*************************************

THE SAD CLOWN

I
***************************************

ESCUCHEN ESTA CANCIÓN

Debía vivir día a día. Sin pensar en el pasar de éstos.
Como si nada hubiera sucedido. Haciendo las mismas cosas.

Tomando las mismas decisiones sobre qué debía comer ese día. Hacía su maleta para los viajes o elegía qué ropa usaría ese día.

Asistía a todos los lugares dentro de su agenda. Aún cuando el asiento a su lado fuera ocupado por alguien diferente.

Tomaba el café. Sintiendo el dulce y amargo sabor  en sus labios y en su lengua.  Lo saboreaba, lo tragaba. Perduraba en el interior de su boca. Era el mismo. Pero el café no sabía igual.

 

Se ponía  ropa que no se sentía como propia. Porque no lo era. Había tantas prendas extras e iguales a las suyas en su guarda ropa.

Metía las cosas en su maleta;   La presionaba para cerrarla con ambas manos, sintiendo el plástico bajo las yemas de sus dedos, y el "click" del seguro. No se sentía igual. Algo o más bien "alguien" faltaba.

 Recordaba  las cosas que debía hacer ese día;  Subir al auto. Usar las mismas ropas diseñadas para él. Trabajar como integrante de uno de los grupos más famosos del mercado asiático. EXO.

Todo era una rutina  envuelta en luces, maquillaje, palabras, saludos y frases repetitivas pero cordiales. Un hábito.  Y sin embargo, nada era igual.
 

No.

Porque cada día que pasaba, ardía. Era confuso y a pesar de vivir rodeado de otras ocho almas todos los días. Era todo tan vacío.

Pero ah...debían ser más...sí, debían ser once almas a parte de la suya.  

El número de zapatos en la entrada del dormitorio había disminuido.

No había que hacer tantos turnos para comer, entrar al baño, maquillarse  o subir a la camioneta. Había menos ruido en la casa.

¿Por qué nadie en particular, le preguntaba si llevaba todo lo de siempre?

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Creía que día a día escucharía miles de veces que  él  no volvería. Que jamás regresaría y que no podría hacer nada al respecto.  Creía que  escucharía eso tantas veces hasta que le sangraran los oídos.

Pero el silencio era mucho más ensordecedor.
El no escuchar ni una palabra al respecto. Como si nada hubiera pasado. Como si nunca hubiese existido. Le provocaba un horror que le  retorcía las entrañas.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

¿Por qué en su memoria había cosas que su boca no decía?

─Xiumin ¿Hay alguien en el grupo a parte de ti  a quien  le guste el café?─Preguntó la entrevistadora durante una aburrida cápsula acerca de  sus conciertos.

─No. Soy el único miembro al que  le gusta el café. ─Respondió casi automáticamente con tono contemplativo, practicado.

 
¿Por qué  todos asentían al oír esas aseveraciones? Como quien predicaba algo miles de veces. Como quien decía que el cielo era azul y la luna era un astro que no emitía luz propia. 

Y sin embargo... 

¿Por qué sabían a mentiras  sus labios?

─Xiumin  ¿Hay alguien de tu misma edad en el grupo? ─ Fue la siguiente pregunta dirigida a él. Se podía sentir la tensión. La expectativa. La respuesta que mataba.

─No. Yo soy el mayor.


¡Pero el cielo no tenía color!  ¡Y a la vez los tenía todos!
¡La luna era de queso! ¡Y no había nada que brillara más que ésta!
 Excepto, claro, esa sonrisa. Su sonrisa.

Minseok  quería gritarlo. Pero en lugar de eso, su lengua se trababa dentro de su boca y no salían las palabras. Un sabor amargo lo invadía. Clavaba las uñas en las palmas de sus manos. Tragaba saliva. Desviaba la mirada. Sonreía sin sentirlo. Y seguía mintiendo bajo el reflector. The show must go on.
 

¿Por qué debía de negar esa existencia?

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Los demás parecían haber olvidado. Más bien, no parecía que pudieran recordarlo.

¿Por qué no dejaba de contar los días?

¿Por qué  había intentado no recordar su propio cumpleaños ?

¿Por qué había empezado a tener una habitación sólo para él?


¿Por qué ya no veía las adorables astas en las cabecitas de las fans desde el escenario?

¿Por qué había dejado de buscarlas?

¿Por qué cada vez que se subía a un avión y sólo veía caracteres chinos, intentaba ignorarlos?

¿Por qué el futbol ya no era tan divertido?

¿Por qué estaba solo en medio de esa cancha rodeado de todos esos idols, con su ropa deportiva, sintiendo su mano y su costado frío y desnudo?  
Todo era tan aburrido y solitario ahora. Recordaba cómo era antes; Divertido y tibio.  ¿O lo estaba imaginando?

¿Por qué un par de brazos cálidos no estrechaban su cintura?

¿Por qué no recibía su abrazo diario?

¿Por qué habían dejado de llamarlo de esa forma especial? Baozi. El nombre de ese pan suave, blanco y relleno de carne.

¿Por qué ya no podía encontrar  ese par de ojos brillantes  por ningún lado?

¿Por qué tenía dos pares de todo en sus accesorios  y  ropa?

¿Por qué dejó de salir de compras?

¿Por qué  al pasar dentro del auto cerca de las cafeterías, ya no le daban tantas ganas de bajar y salir a comprar un par de vasos de café?

¿Por qué era el único que podía recordar?  

Que parecía no haberlo olvidado.

¿Acaso alguien les había dado un suero amnésico y solo habían olvidado dárselo a él?

¿Sólo para hacerlo sufrir y enloquecer?

 ¿O ya estaba loco?
 

A veces, Minseok podía "imaginar cómo sería antes."
Porque  la línea del tiempo ya no tenía relevancia.  Las imágenes iban y venían.
Luego desaparecían y volvían sin previo aviso. Pero una parte siempre presente. Una  y otra vez. Rondando su cabeza.
Como fragmentos de una película vieja y gastada que aún se sentía fresca sobre  su piel.

¿Recuerdos de un pasado que añoraba?

 ¿Visiones de un futuro que anhelaba?

 ¿Escapes de su realidad hacia un sueño que deseaba?

Sonidos de risas suyas y de alguien más. La nostalgia de la calidez en su pecho al sentirse completo.

Porque Minseok sabía que las cosas no debían ser así. Aun cuando hacían las mismas cosas de todos los días. Todo estaba mal. Escocía y lo asfixiaba.

Varias veces al día pensaba en "esto le gustaría a...debo mostrárselo a..." y de repente la realización lo golpeaba: 

Él  ya no estaba.  Y era peor el hecho de que  olvidara  tantas veces esa ausencia.  Porque cada vez que lo recordaba, dolía como la primera vez.

Pues esa presencia se había vuelto algo tan natural como respirar.

¿Por qué estaba lloviendo?

¿Por qué sus mejillas estaban húmedas?

¿Una gotera? No. Sólo estaba en su habitación sentado al filo de su cama, sosteniendo un ipad, viendo el futbol.  Admirado cómo jugaba el Manchester United. O más bien,  otro de sus partidos repetidos. Beckham estaba jugando.

¿Por qué sus labios sabían a sal?

En ese momento, Baekhyun abrió la puerta de su  habitación. El muchacho bajito de ojos tristes y labios finos lo miró fijamente.

¿Por qué lo miraba así? ¿Qué era esa mirada?

Minseok no lo sabía. Tampoco sabía que los "traidores" o "desertores" no podían ser perdonados por todos los miembros.

De pie en el umbral de la puerta. La luz del pasillo iluminaba la espalda de Baekhyun. Estaba descalzo y sin maquillaje. Usaba una playera blanca de mangas cortas y un par de bermudas azul marino. Con los cabellos sin peinar.  Miraba hacia el interior de la habitación  totalmente oscura. Donde se encontraba Minseok. Un cuarto que no había limpiado en semanas.
El cubo de rubik sobre su mesa de noche no era más que un mero objeto de decoración.
Con las luces apagadas y la única luz proveniente era la de la pantalla frente a sus ojos llorosos.
 

─Hyung...Yo también extraño a Luhan- Hyung. ─Fue como un susurro en un hilo de voz.

Fue entonces cuando  Minseok se dejó caer al piso de rodillas. Con el pecho ardiéndole. Intentando callar con su brazo los sollozos que escapaban de su boca.

Lloró hasta que las lágrimas quemaron surcos sobre la piel de sus mejillas. Le era imposible enfocar la mirada con los ojos hinchados y adoloridos. La garganta seca y la nariz tapada. Los brazos de Baekhyun lo rodeaban. Acariciaban su espalda  y le daban palmaditas de vez en cuando. Minseok apoyaba la cabeza contra el pecho del menor.

La ponzoña de la soledad se expandía en su pecho. Se anidaba, ardía. succionaba todo lo que estaba a su alcance, dejándolo vacío y adolorido.

Y se preguntaba una y otra vez  "¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?"

¿Por qué había abierto su corazón y como un idiota, le había, no sólo dado la bienvenida sino también la llave, la contraseña y las escrituras de su entero ser?

¿Por qué había dejado al desnudo sus inseguridades, sueños, esperanzas y deseos?

¿Por qué se entregó al mar desconocido de emociones que lo arrastraban al estar a su lado?

¿Por qué se había ido?

¿Por qué jamás volvería?

Minseok  sabía todas las respuestas y sin embargo, no dejaba de buscar una verdad mas allá de los hechos.

Buscaba la mentira que lo reconfortara. Que le dijera que todo estaría bien.

Que las cosas volverían a ser como antes. Y que como antes,  volvería a perderse en esos enormes y brillantes ojos que jamás lo dejaban.

Volvería a bailar a su lado.

Volvería a sostener su mano y entrelazar sus dedos.

Volvería a  escuchar sus quejas en voz aguda  y ver sus muecas y caras  exageradas pero muy divertidas.

 Volvería a arrullarse con el dulce timbre de su voz cuando le cantaba antes de dormir.

Volvería a sentir sus fríos pies entre los propios, enredados en las sábanas de la cama.

Volvería a escuchar el sonido de esa risa nerviosa que estallaba y se convertía en una ruidosa y alegre. Resonando en sus oídos y llenándolo de vida.

Volvería a oír ese pobre vocabulario en inglés que daba pena ajena.

Volvería a sentir su cabeza recostada sobre su hombro al mismo tiempo que sus brazos rodeándolo.

Volverían a darse esas nalgadas juguetonas entre sí.

Volverían a hacer esas guerras de pellizcos y patadas, volviendo a ser niños. Corriendo por todo el escenario como si miles de ojos no estuvieran sobre ellos y sólo se encontraran ellos dos. Sin el mundo.

Volverían a jugar futbol para el mismo o diferente equipo, pero siempre corriendo a toda velocidad hacia el otro al anotar un gol, celebrándolo abrazándose sin querer soltarse.

Volverían a susurrarse esas bromas privadas a oído. 

Volverían a esos días cuando sólo hacía falta una mirada cómplice entre  ambos  para que se entendieran.
 

Pero no. No más.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Baekhyun estaba más travieso de lo usual. Antes no solía juntarse mucho con Minseok y éste se preguntaba por qué de repente lo buscaba más.
 

Resultó que no sólo Minseok estaba loco. Baekhyun también lo estaba.

Su lengua se soltaba y decía cosas que los demás no sabían. Que no mencionaban nunca. Se apenaba y ponía nervioso. Baekhyun se reía para ocultar el hecho de que pudieran descubrirlo también. De repente ya no sabía contar y aumentaba el número de miembros.  Durante los programas de radio y conciertos. A Minseok le causaba gracia.

                                                                         
Sólo ellos dos estaban locos.  Sólo ellos dos recordaban,  imaginaban y hablaban sobre  cosas que los demás no.

Minseok sólo podía hablar. Baekhyun lo sabía y no temía preguntar. Minseok no temía responderle.

Porque Minseok lo sabía. Sabía que a pesar de pedir un  "ice americano", Luhan siempre le pondría mucha azúcar, ya que no era como Minseok quien aguantaba y prefería el sabor fuerte y natural del café.

Que  el día que le habían dado a Luhan su camisa de Wolf  con el número "07",  estaba tan feliz y presumía pues  Beckham, su jugador favorito,  solía usar el mismo  número.

Que a Luhan le gustaba comprar ropa, accesorios y zapatos en conjunto aunque no dijera en voz alta que eran para ambos. Aun si era  más que obvio. Cada vez que Minseok decía "Esto es mi estilo" Luhan le respondía "¿Debería comprar dos?"
 
Que  Luhan siempre lo arrastraba de compras y pedía  la  opinión de Minseok frente al espejo antes de pagarlo.

Que gracias a Luhan,  Minseok había desarrollado un cariño especial hacia los ciervos debido al significado de su nombre en chino.  Luhan = ciervo.

Sabía que siempre se sentaba a su lado dentro de la van, luego de ver en cual vehículo se había metido uno, el otro lo seguía.

 Que festejaban sus cumpleaños juntos al tener la misma edad.

Que nadie amaba resolver cubos rubik más que Luhan ,ni lo hacía tan rápido como él.

Que a pesar de que cada miembro tenía un camarógrafo para cada uno al grabar los programas de tv, sólo era necesario uno para ambos. Pues siempre estaban juntos.
 

Minseok Sabía que...que siempre había sido y sería, su único baozi.
Desde el día que Luhan le dijo que al ver su pálido, suave y redondo rostro cuando se conocieron, pensó al instante en ese pan relleno de carne y decidió llamarlo como uno, cariñosamente.

Y él único que estaba de  acuerdo con todo eso, era Baekhyun.  Lo escuchaba. Lo hacía reír con sus bromas y a veces decía:  "¿Me pregunto qué estaría haciendo ahora Luhanie-hyung?"   o  "Esto le gustaría a Luhanie-hyung" ... Sólo cuando estaban solos, Minseok sentía que había recuperado sólo un poco de aquello que había perdido. Porque el hablar de ello lo hacía sentir mejor, como si no hubiera sido sólo un sueño, una alucinación fantástica.
 
Sin querer. Minseok dejó de preguntarse los porqués.

Pasó  un año.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Con decir que "estaba bien" cada vez que los demás se lo preguntaban, no fue suficiente. Y nunca lo fue. Porque nunca estaría "bien".

Tuvo que hacer más cosas. Cosas que siempre había querido hacer pero nunca tuvo el valor para ello. Actuaciones en solitario sobre el escenario, con improvisaciones que enloquecían a las fans, mostrando su abdomen en público, actuar, cantar...Dio lo mejor de sí.

Intentó ser mejor,  más abierto.  No quería sentir como si se hubiera quedado atrás.

Había hecho tantos nuevos retos desde entonces.

Mostrando una sonrisa en su rostro, pero escondiéndose  debajo de todo ese maquillaje, luces brillantes y ropas coloridas en el escenario frente a la audiencia.
 

Reía cuando Baekhyun le contaba algún chiste, cuando lo molestaba y jugaba con él.

No era lo mismo. Pero lo apreciaba. Nunca sería igual.
 

─¡Umin-hyung vamos a entrenar juntos! ¡Enséñame cómo! ¡Quiero unos abdominales como los tuyos! ─ Exclamó con una gran sonrisa iluminándolo todo. Calentándolo.

Y Minseok lo hacía. Complacía y lo disfrutaba. Ambos fueron a comprar el traje y equipo que necesitaban para cumplir con los deseos de su alegre compañero.

─¡Hey Umin-hyung mira! ¡Conseguí que coordi-noona me dejara usar esto! ¡Saldrán a la venta en unos meses!
Una sonrisa se dibujó en su rostro al mostrarle el par de prendas iguales. Un par de camisas a cuadros en blanco y negro con números y nombres bordados en la espalda. Los mismos nombres y números que solían usar.
Baekhyun lució con orgullo y felicidad el apodo del otro, "Xiumin" en la espalda  junto a su número, "99".
─Al fin podremos usar todo el montón de ropa doble que tienes, ¿No crees?

Minseok sonrió. Pero no respondió.

Minseok nunca  sonreiría  en la forma como  lo hacía al estar con Luhan.

Nunca se había sentido más vivo y feliz en su vida, nunca antes había cambiado y logrado tanto.

Nunca antes había alcanzado y sobrepasado sus sueños y metas, pues todo eso lo logró estando con Luhan.

Junto a Luhan había cambiado, aprendido, vivido. Y gracias a eso, ahora Minseok   ya no necesitaba de su protección.

Lo habían compartido y vivido todo juntos. Lo bueno y lo malo. Las dificultades y el logro. El placer y el dolor.

Nunca antes había alcanzado el cielo y vivido en el infierno al mismo tiempo. Hasta que lo conoció.

Minseok debía aceptar que esa persona se había ido.  Que no tenia caso esperarlo porque era algo imposible. No podían seguir juntos. Ambos lo habían prometido.

Que apoyarían al otro no importara qué.

Lo que más dolía era saber que cada vez que intentaba ser feliz, no podía. Porque la felicidad hasta ese momento, había sido estar a su lado. Lo peor era ver que la otra persona era feliz, que podía seguir viviendo como si aquello no hubiera significado nada.

Aún cuando se había llevado consigo su alma.

Hay quienes pensarían que Luhan era el único que amaba. Tal vez era el más obvio, el que demostraba más muestras de afecto públicas sin importarle las consecuencias. Pero no era el único.

Sin saberlo, cuando Luhan se fue. Se llevó consigo a Minseok, una parte del Minseok que  todos conocían  y al mismo tiempo, Minseok se quedó con una parte del otro. Era algo que ninguno estaba dispuesto a ceder.

Minseok bailaba con  pasión y entrega siempre.  Como si fuese  su último día sobre el escenario. Repartía sonrisas y era rodeado por ellas.

Todos parecían felices y al final... Minseok no era tan diferente a ese payaso que miraba todos los días frente al espejo.