Esguince.

Juego. Set. Tenis.

. J U E G O . S E T . T E N I S .
C A P Í T U L O   U N O

 

***

 

Stephanie tenía bastante claro por qué estaba ahí, pero si se le hubiese preguntado ella hubiese decidido que no asistiría. Pudo haber fingido una gripe y es probable que funcionase, pero según su equipo, si debía morir, tenía que hacerlo en la cancha y no fuera de ella. Stephanie Hwang era una ganadora y bien podía demostrarlo.

Su respiración era lenta.

Podría jurar que el aire estaba cargado de tensión. Hacía calor. El sol estaba justo sobre la pista de arcilla roja y ella se balanceaba de derecha a izquierda, equilibrando su peso de pie a pie, con las piernas un poco abiertas y con el torso hacia delante, en atención. Entre sus manos giraba y giraba la raqueta. Una gota de sudor corría de su frente a la mejilla.

 

Esperaba el servicio.

Lo esperaba impaciente.

Quería que todo esto acabe.

 

El golpe seco de la pelota sobre la red de la raqueta la hizo salir del trance.

El público las seguía en obvio silencio.

 

Drive.

Drive.

Drive.

Revés liftado.

Dejada.

Volea.

Drive liftado.

 

 

Remate.

 

 

Punto. 40 - 15. Juego.

Los aplausos no se hicieron esperar.

Stephanie sentía su rostro ardiendo. Más que ira, sentía cansancio y más que cansancio, calor. Trató de respirar hondo mientras observaba los resultados una vez más: KIM - HWANG (6-4; 6-3; 3-3). No podía sacar dos juegos de ventaja sobre su oponente, la tenía ahí, como dándole una lección sobre quién era la número UNO en la cancha.

Sabía que hoy debía quedarse en cama. Quizás fingir mejor la gripe. Su cabeza estaba flotando mientras arreglaba su cabello, que de seguro estaba hecho un desastre. Se acercó al banco, tomó un poco de agua y luego dejó caer un chorro frío sobre su rostro, secándose luego con la toalla y aunque el polo quedaría con efecto transparente por un rato, no se preocupaba porque el calor le aseguraba que evaporaría la consecuencia en un dos por tres. Despegó la tela de su pecho. Por un momento se dio cuenta que su oponente la estaba observando, pero volteó la mirada tan rápido que no pudo asegurarlo.

Aunque por el rostro avergonzado en la banca de al lado, apostaría a que sí.

 

 

Gana ya, Kim. Quiero tomar un baño frío y meterme a la cama.

 

 

Tres juegos más y todo se acabaría, venga, estaba preparada ya. Jamás pensó que podría ganarle a la mejor de Corea, pero ahí estaba, jugando frente a ella, odiando el momento en el que aceptó el reto. Aunque no señores, para Stephanie no era un reto, solo era un ritual antes del sacrificio del becerro. Y ella era el becerro. Al menos estaba sudando como un becerro.

¿Sudaban los becerros?

¿Kim estaba mirándola otra vez?

No hubo tiempo para responder.

Lanzó la pelota verde al aire.

 

Saque.

Golpe.

 

Kim había mandado una excelente respuesta y ella se estiró para responder con un drive plano, contundente, soltando un quejido gutural que estremeció al público. Incluso a su misma rival. Es más. Hablemos de la rival: Kim Taeyeon no era cualquier tenista. Estaba recién cumpliendo 28 años y ya era considerada la mejor del país. También parecía ser la persona más reservada y callada del planeta. Todos conocían su ritual de entrar al campo con expresión neutral, sentarse, ordenar sus pertenencias en silencio y esperar que su oponente se acerque primero a la cancha por mero acto de respeto y humildad, antes de cada encuentro.

O quizás eran cábalas. Como esas que tiene Nadal.

Pero regresando a Taeyeon, quien ganaba el partido, ahora perdía el cuarto juego del tercer set simplemente porque había logrado desconcentrarse con un poco de tela húmeda. Y eso era tan improbable, tan extraño, que estaba quizás más sorprendida de haberse desconcentrado que de hecho estar perdiendo. Stephanie Hwang había logrado hacer tres puntos seguidos en un juego, algo que no se había visto a lo largo del partido y ahora estaba arriba en el set 4-3. Secó su frente con la muñequera de su sponsor y luego su mejilla.

Concéntrate Taeyeon.

Concéntrate.

No importa qué tan bonitos sean los ojos de Stephanie, ni sus piernas. 15-0. Tampoco importa lo bien que se ve su camiseta mojada, ni qué tan y haya sido ese último grito. 30-0. Dios. No. Basta... ¿Cómo antes no notó ese grito? Que ahora repetía y repetía. Oh, no lo sé, quizás porque antes estaba concentrada y ahora no.

Drive.

Drive.

Drive.

Revés.

Drive.

Ese gemido.

REMATE.

 

Rayos.

40-0.

Juego. 5-3.

 

Stephanie está por ganar el set, pero ni ella misma lo podía creer. De pronto le nació una sonrisa que se estiró hacia un lado y entrecerró los ojos para asustar un poco al rival. Pero su rival estaba más que asustada, ida. Quizás más que ida... Parecía perdida. Pero en qué. A Stephanie casi le provocaba acercarse y preguntarle si se encontraba bien.

Pero no. Esto era una batalla. Y ahora creía que podía ganarla.

Estaba lista.

Y Taeyeon no.

Pero Taeyeon contaba con algo interesante: Reflejos agudos.

Kim pasó a servir y cuando Stephanie respondió, Taeyeon golpeó rápido con un drive plano, a lo que Stephanie respondió igual, pero Taeyeon insistió y con suavidad llevó una dejada que obligó a Stephanie a correr hacia la net para responder mientras su oponente se acercaba a la pelota y con un revés la envió hacia el fondo e hizo un punto indiscutible. 0-15. Kim arriba.

Stephanie presionó su raqueta y frunció el ceño. Parecía que el fuego recién había nacido dentro suyo y estaba avivándose. Taeyeon sonrió de lejos porque había descubierto cierto placer en la reacción de su rival. Así, esperó que la pelota rebote hacia su mano, sacó y esta vez recibió un punto después de varios toques. El partido finalmente se ponía interesante, pero no estaba concentrada aún en él. Quizás sí en la mujer que jugaba del otro lado de la net, pero olvidaba que ganar este juego era importante y ahora también había olvidado que había público observando alrededor.

Taeyeon hizo otro punto. Uno más, ganó el juego y volvió a sonreír.

Stephanie recibió el gesto como provocador, pero cargado de respeto y admiración.

¿Era eso posible? Casi le pareció sensual.

 

 

Se detuvo.

5-4.

Taeyeon no podía parecerle sensual.

 

 

"Señorita Hwang, es su turno." Indicó el réferi.

Stephanie carraspeó y sacó rápido. Aún faltaba para que termine la guerra.

Taeyeon la esperaba relamiendo sus labios como un gato sediento que acababa de beber un poco de leche fresca para despertar. Respondió fuerte, soltando un gemido lleno de poder. La gente se sorprendió otra vez. Stephanie sintió su vientre latiendo. Respondió con la misma fuerza. Drive, drive, revés de Hwang, drive de Kim. Stephanie remató con rapidez, pero Taeyeon reaccionó y golpeó con electricidad la pelota en diagonal, haciendo que Stephanie corra hacia el otro extremo para alcanzar el sorpresivo contragolpe. Sin embargo su pie se convirtió en el mayor obstáculo, una vez que la goma de la suela de la zapatilla se enganchara en la arcilla de alguna forma, haciéndola caer de lado sobre el tobillo doblado.

El golpe seco la estremeció.

Su cuerpo giró un poco hasta quedarse frente al cielo. Trató de respirar.

Por un momento solo escuchó cómo entraba el aire por su boca.

Vaya que estaba despejado y seguía haciendo mucho calor.

 

El ruido del contexto había regresado.

Inspiró lento, con miedo aún.

Parpadeó e intentó sentarse.

El dolor no era tan intenso como esperaba.

Intentó apoyar el pie derecho luego del izquierdo, pero se quejó con un gesto arrugado y dejó entrar el aire a través de sus dientes cerrados. No podía apoyar el diestro. Esto no podía ser bueno. Nada bueno. La gente estaba asustada, en sus lugares, esperando la intervención de la doctora que estaba ahora corriendo hacia ella con la maleta de primeros auxilios.

 

"¿Dolor del 1 al 10?" Presionó.

"8 3/4."

La doctora quitó la zapatilla, revisó superficialmente, palpó y luego movió un poco el pie hasta que Stephanie reaccionó. "Creo que no está roto. Necesitaremos una placa para comprobarlo. Estará bien señorita Hwang, hizo un buen partido." Sonrió la mujer de mediana edad. De pronto Stephanie frunció el ceño. Tenía que pasar esto cuando descubrió que tenía la seguridad suficiente para ganarle a Kim Taeyeon. Volteó hacia el otro lado de la cancha para buscarla, pero no estaba, así que la buscó en su banca donde de seguro estaría tomando un descanso.

Vaya que estaba equivocada.

 

"¿Estás bien?" La joven de cabellos castaños oscuros se acercó con una bolsa de gel helado de su propio equipo técnico y se agachó a su lado para tocar su hombro y darle soporte. "¿Esto podría servirle?" Se lo mostró a la doctora.

"Gracias señorita Kim. Gran partido. Póngalo en el tobillo, por favor... ¿Puede retirar con cuidado la media?" La mujer seguía preparando lo necesario para inmovilizar el pie mientras llegaba la camilla y el típico carro pequeño para trasladarla. Stephanie se sentía realmente avergonzada por tanta atención, pero sintió aún más vergüenza cuando Taeyeon le retiró la calceta, con tanto cuidado y delicadeza que parecía estar manipulando porcelana.

"Disculpa si te hago doler." La joven volteó hacia ella.

Stephanie estaba absorta y asustada, solo negó y siguió observándola.

¿Taeyeon siempre había sido así de agradable? No había notado que sus ojos eran casi negros y su nariz era una curvatura perfecta y limpia. Y estaba tan concentrada en su rival que no había notado su pie inmovilizado y que estaba lista para ser acomodada en la camilla y luego ser llevada en el móvil.

Una vez dentro, Taeyeon la observó de lejos, llevando un mechón que había escapado de su coleta hacia atrás de sus grandes y adorables orejas. "Espero que te recuperes muy pronto. Estás en muy buenas manos." Su voz tenía textura suave, casi raspaba los bordes cuando hacía curvas de entonación. Stephanie se preguntaba qué analgésico le habían aplicado, porque estaba sintiéndose drogada.

Luego recordó que ninguno.

Quizás solo era el efecto Kim.

O el golpe.

 

Salió de la cancha y la gente la aplaudió.

Quiso buscar a su rival por última vez, pero su asistente le cubría la visión.

"Vas a estar bien, Steph. Dios. Esto es terrible." Dijo Yuri.

Y Stephanie realmente no sabía qué había sido lo terrible de todo esto.

 

 

. J U E G O . S E T . T E N I S .
P I N K D O R K

 

 

"Tiene un esguince en el tobillo." Concluyó el doctor.

"Voy a morir." Dijo Ryeowook, asistente y mánager de Stephanie.

"Dudo que pueda morir usted por un esguince ajeno." Suspiró el doctor quitándose los lentes con paciencia. "Ni siquiera ella va a morir." Indicó. "Acompáñeme para firmar algunos documentos del seguro antes de proceder, por favor." Ryeowook lo siguió sin poder aún creer en su mala suerte.

"16 años jugando, ¡Y ni una lesión en las piernas! ¡NINGUNA!"

 

Yuri, la publicista de Stephanie, estaba a su lado acariciando su cabeza mientras escuchaba los gritos ahogados de su compañero, casi ya perdiéndose en el pasillo. Llegó una enfermera a la habitación con una vasija de metal y medicina al lado de una jeringa y una botella de suero.

"Solo es un esguince." Dijo Stephanie.

"Van a ponerte una vía para hidratarte un poco y bajar el dolor." Se hizo a un lado.

"Va a salir como nueva de aquí, señorita Hwang." Aseguró la enfermera sonriendo. "Descanse un poco."

"También saldrás con una hermosa férula."

 

Stephanie tiró la cabeza hacia atrás. "Dime que puedo elegir el color."

 

"Rosada para ti." Asintió Yuri. Resignada, la joven tenista estiró su brazo para que le coloquen la vía. "Sabes que pudiste haberle ganado a la mejor del país, ¿Verdad?"

"Sabes que no iba a ser así, ¿Verdad?"

"Estabas muy cerca de voltearle el set."

"Probablemente hubiese ganado ella el cuarto."

"No tienes cómo saberlo."

“Ouch.” Pinchazo. "No me consueles. Ella es muy buena."

"También tú."

"Ella más." Bostezó recibiendo la medicina directamente en su sangre. "Es muy, muy buena. Lo sabíamos."

"De no haber sabido que podías ganarle no hubiésemos aceptado el partido." Aseguró Yuri.

"Ella se acercó a ayudarme." Stephanie cerró los ojos.

"Lo sé. Lo pude ver antes de ir a pedir el móvil."

 

 

"Es muy buena Yul." Empezó a dormirse. "Muy bonita."

 

 

Todo se fundió a negro.

Stephanie juraba que escuchaba el rebote de las pelotas de tenis en el fondo de su mente. Estaba segura de haber estado en medio de una inmensa cancha de arcilla rodeada de tribunas tan altas como edificios, llenos de gente. Repletos quizás. El tablero revelaba una gran diferencia de puntos, donde ella salía perdiendo en más de ¿catorce sets? Eso no tenía sentido. Menos aún porque el rival era Ryeowook. Empezó a agitarse.

Abrió los ojos de golpe y respiró profundo.

 

Había despertado.

La iluminación del cuarto había cambiado, se notaba que las horas de la tarde habían caído con peso, aplastando el brillo solar de la mañana. Trató de sentarse y encontró a Yuri, aún al lado, leyendo un libro. Sin mencionar que el cuarto estaba lleno de flores.

"¿Admiradores?" Preguntó aún con los ojos cansados, señalando los arreglos.

"De hecho no." Yuri cerró el libro. "Ryeowook habló con tu club de fans asegurándoles que irías a casa en un par de horas, así que probablemente tengas algunas plantas esperándote en casa para ser puestas en agua. Y carteles o algo así." La publicista revisó la vía y llamó a la enfermera con un botón para que le extraiga la molesta endovenosa. "Esto, de hecho, lo trajo tu gran rival de hoy."

"¿Por qué?" La tenista se sorprendió.

"No lo sé, pregúntale tú misma." Señaló con la cabeza hacia una esquina de la habitación, frente de la cama, donde sobre un sillón dormía Taeyeon. Stephanie no tenía palabras. Estaba quieta y nerviosa por tenerla delante. Tan cerca otra vez. Tan lejos. "Iré por la enfermera." Dijo Yuri resignada.

 

Taeyeon tenía una casaca de cuero sobre un polo blanco con letras. Sus cabellos marrones descansaban plácidamente enmarcando su rostro, imitando la relajación de su propio cuerpo dormido frente a Stephanie. Estaba sentada, pero inclinada levemente hacia su izquierda, con la cabeza hacia su hombro. Ambas manos cerradas débilmente en intentos de puños que se apoyaban una en sus costillas y la otra en sus faldas. Se veía tan delicada, como una niña pequeña cansada, que nadie pensaría que era la mejor deportista en su ámbito. Stephanie sonrió aceptando su rendición casi total ante ella.

 

"¡AH! Veo que está despierta." Entró la enfermera lista para retirar la vía. Taeyeon despertó de golpe y se acomodó en el asiento sin voltear. Stephanie la observaba disimuladamente, aguantando la risa que le causaba ver la tierna escena. "En unos minutos llegará el doctor para colocar la férula y estará lista para irse a casa, señorita Hwang. Ya no tiene síntomas de deshidratación. ¿Cómo está el dolor?"

"Ha bajado considerablemente." Volteó hacia Taeyeon.

"¿Cómo se siente?" Preguntó la amable mujer.

Taeyeon se paró del asiento y miró a Stephanie avergonzada, levantó una mano saludándola. "Ahora mucho mejor." Aseguró Stephanie sonriendo, sin dejar de ver a su famosa visita.

"Me alegra mucho." La enfermera sacó la vía. Stephanie se quejó en voz baja y siguió mirando a su rival. "Mantenga presionado esto por un rato con el algodón y en seguida viene el doctor Jung." La mujer volteó hacia Taeyeon. "Ha sido muy agradable su visita, Taeyeon-ssi. No todos los días vemos a promesas del deporte por aquí, juntas." Volteó también hacia su paciente. Ambas agradecieron con una reverencia.

 

 

Se quedaron solas.

 

 

"Te preguntaría cómo estás, pero el panorama es claro y ya le respondiste a la amable señora hace unos segundos." Taeyeon tenía las manos en la espalda, parecía nerviosa.

"Me siento mucho mejor, gracias." Stephanie sonrojada también parecía nerviosa, para qué negarlo.

"Me alegro."

"Gracias por todo esto, Yuri me dijo que las has traído. No debiste." Sonrió escondiendo sus ojos. “¿Cómo sabías que me gusta el rosa?”

“Adiviné.”

“¿En serio?”

“No. Solo tengo una excelente manager.”

 

“Excelente realmente.”

 

"Pensé que te podrían hacer sentir mejor."

"¿Te sientes culpable?" Stephanie arqueó una ceja y sonrió.

"¿De qué?"

"De que haya terminado aquí."

"Claro que no, ese fue un tiro impecable." Taeyeon cruzó los brazos riendo.

"Iba a ser una respuesta mía impecable también."

 

"No lo dudo."

 

"Gracias por el gran partido, Taeyeon-ssi."

"Gracias por un gran partido. Aunque no por el gran susto."

"Fue algo leve."

"Recupérate pronto, por favor. Tenemos que acabar ese juego."

"Voy a ganarte."

"Eso lo veremos."

 

"Señorita Hwang, buenas tardes." El doctor entró con todos los implementos para colocar la férula, acompañado de Yuri, Ryeowook y otra enfermera. “Vamos a colocar una férula para que evite apoyar el pie unos días, no es un caso grave, así que vamos a permitir que haga terapia cuando desinflame y en la noche repose.” El cuarto se llenó, entre pasos, instrumentos y conversaciones. Taeyeon decidió que lo mejor era salir y darles privacidad. Se despidión respetuosamente.

 

Caminó por el pasillo hasta llegar a las sillas de espera. "¿Cómo está ella, unnie?"

"Se ve mucho mejor. Gracias por todo Yoona-yah."

“Sooyoung-unnie llamó, ajussi está fuera de peligro, así que estará regresando en algunos días.” Yoona sonrió. "¿Nos vamos?" Taeyeon asintió buscando entre sus contactos a Sooyoung. "La camioneta está por la puerta tres. No hay prensa."

 

"Genial."

 

 

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Comments

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Denissebc #1
Chapter 4: Vuelve :(
sonelf1509
#2
Chapter 4: No puedo evitar reírme siempre que describes las escenas donde está Yoona jajaja mujer suelta ese teléfono/tablet xD
La culpa es de Yul por aconsejar mal a Tiffany xD bueno no, que ya dejen ese orgullo a un lado!!
Me está gustando muchooo!!
mayryy #3
Chapter 4: Hola, hola mujeres, mujeres, definitivamente nos gusta complicar las cosas y mas si somos cabezotas como estas 2, sin duda este juego esta muy reñido aunque el orgullo de estas dos al parecer es el ganador solo espero que alguien de el brazo a torcer y espero que sea la Fanny ella lo empezo todo ahora tiene que arreglarlo como sea. Cuidate un abrazo byre =)
Taechi_s #4
Chapter 4: Si Tae estas herida xd
Tendrán que fingir aunque sea por contrato </3
Gracias por actualizar :)
Skyth06
#5
Chapter 4: Quedo buenísimo
KazKaz18 #6
Chapter 4: Dios.... el orgullo.....
LlamaAmerica #7
Chapter 4: Es que porqueeeeee quiero más!!!! Hay cada vez me deja esa sensación de leer más y saber que pasará!!!!! Hay!!!! Sigueeee!!!! <3
gea_ly
#8
Oye la de salvaje ya no vas actualizar ??? X fa no te olvides me encanta la historia.
Sone_Mine
#9
Wow, estaba buscando otro fanfic y de repente vi tu historia e inmediatamente grité como loca aún no la leo pero se que me va a encantar.
moonlisa
#10
Chapter 3: Ay, ya me siento súper colgada con este fic. Tu forma de escribir me gusta mucho y ya me encanta cómo llevas la historia, la verdad.

En este instante, deseo matar a Stephanie, pero esto de seguro conllevará al drama, así que no me molesta tanto (?). En fin, ya estoy fascinada con esta historia y no puedo esperar por más. Espero con ansias el siguiente capítulo. Un beso <3