una voz condescendiente, mientras le pasaba un pañuelo para que se secara sus lágrimas.-No gastes tu tiempo con ésta.-Dijo señalando a la morena-Apuesto que eres mucho para ella-Le susurró guiñándole un ojo.-Y tú.-Se volvió a su rival, cambiando completamente el tono.-Qué poca educación mostraste hace unos momentos, así no se trata a una mujer.

-Lo mismo digo, espiar no es algo propio de una dama.-Ni siquiera se inmutó por la referencia de Yoona a su educación-¿Qué quieres Im?-Preguntó fastidiada.

-Yo…-Aún estaba indignada por la escena que presencio.-Quería hablar contigo…

-Eso es obvio.-Bufó interrumpiéndola-¿Qué quieres?-Repitió sin ganas de seguir ahí.

-Del proyecto.

-Espera.-La atajó-¿Me seguiste porque se te ocurrió algo para el proyecto?

-No, solamente lo puse como excusa para declararme yo también y te rieras en mi cara ¡Pues lógico que es del proyecto, idiota! ¿O el ordenador te robó las neuronas que te hace pensar que quiero algo más contigo?

-Faltan ocho meses!, ¡Ocho!-Exclamó molesta-¿No pudiste esperar a la salida o cuando entráramos al salón?-Ella contestó sin darle la oportunidad a ella.-No, tuviste que seguirme y quedarte parada espiando lo que hacía.

-Mientras antes terminemos, menos tiempo tenemos que compartir el mismo aire.–la morena asintió para sus interiores, Im no era su persona favorita.-En todo caso, acabo de salvar la vida de esa pobre niña de primero-Espetó con eso que se llamaba "solidaridad femenina".-Creo que si no hubiese interferido, habrías hecho que saltara por la ventana delante de ti y ni siquiera te hubiera importado.-Exclamó eufórica.-Estoy segura que ahora tendrá que ver a un psicólogo para que le ayude a recuperar sus sueños e ilusiones.

-¿Tiendes a exagerar todo lo que haces, vez o escuchas?-Cuestionó consternada.-Como estuviste espiando sabrás que la rechacé inmediatamente. Ella insistió y solamente le hice ver los motivos por los cuales no puedo estar por ella.

-¿Por qué te consideras un ser todopoderoso?

-A ti no te debería importar como me considere ni a quien creo lo suficientemente apto para estar conmigo.

-No, no me importa tu vida. Debe ser de lo más aburrida-Confirmó levemente ruborizada el coraje que le provocaba la veracidad de sus palabras.-Solo que son las personas que tienes a tu alrededor las que me preocupan. Actúas igual que un robot. Y aunque ellos tengan una inteligencia mejor que la de los mortales, se hicieron para servirnos. Quién sabe, algún día el robot Seo Joohyun termine besándome los pies.

Extraordinaria. No en vano era la que le daba batalla a Seohyun en cuanto a inteligencia.

-En tus sueños-le contestó de lo más relajada- La KAIST todavía no está tan decadente como para preferir a las segundonas resentidas como tú.

Contaría hasta mil, hasta un millón si fuese necesario. No le podía responder nada más aunque tuviese que desafiar a su propia naturaleza y tuviese la repuesta en los labios. Ya había hablado demasiado. Debía controlarse un poco pues dependía de esta imbécil para ganar su beca.

-Sólo vine a darte mi idea para el proyecto, déjame hablar y podrás correr a seguir destruyendo los sueños y esperanzas de las personas.

-Habla.-Prácticamente ordenó Seohyun.

-Vine a proponerte desarrollar un nuevo sistema operativo.

Propuso, sin ponerle adornos a su idea, recuperando su entusiasmo característico. Esperaba que el rostro de Seohyun se sorprendiera, que sus pupilas se dilataran y su boca se abriera ante la sorpresa. Pero nada.

-¿Sólo eso?

-Es complicado Seohyun, tendremos que autoeducarnos en el tema, solicitar ayuda teórica y mucho trabajo…

¿Acaso tenía idea siquiera de que tan complejo era desarrollar un sistema operativo funcional y hasta incluso comerciable? Porque su rostro era de petulancia total que daban ganas de sacársela a puñetazos.

-Si quisieras autoeducarte en el tema y hacer algo complicado, hazlo tú. Yo no necesito aprender lo básico.

Lo pensó por un momento, cambiando su semblante notoriamente. Debía admitir que esperaba que Im le dijera algo un poco más retador, al menos para ella. Por lo que ella le explicaría por única vez en lo que quedaba de año escolar que era algo verdaderamente competitivo.

-Por mi parte, quiero desarrollar un nuevo buscador de internet, ya sabes, algo como Google. Con la misma eficacia, velocidad y variedad.-Expuso con simpleza.-Eso se me hace más propio de un proyecto que vaya a llevar el sello Seo.-No podía dejar de lado su arrogancia.

Un buscador más eficaz que Google. ¡¿Acaso se había vuelto loca?

-Por tu expresión asumo que es mucho para ti.-Retó con simpleza.-No te preocupes Im, no me molestaría hacer el proyecto sola y poner tu nombre al final. Nada más tienes que pedirlo.

¡Eso jamás!

-Entonces, está decidido Seohyun.-Ella también tenía su orgullo.

-Los martes y jueves estoy libre.-Indicó la morena los días para trabajar.

-Sí, dos días a la semana, no quiero ser la homicida de tus neuronas por sobre cargarlas.-Ahora le tocó burlarse a Yoona.

-Bien, me parece.-Tendría que mover unas cuantas actividades pero no se iba a dejar todo en manos de una chica tan tonta como ella.-Desde la próxima semana.

-Hecho.-Ella también tenía que reestructurar horarios. Sin embargo, no podía dejar ir la oportunidad de molestar a Seohyun.

-No hay nada más de que hablar.-Señaló cortante la mejor alumna del instituto.-Prepárate.-Aconsejó.-Odio tener trato con incompetentes, cómo pudiste haber notado..

Yoona pudo explotar con las palabras de Ichijouji, pero su intención fue obstaculizada por una media sonrisa que le entregó la joven. Por lo que se vio obligada a verla marchar sin decir una palabra.

Detestaba a Seohyun, siempre se burlaba de ella. A pesar de ser quien le seguía en promedio y conducta. Además, no tenia paciencia, era muy malhumorada y quejica. Nada más había que ver como la trató cuando llegó para interrumpir que siguiera destrozando a esa chica. También le odiaba por callarla y por tener mejores ideas que ella.

Admitía que delante de la propuesta de la genio, su idea parecía haber sido propuesta por un niño de primaria. Sin contar que después de eso, cambió totalmente su actitud. Bueno, no tanto, pero al menos no tiraba tantas ironías y era el tipo de persona que aportaba ideas con tal de ganar el premio y no se conformaba con menos.

Aunque la odie, debe admitir que puede llegar a ser muy útil. Con esa idea, podía tener garantizado el premio y su beca.

Y esa sonrisa al final… hizo latir su corazón un poco más rápido de lo normal.

-¡Odio a Sasabe!-Oyó como una chica que pasaba por sus espaldas le decía a otra.

-Recuerda que del odio al amor solo hay un paso. Terminarás siendo su novia-Le recordaba la otra chica.

¿Del odio al amor solo hay un paso? ¿Novia de Seohyun?

Yoona puso su mano sobre su pecho y no pudo contener la risa que le causaba la sola mención de la idea.

Tonterías…

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La cafetería estaba igual de concurrida que siempre. Risas por un lado, gritos por otro y ocasionalmente hasta un par de llantos solían escucharse. Tiffany suspiró resignada, la vida del instituto tenía sus altos y bajos. Había veces en las que las noticias y revelaciones no paraban por meses, una tras otra; sin embargo, había otras veces en que nada pasaba y todo era aburrido. Al ser los primeros días de clases, las cosas que se oían no eran relevantes. A excepción de los babeos constantes por la profesora de matemáticas, quejas sobre la inspectora Lee y cómo no podría faltar, su repentino rompimiento con Nichkhun.

¿Acaso nadie tenía una vida propia?, ¿Por qué todo tenía que girar en torno a los demás?

La castaña se volvió con fastidio a su mesa, por fin se habían sentado luego de la larga fila que habían hecho por culpa del espagueti que la cafetería ofrecía aquel día. Regresó su vista a Yuri, la cual, estaba revolviendo sus fideos con desdén.

-¿Creí que te morías de hambre?-Preguntó la castaña quemeimportista.

-Y la tengo.-Contestó la aludida.-Es sólo que, está algo extraño, ¿no crees?-Ahora ella interrogó a la castaña, la misma que procedió a probar su plato.

-No tiene ingredientes de la más alta calidad pero, a pesar de eso es aceptable.

La morena se encogió de hombros y siguió comiendo bajo la inquisidora mirada acaramelada de su amiga.

-¿Qué?-Preguntó Yuri.

-¿En serio no sabes por qué Jessica faltó hoy?-Tiffany contestó con otra pregunta.

-Que no.-Era molesto que estén dos veces con lo mismo.-Aunque, no te niego que me gustaría saber.-Expresó con sinceridad.-Digo, necesito culparla por las atrocidades que me han pasado hoy.

-Cobarde.-Molestó Hwang.

-Además, necesito de su ayuda en algo.-Comentó con fastidio.

-Llámala.-Le aconsejó la chica, hartada de las complicaciones de la morena.

-¿No crees que eso se me ocurrió antes?-Cuestionó incrédula y no esperó a que ella contestase.-Recuerda que hoy se me hizo tarde, tengo un calcetín verde y uno rojo, no desayuné y tampoco cogí el móvil por el apuro.

-Idiota, pon el reloj del celular o por último que te despierte tu mamá.-Se burló la castaña mientras revolvía su bolsa de mano.

-Gracias, lo recordaré.-Espetó con ironía.

-Deberías darlas por tener una buena amiga como yo que te dará de su crédito para que le hables a Jessica.-Muy sonriente sacó el móvil con forro rosa y se lo extendió a su amiga.-Mándale saludos a la pequeña de mi parte.

-Lo haré.-Yuri meditó un momento-Voy a usar un texto también.-Informó conchudamente luego de ocurrírsele una idea soberbia de cómo matar dos pájaros con un solo, en este caso, celular.

La morena sacó de su bolsillo un papel, el mismo que observó luego de escribir un más o menos largo texto. Con eso se ahorraría hablar a Taeyeon  sobre el tema y que a su hermana le por querer platicar con ella nuevamente. Enviado, listo, ahora sí llamaría a Jessica.

-Hola.-Una raposa voz contestó la otra línea-¿Qué pasa Fany?

-¿Sica?-Preguntó extrañada la morena.

La chica, del otro lado del teléfono, se quedó sin palabras. Quizá era producto de la fiebre y el dolor de cabeza que la estaban haciendo delirar y pensar que Yuri hablaba por el móvil de su amiga.

-¿Sica, estás bien?

No cabía duda. Era ella. Una sonrisa tímida se asomó por su rostro. Estaba preocupada por ella. Ése era uno de los pocos privilegios que tenía sobre las "chicas" de la morena, en que a ella le interesaba saber algo más de ella que lo que había debajo del brasier.

-Sí.-La joven seguía confundida, eso no ayudaba a su fuerte jaqueca-¿Yul?

-¿Por qué no viniste hoy?-Indagó con un tacto que no tenía, pero tenía que hacer el intento por su amiga-¿Cómo te sientes? No te noto bien.

-No. Tengo un terrible resfriado.-Explicó rápido antes de empezar a toser.

-¿Desde cuándo?-La morena sabía que su amiga era propensa a las gripes y resfriados, además que le daban con más fuerza que a las personas normales.

-Ayer por la tarde.-Contestó ella-¿Pasó algo Yul?

-No, todo ha estado tranquilo.-Mintió a Jessica y pudo ver como Tiffany reía.-Como sea, ¿crees que estarás bien para el viernes por la noche?

-Eso espero.-Contestó al mismo tiempo que sorbía su nariz-¿Por?

-Te necesito.-Dijo con simpleza sin saber que el corazón de Jessica latía a mil por hora.-Mi mamá me pidió que invitara a mi hermana para algo parecido a una cena familiar.-Explicó.-Gracias a Tiffany me acabo de ahorrar hablarle porque le envié un texto invitándola.-Comentó divertida.-Entonces, ¿vendrás?

-Sabes que eso no se pregunta

Aceptó un poco desilusionada, el hecho que Yuri le dijo que la necesitaba un viernes por la noche le había emocionado, como siempre. Pero lo supo disimular muy bien, sobre todo cuando comprobó que era solamente para una cena familiar. Sus deseos recónditos pedían a gritos algo más de la morena, si al final de cuentas, era una adolescente común y corriente.

-Ahora descansa que te necesito repuesta el viernes.-Le ordenó jocosa.

-Vale, adiós.-Era verdad, necesitaba reposo, le dolía todo el cuerpo.

La castaña observó a su amiga colgar el teléfono luego de su plática. ¿Había escuchado bien? Yuri acababa de invitar a Jessica a una cena en la que asistiría su querido capricho. Eso era bueno; no, más que bueno, era demasiado perfecto para ser verdad. Un viernes por la noche, podrían incluso ir juntas a la cena. Lo pensó un momento cayendo en cuenta de la situación.

¿Lo malo? Ella no estaba invitada y, como toda una dama, no podía llegar sin invitación ni tampoco las pedían. Eso iría en contra de las reglas del glamour, por favor. Eso no significaría que se quedaría con las ganas, pues ella tenía sus métodos, pues no podía dejar todo a manos del destino.

A toda costa tenía que conseguirlo. Fijó los ojos de la muchacha al punto de hacerla sentir incómoda.

-¿Qué?

Preguntó la joven Kwon al notar la calculadora mirada de su amiga que iba acompañada de una malévola sonrisa. Las mujeres pueden llegar a asustar si se lo proponían.

-¿Una cena?-Ya había pensado en la forma de lograr su cometido.-Una hermosa cena romántica, qué lindo.-Canturreó con aires soñadores.

-Sí es una cena, pero no tiene nada de romántica.-Repuso Yuri inmediatamente.-Escuchaste lo que le dije, mi madre quiso invitar a mi hermana a cenar y yo invité a Sica.

-Pero siempre invitas sólo a Sica.-Empezó a jugar con un mechón de su cabello como quien no quiere la cosa-¿Será acaso que ahora la presentarás a tu familia como tu novia oficial? ¿Cuándo nos pedirás permiso a nosotras para que andes con nuestra amiga?

-¡Por supuesto que no es mi novia!

Protestó la morena con un leve sonrojo. La castaña encontraba hasta dulce ese detalle. La chica de podía ser tan tierna en ocasiones. Lástima que no tenía una cámara a mano.

-¿Por supuesto que no qué?-Una recién llegada Yoona se sentó junto a Tiffany con su bandeja en las manos.

-Nada.-Hwang se adelantó a la morena.-Simplemente que Yul va a tener una cena romántica con Sica el viernes por la noche.

-¡¿En serio?-Como era de esperarse Yoona chilló.

-¡No!

Exclamó velozmente la morena. Si Yoona se enteraba de las conjeturas de la diva de la preparatoria, su lengua no pararía hasta la próxima era del hielo.

-Pero Yuri, no es necesario.-Replicó Tiffany con educación.-Si quieres estar a solas con la pequeña no molestaremos. Necesitan privacidad.

-Es una cena en mi casa, con mi mamá, mi hermana y ustedes.-No pudo evitar sonreír de medio lado al creer que había vencido a su amiga en su propio juego.-Las estaremos esperando, no falten.

-Vivo en el piso de abajo, no faltaría ni aunque fuera el fin del mundo.-Señaló Yoona con energía.-Gracias, Yuri.

-Sí, gracias Yuri. Eres un sol.-Tiffany imitó el gesto de su amiga ladeando una sonrisa oculta entre sus manos, agregándole un poco de coquetería a su gesto.

Las cosas habían salido tal y como ella esperaba, como toda princesa. No era nada novedoso para ella hacerlo a esa manera. Siempre había sido así, en su infancia conseguía lo que quería solamente con unas cuantas lagrimitas de cocodrilo. Si no le gustaba la comida, mandaba a preparar otra; si la ropa no era de su talla no hacía que la cambiasen, sino que compraba otra prenda. Ni que hablar si le daban la Barbie equivocada.

De niña conseguía todo con un llanto, en los albores de la pubertad le bastaba con una rabieta, y ahora, de diecisiete años, hacía gala de sus dotes que había aprendido con los años para conseguir lo que le apeteciera de la manera más fina y sutil. Logrando una invitación a cenar de la manera más educada posible.

Ahora no podía esperar que sea viernes, para cenar con su hermosa profesora.

______________________________________________________________________________

La semana había pasado volando. Y como buen viernes que era, las carreteras estaban colapsadas. Sin mencionar el calor que empezaba a hacerse cada vez más intenso, presagiando que este día primaveral sería peor que uno veraniego. La columna de coches se movía milimétricamente causando desesperación para las personas dentro de los mismos.

Y era algo que estaba a punto de volver loca a Sooyoung. La paciencia no era una de sus virtudes.

-¿Es en serio?-Preguntó sin atisbo de querer calmarse la rubia a la cual estaba a punto de estrangular en el asiento de copiloto.-Creí que dijiste que estaríamos ahí pronto si salíamos antes de la escuela.

-Creo que faltaban diez minutos para la salida normal.-Le recordó la castaña.-Porque alguien decidió dejar hecho todos sus pendientes para el lunes a pesar de tener todo el fin de semana para hacerlo.

-Tenía que hacerlo, para tener el fin de semana libre.-Explicó la inspectora Lee.

-¿Para verte con un amante?

Insinuó pícara la profesora Jung, a pesar de saber que la respuesta sería una absoluta negación. Nadie en su sano juicio saldría con una fea y amargada solterona como ella. Si no hubiera sido por la necesidad, no la habría invitado al estadio ni en mil años.

-Por supuesto que no.-Bramó molesta.

-¿Entonces? Tenías el fin de semana libre para hacer tus pendientes.-Espetó.-Solo las niñas de escuela hacen todo el viernes para poder jugar el fin de semana.-Explicó-¿No has escuchado el dicho "No hagas hoy lo que puedes hacer mañana"?

-Creo que en tu caso sería más bien "No hagas hoy lo que tampoco vas a hacer mañana".-Corrigió a su acompañante.

-¿Cómo sabes que no hago las cosas?

-Porque nunca me entregas tu papeleo, ni los informes cuando los solicito, Jung. Siempre tengo que esperar tres o cuatro días después.-Masculló enojada, recordando que siempre estaba todo en la escuela siempre estaba atrasado por culpa de ella-Pero no nos desviemos del tema, ¿Cuándo crees que saldremos de este embotellamiento?

-Créeme cuando te digo que estoy igual de desesperada que tú porque eso ocurra.-Indicó resignada, luego de tocar la bocina del auto sin resultados-¡Demonios!

-Sabía que no debí haber aceptado tú propuesta.-Se quejaba por lo bajo Sunny.

-No sé qué tanto haces con tu "preciado tiempo libre". Con ese genio, no habrá nadie quien te aguante todo el fin de semana-Sooyoung comentó convencida de sus palabras y por el retrovisor captó a la mueca de disgusto que formaba el rostro de su colega laboral.

-Tú qué sabes, Jung.-Refutó de vuelta.-Además, lógicamente nunca me buscaría a una tipa como tú para fraternizar o…-Se detuvo al momento que se percató que la castaña junto a ella corría el asiento para atrás y sin prestarle atención siquiera empezaba a quitarse la camisa azul que llevaba-¡¿Qué demonios crees que estás haciendo?-Preguntó exaltada.

-Cambiándome.-Contestó la aludida con simpleza luego de sacar su cabeza de la camiseta-¿No es obvio?-Preguntó señalando su torso tan solo cubierto por el sujetador.

-S…si.-Tartamudeó regresando a ver en todas las direcciones posibles.-Pero acaso no te das cuenta que estamos en plena vía pública.

Cuestionó horrorizada viendo a través de los orificios de los dedos el bien trabajado abdomen de Sooyoung. No en vano era profesora de gimnasia. Su sonrojo era notorio.

-¿En serio es eso y no otra cosa?-Preguntó pícara, acercándose a ella-¿O es que te pone nerviosa mi cuerpo, eh?

-E-En lo absoluto, exhibicionista de cuarta.-Soltó perturbada por la acusación.

-¿Segura?-Preguntó insinuante

Sunny observó de cerca a la castaña, que aún no se colocaba la camiseta, y la estudió detalladamente. Pudo apreciar como su labio inferior era fuertemente mordido por sus incisivos superiores. Estaba claro, se burlaba de ella y que estaba disfrutando con su nerviosismo.

-Idiota.

Y como si fueran palabras mágicas. La columna comenzó a ceder y luego de un par de maniobras algo suicidas, cabe recalcar, Sooyoung logró estacionar el vehículo exitosamente.

-Está bien por mí que tú y todos las demás personas, piensen que nunca tendré pareja, algo que por cierto no necesito, pero no es motivo ni para que te burles de mí o para que intentes asesinarme.-Se quejó molesta, muy molesta, mientras salía del auto.

-Sunny…-Sooyoung salió del coche aún semidesnuda de la cintura para arriba, reconoce que tal vez, se le pasó la mano en el coche al decirle tales cosas. A burlarse de su, desde su punto de vista, inevitable futuro como solterona.

-Señorita Lee.-Corrigió inmediatamente dándole cara.-Y por favor, vístase.-Pidió con actitud estoica e impasible.

La joven de altura obedeció como si fuera otro más de sus estudiantes del colegio. Procedió a colocarse su camiseta naranja oficial de los Gangwon para luego alcanzar a su compañera de trabajo.

-Gracias.-Fue lo único que musitó la profesora.

-De nada.

-Aunque no sé qué debería de agradecer. Es la mínima norma de educación.

Caminaron un poco, hasta llegar a las extensas colas para entrar al partido. Era increíble la afluencia de gente que había ya en la tarde, siendo que el partido empezaría en la noche. Viéndolo así, la única manera de llegar a tiempo al partido hubiese sido acampando la noche anterior.

Sooyoung regresó a ver a su acompañante, iba callada y seria. Siempre tenía la cara de culo, pero ya estaba acostumbrada a oír sus continuas quejas hasta por la paz mundial o porque no tenía motivos para gruñir. Tendría que tener de paciencia de santa; de lo contrario, se le olvidaría que era una mujer. Era insufrible. No pasaba su carácter ni con vaselina.

-Tenemos los boletos, ¿verdad?-Fue más una afirmación que una pregunta por parte de la rubia.-Deberíamos de poder hacer la fila para entrar.

-Si, claro-¿Iba a pasar quién sabe cuántas horas junto a una Sunny más amargada de lo normal?, moriría. La miró por el rabillo del ojo, ¿Qué tan raros se los vería?

Ella, con su vestido negro que le llegaba a las pantorrillas y por dentro un suéter blanco que casi le cubría las manos. Su cabello mal recogido y su rostro algo grasoso por la temperatura del día y sin un ápice de maquillaje. ¿Quién iba a así a un partido de soccer? Cualquiera le diría que quedaban meses para la fiesta de Halloween.

La alta, por su parte con sus cómodos jeans y la camiseta del equipo de su pasión. No es que a Sooyoung le molestaran las apariencias excesivamente y como mujer que era nunca había se había fijado en eso. Claro que tampoco había salido con alguien que se arregle menos que ella.

-Mi boleto.-Pidió la joven de menor estatura extendiendo la mano para recibir el pedazo de papel, sin siquiera voltear a verla.

-Espera un momento.-Exclamó la profesora de gimnasia empezando a desaparecer entre la multitud. Ya se le había ocurrido algo para hacer la paz.

-Jung…-Apenas pudo decir su nombre, pero la joven ya había desaparecido. ¿Dónde iría?

Pasaron pocos minutos cuando pudo divisar la profesora caminando sonriente entre la multitud, parecía una niña a la cual le había obsequiado un dulce.

-Ten.-Dijo Sooyoung extendiéndole la bolsa que traía en sus manos.-Ábrela.-No podía evitar ensanchar su sonrisa conforme la mujer abría la funda de papel.-No te culpo si caes enamorada de mi inmediatamente, sería algo muy normal.

-Oh.

Fue lo único que exclamó Sunny mientras admiraba y sostenía entre sus manos la hermosa remera azul de su equipo, los Daegu. Por esta vez ignoraría sus comentarios inmaduros de su atolondrada colega.

-¿"Oh"?-La joven estaba indignada-¿Sabes cuantos se rieron de mí por tener una camiseta del Gangwon y comprar otra de Daegu?, ¡Casi me linchan!-Relató sorprendida-Y lo único que tu dices es "Oh"

-Es que, ya tengo ropa.-Explicó la muchacha mirando sus prendas.

-¡Pues sácate ese feo suéter y ponte la camiseta!-Dijo como si fuera obvio ganándose una mirada muy asesina por parte de la rubia.-No es que me llame la atención tu cuerpo así como a ti el mío.-Vio que Sunny pretendía protestar pero se adelantó calmándose.-Póntela encima, así tapas de paso el anticuado vestido.

-Deja de burlarte de mi ropa.-Ordenó la rubia.

-Ni mi abuela se viste así.-Contestó la castaña-Vámonos.-Apremió aún molesta porque ella parecía no conformarse con nada.

-Gracias.-Murmuró bajito.

La joven la miró por el rabillo del ojo y sólo asintió a su agradecimiento.

-Te sienta bien.-O por lo menos tapaba sus feas prendas.

Entregaron los boletos y se dirigieron a hacerse lugar entre la hinchada.

-Por aquí.-Ambas dijeron al unísono pero señalando diferentes direcciones, ella señalaba la barra azul y la alta la naranja.

Se regresaron a ver y sus ojos, lanzaron chispas.

Y eso que apenas, habían llegado al estadio, aún les restaban horas para el partido.

____________________________________________________________________________

Ya llegaba al muro, giraba en el agua y se impulsaba con los pies para emprender su regreso a la línea de partida. Sacaba la cabeza para respirar y para constatar que ya se habían marchado todas las chicas. Esbozó una sonrisa en el agua, era viernes, hoy cenaría con Taeyeon. Sus amigas y su "suegra" también estarían. Pero lo que le importaba a ella era que su y profesora de matemáticas se encontrase presente también.

Sacó la cabeza del agua y constató su soledad. Sin embargo, la luz en el vestidor de estaba prendida. Taeyeon seguía ahí, no se había ido.

Se relamió los labios. Perfecto.

-Ya se me hizo tarde.

Escuchó que la rubia murmuraba mientras se colocaba su reloj de muñeca y alzaba la cabeza quedando frente a frente a la castaña.

-Hwang…-Susurró su nombre-¿Qué hace todavía aquí?

-Estaba dando mi última vuelta antes de irme.-Contestó manteniendo el perfil bajo que mantenía cerca de la rubia.-Me cambio en un momento y nos vamos, profesora Kim.

-Hoy no puedo acompañarla, señorita Hwang.-Indicó presurosa-Pero me parece bien que se apresure ya que se está haciendo tarde y…

Se sentía indignada. Siempre obtenía lo que quería y ahora la rubia frente a ella trataba de boicotear sus planes sin saberlo. Se había dicho que mantendría el papel de niña desvalida. Pero ella le acababa de hacer un desaire.

Imperdonable.

-Si está de apuro creo que debería marcharse ahora profesora-Apremió ahora Tiffany, aún con un semblante apacible no siendo igual su voz que estaba marcada con la mordacidad del orgullo herido y conteniendo las ganas que tenía de hacer un berrinche en esos momentos.-No quiero que se retrase por culpa mía.-No pudo evitar que lo último sonase como un reproche.-Hasta mañana profesora Kim.

Como toda una dama y con la cabeza en alto, giró en sus talones encaminándose a los vestidores. Estaba molesta, ahora su careta de niña buena, que llegaba convenientemente junto a su amable profesora, se iría al piso al igual que la oportunidad de hablar más con la rubia. De conocerse.

Sus planes de premura fueron cortados por su reciente enojo, tomó una corta ducha, por suerte su gorro mantuvo su cabello a salvo y no hubo necesidad de lavarlo. Supersónicamente se vistió con una falda de jean con vuelos de encajes en color verde pastel y una blusa negra sencilla pero que se amoldaba a sus curvas haciéndola lucir con una apariencia casual, pero a la vez sensual.

Sensualidad que pensaba usar en el trayecto a casa de Yuri con la rubia.

Se miró en el espejo conforme aplicaba su crema para el cabello rizando sus ondas castañas y observó su reflejo. Lo que observaba ahí no era la rabia que hubiese querido encontrar, sino más se notaba la desilusión. Desilusión porque no había podido caminar junto a una de las pocas personas que realmente la escuchaban en su vida, a excepción de sus sirvientes, los cuales únicamente acataban sus órdenes.

Sacudió su cabeza, sus rizos estaban perfectos al igual que toda ella, como siempre. Cogió su bolsa y se dispuso a salir de la piscina cubierta y encaminarse a la residencia Kwon.

-Vaya, ¿Quién diría que nos encontraríamos con la princesa Hwang a estas horas de la noche?

Una voz femenina habló a sus espaldas haciendo que regrese a mirar. Delante de ella estaban tres jóvenes chicas que la miraron de pies a cabeza.

-¿De cacería, Hwang?-Habló la cabecilla del trío delante de ellas. Alguien desgraciadamente conocida para Tiffany.

-Kang.-Saludó la castaña, llamándola por su apellido a fin de mantener las distancias.-¿Viniste a recordar viejos tiempos?

Kang Sora había sido su rival desde que entró al instituto. La muchacha era un año mayor a ella, por lo que ya se había graduado. Sin embargo, a pesar de la diferencia de edad, Tiffany barrió el piso con ella llegando a humillarla en múltiples ocasiones en competiciones a nivel intercolegial y regional.

-Sí, me entró nostalgia de mis días de nadadora y pasamos a dar una vuelta por la antigua sede de competencias.-Comentó como quien no quería la cosa.-Incluso esperábamos ver algún entrenamiento pero parece que es muy tarde.

-Así es y ahora si me disculpas, voy con prisa.-Emprendió su marcha pero fue abruptamente detenida y acorralada por las universitarias-¿Qué?

-Este año mi hermana te humillará por las veces que tú lo hiciste con nosotras.

-No es mi culpa ser mejor nadadora que tu.-Espetó decidida.-Y dices tu hermana, ¿Joy?, no me hagas reír, ella ni siquiera pasó a las preliminares el año pasado. Y Nichkhun terminó con ella para estar conmigo, no tengo culpa de eso.

Joy había sido novia de Nichkhun antes que ella, no habían durado mucho pero Kang se obsesionó con el rubio y no tomó muy bien la ruptura y mucho menos que la cambiase por quien barría el piso con el apellido de su familia en natación.

-Este año será diferente.-Sentenció con seguridad.-En cuanto a Nichkhun…-Una malévola sonrisa se coló en su rostro, haciendo una pausa dramática.-Mira como es la vida, permíteme expresar mis condolencias por el engaño de tu novio.-Ironizó la antigua contendiente de Tiffany.

-Terminamos en buenos términos.-Mintió la aludida, no tenía por qué darle explicaciones a esa víbora.-No hay nada por qué dar condolencias.

-Sé de muy buena fuente que Nichkhun mantuvo una relación con esa chica de las fotos cuando aún era tu novio o al menos tú lo considerabas así.

-Eso no es…

-¿Cierto?-Completó burlesca.-Si, lo es. La chica se llama Fei y mi prima es amiga de ella. Estuvieron juntos apenas un mes después de que dejó el país y ya lleva casi un año allá, ¿verdad?

-Amor de lejos, amor de pendejos.-Aprovechó para burlarse una de las acompañantes de Kang.

-Su alteza Tiffany Hwang fue vilmente engañada por su perfecto novio.-Canturreó Sora acercando su mano al rostro de la joven.-Te entregaste a él ¿verdad?-Era más una afirmación que una pregunta.-Y él te engañó como a una cualquiera, que es lo que eres

Se mordía los labios para no llorar. Antes muerta que verse humillada por estas tres resentidas que no le llegaban a la suela de los zapatos. Sin embargo, se sentía diminuta y sola. Como siempre. Porque sus amigas la ayudarían, aunque nunca podría callarlas definitivamente. Su única protección era y sería su disfraz de diva, al cual todos admiraban o envidiaban, pero jamás era pasado por alto.

O eso era lo que erróneamente pensaba. Ahora ya no se encontraba tan sola.

-No es algo muy bonito ver alumnas de universidad molestando a una chica de instituto.

Las cuatro chicas se tensaron al saberse acechadas por una voz femenina y de inmediato las mayores se alejaron de Tiffany. Logrando divisar a la mujer que se acercaba a ellos. De las sombras emergió una rubia al cual la castaña reconoció inmediatamente.

-Profesora Taeyeon…

Las chicas se sobresaltaron al escuchar la palabra "profesora" delante del nombre de la hermosa rubia.

-Supongo que se verá muy bien en sus reportes universitarios el agregar que molestan a alumnas de instituto con los uniformes puestos.-Amenazó la rubia hablando de manera gélida y refiriéndose a las sudaderas que vestían las muchachas.

Había regresado a por sus llaves del departamento y lo que encontró fue a tres alumnas alrededor de una más pequeña y menuda que rápidamente reconoció era Hwang. No sabía de qué hablaban, pero lo que escuchó decir a una de las agresoras hizo que le hirviera la sangre. La llamaron cualquiera y lo certificaron mientras ella a pesar de no dejar de fruncir el ceño parecía un cervatillo indefenso entre las fauces del lobo.

-Vámonos.-Indicó Kang desapareciendo del lugar rápidamente.-Pobre Hwang.-La escuchó burlarse a lo lejos.

Le restó importancia, limitándose a negar con la cabeza ante aquel reprochable comportamiento, y se acercó a su alumna. Estaba molesta, lo podía notar por la fuerza que ejercía en sus puños al tenerlos tan apretados. Acercó su mano al pálido rostro de ella, pero antes de siquiera hacer contacto, la castaña la alejó con su mano encarándol.

-¿No tenía un asunto importante que atender?-Preguntó estoica y digna.

Las palabras de las jóvenes le hirieron y enfurecieron, sobre todo porque no puede asegurar que lo que hayan dicho sobre Nichkhun fuese mentira ni tampoco pudo refutarles el hecho de haberse entregado a él. Se siente tonta, después de todo, si había sido muy tonta.

Lo más probable que el lunes Joy esparciría el altercado ocurrido entre la hermana mayor y ella. Maldición.

-Se me olvidó algo.-Habló la rubia-Pero, ¿estás bien?, ¿te hicieron algo?

Escuchó como Taeyeon hablaba luego de haber repelido su gesto. Cuando la había visto asomarse, tenía una mirada felina asesina y ahora lo que veía en sus ojos era genuina preocupación. Sin duda, no era una profesora común y no solamente pensaba por su carita bonita.

-No, nada.-Dijo rápidamente recuperando la compostura.

-¿Por qué te molestaban esas chicas?-Quiso saber la maestra.

Porque su novio había sido un canalla que le había puesto los cuernos aún cuando ella se había entregado en cuerpo y alma, creyendo estúpidamente que era el amor de su vida. No podía decirle eso, se moriría de la vergüenza.

-No le quito más su tiempo, así que me voy.-Evadió la pregunta y siguió caminando.

-¡Espera Hwang!-Gritó llamándola puesto que ella se iba. Entendía que no le diría nada y no la presionaría para que lo hiciese.-Dame dos minutos y te acompaño a casa.

Odiaba atrasarse más a su cena familiar, ya casi era la hora y con ir a dejar a Hwang ni aún tomando un taxi llega a tiempo.

-No se moleste.-Ahora era ella la que pedía unos minutos para acompañarla. Ironías de la vida.-Como ya le dije, no le causaré molestias.

-No es una molestia, insisto.-Trató de detenerla tomándola del delgado brazo.-Déjame acompañarte.

Una chica como ella no debía andar sola y desprotegida, menos con esos trapos. Las niñitas de hoy. Las de su época se tapaban un poquito más.

-No voy a mi casa.-Volteó su rostro para ver a la rubia que aflojaba su agarre.-Tengo un compromiso al cual debo asistir. En todo caso, se lo agradezco.

Sin decir más se liberó del delicado agarre y empezó a caminar hasta llegar a la calle principal y girar a la izquierda. Taeyeon por su parte, solo pudo observarla marcharse a paso apresurado, dejándola con la mano extendida y muy a su pesar preocupada.

¿Era ésa Tiifany Hwang? Una joven que era más fuerte de lo que su cuerpo mostraba y más débil de lo que quería aparentar. En un momento, era una frágil y perfumada rosa: bella, única y esplendorosa; y al instante, era una rosa en medio de la tempestad. Si te atrevías a tocarla, sacaba sus espinas dispuesta a protegerse y atacar.

Muchas veces en su vida se había sentido incapaz. No había podido proteger a Yuri de las burlas de los demás niños, logrando únicamente que la odiase; no había podido expresar sus inmensurables sentimientos a Miyoung, creyendo que ya habría "mucho" tiempo para eso; ni ella misma había podido escapar de la soledad, imponiéndose un autoexilio que provocó más daño que beneficio.

Pero ahora tenía que ser diferente. Por algo Tiffany Hwang se había cruzado en su destino. En pocos días, había comprendido que ésta era su oportunidad de hacer las cosas bien. Porque ella no tenía que terminar como un lobo solitario aullando con la luna llena, igual que si misma.

No, tenía que mantener esa belleza tan resplandeciente. De una rosa que brillaba a la luz del sol.

______________________________________________________________________________

Respiraba agitadamente frente a la puerta, la cual aún no se había atrevido a tocar. Se irguió, acomodó su vestimenta y las orquídeas que compró para su madre. Acercó su dedo al timbre pero vaciló en tocarlo, se sentía extraña y nerviosa por ver a su progenitora después de tantos años.

Hasta vergüenza tenía. Sin embargo, se atrevió a tocar el timbre, esperando que su madre no estuviese tan molesta con ella y que algo le quedara de cariño después de ser tan ingrata. Escuchó como unos rápidos pasos se acercaron a la puerta.

-¿Taeyeon?-Parecía como si su madre ya hubiera tenido decepciones frente a la puerta confundiéndolas con su persona.

-Hola mamá.-Saludó apenada la rubia mayor estando frente a su madre-¿Cómo estás?

Kwon Boa, su madre, se abalanzó a ella y la estrechó en un abrazo. Aun lucía igual que como la recordaba. Hermosa y apenas avejentada.

-¡Hija mía!-Se alegró de tenerla nuevamente entre sus brazos-¡Que alegría por fin tenerte aquí! Pensé que no vendrías.-Confesó exteriorizando su temor, quebrándosele la voz por momentos.-Pero mira qué guapa estás, cuánto has crecido.-Lo último sonó nostálgico.-Hace tanto tiempo que no te veía.-La rubia cayó en cuenta que su primogénita estaba en la puerta y no se movía.-Que tonta soy, entra hija, por favor.-Pidió retirándose de la puerta, borrando algunas de las lágrimas que estaba derramando.-Tenemos tanto que hablar, todas estaban esperando.

-¿Todas?-Cuestionó confundida.

Se suponía que sería una reunión íntima, con ella y su hermana. Dudaba que su padre hubiese sido invitado después de todo lo que había pasado entre ellos. ¿Entonces quién sería?

De repente, escuchó risas en el comedor. Sin duda eran más personas de las que se refería a su madre. Fue al pequeño comedor, donde provenían las fuertes carcajadas de su hermana menor.

-Buenas noches.-Saludó con todos.

-Buenas noches, profesora Kim.-Contestaron las voces al unísono.

Estaba segura que no esperaba encontrarse con las tres personas extras que estaban en su casa y que saludaron con ella. Su boca de pez lo evidenciaba. Tal vez la presencia de Jessica no le sorprendía mucho, incluso Im. Pero la gran sorpresa era la que había detrás de su alumna con sonrisa mas escandalosa.

Oh, no. Aquí íbamos de nuevo.

Tiffany Hwang, la pequeña rosa con espinas del instituto. No tenía idea cómo, pero siempre se veía envuelta en una extraña confusión interna cada que se encontraba con esa enigmática estudiante a donde quiera que fuese.

Algo le decía que esa vez, no sería la excepción. Como había dicho, era parte de su destino.

¿Continuará…?

______________________________________________________________________________________

Lo se, tarde demasiado para actualizar pero como ya les habia dicho en el capitulo anterior iban a necesitar tenerme paciencia u.u, estuve en final de semestre y de verdad que este ha sido el semestre mas horrible de toda mi vida estudiantil, incluso en dos ocasiones pense dejar todo botado PERO! por suerte todo salio bien, voy a intentar actualizar durante estas vacaciones ya que voy a estar un poco mas libre, gracias a aquellas personas que se toman el tiempo de comentar y sucribirse, espero esta historia les este gustando tanto como a mi me gusto mientras la leía, sin mas nos leemos en el siguiente capitulo.

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Comments

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Itaenylove
#1
Chapter 4: Actualiza plsssss
Realmente es muy buena esta fic ✨
Skyth06
#2
Sigo esperando está historia ^^
Skyth06
#3
Actualizaaaa
mylifeisabeauty #4
Chapter 4: Creo que ya llevas un buen tiempo sin actualizar, pero porfavor actualiza!!! Esta historia esta hermosa hasta ahora... Porfavor actualiza enserio!
2597611 #5
Chapter 4: Que interesante ¡me gusta! Actualiza pronto please !!
LectoraLemon #6
Actualiza porfass
lisbethmd #7
actualiza por favor la historia me encanta
TUCKY93 #8
Chapter 4: *u* sigue xfis!!!! Me encanta :)
_MAX_KWON_JUNG_
#9
Chapter 4: wowwwwwwwwwwwwwwwwwww es realmente espectacular esta historia sharon no debes ser tan mala gente esta buenisima