Capitulo 4 Mis amigos

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“¡Melisa! ¡Melisa!” Sandeul dijo en desesperación al intentar evadir al  hombre musculoso que se acercaba a él.

“¿Quién diablos eres tú?” Sandeul preguntó a tipo el cual lo toma por el cuello.

“El novio de Melisa enano. ¿Tratas de impedirme algo o qué? ¿Jugando con mi novia a mis espaldas? ¿Es eso? ¿huh? ¿Huh?” el chico musculoso contesto de manera enfadada; ojos abiertos, puños arriba.

“No espera…. ¿Tienes novio? ¡Me dijiste que era solo un amigo!” Sandeul dice volteando a ver a Melissa con cara de “what”. Melissa corre hacia ellos y quita las manos de su novio del cuello de Sandeul.

“Dong Chul-ah, no hagas esto por favor. Sandeul es solo un amigo. Ven adentro.” Melisa tratando de razonar con su fornido novio , empujándolo hacia adentro.

“No se veía así anoche. OK todos tenían unas copas demás, igual y se me paso. ¿Pero aun así tuviste las agallas de volver? ¡¿EN SERIO PIZZA BOY?!” Dong Chul gritó, tratando de llegar a Sandeul, pero Melisa se encuentra en medio de los dos.

“OMG ¿Por qué eres siempre así? ¡Por eso siempre tenemos problemas!” Melisa le dice a su novio con su rostro frustrado. Se voltea hacia Sandeul con una expresión de vergüenza.

“Lo siento Deul, a veces puede ser todo un…..Gracias por venir siempre que he estado triste. Eres un gran amigo.” Dice Melissa y le da un abrazo con un solo brazo; mientras que su otro brazo s encuentra ocupado tratando de contener a su novio. Después ella se lleva a su novio adentro de su casa.

“¡No te atrevas a volver! ¡Como si tuvieras alguna oportunidad con ella! ¡Ni siquiera lo sueñes Pizza Boy!” Dan continuo gritando a Sandeul al ser empujado hacia dentro.

“¡Te podrías callar! Dios mío , eres avergonzarte.” Sandeul escucho a Melisa decir al cerrar la puerta.

 

Sandeul se queda en blanco al cerrarse la puerta en sus narices. Después de unos segundos empieza a reírse de sí mismo. Era totalmente irónico, siempre acababa en la friendzone. Deprimido y herido, se da la vuelta y camina hacia casa. Caminando medio encorvado y con los ánimos por el suelo, el sentido de sus alrededores comienza a desaparecer, y sus ojos comienzan a humedecerse. Aunque no deja que las lagrimas salgan.

Caminando cabizbajo por la calle , no se da cuenta que va en medio del camino hasta que un carro le pasa casi rozando, y es cuando vuelve a la acera. Continúa su viaje con su expresión en blanco, haciendo paradas ocasionales para mirar sus alrededores, asegurándose de no pasarse su casa. Al fin llega a casa, pone sus manos en sus bolsillos en busca de las llaves. Sus bolsillos estaban vacios. Comienza a tocar a la puerta pero nadie responde. Toca una y otra vez, desesperándose más y más.

“¡Shinwoo hyung!” grita.

“¡Jinyoung hyung!”

“¡Baro!”

“Alguien…”

En un momento de desesperación se deja caer en el porche, trae sus rodillas hacia su pecho, y esconde su cabeza entre sus brazos. Momentos después la puerta se abre, trayendo a un Baro despeinado. Mira hacia abajo y observa a un Sandeul agazapado y temblando. Con preocupación, se arrodilla y le da una palmada a Sandeul en el hombro. Sandeul mueve su cabeza y levanta su cabeza. Al ver a Baro, Sandeul lo abraza y empieza a llorar desconsolado.

“¡¿Por qué siempre soy yo? ¿Por qué a nadie le gusto? ¿Por qué siempre se aprovechan de mi?!” Sandeul dice llorando, descargando su frustración por primera vez en mucho tiempo; ya se lo había guardado demasiado.

Baro se encuentra en shock total al ver a Sandeul en ese estado. Aunque siempre tímido e introvertido, Sandeul era un chico alegre. Baro no lo admitía, pero la personalidad alegre de Sandeul siempre lo hacía sentirse feliz. Al ver a este chico tan alegre, tan triste hacia que ese día soleado se volviera oscuro y frio. Sin saber qué hacer, Baro se limita solo a palmear la espalda de Sandeul en señal de empatía.

Permanecieron de esa manera; Sandeul colgado de Baro, Baro dándole palmadas en la espalda a Sandeul, en el porche de la casa. Después de quince minutos, un carro se estaciona frente. Shinwoo sale del carro y los mira, y camina hacia ellos con un semblante de preocupación. Primero lo primero ¿Por qué está en el porche de esa manera? Segundo, ¿acaso es Baro afuera de su habitación?

 

“¡Hey chicos ¿Qué pasa? ¿Qué hacen aquí afuera?” Shinwoo pregunta al sentarse al lado de ellos.

“Sandeul está triste.” Baro responde de la manera más simple.

Al escuchar eso Shinwoo le da un golpecito a Sandeul en el hombro y lo voltea con mucha gentileza para verlo. Viendo los ojos rojos y el rostro mojado de tanto llorar del muchacho, su instinto maternal se activa de inmediato.

“¿Qué pasa amigo? ¿Por qué lloras?” Shinwoo pregunta al mismo tiempo que le quita las lagrimas de sus mejillas.

“No le gusto….nunca le gusté…” Sandeul comienza,  sus ojos se humedecen de nuevo.

Shinwoo comprende de inmediato y levanta a Sandeul para darle un abrazo. Baro permanece arrodillado en seguida de ellos, con una mirada de preocupación por Sandeul.

 

“¡Yah! ¡Un poco de ayuda no me vendría mal!” Jinyoung de repente dijo desde la cajuela del carro, si saber nada sobre la situación.

“Baro ¿podría ayudar a Jinyoung con el mandado? Yo me encargo del pato desde aquí.” Shinwoo dice.

Baro asiente con la cabeza y se para. Con una última mirada a Sandeul, se va hacia el carro en ayuda de sus hyung. Jinyoung estaba buscando las bolsas más livianas para cargar. Cuando de pronto ve un par de manos tomar algunas bolsas, voltea esperando ver a Shinwoo pero se sorprende muchísimo al ver que es Baro. Baro voltea a ver  a Jinyoung sentado en el pavimento, y solo se miran parpadeando una y otra vez por unos segundos.  Encogiéndose de hombros, Baro toma tres bolsas de mandado en cada mano y se dirige hacia la casa.

“Creo que estoy alucinando…” Jinyoung dice antes de ponerse de pie, solo para encontrar una cajuela casi vacía.

“O tal vez no…” se da prisa y toma las últimas dos bolsas, cierra la cajuela y el carro.

 

Al entrar a la casa se encuentra a Sandeul acurrucado en el sofá, Shinwoo haciendo un té y el mandado en la mesa de la cocina. Se dirige hacia la cocina a dejar las últimas dos bolsas, se rasca la cabeza en señal de confusión.  ¿Acaso acababa de ver a un fantasma?

“¿Qué te pasa? Te ves como si hubieras visto a un fantasma.” Shinwoo pregunta al sacar una taza del gabinete para servirle a Sandeul un poco de té.

“Shinwoo ¿Trajiste estas bolsas tu?” Jinyoung pregunta.

“No, Baro lo hizo.” Shinwoo contesta.

Jinyoung abre su boca al darse cuenta y se sacude la cara en confusión otra vez al tratar de comprender la situación. Baro salió al mundo exterior…

 

Decide olvidarse del tema y por fin se da cuenta de que Sandeul tiene una cara muy hinchada, ahora sentado con sus rodillas en su pecho dándole vueltas a su taza de té. Se acerca a Sandeul y le alborota su cabellera.

“¿Estás bien pato?” pregunta amablemente. Sandeul menea la cabeza y ve su reflejo en su bebida.

“Vamos Jinyoung démosle un poco de espacio.” Shinwoo dice al mismo tiempo que acerca a la cocina para acomodar el mandado. Jinyoung obedece y deja la sala. Vuelve unos segundos después cargando un pato de peluche y se lo da a Sandeul. Sandeul lo toma sin decir palabra alguna, lo abraza y se acurruca.

Jinyoung suspira al ver la escena. Había sido un día raro. Gongchan estaba más loco que antes. Baro sale al mundo exterior. Sandeul estaba triste. Él no estaba jugando videogames.

“Haz tus deberes Jinyoung.” La voz de Shinwoo lo hace volver de su realización. Gruñe al escuchar a Shinwoo y se va a su habitación, y quitar un poco del polvo que había estado coleccionando.

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