Una gota en el océano

Freedom

Al de un rato Kyung se fue a dormir y aunque él también estaba cansado decidió guardarse ese sueño para más tarde, en lugar de pasar otra noche en vela. Noche como concepto temporal, porque llevaban dos semanas en una noche continua. Caminó hasta el último camarote y tocó la puerta.

-Adelante.

-Hola, vengo a cotillear qué libros tienes.

-Hey, el príncipe ilustrado. Pasa y elige el que más te apetezca.-Zico estaba sentado en la cama, con la espalda apoyada en el cabecero y un dispositivo como el que llevaba Kyung hacía un rato.

-¿Qué miras?-le preguntó cabeceando al aparato y cerrando la puerta tras de sí.

-La lectura de ondas de antes, a ver si consigo comprenderlas mejor. Las comparo con otros registros, por si veo alguna diferencia. Otras veces se nos jodió el sistema de navegación en vez de apagarse solamente.-se rascó la nuca, confuso.- Otras el radar se desconectó…

-Ya veo…Bueno, pues suerte con eso.

-Gracias.

Yukwon se paró frente a la estantería, viajando por los diferentes títulos y cogiendo alguno que llamara su atención para leer su sinopsis.

-¿Puedo quedarme aquí a leer?-se atrevió a preguntar.- Kyung se ha echado a dormir y no quiero molestarle con la luz.

-Claro.-Zico no iba a preguntarle por qué no iba entonces a la cocina, pensó que tal vez quisiera compañía.- ¿No estás cansado?

-Sí, pero no quiero dormir ahora.

-¿Temes revivir en sueños lo ocurrido?-le preguntó tras unos instantes.

-Sí.-admitió, algo abochornado.

Era la primera vez desde que huyó de la residencia real –o puede que incluso desde antes- en la que temió por su vida. Y fue una vez pasó todo, no durante. Mientras se lanzaba a por Kyung no pensaba en morir, sólo en salvarlo; pero después de dio cuenta de lo cerca que habían estado ambos de hacerlo.

-Está bien, pero no me molestes.-se hizo a un lado, a pesar de que la cama era lo suficientemente grande.

Yukwon había pensado ocupar una de las sillas a los lados del escritorio, pero cuando vio al otro hacerle sitio no iba a rechazar el gesto.

Estuvo leyendo un rato y el libro le parecía lo suficientemente interesante, así que decidió que se llevaría ese. De cuando en cuando miraba la pantalla del dispositivo, pero no entendió nada y algo le decía que explicarle lo básico sobre las “sirenas” les llevaría toda la tarde. Quería reservar la lectura para momentos de insomnio, así que decidió aprovechar para mirar con detalle el camarote. Las veces que había estado allí estaba lo suficientemente incómodo como para querer salir cuanto antes o doliente en la cama y con pocas ganas de interesarse por la decoración.

-¿Todo esto son cosas que has ido adquiriendo en vuestros viajes?- hacía dos semanas hubiera dicho “comprado”.

Zico alzó la mirada de la pantalla y miró a su alrededor.

-Sí.

-¿Cómo conseguiste la calavera? Nunca había visto algo así, no sé ni de qué criatura es.-preguntó por aquel cráneo de animal tallado que vio el primer día.

-Es de un planeta que está como a un mes de viaje. Es de un animal parecido a un búfalo terrestre, sólo que tiene un tercer ojo. Bueno y el pelaje es de otro color…-se le quedó mirando.

-¿Qué?-se sorprendió.

-Que como el resto también viaja o ha estado conmigo en esos viajes nunca antes me había preguntado nadie sobre lo que he vivido.

-Pues a mí me interesa mucho.-admitió.- Ni me atrevo a imaginar todo lo que tienes que haber aprendido. Es lo primero que pensé al entrar aquí aquel día. Me empecé a imaginar todos los sitios en los que habréis estados y…Me sentí sobrecogido.

-Sobrecogido.-sonrió de lado con una pequeña carcajada.- Aún hablas como un niño mimado.-dejó el dispositivo a un lado.- ¿Qué quieres saber?

-Todo.-sonrió y luego echó a reír por la cara que puso el otro.

-¿¡Todo!? Déjame entonces ir a por un vaso de agua o algo.

Iba a hacerle rabiar diciéndole que no se quejara porque estaba encantado de que le preguntara, pero decidió no tentar a la suerte y callarse.

-Por dónde empiezo…-se llevó una mano al pelo, alborotándoselo y sentándose más recostado.

-¿Qué tal por tu ingreso y el de Kyung en la armada?

Lo miró con los ojos como platos.

-¿Cómo coño sabes eso?

-Jaehyo y Kyung.-dijo sin más, encogiéndose de hombros.

-Ah, claro.-asintió para sí, como si se dijera “evidentemente”.- Bueno…Pues sí, comenzaré por el comienzo.

Aquello empezó con Zico explicándole sus días con Kyung en la armada, anécdotas que vivieron allí. Como en una ocasión que no se despertaron a tiempo y acabaron limpiando las letrinas. También le contó que Taeil era el hijo de un mecánico cuya familia tenía el taller cerca de la base donde estaban de instrucción. O que conocieron a Jihoon en un día libre y su padre era dueño de una cadena de establecimientos, de ahí que tuvieran dinero. Jaehyo y Minhyuk eran amigos de la infancia y habían ido al colegio con su hermano mayor; obviamente se los tuvieron que llevar consigo.

-¿Y tu hermano no quiso apuntarse?-le preguntó Yukwon, extrañado.

-No y tampoco quise insistir…No me apetecía tener a la familia en algo así ¿sabes?

-Creo que entiendo.

-Además, él ya tenía su negocio y eso. No le iba a pedir que dejara todo.

Se fue emocionando según iba contándole cosas, contagiado por el recuerdo de aquellas memorias. Se puso de pies en la cama para contarle una escaramuza en un puerto. Saltó al escritorio, golpeándose la cabeza con una maqueta en el proceso. Yukwon se reía ante las pantomimas del otro, que estaba completamente metido en diferentes papeles, recreando varias escenas.

-Esto.-se puso un pañuelo del que colgaban cuentas que tintineaban a cada movimiento alrededor de la cadera.- Es de una bailarina.-bailó un poco para hacer ruido.

-Dime que llevaba algo más y no la dejaste sin ropa.

-Sin ropa quedó.-rio a carcajadas.- Pero sí, llevaba algo más.

Jaehyo se asomó por la puerta al escuchar tanto barullo. Se sentó al lado de Yukwon, animado por la narrativa de Zico. Se quedó allí, aportando nuevas anécdotas o haciendo rabiar al capitán, quien estaba demasiado enfrascado en su propia mente como para importarle las pullas.

-Deberías probártelo.-dijo Zico, sacando un vestido del armario.

-¿Por qué tienes un vestido…?-se paró a media frase.- No me contestes.

-Se lo tuvo que poner Minhyuk para salir de una casa.-contó Jaehyo y Yukwon lo miró raro.- Marido celoso.

-Y con razón.

-Enserio, deberías probártelo. Fue de las mentiras que mejor nos han funcionado.-insistió el capitán.

-Nosotros estábamos en la cocina de la casa, reponiendo fuerzas.

-Vamos, que vaciándole la nevera.

-Efectivamente. Cuando vimos bajar a la señora de la casa y a la mujer también.-los dos piratas echaron a reír y chocaron las manos.

Al de un rato Jaehyo se marchó porque tenía cosas que hacer –o porque ya se sabía lo que Zico estaba contando-. El capitán se recostó al lado de Yukwon, quien estaba muy cómodo tumbado sobre los muchos almohadones. El rubio tenía una maqueta. Era la reproducción de un aeroplano.

-Mira.-le dijo.- Es una reproducción del primer avión propiamente dicho. Allá por 1890 ¿Entiendes lo que supuso? ¿Todo lo que desencadenó aquel primer avión? No consiguió volar más que 50 metros…Pero míranos ahora, siglos después.

-Me apena mucho que grandes avances de la tecnología, ciencia, medicina, transporte y demás fueran a raíz de guerras.-comentó en un murmuro, observando la delicada pieza de madera en las manos de Zico.

-Ya…El hombre es un lobo para el hombre.

-Homo homini lupus.-asintió Yukwon, recordando la voz de su profesor enseñándole latín.

Guardó silencio, pensando en que si su familia había tenido la sangre fría de reemplazarlo ¿Cómo no iba la humanidad a atacar anónimamente y en conjunto a los más desfavorecidos para beneficiarse de ello? Aquello lo asqueaba.

-Qué callado te has quedado, se te ha cambiado hasta la cara.

-Tan sólo sacaba mis propias conclusiones.-meditó unos segundos.- Los humanos…La humanidad, actuamos como un virus. Empezamos en un foco muy concentrado y poco a poco empezamos a expandirnos, atacando a nuestro entorno y destrozándolo; incluso atacándonos a nosotros mismos. Piénsalo. La sociedad es a un planeta lo que un virus a un cuerpo. Somos los únicos seres vivos que destrozamos nuestro hogar. A veces me cuesta mucho creer en la inteligencia humana.-Zico se le había quedado mirando a los ojos y él no rompió el contacto visual ni por un momento.- Pero al mismo tiempo me aferro a la idea de que hay gente buena, sólo que una mala acción tiene mayor eco que una buena. Porque si no lo hiciera, si me rindiera a creer que todos estamos podridos, creo que me moriría.

-Por los tesoros de la galaxia, príncipe… ¿Empleas en eso tus noches de insomnio? No te tortures de esa forma.-le pasó un brazo por el torso, para estar más cerca de él, con la maqueta en la otra mano.- Mira…Eres un chico demasiado dulce para esta realidad.-Yukwon se sorprendió.- Tienes que ser más cruel o te harán mucho daño. Y no seremos yo o alguno del resto, ni siquiera otros piratas. Será la existencia humana en sí.

-No soy dulce y soy más fuerte de lo que parece.- ¿Era normal estar tan cerca? Estaba muy oxidado en los comportamientos sociales.- Es cierto que me llevo chascos, pero siempre me repongo. Siempre lo he hecho. Aprendo de los golpes, a diferencia de lo que puedas pensar.

-No te considero débil. Ya me he dado cuenta de que no lo eres. Otro, en tu situación, estaría martirizado por las esquinas. Pero tú…-sonrió de lado.- Hostia, hasta te has tirado por la puta borda para salvar a un compañero.

-Gracias.-dijo de corazón.

Hasta que no conoció a aquella tripulación no lo habían elogiado por sus actos o al menos no lo había sentido como tal. Cada vez lo animaban más a querer seguir, a aprender y a vivir.

Zico volvió a colgar la maqueta y volvió a recostarse sobre los almohadones, de lado. Fue entonces cuando Yukwon pudo oler su colonia y se dio cuenta de que no había reparado en ella hasta entonces, pero que la recordaba. Había estado presente, pero nunca se había fijado hasta aquel momento.

-Me he tirado todo el rato hablando de mí y no te he preguntado por lo que tú has vivido.

Yukwon se encogió de hombros e hizo una mueca.

-¿Qué quieres que te cuente? ¿Una reunión aburrida? ¿Una cena de gala? ¿La inauguración de un puerto?

-¿Cómo es crecer en un espacio tan…?-titubeó, inclinando la cabeza a un lado, figurándose qué palaba quería utilizar.- ¿Limitado? ¿Protocolado?

-Falso y tenso. Es como un examen continuo.

Le contó sus clases con aquel instructor tan estirado, que con sólo recordar su voz le entraba el sueño. Le habló de las clases de esgrima, de las partidas de caza, el protocolo…Incluso de aquella chica.

-Oh…El primer amor de nuestro príncipe.

-Yo no lo llamaría primer amor, ni mucho menos…-se encogió de hombros.- Nos gustábamos y nos entreteníamos el uno al otro. Es todo ¿Tú estás enamorado o lo has estado?

El capitán jugueteaba con la tela de un cojín y sonrió.

-Lo estuve y la conoces, de hecho.-Yukwon lo miró con una ceja arqueada y una pequeña sonrisa, interesado.- Roxanne.

El príncipe rio, pero no con intención de mofarse de él.

-¡Lo sospechaba!

-¿Por qué?-se le contagió la sonrisa.

-No sé.-volvió a encogerse hombros.- ¿Y cómo fue?

-Extraño y no correspondido, al menos del mismo modo. Yo era aún más joven y acabábamos de ganar el barco.-gesticuló a su alrededor.- Pero ella me tenía más cariño que otra cosa, casi maternal. Pero sin rollos raros ¿eh?

-Vaya…Lo lamento.-pensó unos segundos lo que quería preguntar.- ¿Lo llamas amor si no era correspondido?

-Sí ¿Tú no?

-No.-negó suavemente, mirándole a los ojos comprobando que no pareciera molesto.- No digo que no la quisieras, pero… ¿Si no era recíproco es amor? Soy más de la opinión de que tiene que haber intención por las dos partes.

-Así no te vas a enamorar nunca, es una idea muy platónica.

-Quién sabe…Pero el amor platónico es el que nunca se consume, el inalcanzable, tampoco creo eso.

-Tienes una mente muy complicada.-le empujó suavemente la frente con los dedos.

-No eres el más indicado para decir eso.

-Entonces… ¿Además de con ella no has tenido nada con nadie?

-No ¿Tú? Aunque ya me sé la respuesta.

-Sí, pero nada serio. Ya sabes lo que se dice, una persona en cada puerto.

-Se dice chica, pero bueno.

-Ya, lo sé.-le sonrió.

Aquel detalle le sorprendió. Pero con los avances de aquellos últimos siglos, la expansión de la humanidad por el espacio…También se extendió la aceptación ual –se incluía a sí mismo-. Con tantas personas diferentes y de distintos planetas era muy difícil que la sociedad aceptara una única orientación ual. Aunque, evidentemente, seguía habiendo rechazo, pero bastante menos.

-Pero sólo consuelo físico. Tendrías que probarlo mañana.

Se sonrojó notablemente.

-¡No puedo hacer eso!-proponerle un acercamiento físico le parecía casi más improbable que todo lo que llevaba haciendo desde que se enroló.- No puedo llegar a un puerto y coger a…a no sé, la primera persona que pase y preguntarle si quiere acostarse conmigo.-dijo azorado.

-¿Cómo que no? Sí que puedes y con todo el derecho. No hace falta que seas tan directo, invítale a beber algo antes. Y no eres un cardo, no te costará mucho trabajo.

-No, no puedo. Igual tú puedes, pero yo no.

-Qué imbécil eres, príncipe. Y además te has puesto como un tomate.

Su rubor se hizo más notable después de ser pillado.

-Y tú eres como un dolor de muelas, capitán.

-¿Es que acaso te pone nervioso el contacto físico?-lo cogió de los hombros y le hizo una especie de llave de lucha libre con las piernas.

-¡Para! ¡Sí que me pone nervioso, sí! ¡Ay mi brazo!-se lo estaba retorciendo.

-Di que eres un gallina.

-¡Te pienso morder como no me sueltes!-intentó no reírse y sonar serio.

-¡Que lo digas!-forcejearon y Zico esquivó un codazo con sorprendente agilidad.- ¡No te oigo!

-¡Eres imbécil!-no consiguió aguantar la risa cuando el otro estuvo encima y empezó a hacerle cosquillas.- ¡No, para! ¡Odio las cosquillas!-dijo entre carcajadas.

-Dilo entonces.-sonrió, sofocado por la actividad.

-¡Soy un gallina!

-¿Ves?-se quitó de encima.- No era tan difícil.-se retiró unos mechones que le caían sobre la frente.

Yukwon lo miró, tumbado en la cama y con la respiración agitada.

-Eres idiota… ¿Y qué? ¿Qué solucionamos con que lo admita?

-Nada.-se encogió de hombros.- Me apetecía hacerte rabiar.

-Siempre te apetece hacer rabiar.-rodó los ojos.

-Eso es cierto. Pero hablando enserio.-le adecentó un poco el pelo.- Es mejor que superes eso, te sentirás mejor.

-Ya lo sé. Ya sé que es bueno para salud pero… Es difícil hacer algo a lo que no estás acostumbrado ¿sabes?

-¿Tus padres no te abrazaban?-Yukwon negó con la cabeza.- ¿Ni tu hermano?-lo miró apenado.

-Alguna vez. Soy tímido, así que tampoco se lo pedía.

-Siéntate.-Zico rodó los ojos al ver que no le hacía caso. Lo tomó de las muñecas y lo obligó a sentarse, entonces lo abrazó.

Yukwon abrió un poco más los ojos, sorprendido, y se quedó quieto, sin saber qué hacer. Pero finalmente llevó sus manos a la espalda del capitán.

-Relájate, es sólo un abrazo.

-¿Y qué hago?

-Nada.-dijo sin más.- Bueno, empieza por respirar hondo, estás tenso.

Ambos rieron y el príncipe empezó a sentirse menos incómodo. Se animó a estrechar un poco más sus brazos y tomó aire, como le había dicho. Resultó que aquello surgió efecto. No era una sensación desagradable y dio la casualidad que la colonia de Zico lo apaciguaba. Sintió un cálido aleteo de felicidad, que empezó en el pecho y se fue expandiendo por su cuerpo. Al de unos segundos el alto se apartó y le frotó un brazo.

-¿Ves? Sigues vivo.

-¿No será que a ti te encanta invadir el espacio personal de la gente?-arqueó una ceja, aún sonriente.

-No sé de qué me hablas.-se hizo el ignorante.

-Ya, claro.-guardó silencio unos instantes.- Gracias, capitán.

-De nada, príncipe.

Entonces llamaron a la puerta y Minhyuk se asomó por el marco.

-Es hora de cenar ¿Qué habéis hecho? Está esto hecho una pocilga.

El tiempo se les había pasado volando.

-Pues como siempre.-Zico se encogió de hombros.- Ale, vamos.

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Thank you!
sakuranbo_5
perdón, perdón, perdón y mil veces perdón. es que he estado muy ocupada / distraída con el nuevo trabajo en el que he empezado hace ya un mes y pico

Comments

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Aoli83 #1
Chapter 3: (Como cuando subiste la historia en amor- no pude ir comentándola como me hubiese gustado, lo hago ahora por que yo lo valgo XD)
Este capítulo me gusta especialmente, porque vas hilvanando muy bien el desarrollo de Ukwon adaptándose al barco con el shock que supone para él descubrir de qué material está hecho realmente su padre. Quizás le faltaría un poco de contar como Ukwon se va insensibilizando conforme pasa la mañana en el puerto de aquí para allá, pero el instante en el que descubre que tiene un doble y cómo reacciona después, está perfecto en mi opinión ^-^.
Ánimo y sigue subiéndolo, que aquí apenas hay fanfics en español y a la gente le costará encontrarlo al principio ;)
Cececarlon99 #2
Chapter 1: OMG tienes que seguir esta historia. Es fa-ci-nan-te. Me encanta. <3