Tiffany se encontraba en su sala tratando de encontrar algo entretenido en la televisión cuando el timbre suena, indicándole que hay alguien afuera, rápidamente se levanta de su lugar con una gran sonrisa, aun que realmente no tenía idea de quien pudiera ser aquella visita, abre la puerta alegremente pero su humor da un giro de 360° al ver a la persona que la había venido a saludar.

-que haces aquí- contesta con cierta molestia al ver a su “EX” mejor amiga del otro lado de la puerta

-Tiffany podemos hablar- pregunta la chica parada frente a ella

-yo no tengo nada que hablar contigo- dice intentanto cerrar la puerta más Jessica la previene de hacerlo colocando su pie antes de que la puerta se cerrara.

-oh vamos no seas así… tu sabes que necesitamos hablar- esta vez habla Jessica intentando empujar la puerta

-ya te dije mi respuesta y no pienso repetirlo- responde recargando su peso en la puerta intentando cerrarla

-pero porque eres de esta manera… yo solo quiero arreglar las cosas-

-enserio?, no me vengas con eso ahora-

Discutían siguiendo en aquel forcejeo con la puerta

-tiffany, por favor- habla Jessica asomando su cabeza por la brecha entre la puerta y el marco, suplicando con su mirada ser escuchada.

Ambas se observan por un par de minutos hasta que tiffany se da por vencida agachando su cabeza y disminuyendo su fuerza hacia la puerta, abriéndola completamente, para después darle la espalda a Jessica caminando hasta la comodidad de su sala

-muy bien, habla- dice tiffany seriamente, sentada en su sofá con sus piernas y brazos cruzados, mirando fijamente a aquella persona aun parada en la puerta

Jessica se adentra al hogar  decidida por arreglar su situación

-Tiffany- habla la chica de cabello rubio intentando sostener las manos de su “amiga” pero esta la rechaza

-Tiffany, se que el momento por el cual estamos atravesando no es el mejor, y así como a ti, a mí también me duele esta situación, en primera porque tengo miedo de no ser a quien ella elija, pero también por qué siento que te estoy perdiendo como amiga, y eso no me gusta, créeme, porque si hay algo que pudiese herirme más es perder por completo tu amistad-

- Tiff te conozco desde que estamos en la primaria, eres como una hermana para mí, no hay momento que no hayamos compartido y vivido juntas, realmente no me gustaría que todos nuestros años de amistad se viera arruinado por este escenario-

-no podemos seguir de esta manera, no soporto tener esta constante pelea contigo, esa sensación de odio que tengo cuando te veo con ella, no me gusta… por ello te quiero proponer algo que al final de todo esto, por favor tratemos que nuestra amistad permanezca, simplemente no podría tolerar perderlas a ambas-

Hubo un momento de silencio entre ellas mientras Tiffany intentaba procesar aquellas palabras mencionadas por su amiga y el hecho era que ella sentía lo mismo, tampoco quería perder a su “hermana”, dios si había una persona a la que Tiffany quisiera además de Taeyeon esa era Jessica.

-lo sé, a mi tampoco me gusta esta situación y tampoco me gustaría perderte a ti también…- habla pausando para morder su labio inferior, buscando suprimir sus emociones, dirigiendo al mismo tiempo su mirada hacia Jessica.

-pero es que no sé cómo actuar, dime tu qué quieres que haga cuando siento que me alejas de la mujer que amo- dice tiffany buscando alguna respuesta a su pregunta, más lo que obtuvo fue más confusión al escuchar la réplica de aquella persona frente a ella

-y tu crees que yo no siento lo mismo-  responde Jessica con una voz tenue.

Y es que ella no estaba ahí para pelear, ella quería aclarar las cosas, quería que a pesar de todo el contexto que las rodeaba, la amistad que compartía con aquella chica a la que una vez llamo hermana, no se perdiera, la quería de vuelta en su vida, como su amiga, su confidente, sabía era mucho lo que aspiraba pero lo quería intentar, saber que si aquella amistad moría, no habría sido por su culpa, si no que sería lo que Tiffany había decidido.

El silencio las envolvía en aquella habitación solo se lograba escuchar el sonido de un reloj marcando los segundos al igual que las gotas que caían del grifo, no era incomodo, más tampoco era como si disfrutaran su compañía…

Pero cada una de ellas estaba absorta en sus pensamientos, pensando en las p