Makgeolli

Tú (Drafts)

I
MAKGEOLLI

 

Makgeolli.- Vino tradicional coreano
hecho a base de arroz y trigo.

 

๑๑๑๑๑

 

Esa tarde estaba parada, como cada día a diferentes horas, bajo el mismo paradero de siempre. Debía llegar temprano a casa porque era noche de makgeolli y rogaba por no tener que usar el paraguas; aunque conociendo los vaticinios tan acertados de Sooyoung y sus antojos en ciertos tiempos del año, estaba convencida de que terminaría usándolo.

Llevaba ya dos años estudiando con ella y si algo conocía a la perfección de mi gran amiga, era su capacidad para predecir lluvias. Lo sabíamos porque cada vez que se le antojaba tomar, la ciudad se hundía en un aguacero.

 

Esa tarde no debí haber salido tan pronto del campus, pero prefería llegar antes de que se desate la tormenta. Y ahí estaba, escapando de una clase electiva de literatura del siglo dieciocho. Mientras suspiraba, me perdía un poco en pensamientos cotidianos y detalles raros que encontraba en la calle, olvidando por momentos que estaba acompañada de un gran grupo de desconocidos que esperaban el siguiente bus, tal cual yo lo hacía.

El viento de finales de otoño, frío y seco, jugaba con mis ondas marrones y mi flequillo como si se tratasen de lianas livianas que intentaban enredar al hombre de al lado. Antes de asfixiarlo dramáticamente en mis fantasías urbanas, preferí sostener mis lianas salvajes y llevarlas hacia un lado mientras miraba de reojo a la pobre víctima potencial. Me alejé un paso y topé sin querer a alguien más, parado a mi derecha. Me sentí algo más torpe de lo común cuando intenté pedir disculpas pero me quedé callada. Más que callada, distraída. Más que distraída… Avergonzada. Nerviosa. Asustada. Y todos los estados de ánimo que un ser humano pudiese sentir a la vez en una situación parecida a la mía, porque rayos... Qué hermosa mujer. El ruido de mis latidos opacó con orgullo cualquier otra percepción sonora.

Lo recuerdo bien porque esa fue la primera vez que la vi. O al menos eso creía yo… ¿Cómo no fijarme en un espécimen tan bello? Conociéndome, era probable.

 

Inhalé lento.

 

El tiempo parecía haber tomado una pausa para permitirme recobrar mi sentido y, de pronto, en un parpadeo, todo corrió al ritmo normal. Exhalé. Los ruidos regresaron. El claxon de los autos se escuchaba con exagerada pronunciación, sobre los quejidos de la gente preocupada por no llegar a tiempo a donde sea que estuviesen yendo. Escuché, a la vez, la canción que sonaba en los audífonos conectados a ella, la hermosa chica.

Tarde ya, murmuré las disculpas necesarias por haberla topado. Evité verla directamente... Después de todo, me bastaba la imagen mental de ella que, después supe, era bastante fiel a su aspecto real. Regresé a mi posición inicial, esperando el atrasado bus mientras me consolaba armando el rompecabezas en mi mente: Cabello negro, con ondas, delgada media cola, labios rojos sandía en forma de corazón, nariz adorable, ojos expresivos y un saco beige que cubría su cuello y torso, protegiéndola del frío.

Arqueé una ceja nerviosa, preguntándome en silencio qué venía después y pidiendo que la vida me dé un chance. Solo eso, porque sabía que una chica como ella jamás se fijaría en—un momento. Justo en ese instante arrugué la frente y la miré con el rabillo del ojo: Yo la había visto antes. Estaba segura de haberla visto antes. Pero hasta que descubra dónde, terminaría perdiéndola de vista. Así que traté de correr a lo largo de mi terrible memoria, tropezando siempre con recuerdos de distracciones comunes en mí.

Tenía que ver su cara una vez más para reconocerla.

Estábamos una al lado de la otra, como dos soldados al frente de un batallón. Tras nosotras, la masa de personas no dejaba de ver el reloj. Sentía como si ese momento solo fuera nuestro, así que, mentalmente, resté color al batallón, a ese resto del mundo, y traté de concentrarme en ella. El viento era cada vez más denso, sin mencionar frío. El día estaba casi tan desaturado como una cebra y estaba segura de que no era por efecto de mi afiebrada imaginación.

 

Maldición, Sooyoung.
Iba a llover dentro de poco.

 

Me pareció sentir que ella estaba mirándome. No estaba segura, así que no quise arriesgar mi suerte. Procuré ser rápida, volteé y medio segundo después ya estaba mirando al frente de nuevo. Bajé la vista a su identificador universitario. Bingo. Pero claro. Ya sabía quién era. Y creo que lo notó, porque sentí el movimiento reflejo en ella.

No le di importancia.

Finalmente sabía que podía reconocerla, sintiéndome de pronto más que motivada, porque si no lograba algo en ese momento o al subir al bus, de seguro la encontraría en los pasillos de la universidad. Ella era la chica de la clase de biología de Yoona, la que tomaba apuntes con un lapicero de tinta rosada. Lo sabía porque a veces Yoona se ponía al día durante el almuerzo usando su cuaderno.

Le pediría que me la presente en algún momento.

Sí.

Eso haría.

 

Y con mi decisión tomada y la tranquilidad de no tener apuro alguno, sonreí con la vista hacia delante. Una de esas sonrisas casi maliciosas de cuando tienes un plan y sientes que te has convertido en una especie de genio. Hasta que me miró otra vez y borré la sonrisa. Me sentí demasiado consciente de todo y procuré calmar mi temperamento.

Dios, estaba segura de que me odiaría.

 

Escuché que la música de sus audífonos cambiaba de un ritmo pop conocido y comercial, a un clásico de los Carpenters que particularmente me encantaba. No pude evitar emocionarme aún más con esto, reconociendo inmediatamente que teníamos algo en común. ‘Close to you' podría convertirse en una conversación, en una sonrisa, en un intercambio de números, en un almuerzo el sábado. Sí. El sábado estaría bien porque el viernes tengo clases hasta las ocho. Y el sábado hay función en el cine hasta las diez.

Abrí la boca, pero me detuve antes de siquiera poder voltear. El miedo me cacheteó con justa razón. ¿Por qué sonaría normal el haber escuchado su música entre el desgastador ruido de la calle? ¿Estaba tan atenta a ella? Probablemente creería que estaba prestándole demasiada atención. Y sí, era verdad, pero no tenía por qué enterarse. Ni pensar que estoy asechándola. Me miraría con asco. Se arruinaría mi vida social en un instante. Se alejaría de mí. Me odiará más. Aún más. Dios.

 

Al diablo, lo haré.

 

Volteé. “¿Esa—“ De pronto un trueno me interrumpió y cubrió completamente mi voz. Mi presencia. La de todos. Subí la mirada y el cielo parecía cubierto con una sábana gruesa y gris, oscura. La lluvia se desató de pronto, como dándole la bienvenida a la peor parte del invierno.

Tomé el paraguas resignada y mientras lo abría, cubría mi cabeza imaginando cómo cada persona abriría el suyo. Desde el cielo se vería como una gran cantidad de flores negras abriéndose más de un metro sobre el pavimento para recibir la humedad. Una tras otra, indistintamente, hasta llenar la vereda de círculos oscuros, rodeando mi paraguas azul.

Los espacios entre nosotros crecerían, alejándonos por los radios de nuestros, por ahora, techos impermeables. Inflé los cachetes, pidiendo paciencia. Si para el clima no era suficiente ya con el frío y el viento, la lluvia tendría que significar la estocada final para nosotros los simples mortales. Traté de acomodar bien mi morral, mientras escuchaba cómo los golpecitos sobre mi protección aceleraban su velocidad y multiplicaban la periodicidad con rapidez. Este era el mejor ejemplo de lo que terminaría siendo un día inundado en la ciudad.

 

La gente empezó a moverse, a alejarse, a buscar refugio seguro en el subterráneo para poder secarse mientras seleccionaban nuevas rutas para regresar a casa. Si la estación no quedara tan alejada del apartamento, quizás consideraría hacerlo también, pero decidí esperar un poco más.

La ciudad tenía como regla tácita el suspender las actividades en casos de emergencia y esta se consideraba como una. Calles vacías, pistas sin autos, parques solitarios. Todos sabíamos cómo terminaría esto. Esta lluvia torrencial nos aseguraba un día gris bajo las sábanas, si lográbamos encontrar espacio en el subterráneo. Ahora quizás entiendo por qué el bus venía tan atrasado. Probablemente, a diferencia de muchos, esa mañana el conductor había prestado atención al pronóstico del clima. O quizás conocía a Sooyoung. No lo sé, esa chica tenía una gran cantidad de conocidos.

 

Así, seguí mirando al frente, mientras sentía cómo la gente se seguía dispersando a mi alrededor. El batallón se había retirado y solo quedaba yo frente al poste que indicaba la parada de buses. Por un momento la había olvidado, casi había dejado de lado a la chica de biología, pero cuando la recordé no estaba más a mi derecha, como era de esperarse.

Probablemente estaba ya camino a casa, bajo un paraguas que haría juego con su bolso. Pararía por un café y correría hasta refugiarse. Quizás estaría sentada en algún restaurante o librería, esperando pacientemente que el espesor pluvial baje, acompañada de una lectura romántica.

O tal vez... Solo tal vez...

 

Volteé.

 

Tal vez estaría parada bajo el poste de luz, unos pasos más atrás, tratando de quedar justo debajo del mediano protector, que era plano y dejaba el foco libre de agua. Arqueé una ceja.

Escuché el ruido de una camioneta a velocidad exagerada, advirtiéndome con actitud que no pararía su curso, probablemente porque el conductor querría también llegar rápido a casa. Cuando vi el charco de agua que seguía creciendo frente a mí y al poste, no se me ocurrió mejor idea que retroceder rápido y bajar el paraguas hacia el frente para cubrir nuestros cuerpos de la inminente salpicadura. Cuando especifico nuestros, es porque ella también esperaba empapada y con los ojos cerrados, el ataque líquido bajo el poste, como había descrito hace algunos segundos atrás.

Instantes después logramos cubrirnos del agua sucia, pero sobre nosotros aún seguía llorando el cielo. Nuestros cuerpos, aún comprimidos, esperando un ataque mucho peor del causado, estaban mojándose a velocidad. La miré asustada, como si no creyera lo que acababa de hacer. Como si fuese una gran hazaña pero ni yo misma estuviera convencida de ello. “Estuvo cerca…” Dijo ella.

 

Nos miramos. Yo sonreía nerviosa y sorprendida por mis reflejos. Sorprendida también por mi capacidad para mirarla de frente sin chistar. No sabía de dónde sacaba tanta valentía, pero no rompí la conexión. El agua bañaba con suavidad mi rostro y el de ella. Me miró extraño. Se me borró la sonrisa cuando me di cuenta que yo no actuaba así por valentía, sino porque el miedo de tenerla tan cerca me estaba petrificando. Claro que estaba petrificada, la lluvia caía sobre nosotras y el paraguas estaba inútilmente colgando de mi mano. 

Reaccioné rápido cubriéndonos asustada. Estaba segura que mi rostro se veía pálido de terror por haberla dejado empaparse de tal manera mientras me perdía en sus ojos almendrados.

 

“Lo siento.” Carraspeé y miré de frente.

“Gracias.” Dijo mirando la protección sobre su cabeza. Luego bajó la mirada hacia mí y me sonrió, escondiendo sus ojos en bellas sonrisas invertidas. Quizás esa fue mi perdición. Y me distrajo tanto que no logré cubrirnos a tiempo de la inmensa salpicadura del taxi que pasó a velocidad frente a nosotras, bañándonos con el charco del piso.

Volteamos hacia delante asustadas.

 

“Genial.” Dije resignada.

 

๑๑๑๑๑

 

Habíamos regresado a la universidad buscando refugio. Caminamos bajo el pasillo casi vacío. Para ser sincera, estaba tan absorta en nuestra cercanía silenciosa, que no noté la presencia de alguien más fuera de la nuestra. Dejamos un rastro mojado y nuestro cabello goteaba.

 

“Eres amiga de Yoona.” Dije mirándola de reojo por un segundo.

“Están en la misma carrera, ¿Verdad?” Preguntó. Entonces sí me había reconocido. “Con la otra chica muy alta, la que Yoona dice adivina el tiempo, y con Soonkyu.”

“Sí.” Respondí. “Lengua.”

“Irónico.”

“¿Nuestra diferencia de tamaño?” Pregunté y noté que se detuvo en la puerta de los casilleros de gimnasio. Volteé hacia donde se había quedado mirándome, casi a detalle.

“También, pero… Es que no hablas demasiado para ser estudiante de lengua.” Dijo.

Arqueé una ceja. “No porque estudie lengua tengo que hablar demasiado.”

“Eres callada.”

“Soy pensativa.” Dije asintiendo con la cabeza inclinada, como con respeto hacia ella. “Es todo.”

 

Me miró, casi sorprendida. Luego sonrió en complicidad, arqueando una ceja, y entró dejándome atrás. Le miré la espalda, atraída completamente a su actitud.

 

“¿Y ahora qué?”

“Dar vueltas, supongo.” Respondió.

“De hecho, escapé de una electiva, así que dar vueltas no es una buen idea..."

“No creo que sea una buena idea salir.”

“Lo mejor es que me mantenga escondida para que nadie note mi presencia.” Rasqué mi nuca.

“A escondidas... ¿Eres una chica mala?” Preguntó casi burlándose.

“¿Parezco una?” Arqueé una ceja y ella solo sonrió mientras cerraba el casillero.

 

Entramos a un salón vacío luego de cambiar nuestra ropa mojada por la muda de gimnasia. Mientras secábamos nuestros cabellos con toallas de manos, elegimos una carpeta. Se sentó mirando el celular y yo caminé hacia una silla al lado de la ventana, disfrutando de la caída del agua.

“Ah, estaremos aquí por un buen tiempo.” Dijo. Y yo quise decirle que podíamos encontrar una que otra forma de salir de ahí… Como pidiendo un taxi. Pero me quedé callada mientras miraba su perfil, porque sinceramente no quería salir. La luz explotó en el ambiente, iluminando su perfil. Volteamos asustadas hacia la ventana, viendo cómo los postes recién encendidos se apagaban y la llave de luz de la universidad probablemente acababa de perder sus fusibles.

Los truenos habían regresado, luego de que pensáramos que habían cesado por completo. Quedamos a merced de la media luz de la tarde, que era mínima gracias a las nubes negras y de los rayos ocasionales. Quizás y era buena idea quedarnos dentro. Ahora no cabía duda que estaba destinada a pasar un tiempo indeterminado con esta hermosa chica que definitivamente me agradaba más de lo pensado.


Era hermosa.

¿Cómo no lo noté antes?

No tengo idea.

 

“¿Qué tanto piensas, chica reservada?”

Volteé sin verla de frente. “Soy Taeyeon.” Respondí para evitar los sobrenombres.

“Ok, Taeyeon-ssi, ¿En qué piensas?”

“En el tiempo que nos quedaremos aquí.”

“¿Te molesta?”

“No.”

“¿Tenías que salir con alguien?”

Arrugué el ceño. “No.”

“Bueno, entonces no importa.”

“Yoona estaba esperándome en casa con Sooyoung.”

“¿Tarea?”

“Makgeolli.” Respondí.

“Tomar un martes no es siempre la mejor idea.”

 

“Solo iban a ser un par de vasos.”

“Es—martes.” Arqueó una ceja. “También podrías seguir esperando en el paradero.” Dijo y otro trueno sonó dramáticamente, haciéndome saltar sobre mi propio sitio. “O no.”

 

“Eres muy convincente.” Asentí.

“Gracias.”

“¿Te llamas Miyoung, verdad?” Pregunté y vi que se atoró.

Tosió y me miró con los ojos irritados. “¿Cómo?”

“Te llamas Miyoung. Yoong-ie lo dijo una vez.”

 

“Tiffany.”

“¿Tippana?”

“Mi nombre es Tiffany.”

“Tippani.” Dije. “Prefiero Miyoung.”

“Pero soy Tiffany, no Miyoung.”

 

Caímos en silencio.

 

Luego de un rato caminé alumbrando con la pantalla del celular. No era fanática de la oscuridad, así que regresé a mi silla. Pensé que sería buena idea insistir tratando de llamar a casa, pero no funcionaba. “¿Tienes buena señal? Traté de llamar a Yoona, pero la llamada no entra.” Dije suspirando.

“Prueba con un mensaje.”

“Hmm, buena idea. Ojalá lo lea pronto.” Murmuré más para mí que para ella. Conociendo a Yoona no lo haría. Mientras escribía traté de seguir la conversación. “¿Siempre esperas el bus ahí? No te había visto antes.” Dije sin despegar mi vista del teclado. Y enviar.

“Hoy decidí cambiar la rutina.” Respondió bloqueando su celular finalmente.

“Oh… Siempre es bueno para variar.”

“Así es.”

 

Noté nuestra pobre capacidad para mantener una conversación de corrido. Ya no tenía otro tema en mente, básicamente porque me daba miedo descubrir que la hacía sentir incómoda. Hasta que me di cuenta que no era así. Tiffany caminó hacia el asiento que estaba delante del que había elegido yo y se acomodó cruzando los brazos para colocar su cabeza sobre ellos.

“La verdad es que… Quería conocerte.” Dijo mirando por la ventana. “Yoong-ie me dijo que llevaste biología el año pasado como electivo.”

“No fue mi mejor curso.”

“Debes tener apuntes.”

Negué. “Mi letra es terrible, me deshice de todo.”

“Quizás puedas darme algunos consejos.”

“Realmente no fue mi mejor curso.” Sonreí avergonzada.

“Pero, ¿Te gustaría ayudarme un poco?”

Sonreí avergonzada. “No creo que te sea muy útil.”

 

Suspiró paciente. “Eres bastante densa para estudiar comunicación.”

“¿Densa?” Levanté mi cabeza como un hurón asustado.

 

“Taeyeon, me gustas.” Dijo arqueando una ceja. “No tengo más excusas y no soy buena para inventarlas. Quiero saber si alguna vez ha salido con una chica o si estás dispuesta a hacerlo conmigo, porque esto de biología no está resultando.”

 

“Dios, eres muy directa.”

“Prefiero ser clara.” Apoyó su rostro en una mano y esperó mi respuesta. Yo estaba impávida. La verdad es que jamás hubiese esperado algo así. Y el silencio duró un tiempo más, mientras oscurecía, hasta que intenté verbalizar lo que tenía en la cabeza. Solo logré balbucear y perderme en su boca...

 

Y... Espera, ¿Por qué dijiste que eras tan hermosa?

Oh, ¿No lo dijiste?

 

๑๑๑๑๑

 

El invierno estaba pasando lentamente otra vez. Estaba esperando en el mismo paradero de siempre, con las manos un poco entumecidas, acostumbrándose al calor de mis bolsillos. Miré la hora, arrepintiéndome en el momento en el que descubrí mi muñeca. Santo cielo, vaya que hacía más frío que ayer. Tenía el paraguas asegurado en el morral y probablemente diez llamadas perdidas de Sooyoung en el móvil. Escondí la nariz en la bufanda mientras el bus se detenía frente a mí.

Me hice a un lado y la gente pasó, subiendo al refugio sobre llantas que prometía dejarlos cerca de su próximo destino.

Yo estaba ahí, parada, esperando que mi destino llegue. Suspiré.

 

“Ah, pensé que me congelaría en el camino.” Dijo y me alcanzó un vaso descartable con chocolate caliente. “Dos de azúcar. Canela.”

Asentí satisfecha.

“¿Parque?” Pregunté.

“Hace demasiado frío…” Arrugó la frente, negado.

Arrugué la nariz y pegué la punta, casi helada, a su mejilla. “Parque.” Insistí tomándola de la mano y jalándola en dirección opuesta a la universidad.

“Pensé que veríamos una película.”

“Yoona se quedará en casa de Sooyoung-ie hoy. Es noche de makgeolli. Podemos llegar cuando no esté y evitaremos cuarenta minutos de convencimiento inservible sobre por qué deberíamos estar tomando en una tarde de invierno.”

“Parque es, entonces.” Caminó con pesadez.

“¿Quieres quedarte esta noche?”

 

“Taeyeon…”

 

“Puede que llueva. Es noche de makgeolli. Sooyoung tiene el talento. Y lo sabes.”

“Taeyeon.”

“Tiffany.” Insistí guiándola hacia la banca libre, la senté a mi lado y le sonreí. “Quédate.”

“Nada de intentos graciosos.”

“Nada de cosquillas. Prometido.”

“Sabes de lo que hablo.”

“¿Chistes nocturnos?”

 

“¿Por qué tuve que fijarme en ti?” Rio rendida.

“Te encanto.”

 

“Sabes que mañana tengo una exposición a las 8:30 a.m.” Se quejó. “No podré levantarme.”

“Te acompañaré camino al trabajo.”

“¿Vas a dejarme dormir?”

“No prometo nada.” Subí la mirada al cielo oscuro y sonreí con mayor intensidad. “Son dos años, Fany-ah.” Hundí mi nariz en el vapor del vaso.

 

“Y pensé que celebraríamos el sábado.”

 

“Podríamos morir antes, mira la situación, hay guerras y con el calentamiento global uno nunca sabe.” Tomé un sorbo de chocolate y sentí una gota fría sobre la nariz, que me hizo llevar rápidamente los ojos hacia el punto de contacto. “Ah, jjinjja…” Lluvia.

“Sooyoung no se equivocó, después de todo.”

“Nunca falla.” Abrí el paraguas resignada y lo mantuve al medio, como siempre, protegiéndonos mientras terminábamos nuestras bebidas. Disfrutando de nuestra cercanía y el calor que compartíamos, del silencio cómodo. De su cabeza descansando en mi hombro. “Fany-ah...”

“¿Hm?”

“¿Por qué eres tan hermosa?”

Subió el rostro, sonrió sonrojada y me dio un beso en la mejilla.

 

Besé su frente, disfrutando el olor de la tierra húmeda.

Ah, bendita lluvia.

 

๑๑๑๑๑

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Comments

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sone009_ #1
Chapter 3: Aww a la final todo salió bien :)
angeles48 #2
Chapter 3: Wuoo! ¡Que genial! Jajaja
Muy buenos y ligeros para un momento de lectura entre tanto que hacer. Jejeje
Gracias! ;)
sonelf1509
#3
Chapter 3: Oh por Dios!!!!! ¿Qué es esto tan asdfghjkl? Me encantó de una manera que ni te imaginas!!
I'm lucky i'm in love with my best friend uh uh uh *la que se pone a cantar* jajajaja maldita sea, ¿uno por qué se tiene que enamorar de los amigos? suerte ellas que se corresponden, ¿por qué no me pasa? jajaja
PD: Gracias por alegrarme el día, tú como siempre haciéndome bien con tus historias ^^
Taechi_s #4
Chapter 3: Así terminó una hermosa amistad.
Así nació un nuevo amor.
Ahdkfkflsldjsjdkdk *-* que bello ❤
Skyth06
#5
Chapter 3: Hermoso me hiciste el día xD
mayryy #6
Chapter 3: Bello, bello, bello y me alegro de que saliera de cualquier lado porque esto está hermoso. Vaya es la mejor resaca que Tae pudo tener. Por favor no te olvides de Salvaje. Un abrazo cuidate.
TaenyCol22 #7
Chapter 3: AIREEEEEE SE ME FUE EL AIREEEE!!!!!!!
VOY A LLORAR , DE VERDAD, LO JURO T_T
Sentí tantas cosas en mi vientre al final que me dan ganas de tener una resaca así como ellas a ver si encuentro a mi verdadero amor ❤.❤
Eres la reina de los fanfics y los one shots Taeny, de eso no hay duda.
Luisadelgado00
#8
Chapter 3: Dios al fin actulizas!!! me encantan todas tus historia porfavor continua escribiendo lo haces muy bien
LlamaAmerica #9
Chapter 3: Oh joder!!!!! Si no sabes de dónde sacaste esto, es mejor que sigas porque está re genial!!! Oh me encanto!!!!! *-*
summerstormz
#10
Chapter 3: asjdlkjasl es todo lo que sale de mi con este shot :3