Capítulo II

Puedes ser libre
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Yixing se encontraba mirando a su alrededor ciertamente nervioso, debió de haber adivinado que esto era una mala idea. Parecía ser que la reina Kim los había escuchado en la cocina la última vez, razón por la cual lo detuvo en el corredor al día siguiente agradeciéndole las intenciones que tenía con su hijo y de paso “disculparse” por el comportamiento de Junmyeon -aunque en realidad Yixing no tenía ni la más mínima idea del por qué se disculpaba. La reina había sugerido una lista de lugares que según ella, eran los favoritos de su hijo pero debió de haberlo pensado dos veces antes de llevar al joven a uno de esos lugares. Había planeado una velada perfecta, o al menos eso es lo que había pensado de no ser por que cada intento parecía fracasar magistralmente.

 

Había sorprendido a Junmyeon en su oficina, no había sido muy sutil de su parte llegar en uno de los autos que la reina había dejado a su disposición ya que terminó llamando demasiada atención. Pensó en comprar flores pero por alguna razón descartó ese pensamiento de su cabeza, simplemente no parecía el momento adecuado y además no sabía cuáles eran las flores preferidas del otro. Detalles como esos los consideraba personales y no algo que podían tomarse a la ligera, podría sonar algo ridículo pero al menos para Yixing los detalles eran los que importaban, se sentía un poco mal por no haber escogido él mismo el lugar de su cita pero no podía contener su entusiasmo de pasar más tiempo con el otro príncipe.  

 

Su factor sorpresa se derrumbó cuando todo el personal no dejaba de observar cada uno de sus movimientos hasta el punto que llamó la atención de una manera no muy agradable. Las personas a su alrededor al darse cuenta de quién era el que caminaba por los pasillos comenzaban a murmurar y sacaban sus teléfonos para tomar fotos.

 

Junmyeon se encontraba en una reunión muy importante pero fue interrumpida debido al escándalo fuera de la sala, el príncipe chino intentó disculparse con una sonrisa pero sabía que el otro se había molestado. No quería darle más detalles y chismes a sus espectadores así que pidió que lo escoltaran a su oficina para evitar más interrupciones. 

 

-Llévenlo a mi oficina, estaré ahí en unos segundos.-

 

Yixing intentó distraerse dando un vistazo alrededor de la habitación. Era muy espaciosa y contaba con una librera, un escritorio y un par de sofás, uno de ellos parecía ser reclinable de manera que podía convertirse en una especie de “cama” y se preguntaba cuántas veces el príncipe había terminado durmiendo en su oficina sin ir a casa por la cantidad de trabajo que realizaba. Los estantes de la librera al igual que la biblioteca del estudio dentro del palacio contaba con una inmensa cantidad de libros, alguno de los cuales le resultaron familiares. Junmyeon parecía ser un amante de la literatura con un gusto muy variado pues Yixing podía distinguir desde libros de poesía clásica hasta materiales de fantasía. 

 

No quería ser entrometido pero incluso si el resto de la habitación se encontraba limpia y ordenada, la mesa de trabajo de Junmyeon parecía un desastre. Un vaso medio vacío de café, documentos de lo que parecían ser análisis estadísticos y acuerdos, seguramente pertenecientes a los proyectos que tenía bajo su responsabilidad. A un costado se encontraba un pizarrón lleno de apuntes y notas en todas partes y en el hubo algo que llamó su atención pero antes que pudiera corregirlo escuchó como la puerta de la oficina se abría y Junmyeon entraba con un ceño fruncido sobre su rostro. Probablemente Yixing no debería de pensarlo pero el otro se veía adorable cuando se molestaba, podía sentir como una sonrisa creía en su rostro al ver la expresión de molestia del otro, pues era hasta cierto punto adorable, como la de un niño a punto de hacer un berrinche pero el pensar en la actitud que había observado de sus padres le hacía pensar que Junmyeon nunca había realizado tal acción de pequeño.

 

-No quiero sonar rudo pero, ¿Qué estás haciendo aquí?- 

 

-Quería pasar a visitarte.- 

 

-Escogiste un mal día.-

 

-Lamento haber causado tanto revuelo pero, venía con la intención de invitarte a una cita.- intentó su mejor sonrisa haciendo resaltar sus hoyuelos. Podía notar como Junmyeon no esperaba que esas palabras salieran de su boca al ver la sorpresa en su rostro y cómo hacía el intento en ocultar el rubor en sus mejillas. 

 

-¡Oh!...Pues yo… lo siento. Este verdaderamente es un mal momento.- Junmyeon dio pasos apresurados hacia su escritorio y prosiguió a revolver su propio desorden buscando un documento en específico.  

 

-Puedo esperar. -

 

-En realidad no creo que quieras, estoy en una reunión con mis principales inversores y no estoy seguro si terminaré temprano.-

 

Yixing observaba como Junmyeon comenzaba a desesperarse, tanto que algunos de los documentos cayeron al suelo sólo para fastidiarle más por lo que se apresuró a ayudarle a ordenar un poco. Fue hasta que recogieron todos los documentos que Junmyeon suspiró cansadamente y el otro reparó en las evidentes ojeras debajo de sus ojos.

 

-Deberías descansar un poco.-

 

-¿Cómo puedes decirme eso? Estábamos en medio de una reunión muy importante, pedí un receso de 15 minutos por ti.-

 

-Quisiera sentirme halagado pero sé que te molestaría más.-

 

-No te creas tan importante. Tal vez era un buen momento para hacer una pausa, las cosas no están resultando como lo planeaba. Es sólo que no entiendo qué es lo que está mal- dejó algunos documentos sobre el escritorio y se acercó a la pizarra retirando algunas de las anotaciones.

 

-¿Tienes problemas con el presupuesto?- Junmyeon se giró rápidamente viendo como el joven chino examinaba algunos de los documentos sobre su escritorio.

 

- Estaba observando algunas de tus anotaciones y me parece que los cálculos están mal, y  viendo estos formularios me doy cuenta que en efecto hay un error en ellos. -

 

- ¿Un error dices? No comprendo. - Junmyeon arrebató los documentos de las manos y se puso a escanearlos rápidamente. - Los cálculos están bien, cada uno de los formularios están en orden con las actas correspondientes. -

 

- Ahí es donde está el problema. Las actas deben ser exactas recuerda que cada centavo es importante y con un proyecto como este deben tomar muchas otras cosas en consideración.-

 

Junmyeon no quería admitirlo pero tal vez el joven chino tenía la razón. Se apresuró a redondear algunas cifras y salió corriendo de la oficina. Yixing se arrepentía internamente de haber ayudado tan rápido, de saber que le dejaría solo habría alargado su explicación para que pudieran pasar más tiempo juntos aunque si Junmyeon aceptaba su propuesta las cosas podrían cambiar. 

 

El príncipe no había mentido cuando había mencionado su incertidumbre acerca de la duración de la reunión pues cuando menos lo esperaba el sol se estaba ocultando y Yixing se había apropiado del sofá de la oficina, se encontraba un poco adormitado pero volvió en sus sentidos cuando escuchó la puerta cerrarse. Se incorporó justo al tiempo para poder ver el asombro en el rostro de Junmyeon.

 

- Creí que te habías marchado.-

 

- ¿Y perderme esta vista de nuevo? No, gracias.- dicho esto el joven chino sonrió, más aún cuando observaba como el otro desviaba la mirada para ocultar sus mejillas levemente sonrojadas. El joven no mentía, para ser honestos Junmyeon se veía muy atractivo con su traje negro y corbata azul zafiro, colores que resaltaban su  clara tonalidad de piel. Se había acostumbrado a verlo con un atuendo más casual dentro del palacio pero sus ropas de trabajo definitivamente se encontraban hechas a su medida y resaltaban sus mejores atributos como lo ancho de sus hombros, su delgada cintura y esos pantalones hacían qu-

 

-¡Yixing!- Junmyeon se sentía nervioso bajo la mirada penetrante del otro, aclaró su garganta para disipar un poco su incomodidad.

 

-Claro, uhmm… como dije antes quería invitarte a una cita pero me parece que tuviste un día muy ocupado.-

 

Si tenía que ser honesto, se sentía agotado y lo único que quería en esos momentos era darse una ducha y poder recostarse sobre su cama, pero sabía que Yixing había puesto parte de su empeño en planear algo para la noche incluso iba vestido para la ocasión con unos pantalones de vestir de color negro y unos zapatos del mismo color, una camiseta de botones de color banco con un toque de negro en el dobladillo de las mangas, un atuendo casual y el joven no quería decepcionarlo.

 

-…Tal vez una cena no suena mala idea.-

 

-¿Estás seguro?- Junmyeon podía sentir el entusiasmo en su voz lo cual le hizo sonreír un poco.

 

 

 

  ***

 

 

 

A pesar del pequeño inconveniente de la tarde Yixing había esperado que la cena fuera un éxito, pero una mirada a la postura rígida y tensa del príncipe le hacía creer lo contrario, aunque debería de admitir que él mismo se sentía incómodo.

 

Se encontraban en uno de los restaurantes más famosos de Corea, no solamente por su elegancia sino también por lo prestigioso del lugar. La reina le había comentado que era el restaurante favorito de su hijo pero... su instinto le decía lo contrario. 

 

Después de lo ocurrido en el despacho del príncipe, el joven chino creía que había sido perdonado, después de todo, había sido capaz de ayudarle con el presupuesto del proyecto a usar a la junta, el viaje en el auto no había resultado tan mal, en realidad había sido placentero con Junmyeon relatándole más acerca de sus ideas, los proyectos que tenía en mente y como quería demostrar que a pesar de ser joven sus ideas eran lo que el Palacio necesitaba, no es que quería desacreditar las tradiciones ni la propia cultura, sino que era consciente que el mundo había cambiado y la Casa Real no podía quedarse atrás, pero fue una vez llegaron al restaurante que el silencio volvió a permanecer sobre ellos. No dudaba que los comentarios que había escuchado sobre el establecimiento y la comida eran verdaderos pero, el ambiente que caía sobre ellos era…deplorable.

 

Tal vez la corbata que él mismo llevaba le hacía sentir sofocado además, Junmyeon había tenido un largo día y sabía que trabajaba desde muy temprano hasta muy entrada la noche.

 

-Puedo hacerte una pregunta, sólo por curiosidad...Este no es tu restaurante favorito, ¿cierto?- Podía ver como el príncipe desviaba la mirada por unos segundos antes de tomar un sorbo de vino de su copa.

 

-No, de hecho es el restaurante favorito de mi madre. -

 

Yixing suspiro frustradamente, debía haberlo sabido. Su primer instinto había sido ignorar las palabras de la reina Pero... Era la Reina después de todo, y sabía que no podía darse el lujo de simplemente ignorarla.

 

Miró a su alrededor, el resto de los comensales con sus elegantes vestimentas, los platillos sobre su mesa que seguramente costaban demasiado, la música clásica de la Orquesta invitada tocando de fondo fue lo que bastó para que el príncipe chino tomará una decisión. Su mirada se volvió rápidamente hacía Junmyeon con un nuevo brillo.

 

- Tengo una idea. Te veo en el baño en 5 minutos. - Sin decir más se levantó de la mesa, Junmyeon observó que se había dirigido hacia al mostrador seguramente a pagar por la comida de la cual no probaron bocado. Se sentía muy confundido pero estaba muy cansado como para hacer preguntas así que luego de dar un vistazo a su alrededor, dejó la mesa.

 

Se encontraba intentando de arreglar su cabello y asegurarse de verse presentable cuando Yixing entró al baño.

 

-Rayos, esto sólo complica mi plan.- 

 

-¿Plan?-

 

-Quería ser dramático y tomar tu mano para escapar por la ventana pero… estas ventanas son más pequeñas de lo que esperaba.- El joven tenía razón, el baño del restaurante era elegante como el resto de local, y los ventanales no eran estrictamente pequeños pero Junmyeon podía asegurar que ninguna persona podría salir por ahí, ya que además de ser pequeños se situaban en el lado superior de la habitación. 

 

-Bueno, eso solo nos deja otra opción.- Sin decir más tomó la mano de Junmyeon y lo guio hacia la salida el baño, el joven pensaba que tal aclamada "cita" estaba por terminar y que acabaría buscando algún bocadillo del palacio, estaba seguro que los chefs habían preparado suficiente comida. Sin embargo en lugar de regresar al auto Yixing lo llevó por la parte trasera en dirección a la cocina, unos de los camareros se acercó para decirles que el área estaba restringida pero en lugar de obedecer y darse la vuelta el joven se dio a correr arrastrando a Junmyeon con él. 

 

No sabía que estaba pasando pero se limitaba a disculparse con todo aquel que chocaba con ellos, atravesaron toda la cocina hasta llegar a la puerta trasera, una agradable brisa los recibió al salir del restaurante. Quería pedir una explicación acerca de lo que acaba a de suceder pero Yixing lo arrastró por el callejón en el que se encontraban de manera apresurada mientras una sonrisa traviesa adornaba su rostro.  

 

-¿Se puede saber qué es lo que estás haciendo?- refutó Junmyeon deteniéndose luego de haber corrido por las calles de Seúl arrastrado por el joven chino.

 

-Estoy llevándote a nuestra cita.- 

 

-Creí que esa cena era nuestra cita.-

 

-No, esa era la cita que tu madre había planeado para nosotros y ninguno la estaba disfrutando. Escucha, quería que cada uno de nuestras salidas fueran especiales y la pasáramos bien no que te encontraras tenso durante el resto de la velada mientras me odias internamente por haber obedecido a tu madre.-

 

-...No...no esperaba ese tipo de respuesta. Pero, ¿por qué salir del restaurante de esa manera? Los guardaespaldas y el chófer no sabrán en dónde estamos.-

 

-Ese es el punto querido Junmyeon.  Por favor, ¿en realidad te agrada que te sigan todo el tiempo? ¿No tener nada de privacidad?.... ¿qué le cuenten con lujo de detalle acerca de nuestras citas a tus padres?- Eso último ciertamente le incomodaba, después de tantos años estaba cansado de ser siempre vigilado.  

 

-Digamos que entiendo eso pero, la última vez dijiste que no conocías nada de Corea y si tu plan era esa cena… ¿qué vamos a hacer ahora?- Junmyeon no quería admitirlo pero le ponía algo nervioso no tener un plan pero si tenía que ser honest

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