―Cuéntame una historia antes de dormir― declaró Tao, sonriendo alegremente hacia Kyungsoo que lo estaba metiendo en la cama. Sehun, sentado en la cama de al lado, se burló en voz alta, pero Kyungsoo podía ver que los observaba por el rabillo del ojo.

―Muy bien― dijo Kyungsoo con una suave sonrisa a cambio, acomodándose a un siempre ansioso Tao. El joven dejó escapar un chillido de emoción, prácticamente saltando sobre la cama mientras esperaba que Kyungsoo empezara. Él consideró sus opciones ―. ¿Qué historia les debería contar?― Se preguntó.

Kyungsoo perdió el hilo de sus pensamientos mientras sus ojos se dirigieron a la ventana abierta, los balbuceos emocionados de Tao se desvanecieron en el fondo. Él pudo ver que se trataba de una clara, hermosa noche. El cielo estaba vacío de nubes, dejando el brillo de la luna en todo su esplendor, rodeada de una masa de estrellas resplandecientes. Nada de la noche hacia ninguna indicación de que un eclipse lunar había ocurrido la noche anterior, pero Kyungsoo recordaba esa visión con claridad como lo hacía cada año. Un fenómeno en el que el sol y la luna eran capaces de ocupar el mismo cielo. Kyungsoo no pudo evitar los recuerdos nostálgicos que se apoderaron de él, los de tristeza y dolor, pero más que nada; de amor.

"Deja que te cuente la historia,

De cómo el Sol

Amo tanto a la Luna,

Que él muere cada noche

Para dejarlo respirar".

Tao se había quedado en silencio. Se sentó en trance, mirando a Kyungsoo con los ojos muy abiertos con admiración. Incluso Sehun en la cama de enfrente había girado su cuerpo hacia ellos, una mirada de leve interés en su rostro por lo general pasivo. Parecían haberse dado cuenta de que había algo en la voz de Kyungsoo que no se solía presentar cuando él contaba historias. Algo importante y especial que exigía ser  escuchado.

―Los días en que ellos solían ser no eran como los conocemos ahora― comenzó Kyungsoo, Sehun se inclinó hacia delante para atrapar sus palabras suaves ―.En aquel entonces, existían dos razas. Polos opuestos en una batalla constante por el poder.

♥♥♥

Los primeros, eran los nacidos de las llamas.

Los Solaris eran fuertes y poderosos con una voluntad sin igual a otros. Se enfrentaron a todos los obstáculos en su camino y nunca huían de una pelea. Eran firmes en sus creencias y dieron respeto  sólo a aquellos que ellos creían que lo merecían.

Los segundos, fueron los creados por la luz.

Los Lunar eran valientes almas con mentes agudas y un espíritu inquebrantable. Lo que quizás no tuvieron en  poder lo compensaron con sus mentes. Protegieron sus seres queridos con un coraje que ningún otro parecía poseer, pero mostraron misericordia cuando la encontraron.

Ellos también atesoraban poder, pero al final sólo uno podía gobernar el cielo. Las dos partes estaban en guerra, pero sólo hay mucho tiempo y las dos razas lo deseaban tanto para sí mismos, lo que pudieran conseguir.

Ellos lucharon desesperadamente, recurrieron a trucos y mentiras cuando ninguno de los dos parecía tener ventaja en su lucha por el poder. Casi demasiado tarde se habían dado cuenta de que en lugar de ganar, ambas razas estaban al borde de la extinción.

En un intento por recuperar la paz y el orden, las dos razas crearon una serie de tareas que se realizaban cada cincuenta años para determinar cuál de los dos ganaría el control.

Durante miles de años los Solaris tuvieron el control del cielo. Mientras la raza de fuego prosperó en la luz del sol y el calor de sus rayos, aquellos de la luz sufrieron años de hambre y dolor. Ninguno de los competidores que los Lunar producía podía derrotar el vencedor anterior que los Solaris habían propuesto. El sol estaba alto e imponente, fuerte y sin miedo. Fue campeón de la tierra, salvador de los Solaris, porque había destruido a todos los enemigos que  compitieron contra él. Por siglos fue imbatible.

Es decir, hasta que se produjo un rival muy diferente a los demás.

La luna.

♥♥♥

―Byun Baekhyun.

Chanyeol rápidamente presiono su mano en su pecho, la luz rojo sangre que estaba bailando a lo largo de sus dedos absorbiéndola de nuevo en su cuerpo con un estremecimiento. La puerta se abrió sólo un segundo más tarde, la luz volando dentro de las sombras lleno la habitación. Parpadeó mientras afilados rayos cubrían sus ojos, usando la mano para protegérselos.

― ¿Por qué siempre te sientas en las sombras?― Preguntó Jongdae. Cuando Chanyeol le espetó una vacía y fría mirada, el hombre bufó antes de cerrar la puerta detrás de ellos, abrigando de nuevo la oscuridad ―.De todos modos, tu competidor. Su nombre es Byun Baekhyun.

Jongdae hizo una pausa, como esperando una reacción, pero Chanyeol simplemente siguió mirando fijamente, como si estuviera esperando por él en su lugar. Jongdae se aclaró la garganta antes de continuar, luciendo un poco decepcionado por su falta de interés. ―No pudimos encontrar mucho sobre él― informó.

―Ustedes son los mejores del reino― Chanyeol dijo arrastrando las palabras, con una mirada más ausente que nunca ―. ¿Y tú estás diciendo que no pudieron encontrar nada?

―Nos enteramos de lo de siempre― Jongdae corrigió, enderezándose ―.Él fue marcado un portador de luz a la edad de nueve años, pero no recibió entrenamiento formal y vivió como el hijo de un granjero.

Chanyeol pareció aceptar eso, encogiéndose ligeramente de hombros antes de volverse frio de nuevo.

 ―Es extraño― dijo Jongdae, rompiendo el silencio ―.Los últimos competidores de los Lunar han sido decentes, pero poner a un niño sin experiencia es una sentencia de muerte.

Chanyeol se encogió de hombros nuevamente. No tenía ningún interés en los Lunar, nunca supo lo que estaban pensando y la verdad no le importaba. Jongdae parecía desconcertado por la falta de respuesta de Chanyeol, pero cuando se dio cuenta que no iba a conseguir nada más del hombre se inclinó y comenzó a dar marcha atrás en la habitación.

―Ten una buena noche, campeón.

Jongdae cerró la puerta detrás de él, enviando a la habitación en el silencio solitario. Cuando las cortinas estaban arriba y la habitación estaba envuelta en luz parecía magnífica; enormes paredes blancas con hermosas pinturas  artesanales, impresionantes muebles de felpa y ventanas abiertas al sol. Sin embargo, con las ventanas y persianas cerradas, Chanyeol casi podía fingir que el sol no brillaba sobre él nunca más.

Chanyeol alcanzo su corazón, abrió la palma de su mano y dejó que las llamas ardieran una vez más.

♥♥♥

El estadio estaba en un frenesí, el aire prácticamente era un hervidero de emoción. Cada asiento estaba ocupado, las gradas llenas hasta el borde. Chanyeol dejó que sus ojos se perdieran en las gradas, parpadeando contra la intensa luz solar a pesar de que estaba en las sombras, mirada vacía como de costumbre. Él estaba tan sorprendido como lo había estado en las últimas tareas, habría pensado que las tareas se habían vuelto menos populares pero el resultado siguió siendo el mismo, pero los Lunar eran dedicados y él les proyectaba un poco de respeto.

―Byun Baekhyun, competidor de los Lunar, hijo de la luna, ser de luz.

La multitud estalló en vítores. Era ensordecedor, haciendo eco a través del enorme coliseo y llenando el aire con estruendos como un trueno. Chanyeol observó como las puertas del ala sur se abrieron y un hombre joven salió. Él todavía parecía un niño a los ojos de Chanyeol, alrededor de la misma edad que tenía cuando Chanyeol se había convertido en un competidor, apenas un poco más de veinte años de edad. Era pequeño y delgado, pero con un cuerpo tonificado por trabajo duro en los campos y piel pálida, que era común entre los Lunar. La parte superior de su cabeza era un lío de cabello castaño oscuro que contrastaba profundamente con las túnicas azules y púrpuras que llevaba. Chanyeol se sorprendió por su vestimenta, en los últimos años, los Lunar habían sido vestidos con apariencias mucho más grande, pero Baekhyun, en contraste era bastante simple, sólo unas pocas capas atadas a él que le permitían el movimiento y comodidad.

El muchacho caminaba con la cabeza bien alta mientras marchaba contento por el suelo a la plataforma elevada en el centro del estadio. Algunos de los Solaris en la multitud estaban silbando y gritando obscenidades, pero Baekhyun ni siquiera se inmutó, simplemente se deslizo hasta la plataforma y se paró en el patrón de la media luna grabado en el escenario.

―Y Park Chanyeol, competidor de Solaris, hijo del sol, ser de las llamas.

La puerta  enfrente de Chanyeol se levantó. Y él dio un paso en el suelo, momentáneamente ofuscado mientras sus ojos se acostumbraban al sol cegador. Tenían luz solar cada hora del día, pero se preguntó si algún día iba a acostumbrarse. El sonido en el estadio era ensordecedor, pero Chanyeol se había acostumbrado al ruido y apenas lo reconoció, en lugar de eso se movió rápidamente al escenario, trajes elaborados volando detrás de él. Subió las escaleras, haciendo caso omiso de los tres miembros de la corte antes de trasladarse a su lugar en la marca en forma de sol.

Su mirada encontró a Baekhyun y sus labios se volvieron hacia abajo cuando se dio cuenta de lo mucho más alto que era él respecto al otro. Realmente era un niño.

Baekhyun lo miró, como si supiera que él lo estaba mirando, y atrapo sus ojos antes de que Chanyeol pudiera darle la espalda.

Él sonrió.

―¡Les presento, a sus competidores!

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Era de noche, pero una suave luz se filtraba por las ventanas de techo alto, golpeando los cristales que colgaban del techo y lanzaba chispas de luz en la habitación. Una larga mesa se instaló en el centro de la gran sala del palacio de Solaris, envuelta en pesadas sábanas doradas y rojas, sus mejores platos de oro y copas equilibrados en la parte superior de la mesa. Una risa reconocida llenó el aire, ligeras conversaciones revoloteaban alrededor de la habitación, pequeñas bromas y elogios vacíos colgando de los labios de las personas.

Chanyeol se reclinó en su silla en la cabecera de la mesa, ni siquiera se molestaba en parecer interesado mientras miraba a los huéspedes. Los azules oscuros y plateados se mezclaban con los rojos y dorados, pero Chanyeol sabía que la camaradería era falsa, sabía que ambas partes se odiaban tanto como siempre lo hicieron y siempre lo harían. En una ocasión había intentado seguir su juego tonto, pero demasiados años habían pasado y le resultaba tedioso el intentarlo más. El anciano a su izquierda se sentó en silencio mientras el joven a su derecha había quedado en silencio después de un solo vistazo.

No podía dejar de mirar sin embargo, sus ojos se deslizaban de forma continua hasta el otro extremo de la mesa.

Baekhyun era ciertamente diferente.

El joven se sentó en la otra cabecera, rodeado de rojo y dorado, hablando animadamente con las personas que acudían a su alrededor. Por lo general, los competidores estaban asustados, nerviosos por lo menos, pero Baekhyun parecía a gusto; sonriendo,  riendo y haciendo conversaciones con los demás, incluso parecía disfrutar. Chanyeol permitió que su fachada fría se rompiera por un momento, el ceño fruncido formado en su cara porque el panorama le ponía nervioso y no estaba seguro de qué pensar, cuando de repente, Baekhyun levantó la vista y sus ojos se encontraron.

Los ojos de Baekhyun se convirtieron en medias lunas y sonrió.

Esta vez Chanyeol no pudo mantener el ceño fruncido de su rostro. Giro su cabeza, casi como si la sonrisa le quemara físicamente, antes de empujar la silla fuera de la mesa y ponerse de pie. La sala quedó en silencio, muchos de los ocupantes se pusieron de pie, vacilantes. Era la cena de apertura ceremonial que marcaba el inicio de las tareas, a la cual asistían miembros de todos los altos cargos en las dos razas, pero a Chanyeol no le importaba. Tenía que escapar.