Vuelves a casa tras un duro día de trabajo en la oficina y ya en la entrada, un delicioso olor a pasta te recibe. Entras extrañada en el salón y descubres que la mesa está puesta, acompañada de dos velas y una rosa roja. Sientes unas manos rodeándote la cintura y un beso en el cuello.

-  ¿Qué es esto, Taekwoon? – le preguntas sorprendida.

-  Feliz aniversario, princesa – te susurra con una bonita sonrisa.