Evil (NamJin)

Wings saga OS.

— Tu pecado no será haber seguido la curiosidad y la tentación, tu pecado es haber hecho pacto con la persona equivocada.

 

Los días han pasado, todos supieron de la noticia de Taehyung, quien había desaparecido por mandato de su padre, al haberse dado cuenta de su pecado. Nadie debe romper las reglas divinas.

 

—¿Aún lo recuerdas? —Una figura se acerca al imponente arcángel. La última creación de Dios en reemplazo de Taehyung, Soobin, el nuevo protector de la luz divina.

 

—Ha sido poco tiempo, Soobin —responde él. Observaba fijamente el espejo de la verdad, como siempre, cuidando del chiquillo, Jungkook.

 

—De todas maneras, no es conveniente que sigas haciendo eso, él mismo se lo buscó. Vengo de parte de padre, tienes una misión, al parecer un chico, Min Yoongi, tiene problemas.

 

—¿Qué clase de problemas?

 

—Los tiempos duros se acercan, muchos demonios fueron desatados, especialmente... —El joven ángel no pudo terminar la oración, pues SeokJin se encargó de darle final.

 

—Él… pero es imposible, fue sellado hace muchos siglos.

 

—Lucifer lo ha liberado, está atacando a ese humano, debes detenerlo antes que le arrebate su alma.

 

❝Ten cuidado donde miras, ten cuidado donde tienes tu debilidad, ten cuidado si te atreves a dudar en su presencia. Él conoce todo, causante de desgracias, causante de dudas, pero especialmente, el pecado, la tentación, es tan dulce, pero a la vez tan malo❞.

 

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Su corazón latía tan fuerte y rápido que podía sentir que le faltaba el aire. Pesadillas, eso era lo que siempre acontecía en sus noches de sueño. ❛No debiste jamás jugar eso, no debiste hacerle caso a la tonta de Solar❜. Las voces no se detenían, los susurros, los tormentos.

 

—Entrega lo que quiero —escuchó detrás de él, esa figura, tan oscura llena de maldad, con una mirada tan penetrante.

 

—No lo haré —respondió Yoongi, no tenía miedo. Pero no podía bajar la guardia, jamás.

 

—No sé cuánto tiempo más vas a seguir soportando, mocoso, tengo la eternidad para atormentarte, pero a ti, digamos que no te queda mucho.

 

—Déjame en paz de una buena vez.

 

Por primera vez en toda la noche esa figura sonreía, pero no por alegría, se reía de ese humano patético. Recordaba que él fue uno de los caídos, uno de los que también antes vivió bajo la mano divina de Dios.

 

Pero la tentación de seguir a Luzbel fue más placentero, NamJoon, uno de los arcángeles más poderosos del cielo, quien un día hace siglos, portó la espada de fuego divino.

 

Un traidor.

 

—Veamos que escondes en tu pequeña cabeza.

 

Su poder especial, conocer lo más oscuro de los humanos, eso que podía usar para tentarlos a cometer pecado.

 

—Vaya, tu secreto, me parece muy interesante, mocoso —imitando una mueca, el demonio se atrevió a bombardear la mente de Yoongi. Creando alucinaciones en la cabeza del chico donde todos sabían su más grande secreto.

 

Marica.

Gay.

Es increíble que te gusten los hombres.

Que desperdicio de hombre.

 

El chico se retorcía, cubriendo su rostro, sufriendo, mientras NamJoon cobraba fuerzas, pues los demonios se alimentan del sufrimiento, la frustración, la ira.

 

—Déjalo, NamJoon —Una voz fría y fuerte retumbó por la habitación.

 

—Vaya, vaya, tenemos al poderoso arcángel SeokJin, ¿qué tal Taehyung, eh? —Una risa escandalosa fue lo único que se escuchó en esa habitación.

 

—No tengo tiempo para tus juegos idiotas, deja al chico, ahora —amenazó el arcángel, envainando su espada de fuego divino.

 

—Woh, woh, calma. Parece que toqué un tema muy sensible para ti, es increíble. Ustedes seres tan perfectos, fallan.

 

—Sí, como fallaste tú.

 

—No me arrepiento de haberlo hecho, ¿me extrañas, SeokJin?

 

Eso fue suficiente para que el arcángel tensara los músculos de su cuerpo, sujetando con tanta fuerza la espada, ira, rencor, tantos sentimientos encontrados. NamJoon aprovechó la distracción del arcángel para sujetarlo de la parte de atrás de su cuerpo, SeokJin reaccionó intentando extender sus resplandecientes alas, pero fue en vano, NamJoon se lo impidió.

 

—Solo porque tu padre te perdonó tu falta, no quiere decir que en tu corazón no exista amor por mí, SeokJin.

 

—No tengo ningún sentimiento hacia ti.

 

—¿Ya lo olvidaste acaso? Vamos, SeokJin, tú sabes que lo deseas, tú sabes que me extrañas, tú sabes que aún me amas.

 

—No, no, no —Repetía una y otra vez, intentando convencerse a sí mismo de que no era cierto.

 

Hace siglos, cuando Luzbel traicionó a Dios, SeokJin también sería uno de los caídos, sirvientes de Luzbel, de no haber tenido la misericordia de su creador, alegando haber sido cegado y tentado por los otros arcángeles.

 

Pero él había cometido una falta, se había enamorado de NamJoon, eso era peor que estar enamorado de un humano, ahora él era un caído, un desertor de los cielos.

 

—Acompañarme, SeokJin, yo aún te amo —soltó sin mediar palabras, dejando al ser divino sin palabras ni tiempo de procesar todo eso.

 

—No —recriminó SeokJin —Yo debo matarte —empuñando su espada, estaba dispuesto a hacerlo, pero sintió esa calidez de nuevo.

 

—Hazlo, entonces, te daré el gusto —El demonio no opuso resistencia, dejándose caer de rodillas.

 

Pero SeokJin no pudo hacerlo, era débil, fue débil, ahora más que nunca, lo seguía siendo, ante la mirada de NamJoon, nunca cambió, si bien todos esos años tuvo que olvidarse de él. Ahora mirarlo de nuevo, tenerlo frente a él, era sentir cómo todo volvía a nacer en su interior.

 

Ahora te comprendo, hermano Taehyung.

 

Cayó de rodillas junto con el demonio, quien a pesar de sus pecados, aún le amaba, ambos se miraron como si fuese la primera vez que se conocían. Había fallado, lo comprendía, por eso sabía que no había futuro en esos momentos para él, había vendido su alma a un demonio por amor, de forma voluntaria.

 

Los cielos expresaban la ira de su creador, otro había caído, había ganado la tentación.

 

Los protectores de la luz divina, aparecieron en la habitación de Yoongi.

 

Encontrando a SeokJin en los brazos de NamJoon, manchado, contaminado por la oscuridad, sus alas ahora estaban oscuras.

 

—Nos has traicionado, SeokJin, especialmente a padre.

 

—No pueden evitar que tenga este sentimiento por él, no lo comprenden.

 

—No, jamás lo haremos.

 

La lucha no duró mucho tiempo, maldiciendo a SeokJin a vivir entre los humanos, no podría jamás volver a ver a NamJoon, pues los protectores de la luz se encargaron de sellarlo de nuevo.

 

Las reglas no fueron hechas para romperse.

 

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Ha pasado mucho tiempo desde que vivo entre los humanos, mi maldición es que mis recuerdos siguen intactos, amando a un ser que esta encadenado en lo recóndito del infierno.

 

❝¿Podrías haberme amado todavía con la sonrisa que solías hacer cuando me mirabas? Para siempre, deja de decir cosas como para siempre, tiene que haber un fin de todos modos❞.

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