Hyunnie y yo estábamos sentados en dentro de la gigante bañera que hyunnie tenía en su baño – baño que probablemente tenía el mismo tamaño de nuestro primer apartamento como Big Bang por allá por el 2006. No estábamos ahí haciendo el tonto, o quizás sí, con hyunnie siempre lograba salirme del perfil y hacer el tonto de manera consciente o inconsciente. Hyunnie, como buen pibe que era siempre me sacaba el estrés hinchándome las bolas hasta reventarlas y como resultado de todas las boludeces que hacíamos, también hacia que me reventara de risa. Así era hyung, un pibe re copado y tremendamente obsesionado con reventarme las bolas. Sin salirme más del tema, hyunnie había logrado meterme en la gigante bañera junto con él – la bañera estaba sin agua, y nosotros con musculosas y pantalones cortos. No contaré cómo fue que hyunnie logró meterme dentro de la bañera, esa historia es para otro día. Pero lo importante es que dentro de la bañera y con el aire acondicionado a tope, el verano, que era la etiopia del infierno en Seúl, no parecía tan terrible.

“La con...”

Hyunnie, de repente abrió la boca. Parecía re concentrado el chabón, es que si lo hubiera puesto en mute a hyunnie, juraba que estaba descifrando los misterios de la vida. Pero los únicos misterios de la vida que hyunnie descifraba en serio eran cosas como pintarse las uñas de los pies sin salirse, cómo meter más obras de arte en su villa, o cuáles eran las ventajas de comprarse una viña.

“¿Qué?”

Pregunté mirándolo con curiosidad. Hyunnie, además de ser un buen pibe, a veces le faltaban cinco pa’l peso.

“La concha...”

A veces a mí también me tenían que faltar unos pesos para redondear. No era posible que le siguiera el juego a hyunnie tan fácilmente.

“Hyung, dime ¿qué querés decir?”

Igual le pregunté de nuevo. Total hyunnie es re copado conmigo cuando estoy con bajón.

Aquí estábamos de nuevo discutiendo porque hyunnie quería hacerme reventar las bolas con sus boludeces.

“No, hyunnie. Pará te digo, ni en pedo me pongo eso”

Hyunnie me miró con unos ojos de corderito que no pude y casi me rindo ante sus suplicas – pero ché, este pibe me puede y no es que consiga pocas cosas conmigo, las consigue todas.

“Pero, ché boludo, no seas así. Eres el único con el culo apropiado para usarlo”

No. No. No. No. No. Pará, boludo que si me lo pides haciendo puchero hago lo que me pidas. Pará, por favor. Las bolas se me van a hinchar