Capítulo II: Destinos Entrelazados.

X+Y= ¿Amor?

Esa la sabía, ¿Cómo no? Era tan sencilla, se escuchaba sencilla. Pero entonces ¿Por qué no la responde?

 

-¿X más Y?-Preguntó regresando a ver a la rubia, la cual asintió con una sonrisa , poniéndola aún más nerviosa. No pudo evitar regresar a ver a Yoona con súplica, esperando que si es una respuesta breve y sencilla como cree, su amiga pueda ayudarla.

 

-Es absurdo que pregunte eso profesora-Saltó Yoona a la defensa.

 

-¿Por qué es un absurdo, señorita?-Preguntó la rubia sorprendida por la reacción de la joven de peculiar sonrisa.

 

-Porque lo es.-Contestó segura.- X más Y no es nada, además de X más Y.-Repuso decidida.-Son dos variables sin valor determinado, que al sumarlas, simplemente quedan igual a la proposición anterior. Eso es algo de alumnos de primer curso. Por eso dije que era absurdo.

 

-Correcto señorita…-Revisó su lista.-Im.-Reconoció.-Toda su explicación tiene bases y fundamentos, se nota que es una entendida del tema. Sin embargo, usted misma lo dijo.-Se puso de pie y empezó a recorrer el aula de clases.-Si le hubiera hecho esa pregunta a un alumno de primer curso me le hubiera sabido contestar sin ningún inconveniente, ¿Por qué no lo podría hacer un alumno de último año?-Explicó su punto sagazmente.

 

-Lo último que vimos el año pasado con la profesora Lee fueron funciones, gráficas y…

 

-Con lo conocedora que es acerca del tema señorita Im, también tendrá presente que las matemáticas siguen una línea de continuidad.-Interrumpió a la abogada defensora de la castaña.-Si es que usted olvida algo tan sencillo como suma de variables, hace que me cuestione su conocimiento acerca de gráficas.

 

Yoona estaba molesta. De un momento al otro la belleza de la profesora se fue al piso luego de corregirla de esa manera. ¡La profesora Lee nunca la contradecía, siempre la felicitaba! A parte que no ayudó a disminuir su enfado escuchar las risillas tras de ella, pertenecientes a cierta joven de cabellos azabaches que la miraba con burla.

 

Si Yoona estaba molesta, Tiffany estaba a punto de estallar. Por si fuera poco tendría que aguantar el resto del día murmuraciones de las personas por su rompimiento para que ahora también lo hagan por haber quedado en ridículo ante la súper y profesora de matemáticas. Frunció el ceño molesta, ella estaba pensando en un plan de seducción efectivo con una mujer mayor y guapa como ella, y la condenada le sale con una pregunta retórica que la hace quedar mal delante de todos.

 

Bueno, nunca se le habían dado las matemáticas, sin embargo reconoció que hubiera sido mejor que Yoona no hubiera saltado a defenderla.

 

La rubia no pudo evitar regresar a ver la divertida expresión en el rostro de la castaña. Sonrió con ternura, ¡Dios! Era sorprendente lo parecida que era con Miyoung. Cuando ella cometía algún error o se molestaba por algo ocultaba su cara entre sus piernas, contra la almohada o cualquier cosa que estuviera cerca de ella para evitar que la vieran con el ceño fruncido y la nariz arrugada. Tal vez se excedió un poco en su pequeña revancha por hacerle decir que era viuda, quizá debería animarla.

 

-¿Está bien, señorita Hwang?

 

Si la tierra puede tragarse a una persona, que no tenga piedad de ella y la sumerja hasta los confines de la misma, no le importa si llega a conocer el universo desconocido que Julio Verne describe en sus historias y es tragada por un dinosaurio. Detesta que sientan lástima por ella.

 

-¿Por qué no lo estaría?-Forzó una sonrisa, tal vez era contraproducente para su reciente capricho por tener a la rubia y tener que hacerse la niña buena, pero no podía evitar cubrirse con su capa altanera.

 

-Por nada.-Dijo la rubia sin más. Retirándose de enfrente de ella mientras seguía dando las indicaciones de cómo trabajaría con ellos este nuevo año hasta que la campana sonó.

 

El resto del día sería un infierno, vaya manerita de empezar el año.

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-Lunes, miércoles y viernes.-Repitió los días que marcaba el calendario de las prácticas de baloncesto-¡Bien! Nuevamente no interviene en nuestros viernes.

 

-Eso parece.-Contestó Jessica sonriendo al ver que ella aún recuerda que los viernes eran de ellas y de nadie más. Luego del baloncesto, nada de amigos, citas o celulares. Sólo juegos, música, películas y comida chatarra. Era raro que, a pesar de no ser nada extraordinario como para emocionarse, le entusiasmaba la idea de pasar con su amiga un año más.

 

-Mi mamá me preguntó que cuando ibas a visitarnos. Así que, ¿Qué te parece si es que el primer viernes en mi casa?-Preguntó totalmente despreocupada la morena.-Le diré que prepare el guiso que tanto nos gusta.-Como era su costumbre, pasó la mano por los hombros de su mejor amiga-¿Qué dices?

 

-Digo que te alejes de Jessica.

 

Una escandalosa y molesta voz  intercepto a la pareja de amigas, haciendo que se voltearan. Jessica ruborizada; y Yuri, no podía estar más divertida.  Ambas conocían esa voz a la perfección.

 

-Yoon-Soltó falsamente desafiante-¿Qué tal?

 

-Kwon.-Contestó la castaña clara tras ellas.-Te dije que la soltaras.-Insistió amenazante.

 

-Yo abrazo a mi amiga cuando quiera. Porque que yo sepa, Yoon no está saliendo contigo, ¿o sí?-Se dirigió a la chica un tono juguetón con el sólo propósito de burlarse de Bora, cosa que logró muy fácilmente.-Sica, ¿cómo le ocultas a tu mejor amiga algo tan importante?-añadió casi sin aguantar la risa por la situación.

 

-N-No digas tonterías, Yul.-Susurró la castaña incómoda por cercanía que la morena ejercía sobre ella.

 

No era desconocido para nadie las rivalidades entre Yuri y Yoon Bora, aunque el interés de la morena era más para hacer picar a la castaña que por la competencia en sí misma. Eran las capitanas de los dos clubes más populares de la preparatoria, por lo que era frecuente verlas discutir.

 

-¿Cómo te fue en las vacaciones, Bora?-Preguntó risueña, mientras se soltaba del agarre de Yuri para tratar de templar el ambiente.

 

-Muy mal.-Exageraba, como de costumbre, mientras se acercaba a la castaña y tomaba sus manos entre las propias.-Fue un suplicio no verte todos los días, ¡Jessica!

 

Abrió sus brazos para estrechar a su amada, pero cuando quiso hacerlo, ella ya había vuelto a los brazos de la morena.

 

-Dado que Sica dijo que no salía contigo, no tienes derecho a abrazarla…-Guardó un silencio dramático.-Mientras tanto, se quedará aquí conmigo.

 

-Maldita Kwon.-Susurró la castaña al ver la sonrisa de victoria de la morena y el rubor en las mejillas de la castaña

 

Para nadie era un secreto que Bora deseaba obtener más victorias que la capitana de baloncesto, puesto que tenía la infantil creencia que de este modo se ganaría el corazón de la  "mejor amiga" de Yuri, de la que se había enamorado a primera vista. Las más chismosas incluso iban más allá, cotilleando que se había metido al club de soccer solamente para conseguir el favor de la hermana de Jessica y entrenadora del equipo.

 

Bora no podía comprender cómo una tonta como Yuri atraía a alguien tan puro como embargo no planeaba dejarse ganar, no en eso, no en ella.

 

No iba a perder a Jessica Jung ni mucho menos dejarla a merced de una playgirl como ésa.

 

-Aquí están los horarios del equipo de soccer, Bora.-Uno de sus compañeros de equipo la obligo a voltear y, como capitana, debía hacer acto de presencia debido.-Una cosa más, Kwon.-Se regresó a ver a la morena-Este año no solo el equipo de soccer hará la mejor participación en los intercolegiales, sino que Jessica será mía y voy muy en serio con eso.

 

Yuri rodó por los ojos. Cuando la castaña se alejó lo suficiente de las jóvenes, la capitana del equipo de baloncesto aflojó un poco su agarre de su amiga y negó con la cabeza sonriendo.

 

-¡Ja! Mi equipo volverá a hacerse con el oro este año.-Bufó molesta, Bora era ese tipo de persona que lo podía irritar con solo abrir la boca.-Y solo para cerciorarme, ¿no te gusta Bora este año tampoco verdad? Digo, para no burlarme tanto de ella.

 

-Claro que no.-Contestó rápidamente, ella veía a la azabache como su amigo y le encantaría que ella y Yuri pudieran llevarse bien, pero eso era muy difícil.

 

-Entonces tampoco nos aburriremos este año.-Sentenció para darle una mirada cómplice a Jessica, quien correspondió.

 

-¡Yuri Unnie!-Unas voces chillonas llamaron la atención de la morena y la castaña, que regresaron a ver para encontrarse a las menores, que según recordaban, deberían estar en segundo año actualmente.

 

-Les sentaron bien las vacaciones, chicas.-Halagó Yuri, al mismo tiempo que soltaba a su amiga como si quemara y se empezaba a alejar dispuesta a coquetear con las chicas.

 

Jessica la observó resignada, Yuri solo pretendía ponerse celosa de ella cuando Bora estaba cerca y quería fastidiarla y, a pesar de saberlo, no podía evitar emocionarse cada vez que lo hacía. Era una tonta enamorada de su promiscua y coqueta mejor amiga. La observó reírse con las chicas provocando el mismo efecto en las jóvenes.

 

Con ese carisma, quién no la compraría. A simple vista, era un ser que capturaba la atención de las mujeres. Apenas la veían pasar, no podían evitar el embrujo que soltaba sin querer con sus orbes. Recordaba que, cuando habían entrado al bachillerato, todas las superiores quedaron fascinadas con ella, dejando de ser la tierna Yuri de su infancia a ser la rompecorazones más conocida de Seúl, con mucha experiencia.

 

Muchas veces Jessica no entiende a las chicas. Una de las que hablaba con Yuri, había tenido un revolcón con ella el año pasado, con la cual, se armó un escándalo interno puesto que era debutante de primer año; y la morena, de segundo. Sin mencionar, que a penas y recordaba el nombre de la "afortunada". Ella en venganza, había tratado de poner a las chicas en contra de Yuri, aprovechándose del número de rechazos que había dado la morena en su vida. Sin embargo, ésta con sus hipnotizantes encantos, logró disipar los mal encaminados rumores sin afectar su popularidad.

 

Y ahora, la misma chica en medio de ese grupo, le sonreía y volvía a coquetearle… ¿Dónde quedó el amor propio?

 

Suspiró resignada, solamente estaba celosa, algo normal en los últimos años en su vida puesto con ella nunca hubo cambio alguno. Era su mejor amiga por sobre todas las cosas, siempre estaba al pendiente de ella y nunca había intentado seducirla o coquetearle, ¡Ni siquiera en la etapa del desarrollo cuando las chicas perdían el peso de más y adquieren curvas! Aunque debía admitir que Dios no había tenido mucha gracia con ella. Puesto que la había dejado como una tabla: nada por delante ni por detrás.

 

Jamás podría compararse con esos cuerpos voluptuosos, ni treparse a la morena como una gatita seductora, ni mucho menos ponerse las ropas provocativas que se sugería Tiffany. Ella no existía como una mujer para Yuri. Para ella, sería siempre, su simple y corriente mejor amiga Jessica.

 

Y para ella, no dejaría de ser Yuri, su pequeña y amada perla.

 

-Esta hermanita mía sí que ha cambiado.-Una voz, que logró reconocer, susurró a sus espaldas asustándola.

 

-Profesora Kim.-Saludó rápidamente.

 

-Hola.-Devolvió el saludo-¿Eres la novia de mi hermana?-La castaña se ruborizó ante la pregunta y antes que pudiera negarlo, otra persona lo hizo por ella.

 

-No creo que sea de tu incumbencia, Taeyeon.

 

Yuri había regresado de sus andares y se percató que su hermana mayor estaba cerca de Jessica, con el pretexto de andar buscándola y, aunque no le hacía mucha ilusión hablar con ella, sabía que el encontrón se daría más temprano que tarde.

 

-Pero claro, si te olvidaste de tu familia, dudo mucho que recuerdes a Jessica, la hermanita de Sooyoung.

 

-¿Jessica?-Preguntó la rubia incrédula, pretendiendo ignorar las palabras de Yuri-¿Eres la pequeña Jung Jessica?, ¿La hermana de esa idiota?

 

-Sí, ha sido mucho tiempo, Taeyeon.-Saludó la castaña.

 

-¡Mira que grande estás!-Dijo maravillada, mirándola de pies a cabeza.-Y muy hermosa.-Agregó muy a gusto con la sorpresa.

 

En sus recuerdos, se alojaba la imagen de una niña delgada con el cabello corto hasta el cuello, muy poco femenina a sus siete años que fue cuando la vio por última vez hasta ahora.

 

-Disculpa por no haberte reconocido.

 

-No te preocupes. De no haber sido por Yuri, yo tampoco te hubiera reconocido.

 

Al referirse a su hermanita menor, volcó su mirada hacia ella. La chiquilla parecía que en cualquier momento iría a escupirle.

 

-¿Y tú? ¿Cómo estás, enana?-por más que le sonreía, a Yuri no le cambiaría la cara larga con nada.

 

-Bien, hasta que llegaste.-Contestó secas la pregunta de su hermana mayor, actitud que no pasó desapercibida para la profesora.

 

-Vamos.-Animó.-Te invito a comer, tenemos mucho de que hablar.

 

Jessica observaba lo reacia a ceder que se encontraba su amiga a hablar con su hermana mayor. No la justificaba, pero Taeyeon había desaparecido de la vida de Yuri cuando ella era una inocente niña que idolatraba a su hermana mayor y no la había vuelto a ver hasta el día de hoy.

 

-Ve, Yul. Yo voy con las chicas.-Dijo con una sonrisa.-Nos vemos, Taeyeon.

 

Yuri entendía el mensaje entre líneas de Jessica. Era una leve insinuación obligatoria a hablar con Taeyeon, por lo que no tenía opción. Además, no podía negar que le daba curiosidad saber que había sido de ella en los últimos años.

 

-¿Vamos?-Preguntó la mayor de las hermanas..

 

-Vamos.

 

Hacía tanto tiempo que se había pospuesto esa plática entre las dos, la necesitaban.

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-¡Lo siento!-Se disculpó Yoona por quinta vez en el día, mientras que Tiffany aún parecía no prestarle atención.

 

-Está bien.-Contestó mientras revolvía su almuerzo sin apetito.

 

-No te enojes, te defendí del profesor.-Bufó Yoona inflando los cachetes.

 

No era solamente esa humillación, era que además de eso tuvo que enfrentarse a las brujas que murmuraban al verla pasar por lo que hizo el imbécil de Nichckun, le habían quitado sus hermosas argollas y había hecho el ridículo ante la fantasía de cualquier chica de diecisiete años, que era tener una sensual profesora de matemáticas.¿Se podía tener un peor primer día?

 

-No es eso Yoona, ¿No te das cuenta la clase de día que he tenido?-Aclaró a la joven de castaña-Por cierto, ¿Dónde está Sica y su "mejor amiga"?-Hizo énfasis en el último par de palabras.

 

-Se fueron a ver algo acerca de los clubes creo.-Contestó Yoona sin interés.

 

-Yo también debería informarme acerca del club de natación.-Recordó Tiffany repentinamente.-Creo que escuché decir que tendríamos nuevo entrenador.

 

-¿Nuevo entrenador de qué?-Jessica se unió a la conversación con su bandeja de comida.

 

-Del club de natación.-Comentó Tiffany desganada, revolviendo su comida por enésima vez-¿Dónde está Yuri?

 

-Hablando con su hermana.-Contestó con naturalidad.

 

-¡¿Hermana?-Gritó Yoona sorprendida por la revelación.

 

-Es cierto, Yuri tiene un hermana mayor.-Recordó Tiffany que su amiga solía comentar eso de vez en cuando.-Pero tengo entendido que le lleva ocho o nueve años, ¿verdad?-Jessica asintió-¿Qué hace en la escuela?-Dio un trago a su coca-cola.

 

-Eso es lo sorprendente.-Respondió Jessica entusiasmada.-Es la nueva profesora de matemáticas, ¿pueden creerlo?

 

Tiffany contuvo su expresión de estupefacción, casi atorándose con su bebida, agradeciendo que Yoona fuese tan atolondrada y no se contuviera sus gritos

 

-¡¿La profesora Kim?-La joven de cabellos castaños exclamó nuevamente sorprendida.-Pero ella es Kim y Yuri…

 

-Recuerden que sus padres son divorciados y los niños adquieren el apellido del padre con quien viven. Taeyeon se fue con el señor Kim; Yuri, con la señora Boa, cuyo apellido de soltera es Kwon.-Les explicó a sus amigas.

 

-Creo que conoces a la mamá de Yuri desde que naciste, deberías llamarle Boa, suegra o mamá.-Se burló Yoona de la pequeña, que no tardó en enrojecerse y en reñir a Yoona por su poco decoro.

 

La chica de ondulados cabellos estaba ajena a la discusión de sus amigas. Sus cavilaciones iban más allá de eso. Era parte del círculo los amigos de Yuri y admitió para sus adentros que había olvidado el hecho de que ella tenía una hermana mayor. A pesar de ello, no había podido evitar que se le pasara por la mente el hecho de que eso podía ser una ventaja para sus planes. Eso podría serle de gran ayuda.

 

No. Yuri se negaría, puesto que creería que se quería meter con la profesora puramente por quitarse el despecho con Nichckun.

 

-Mira a Hwang, seguro que está pesando en Nichckun.

 

Estaba ensimismada en sus propios pensamientos como para escuchar los gritos de Yoona y las excusas de Jessica. Sin embargo, los comentarios a su alrededor penetraron directamente su órgano auditivo.

 

Eran susurros, cotilleos. Malintencionados por su puesto, después de todo, el ser Tiffany Hwang no sólo significaba ser admirada por muchos, sino también, envidiada por pocos.

 

-¿Crees que sea verdad lo que dicen?-Otra voz femenina contestó a la anterior.-Eso de que Nichckun le fue infiel en Nueva York.

 

-¡Por supuesto que lo es!-Una tercera voz se les unió.-No viste como su estado sentimental cambió en su perfil y luego las fotos que subió Nichckun con esa gringa y no se había dado por enterada ¡Pobrecita!-Exclamó sarcásticamente, disfrutando del dolor ajeno.

 

¡Suficiente!

 

-¡Ustedes cállense viejas desocupadas!-Al parecer Yoona y Jessica  también habían escuchado lo mismo que ella.-En vez de estar hablando del novio de otra, búsquense uno ustedes.-La joven de lentes no tenía pelos en la lengua al momento de defender a sus amigas.

 

-No deberían hablar de lo que no saben.-La hermanita de la entrenadora era más tranquila que Yoona en esos casos, por lo que simplemente se limitó a comentar de manera tranquila y pausada mientras tomaba su jugo.

 

-Miren quienes lo dicen.-Se burló una de las arpías.-Im, la que no puede mantener un novio más de un mes; y Jung, que besa por donde su "mejor amiga" pisa.

 

-Sólo sangras por la herida.-Escupió Yoona con superioridad.-Aunque intentaste seducir a Nichckun éste tiene buen gusto y prefirió a Tiffany-Le recordó con una sonrisa.-Y Yuri te utilizó como juguete de una noche. Yo no me preocupo por hombres o mujeres como tú porque al menos yo sabré labrar mi futuro sin depender del factor masculino o femenino para mi propio sostén. No es algo que pueda decir de ti.

 

-Desgraciada...

 

-Ya está.-Tiffany se puso de pie digna como siempre.-Yoona, por favor, no desperdicies saliva en tonterías.-Dijo lo último mirando al grupo de chicas.-Niñas, si querían saber los pormenores de mi rompimiento con Nichckun, hubieran acudido a preguntarme a mí personalmente y yo aclararía sus dudas con gusto.-Acomodó su cabello dejándolo caer perfectamente por su espalda y colocó su uniforme en su lugar.-Nichckun y yo terminamos hace algún tiempo.-Mintió.-Con lo bien informadas que están de mi vida, deberían saber que pase las vacaciones lo suficientemente ocupada como para preocuparme del internet. Apenas ayer pude cambiar el dichoso estado.-Explicó con la extrema sofisticación que la caracterizaba siempre.-De otra manera, no hubiera felicitado a Nichckun por lo bien que se ve con su nueva pareja. Aunque desde mi punto de vista, no es la gran cosa: su estilo es demasiado retro y conservador además debería arreglar su cabello, llevar trenzas es algo de niñas de preescolar; sin embargo no está mal para él.-Cogió sus libros y se dio un último sorbo a su coca.-Aunque, pensándolo bien, cualquiera es mejor que un trío de chismosas que tienen vidas tan aburridas que se entretienen a costa de la mía. Que tengan una buena tarde, permiso.

 

Se dio vuelta dignamente y salió de la cafetería con la frente en alto. No perdió los estribos, no gritó, no insulto, ni siquiera insinuó una palabra ofensiva. Toda una Coco Chanel en sus mejores tiempos. Simplemente expresó su punto de vista de manera pulcra y adecuada, no le importa lo que el trío de arpías diga de ella puesto que las había callado con clase. Ya no le importaba lo que los demás dijesen de ella. Para todos, seguiría siendo la eterna diva, adicta a la moda y a las peluquerías. Quizás al principio le había llegado a afectar esas sandeces, pero con el tiempo entendió que lo realmente importante era la lo que pensaban sus amigos.

 

-¿Estás bien, Tiffany?-Preguntó la castaña, arrastrando a Yoona con ella.

 

-Sí, Jessica-Contestó la castaña en el santuario del colegio: el baño de chicas.-Nada más espero que con eso no vuelvan a preguntar, que piensen lo que sea. A menos que quieran quedar como ella… ¿Cómo se llamaba?

 

-Creo que es Cho, de tercero C.-Recordó la castaña Jung.

 

-No debieron intervenir, le hubiera ganado si nos íbamos a los golpes.-Se quejó Yoona.

 

-Y te hubieras metido en problemas.-Hizo consciencia Hwang.

 

-No, porque hubiera venido la licenciada Lee y me hubiera puesto a llorar mientras le decía lo mucho que Cho me molestaba y me hubieran creído.-Repuso convencida.-Privilegios de ser buena alumna.

 

Los labios de Jessica se curvaron alegres. En el fondo, de todo ninguna de las tres era problemática en la escuela. Las tres destacaban por sus actividades extracurriculares; y si bien, ni Tiffany ni ella se destacaban por ser unas maravillas en lo académico, gracias a la perseverancia y las eternas tardes de estudios, hacían que las notas de ambas fuesen más que aceptables. Se podría decir que Yuri era la oveja negra del grupo de amigas, pero como era la capitana del equipo de baloncesto y mejor amiga de la hermana del director del área de deportes, o sea Sooyoung; no se metían con ella, salvo la inspectora Lee Sunkyu.

 

-Ya aprendieron la lección, por lo que el resto del día nos dejarán en paz.-Dijo Tiffany repentinamente mientras se ponía anti-bacterial en las manos-¿Nos vamos? El descanso está a punto de terminar.

 

Todavía ella tenía que pensar qué haríapara llamar la atención de su profesora de matemáticas. Aunque algo presentía que ya lo hacía, nada más tendría que descubrir qué era y usarlo a su favor.

 

-Si…-Secundaron sus dos amigas.

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Parece que ya pasaron la parte negra del día, ahora a esperar que el sol volviera a salir.

 

-¿No deberías ir a clases?-La rubia vestida de negro cuestionó a la menor a su lado que aún tomaba su jugo con prosa.

 

-No, no tengo ánimos de escuchar acerca de la fuerza de gravedad y el movimiento rotacional precisamente en estos momentos.-Justificó indicando que no iría a la siguiente clase.

 

-Ya veo…-Susurró Taeyeon. La había invitado a comer y eso era lo que se habían limitado a hacer en toda la hora, no hablaron, solamente comieron en silencio absoluto. Era extraño para ella porque el recuerdo que mantenía de Yuri, era de una niña que se emocionaba con verla nada más. Ahora se encuentra con una joven que a simple vista está incómoda con la situación, no quería presionarla, pero quería hablar con ella.

 

-¿Tú, no tienes clases?-Preguntó a su hermana mayor.

 

-No, tengo libre la quinta hora de los lunes.-Contestó dedicándole una sonrisa a su hermanita, tenía que aprovechar si no quería volver al silencio-¿Cómo está mamá?

 

-Bien.-Contestó a secas, sin intenciones de dar muchos detalles al respecto.

 

-Lamento no haber avisado que venía.-Se disculpó.

 

-No te preocupes, ya estamos acostumbrados a estar aparte de tu vida.-Dijo levantándose para botar el pote de zumo y regresar junto la a su hermana. Sólo que esta vez permaneció de pie.

 

-Eso no es cierto.-Repuso Taeyeon, alzando la cabeza para mirar a la menor.-Siempre los tengo presentes.

 

-¿No es cierto?-Preguntó incrédula e irónica Yuri-Te fuiste a los diecisiete, sin preguntárselo a nadie y prácticamente exigiendo la firma de mamá en los papeles.

 

-Tú lo has dicho.-Suspiró recordando su rebeldía de antaño.-Tenía diecisiete, no pensaba bien.

 

-Luego de unos años nos llamaste un día diciendo que te casabas en unas horas, con Miyoung.-Recordó la menor como aquel día su madre no paró de llorar por el hecho que su hijo mayor ni siquiera le había hablado de sus planes de nupcias.

 

-Fue tonto de mi parte…

 

-Dejaste de contactarnos, ni siquiera nos enteramos de lo de tu esposa hasta un mes después.-Rememoró la llamada de su abuelo, el cual, inocentemente comentó que no habían asistido a la misa de réquiem.

 

-Nunca fueron.-Soltó Taeyeon, logrando que Yuri apretara sus puños hasta que se tornaron blancos del coraje.

 

-Entendimos la indirecta.-Justificó Yuri calma-No nos consideraste al marcharte, no quisiste que te acompañáramos en tus nupcias ni mucho menos cuando perdiste a un ser tan amado. ¿Qué íbamos a hacer allá si estaba claro que no nos querías cerca?

 

No fue así del todo. Cuando se fue, era apenas una joven saliendo de la adolescencia que le molestaba la indiferencia de su padre y envidiaba la atención que recibía su hermana por parte de su madre, la misma que ella carecía. Su boda, a pesar de ser con su amor de la secundaria fue lo suficientemente improvisada para darle el tiempo de invitar a todos y cuando la perdió, no quería ver ni escuchar a nadie. Sentimientos que supo transmitir a su abuelo el cual, se vio obligado a respetar su decisión.

 

-He cometido errores Yuri.-Se justificó la mayor observando lo incómoda que estaba su hermana menor.

 

-No solo tú Taeyeon-Confirmó la propia menor.-Papá no estuvo al pendiente de ti como debió, yo tenía a mamá la cual también se equivocó por dejarte muchas veces de lado.

 

-Me complace saber que lo reconoces, me enorgullece saber que mi hermanita consentida maduró tanto.-Se levantó y se puso a la par con Yuri la cual ya la rebasaba con una cabeza.-No te molestes, eres mi hermana favorita-Sonrió y le revolvió los cabellos a Yuri hasta que ella misma la detuvo.

 

-Soy tú única hermana-No tenía intensiones de alterarse ni explotar por esa conversación que no quiere seguir teniendo, pero conoce a la rubia y sabe que no se dará por vencida hasta sacarle el motivo de su molestia.

 

-Por el mismo motivo te quiero más Yuri-Adoptó una pose seria delante de la menor-¿Por qué estás tan enfadada conmigo?

 

-Sé que mis padres cometieron errores pero yo no tenía la culpa de ellos y al igual que papá un día fuiste a casa y dijiste que te marchabas, aunque por lo menos tú me dijiste adiós, llamaste un par de meses, luego te casaste y desapareciste. Hasta hoy.-Alzó la mirada para enfrentar a su hermana decidida. Ya no era la niña que alzaba la cabeza con los ojos llenos de lágrimas para acusar a unos brabucones con su hermana mayor, ella ya era una mujer en todo el sentido de la palabra.

 

-Lamento haberte decepcionado, prometo enmendarlo a partir de hoy. Quiero recuperar a mi hermanita.-Jaló a Yuri y la atrapó en un abrazo que sorprendió a la menor, incluso estrujó su corazón sin llegar a derramar lágrimas.

 

-¿Ahora si quieres recuperar a tu hermanita?-La miró altiva-Ahora que mal o bien ya no soy una niña pequeña.-Se carcajeó fingidamente.-Taeyeon, ¿en serio creíste que con venir, invitarme un jugo y decir lo siento bastaba? Pues no.-Se adelantó a contestar.-Tú fuiste más que mi hermana, eras mi ídolo, mi héroina, mi modelo a seguir. ¿Dónde estuviste cuando necesitaba tus consejos mientras crecía, cuando los niños se burlaban de mí porque no solo mi padre nos abandonó sino también mi hermana?

 

-Entiendo que estés molesta, tienes razones de sobra para estarlo.-No podía evitar sentirse mal por haber descuidado a su familia, a ella especialmente que sabía la idealizaba. Pero las cosas no se dieron como ella misma hubiera querido que se diesen.-Quiero enmendarme, volver a ser una hermana para ti.

 

-Ya no importa.-Bufó cansada. Ya era tarde.-Ya no te necesito.

 

-Si importa Yuri.-Encaró a la menor.-Y entiendo que estés molesta y que no quieras saber nada de mí ahora que ya has crecido pero no puedo dejar las cosas así.

 

-No se te hizo difícil años atrás.-Espetó la menor.

 

Paciencia, era lo que rogaba la mayor. Yuri está en una edad difícil con muchos resentimientos en su contra. Pero sus sentimientos y su afán de recuperar a su hermana eran aún mayores que las ganas de ella de alejarla.

 

-Por lo que veo no será tan fácil y nunca pensé que lo sería.-Dijo sinceramente.-Pero no puedo permitirme perder a otra persona importante para mí.

 

Sin duda el saber que era importante para Taeyeon hizo que algo se estrujara dentro de su pecho. A pesar de eso no pensaba ceder.

 

-Mira que apenas tengo veinticinco, tengo tiempo para recompensarte.-Comentó como quien no quiere la cosa-¿Me dejarás intentarlo?

 

-Puedes hacer lo que quieras.-Era una afirmación indirecta.-Y cumples veintiséis en unos meses, yo cumplo diecisiete antes.

 

-Si, lo recuerdo.-Le hizo saber a la menor.-Cumples dos días después de Jessica, ¿verdad?

 

-Me sorprende que lo recuerdes.-Insinuó el menor.

 

-Está muy guapa, se les ve muy bien juntas.

 

-A ti qué te importa.-Se encargó de espetarle.

 

-Si me importa, pero tranquila, no te presionaré.-Soltó no muy convencida.-Por ahora regresa a clases.

 

-Por fin.-De verdad ansiaba que la conversación se diera por terminada.-Adiós.

 

-Por cierto Yuri, ¿Estás en algún club deportivo?

 

-Si, en el de baloncesto.-Informó la menor desinteresadamente.

 

-Es una lástima.-Susurró la mayor con desdén.

 

-¿Por qué?

 

-Por nada, vete a tu clase.-Apremió a la menor que se encaminó por los pasillos.

 

Le hubiera gustado que estuviera en el club que ella dirigiría en pocos días.

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La primera semana de clases había estado bastante tranquila, había logrado encarrilar a muchos alumnos que quisieron salirse con la suya desde el principio de la jornada lectiva. La escuela que tenía a su cuidado era completa calma y tranquilidad. Sin duda mucho mejor que cuando era profesora nada más, ahora hasta le placía tomarse un té en sus momentos de total calma y tranquilidad.

-¡Sunny!

 

¿Era mucho pedir un momento de calma y tranquilidad?

 

-¡Sunny!-Repitió el llamado una agitada Sooyoung que acudió corriendo hacía ella.

 

-Te escuché la primera vez Jung, no es necesario gritar.-Informó molesta.-Ahora dime qué quieres porque el tiempo no me sobra.

 

-Estabas tomando té muy tranquilamente Sunny-Le refutó la castaña.

 

-¿Qué quieres?-Volvió a cuestionar procurando mantener la calma.

 

-Que pongas un suplente para mí en las dos últimas horas del viernes.-Dijo con toda la naturalidad del mundo.

 

Otra vez queriendo haraganear, típico de Jung.

 

-No.-Negó rotundamente la rubia.

 

-¿Por qué no Sunny?-Preguntó desesperada.

 

-Señorita Lee.-Corrigió la rubia.-Y porque no es ninguna necesidad de fuerza mayor la que te hace pedir salir temprano ese día.

 

¿Qué no era una necesidad de fuerza mayor?, ¿Acaso no sabía qué había ese día?

 

-Disculpa que no comparta tu opinión querida Sunny pero, estás loca.-Sentenció aterrada-¡Es el partido de Gangwon Football Club contra Daegu Football Club!

-¿Dijiste Gangwon Football Club contra Daegu Football Club ?-Preguntó sorprendida la rubia, dejando de lado el enfado por unos momentos.

 

-¡Es un evento de trascendencia nacional!-Ignoró a la rubia por concentrarse en dar la mejor explicación posible para hacerse merecedora del permiso.-Y por primera vez estarán en Seúl, tengo que salir temprano para que el tráfico del medio día no me impida llegar a tiempo, además que tengo que rogar por los boletos y…

 

-¡¿Cómo se me pudo haber olvidado?-Bufó frustrada la rubia interrumpiendo a la castaña que la miró sorprendida.

 

-¿Te gusta el soccer?-Preguntó incrédula, eso sería irreal. Ver a Lee Sunkyu con el rostro desencajado y las manos en la cabeza, como si se enterara de una nueva ley de matemáticas o de conducta que pudiese poner en práctica en el colegio.

 

-Bromeas, ¿verdad?-Preguntó ella recuperando la compostura-¿A quién no?

 

-Bueno si, pero… ¿tú?

 

La rubia pilló la indirecta y se ruborizó avergonzada de si misma por dejarse llevar por sus impulsos deportivos.

 

-Bueno, encuentro entretenida la práctica de ese deporte y los Daegu desempeñan un muy buen papel jugándolo.

 

-Estás mal, los Gangwon son los mejores y seguro que ganarán este año.-Dios mío, no podía asombrarse más en un solo día, ahora hablaba de soccer con ella, ¡con SUNNY!-Pero espera, ¿Entonces también lo juegas?-Imaginarse a Sunny en el campo de soccer pateando una pelota con ese feo vestido y los zapatos de vieja que usa. Reprimió su propia risa.

 

-El permiso es denegado profesora Jung, ahora si me disculpa creo que ambas tenemos asuntos que atender.-Sentenció molesta por las risas de la castaña.

 

Mierda, ella tenía que ir a ese partido cueste lo que cueste.

 

-Sunny…

 

-Ni una palabra más.-Ordenó.

 

¿Qué hacía ahora? Ya había hablado con Sooman y este le dijo que se arregle con Sunny, pero ella no estaba dispuesta a ceder. Observó los papeles del escritorio de la inspectora Lee y se fijó en los horarios de todos los maestros que yacían pegados en la pared, había algo interesante.

 

-Te llevo.-Soltó imprevistamente deteniendo el andar de la rubiaa.

 

-¿Qué?

 

-Tienes las dos últimas horas libres el viernes y es el partido de apertura.-Se acercó sigilosamente a ella.-Quién sabe cuándo volveremos a tener a los Daegu tan cerca y en un partido tan eufórico como lo es contra Gangwon-La rubia apartó la mirada sin embargo no se movió de su lugar.-Piénsalo, puedo asegurarte conseguir asientos con predilección, tú tienes libres esas dos últimas horas y solo tienes que poner a Jinmin en mi lugar, el viernes.

 

Era cierto, una oportunidad en un millón de poder ver un partido de tal importancia en un lugar que está a treinta minutos del colegio. ¡Eran los Daegu Club!

 

Su mente le decía que no debía pero… los Daegu. Además una vez no mata a nadie.

 

-Vale.-Suspiró derrotada.

 

-¡Si!-Gritó eufórica la castaña.

 

-No grites, que será la primera y última vez.

 

-Lo que digas Sunny-Ya tenía lo que quería, ella siempre se sale con la suya. Aunque tuviera que portarse como una lambiscona frente a la solterona profesora.-Tenemos una cita.

 

-No es una cita.-Corrigió la rubia.

 

A Jung le parecía tan malo como a ella sin embargo era mejor eso que perderse el debut del campeonato nacional.

 

-Lo que digas.-Soltó tranquila, segura de que esa no sería la última vez que no tendría que preocuparse por los juegos entre semana.

 

Después de todo, está segura que en la repetición está el gusto.

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-¿Se preguntarán por qué los cité aquí, jóvenes?-Cuestionó el licenciado de computación e informática.

 

-De hecho a mi no me cabe duda del porque, no me explico que hace ella aquí.-Cruzada de brazos y con el deje prepotente que la caracterizaba mientras la señalaba con el pulgar.

 

-¡Joohyun!-Exclamó molesta por el menosprecio de su compañera.-Es deducible que estoy aquí por el mismo motivo que tú.

 

-Entonces no me equivoco y no tienes idea del porque estamos aquí.-Sonrió con suficiencia.-Eso sí que fue deducible.

 

La mataba y de la manera más lenta y tortuosa que se le ocurriera. ¡Que mujer más arrogante!

 

-Calma chicas.-El veterano profesor intentó calmar la situación de sus dos mejores estudiantes. Después de todo necesita la entera colaboración por parte de ambas.-Déjenme explicarles la situación.

 

-Es por la beca que la Universidad de Seúl esta ofreciendo, ¿verdad?-Preguntó sagazmente la azabache.

 

-Así es Seo-Estaba complacido por la perspicacia de su pupila-Se les estarán entregando becas completas para los estudios universitarios a los alumnos cuyos proyectos destaquen entre los de todos los demás egresados a nivel nacional. Es una oportunidad que se nos permite otorgar solo a dos alumnos por institución, es un proyecto en pareja.-Ninguno de las dos emitía palabra por lo que prosiguió con su explicación.-Normalmente esta información se hará oficial la semana que entra pero quisiera que ustedes, como los mejores alumnos de esta institución, ya tuvieran un pie adelante y hayan seleccionado el tema, de hecho de ser posible ya estuvieran empezando a trabajar.

 

-Me parece lógico.-Corroboró Seohyun a su maestro.

 

-¿Im?-Yoona no se movía. Estaba sorprendida por la oportunidad que se estaba presentando en sus narices. Nunca pensó en que no podría entrar a la universidad por factores intelectuales, de hecho estaba segura de sus aptitudes académicas, sin embargo las económicas eran otra historia.

 

Era la oportunidad de su vida.

 

-Te están hablando.-Le susurró la morocha sacándola de su ensimismo.

 

-¡Si profesor!-Exclamó exaltada.-Le agradezco mucho la oportunidad que me está dando, prometo no decepcionarlo.

 

-Lo sé señorita Im-Sonrió complacido-¿Joohyun?

 

-También le agradezco el que me tenga dicha consideración.

 

Ese era un sí, ¿verdad?

 

-Cuento con ustedes muchachas, sé que dejarán en alto el nombre de la institución.-Dicho lo cual se levantó y dejó a sus mejores prospectos solas en la sala. Se notaba el entusiasmo de Im y debe admitir que percibe la despreocupación de Seohyun.

 

Tendrá que confiar en ellas.

 

-Supongo que ahora tendremos que dejar nuestras estúpidas competencias a un lado y concentrarnos para lograr un buen proyecto.-Lo dijo en serio, para la castaña esa oportunidad era única en la vida y si para eso tendría que pretender que no le importa el promedio de Seohyun. Lo haría.

 

Sin embargo, ella empezó a reírse.

 

-Como quieras.-Se le hacía gracioso como hablaba, como si realmente fuera tan importante una beca, si con su coeficiente intelectual bastaba.

 

La risa y la despreocupación le hacían pensar que tal vez, ojalá esté equivocada, pero parece que a Seohyun no le importa mucho la beca, ni siquiera la competencia.

 

Presentía que no iba a ser nada fácil trabajar con Seohyun y eso le asustaba.

______________________________________________________________________________

 

Dios.

Se odiaba a si misma por haberse ausentado a la primera práctica del año la semana que pasó. Además que se avergonzaba porque en su condición de superior ahora era ella la capitana del equipo, la misma que no debía dejarse acongojar por cosas tan banales.

 

Después de todo, ¿Qué importa si te esmeras todo un día preparando una torta de cumpleaños para tu madre y esta ni siquiera se digna en volver a casa esa noche?, ya hacía una semana de eso y aún le molestaba recordarlo.

 

Por si fuera poco ahora parecía que la profesora Kim la ignoraba.

 

-Lamento mucho la demora chicas y haberme ausentado la…-No esperaba encontrarse con esa estampa.-Semana anterior.

 

Las chicas estaban ahí, sorprendentemente todas y puntuales. Algo raro ciertamente. Sin embargo no pudo pasar por alto cierto detalle, puesto que lo que más hacía era resaltar.

 

Todas las miembros del equipo, desde las que ahora estaban en segundo año hasta las debutantes usaban un traje de baño que no era el del instituto. Uno más bonito que otro, la mayoría bikinis de dos y tres piezas, otros en cambio sin tiras y escote profundo, muchos al cuello, escotes en la espalda, pechos, brazos. ¡Había uno que apenas y cubrías las partes sagradas de una niña! Y en serio quien lo usaba era una niña de primer año seguramente porque no la conocía.

 

Las féminas se quedaron de piedra al ver a su capitana saliendo de los vestidores con su bata de toalla encima de su bañador negro, el oficial del colegio mientras ellas vestían sus estrafalarias prendas.

 

-Capitana…-Sólo había dos chicas además de ella con el uniforme del equipo, el reglamentario.

 

-¿Qué sucede aquí?-¿Acaso la nueva entrenadora permitió venir con cualquier traje de baño?, ¿Por qué nadie le dijo nada al respecto?-¿La entrenadora sabe de esto?

 

-Esto…-Se ponían nerviosas ante ella, ventajas de ser alumna de último año y la que poseía el record más sobresaliente a nivel estatal.

 

-Contesten.-Ordenó Hwang aún sin poder concebir este hecho.

 

-Lo que pasa superior es que…-Ahora se ruborizaban, ¿Qué se traían esas chicas?

 

-Pero, ¿Qué es lo que pasa aquí?

 

Una voz se escuchó tras de ella asustándola, sobre todo porque reconocería esa voz donde fuera. Lentamente giró sobre sus talones y se encontró a quien menos lo hubiera imaginado, como nunca lo hubiese pensado.

 

-Profesora… Kim-Susurró quedamente por la sorpresa que le embargaba en esos momentos de ver a su hermosa profesora con una bata toalla igual a ella y un bañador de color azul.

 

Que guapa era, con su piel tersa y abdomen bien formados  además de estar completamente al descubierto, tragó seco. Incluso aunque pareciera imposible luce mucho más guapa y joven sin los delicados lentes que usa normalmente.

 

-¡Profesora Kim!-Chillaron sus compañeras sacándola de su ensueño-¡Buenas tardes!-Hicieron la reverencia en señal de saludo.

 

-Buenas tardes señoritas.-Saludó con su usual carisma.-Señorita Hwang-Ahora se dirigió a ella.-Estoy complacida de que esta vez sí nos acompañe, he escuchado de boca de sus compañeras todos los triunfos que ha otorgado a la escuela. Espero pueda trabajar conmigo con la misma eficiencia.

 

¿Trabajar con ella?, eso quería decir…

 

-¿Usted es la nueva encargada del equipo?-Sabía que era sobreentendido, pero aún así debía preguntar.

 

-Así es, sea buena conmigo.-Pidió sonriéndole amablemente logrando que nuevamente sus mejillas se tiñesen de rosa fuerte además de los suspiros de sus compañeras menores.-Señoritas, ¿A qué debo el hecho de tenerlas sin el uniforme del colegio?

 

-El mío estaba sucio.-Gritó una.

 

-El mío también.-Secundó otra.

 

-No encontré el mío.

 

-Mi hermano lo quemó-¿Qué dijo?

 

-Pues debo decir que es una pena todo lo que les ha pasado a sus trajes de baño-Dijo denotando aflicción en su rostro.

 

-Si verdad.-Una de las chicas ya sonreía mientras sus compañeras procuraban acomodar sus bikinis para que resaltaran mejor ya sean sus pechos, curvas o trasero.-Empecemos la práctica.-Apremió dirigiendo a todas las miembros del club a la piscina.

 

-Un momento.-Las detuvo en su andar.-Lamento informarles que sin el uniforme no pueden estar en mis clases.

 

-¡¿Qué?-Exclamó en coro casi todo el equipo.

 

-Por favor retírense todas aquellas que no cumplan con la norma.-Observó que ninguna se movía, tal vez estaba siendo demasiado suave con esas chicas.-Retírense por hoy o quedan suspendidas por dos semanas.

 

Las chicas no quisieran tentar a su suerte, después de todo enfrentarse a esas serias orbes ocices que las miraban con rudeza, además del hecho de que podrían estarse perdiendo la oportunidad de ver más a menudo a semejante espécimen femenino, la cual tienen la bendición de tenerlo a su disposición dos horas adicionales a la semana.

 

-Que vergüenza.-Masculló molesta la joven de orbes caramelo cruzándose de brazos molesta.

 

-Por lo que veo solo quedan tres.-Dijo resignada.-Ni modo, empecemos.

 

Tiffany la miraba alejarse mientras dejaba su bata en la silla y sacaba su silbato y un cronómetro del bolsillo de la misma. Las dos chicas ya estaban esperando sus órdenes en la línea de salida a pesar que ella seguía ahí parada observándola detenidamente.

 

-¡Hwang!-Llamó su atención.-Apúrese, quiero tomar su tiempo.

 

Asintió y rápidamente se dirigió a colocar sus bata en su casillero, también se puso sus gafas y so gorro encaminándose al bloque de clavados.

 

-Lista.-Informó colocándose en posición de salida.

 

-Espero no sea igual de lenta como lo es al prepararse.-Comentó Kim como motivación.

 

-No soy lenta en nada profesor.-Escuchó la orden y se sumergió en el agua, olvidándose por un momento de sus ideales de conquista y concentrándose en demostrar de qué estaba hecha.

 

La clase fue mucho más tranquila que la anterior, por lo menos no hubo ninguno de los varios calambres que si hubo la vez pasada. Si incluso un ahogamiento tuvo que asistir; lo que hacían las chicas para ser el centro de atención, ahora que trabajó con pocas el resultado fue más productivo. Sin contar que se percato el porqué Tiffany Hwang era tan famosa entre sus cooperadoras, haciendo un tiempo increíble sin siquiera cansarse. Sin duda la asombró.

 

Pero de lo que más cayó en cuenta fue que por primera vez en mucho tiempo pudo verla sin que le recordase a su difunta mujer, no obstante había que recalcar que a lo mejor pudo haberse debido al hecho que había un gorro cubriendo sus cabellos y gafas sobre sus ojos.

 

-Supongo que no tiene caso pensar en eso ahora.-Susurró para si misma creyéndose sola en el área de a piscina.

 

-¿Qué cosa?

 

Se asustó apartándose por instinto, hacía ya quince minutos que se despidió de sus alumnas y se supone debería encontrarse solo. No debería estar viendo unas orbes caramelo que la miraban insistente.

 

-Hwang, ¿Qué hace aquí todavía?-Preguntó sorprendida.

 

-No es educado contestar con otra pregunta.-Corrigió Tiffany mientras se volvía a colocar las gafas y se encaminaba al agua-¿Qué le parece que hago?-Cuestionó antes de emprender marcha al lado contrario de la piscina.

 

La respuesta era obvia.

 

-Pero el entrenamiento terminó.-Gritó a la castaña al otro lado de la piscina que se encarrilaba nuevamente al regreso.-No cree que debería irse a casa.-La ayudó a salir del agua.

 

-No creo que importe.-Se sentó en el bordillo y se quitó el gorro y las gafas.

 

-Sus padres se preocuparán, si fuera mi hija me preocuparía.-Se sentó a su lado.

 

Tiffany le quedó viendo, estudiándola por un momento. Parecía que no se iría antes que ella y si va a ser su directora del club el resto del año y se va a poner así siempre por que se quede tarde. Tiene que tener un justificativo.

 

-Lo más probable es que no estén en casa.-Confesó como algo casual y sin importancia.-Y si lo están dudo que hayan notado mi ausencia.-Se rió con ganas de la realidad cayendo en cuenta de que tan ruda y amarga puede ser.

 

No tenía que decir tanto.

 

-¿Por qué dices eso?-Preguntó sintiéndose un poco en confianza con ella ya que le estaba diciendo esas cosas.

 

-Porque desde hace mucho tiempo que he pasado a tercer plano para mis padres.-Confesó sintiéndose en confianza de decirlo.-Primero están ellos mismos, luego el dinero, las apariencias y Tiffany-Lo pensó por un momento- ¡Sorpresa! Eso deja a Tiffany en cuarto lugar.-Nuevamente escondió su amargura bajo una capa de armoniosas risas.

 

Era notorio el deje de nostalgia y resentimiento que guardaban las palabras que la castaña procuraba esconder bajo capas de risa y falso entusiasmo. Tiene que admitir que la primera impresión que dio la joven de menuda figura no fue la más ideal, se comportó como una caprichosa y altanera; y bueno, lo era. Pero parece tener un motivo suficientemente fuerte para hacerlo.

 

Se la veía frágil y a la vez lo suficientemente fuerte para seguir adelante pretendiendo que no le importa.

 

-Tal vez a ellos no les preocupe.-Se sacó su toalla de encima de sus hombros y delicadamente la coloco sobre el esbelto cuerpo de la castaña que empezaba a denotar frío.-Pero a mi si me preocupa que estés fuera hasta la noche.

 

Le inspiraba empatía, le recordaba las veces que ella en su adolescencia salía hasta altas horas de la madrugada y al volver a casa encontraba a su padre profundamente dormido. Ni una llamada al móvil menos un regaño al siguiente día. Ni siquiera notaba si estaba o no.

 

Tiffany ni siquiera podría recordar que alguien ajeno a sus amigos denotara preocupación por ella. Se sentía bien… se sentía…

 

¿Querida?

 

-¿En serio?-La rubia se levantó y la ayudó a ponerse de pie ofreciéndole su mano con caballerosidad quedando frente a frente mientras se cubría con la toalla.

 

-Por supuesto.-Aseguró.-El saber, que una niña tan bonita como tú esté sola por la calle a la noche.-Levantó su mano y acaricio sus cabellos de arriba hacia abajo con ternura.-Claro que me preocuparía.

 

Después de todo era una niña carente de atención que le recordaba mucho a su antiguo amor y ¿Por qué no?, a si misma.

 

-Vamos, te acompaño a casa.-Al pasar por su lado no pudo evitar el impulso de besarle el cabello con ternura.

 

Ni tampoco pudo evitar que le llegase un perfume a lilas sacándola de su equivocación puesto que ella esperaba oler manzanilla. De nuevo recordó que ella no era quien le parecía.

 

No se movía de la sorpresa por haberse sentido importante para alguien ajeno a sus amistades en mucho tiempo. Observaba embobada a la rubia dirigirse a la salida, le siguió, pero se dio cuenta que aún estaba en terno de baño y debía cambiarse antes por lo que apresuró el paso.

 

Nuevamente se molestó consigo misma por actuar de esa manera ante él. Se supone que ella era la atacante, la seductora. No la que se ruborizaba y atontaba.

 

Luego de cambiarse, prontamente recuperó la compostura y salió de los vestidores lo más altiva que pudo. Caminaba rápido pero con elegancia única de ella, por fin la divisó, nuevamente con sus lentes puestos y las manos en los bolsillos de su pantalón. La luna jugaba en su contra al posarse sobre el rubio haciendo que sus rubios parecieran plateados y sus onices orbes se tornaran entre grises. Tenía que recordar.

 

Ella es la seductora, no la seducida.

 

Ya no cabía ninguna duda, esto será muchísimo más difícil de lo que pensó jamás.

 

Claro que sería más fácil si su corazón no empezara a alocarse con verla ahora. Tenía que enfocarse, recordar lo humillada que se sintió y de esa manera recordar que quiere vengarse.

 

Su juego apenas comienza y no está dispuesta a perder.

 

¿Continuará…?

_______________________________________________________________

 

Y.. ¿que les va pareciendo la historia?, espero le este gustato tanto como a mi cuando Alejandra la estaba escribiendo.... Estare tratando de subir cada semana, pero no prometo nada, habra ocasiones en las que mis deberes no me lo permitiran y en esas circunstancias espero su comprensio u.u... Sin mas esperare ansiosa sus comentarios sobre que les parece la historia, la apreciación de este fic hace que cada minuto de adaptación valga la pena :D

PD. Gracias a todas aquellas personas que se suscribieron y dejaron sus comentarios 

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Comments

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Itaenylove
#1
Chapter 4: Actualiza plsssss
Realmente es muy buena esta fic ✨
Skyth06
#2
Sigo esperando está historia ^^
Skyth06
#3
Actualizaaaa
mylifeisabeauty #4
Chapter 4: Creo que ya llevas un buen tiempo sin actualizar, pero porfavor actualiza!!! Esta historia esta hermosa hasta ahora... Porfavor actualiza enserio!
2597611 #5
Chapter 4: Que interesante ¡me gusta! Actualiza pronto please !!
LectoraLemon #6
Actualiza porfass
lisbethmd #7
actualiza por favor la historia me encanta
TUCKY93 #8
Chapter 4: *u* sigue xfis!!!! Me encanta :)
_MAX_KWON_JUNG_
#9
Chapter 4: wowwwwwwwwwwwwwwwwwww es realmente espectacular esta historia sharon no debes ser tan mala gente esta buenisima