Capítulo 2

Aflojo la corbata y le lanzo una sonrisa ladina, sus ojos ardientes no pierden detalle alguno de mis movimientos y soy consciente del deseo emanando por cada uno de sus poros. Camino lentamente hasta estar delante de ella, mis manos automáticamente empiezan a recorrer aquella piel blanquecina que apenas si es escondida por la falda del uniforme.

—Aquí no, Taeyeon —jadea cuando mi aliento choca descaradamente en un punto sensible de su cuello. Dejo a mis labios hacer el primer contacto, simplemente rosando y erizando su piel—. Los chicos no tardan en llegar —apenas si pude escucharla.

Sus manos presionan mis hombros con la intención de alejarme, pero sé que no lo hará. Beso su cuello sin importarme en lo más mínimo ser encontrada liándome con Jessica en lo más recóndito de las canchas deportivas. Mis dedos trazan delicadamente un camino por sus piernas y se van escondiendo cada vez más debajo de su falda.

Sonrío contra su piel al sentir su cuerpo temblar por mi toque y su respiración agitarse tan desvergonzadamente cada vez más.

—Dime que no lo deseas —susurro contra su oído y dejo escapar mi aliento caliente para hacerla estremecer—. Vamos. Di que no te pone caliente saber que quiero cogerte en un lugar donde nos pueden descubrir —lanza un gemido que me hace sentir ganadora—. Yo sé lo que te gusta —digo deslizando mi mano por debajo de su falda y tener un primer contacto en su entrepierna. Jadea y aprieta los parpados con deleite, muerde su labio inferior con la intensión de mitigar esos sonidos casi animales que escapan de ellos—. Eres una pequeña zorrita promiscua que le gusta tener o en lugares públicos.

Deslizo mis dedos traviesos por sobre su ropa interior húmeda hasta tocar su sensible clítoris, muerdo su cuello y succiono su piel lechosa para dejarle una pequeña marca roja. Ella gime contra mi oído y me presiona contra su cuerpo con fuerza, pidiendo silenciosamente que quite esa estorbosa barrera que nos impide continuar.

Inhalo profundamente el aroma de su fastidioso perfume y la alejo de mí. Sus ojos me escrutan con fastidio por no sentirme cerca y eso me hace reír.

—Me encantaría seguir jugando, cariño —aprieto suavemente su mandíbula para plantarle un beso fugaz en los labios—. Los chicos están a unos metros de nosotras —le doy un repaso a su apariencia y niego lentamente mientras saco la cajetilla de cigarrillos escondidos en una de las tablas flojas de las bancas—. Deberías arreglar un poco tu apariencia —le digo con desinterés y enciendo el cigarrillo.

La nicotina llega hasta mis pulmones para adormecer mis sentidos, se siente tan bien. El humo escapa por mis fosas nasales antes de relajarme.

De soslayo sigo viendo como acomoda las prendas arrugadas, su rostro esta contraído por nuestro juego previo o, más bien, por mi juego. Una risita burlona escapa de mi garganta y ella me fulmina con esos penetrantes ojos fríos que hace temblar a todos.

Claro, a todos menos a mí.

—Eres una idiota —cruza los brazos y gira el rostro en otra dirección.

¿Acaso cree que su actitud infantil puede conmigo? Esta demasiado equivocada. Llevo el cigarro a los labios una vez más y le doy una profunda inhalación, ¡dios! Esta es la perfecta creación para no estallar.

—Sabes mejor que nadie que conmigo no van esos jueguitos —le suelto el humo en el rostro. Mi mano toma su mentón con fuerza y hago que me mire—. Tú mejor que nadie lo sabe —nos enfrentamos a una batalla de miradas penetrantes, mis dedos presionando con fuerza, mi mandíbula se tensa y al final ella es la que aparta sus ojos de los míos con redención.

Suelto su mentón sin la más mínima delicadeza y me aparto de ella para recargarme en uno de los soportes de las gradas.

Me sigo fumando el cigarrillo mientras observo a lo lejos.

Jessica Jung tiene una belleza única y singular, su personalidad y actitud con los demás es su manera de manifestarse ante algo que no puede enfrentar. Es una de las chicas más fuertes que he conocido y con la que mejor he compartido, sin lugar a duda una magnifica compañía.

Pero no todo mundo es perfecto y ella tampoco es la excepción.

—Si sigues fumando así morirás mucho más joven —la reto con la mirada, sé perfectamente que esto es parte de lo que soy y no pienso cambiar.

—¿Quién te crees tú para decirme eso? —Replico con sequedad.

No me importa en lo más mínimo este tipo de preocupación, en realidad me da igual. Pero sí me molesta que me digan lo que debo y no debo hacer, es mi vida, yo la estoy arruinando y si me moriré por fumar como una locomotora, ¡perfecto! Me da igual.

Total. Solo somos seres mundanos vagando y contaminando al mundo, personas como yo somos escorias que no merecen vivir.

—A veces me pregunto si tu madre hizo bien al sacrificarse por protegerte.

Siento la vena de mi sien palpitar con fuerza, mi mandíbula se tensa una vez más y mis puños de seguro están blancos. Sin embargo sonrío ladinamente.

—¿Crees que no lo sé? —Frunzo el ceño con fastidio—. Esa mujer cometió el peor error al querer proteger a una escoria como yo —río y niego varias veces antes de llevarme el cigarrillo a los labios con desinterés por el tema—. No pedí que lo hiciera —encojo los hombros y la ignoro.

Sus ojos se quedaron fijos en mí por un largo periodo de tiempo, pero de sus labios no escapa ninguna sola palabra.

—Perdona. No quería…

—¡Uf! Menos mal no han dado al timbre porque corrí casi hasta vomitar —le doy un repaso a Yoona. Ella tiende a ser mucho más servicial y puntual a nuestros encuentros, verla ahora toda sudada y con poco aliento me hace cuestionar dónde realmente estuvo metida.

Alzo una ceja en su dirección, aun escrutándola de pies a cabeza y analizando su comportamiento nervioso.

—¿Dónde estabas?

—En la cafetería. Está a reventar y tú sabes que no puedo seguir mi día si no tengo la suficiente munición de alimentos —entrecierro los en su dirección, no me trago por completo su excusa barata.

Mucho menos al no ver esa comida habitual en sus brazos.

—Como sea.

Lanzo la colilla del tercer cigarrillo y me voy de ahí, dejándolas a las dos mirando en mi dirección. Sigo mi camino a paso lento hasta llegar a uno de los salones vacíos, me escabullo en el interior para sentarme en el lugar de siempre, cerca de la ventana y lejos de la vista de cualquiera.

Quiero lanzar todo por los aires, destruir el salón por completo, quiero traspasar la pared con mi puño y quiero asesinar a alguien. Suspiro cansada. La escuela es un fastidio y los profesores también.

—Supuse que vendrías aquí después de verte atravesar todo el instituto sin ver a nadie —seguí mirando por la ventana sin prestarle atención—. Es realmente impresionante como puedes controlar tu estado de ánimo.

—¿Qué es lo que quieres? —Gruño en su dirección, ahora sí fijándome en él a través del cristal de la ventana.

Sus zapatos resuenan con cada paso lento en mi dirección. Se ve tan despreocupado y relajado, camina con esa seguridad y comodidad consigo mismo que muchos le envidian, las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones escolares y las mangas de la camisa blanca dobladas hasta por arriba de los codos, la corbata es un desastre que a muchas chicas enloquece.

Giro el rostro para encararlo y continuar detallándolo en silencio. Su cabellera anteriormente castaña ahora es decorada con unos mechones mucho más claros que, sin lugar a dudas, le queda genial y su mirada… es arrebatadora.

Todo un galán moja bragas.

—Solo quiero comprobar que estás bien —encoge los hombros para quitar importancia al asunto. Su postura sigue siendo la misma mientras desenvuelve un chicle para llevárselo a la boca.

Atractivo por donde le veas, pero no tas las chicas compartimos los mismos gustos.

—Estoy bien. Ahora que lo has comprobado vuelve con tu zorra —sus cejas casi se vuelven una cuando sus ojos me perforan la cabeza.

Quiero soltar una carcajada.

—Taeyeon —pero en su lugar mis labios tiran hacia arriba en una sonrisa ladina.

—No lo digo yo, galán de galanes —me levanto del marco de la ventaba y camino a su dirección—. Eso se dice en los pasillos —cruzo los brazos delante de él y le alzo una ceja divertida. Vamos, que necesito un poco de diversión antes de que yo termine golpeando a alguien por culpa de Jessica—. Deberías prestar más atención en los pasillos o Hani puede ser degradada fácilmente por esos bastardos —hice un gesto con el mentón hacia la puerta que nos excluye de todos los demás.

Sus ojos comenzaron a lanzar lava y el fuego dentro salpica en todas direcciones.

Trato de esconder mi sonrisa malévola, he logrado mi objetivo del día y espero realmente ver acción al final del mismo. Por lo menos espero que Jackson le parta la cara a ese idiota que se está metiendo con nosotros.

Sigo mirando con burla a uno de los chicos de la clase, el tema de Hani realmente es verdadero, yo misma escuché mientras creían que dormía en clase y el muy estúpido no pudo detenerse ahí, extendió el rumor a gran parte de la población estudiantil olvidando idiotamente que esa chica está más que protegida por mí.

Obviamente no seré yo quien se ensucie las manos, eso lo hará mi queridísimo Jackson.

Vagamente escucho al maestro hablar sobre el tema, ciertamente es más entretenido ver la reacción del idiota con forme pasan los minutos y el tiempo para ir a casa está por llegar.

Cometió el peor error de su vida, el primero es hablar de una mujer tan vulgarmente como si fuera una a cuando todo es un invento suyo para hacer quedar mal a los demás y el segundo y el que lo está haciendo temblar.

Manosearle el trasero descaradamente delante de su grupo de amigos sin cerebros.

No niego que sentí lava correr por mis venas y estuve a punto de ir a partirle la cara, pero Jackson llegó de la nada para tomarlo por las solapas del saco del uniforme y lo alzó en los aires sin el mayor esfuerzo. Entonces solo miré con diversión la situación y Yoona alejaba a Hani junto con Jessica de ahí para que no viera a su novio destrozarle la cara al tipo.

Debo decir que Jackson infundía un aura temible para cualquiera y sé que estaba dispuesto a matarlo si le era posible. Pero no, tuve que detenerlo justo antes de que llegaran las autoridades escolares para llevarlo a detención. No nos conviene volver ahí recientemente, la tenemos sentenciada.

—Déjalo —presioné su muñeca para que lo bajara—. Recuerda que aquí no podemos —miré con desdén al idiota antes de fijarme en los ojos de Jackson. Él respiraba pesadamente y su ira se drenaba por cada uno de sus poros.

Sus ojos me miraron por largos segundos antes de soltarlo y dejarlo caer como peso muerto.

—No será aquí, pero te aseguro que cuando el ultimo timbre se haga escuchar. Tú y yo resolveremos este asunto —le sentenció con desprecio. Se alejó de él y yo lo miré con frialdad antes de dejarle ver mi sonrisa más tenebrosa.

—No debiste jugar al tipo duro —negué y solté una carcajada en su cara, él temblaba como si tuviera frío—. Espero que te quede claro que con nosotros nadie se mete —no me resistí y le solté un golpe.

Él cerró los ojos con fuerza y gritó, pero mi puño lo estampe en la pared al lado de su cabeza. Volví a reír con sorna por su reacción y me alejé.

Cielos, me habría encantado haberle partido la cara pero eso se lo dejo a Jackson.

Alzo una ceja en dirección del idiota, guarda sus cosas con apuro y mira nervioso en todas direcciones, en especial a mi mesa y a la de Jackson. Le sonrío con burla y lo saludo a la distancia, su cuerpo se queda quieto y realmente quiero reírme con fuerza.

—¿Por qué no vas abandonando la clase? —Le pregunto a Jackson sin apartar mis ojos de nuestra presa—. El idiota quiere huir sin antes recibir nuestro regalo —suelto una carcajada baja y siento a mi mejor amigo recorrer la silla para ponerse en pie.

No es necesario que le mire para saber qué es lo que hace, estoy segura que guarda sus cosas y silenciosamente abandona la sala. Nuestro querido compañero mira asustado hacia la entrada, aunque debo decir que veo un poco de alivio. Eso hasta que voltea en mi dirección.

Levanto mi mano en el aire y el dedo gordo lo deslizo por mi garganta en señal de muerte. Su rostro palidece y no puedo evitar sentir el regocijo por la situación.

Al menos mi día de mierda terminara en algo bueno.

El timbre de salida suena y rápidamente sale disparado a la salida. Yo tranquilamente recojo mis cosas y a paso lento voy abandonando el salón. Al final del pasillo logro ver a los chicos y no es necesario apresurarme porque ellos esperaran por mí.

—Todo está como pediste —sonrío y sigo caminando sin esperarlos. Me siguen en silencio hasta encontrarnos con Hani y Yoona.

—Vamos, nenas —hago un ademán con el mentón para que sigan mi camino—. La función está por comenzar y quiero la primera fila —río por la anticipación.

Esto sí que es un espectáculo digno de ver.

Wooyoung y Sung Jun nos cuidan la espalda y, al momento de llegar al círculo de personas alrededor del idiota y Jackson, nos hacen espacio para ir al frente. Siwon y Kyung Il lo sostienen de los brazos porque parece que el niño quiere huir.

—¿Cómo se ha portado nuestro esclavo? —Lo encaro y presiono mis dedos en su mandíbula, se queja ruidosamente y niego—. No, no, no. Es una falta de respeto mirar a tu superior de esa manera —le doy el primer golpe en el abdomen y lo dejo sin aire.

Camino a su alrededor y les pido con un asentimiento a los chicos que lo suelten, al instante cae al piso jadeando por oxígeno. Se siente tan bien torturar a alguien.

—¿Acaso eres nuevo? —Tomo un puñado de su cabello entre mis dedos y le alzo la cabeza para que me mire—. ¡¿Lo eres?! Porque si lo eres te instruiré para que respetes nuestras reglas —tiro con más fuerza de su cabello, él se queja y eso me hace darle una patada en el abdomen—. Sshh. No se habla cuando tu superior está enseñándote modales —lo suelto con brusquedad—. Pudiste habernos ahorrado esto, incluso el sufrimiento por el que pasaras —le doy la espalda y me acomodo el saco del uniforme—. Jackson se encargará de instruirte.

Sonrío con malicia en su dirección por encima de mi hombro. Que empiece la diversión.

Me alejo lo suficiente para mirar con calma la situación, con un solo asentimiento la función empieza y yo realmente estoy ansiosa por ver diversión. Los chicos se paran detrás de mí y las chicas se quedan en silencio a mi lado.

Jackson se acerca sigilosamente hasta el bastardo y su sonrisa diabólica me encanta, le susurra acerca de mis normas y después le da el primer golpe, repite la misma acción hasta terminar y al final de ellas ya tiene al chico adolorido y llorando.

—Eso ha sido solo el calentamiento —río divertida cuando lo toma por el cabello y lo hace mirar en nuestra dirección—. La chica a la que le tocaste el trasero es mi novia y nadie se mete con mis chicas —dijo entre dientes, de seguro hizo estremecer a más de uno—. Míralas bien porque no lo volveré a repetir. Si hablas o tocas a alguna de ellas, eres hombre muerto —sisea contra su rostro antes de levantar la mirada hacia la multitud reunida—. ¡Eso es para todos!

Grita con fuerzas antes de estampar su puño en el rostro del idiota. Pobre, posiblemente tendrán que llevarlo a un hospital después de esto.

Jackson no se limita en cuanto a lecciones y esta no es la excepción, sus puños ya llevan algo de sangre y me encanta.

Miro alrededor, las personas siguen rodeándonos y sé que no muchos están de acuerdo con nosotros, pero tampoco son estúpidos para meterse en la pelea o también recibirán su merecido. Yoona suspira a mi lado con cansancio.

—¿Te quieres ir? —Alzo una ceja en su dirección, mi sonrisa burlona se fue después de hace muchos golpes. Ella resopla y niega.

—Solo estoy cansada por estar de pie por tanto tiempo, además de que tengo hambre —se queja y mira sus uñas para no hacer una rabieta—. ¿No crees que ya es momento de separarlos? El chico parece que perderá la conciencia en poco —dijo con indiferencia.

Enderezo mi cuerpo para volver a imponerme y antes de si quiera hacer otro movimiento mis ojos se topan con unos tímidos y temerosos. No hice nada por alejar mi vista de su dirección, en realidad se siente como si una fuerza mayor me mantuviera presa de aquella mirada inocente.

Mi mandíbula se tensa rápidamente con el desconcierto de mis pensamientos y un malestar en el estómago me hace repudiar la sensación.

Su cabello se agita suavemente al compás del viento, meneando esas ondas castañas alrededor de su rostro como una caricia. Su piel blanca deja percibir el ligero rubor por el calor y sus largas pestañas parpadean en mi dirección con incredulidad.

No es hasta que desaparece de mi vista que reacciono. ¿Qué demonios fue eso? Nunca me he detallado a una mujer de esta manera y menos a alguien tan… santurrona.

Frunzo el ceño y agito la cabeza. Solo es una más del montón.

—Paren la pelea y lleven a Jackson a casa —me giro sin ver a los chicos—. Hani, asegúrate que tu novio no se meta en problemas en los próximos días. Necesitamos un bajo perfil o su padre lo mandará a la militar —le recuerdo.

Me abro camino entre la multitud y me voy sin mirar atrás. Sin duda mi día pasó de lo aburrido para irse a lo divertido y terminar en esta situación extraña que no quiere abandonar mi cabeza.

Chica idiota.

Para que no haya confusión. Cada capítulo será narrado por las protagonistas, es decir, un capítulo Tiifany y otro capítulo Taeyeon.

Siendo todo, nos vemos en la siguiente actualización.