{EXO/SongFic} E.T {Parte 02}

Description

Autora: Lee Enyu.

Tipo: Hetero, Songfic.

Canción: E.T. - Katy Perry.

Género: AU, Romance, fantasía (?)

 

Foreword

Eres tan hipnotizante,
podrías ser el diablo,
podrías ser un ángel.

 

Era el primer día de clases de su segundo año en la preparatoria. Llegó bastante temprano, la escuela no tenía muchos alumnos aún. Caminó por los pasillos pasando los edificios hasta llegar al que sería su nuevo salón. Estaba vacío, era algo clásico de sus compañeros: llegar cuando faltara poco para iniciar las clases.

Dejó la mochila en su lugar y salió para caminar, además por ser el primer día muchos alumnos faltarían, ya que no solían tener clases en sí. Los maestros se presentaban, pedían que ellos lo hicieran, les explicaban de qué irían las materias y rara vez encargaban tareas.

Cuando pasó por la zona de las canchas de baloncesto vio a un chico que nunca había visto antes. De eso estaba segura, sobre todo porque era excepcionalmente alto. Tenía el cabello peinado en puntas y de un color castaño rojizo no pudo verlo bien de la cara pero había surgido en ella una curiosidad abrumadora por saber quién era el chico.

Sintió como sus piernas se congelaban, y por más que quería caminar y moverse de ese lugar no podía, la razón era que el chico se había girado a verla. Tenía unos ojos oscuros, realmente oscuros y parecía ser extranjero. No le quitaba la vista de encima, y ella tampoco podía dejar de mirarlo se sentía aún más curiosa de saber quién era él, no podía descifrar la forma en que la estaba viendo.

Un toque en su hombro la sacó de su transe. Se giró a ver quién había sido y frente a ella se encontró a su mejor amiga mirándola de forma curiosa.

—¿Qué haces?

—Nada, mejor vamos al salón.

Aún y cuando ya había dejado de verlo podía sentir unos escalofríos recorrerle la espalda y al darse la vuelta se dio cuenta que él seguía viéndola fijamente. Y eso en lugar de hacer que actuara de forma prudente como solía hacer le indujo más curiosidad aún.

Cuando entraron en su salón de clases apenas habían llegado otros cuatro compañeros.

—Oye, ¿viste al chico que estaba en las canchas de baloncesto? —su amiga asintió sin decir palabra alguna. —¿Sabes quién es? Nunca lo había visto antes.

—Claro que lo conozco, Jazmín toda la escuela lo conoce, por Dios ¿es en serio?

—Si te pregunto es porque no sé.

—Jaz, lleva en esta escuela desde primer año. Está en tercero, se llama ChanYeol Park, es muy popular porque es muy guapo. —Eso era verdad, había comprobado que era muy atractivo. —Pero no se relaciona con nadie, no tiene amigos ni novia. Y es muy raro.

—Nunca lo había visto antes Elizabeth. —su amiga la veía como si estuviera enferma. —No me veas así, es en serio nunca lo había visto antes.

—Tal vez no lo habías notado, aunque es difícil no hacerlo llama mucho la atención.

¿Podía ser posible lo que le decía Eliezabeth? ChanYeol llevaba estudiando en la preparatoria desde primer año, ahora estaba en tercero y ella en segundo, pero nunca lo había visto antes. Había algo demasiado extraño en todo. Su mejor amiga decía que toda la escuela sabía quién era él, pero nunca lo vio hasta ese día, ¿de qué se trataba?

 

 

Tu caricia, magnetizante,
me siento como flotando,
deja mi cuerpo incandescente.

 

 

La primera semana de clases estaba por terminar y ya odiaba a una de las asignaturas que cursaría ese año. Biología. Era su infierno personal hecho plan de estudios.

Se suponía que la primera semana de clases debería ser relajada, pero no, gracias a Biología no lo sería. Era viernes y tenía una cantidad abismal de tarea de esa asignatura. Por lo que después de clases se dirigió a la biblioteca para avanzar lo más que pudiera la tarea, ya sacaría algunos libros para llevarlos a casa, pero quería adelantar lo que pudiera.

La biblioteca estaba vacía, al menos no habría quien la interrumpiera. Encontró los libros que necesitaba y fue a sentarse a una mesa que estaba casi oculta de la vista de cualquier persona que estuviera en el sitio. Incluso de la encargada del mismo.

Empezó a leer y hacer algunas anotaciones, ía que la vista se le nublaba y los bostezos se hacían cada vez más recurrentes. Finalmente el cansancio le ganó y se quedó dormida.

Cuando despertó solo algunas luces de la biblioteca estaba encendidas. Y al caminar hacia la puerta se dio cuenta que estaba oscureciendo, ya era bastante tarde. Empezó a sentir miedo, pero al darse cuenta que la puerta de la biblioteca estaba abierta respiró aliviada. Salió, y las luces mercuriales eran lo único que alumbraban los pasillos de la preparatoria. No había ruido alguno tampoco. Estaba totalmente sola. Sus padres no le habían llamado porque creían que dormiría en casa de Elizabeth, ese era el plan hasta que surgió la tarea de Biología y tuvo que cancelarle a su amiga, solo que no le avisó a sus padres.

Empezó a caminar para dirigirse hacia la salida de la escuela. Menos mal no habían puesto candado alguno y pudo salir por ahí, de lo contrario habría tenido que saltar la barda o en su defecto llegar hasta el patio trasero y buscar un agujero en la valla metálica. Y eso no era realmente una idea muy agradable, ya que esa zona de la preparatoria estaba sin luces, y siendo de noche daba bastante miedo.

Todo sucedió demasiado rápido. Apenas estaba caminando por la acera del frente cuando sintió que la acorralaron contra la barda de la escuela. Eran cuatro sujetos.

—Dame todo lo que tengas, si no quieres salir herida niña. —cerró sus ojos por inercia.

Realmente no traía mucho dinero, probablemente lo único de valor era su teléfono celular. Pero no podía decir palabra alguna a causa del miedo, sí solía asustarse rápidamente y sobre todo ahora con un asalto estaba siendo presa del pánico total. Sabía que eso no era bueno, que si los sujetos se desesperaban porque no se movía podrían hacer algo peor, pero sus nervios y miedo eran mayores en ese momento.

Mientras pensaba sintió un jalón leve y un golpe sordo en la acera. Al abrir sus ojos vio al sujeto que la había amenazado antes tirado en el suelo sin moverse y como los otros dos parecían querer pelear con alguien, y pudo ver una silueta de chico, un chico bastante alto.

—No deberían molestar a chicas inocentes durante la noche. —la voz de él era muy grave, y por algún motivo cuando la escuchó un escalofrío la recorrió.

—No es asunto tuyo mocoso.

Escuchó golpes y quejidos por parte de los ladrones, las luces de la calle estaban fallando por lo que era aún más difícil ver lo que sucedía. Sintió un jalón y como un brazo rodeaba su cuello y le impedía poder respirar bien.

—Déjalos mocoso, o ella termina con la navaja en su garganta. —y fue entonces que pudo percibir el frío de la navaja muy cerca de su cuello.

De nueva cuenta todo sucedió demasiado rápido.

—Suéltala. —la voz grave de su defensor se escuchó muy cerca de ella, casi en su oído. Y fue liberada del agarre del ladrón para luego escuchar un golpe y como se quejaba del dolor. —Váyanse…—una mano la jaló y sintió la respiración del chico de voz grave muy cerca de ella. Todos sus sentidos se pusieron en alerta, su piel se erizó y una sensación de descarga eléctrica la recorrió entera.

Los ladrones se alejaron corriendo. Y como si fuera magia o algo sobre natural, las luces de la calle empezaron a funcionar correctamente, se giró para ver a su salvador y no pudo evitar reaccionar con excesiva sorpresa y a la vez alejarse dando unos pasos, y eso provocando que tropezara con su mochila y casi cayera, de no ser porque él reaccionó rápido y evitó que sucediera al sostenerla en sus brazos.

En cuanto pudo ponerse pie y reaccionar, tomo su mochila rápidamente y fijó la vista en él. ¿De verdad ChanYeol la había ayudado? ¿Qué estaba haciendo él ahí?

—Tuviste suerte que apenas estuviera saliendo de la escuela, no vuelvas a quedarte sola. —dijo dándole la espalda y empezando a alejarse por la misma dirección en la que se habían ido los ladrones.

Ni siquiera le dejó darle las gracias. Comenzó a caminar hasta llegar a la parada de autobuses. Y durante el trayecto esa sensación de que estaba siendo observada por alguien no desaparecía, era la misma sensación que sintió cuando ChanYeol no le quitaba la vista de encima. Pero por más que se esforzaba por buscar o encontrar a alguien que la siguiera no había nada, y entonces creyó que tal vez era su imaginación.

Después de lo que había sucedido hacía unos momentos sintió algo raro en ella. Tenía una necesidad de buscarlo, de verlo, era como si se hubiera creado una conexión magnética con él, algo había ocurrido después de todo eso. Algo había de diferente en ella.

Después de bajar del autobús tenía que caminar dos calles para llegar a su casa. Y de nueva cuenta mientras caminaba esa sensación no desaparecía, de vez en cuando se detenía e intentaba escuchar por si alguien venía detrás y después se giraba a ver. Estaba segura de que alguien la seguía, aunque no pudiera verlo.

Al llegar a su casa como era de esperarse sus padres le cuestionaron el que no se quedara en casa de Elizabeth, no les quiso contar lo del casi asalto de modo que les respondió que había vuelto de casa de su amiga por la tarea que tenía.

Subió a su habitación y después de darse una ducha se tiró sobre la cama, la ventana estaba un poco abierta y el viento soplaba ligeramente haciendo mover la cortina. Apagó las luces decidida a dormir. Se recostó viendo hacia la pared y cerró los ojos. La noche era demasiado silenciosa, solo el sonido del viento se apreciaba hasta que un sonido en el techo la hizo girarse, y al hacerlo pudo apreciar una silueta en la ventana.

Se levantó rápidamente, evitando hacer ruido sin embargo al caminar se pegó en uno de los dedos de los pies y no pudo contener un pequeño quejido de dolor. Se escuchó nuevamente un ruido y cuando alzó la vista hacia la ventana ya no se apreciaba la silueta, con todo y el dolor se acercó rápidamente, corriendo la cortina hacia un lado y abriendo la ventana, miró hacia arriba y hacia los lados pero no había nadie, incluso la calle estaba vacía. Ni un alma pasaba por ahí.

—Debió ser mi imaginación.

Volvió a cerrar la ventana y correr la cortina. Su mente debía estarle jugando bromas, bromas bastante pesadas por cierto. Todo era sugestión a causa del asalto, sí eso tenía que ser.

 

 

*

 

Tres semanas desde que había ingresado a esa preparatoria. Todo iba saliendo bien, cada persona que entraba en las instalaciones de la escuela era como si lo conociera, como si realmente él hubiera estado estudiando ahí desde primer año sin embargo hubo una sola persona que no cayó. Era una chica de segundo año, ella le había dicho a su amiga que no lo conocía, que nunca lo había visto antes y estaba en lo correcto él no había estudiado ahí desde primer año, acababa de llegar apenas. Fue la única que no cayó, pero ¿por qué?

Encima la primer semana de clases la había defendido de unos asaltantes, fue algo sencillo pero al tenerla tan cerca y haberla tocado algo se disparó en su interior, algo que le recorrió el cuerpo entero.

Después de ese momento sentía unas ganas inevitables de buscarla, de verla y de tenerla cerca sin embargo se controló. Era una sensación atrayente, como si hubiera un enorme campo de magnetismo que lo llevaba a estar cerca de esa chica.

 

Mientras salía del laboratorio de cómputo escuchó una conmoción; un grupo de alumnos estaba aglomerado en las canchas y rodeaban a alguien que estaba en el suelo inconsciente. Sintió una opresión en su pecho y que le costaba respirar, ¿qué le pasaba? Nunca se había sentido así antes, y entonces reconoció la voz de una chica que gritaba y el nombre que decía. Bajó las escaleras lo más rápido que podía considerarse normal, y al llegar al portón de las canchas tuvo que empujar a la gente para llegar hacia ella.

Ahí estaba, ahí estaba esa chica de nombre Jazmín, tirada en el suelo inconsciente y con sangre saliendo de su nariz, a su lado estaba un balón de baloncesto. Su amiga estaba hincada a su lado llamándola. Y frente a ellas, tres chicos. Uno de ellos había sido el culpable de que ella estuviera inconsciente en ese momento. Nadie se movía, parecía que no sabían qué hacer.

Se acercó junto a ella y la levantó en sus brazos. Su amiga lo veía sorprendida.

—La llevaré a la enfermería. —no esperó que la chica dijera algo y empezó a caminar con Jazmín en sus brazos. Sintió nuevamente esa sensación de electricidad y magnetismo recorrerle entero. ¿Qué le pasaba con ella? ¿Por qué se preocupó tanto al darse cuenta que estaba herida? Acaso podría ser… ¿Qué las leyendas fueran verdad?

Al llegar se negaba a soltarla pero tenía que hacerlo para que la enfermera la revisara. Salió para dirigirse de nuevo hacia las canchas y encontró a la amiga de Jazmín reclamándole a uno de los tres chicos de antes. Se plantó frente a él y lo jaló del cuello levantándolo unos centímetros del suelo.

—Ahora vas a decirme, ¿fue un accidente o lo hiciste intencional imbécil? —el chico tenía una cara de miedo, no era para menos lo veía con ganas de querer matarlo. —¡Responde!

—Fue una broma… Yo yo pensé que iba que a reaccionar y evitaría el balón, no quise…—lo interrumpió.

—No quisiste pero lo hiciste, idiota, ahora ella está inconsciente en la enfermería. —acercó más su rostro al del atemorizado chico. —Si la vuelves a lastimar… te buscaré y te mataré, ¿entiendes? —el chico asintió rápidamente sin decir palabra alguna.

Lo soltó y después quiso volver a la enfermería pero Jazmín ya no estaba sola. Su mejor amiga estaba ahí, era mejor que no lo viera. La opresión en su pecho estaba desapareciendo poco a poco, tal vez eso significaba que ella ya estaba mejor.

Ahora menos podía estar lejos de ella, ya no podía seguir así. Después del incidente del asalto, cada día la había seguido hasta su casa. Esa primera noche ella casi lo descubre, pero pudo huir antes de que lo viera. Iba acercarse, lo había decidido. Si las leyendas tenían razón, ella era esa persona.

 

 

*

 

Tú eres de otro mundo,
una dimensión diferente,
abres los ojos
y estoy preparada para partir,
condúceme a la luz.

Después del incidente con el balón de baloncesto las cosas con ChanYeol cambiaron drásticamente. Solía encontrárselo seguido por la escuela e incluso la saludaba, a veces diciéndolo otras simplemente moviendo la mano. Al poco tiempo se sorprendió al encontrarlo en la puerta de la preparatoria cuando ella salía de la biblioteca. Ya era algo tarde después de la hora de salida, y él estaba ahí y la estaba esperando.

—¿Puedo acompañarte a tu casa?

¿Quería acompañarla? Pero ¿por qué? Y sobre todo ¿qué debía contestarle? No era que no quisiera, pero realmente no lo conocía mucho y aun sabiendo eso no podía negar que había algo con él, algo diferente. Él era diferente, y ella lo sabía solo que no podía explicar esa clase de “diferente”

—Claro.

Caminaron hasta llegar a la parada de autobuses. Se sentaron y esperaron. Quería hablar con él sobre todo por lo que había sucedido desde esa noche, pero no sabía cómo sacar el tema. El autobús que solía tomar se detuvo y bajó una persona, sin embargo ella no se levantó para tomarlo. ChanYeol se le quedó viendo.

—¿Por qué no quisiste tomar el autobús?

—Quiero hablar contigo de algo. —Tragó saliva y soltó las cosas sin pensar. —Sé que no nos conocemos prácticamente nada. Y sé que se supone que eres alumno de la preparatoria desde primer año, pero yo nunca te había visto hasta el inicio de este ciclo escolar. Todos te conocían y decían eso, pero yo sigo estando segura que no es así. —ChanYeol la miraba fijamente. —Estoy segura que nunca te había visto antes, y que apenas ingresaste este año.

—¿Y? —la seguridad de ChanYeol era abrumadora, no parecía inmutarse ni un poco con lo que estaba diciendo. ¿Tenía nervios de acero?

—Que me defendiste de esos ladrones cuando salía tarde de la escuela y desde ese día no puedo quitarme la sensación de que alguien me sigue hasta mi casa, aunque me volteé y mire no hay nadie, pero sé que alguien me sigue y luego me llevaste a la enfermería cuando ocurrió el accidente del balón y encima amenazaste al chico que lo provocó. —suspiró sonoramente mientras ChanYeol continuaba viéndola. —Y además, desde la noche del asalto me siento diferente, necesito, sí realmente necesito verte, tengo una sensación de querer estar contigo y no sé por qué si no te conozco es como un campo magnético que me lleva hacia ti… Y no puedo evitarlo.

—Me pasa igual. — ¿eso era todo lo que iba a responderle? ¿De verdad?

—Quiero que me expliques que está pasando, quiero que me digas ¿Qué eres ChanYeol? —ahora era ella quien lo veía fijamente.

—De acuerdo. Te mostraré. —se acercó a ella y sin más la besó. Una descarga eléctrica aún más fuerte que las anteriores la recorrió, seguida por un espasmo. Cerró sus ojos y fue como ver una película.

Personas, muchas personas todas parecían humanas pero sus ojos eran diferentes, eran de un color dorado nunca había visto a personas con ese color de ojos. Alzó la vista hacia el cielo y pudo ver que era de un tono morado oscuro, muchas estrellas brillaban en él y además en la cima había dos lunas.

La escena cambió drásticamente; ahora había doce chicos sentados alrededor de un anciano. Y entre esos doce chicos reconoció a ChanYeol, solo que se veía más pequeño. El anciano les contaba leyendas, antiguas leyendas de los antepasados que habían habitado el planeta antes que ellos. Una de ellas hablaba acerca de esa otra mitad, de esa persona con la que compartirías el resto de tu vida. Las sensaciones de las que hablaba el anciano eran las mismas que ella había experimentado desde que conoció a ChanYeol.

Sintió como ChanYeol se separaba de ella, la veía fijamente y sonreía. Sus ojos estaban cambiando, dejaban de ser oscuros para ser dorados, un dorado totalmente atrayente.

—Eres un extraterrestre…—ChanYeol asintió sin dejar de sonreír. Nunca lo había visto hacerlo antes, y su sonrisa era realmente hermosa.

—Y tú eres mi otra mitad Jazmín…

Era demasiada información de golpe para que su cerebro la procesara. Era la otra mitad de ChanYeol, su alma gemela, él era un extraterrestre que venía de un planeta lejano y era su otra mitad; por alguna razón eso era lo único relevante en ese momento.

 

*

 

Jazmín se había tomado bastante bien el hecho de que no era un humano. Le contó el motivo de que estuviera en la tierra y que no era el único. Ahora sabía el porqué de que ella no hubiera caído ante sus poderes, era inmune. La otra mitad solía ser inmune a las habilidades de su otra mitad.

Sabía que no iba a ser algo sencillo. Los seres humanos aún no serían capaces de aceptar que existían otras formas de vida inteligente, mucho menos que compartían una parte del ADN con extraterrestres provenientes de EXO.

Tal vez en su planeta las cosas no serían tan difíciles, no sería el primer ni último habitante de EXO que terminaba teniendo a un ser humano como su otra mitad. Y es que en algún momento tendría que volver, y Jazmín tendría que decidir entre quedarse o marcharse con él. Sin embargo no quería hacerla tomar esa decisión, no aún.

 

 

*

 

 

 

Eres tan supersónico,
quiero sentir tus poderes,
noquéame con tu laser,
tu beso es cósmico,
cada movimiento es mágico,
tú eres de otro mundo,
una dimensión diferente,
abres los ojos
y estoy preparada para partir,
condúceme a la luz.

Habían pasado apenas un par de días desde que se enteró acerca de la verdad sobre ChanYeol; y en ocasiones todavía se preguntaba si todo era real, y principalmente si ahora estaba con un extraterrestre y encima era su alma gemela. Parecía ser sacado de una película, y sin embargo cada vez que esos pensamientos llegaban a su mente ChanYeol estaba ahí para confirmarle que todo era verdad, el simple hecho de ver su sonrisa o ver esos ojos dorados le disipaban la neblina de duda.

Seguía sin poder acostumbrarse a todas las sensaciones que le producía estar al lado de él. Cada vez que la besaba terminaba sintiendo mareos y vértigo, ChanYeol le dijo que era algo normal y al ser ella totalmente humana las sensaciones eran mayores pero que con el tiempo irían disminuyendo pues entonces serían completamente uno, y no solo una mitad.

Estaba segura que en algún momento él tendría que volver a EXO, y aunque no le dijera nada sabía que le pesaba el tener que preguntarle si lo acompañaría o se quedaría en la Tierra. Probablemente Elizabeth y su familia la tacharían de loca y la mandarían a un hospital psiquiátrico si les contara, pero había tomado una decisión. En el momento en que ChanYeol tuviera que volver a EXO, ella se iría con él.

Estaba lista para irse.

 

 

Mientras su relación con ChanYeol progresaba cada vez más, los comentarios acerca de que no le convenía estar con él también aumentaban. Elizabeth era una de las personas que siempre se lo decía, de hecho cada vez que la veía era lo primero que le comentaba, sí era su mejor amiga pero estaba empezando a meterse demasiado en sus decisiones. El problema, era que no podía decirle la verdad acerca de qué y quién era realmente su novio.

—Jazmín por favor, abre los ojos. ChanYeol puede ser un psicópata.

—No digas estupideces Elizabeth. —los comentarios de su amiga estaban subiendo de nivel cada vez más y empezaban a poner a prueba su paciencia.

—¿Acaso se te olvidó ya? El tipo amenazó de muerte al chico que te golpeó con el balón, casi lo mata ahí mismo Jazmín. Es alguien violento, peligroso y si es capaz de amenazar quien sabe que podría hacerte a ti un día.

Eso había sido el colmo, era su mejor amiga y le agradecía el que se preocupara por su bienestar sin embargo había rebasado el límite, estaba diciendo que ChanYeol sería capaz de herirla, y eso era algo imposible; ella era la otra mitad de él, y él era su otra mitad no podría lastimarla nunca.

—Sé que eres mi amiga y me quieres y por eso te preocupas. —tomó aire. —Pero si vas a pasar la vida diciéndome que ChanYeol no me conviene, creo que hasta aquí la dejamos Elizabeth.

La chica de cabello castaño abrió demasiado los ojos con sorpresa a la par de la boca, como si quisiera decir algo sin embargo, no la dejó ella tenía que poner bien en claro todos los puntos.

—Puedo tomar mis propias decisiones, y estoy segura que él es bueno y que nunca me haría daño. Te agradezco que te preocupes por mí, pero ahora evita ese tipo de comentarios porque no pienso dejar a ChanYeol y es lo último que voy a decirte.

Elizabeth continuaba muda de sorpresa. Y es que nunca había sacado un temperamento así, siempre había sido tímida y algo reservada pero la ocasión ameritaba que se sacara un lado fuerte y decidido. Ya estaba harta de los comentarios estúpidos acerca de ChanYeol.

—¡Jazmín! —al girarse vio a ChanYeol con una enorme sonrisa en sus labios mientras agitaba la mano. La esperaba para acompañarla a su casa.

Se despidió de Elizabeth y se acercó a él y se perdió en sus ojos. ¿Cómo era posible que dijeran esas cosas de él? No lo conocían, no sabían nada de él pero eso no les daba el derecho de decir cosas tan horribles; además él nunca la lastimaría en sus ojos se reflejaba un sentimiento que no había experimentado antes, en sus ojos se refleja realmente amor, ese amor con el que siempre deseas estar. Eso la hacía sentirse segura sobre ChanYeol.

 

 

Ya había pasado un año desde que estaba con ChanYeol, y también ingresaría a su tercer año de preparatoria. Pero también supo que él se marcharía a EXO pronto, debía volver a su planeta ya era tiempo. Él volvería y otros vendrían a tomar su lugar. Con ello tomó su decisión.

—¿Estás segura de lo que me pides? —ChanYeol la miraba con unos ojos tristes, él realmente la amaba pero no quería alejarla de su familia. —Nada volverá a ser como antes si lo hago Jazmín.

—Es la única forma en la que puedo irme contigo, y así ellos no van a sufrir por mí.

ChanYeol asintió. Le pidió que le borrara la memoria a su familia acerca de su existencia, ella nunca habría existido para ellos y así podrían seguir teniendo una vida normal después de que se marchara a EXO.

Después de haber regresado de la escuela, pasó todo el tiempo que pudo con su familia. Y al irse a dormir, se despidió de cada uno de ellos y les dijo cuánto los quería; estaba a punto de llorar pero se tragó las lágrimas hasta que llegó a su habitación. Encima de la cama tenía una maleta con todo lo que se llevaría, y ChanYeol estaba sentado ahí esperándola.

—Aún estás a tiempo de arrepentirte…

—Nunca, ¿crees que te dejaría irte solo? —se acercó a él y lo abrazó. Su aroma la embriagó totalmente, como muchas otras cosas acerca de él su aroma era algo difícil de explicar pero atrayente en demasía. —Somos uno.

Salieron por la ventana de su habitación evitando hacer ruido, y desde la calle ChanYeol hizo un movimiento con su mano. Después de eso, uno de sus hermanos mayores salió a la calle con una bolsa de basura. Quiso ocultarse detrás de ChanYeol por si la veía, pero él lo evitó. Su hermano la miró y no le dijo nada, no la había reconocido no sabía quién era ella. Había funcionado.

ChanYeol hizo lo mismo con todas las personas que la habían conocido. Después de eso se marcharían a EXO.

 

 

Esto es transcendental,
en otro nivel,
chico, eres mi estrella de la suerte,
quiero caminar sobre tu longitud de onda
y estar allí cuando vibres,
por ti, lo arriesgaré todo.

El viaje duró bastante tiempo o eso le pareció. No estaba segura si en el espacio se contaba el tiempo de la misma forma que en la Tierra, pero sentía que había pasado mucho dentro de esa nave.

Se quedó dormida y transcurrido más tiempo escuchó la voz de ChanYeol diciéndole que estaban por llegar. La nave empezó a descender y al mirar por una de las ventanas pudo ver al planeta EXO en todo su esplendor, junto a esas dos lunas que había visto antes gracias a las visiones que ChanYeol le mostró.

Cuando la nave aterrizó del todo las puertas se abrieron y pudieron bajar de ella. Y al hacerlo, pudo ver frente a ellos a once chicos que sonreían ampliamente al ver a ChanYeol. Los reconocía, los vio en esa visión con el anciano, a la que no conocía era a una chica de cabello castaño largo lacio que estaba junto a uno de ellos. Y se dio cuenta que era humana al ver sus ojos oscuros.

ChanYeol la presentó con cada uno de ellos, además de contarle que eran sus mejores amigos y habían sido entrenados juntos para luego enviarlos a la Tierra en la misión. Conoció a Anastasia, la chica que acompañaba a JongDae así como ella era la mitad de ChanYeol, ella lo era de JongDae.

Las cosas en EXO fueron mejor de lo que esperaba, la gente las había recibido bien no las veían mal ni las trataban diferente por ser humanas incluso conocieron más humanos ahí que eran la otra mitad de habitantes de EXO, tanto hombres como mujeres.

 

 

Nunca pensó en enamorarse, no consideraba que fuera algo trascendental en su vida en ese momento sin embargo cuando menos lo esperó llegó a ella, y llegó a ella en la forma de un chico alto y de voz grave que venía de otro planeta, de un extraterrestre.

Extraterrestre que resultó ser esa otra mitad que le hacía falta, esa mitad de la que nunca se separaría. Esa mitad que hacía que todo a su alrededor se alterara con una simple mirada o toque.

Extraterrestre,
extraterrestre,
chico, eres un alien,
tus caricias son extranjeras,
es supernatural,
extraterrestre. 

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