Tengo los ojos levemente abiertos, intentando observar qué hora del día es en mi celular, pero la voz inocente de Haneul recorre los pasillos y no puede creer que se haya despertado, supongo que debe ser muy tarde y me pongo de pie inmediatamente. Sabes que aún uso mi pijama rosa, el de la camiseta amplia y el par de pantalones cortos con decoración de osos panda.
Meto mis pies en las pantuflas junto a la cama y camino en busca de nuestra pequeña hija, pero ella me atrapa antes aferrándose a mis piernas mientras ríe sin razón alguna.

— ¿Qué haces despierta, cariño?
— Tenía hambre.
— Vamos a desayunar.

La cargué en mis brazos en dirección a la cocina, a pesar de estar muy cansada por el trabajo siempre suelo tomarme tiempo para cuidar de ella. Ella se baja en la silla en la que tú solías sentarte. No le digo nada, es tan de ella como mía. Le sirvo un vaso de leche y unas tostadas con mermelada. Yo solo tomo un poco de leche. Observo el pequeño brillo en sus ojos, y recuerdo que hoy es día de llevar a tu hijo al trabajo, es sábado y Haneul tiene que acompañarme a la universidad. Lo bueno es que podemos salir temprano y tener un día para nosotras.

Luego del desayuno tenemos que alistarnos, así que la llevó hasta la bañera, en donde me encargo de jugar con ella para hacerlo un momento más agradable, no le gusta bañarse sin su muñeco del “Sargento Keroro”, a pesar de que el anime ya no se transmite, ella lo tiene como un recuerdo tuyo y me hace muy feliz verla jugar con él.
El cabello de Haneul es largo y de un color castaño claro y brillante a comparación de sus ojos que son oscuros, su piel es blanca por lo que siempre unto protector solar en ella en verano.

Una vez que ambas estamos listas le tomó la mano para salir del departamento hacia el trabajo, hoy está nevando por lo que he llevo un paraguas y cubro a nuestra hija con una caperuza roja, mientras que yo uso un sobretodo negro. Tomamos un taxi hasta nuestro destino.

Al bajar del carro noto que Haneul se esconde detrás de mí observando a los demás niños que vienen acompañados de sus papás y algunos de sus mamás. Es una niña y resulta difícil para mí explicarle que ella tiene dos mamás y que una se fue de viaje a un lugar muy bonito en donde nos está haciendo un hogar para ir a su encuentro. Suspiró lo más profundo que puedo y vuelto a tomar su mano mientras que nos cubrimos con el paraguas hasta la entrada, guardo el objeto en mi bolso.

Dicté mis clases de Historia mientras que ella se quedó en una habitación con otros niños mientras eran entretenidos por otro personal, cuando fui a recogerla noté que era la única sentada en una esquina murmurando cosas, observando a los demás con cierta tristeza, hasta que un hombre se le acercó con una sonrisa y a su lado un pequeño, que supongo es su hijo.

Cuanto más me acerco, lo veo mejor: alto, de espalda ancha y se ve que hace ejercicio, con una mirada tranquila y divertida, labios acorazonados y hoyuelo en sus mejillas cuando sonríe. De piel tostada y el cabello de un color cobrizo. Y por primera vez Haneul sonríe ante alguien que no sea Tiffany o Jaejoong, sí omití el hecho de qué ha venido un par de veces a la casa con Fany y se llevan bien.


— Disculpe… Soy su mamá.  —digo con un tono bajo y sin atreverme a mirarlo directamente a los ojos.
— ¡Mami! Él es Yunho y él Minho. —Asiento con una sonrisa y quiero llevármela de allí, pero continúa. — Mami, ¿podemos ir a almorzar con ellos? Son mis amigos. —No sé qué decir y veo una sonrisa en el rostro de él y no entiendo el porqué, ¿qué le parece tan divertido?
— No quiero incomodar, es tan solo que mi hijo me pidió que lo lleve a jugar con su hija. Solo quería ser amable.
— Gracias, pero debemos irnos. —Tomo  la mano de ella, pero ésta se aferra al asiento haciendo un pequeño mohín.
— Haneul, debes ir con mami, ¿de acuerdo? Nos veremos algún otro día. —Ella se tranquilizó y asintió repetidas veces.
— ¿Quieres venir a cenar?

Es la pregunta más estúpida que hago,  su esposa debe pensar que soy una cualquiera y me siento avergonzada, quiero retractarme de mis palabras, pero todo sale a borbotones como si tuviera algo guardado dentro de mí y sigo al ver que la idea le fascina a Haneul, me arrepiento mentalmente. No lo he visto antes, debe ser un profesor no muy conocido, o tal vez mi falta de interés en mis compañeros de trabajo me hace no saber de su existencia.

— Creo que a Minho le gustaría y a mí igual. —JooHyun no sé qué estoy haciendo, creo que es como un acto de cortesía por haberle hablado a nuestra hija.
— Bueno, este es mi número. —Le entregó un pequeño papel con mi número escrito en él.


Llevó a mi pequeña en brazos y me dirijo hacia la puerta con pasos lentos, todo el apuro se fue en ese instante al pensar que tendría invitados esta noche. Cuando está apunto de girar la perilla de la puerta escucha que alguien la llama.

— ¿Cuál es tu nombre? —cuestionaba Yunho mientras cargaba a su hijo con facilidad.
— YoonA, Im Yoon Ah. —dije recibiendo la pequeña tarjeta de presentación que me daba. Me retiré con un meneo de cabeza.

Joohyun, no sé si hago bien, es como si perdiera mi autocontrol y me dejase llevar excusándome con la felicidad de Haneul. No quiero olvidarme de ti, conocer personas nuevas y cambiar por completo mi vida.
Te extraño.