Primer Encuentro: Advertencias

El Final del Principio

Hola!!! 

De verdad lamento mucho la ENOOOOORME tardanza :P 

Lo que pasa es que ya tenía el capitulo terminado en mi celular pero como se me cayó al agua se murió y perdí la continuación (todo por no mandarmela antes ._.) En fin... aquí está lo prometido, espero les guste. Diganme si les gustó o no y si hay algun error tambien avisenme para poder mejorar. Sin más que decir pasen a leer :D

 

 

 

 

“La policía aún sigue con sus arduas investigaciones acerca de éste nuevo acto de lo que parece ser la masacre del siglo. Con más de 20 homicidios, el hombre, mejor conocido por el seudónimo Caronte, se ha vuelto el más buscado en todo el país.

Miles de civiles han creado manifestaciones en contra de la búsqueda de este misterioso personaje debido a que sólo ha asesinado a violentos criminales que ni los mejores detectives han logrado capturar. Las disputas que ha creado éste caso recorren todo el mundo…”

 

—Vaya, al parecer me he vuelto famoso, ¿No lo crees? —comentó al momento de retirar los guantes que cubrían sus manos.

—Bastante famoso diría yo, aunque realmente no sé si es bueno o malo. Probablemente el próximo imbécil haya oído los noticieros y estará tan atemorizado que irá a esconderse y hará que el trabajo se te complique —dijo mientras apagaba la radio de su celular y observaba los movimientos del hombre a su lado.

—Tranquilo, para mí no hay dificultad y lo sabes. Además con ustedes ayudándome todo será más fácil —sonrió de lado mostrando su reluciente dentadura al mismo tiempo que se acercaba a su acompañante—. Pero bueno, basta de pensar en eso y mejor me apresuro, quiero terminar pronto para poder ir a comer.

—De acuerdo, date prisa y te llevo hyung. Después de todo me toca pagar la comida de hoy.

La sonrisa del mayor se ensanchó y continuó con su trabajo durante unos minutos. Cuando terminó, salieron del lugar dejando a su paso la escena de uno de sus tantos crímenes perfectos.

 

 

El sonido del monitor retumbaba por toda la habitación. El cuerpo que yacía en la cama respiraba calmadamente, ajeno a cualquier cosa que ocurriera dentro y fuera de las pulcras paredes.

Minutos pasaron antes de que el rechinar de la puerta rompiera la calma del lugar y un hombre vestido de blanco hiciera acto de presencia acercándose a la persona que se encontraba dormida. Seguido de cerca, dos hombres más entraron al lugar con aura melancólica.

—Él está fuera de peligro pero aún se encuentra débil a causa de la gran cantidad de sangre que perdió, así que sólo puedo darles 15 minutos, detectives —al ver el asentimiento afirmativo de los hombres salió de la habitación sin decir alguna otra palabra.

—Andy, te dije que tuvieras cuidado —susurró el más alto mientras que, a paso lento, se acercaba a la camilla.

—Eric, él es muy fuerte así que ten por seguro que se recuperará pronto.

—Lo sé, pero no soporto verlo así. El simple hecho de saber que estuve a punto de perderlo me hace sentir una basura. Él es mi hermano y aun así lo puse en este peligro, todo es mi culpa.

Se quedaron en silencio. Por un lado Eric se lamentaba debido al estado de su hermano mientras que Minwoo no sabía las palabras correctas para reconfortar a su amigo, lo único que podía hacer era estar allí a su lado en esa difícil situación.

Ambos estaban tan absortos en sus pensamientos que no se dieron cuenta cuando el menor comenzó a recuperar la conciencia.

—Hyung…

Los dos hombres se sobresaltaron al escuchar la voz del menor y una sonrisa se reflejó en los labios de ambos.

—Andy! Me tenías muy preocupado, casi muero de un maldito infarto cuando me enteré que estabas aquí —habló Eric con voz conciliadora.

—Es cierto Dydy, el psicópata de tu hermano hizo que manejara como si estuviera en una carrera de autos —la expresión exagerada de Minwoo provocó que Eric lo fulminara con la mirada y que el menor sonriera amplio.

—Lamento haberlos preocupado. Todo se salió de nuestras manos y yo… yo no pude hacer nada —giró el rostro escondiéndolo detrás de su alborotado cabello. La impotencia al recordar aquel incidente era enorme. Pequeñas lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos, pero una mano en su hombro hizo que se sorprendiera y levantara la mirada encontrándose con dos pares de conciliadoras miradas, tan cálidas que por un momento olvidó el dolor de su cuerpo y se lanzó a los brazos de su hermano, sollozando cuando éste lo rodeó con fuerza pero sin lastimarlo.

—No fue tu culpa Andy, nadie predijo que algo así sucedería.

—No es así hyung, esto pudo haberse evitado si yo hubiera dado la orden unos minutos antes…

— ¿A qué te refieres Dydy? —la voz de Minwoo sonaba preocupada. El que Andy les contara como terminó en ese estado lo llenaba de incertidumbre.

 

 

—Jinnie! ¿Qué sucedió? —la suave voz de Hyesung llamó la atención de tres hombres que se encontraban sentados en unas bancas, siendo el más alto el que se levantó y respondió a la pregunta.

­—Fue ese bastardo hyung, mató a Xinhai en nuestras narices —la expresión de rabia en su rostro era la misma que la de sus compañeros que aún permanecían en la habitación—. Lo único que logramos fue traer el cadáver, aunque nos costó un poco.

— ¿A qué te refieres con que les costó, Jinnie? —esta vez fue Dongwan el que tomó la palabra.

Un suspiro salió de la boca del más alto.

—Al parecer el muy idiota no cubrió bien sus pasos y los detectives lo siguieron —su voz sonaba cansada pero aun así continuó hablando—. Estaban ocultos viendo como mataba a Xinhai, nosotros nos acercamos justo cuando decidieron salir de su escondite. Les dijimos que éramos policías pero el que parecía estar al mando no nos creyó, así que decidimos actuar.

—Ya veo. Pero tú estás bien, ¿cierto? —Hyesung se acercó a Junjin, dando un pequeño escaneo a su cuerpo para ver si tenía alguna herida.

—Tranquilo, no pasó nada. Creo que ellos se llevaron lo peor.

Hyesung soltó un pesado suspiro.

—Está bien Jinnie, pero por favor ten más cuidado para la próxima.

Dongwan que estaba viendo la escena, sonrió al ver la preocupación que mostraba el rostro de Hyesung. Sabía que, a pesar de estar en una difícil situación, la bondad del mayor prevalecería siempre.

 

 

El camino de regreso fue silencioso. Ambos hombres aún no se atrevían a comentar nada sobre lo que Andy les había dicho.

Flashback

— ¿Que pasó allá, Andy? —insistió Eric con voz calmada, tomando la mano del menor entre las suyas.

Andy tomó aire, recordando el terrible incidente.

—Recibimos una llamada de una farmacia. Dijeron que Xinhai estaba allí, así que fuimos lo más rápido que pudimos pero cuando llegamos nos dijeron que se había ido un par de minutos antes de nuestra llegada —Andy fijó su mirada en los ojos preocupados de su hermano, prosiguiendo con su relato—. Una empleada dijo que, cuando Xinhai salió de allí, un auto lo persiguió. Nos fuimos en cuanto nos dijo eso y llegamos a un callejón. Vimos que un hombre de gabardina negra lo tenía acorralado así que fuimos al puesto de comida de a lado y le pedimos al dueño acceder a la puerta trasera. Cuando llegamos yo observé por la mirilla de la puerta y vi como asesinaban a Xinhai.

—Andy… —habló Minwoo tratando de reconfortar al menor que de pronto había bajado la mirada hacia sus manos, las cuales apretó formando puños.

—No es nada hyung, es solo que… fallé, no debí permitir que lo mataran. Si yo hubiera intervenido en lugar de observar a ese bastardo por la puerta habría sido capaz de evitar esa muerte y probablemente no nos hubieran atacado esos impostores.

— ¿Impostores? ¿Entonces el asesino tenía cómplices? —preguntó Eric, dejando pensativo unos minutos a Andy.

—Yo no diría cómplices hyung, porque parecía que ellos también iban en busca de Xinhai y su asesino. Cuando salimos a confrontar al hombre de gabardina, aparecieron y dijeron que eran policías pero sinceramente no los vi como tal, en especial uno que al parecer era el líder… —sin saber por qué, el corazón de Andy comenzó a palpitar más de lo normar al recordar el rostro de aquel hombre que le habló antes de dispararle y dejarlo semi-consiente en el callejón.

—Al parecer ese tipo te espantó mucho Dydy, mira que hacer que tu pulso se acelere de tal forma no es normal —comentó Minwoo señalando el monitor en donde se veían los signos vitales de Andy.

—N-no es eso hyung… e-es solo que tenían pinta de criminales, por eso dudé si creerles o no y me puse nervioso, es todo —la voz entrecortada de Andy hizo sospechar a Eric, pero le restó importancia cuando el menor siguió hablando.

—Estaba a punto de ordenar fuego pero me quedé pensando si creerles o no, ellos lo notaron y aprovecharon para abrir fuego. Fue allí cuando nos hirieron, alcanzamos a disparar pero nuestra mala suerte salió a flote y no les dimos. Yo aún estaba un poco consiente y vi como tomaban el cadáver de Xinhai y escapaban al igual que ese maldito asesino. Traté de levantarme y seguirlos pero ya era demasiado tarde, sólo alcancé a escuchar como el dueño del puesto de comida llamaba a una ambulancia. Cuando llegaron los paramédicos y me subían a la camilla aproveché lo último que me quedaba de fuerza para llamar a Minwoo hyung antes de que me pusieran la mascarilla de oxígeno.

Los tres guardaron silencio cuando el menor terminó su relato. La preocupación estaba pintada en el rostro de Eric, todo le resultaba muy extraño, ¿Para que querrían el cadáver? Y lo que más le inquietaba ¿Quiénes eran esos hombres?

Fin del Flashback

—Quizá… —habló Minwoo rompiendo el pesado silencio— sí eran policías, sólo se confundieron y pensaron que los chicos eran los malos, ya sabes cómo son esos hombres, se confunden a cada rato.

—No lo creo, si hubiera sido una simple confusión no les habrían disparado como si quisieran matarlos.

—mmm… tienes razón.

El silencio reinó nuevamente. Pasaron un par de minutos hasta que el auto de Minwoo aparcó frente a un edificio.

—Gracias por traerme de regreso.

—No es nada, sabes que cualquier cosa que necesites puedes decirme —fijó su mirada en los ojos de Eric advirtiéndole que tenían una conversación pendiente—. Cuídate, mañana nos vemos.

Sin decir más, pisó el acelerador y se fue dejando a Eric solo.

—Ese enano, mira que acelerar de tal forma… aish! Y luego dice que yo lo obligo a manejar así.

Eric rio un poco debido a su comentario y dio media vuelta dispuesto a entrar al edificio pero el vibrar de su celular lo detuvo. Suspiró pesadamente antes de responder la llamada.

— ¡Eric hyung debes de venir rápido, es urgente! —Eric tuvo que alejar el celular unos centímetros debido a la potente voz que se escuchó.

—Bogeun tranquilo ¿Qué es lo que sucede?

—Encontraron un cadáver en el bosque, aún no sabemos su identidad pero al parecer era un criminal por la forma en que lo asesinaron.

— ¿Qué quieres decir? ¡Habla claro Bogeun! —el tono de voz de Eric era desesperado.

—Tenía las vísceras abdominales fuera y varios cortes en la garganta, el rostro y en sus es. Además tenía los tobillos amarrados a sus piernas.

— ¡Demonios! Voy para allá, no tardo.

Eric cortó la llamada sin decir más y corrió hasta el estacionamiento del edificio.

Cuando llegó hasta su auto subió con rapidez, lo encendió y se marchó a alta velocidad enfilando su camino por la ruta más rápida. Llegando hasta un semáforo en rojo, aprovechó y abrió la ventana del auto para que el aire helado mantuviera su mente en el presente, pero era un poco difícil ya que un extraño sentimiento lo llevaba hasta el día en que iniciaron los extraños homicidios. Cada repugnante, y hasta cierto punto tétrica, escena del crimen que encontraban era perfecta; nunca había huellas digitales, ni sangre, ni siquiera un cabello del agresor. Nada. Para Eric se volvió un reto encontrar al asesino, pero todo comenzó a tornarse confuso después de unos meses, cuando el misterioso modus operandi cambió de matar cruelmente a únicamente matar con una bala en el centro de la cabeza. Al principio, creyeron que el hombre al que buscaban se había cansado de matar tan elaboradamente y temiendo a ese cansancio pudiese cometer algún error que terminarían encontrando los detectives para así capturarlo de una vez por todas, pero a la siguiente semana encontraron nuevamente una escena perfecta. No entendían nada de lo que ocurría, ¿Estaría jugando con los policías? Nada de eso tenía sentido a menos que lo hiciera a propósito para volverlos locos.

Sin darse cuenta, había llegado hasta el bosque que le había dicho Bogeun.

Bajó lo más rápido que pudo y se dirigió hasta la cinta amarilla que cubría el perímetro. Cuando estuvo lo bastante cerca vio el por qué su compañero le habló tan alarmado. Observó íticamente todo a su alrededor hasta que una voz lo sacó de sus pensamientos.

—Detective Mun, llegó más rápido de lo que creí.

Eric giró el rostro para ver como una bella mujer se acercaba a él. Sin poder evitarlo frunció el ceño.

—Qué alegría tenerte por aquí, Siyeon —la voz sarcástica de Eric hizo que la mujer sonriera con sorna.

—Es algo que no me perdería por nada, más aun al oír que no has podido encontrar nada que nos lleve a algún sospechoso. Al parecer tu encanto se está perdiendo con el paso de los años.

Ambos se observaron, retándose con la mirada. Siyeon se acercó un poco más a Eric y amplió su sonrisa.

—Espero que mi presencia no interrumpa tu trabajo, mi amor… —las últimas palabras fueron dichas con toda la intención de irritar a Eric, el cual tomó de los hombros a la mujer y la apartó un poco brusco.

—Sólo mantente al margen y evita hacer este tipo de cosas.

—No prometo nada, cariño.

Eric bufó en respuesta y caminó en búsqueda de Bogeun dejando atrás a Siyeon.

En el pequeño transcurso observó con más detalle la escena; el cuerpo inerte de un hombre caucásico atado de los tobillos a las piernas, rostro levemente desfigurado a causa de diversos cortes; alrededor la tierra estaba más húmeda de lo habitual debido al charco de sangre que rodeaba al cadáver. Lo que llamó más la atención de Eric fueron las huellas que salían de entre los matorrales que cubrían el cadáver y se posicionaban encima del charco de sangre. Era como si el asesino se hubiera quedado parado en ese lugar por varios minutos observando la agonía de su víctima y luego se hubiera marchado sin preocuparse por borrar las huellas de sus zapatos.

—Hyung! Es bueno que llegaras rápido.

—Es mi trabajo así que no puedo darme el lujo de retrasarme.

—Es cierto… oh! Antes de que lo olvide, mientras el equipo escaneaba el lugar hallaron una vivienda a  unos metros de aquí. Al parecer la víctima se escondió adentro —Bogeun hizo una breve pausa para buscar entre su abrigo una pequeña bolsa de evidencia—. En la habitación más grande encontraron un poco de cabello que al parecer coincide con el  cadáver.

Eric tomó la pequeña bolsa y la observó mientras escuchaba atento a Bogeun. Varias cosas pasaban por su mente, tenía más preguntas que respuestas y eso comenzaba a frustrarlo.

— ¿Cómo llegó el cadáver hasta aquí?

Bogeun meditó unos segundos antes de responder.

—… Aún seguimos investigando, hyung.

Ambos permanecieron en silencio el cual fue roto por la voz ronca de un oficial.

—Detective Mun, me alegra encontrarlo —inhaló un poco de aire para tranquilizar su agitada respiración y rápidamente habló—. Creo que Bogeun ya le mencionó lo de la casa.

Ambos asintieron y el oficial continuó.

—Bien… Los especialistas le dieron un escaneo y encontraron a un hombre que dice  haber visto parte del rostro del homicida.

Eric y Bogeun se acercaron inmediatamente al oír lo que dijo el oficial y éste hizo un ademán para que lo siguieran, guiándolos por el bosque.

Caminaron a lo largo de un pasillo de cinta amarilla hasta llegar a la casa, la cual estaba rodeada por varios hombres y mujeres vestidos con trajes azules. Cada uno capturaba con sumo cuidado pruebas que ayudasen a resolver el caso.

Al entrar a la casa caminaron por un corredor que los condujo a una pequeña cocina, en la cual dos oficiales custodiaban a un humilde anciano. Eric iba a presentarse antes de comenzar con una serie de preguntas pero la voz aguda del hombre se adelantó.

—Con todo respeto señores, antes de comenzar con las preguntas me gustaría que alguien fuese bueno con los retratos hablados para hacer una descripción de la persona que iba detrás del difunto antes de que mi memoria de viejo lo olvide.

Eric sintió regocijo al oír esas palabras. El saber que por fin tendría un rostro para su gran martirio era la mejor noticia que había recibido desde que se abrió el caso. Observó a su compañero y éste de inmediato captó el mensaje saliendo del lugar para volver minutos después en compañía de un hombre unos años mayor que él.

—Yonghee,  el señor tiene algo para ti.

El nombrado se acercó a la mesa tomando asiento para así dar inicio a su trabajo.

Durante los siguientes 20 minutos el anciano se dedicó a describir al homicida. Por su parte, Yonghee hizo gala de sus habilidades al retratar perfectamente cada detalle que le daban, sorprendiéndose cuando terminó su labor.

— ¿Qué ocurre, Yonghee? —todos los presente observaban confundidos al ver la sorpresa en el rostro de su compañero, el cual no podida hacer más que observar lo que tenía plasmado en aquella libreta.

Eric comenzó a desesperarse al no ver reacción por parte de su colega y en un impulso caminó hasta llegar a su lado, quitándole la libreta de las manos.

—Esto… no puede ser… —susurró impresionado sin creer lo que veía.

—Increíble ¿no es así detective? —nuevamente la voz del anciano llamó la atención de los presentes, sin embargo Eric aun parecía hechizado por lo que veía. El impacto fue mayor para él porque sabía que había visto ese rostro con anterioridad—. Al principio me pareció sumamente aterrador que un joven con ese rostro tan angelical fuese un asesino, pero me di cuenta de que las personas no siempre son lo que aparentan. En este mundo ya no sabes quién podría ser un cruel psicópata porque todos guardan muy bien las apariencias… ejemplo de ello es aquel muchacho.

Todos escucharon atentos las palabras del anciano llenándose cada vez más de curiosidad por el dibujo.

Cuando la cocina quedó nuevamente en un silencio sepulcral, Eric giró la libreta mostrándoles el retrato a los demás presentes. Bogeun y los oficiales quedaron sorprendidos y no era para menos, el hermoso rostro que vieron los dejó sin palabras.

—Oh Dios! ¿Está seguro de que aquel joven es el homicida? —chilló un oficial haciendo que el anciano frunciera el ceño y apretara los labios en signo de molestia.

—Más seguro no podría estar, oficial.

El silencio volvió a reinar el lugar. Todos los pares de ojos estaban tan centrados en aquella libreta que no se percataron del ligero temblor en  el cuerpo de Eric.

 

 

Abrió los ojos con molestia tratando de acoplarse a la oscuridad del lugar. Se removió entre las finas sabanas de seda hasta quedar sentado mirando un punto fijo en la cama. ¿Cuánto tiempo llevaba dormido?

Aturdido, soltó un bostezo mientras que alargaba la mano para encender la luz de la pequeña mesita a su izquierda. Con pereza tomó el reloj que reposaba a lado de la lámpara y miró la hora.

—Cielos, dormí tres horas.

Estiró los brazos mientras otro bostezo se escapaba de sus finos labios. Con lentitud se incorporó hasta quedar sentado y observó alrededor de la habitación con cierta sensación de intranquilidad.

Cuando estaba dispuesto a levantarse el sonido de su celular retumbó por todo el dormitorio. Con fastidio buscó el aparato entre las sabanas encontrándolo debajo de una mullida almohada.

— ¿Cómo está todo? —Contestó con excesiva prontitud apenas leyó el nombre que mostraba la pantalla.

—Pues, nada bien. Me acabo de enterar de que hay un testigo del homicidio en el bosque.

Su expresión se tornó sombría al oír aquellas palabras.

—Ya veo… eso quiere decir que aquel detective ya tiene en sus manos lo que tanto deseaba.

—Exacto, ¿ahora qué harás?

—Creo que… es hora de hacerle una visita para darle una pequeña lección.

Sin dejar aquel semblante sombrío terminó la llamada y sonrió de medio lado.

 

 

Faltaba poco para la media noche, era viernes y la ciudad estaba más activa de lo usual. Los estruendosos sonidos de los autos le provocaban dolor de cabeza. Siempre los había odiado.

Eric iba de camino a su departamento en busca de paz; el día había sido bastante largo a su parecer debido a que ocurrieron tantas cosas que lo dejaron más agotado que una semana de arduo trabajo; primero aquel extraño momento en la cafetería que terminó por llevarlo al consultorio del doctor Choi Tae, luego esperar desde las diez de la mañana hasta las cinco de la tarde a que su hermano saliera de cirugía y por ultimo otro extraño homicidio. Las únicas noticias buenas de todo ese pesado ajetreo eran que su hermano estaba bien y que por fin tenía una pieza clave para el caso.

Sonrió con satisfacción debido a aquel logro pero su sonrisa cambió en cuestión de segundos al recordar que ese rostro lo vio precisamente ese mismo día, justo cuando estaba en la cafetería con Minwoo. Apretó con fuerza el volante. La rabia lo llenaba de tan solo pensar que el asesino tenía el cinismo de pasearse libremente por la ciudad. Bufó tratando de calmarse, antes que nada quería resolver su duda mayor, ¿Cómo demonios sabía el nombre de ese psicópata? si ni siquiera había tenido contacto con él… ¿O sí?

Cuando se dio cuenta de que estaba frente al edificio en el que vivía sacudió la cabeza tratando de alejar esos pensamientos. Entró al estacionamiento ubicándose en el lugar de siempre. Apagó su auto, sacó las llaves y recogió unos documentos que iban en el asiento del copiloto. Dio un último vistazo para verificar que nada le faltaba y cuando estaba seguro de que llevaba todo, salió del auto.

Caminó un par de metros pero se detuvo al sentir que alguien lo observaba. Giró sobre sus talones revisando el estacionamiento… pero estaba solo.

—Imaginaciones mías —murmuró retomando su caminata.

Una vez frente a las puertas grises oprimió un botón llamando al ascensor. Alzó la vista para ver el descenso de los números verdes que mostraba la pequeña pantalla arriba de las puertas.

Cuando aquella pantalla mostró el número seis, Eric soltó un respingo al sentir un frio metal tocar la piel de su cuello.

—Buenas noches detective —un escalofrió recorrió su cuerpo al oír la suave e inexpresiva voz—. Es un placer por fin conocerlo, he oído muchas cosas interesantes sobre usted.

—Lamento no poder decir lo mismo de ti —sin poder evitarlo sus palabras salieron cargadas de desprecio.

—Oh! Porque tanto odio si nos acabamos de conocer… —dijo mientras se acercaba un poco más a su oído—… Yo creí que nos llevaríamos mejor.

Eric comenzó a sentir ligeros temblores en todo el cuerpo, la cercanía de aquel hombre le ponía los nervios de punta. Aun no sabía porque su cuerpo no reaccionaba, él fácilmente podría liberarse de ese agarre sin salir lastimado y sin soltar una gota de sudor, pero en ese momento no podia  mover ni un musculo.

— ¿Por qué tendría que llevarme bien contigo? Sólo eres un desgraciado que gusta de asesinar.

Las puertas del ascensor se abrieron. Eric sintió como su captor se tensó ante sus palabras y justo cuando iba a retomar la palabra una frívola risa lo detuvo.

—Pero que cosas dice, ¿Un desgraciado que gusta de asesinar? Por favor, si no hiciera mi trabajo esta ciudad acabaría destruyéndose sola.

El hombre reforzó su agarre y estiró el pie izquierdo para detener las puertas del ascensor, las cuales se abrieron de inmediato al verse obstruidas.

—Mira, hoy sólo vengo a decirte una cosa —hundió un poco la fría daga en la suave piel haciendo que Eric soltara un gemido de dolor. El corte no fue profundo pero fue suficiente para que la sangre comenzara a brotar—. Escuché que alguien me retrató gracias a un testimonio ¿y sabes qué? Eso realmente me molestó, así que óyeme bien detective. Si se te ocurre a ti o a cualquier policía de pacotilla poner mi rostro en algún patético periódico o página de internet, mataré no solo a esos criminales ineptos, sino que también iré por las familias de todo el personal del caso, obviamente incluyéndote a ti y a tu preciado  hermano, que por cierto escuché que su operación salió exitosa.

Eric sintió la rabia apoderarse de su cuerpo al oír esas palabras y cegado por ese sentimiento comenzó a forcejear para liberarse del agarre en el que se encontraba prisionero, fracasando casi al instante debido a que su captor lo sostenía con más fuerza de la que imaginó.

—Eres un infeliz ¡¡No metas a nuestras familias en esto!! —masculló entre dientes debido al coraje. El hombre tras de él sólo rio ante sus inútiles esfuerzos.

—Yo solo te estoy advirtiendo, la vida de él está en tus manos.

Con rapidez retiró la daga y con un golpe en la nuca lo tiró al suelo dentro del ascensor.

—Maldito imbécil —gimió y trató de levantarse pero el dolor que recorrió por su cuerpo se lo impidió, así que con mucho esfuerzo logró levantar la mirada encontrándose con el bello e inexpresivo rostro de su captor.

—Sólo le estoy advirtiendo,  Detective.

Y sin más, las puertas del ascensor se cerraron dejando a Eric con un extraño sentimiento en el pecho.

 

Continuará…

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Comments

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Beatriz3003 #1
Chapter 2: Es una muy interezante historia! No he leido algo asi pero me esta gustando la historia!!
klauh1 #2
Chapter 2: genial genial , me va gustando esta historia, esperare por mas c:
Ailec1612
#3
Chapter 1: Oh!!! Esta super interesante, muy intrigante!!
Amo este tipo de tramas!!
Esperare el siguiente capitulo :D
emi_amore
#4
Chapter 1: o.o sayu esta genial , em gusta cuando hay crimenes , sigue asi :D
Shinbella
#5
Chapter 1: se ve interesante! me gusta el misterio!