— Prologo.

7mo. Día desde la difusión del virus — Monterrey, Nuevo León, México.

Finalmente habían encontrado una casa que fuera lo suficientemente segura —o al menos eso era lo que creían. — Tenían comida y agua suficiente que habían estado reuniendo después de explorar y deambular por varias calles de la ciudad. Siempre, teniendo cuidado y evitando a los grupos de infectados que estaban en busca de carne fresca.

Seguía sin poder creer lo que había sucedido. Todo fue demasiado rápido y difícil de creer. ¿Quién en sus cinco sentidos hubiera creído que realmente sucedería un apocalipsis zombie? Probablemente nadie. Pero era lo que había sucedido hacía una semana. Arruinando totalmente su vida, y bueno, la de todos en realidad. Todos sus planes se habían ido por la borda.

Se encontraba en ésa ciudad estudiando su primera maestría después de haber terminado su carrera, tenía un trabajo en una clínica y estaba comenzando a tener renombre como terapeuta. Y después de haber esperado un tiempo, por fin se reuniría con su mejor amiga, la cual viajaría a la ciudad con el fin de que ambas pudieran asistir a un concierto por el que esperaron tanto. Pero después de la catástrofe, ni siquiera pudo llegar a reunirse con su amiga, y claro mucho menos asistir al dichoso concierto.

En una semana el virus había consumido totalmente al país, cuántos sobrevivientes había, nadie lo sabía; los infectados eran la mayoría de la población y seguramente conforme avanzaran los días se propagaría al resto del mundo, matando todo a su paso, extinguiendo la vida del planeta.

¿Qué podía esperar después de todo? Lo único que podía hacer era mantenerse con vida y a su familia, a pesar de que una parte de ellos no podía verlos ni en una pintura, eran su familia y morir a manos de zombies no se los deseaba a pesar de todo; ¿qué pasaría de ahora en adelante? ¿Podría volver a vivir como antes?

¿Y si la vida o el destino le tenían preparado algo diferente? Algo que sin duda alguna cambiaría aún más su vida, probablemente para bien y para mal, sí en ambos sentidos.