Diamante en bruto

Freedom

Aquella noche no tuvo problemas para dormir. Leyó un poco para alejar el recuerdo de Kyung cayendo al espacio y luego soñó con las cosas que Zico le había contado. Cuando despertó salió a cubierta, para no perderse detalle de la entrada a aquel nuevo planeta. Saludó con la mano y una sonrisa al capitán, que estaba al timón. Le pareció irreal que fueran a acabar dentro de aquella esfera gigante a la que se acercaban. Parecía que fueran a entrar en una bola de cristal de colores. Y de pronto, como cuando despegaron, su entorno empezó a cambiar, se pudo vislumbrar un horizonte y su alrededor cambió de matices sutilmente, hasta ser de un color totalmente diferente.

Poco a poco empezó a reconocer las manchas oscuras a sus pies como trozos de tierra. La atmósfera tenía un tono pálido, como si hubiera niebla y de pronto, su cabello empezó a moverse. Viento. Sonrió. El espacio le gustaba, pero sentir la brisa le ayudaba a respirar. Suspiró y fue a la cocina. No pudo ver a Zico observarlo, apoyado en la palma de la mano, inclinado sobre el timón.

-¿De dónde vienes?-le preguntó, Jihoon, extrañado.

-De fuera. Quería ver cómo era entrar a un planeta.

-Me recuerda a nosotros al principio y me hace sentirme viejo.

El resto se quedaron mirando al más joven de los siete. Negaron con la cabeza y siguieron con sus desayunos. A Yukwon no le sorprendió que no esperaran a Zico. Los desayunos eran cuando más dormidos estaban y cada cual iba por libre; se iban juntando en la cocina para comer o simplemente alguien se dejaba caer sobre la mesa a comer lo primero que se le ocurriera. O también podía ser que para ellos, todo aquello de viajar entre planetas era familiar.

Al de un rato llegó el capitán y administró a cada cual las tareas que quería que hicieran. Yukwon, Jaehyo y Jihoon se quedarían a vigilar el barco, Kyung y Taeil irían a por provisiones y él se iría con Minhyuk a comprar arneses nuevos –cada vez que se usaban en una situación de emergencia, convenía cambiarlos por razones de seguridad-. El príncipe frunció un poco el ceño por tener que quedarse, pero acató las órdenes. Observó lo que se veía de la ciudad desde el puerto en el que atracaron. Le resultó extraño, ya que sólo pudo ver unas anchas calles de piedra, rodeadas de comercios cuyas fachadas estaban ornamentadas en madera. Tejados que se asomaban y tenían las esquinas rizadas. En alguna colgaba algún farol, en otras había gárgolas que le recordaron a reptiles o dragones, que había visto ilustrados en libros. Pero al final de cada calle se podía ver el comienzo de un denso bosque, que se extendía hacia el horizonte y ligeramente en cuesta.

-Los habitantes de este planeta son muy reservados. Viven inmersos en los bosques y tienen un sentido muy responsable para con su entorno.-le dijo Jaehyo.

Yukwon suspiró, ligeramente envidioso. Así es como debiera ser todo el mundo.

-¿Qué aspecto tienen?

-Se parecen mucho a nosotros, la verdad. Sólo que tienen un aspecto completamente andrógino. De hecho, hasta que no alcanzan la edad adulta y encuentran una pareja, no desarrollan un género ual. Es más, hay quien dice que tienen épocas de apareamiento. El o para ellos sólo es un método reproductivo. No lo utilizan como manipulación, ni solamente para pasar un buen rato.

-Y quería que lo intentara aquí…-pensó para sí, acordándose de su charla con Zico la noche anterior.

Una vez tuvieron las velas recogidas y la cubierta fregada, se ofreció como voluntario para limpiar el casco en aquel especie de columpio. Jihoon comentó que hasta que vino él la nave no estuvo tan limpia. Yukwon rio. Sólo quería aprovechar todos los minutos del día, ya tendría tiempo de descansar cuando no hubiera ninguna tarea por hacer.

El agua bajo él estaba muy limpia, probablemente por lo que Jaehyo le había contado. Normalmente el agua en los puertos era sucia, mezclada con fueles y escoria. Pero aquella era cristalina. Al principio colocó los pies alrededor de los cabos que sujetaban la madera donde estaba sentado, quedando así sujetó de los tobillos, y se descolgó para tocarla con las manos. Enseguida le supo a poco y volvió a subirse al tablón. Ni siquiera cayó en la cuenta de que hacía dos semanas habría sido incapaz de incorporarse así, usando únicamente la fuerza de su cuerpo. Agarró del cabo para volver a subir a cubierta con ayuda de las poleas. Se quitó la camiseta y el calzado, luego se puso de pies en el borde del barco.

-¿Qué haces?- le preguntaron Jihoon y Jaehyo, que estaban sobre cubierta jugando a cartas.

-Voy a darme un baño.

-Estás como una cabra…El agua estará helada.-le dijo Jihoon, mirándolo como si tuviera tres cabezas.

Como mínimo había de profundidad lo mismo de eslora de la nave, así que no temió encontrarse con el fondo. Iba a poner en práctica por primera vez sus clases de natación fuera de la piscina de la residencia real. Abrió los brazos antes y saltó de cabeza.

Tener la libertad y la posibilidad de poder saltar al agua, sin preocuparse por el protocolo, la ropa o el qué dirán se sentía muy bien. Entró y salió del agua varias veces, buceó por debajo del navío de babor a estribor y luego se quedó flotando bocarriba.

-Al principio creí que un delfín o algún otro bicho había seguido la estela y las olas que levantaba la nave…Pero resulta que no es más que el príncipe de los mares.

Yukwon intentó aguantar la risa y no tuvo ni que mirar para saber quién era.

-¿Se puede saber qué haces?- le preguntó Zico, apoyado en la borda, con una sonrisa.

-¿A ti qué te parece, capitán? No entiendo por qué os sorprendéis todos tanto ¿No lo habéis hecho nunca?

-Sí, pero…No sé, me hace gracia verte.

-Ni que fuera un payaso.

-No lo digo con esa intención…En fin, sube, Nereo. Tenemos que prepararte para las peleas.

-¿Cómo que prepararme?-echó a nadar hacia el muelle.

-No querrás que te mande con cualquier pinta ¿no?

-Creo que la ropa es lo de menos…-murmuró mientras subía a la nave.

Una vez estuvo seco y vestido de nuevo fue a la cocina donde Zico había reunido al resto para que dieran su opinión de unas prendas que había dispuesto sobre la mesa.

-A ver, mi idea es la siguiente: Te vestimos entero de negro, te colocamos estas mangas con púas y esta especie de bozal ¿Qué os parece?

Jihoon torció la cabeza a un lado con una mueca.

-A mí me parece que te lo estás pasando muy bien.-Jaehyo miró al capitán.

-No me convence lo de las púas.-dijo Yukwon.

-Es para que no te agarren del brazo o que si lo hacen se hagan daño.

-Pero tú también te harías daño dependiendo de qué movimiento ¿no?-preguntó Minhyuk y el príncipe asintió.

-Ya veo…Pues las descartamos.

-¿Y la máscara?-Yukwon enarcó una ceja.

-Para protegerte la cara y evitar que alguien te reconozca, que nunca se sabe…-se acercó a él y le colocó aquello que sólo dejaba sus ojos a la vista y tenía dibujada una especie de boca con colmillos afilados; como un ogro o demonio.- Es rígida, pero apenas pesa ¿verdad? Eso me ha dicho el tío que me la ha vendido.

-Tiene ojos demasiado inocentes, como dormidos.-dijo Jaehyo, poco convencido.

Yukwon rodó los ojos, no era la primera vez que se lo decían.

-Es cierto. P.O vete a por el khol.-le mandó el capitán al más joven.- Así parecerán más agresivos y te protegerá del sol. Dame tu mirada más fiera.-hizo como si le fotografiara.

-Me estás avergonzando.-su voz sonaba amortiguada.

-Vamos, deberías estar acostumbrado a las cámaras, príncipe.

Cuando llegaron el resto casi les dio un ataque al ver a alguien con el rostro tapado y ese aspecto amenazador en mitad de la cocina. Yukwon y Minhyuk salieron a la cubierta a entrenar y que el primero se hiciera a aquella ropa; que era algo más rígida debido a que era de un tejido que costaba rasgar. El resto los observaban, ya que no había mucho más que hacer.

-Estoy preocupado.-dijo Taeil, parado al lado de Zico.

-¿Por qué?

-Un combate en la calle no es como un entrenamiento. No hay nobleza.

El rubio se quedó mirando a Yukwon unos momentos, en silencio, pensando.

-Le irá bien… Creo que sabrá sacar su mala hostia. Ya sabes lo que nos contó Kyung. Sigue enfadado.

-Como para no.

-Le irá bien…Le irá bien.-repitió y respiró hondo.

 

Aquella noche bajaron a los bares del puerto Yukwon, Zico, Minhyuk y Jihoon; dejando al resto cuidando la nave. Kyung protestó, por supuesto que lo hizo, pero Jaehyo y Taeil dijeron que preferían ahorrarse el sufrimiento de ver cómo “le partían la cara al príncipe”.

-No bebas mucho.-dijo el capitán poniendo un vaso pequeño frente a Yukwon, quien reconoció el líquido de color morado y lo miró ligeramente compungido.- Es muy poco, no te pasará nada. Es el licor local, así que es lo más barato y lo que más venden.

-De pronto me estoy arrepintiendo…-hizo un pequeño puchero, con la mirada perdida en el alcohol y sintiendo un cosquilleo donde estuvieron en su día los golpes de la pelea en el bar.

Había música y humo de distintos colores que salía de unas largas pipas de madera con adornos metálicos que tenían algunas de los ocupantes del local. Los había que medían más de dos metros de alto, con una piel tan pálida que casi parecía que tuviera un brillo metálico. Otros estaban cubiertos de pelo o algo parecido. Algunos tenían más de dos brazos y otros parecían salidos de algún cuento de hadas de la librería de la residencia real.

-¡Que no, hombre!-Jihoon le echó un brazo por los hombros.- Que lo vas a hacer muy bien.

-Piensa que siempre te podemos sacar arrastras…-comentó Minhyuk alrededor del borde de su vaso.

-Oh, gracias, qué consuelo.-se quejó Yukwon con un tono sarcástico.

-Cuando estás nervioso te pones muy a la defensiva, príncipe.

-Cállate, capitán.-le dijo con el ceño fruncido y bebiendo de su licor cuando Zico se echó a reír.

Al de un rato el capitán dijo que se iba a recopilar información sobre quiénes tenían pensado pelearse esa noche. Obviamente, los combates eran ilegales, pero todos sabían que habría un par de ellos por noche. Lo único que había que hacer era ir a la zona de bares de los puertos y esperar a noche cerrada; antes o después saldrían los luchadores a la luz. Las armas estaban prohibidas y por regla general la gente respetaba aquella norma no escrita; pero aparte de eso…Cualquier cosa valía.

-¿Qué es lo más atroz que habéis visto?

-¿En una pelea?-preguntó Minhyuk y Yukwon asintió.- Hemos visto golpes malos…Pero yo creo que lo que más me impactó, a mí por lo menos, fue un mordisco en la cara.

El príncipe lo miró horrorizado.

-Ah, sí, ya me acuerdo…-Jihoon negó con la cabeza.- Yo creo que fue por el hecho de morder. Es un gesto muy primitivo y en la cara ya, ni te cuento.

Yukwon se llevó inconscientemente una mano a la mejilla.

-Pero no es lo normal ¿eh? Lo normal es que sea bastante justo, dentro de lo que cabe, es como si la gente se lo tomara como un deporte oficial.

De pronto notó que alguien le empujaba un poco y luego se apoyaba en él. Era Zico que había vuelto y se había inclinado más sobre la mesa para que no les escucharan.

-Vale, ya sé quiénes han venido con las mismas intenciones ¿Veis al grupo al lado de la entrada?-el resto asintieron.

-Por favor…Dime que no es esa mole.-pidió Yukwon al ver a un hombre que casi medía lo mismo de alto que de ancho. El capitán guardó silencio mirando a la mesa.- ¡Zico!

-Me has dicho que no lo diga.

-Me va a aplastar el cráneo como si de una uva se tratara…-se bebió lo que le quedaba de alcohol de golpe.

-¡Si vas con ese pensamiento por supuesto!-el rubio lo tomó de los hombros y le miró a los ojos.- ¿Enserio te estás acojonando cual niño mimado cuando nos has demostrado que puedes con esto y más?

-Es cierto, te recuerdo que tumbaste a uno como ese cuando ibas algo más que borracho.-Minhyuk lo acosó con el dedo.

-Confiamos en ti.-dijo Jihoon.

Yukwon se quedó mirando a aquellos tres, recordando todo lo que habían hecho por él y lo mucho que lo habían apoyado. Apretó las mandíbulas y asintió, decidido.

-Tenéis razón. Puedo hacerlo.

-¡Así se habla!-Zico le dio un apretón en los hombros y se giró para captar la atención del camarero.- ¡Otra ronda aquí!

-¿Pero no me has dicho hace nada que no beba mucho?

-Pues nos bebemos nosotros lo tuyo. Si estás con nosotros no te pasará nada.-Yukwon lo miró con una ceja enarcada.- Nada que no te haya pasado ya… Además, siempre has salido bien parado.

Eso era verdad. En poco tiempo estaba viviendo muchísimo y, a pesar de los malos momentos, jamás se había sentido mejor. Se sentía mejor en su piel, más relajado, más en su lugar. Pero aquello, una pelea clandestina, era un gran paso. Un punto de no retorno. Hasta entonces, si hubiera querido volver, además de las explicaciones obvias, no tendría que haberse excusado de ningún delito. Pero estaba a punto de cometer uno. Aquello hizo que se le encogiera el estómago...No obstante, recordó que sus padres se habían sacado un doble de la manga. Quizás, incluso fuera un gemelo perdido, sacando las cosas aún más de quicio. Al Diablo todo su pasado.

Fue pasando la noche y Jihoon y Minhyuk se fueron a dar una vuelta por el local, hablando con otros piratas, a ver si pescaban información sobre los luchadores o futuros botines sobre los que poner sus manos. Zico estaba de espaldas a la mesa, con los codos apoyados en ella, sin perder ojo de su alrededor, con esa mirada siempre atenta.

-Capitán…-empezó Yukwon.- ¿Y si tengo un hermano? Otro más, digo.

-¿Lo dices por tu otro yo?-el moreno asintió.- La verdad es que no sé qué decirte, Yukwon. Todo eso es un lío de cojones…Pero no creo ¿Por qué ocultarte un gemelo? No es como si fuera a complicar la sucesión al trono.-hablaba en voz baja, por si acaso.

-Entonces me pone aún más enfermo.

-Venga, va.-le puso una mano en el hombro y le miró a los ojos, otra vez.- No pienses ahora en eso, no vayas con inseguridades a pelear. Está bien que liberes tu rabia, de hecho, te vendrá de lujo. Pero no te descontroles.

Yukwon esquivó la mirada. Como si fuera tan fácil. La tensión y el alcohol le estaban recordando aquel comunicado oficial. Ahora no le preocupaba la pelea, sabían que no iban a dejar que lo matara y el dolor era pasajero –puede que le faltara un tornillo o dos-. Lo que le rondaba ahora la cabeza era todo aquello que había intentado bloquear en su mente.

-Maldito licor morado…-murmuró, culpándolo de la vuelta de esos pensamientos.

-Eh, mírame.-Zico lo tomó de la mandíbula y le giró el rostro, al ver que no levantaba la vista.-Empieza de cero. Eres un diamante en bruto.

El corazón le dio un pequeño salto y sintió una pequeña presión en el pecho, pero no en un sentido negativo; ya que no pudo evitar sonreír sin pensarlo.

-Gracias.

Nunca antes había conocido a alguien como Zico, con esa libertad de acto y habla. Miraba al mundo por encima del hombro, pero no con soberbia o pagado de sí mismo; si no con valentía. Como si le dijera “Lánzame todo lo que tengas, lucharé”. Y a la vez, era muy respetuoso con el resto. Aunque a simple vista no lo pareciera. Recordó las palabras de Kyung “Tiene más oro en el corazón del que podamos tener en nuestras arcas”. Comprendió porqué era el capitán.

-Muchas gracias.

-Dedícame el combate.-le soltó con una mueca de lado.

Yukwon rodó los ojos, pero aún sonreía.

Entonces llegaron Jihoon y Minhyuk, quien le picó un hombro a Zico y se inclinó hacia él para murmurar.

-Al lío.

Algunas personas se levantaron discretamente de sus mesas o se movieron tranquilamente de sitio y empezaron a pasar poco a poco por una puerta al fondo del local. Yukwon miró al capitán y este le asintió mientras se ponía en pie. El príncipe respiró hondo y les siguió, con los sentidos alerta.

-Ponte ya la máscara.-le dijo Jihoon al oído.

Se colocó aquel bozal que hasta entonces había llevado al cuello. La puerta daba a un almacén, donde las cajas y las distintas cosas –como sillas o mesas de más- se habían movido para crear un amplio espacio en medio; a modo ring o de zona de combate. Yukwon estudió las posibilidades que le daba el sitio. Había algunas mesas o sillas cerca a las que se podría subir, incluso alguna pared en un momento dado. Aún no había conseguido dar una voltereta invertida usando un muro o una superficie en vertical, pero en algún momento dado podría servirle de apoyo.

Al de unos minutos se cerró la puerta que daba al local y se sintió un poco atrapado, pero a la vez le ayudó a pensar “Este es un mundo y lo de fuera es otro. Aquí voy a luchar y sólo eso.” Algunos se les quedaban mirando a los cuatro y dedujo que era porque conocían a la tripulación de otras veces.

-Vaya, Capitán Zico. No sabía que ahora estabais en el rollo de las peleas. Normalmente sólo sois espectadores ocasionales.-un tipo, mayor que ellos, habló por encima de la multitud. Llevaba un sombrero de copa y vestía un traje hecho con diferentes retales. Estaba apoyado en un bastón de empuñadura dorada y tenía un monóculo.

-Este hombre se hizo rico con el negocio de las peleas clandestinas. Tuvo varios luchadores a su servicio, ahora sólo es el mecenas de otros, por un porcentaje de los beneficios de las apuestas.-le dijo al oído Minhyuk a Yukwon.- Nadie sabe su nombre real, pero se le conoce por “el Duque”.

-Ya ves…Tenía ya ganas de ampliar mis fuentes de ingresos.

-¿Quién de tu tripulación va a luchar? Aunque me hago una idea…-dijo mirando al de la máscara.

-El Príncipe.-contestó y por un momento el mentado lo miró asustado.- Porque algún día será el Rey de las peleas clandestinas.-sonrió fanfarrón y Yukwon quiso que el suelo se abriera bajo sus pies.

-Pretencioso.-dijo el Duque.- Pero no puedes aparecer aquí haciéndote llamar “el Gusano”.

-Exactamente.-Zico hizo una pequeña reverencia con la cabeza y un teatral gesto con la mano.

-Yo me estoy cansando de esta charla.-un hombre con pelo hasta la cintura y cuernos a los lados de la frente, de los que colgaban abalorios, se adelantó un par de pasos hacia el ring.- Y mi luchador está deseando empezar.-señaló a la mole que habían visto antes.

-Razón no le falta.-el capitán se giró hacia Yukwon.- Bien ¿Estás preparado?

-No sé qué decirte.-enarcó una ceja y posó sus ojos perfilados con khol en el otro luchador.

-Nosotros te cubrimos las espaldas.-intentó calmarlo Jihoon, mientras Minhyuk le liberaba tensión de los hombros.

-Recuerda, no le mates.

-¡Claro que no voy a matarlo, capitán!-que lo creyera capaz de matar así de la nada lo indignó un poco.

-A menos que intente matarte él a ti.-cuando dijo aquello lo miró asustado.- Que no suele darse el caso, a menos que tenga algo personal en tu contra.

-Zico, por favor.-le pidió Minhyuk, apartándolo de Yukwon.- No le hagas caso, es idiota.

El príncipe se vio a un lado del ring, con el otro enfrente. El resto habían formado un círculo a su alrededor y aplaudían.

-Daos la mano.-ordenó el Duque.- No habrá responsables de los daños ocasionados durante este combate.

Yukwon tuvo que mirar arriba para hacer contacto visual. Los ojos de su contrincante no delataban el miedo que probablemente reflejaban los suyos. Extendieron las manos y se dieron un firme apretón. El príncipe caminó hacia atrás, a su esquina, sin darle la espalda al otro. Nunca se sabía. Su plan era esquivar los golpes, para poder ver cómo peleaba el otro y para que se fuera agotando.

-¡A luchar!

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!
sakuranbo_5
perdón, perdón, perdón y mil veces perdón. es que he estado muy ocupada / distraída con el nuevo trabajo en el que he empezado hace ya un mes y pico

Comments

You must be logged in to comment
Aoli83 #1
Chapter 3: (Como cuando subiste la historia en amor- no pude ir comentándola como me hubiese gustado, lo hago ahora por que yo lo valgo XD)
Este capítulo me gusta especialmente, porque vas hilvanando muy bien el desarrollo de Ukwon adaptándose al barco con el shock que supone para él descubrir de qué material está hecho realmente su padre. Quizás le faltaría un poco de contar como Ukwon se va insensibilizando conforme pasa la mañana en el puerto de aquí para allá, pero el instante en el que descubre que tiene un doble y cómo reacciona después, está perfecto en mi opinión ^-^.
Ánimo y sigue subiéndolo, que aquí apenas hay fanfics en español y a la gente le costará encontrarlo al principio ;)
Cececarlon99 #2
Chapter 1: OMG tienes que seguir esta historia. Es fa-ci-nan-te. Me encanta. <3