Capítulo 1
Ciudades de Papel► TaenyDe la forma en que lo entiendo, todos consiguen un milagro. Como por ejemplo; probablemente nunca seré alcanzada por un relámpago, o ganaré un Premio Nobel, o me convertiré en dictadora de una pequeña nación en las Islas del Pacífico, o contraeré cáncer terminal de oído, o entraré en combustión espontánea. Pero si consideras todas las cosas desagradables juntas, al menos una de ellas probablemente le ocurrirá a cualquiera de nosotros. Podría haber visto lluvias de ranas. Podría haber puesto mis pies en Marte. Podría haber sido tragada por una ballena. Podría haberme casado con la reina de Inglaterra o sobrevivido meses en el océano. Pero mi milagro era diferente. Mi milagro es este: De entre todas las casas, de todas las subdivisiones de toda Corea, terminé viviendo en la puerta de al lado de Tiffany Hwang.
Nuestra subdivisión, el parque Jefferson, solía ser una base naval. Pero entonces los navales ya no la necesitaron, así que regresó el lugar a los citadinos de Orlando, Corea, quienes decidieron construir una masiva subdivisión, porque eso es lo que Corea hizo con los paisajes. Mis padres y los de Tiffany, terminaron por mudarse a la puerta de al lado de la otra justo después de que las primeras casas fueran construidas. Tiffany y yo éramos dos.
Antes de que Jefferson Park se convirtiera en Pleasantville, y antes de que fuera una base naval, le pertenecía realmente a un Jefferson, este chico. Dr. Jefferson. El Dr. Jefferson tenía una escuela con su nombre en Orlando y además una gran fundación de caridad, pero lo fascinante e increíble pero cierto del asunto del Dr. Jefferson es que no era en absoluto un doctor de ninguna clase. Era solo un vendedor de jugo de naranja que se llamaba Jefferson Jefferson. Cuando se volvió rico y poderoso, fue a la corte e hizo que “Jefferson” fuera su segundo nombre y entonces cambió su primer nombre a “Dr.” Con una D mayúscula. Con r minúscula, además.
Entonces Tiffany y yo teníamos nueve. Nuestros padres eran amigos, así que algunas veces jugábamos juntas, íbamos en bicicleta pasando los callejones sin salida hacia Jefferson Park en sí mismo, el eje de la rueda de nuestra subdivisión.
Siempre me ponía muy nerviosa cuando oía que Tiffany estaba a punto de aparecer, en cuenta de que era la criatura más fantásticamente gloriosa que Dios había creado. En la mañana en cuestión, vestía unos short blancos y una camiseta rosa que mostraba un dragón verde respirando un fuego naranja brillante. Es difícil de explicar cuán asombrosa encontraba esa camiseta en ese momento.
Tiffany, como siempre, montaba parada en la bicicleta, sus brazos entrelazados mientras se inclinaba por encima del manillar, sus sneakers púrpuras un borrón circular. Era un caluroso día húmedo de marzo. El cielo estaba limpio, pero el aire sabía ácido como si fuera a llover más tarde.
En ese momento me imaginé a mí misma como inventora, y después de que atáramos nuestras bicicletas y empezáramos la corta caminata por el parque hacia el terreno de juegos, le dije a Tiffany sobre una idea que había tenido para un invento llamado Ringolator. El Ringolator era un cañón gigante que dispararía grandes rocas de colores en una onda muy baja, dándole a la tierra la misma clase de anillos que Saturno tenía. (Aún pienso que sería una buena idea, pero resultó que construir un cañón que pueda disparar rocas en baja órbita es bastante complicado).
Había estado en este parque muchas veces antes, tanto, que ahora estaba mapeado en mi mente, así que estábamos solo a unos pasos dentro cuando empecé a sentir que el mundo estaba fuera de orden, incluso a pesar de que pude figurarme inmediatamente qué era diferente.
—Taeyeon...—dijo Tiffany tranquilamente, con calma.
Estaba señalando. Y entonces me di cuenta de qué era diferente.
Había un roble vivo a unos pasos por delante de nosotros. Grueso, nudoso y de aspecto antiguo. Eso no era nuevo. El terreno de juegos a nuestra derecha. No era nuevo tampoco. Pero ahora había un chico vestido con una capucha gris, caído contra el tronco del roble. No se movía. Eso era nuevo. Estaba rodeado de sangre; una fuente medio seca de ella brotaba de su boca. La boca abierta en esa forma en que las bocas generalmente podían estar. Las moscas desca
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