Perdon por no haber actualizado, lo iba a subir ayer pero como hacia frio mi cama me llamaba jajaja bueno les dejo otro capitulo espero y les agrade xD 

Este capitulo esta algo extenso y creo que lo dividire en tres partes... aun no lo se es para darles mas emocion que dicen ustedes jajajja si puedo y el trabajo me deja un poco en la noche subo otro capitulo :3 

Cambios  Part 2

Contiene el aliento mientras su vista se agudiza, le encanta esa extraña calma tratando de contener ese instinto básico que por momentos parece dominar todas sus acciones, el inocente animal bebe agua del riachuelo moviendo la punta de las orejas tratando de percibir cualquier ruido extraño en su entorno, aunque trata de ser sigilosa sin querer el sonido de la pequeña rama quebrarse alerta al ciervo, Jessica desliza sus brazos a medida que el animal se mueve nerviosamente, ha captado el peligro inminente y empieza a correr a gran velocidad, Jessica apunta hacia su presa y suelta la flecha que se mueve velozmente rompiendo las suaves ondas del aire que atraviesa hasta que en escasos milímetros es interceptada por otra que finalmente se clava en el cuello del ciervo, a pesar de que todo fue rápido  sabe que  esa flecha con la que el pobre animal agoniza no es la suya, sus sentidos se ponen en alerta, el bosque puede tener enemigos inesperados, esa es una de las razones por las que su padre poco o nada le gusta cuando sale de caza pero para Jessica es la única oportunidad de salir de las murallas de ese castillo que la agobia con su monotonía, solo Tiffany le hace soportable el encierro… camina midiendo sus pasos hasta llegar al animal que yace muerto, se hinca cerciorándose que esa flecha de pluma azul no es la suya, gira su rostro y ve como la que ella disparó se encuentra a unos pasos ligeramente quebrada por el impacto, su corazón se dispara mientras desliza con delicadeza su mano por la pierna derecha hasta llegar al escondite de su pequeña daga, el convencimiento de que alguien se acerca es ratificado con la sombra que cruza la suya, se levanta fingiendo tranquilidad mientras toma con firmeza el arma, al primer contacto de los dedos sobre su hombro gira su cuerpo ágilmente mientras cierne el filo sobre la garganta de la persona que tiene al frente, el hombre queda atrapado entre el árbol y la daga que amenaza su frágil vida.

-Nunca esperé que una mujer tuviera las agallas suficientes para hacer lo que estás haciendo, eso es algo… -El hombre de cabellera castaña y ojos avellana levanta ligeramente su rostro buscando la palabra adecuada. -Nuevo. -La risa del hombre empieza sin poder controlarla, no teme en realidad al peligro que se le presenta, está más que cautivado con la belleza de la mujer que lo ve fríamente con el filo de la daga en su cuello, jamás había visto algo más hermoso que ella, su cabello rubio con suaves ondas finamente recogido en un moño, sus ojos marrón que parecieran más brillantes que el filo de su cuchillo, esos labios carnosos carmesí que se le hacen tan apetecibles de besar, sí, toda una mujer que se complementa con la fiereza de sus gestos.

-¿Quién eres? Este bosque pertenece al reino de Ji Yong y aquí no son bienvenidos los extraños. -Jessica pregunta entrecerrando los ojos, en ningún momento le retira el filo de su cuello.

-Si alejas esa daga se me será más fácil contestar, ¿no crees? -El atractivo hombre muestra su gran sonrisa con las manos más arriba de su cabeza, en ningún momento deja su buen humor a pesar de las circunstancias poco favorables.

-No, no lo creo, me estás aburriendo y no te lo recomiendo, responde de una buena vez. -Jessica no cambia su postura, mentiría si dijera que no disfruta con el poder de sentir la vida de alguien en sus manos, es una fuerte dosis de adrenalina que su cuerpo disfruta tanto o más que el placer que encuentra con Tiffany.

-Como quieras...soy Kim DongHae y te equivocas… esta parte del bosque son los límites del reino de Kim. -Jessica retira su vista un momento de DongHae, tiene razón, en el afán de encontrar su presa recorrió los límites del bosque del reino de su padre donde todo es difuso, vuelve a fijar su vista en el hombre que tiene al frente y se percata del escudo de armas que luce su fina ropa, lo más probables es que sea hijo de HeeChul, a su padre no le va a gustar que la paz duramente conseguida se vea irrumpida por este incidente, maldice la suerte de haberse encontrado con él, muerde duramente su labio inferior mientras decide que hacer, el filo de la espada en su nuca no la inmuta, ya suponía que algo así podía suceder.

-Señor… ¿se encuentra bien?… suelte la daga señorita antes de que… -Jessica no mueve su cuerpo ni un centímetro escasamente gira sus ojos al suelo para ver de cuantos se hombres se tratan, sonríe al percatarse que son solo dos.

-De que mis hombres finalmente suelte las flechas que apuntan a sus pechos, creo señores que no son conscientes de la situación a la que están expuestos. -Sí, una princesa como ella nunca saldría sin su guardia custodiándola, son los mejores arqueros del reino y a una sola orden disparan sin contemplaciones.

 -No lleguemos a tales extremos, señores bajen las armas, no venimos para empezar una matanza innecesaria. -DongHae por primera vez abandona su gran sonrisa para utilizar un tono más serio.

-Mi señor… no sabemos qué intenciones tengan cuando bajemos las armas. -El hombre que sostiene la espada no está seguro de salir ileso de esta situación, ve inquieto todo a su alrededor.

-Confío en ella, háganlo. -DongHae termina de dar la orden con total confianza en ella, como no hacerlo si es hija de Ji Yong, está seguro de eso a pesar de no saber con certeza su nombre… sí, había escuchado de ella, de su belleza, de su fiereza y especialmente de su hastío en conocer pretendientes a pesar de que muchos morirían porque tan solo ella  concediera una mirada dulce, cuando escuchó semejantes rumores no daba crédito a todo, pero ahora… no solo son ciertos y sino que están cortos para describirla, llevaba mucho tiempo buscando a alguien que le hiciera sentir diferente y la ha encontrado.

-Ella no va matar a hombres indefensos, eso no sería propio de ella, ¿cierto? -Jessica asiente fastidiada, no le gusta que presuman sus actos pero es cierto, no sería capaz de matar a alguien que claramente es inofensivo y la palabra de un Jung vale más que el oro, los temerosos hombres bajan las espadas contrariados por la inusual orden de su señor.

-Salgan!!! -Jessica baja la daga al mismo tiempo que varios hombre descienden de los árboles, los hombres de DongHae ven lo cerca que estuvieron de la muerte, ellos claramente son mayoría.

-Eres muy confiado, no durarás mucho tiempo. -Jessica lo señala con la daga antes de volver a meterla en su lugar.

-Puede ser, pero creo que esta vez tenía razón. -DongHae la ve detenidamente estudiando todos sus movimientos que aunque firmes no dejan de ser gráciles, dignos de su linaje.

-Y arrogante, eres muy arrogante, una combinación poco recomendable. -Jessica no entiende el comportamiento de ese hombre tan extraño.

-¿Puedo saber el nombre de la mujer más hermosa que he visto? -Jessica gira rápidamente su rostro para verlo de frente, entrecierra el ceño mientras hace una mueca de fastidio.

-No te cansas de decir tantas estupideces. -Hace señas a sus hombres para que alisten todo para su partida, no es de su gusto seguir esa conversación que muy bien conoce su intención, lleva mucho tiempo conociendo las estrategias de conquista de los hombres y le irritan sobremanera, agradece que su padre no la haya obligado aceptar a alguno de ellos.

-Jajaja no… ¿y bien? -DongHae se acerca con una mirada que muchos interpretarían como seductora, muchas mujeres lo asedian pero él poco les pone atención, siempre estuvo en busca de algo mejor.

-Jessica… Jessica Jung. -DongHae dibuja una gran sonrisa, lo sabía, es ella.

-Así que eres una Jung… mmm interesante. -Finge sorpresa mientras ve el movimiento de los hombres de Jessica.

-Recojan la presa, es hora de irnos. -Rápidamente los hombres acomodan al animal en uno de los caballos, Jessica desliza las manos por su corcel negro saludando a su fiel amigo.

-¿Te vas a llevar mi presa? -DongHae pregunta irónicamente con los brazos cruzados, sus hombres siguen con los nervios rotos incrementándose con la tranquilidad de su señor, se mueven sigilosos en busca de sus caballos para irse de ese lugar que solo les ha traído problemas.

-¿Qué te hace creer que es tuya? -Jessica le habla duramente lo que inquita al caballo, el pobre animal es conocedor de la volátil personalidad de la mujer que lo monta casi a diario, pasa de la ternura a la rudeza con facilidad.

-Sabes muy bien que fue mi flecha lo que lo atravesó, no estaría bien visto que solo lo tomaras, pero acepto cedértelo si me invitas a cenar. -DongHae dibuja una gran sonrisa conservando sus brazos cruzados, sabe que esas palabras tendrán el efecto que busca en ella, Jessica aprieta los dientes fastidiada, es cierto, su flecha no fue la que cazó al ciervo y no sería justo solo llevárselo, ella solo desea volver de una buena vez al lado de Tiffany.

-Idiota… entreguen todas sus armas, solo así pueden entrar al castillo del gran Ji Yong Jung.-Termina de hablar antes de subir al caballo en un ágil movimiento, hace mucho tiempo que no permite que nadie le ayude a subirse al brioso animal que solo es manso y dócil cuando ella lo monta, DongHae parece gustarle todo de esa mujer al punto de trastornar su mente, sus sabias decisiones dejan de serlo cuando está en su presencia.

-¿Qué nos garantiza que no vamos a una muerte segura? -Pregunta irónicamente sin despegar sus ojos de ella, sin buscarlo está a un paso de cumplir unos de sus anhelos.

-Si así fuera ya todos lo estarían. -Jessica levanta los hombros haciendo ver lo obvio.

-Está bien… confío mi vida y la de mis hombres en tus manos. -Los hombres abren los ojos notoriamente tratando de hacerlo razonar pero él los ve duramente a lo que solo les queda obedecer, los guardianes de Jessica se acercan tomando las armas revisando que todo esté en orden, Ji Yong no aceptaría un error de su parte, eso se paga con la muerte, al cerciorarse que están desarmados los hombre suben a sus corceles para iniciar su marcha al castillo.

-Tan solo sígannos. -Jessica le da una última mirada antes de darle la orden a su caballo, la ansiedad de regresar al lado de su pequeña la consume, increíblemente la ama más que a su libertad.

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Le gusta prepararse para la llegada de su señora, Jessica le ha hecho saber que le encanta que la reciba después de un largo baño y a ella le fascina complacerla en todo sus deseos, desliza sus dedos por todo su cuerpo como si quisiera que la fragancia del agua se quedara en su piel, sus ojos pardos se cierran disfrutando la tibieza del agua, inconscientemente el último pedido de su señora le llega apoderándose de su ser, a veces no entiende los deseos de Jessica pero confía en los designios de su amada, han pasado dos años en que la intimidad de su habitación se han entregado sin reparos, la ama profundamente, todo su ser se rinde a su desnudez, a su ternura, al cariño sutil de sus gestos, a esos extraños juegos que la hacen jadear, sí, ama a Jessica hasta el agotamiento, las palabras nítidas recorren su joven mente. “Quiero que te toques pensando en mí.” Abre los ojos viendo todo a su alrededor, está sola, ¿cómo puede dominarla incluso si no está? Niega con la cabeza ligeramente, su boca se reseca mientras sus dedos se aferran al borde de la tina. “Hazlo como si fuera mis dedos y no los tuyos… quiero que aprendas a sentirme incluso en mi ausencia.” Sus ojos se cierran y se deja llevar, sus dedos toman conciencia propia rodando por su cuerpo, sus pechos reacciona cuando se delinea perfectamente sus pezones, Jessica así lo haría, su cuerpo se relaja y se tensa a cada caricia, sin cavilarlo mucho ya está jadeando al contacto en su o, los movimientos firmes y constantes le hacen perder la cabeza, no demora mucho cuando siente que una ráfaga de calor se apodera de ella seguida del placer que hace que los latidos de corazón se sientan nítidos en sus oídos, sus mejillas arden mientras sonríe tenuemente, sí, es posible sentirla incluso en su ausencia, esa mujer en verdad la hace sentir viva.