Capitulo 2

Un sueño dos amores.

Capítulo 2.

 

Pasaron tres días luego de ser despedidas. Park y Kim estaban sentadas en un café, un tanto deprimidas.

-¿Que vamos a hacer ahora?- preguntó Park.

-No se... empezaremos a mandar curriculums a ver si alguien responde...

-Si... ¡ah! Una pregunta ¿Qué fue ese mensaje que me mandaste el otro día?

-¿Cuál?- preguntó Kim al no entender a que se refería su amiga.

-Ese mensaje que decía que Kevin te había dado una idea- Park desbordaba de curiosidad.

-Ah, eso...- Kim, preocupada por el despido, se le había olvidado contarle a su amiga la descabellada idea de Kevin.

Le explicó toda la conversación y Park escuchaba atentamente mientras despacio se le iba iluminando la expresión.

-¡¿Enserio?! ¿Y que le dijiste?- la euforia de ésta era incontrolable.

-Que lo íbamos a hablar...- respondió con poco interés- pero me parece que es demasiado, no conocemos el país, ni el idioma. Nada.

-¿Acaso eso importa?- dijo Park sorprendiendo a Kim que no se esperaba esa actitud. Hacia mucho que no la veía tan alegre.

-¡Claro que es importante! ¡Es una locura!   

-No, no lo es. Es una oportunidad única en la vida. ¡Hay que aprovecharla!

-No se... es demasiado... y no tenemos plata.

-Eso no importa. Puedo sacar de la caja fuerte de mis padres. Por favor Kim- dijo suplicante. No podía creer que se le daba la oportunidad de intentarlo fuera del país. Siempre había querido irse, no importara donde. Tenia que convencerla- Además vamos poder a conocerlo a Kevin…

-Si, es verdad pero es tan difícil... mis padres no me van a dejar ni loca... y los tuyos menos. Con eso de que quieren que sigas sus pasos en la empresa familiar...- tratando sin éxito de mantenerse firme pero los ojos vidriosos llenos de emoción de Park, la ablandaron.

-Mis papás no me importan- dijo con amargura- Podemos escaparnos- agregó volviendo a emocionarse.

-¡¿Estas loca?! ¿Escaparnos para irnos a Corea?

-¡Si! Tengo un plan. Hoy a la noche, cuando todos estén durmiendo, nos encontramos en el aeropuerto y sacamos los pasajes para el primer vuelo que haya. Yo me encargo de la plata- apoyó la mano en el hombro de Kim y agregó- Es nuestro sueño Kim... voy a terminar bailando en fiestas de quince... y vos con banduchas como esa de antes... pero allá... allá...- Park tenia ojos soñadores, y Kim casi que se lo podía imaginar, tanto que estaba por ceder- ¡Es perfecto!

-Bueno… está bien- cediendo totalmente.

-¡Si!- dijo Park abrazando a su amiga en un arranque de felicidad. Esto era algo que no solía hacer y Kim correspondió al abrazo torpemente- ¡Gracias! ¡Gracias!

-Tal vez en algún momento sea yo quien te agradezca- respondió sonriendo.

-Nos vamos esta noche. No importa lo que haya que esperar en el aeropuerto, estamos en temporada baja, algo vamos a encontrar. No olvides confirmale a Kevin.

-Park...

-¿Que?

-Ya se porque sos mi mejor amiga, mi hermana mejor dicho- dijo Kim dándole golpecitos suaves en la cabeza de cariño.

-Yo lo se hace años- respondió Park.

 

Ya era de noche. Faltaba media hora para que Park tenga que encontrarse con Kim. Agarró una pequeña navaja que había encontrado en la cocina esa tarde y bajó al estudio de su padre. A pesar del poco aprecio que les tenía, no le gustaba robarles, y le causaba un poco de lástima irse de su casa, y del país, sin avisar.

En el estudio había un escritorio con una computadora último modelo y un cuadro muy grande. Uno horrible pensó Park, de seguro su madre lo había elegido, ya que su gusto para la decoración era espantoso. Lo corrió y se quedó boquiabierta: habían cambiado la vieja cerradura clásica por una nueva, con clave. Miró su navaja con desilusión, y empezó a probar números. Probó con la fecha de nacimiento de ellos, con los números de teléfonos, la altura de la casa, y con todo lo que se le ocurrió. Menos con una cifra. Volvió a acercar su mano al tablerito y vaciló. Luego puso 1611990. El aparato hizo un ruidito y se abrió. Sintió un nudo en el estómago al pensar que la clave era su fecha de nacimiento: por ahí si la querían algo, sólo un poco. Se le deshizo enseguida al recordar que tenia que hacerlo rápido, antes de que sus papás vuelvan. Agarró bastante más de lo necesario, para tener algo de dinero extra cuando llegasen.

Subió las escaleras corriendo y agarró de abajo de la cama el bolso que había preparado, miro su cuarto por última vez y se fue.

 

Estaba Kim en su casa, nerviosa. Sacó una petaca de vodka de un cajón con trampa que se encontraba en su habitación. Bebió un buen sorbo como solía hacer cuando algo la angustiaba y reflexionó sobre la situación arriesgada en la que se estaba metiendo. Como demonios iba a decirle a sus padres lo que se proponían ella y su amiga.

Su madre tocó la puerta y Kim se sobresaltó tanto que la mitad del contenido de la petaca cayó al suelo. Trató de limpiarlo rápidamente y roció perfume por el cuarto. Corrió a abrir la puerta a su madre, que insistía mucho al golpear.

-¿Desde cuando cerrás la puerta con llave?- dijo ya exasperada.

-Quería un momento de tranquilidad- dijo tratando de disimular los nervios que desbordaban- ¿necesitabas algo de mí?

-No, sólo quería saber como estaba mi hija- respondió sonriendo con orgullo.

Kim no pudo evitarlo y estrechó a su madre aguantando las lágrimas que forzaban salir de sus ojos.

-¿Te sucede algo?- preguntó su madre preocupada.

-No, sólo quería abrazarte- respondió mientras una lágrima se asomaba.

Su madre le devolvió el abrazo con mucho cariño.

-Me voy a acostar. Mañana tengo que trabajar. Que tengas dulces sueños.

-Lo mismo digo.

Mientras su madre se retiraba, ella se quedó mirándola.

-¿Mamá?

-¿Qué?

-Te quiero- admitió con voz quebrada.

-Yo también hijita- terminó ésta sonriendo.

La vio irse y se convenció que iban a estar bien sin ella. No debía arrepentirse, de todos modos lo hacía para cumplir su sueño, y todos tenían que luchar por ellos, ¿no? Pero también, no menos importante, lo hacía por su amiga.

Se recostó en la cama y con la vista clavada en el techo, se quedó dormida.

Kim abrió los ojos y al ver la hora se sobresaltó; ya tenía que irse. Fue a al cuarto de sus padres, que ya dormían, los observo con lágrimas en los ojos y les besó la frente a cada uno. Dejó una carta en la mesita de luz. Pasó por el cuarto de su hermano y vio que no estaba, le dio tristeza por no despedirlo, pero no podía hacer nada al respecto.

Ya decidida, armó un bolso rápidamente y se escapó por la ventana.

 

Kim vio a Park sentada en el aeropuerto. Se acercó y se sentó a su lado con la mirada perdida, sin siquiera voltear la cabeza para mirar a su amiga.

-Pensé que no ibas a venir- dijo Park sin girar la cabeza tampoco.

-¿Cómo no iba a venir? No dudé un minuto- mintió.

-No te preocupes, todo va a salir bien- respondió Park al percibir su preocupación.

-Lo único en que puedo pensar es como mi familia va a tomar mi ausencia.

-Yo de eso ni me preocupo.

-¿Ya sacaste los pasajes?- preguntó Kim cambiando de tema; quería abordar lo realmente importante. Si tardaban mucho más, iba a terminar arrepintiéndose de su decisión.

-Si. Son para dentro de dos horas.

-¿Cómo conseguiste tan rápido? Lo ilegal no cuenta.

-Nosotras somos ilegales- Park rió.

-Ya quisieras- Kim le siguió la broma.

Las risas se fueron apaciguado y se quedaron calladas.

-¿Hablaste con Kevin?- dijo Park rompiendo el largo silencio que se había producido.

-Si. Dijo que no podían pasarnos a buscar. Me pasó su dirección para que vayamos solas -y para cubrir su miedo agregó con sarcasmo- Lo cual significa que posiblemente algún día llegaremos- rió más relajada.

 

-¿Querés ir yendo al check in?

-¡¡Para, ansiedad!!

-Obvio. ¿Vamos?

-Ok.- dijo Kim ya vencida.

Esperaron el aviso de partida del avión.

Al subir Kim vio la ubicación de los asientos que tenían y la miró a Park con resentimiento.

-¿Qué?- preguntó Park con fingida inocencia al ver su expresión.

-Te dije que no quería en primera clase. Sabes que estas cosas no van conmigo. Prometimos gastar lo menos posible, ¿o no?- dijo angustiada.

-No lo pude evitar. Es un viaje muy largo y prefería que estemos cómodas. Te prometo que va a ser el único gasto de más.

-Perdonada- le dijo. Ya era una costumbre perdonarla siempre, hiciera lo que hiciera. Así era su amistad; se perdonaban todo- Bueno, sentémonos. Pero la ventana es mía- bromeando como si aún siguiese enojada.

-No, no, sabes que me mareo- respondió haciendo puchero.

-Está bien, vuelvo a consentirte.

-¿Nerviosa?- preguntó Park cambiando de tema de nuevo mientras se sentaba.

-¡Naa!- Al tanto que Kim notaba que la expresión de su amiga demostraba saber lo que sentía- Ok! Tal vez un poco

-Si claro, un poco.

-Bueno está bien, MUCHO, ¿te convence?  

-¿Qué te hace sentir así?-

-El viaje.

-Mi error, ¿Quién te hace sentir así?- corrigió Park.

-Mis papás.

-¿Algo más?- continuó insistiendo.

-No.

-¿Alguien más? No creo que sea sólo por eso.

-Bueno, hay alguien más- Kim se avergonzaba, cada vez que se hablaba de él.

-Y esa persona es… ¿Kevin?- A pesar de saberlo fingió adivinarlo.

-Bueno, sí. ¿Es TAN obvio?- dijo sonrojándose.

-La verdad que si- una risita se escapó de los labios de Park.

-Me voy a dormir- dijo Kim poniéndose los auriculares.

-Está bien, evita el tema.

Park se acomodó en su asiento y la miró a Kim que ya dormía. Se dio vuelta para mirar por la ventana y lentamente concilió el sueño.

 

[Continuará]

Ya falta poco para que aparezca el primer K-poper ;D

Park y Kim

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