Irene y Sunmi estaban cerca del club náutico. Había recibido un mensaje en el cual le decía taeyeon que iban a hablar fuera, delante de la puerta, así que sin que ella lo supiera, decidió estar vigilando la escena.
Se metió las manos en los bolsillos y se sentó en el bordillo de la acera junto a sunmi, quien permaneció en silencio con Irene.

 

-Creo que taeyeon te ha perdonado en su cabeza -susurró-. Me alegro mucho por ti.

Sunmi se giró y le miró con una sonrisa.

 

-Gracias, Irene. Creo que sin ti, no lo habría conseguido.

 

Las dos se miraron durante unos segundos - segundos que se les antojaron eternos, por supuesto. Irene acabó riéndose y miró al frente.

 

-No tienes que agradecerme nada, Sunmi. Me gusta ayudar a la gente.

 

 

Taeyeon salió de casa con una chaqueta puesta. Por las noches, en lymington solían bajar las temperaturas y una simple camiseta no era suficiente. Sacó su cadena de dentro de la chaqueta y besó el ancla.

 

 

Se metió las manos en los bolsillos y caminó con los hombros encogidos hasta el club náutico. No había planeado nada en absoluto, sencillamente iba a decirle todo. Iba a usar todas sus armas, las mismas que nana utilizó, contra ella.

 

Sonrió tan sólo al pensarlo. No podía esperar hasta poder sentirse como una vencedora.

 

La esperó delante del club náutico. Ella no lo sabía, pero Sunmi e Irene estaban cerca. Miró a los lados y divisó una figura que se acercaba desde la lejanía. Tenía un cigarro en la boca y caminaba tranquilamente, dirigiéndose hasta taeyeon.

 

A taeyeon le sorprendió que fuese sola.

 

Antes de llegar hasta taeyeon, lanzó el cigarro y lo apagó con su pie, restregándolo contra el suelo, y volvió a caminar en dirección a ella con una sonrisa maliciosa en los labios.

 

-Están ahí -susurró Irene, observando la escena-. Estoy nerviosa.
-taeyeon ha madurado bastante. Sabrá defenderse. No dudo que nana se atreva a pegarle. Por hacer uso de una conducta violenta con un miembro del club náutico, ya sea regatista o no, podrían penalizarla.

 

Irene se quedó en silencio observando la escena con el teléfono móvil en la mano y un mensaje en el borrador. Sólo lo enviaría si fuera necesario.

 

-Con eso de "si tienes agallas" pensé que habrías traído a tiffany contigo para que me pegase... ¡uy, no! Que has tenido que alejarte de tu mujer... -se echó a reír delante de taeyeon, quien mostraba un semblante serio.
-¿Dónde has dejado a tu zorra, nana? Normalmente siempre te veo con él -respondió, levantando la barbilla y enfrentándole con la mirada.
-¿A mi zorra? –nana enarcó una ceja algo enfadado-. ¿De qué cojones me estás hablando?
-Al que llevas a todas partes. Al mismo a la que convenciste para que me condujese al vestuario para que me chantajeases, por ejemplo.
-¿De qué me estás hablando? -Repitió, esta vez más enfurecida-. Habla kim -gruñó, crujiéndose los nudillos.
-Tengo en mi mano -sacó de su bolsillo su teléfono móvil-. Siete grabaciones impresionantes en las que tú misma te delatas, pasando por engreída, homofóbica y una completa gilipollas. Pero, no sólo eso... –taeyeon sonrió con malicia, mirándole fijamente-. Tengo trece sorprendentes fotos de ti y de tu zorra.

 

-Le está enseñando algo -apuntó Sunmi-. ¿Lo ves?
-Esto no pinta bien...

 

Observó cómo nana se acercaba aún más a taeyeon e Irene comenzó a tener algo de miedo. Estaba muy tentado a enviar ese mensaje que tenía en borradores.
Sunmi acarició su espalda suavemente.

 

 

-Estamos aquí. Saldremos a ayudarle si es necesario.

 

Taeyeon le enseñó una de las fotos. En ella se podía ver a la propia nana y a Leeteuk dándose un beso la noche del pub y observó cómo nana miraba al teléfono móvil completamente horrorizada. Sin embargo, su expresión duró poco en su cara. No tardó mucho en cogerle de las muñecas y estamparle contra una farola.

 

 

-¿A qué cojones estás jugando, lesbiana? -Gruñó-. ¿De qué mierdas va todo esto?
-Tengo fotos más interesantes, más picantes también. Otras fotos en las que no puedes decir que estabas borracha –taeyeon continuaba sonriendo y nana le apretó las muñecas-. No me estás haciendo ningún daño con eso. Y espero que no seas tan idiota como para querer romper mi teléfono. Tengo todas las grabaciones en mi ordenador.
-¿Quién te las ha pasado? ¿O las has hecho tú?
-¿Te crees que te lo voy a decir? –Taeyeon no le miraba con miedo, y eso a nana le desconcertaba más que nunca-. ¿Quién coño te has creído para querer arruinar mi vida, como si tú fueras la dueña de ella? –Taeyeon la empujó, deshaciéndose de su agarre-. ¿Sabes qué voy a hacer contigo, nana? ¿Lo sabes? -Adoptó un tono algo agresivo, cosa muy impropia de ella-. Pienso devolverte todas y cada una de las veces que me has hundido. Todas.

Nana dejó escapar una pequeña carcajada.

 

-Te olvidas de algo -murmuró.
-¿El qué?
-Yo soy más fuerte que tú.

 

 

Irene observó cómo comenzaron a empujarse y a gritarse delante del club náutico. Fue el momento de enviar el mensaje.

 

"tiffany, soy Irene. No preguntes porqué tengo tu número -es una larga historia. Si estás recibiendo este mensaje, es porque taeyeon está delante del club náutico con nana y ha pasado algo. P.S. Te he adjuntado unas fotos. Míralas y ven pronto."

 

Irene se incorporó pero Sunmi le hizo sentarse de nuevo.

 

-taeyeon puede defenderse. Y tiffany estará de camino.

 

Sujetó con firmeza su teléfono de móvil, observando como los segundos iban pasando y como la luz roja que indicaba que estaba grabando seguía parpadeando en su pantalla.

 

El teléfono móvil de tiffany vibró cuando él estaba en la cama. Cogió el teléfono con pereza y vio que recibió un mensaje de un número desconocido. Sin pensárselo, lo abrió.

 

"tiffany, soy Irene. No preguntes porqué tengo tu número -es una larga historia. Si estás recibiendo este mensaje, es porque taeyeon está delante del club náutico con nana y ha pasado algo. P.S. Te he adjuntado unas fotos. Míralas y ven pronto."

 

Tiffany notó como el corazón le daba un vuelco al leer que taeyeon había sido mencionado en ese mensaje, pero se asustó al leerlo entero.
Justo después vio las fotos. Sólo le había enviado dos, pero eran suficientes.

 

En la primera foto se podía ver a nana y a Leeteuk paseando de la mano en Coral Gables. Pero eso no era lo peor. La siguiente foto era de nana y leeteuk besándose en mitad de la calle, con los brazos de ella rodeando el cuello de Leeteuk y él apretando su cintura contra sí mismo.

 

Tiffany no tardó ni diez segundos en ponerse los zapatos y bajar las escaleras corriendo sin decirle nada a nadie.

 

*
-¡Pégame! ¡Pégame si te atreves! -Le tentó taeyeon, estirado en el suelo-. Ya has perdido toda tu reputación de buen chica con esas grabaciones, que estoy seguro circularán y que pronto tiffany las escuchará.

 

Nana no lo dudó. Primero le levantó del suelo, cogiéndole del cuello de la chaqueta y empotrándole contra una pared. Taeyeon forcejeó, tratando de deshacerse de su agarre.

 

-¡¿Vas a pegarme?! ¿Delante del club náutico? Hay cámaras vigilando el exterior, ¿quieres jugarte la competición si ni tan siquiera haberla comenzado?
-La competición me importa una mierda si puedo darme el gusto de partirte esa cara de lesbiana que tienes.
-Yo puedo tener cara de lesbiana y ser una lesbiana, pero prefiero ser eso a ser la mierda de persona en la que te has convertido.

 

Taeyeon golpeó a nana en el pómulo, y se sintió muy extraña al hacerlo. Lo había hecho con el puño cerrado y fue un chute de adrenalina. Para nana, fue la gota que colmó el vaso.

 

Nana golpeó la cara de taeyeon con el puño cerrado, interceptando su nariz, consiguiendo que sangrase casi al instante. Taeyeon se tambaleó y cayó al suelo, llevándose la mano a la nariz y dándose cuenta de que estaba sangrando.

 

-¡¡Muy bien, gilipollas!! ¡Acabas de ser descalificado de la competición! ¿Esto es todo lo que sabes hacer? –taeyeon se incorporó y se sacudió los pantalones, recuperando el equilibrio justo después.

 

Los dos volvieron a empujarse, a tratar de golpearse con más fuerza, moviéndose sin parar. nana, por desgracia, y tal y como le avisó, era más fuerte con ella, y tardó poco en dominar la pelea.

 

Condujo a taeyeon hasta el bordillo que separaba la calle del propio océano, en una parte del puerto donde no había barcos amarrados. Taeyeon sabía perfectamente que nana podría lanzarle al mar.

 

Y dejó de sentirse valiente por unos instantes.

 

Irene se incorporó rápidamente, asustada al contemplar la escena desde cierta lejanía.

 

-Esto ya pasa de castaño oscuro. Tengo que ir a proteger a taeyeon.

 

Sunmi cogió a Irene del brazo y justo después señaló un punto concreto. Alguien estaba llegando corriendo hacia el club náutico.

 

Bermudas, zapatos sin calcetines y una camiseta a rayas.

 

Tiffany Hwang.

 

-¡¿Qué pasaría si te lanzase ahora mismo al mar de un golpe?! ¿Sabrías volver a la superficie? ¡¿Sabrías?! -Le gritó-. ¡Ahora no eres tan valiente, ¿eh, kim?!

 

Ni nana ni taeyeon se habían dado cuenta de que tiffany estaba justo detrás de la propia nana. La estiró de la camiseta y le apartó de taeyeon, empujándola con fuerza. Los ojos de taeyeon se abrieron al ver a tiffany defendiéndola y enfrentándose a nana con esa furia concentrada en su cuerpo.

-¡tiffany! -Exclamó, llevándose las manos a la cabeza.

 

Tiffany golpeó a nana sin ni tan siquiera pensar en las cámaras que podrían verlas. La golpeó con todas sus fuerzas y repetidas veces, partiéndole el labio inferior y haciendo que sangrase.

 

-¡Era mi novio! -Gritó-. ¡Y te lo has estado tirando todo este tiempo!

 

Nana se levantó lentamente y se tocó el labio, hinchado y cubierto de sangre.

 

-¿Qué más te da, tiffany? ¿No has estado viéndote con taeyeon todo este tiempo? Tú cortaste con él, ¿por qué te sientes tan ofendida ahora?
-Me siento ofendida porque hasta hace poco, él era mi novio.
-A ti no te ha importado Leeteuk. Lo has dejado solo, y mientras se pasaba las tardes echando de menos a su novia, yo estaba ahí –nana escupió la sangre-. ¿Te das cuenta de lo doloroso que es ver a alguien que quieres sentirse así de jodido? -Miró a taeyeon-. No he acabado contigo, escoria.
-Sí que has acabado con taeyeon –tiffany se acercó a nana-. Te sugiero que te marches de aquí, no te tengo ningún miedo y no dudaré en machacarte si es necesario, ¿me has entendido?
-No pienso dejar que te juegues tu entrada en la competición por mí –taeyeon se metió en la conversación, colocándose en medio de ellos y alejando a tiffany con la mano-. Ya has salido perdiendo. No tienes al chico, la que nunca te quiso, y si las cámaras de seguridad han grabado esto, quedarás descalificada.

 

Tiffany observó a taeyeon. Tenía la ropa descolocada y el pelo despeinado. Su nariz estaba hinchada y tenía restos de sangre en la cara. Jamás le había visto con tanta fuerza, como si fuese un huracán, ni con tanta valentía de querer protegerle a ella y protegerse a sí misma.

-No tienes ni idea de las ganas que tengo de destrozarte -dijo nana.

Fue en ese momento cuando Sunmi y Irene aparecieron en la escena, corriendo hasta ellos.

 

-¿sun? –Nana enarcó una ceja-. ¿Qué haces aquí?
-Grabarlo todo -respondió sunmi-. Absolutamente todo -cogió su móvil y lo sacudió delante de ella.
-¡¿Qué mierda de manías tienes aquí con grabar las cosas?! ¡Elimínalo, sun! ¡Ahora mismo!
-¿Por qué iba a hacer tal cosa? Ya no estamos en el instituto. No puedes intimidarme. Y sabes de sobra que yo soy más fuerte que tú. Y créeme, tengo tantísimas ganas de patearte el culo... pero te voy a dar la opción de que te marches o llamaremos a la policía.

 

Irene sonrió al ver a Sunmi y luego dirigió su mirada a nana.

 

-Ya nos has oído. No queremos ganarte en desventaja, imbécil.

 

Nana retrocedió un paso, escupiendo sangre otra vez.

 

-¡Esto no ha terminado!
-Por supuesto que no -dijo tiffany-. El lunes nos vemos en la regata. Le prometí a taeyeon que ganaría ese trofeo por ella, y pienso cumplirlo. Cueste lo que cueste.

 

 

Cece regresó por donde había llegado, dejándolas solas delante del club náutico con un sentimiento de victoria. Irene y Sunmi fueron a hablar con taeyeon pero, cuando lo quisieron hacer, vieron que tiffany le estaba abrazando con fuerza, estrechándola entre sus brazos, sin intención alguna de soltarle.

 

-¿Qué haces aquí...? -Murmuró taeyeon contra su pecho, aguantándose las ganas de llorar por tenerle cerca.
-Irene me ha enviado un mensaje, diciéndome que estabas aquí, y me ha mandado las fotos de nana... bueno, unas cuantas -besó sus cabellos-. ¿Estás bien?
-Me duele la nariz... pero estoy bien -levantó la barbilla y la observó-. Hoy vine por ti, tiffany. De verdad que lo hice. Tengo ciertas cosas que enseñarte, otras tantas que contarte, y tienen que ver con lo que te dije el otro día.
-¿De qué me estás hablando?

 

Taeyeon suspiró.

 

-Te quiero, tiffany -levantó la mirada con los ojos vidriosos-. Todo lo que te dije el otro día era mentira. Lo hice porque nana me amenazó con hacer que te descalificasen o te echasen del club por cualquier tontería que se inventase. Me entró el miedo, sé que ella es capaz de cualquier cosa y no quería arruinarte la vida aún más. No quería hacerlo, pero no quería que te hiciera pasar por la misma mierda que yo pasé.

 

Tiffany se inclinó hacia ella y le besó los labios como hacía tiempo que no lo hacía. Los deslizó suavemente, con cariño, y la abrazó contra su cuerpo mientras taeyeon rodeaba su cuello con sus brazos, arqueando la espalda al notar sus cálidos labios acariciando los suyos con mimo.

-Nunca, NUNCA, me has arruinado la vida -sujetó su cara con sus manos-. Nunca me he sentido tan bien como cuando estoy contigo. Me has hecho feliz, y me sigues haciendo feliz, y siento todo lo que te dije el otro día porque no lo decía en serio... -juntó su frente con la de taeyeon, cerrando los ojos-. Me habría gustado que me lo hubieras dicho antes... pero también entiendo tu motivo. Gracias por querer protegerme -acarició sus mejillas con sus pulgares y, acercándose a ella de nuevo, le susurró contra sus labios-: Yo también te quiero