Dejas caer la cabeza en su hombro jadeante, cansada y dolorida aunque con una sonrisa gigante en los labios. Sientes un pequeño peso en tu pecho y te giras en seguida para abrazarlo y mirarlo. Todavía está llorando, de un vivo color rojo que te tranquiliza. Cuando unos grandes brazos te rodean y se posan encima de tus manos para acariciar a la pequeña criatura que está tumbada sobre tu pecho, levantas la mirada a sus oscuros ojos, sonriendo al ver lágrimas rodando por sus mejillas. Te incorporas un poco, lo justo para llegar a sus labios y presionarlos levemente, no más que un mero roce para llamar su atención. Te mira sonriendo aunque en seguida vuelve a mirar al bebé.

"Gracias por esto" murmura. "Muchas gracias"

"No tienes por qué darlas" le respondes sin apartar los ojos de su sonrisa.

Más tranquilos en la habitación, Taekwoon tiene a la pequeña en brazos, meciéndola levemente para mantenerla dormida mientras tú descansas aunque no puedes dejar de mirarlas. Taekwoon le acaricia la mejilla con lentitud, observándola  con una sonrisa gigante en el rostro. Alargas la mano para ponerla en su piernas y que te mire, la sonrisa sin borrarse de su rostro.

"Te quiero" te dice cogiendo tu mano.

"Yo también te quiero" Taekwoon deja a la pequeña en tus brazos con mucho cuidado y se sienta un poco más cerca, rodeándote con fuerza para darte calor y amor. Te acurrucas en sus brazos y miras a la pequeña, aun más relajada al verla dormir plácidamente. Cierras los ojos agotada, cayendo en un deseado sueño después de todo el esfuerzo por traer a la pequeña al mundo.