Para este capítulo, es escencial (por no decir que si no me hacen caso  no las voy a dejar leer) que escuchen las canciones que les pido  al inicio del fic o durante el mismo en negritas y subrrayado, es más,  para los caps anteriores tmb. jeje Créanme que  el feeling se siente más intenso y es mas disfrutable así la lectura.
  ésta es la canción original   Y esta es la versión de Luhan    y me gustaría que escuchen ambas  mientras leen esto. Si quieren saber la traducción en español de la canción, aquí está  

**Perdonen los errores que contiene este capi >//<**

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VI

LOST STARS

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Vacaciones.

O una ilusion  de libertad efímera que no dura más de un par de días.

Engañando al espiritu, abusando del cuerpo durante días, hasta cansarlo el doble de las jornadas de trabajo usuales.

Sueños y promesas que esperan.

Los corazones laten con impaciencia mientras los días pasan.

Ojos siempre pendientes del calendario.

Una sensación  palpitando al fondo de la nuca. Un recordatorio anunciando  la cercanía de la fecha.

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Luego de quince meses, el joven de china tomó un avión de regreso al lugar donde sus sueños habían tomado forma y se habían materializado.
El lugar donde habían transcurrido dos años de preparación y arduo entrenamiento con  sabor a inocencia, incertidumbre y ensoñación. Agregándose otros dos años más cumpliendo su sueño; Nostalgia, felicidad y dolor  mezclándose e invadiendo sus sueños inducidos por las pastillas para dormir dentro del avión.

Se había preparado, arriesgándose a participar en un show de tv, volando dentro de un helicóptero. Aunque hubo mejoría y la ansiedad había disminuido, no había sido suficiente para librarse por completo del miedo a volar.

Al tocar suelo surcoreano su corazón se agitó. Todo era tan familiar y ajeno.

El número de personas al acecho era minúsculo, en comparación con meses atrás.
Las fans que supieron de su llegada, fueron amables, estaban conmovidas. Lo acompañaron hasta su auto. Dedicándole palabras de bienvenida,  agradecimiento y buenos deseos.

Dentro del auto, Luhan agradeció que fueran ellas las que derramaran lágrimas en su lugar cuando la añoranza lo golpeó. Durante el trayecto, su vista se perdió a través de la ventana.

Edificios enormes, multitudes de personas y luces nocturnas, pasaban  a gran velocidad frente a sus ojos.
Siempre se encontraba en constante travesía. Viéndolo y conociéndolo todo. Y al mismo tiempo, sabiendo nada. Moviéndose por los mismos puntos dentro del mapa una y otra vez. Uno que ya estaba trazado y terminado. Como el dibujo de unir los puntos dentro de algún libro de colorear para niños olvidado.  Con las hojas desgastadas y resueltas.  

—¿Hacia dónde lo llevo?— preguntó el hombre al volante, sacando a Luhan de sus pensamientos. 

Los recuerdos inundaron su memoria. Luego de unos instantes respondió.

—Al rió Hang, por favor. 

Con anterioridad lo habían dicho, verse, encontrarse nuevamente sin que nadie se enterara.  Sin tomarse en serio. Un par de veces entre bromas.  Aunque bien dicen;  "De broma en broma, la verdad se asoma"

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Esa noche, Minseok había salido a distraerse por un par de horas. Deambulando de incógnito por la cuidad. 

Era relamente relajante el hecho de que pudiera salir de vez en cuando sin ser notado.

No poseía una presencia tan fuerte como Jongin, Chanyeol o Sehun. Era raro que lo descubrieran. Sus pasos  siempre rápidos y ágiles. Él siempre  escurridizo y  pequeño. Podía estar en un lugar y antes de que confirmaran su prescencia, desaparecía. Como un rumor. Siempre y cuando nadie viera su rostro.
Se ponía su curebocas negro para cubrir la mitad de su cara, junto a un gorrra y podía pasar por cualquier chico de preparatoria o trainee. 

Minseok se dirigió a un lugar lleno de remembranza.
En sus días de trainee solía ir con exo m y  andar en bici  por las cercanías o jugar basquet con todos. La última vez que había ido, fue durante el invierno del 2013, antes de que todo se derrumbara. Minetras grababan un show.  Se detuvo unos momentos a comer algo caliente justo como en los viejos tiempos. Se quitó el cubrebocas para comer. El lugar estaba desierto. Parecía seguro.

Cuando se acercó al puesto a pedir, una voz los saludó con alegría y sorpresa.

—¡Oh!, ¡Ha pasado mucho  tiempo!

 —¡Ah! ¡Ajusshi! — exclamó al darse cuenta de la presencia del señor mayor que servía el toppoki  — ¿Me recuerda?

—¡Claro!, yo jamás olvido el rostro de un cliente. Hace mucho que no te veía por aquí.  Creí que te habías mudado con ellos.

—¿Ellos?

— Esos chicos con los que siempre estabas. Tus amigos. Tampoco los he visto por aquí desde hace mucho,  pensé que se habían mudado todos juntos.

—Ah, no. Bueno muchos seguimos aquí, en Seúl. 

—¿Todos? 

— humm casi todos.

— Supongo que ya no quieren hablar con este anciano. O encontraron un toppoki mejor.

—No diga eso...¡El de usted es el mejor toppoki de todo Seúl! —minseok rió un poco ante los reclamos del hombre.

—No tratres de adularme, no te haré descuento aunque lo hagas. Seguro que todos tienen novias y están muy ocupados con la escuela.

Esas palabras causaron una sensación recurrente en Minseok. Su sonrisa desvaneció un poco. 
 Por unos momentos se imaginó a si mismo en una vida diferente. Una en donde estuviera preocupado únicamente por terminar la universidad, salir a citas e ir a bares. Donde pudiera bromear y jugar en los días libres con amigos  y tener alguien a su lado cada noche.

—En realidad, estamos algo ocupados con el trabajo — Interrumpió su línea del pensamiento para seguir hablando con el señor.

—¿Trabajo? ¡Pero si a penas son unos niños! Cuando venían cada noche aqui y jugaban piedra papel y tijera mientras reían y andaban por ahí en bici. ¿Cuantos años han pasado? ¿Soy tan viejo?

Minseok soltó una risa  negando con la cabeza, genuinamente apenado. Mientras el señor insistía en que todos sus amigos debían estar en preparatoria por lo jóvenes que lucían. 

El hombre le dio a Minseok su comida y ambos se despidieron agradeciéndose mutuamente.

—La próxima vez, trae a tus amigos.

— Lo haré. Gracias.

Se alejó caminando hacia casa. El toppoki del amable anciano había calentado  en su interior, algo más que su estómago.

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La vista era hermosa. Justo como en aquel entonces.  Podía apreciar a lo lejos, alguno que otro crucero sobre el agua, con sus luces reflejándose en el agua del río.
Por el camino;  algunas parejas caminando de la mano, abrazándose debido al frío que siempre quedaba antes de que la primavera comenzara.
Las canchas ocupadas con grupos de jóvenes jugando. Y algunos chicos bailando canciones de pop a lo lejos. Ofreciendo presentaciones callejeras  para todo el mundo. Demostrando sus talentos.
Una canción extremadamente familiar llegó hasta sus oidos causándole un  escalofrío, seguido de  la extraña  sensación de felicidad y nostalgia. Su mente gritaba "nuestra canción" aunque sus labios no se trevían a hacer una delcaración como esa, sobre todo cuando esa ya no era mas "su" canción, sino de "ellos".

Pasó de largo el grupo de personas reunidas que  se movían  al ritmo y letra de un medly de exo. Growl resonando en su pecho mientras se alejaba.
Una parte de él deseaba  unirse a ellos. Bailar de nuevo esa canción junto a un grupo de personas  y  ver las caras y reacciones  de los jóvenes al reconocerlo. Pero sabía que si era descubierto, sus tranquilas  e inofensivas vacaciones,  serían las causantes de que el caos los  sacudiera  de nuevo a todos.

Se detuvo en un puesto a comer el toppoki caliente que tanto le gustaba a Yixing. No podía evitar sonreír mientras masticaba la masa caliente y picante.

—¡Oh! Tú también estás aqui!

—¿Perdón? Ajusshi...¿me habla a mi?

—Por supuesto! Se lo acababa de decir  a tu amigo, yo jamás olvido una cara! ¡Me da gusto que luego de tanto tiempo sigan viniendo aquí!

—¡Woah..es usted!  Yo..acabo de regresar  a Corea hoy. — Dijo sorprendido. En el pasado habían hablado con ese hombre y lo habían visto mucho, pero no lo reconció sino hasta  que le habló.

—Oh ya veo, era por eso que hacía tanto que no te veía. ¿Has estado bien?

—Sí. Muchas gracias. Es bueno verlo  a usted también, pero...ajusshi...¿Ellos aun...vienen aquí mucho?

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Minseok regresó a su casa más temprano de lo esperado luego de darse una vuelta por el centro de la ciudad, pues la lesión en su pie comenzaba a molestarlo, sabía que si no se cuidaba, las cosas empeorarían. 

Introdujo el código de siempre para entrar a su casa, se descalzó en la entrada. Entonces se dio cuenta de que algo estaba fuera de lugar:
 

Un par de tenis extra sin acomodar, se encontraban en la entrada. Cosa rara. Minseok siempre acomodaba sus zapatos al entrar y salir.
Se incorporó, con cautela y curiosidad.

¿Alguien estaba en su casa? ¿Algun amigo? ¿Un pariente? Se adentró preguntando en voz alta.

—Ya llegué ¿Hay alguien?

Se sentía como un estupido preguntando eso en su propia casa.  Revisó los mensajes en su teléfono. Nada.
Era raro que  algún amigo fuera a verlo sin avisarle. Todo mundo sabía que Minseok no apreciaba mucho las visitas sorpresa. ¿Podría ser alguno de los miembros? ¿Tal vez Baekhyun? Era una costumbre suya amenazar con irrumpir en su casa para quedase a dormir.

El olor del café invadió su nariz. Aun más extraño. Justamente pensaba en animarse un poco preparando algo de café. Sabía que no había dejado la cafetera encendida. Caminó con apuro hacia la cocina. 

Al entrar, una figura alta y escalofriantemente  familiar, le daba la espalda.

—¡TÚ!...—Fue lo único que gritó visiblemenete sorpendido.  Mientras señalaba con un dedo  al joven Luhan  que tomaba un trago de una de sus tazas de café favoritas.

El rostro  juguetón de Luhan, lo despertó del constante estado de adormeciemiento emocional  que había padecido durante estos meses.

Minseok estaba alucinando,  o estaba soñando.
Había pasado tanto tiempo sin noticas suyas. Yixing no le contaba nada y Luhan siempre estaba demasiado ocupado como para  responder mensajes.
Minseok  no sabía si quería  gritarle, reirse, abrazarlo, preguntarle por qué estaba ahí, cómo y por qué había entrado y por que no llamó antes para avisar.  O  golpearlo, tirarle el café encima, quitarle una de sus tazas favoritas  y sacarlo de su cocina a patadas...

Así que lo hizo todo, en ese orden.

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En el nuevo lugar del encuentro, las sonrisas traviesas intentaban contenerse detrás del anillo de vidrio de un par de vasos de soju.

Miles anéctodas escapaban de los labios de ambos, perdiéndose entre  el vapor y sonido de la carne asándose.

En la calle poco habitada. Bien entrada la noche, en un puesto de soju y samgyeopsal.
No era un plan estructurado. Pero las mejores cosas no lo eran tampoco. 

Ninguno  perdío oportunidad para molestarse y brularse por todas las cosas que habían hecho en ese tiempo. Como actuaciónes, canciones y cosas sobre el escenario. Siempre habian estado al pendiente uno del otro. Incluyendo las veces cuando  Minseok se vistió  de gato  y más reciente, la enomre pijama de gato gris. Luhan le recordó que ese era el color de su gato. Le mostró muchas fotos y varios  videos que tenía del pequeño   animal y ambos juntos. Minseok sintió un poco de celos del pequeño y gordo felino, pero al ver lo feliz que parecía Luhan al estar con él, agradeció sinlenciosamente su presencia en la vida del otro. Luego le contó del nuevo inegrante a la familia para que el pequeño  no se sientiera solo cuando su dueño estaba fuera trabajando; Un gatito anaranjado y atigerado. Minseok Notó el parecido entre ambos con los gatitos, pero no dijo nada. También  bromeó con Luhan y le dijo que terminaría como una señora loca de los gatos.
Minseok le dijo que él era algo mas y y poderoso  que un simple gato, algo como  un tigre o algo asi, tal vez un leon, el más poderoso. Luhan se rio y  quejó diciendo que debieron haberlo vestido de baozi.

Como viejos compañeros de trabajo, compartieron una cena amena. Como viejos amigos, bromearon, rieron y bebieron.  
 

Se miraron con ojos brillantes y risueños que anhelaban.

Bajo la mesa, las rodillas se buscaban y rozaban.

Al llegar a casa de Minseok por segunda vez, como viejos amantes, lo dijeron todo de la única forma que conocían. Dejando que sus caricias y sus labios hablaran por ellos. 
Conocieron los pliegues del otro por enésima vez. No habían cambiado y a la vez, ambos eran diferentes.

Y a pesar de eso, seguian siendo la pieza del rompecabezas faltante del otro.

Personas como Luhan o con Minseok, no eran fáciles. Lo parecían pero esa no era la realidad.
No te dirían las respuestas fácilmente, ni te abrirían la puerta y te meterían hasta la cocina. No. 

Era una situación de perseverancia, estretegia, sinceridad y sobre todo, paciencia.

Aunque ambos estuvieran trabajando y conviviendo  entre  miles de personas 24/7.  No amaban esas circunstancias, más bien, se habían acostumbrado. Se habian hecho fuertes frente a las multitudes. 

No existían muchas personas que pudieran llamarse a sí mismas,  verdaderamente "cercanas" a ellos. A excepción de sí mismos.

Para muchos, Minseok podía ser un misterio indecifrable algunas veces. Matices de uno y mil colores. Todo al mismo tiempo. Un mosaico enigmático. Justo como un cubo de rubik. Algo que jamás detuvo a Luhan.

Durante el resto de la madrugada no hubo necesitad de palabras, no que con anterioridad hubieran existido  muchas durante los momentos de intimidad de todos modos.

Al principio, luego de haberse alejado, sólo había quedado la nostalgia, el añoro, la confusión, frustración  y dolor. 
Con el tiempo la aceptación llegó como una suave pomada aliviando el ardor en el alma.
Los días de ansiedad habian desaparecido. Las ansias e impaciencia por volverse a ver ya no escocían. Ya no ocupaban día a día la mente del otro. Ya no había una madeja de pensamientos dentro de la cabeza, impidiendo el enfocarse. Ni ese dolor constante y punzante en el pecho. Ya no.

Sólo había paz y  recuerdos. Ambos creían  creían que ya las cosas habian cambiado. Y tenían razón. 

Al volverse a ver, los recuerdos cobraron vida. Todas las  memorias que ninguno se propuso olvidar. En un principio por el mero placer de sentirse sufrir. No olvidar para que doliera. En realidad los hizo mas fuertes. Porque al recordarlo todo de nuevo, juntos, supieron que había valido la pena, aún si era sólo una o un par de noches más, no importaba.  
En el pasado habrían dado lo que fuera por un par de segundos más, ahora poseían uns momentos que no sabían cuanto durarían pero no los desperdiciarian. 

Ahora había calma. Una suave marea cálida en lugar de las siempre apresuradas olas de fuego que golpeaban dentro de ellos. Iban a disfrutarse tanto como pudieran. Esculpiendo con  cincel y martillo cada cosa, grabando en su mente y en su piel cada carica, cada beso. Creando provisiones de recuerdos y sensaciones que aguantaran hasta la próxima vez que se pudieran volver a encontrar. El tiempo sería su medicina, su aliado, su confidente. Y su únicas armas contra este; la paciencia y los recuerdos. 

El tiempo podía ser cruel también. Algo que podía darse a odiar casi tanto como las palomas que Minseok aborrecía. Y por si fuera poco, tambien  volaba.
Ambos  aprovechaban los escasos momentos que tenían, pero el bello hechizo se rompía. 

Luhan debía regresar a  su trabajo, a su vida. Una que, aunque estaba  lejos de Minseok, no permitiría que eso los distanciara de nuevo.

Minseok debía volver a su rutina también, una en donde Luhan ya no pertenecía pero no por eso  dejaba de estar presente todo el tiempo.

Se despidieron sin drama, ni pena ni gloria. como un secreto llegó, como un secreto se fue. Como un secreto permanecería.

Aunque  el futuro era incierto, ambos presentían que no todo estaba perdido.

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26 de Marzo. 2016. Beijing.

Era una fecha especial por varias razones.

Dentro del recinto del concierto en solitario de Luhan, éste se preparaba. Con nervios emocion y expectativas,
se presentó ante sus fans.

Espectáculos de luces, humo y ropas vistosas. La música  resonaba en todo el lugar.  Coros de voces de las fans lo acompañaban y guiaban. Luhan disfrutaba junto a su grupo de bailarines talentosos. Cantando las canciones que junto a su equipo   habían creado. Y que al fin compartían con todas sus fans luego de haber lanzado varios sencillos a lo largo de un año y medio.

Cantó un par de canciones especiales que lograron mover sus emociones; our tomorrow Pues guardaba grandes recuerdos y  hermosas experiencias de un periodo definitivo en su vida. Se conmovió tanto debido a la letra, que en un momento que tuvo que luchar por retener sus lágrimas. 

La mezcla de recuerdos y emociones fue poderosa: El  recordar las decisiones que tuvo que tomar aquellos  dias en los que practicaba la canción. Todas las cosas que habían sucedido en esos años y finalmente el estar de pie una vez más en escenario frente a sus fans. En ese día en especial, el  cumpleños de Minseok.
 Luhan cantó Lost stars, un cover de Adam Levine.

Por un momento,  finalmente sentía que podía liberarse del  estrés y preocupaciones. Se encontraba conmovido y agradecido con las fans.  Y al extrañar a Minseok  en su día especial  y no poder estar  a su lado, deseó con todas sus fuerzas que sus sentimientos lo alcanzaran con sus canciones.

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Minseok se encontraba ese dia en su casa usado ropa cómoda. Sentado frente a la laptop. Desde hacía algunas horas, había  sintonizando un canal en una página china,  debido a un mensaje que había recibido en su celular. 
Un mensaje  que adjuntaba un link.   El concierto de Luhan que había sido transmitido por live srteam y que había visto completo.  Junto al link, habia un mensaje,  simple pero muy  significativo y especial que al final decia:

Feliz cumpleaños,  Minseok

—Luhan.

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A/N: 

Ash, no sé por qué como que me parece se que se cambió  la fuente  en unas partes D:

*Opiniones,  quejas y demás, en la sección de comentarios por favor*

Cómo dije este fic está en constante actualización. Depende de ellos. <3 

*El video de our tomorrow que les puse me mató justo en los feels*

*Yukiko Out*