Levamos anclas

Freedom

Imágenes confusas y de todo tipo pasaron por la mente de Yukwon durante todo el tiempo que estuvo inconsciente. Cuando despertó no sólo le dolía la cabeza. Escuchó antes que vio y a sus oídos llegó el suave tintineo de algo, como de abalorios o de un móvil de viento. Cuando consiguió enfocar vio un techo lleno de cosas; telas, joyas, maquetas…Todo estaba en un extraño estado de silencio, como pausado, en contraste con el caos anterior en su mente. Tenía el vago recuerdo de haber bebido un desconocido licor en una tasca, después de descubrir que para las únicas personas que su vida podría tener algo de valor lo habían suplantado. El estómago se le encogió y tuvo entonces un acceso de náusea. Intentó ponerse de lado, pero le dolía todo el cuerpo y tomó aire entre dientes.

-Se ha despertado.

A los pies de la cama vio a Kyung. Fue entonces cuando reparó en que a un lado de la cama estaba Zico sentado en una silla. El capitán estaba de brazos cruzados, mirando al suelo y alzó la vista hacia él cuando escuchó a su mejor amigo.

-¿Cómo te encuentras?-el cartógrafo se acercó un poco y le sonrió con ternura. Pero Yukwon no pudo ni responder, tan sólo le miró durante unos segundos y dejó caer la mirada hacia la pared de detrás de los dos piratas.- Bueno…Voy a la cocina a buscarte algo de comer, que igual tienes hambre, y a decirles al resto que estás vivo.

Kyung se marchó del camarote del capitán, dejando unos minutos de silencio después de que se cerrara la puerta.

-Menudo susto nos diste ayer, príncipe. Llevas durmiendo desde entonces.-la voz de Zico era mucho más suave de lo que le había escuchado hasta entonces.- Tuvimos que buscar por todo este maldito lugar para encontrarte.

Pensó que ya era más de lo que había hecho su familia.

-¿Por qué?-preguntó tras unos minutos de silencio, todavía mirando a la pared.

-¿”Por qué” qué?

-Habéis ido a por mí…

-Porque en nuestra tripulación nunca dejamos a nadie atrás.

Los ojos se le humedecieron, pero no lloró.

-Dos días, Zico…Les ha llevado dos días sustituirme.-le costaba hablar.- A mis padres, mi única familia. Ya no me queda ni mi hermano. Así de poco les ha importado que desapareciera. Ya no tengo ni identidad, ni casa, ni seres queridos.

Un par de días es lo que les había llevado encontrar un doble e inventar una mentira entera. Toda una vida en un mismo entorno, viendo aquellos rostros de los pocos que vivían en la residencia real, todos los recuerdos entorno a su familia…Carecían de valor para ellos. Todo le superaba. La situación en la frontera, la decadencia que había visto el primer día y ahora aquello.

-Ahora esta es tu casa. Además, que esa gente te haya dado la espalda no quita que seas quien eres. No miento cuando digo que siendo un príncipe me sorprendió tu actitud ayer, palabra. He visto más humildad y sabiduría en ti que en clérigos, Yukwon.- asentía con la cabeza según iba hablando, convencido de lo que decía.-Demonios…Si te he empezado a coger hasta cariño, maldita sea. Es gracioso meterse contigo.-sonrió.

Miró al capitán y no vio ningún tipo de rechazo o reproche en sus ojos, si no genuina preocupación. Pensó entonces que Zico guardaba en su interior mucho más de lo que dejaba ver.

-Nos marchamos mañana de este planeta. Puedes empezar de cero, puedes ser quien quieras ser.

-Es cierto…Ya no me tengo que esconder…Al quitarme mi identidad, me han dado una nueva vida.

Consiguió tumbarse de lado, con la cabeza todavía dándole vueltas y siseó por el dolor en sus costillas.

-Odio a mi padre.-dijo tras unos minutos.

-Yo también le odio.-le sonrió cómplice.

Unos suaves golpes en la puerta hicieron que Zico mirara hacia ella. La cabeza de P.O se asomó.

-¿Se puede?

El capitán miró a Yukwon, quien asintió con la cabeza y le devolvió el gesto al de la puerta. Entonces entraron el resto, parándose alrededor de la silla en la que estaba sentado Zico.

-¿Qué tal estás, chaval? Tú sí que sabes pegarte una juerga ¿eh?-le dijo Taeil.

-Siento mucho lo de tus padres.-dijo el más joven de los siete. Algunos de los otros fruncieron el ceño e hicieron una mueca, por el atrevimiento.

-Ya y yo.

-Para nosotros siempre serás un príncipe.-dijo Kyung, sacándole una sonrisa.

-Y yo puedo ser tu hermano mayor, si quieres.-Jaehyo le puso una mano en el hombro.

-Muchas gracias.

-¿Tienes hambre? ¿Te traemos algo?-le preguntó Minhyuk, a pesar de que Kyung había dicho que iba a por comida a la cocina.

-No tengo ganas de nada, gracias de todos modos.

-Lo superarás, chaval.

-Lo sé, pero es que tengo resaca y ayer me dieron una paliza…Creo.-miró a Zico, que asintió.

-Te han dado hasta en el documento de identidad. Pero, eh, tumbaste a un tío de un metro noventa.

-¿Lo hice?

-Oh, sí.-Minhyuk rio.- Luego sus colegas te destrozaron, pero lo tumbaste con todo ese alcohol dentro. Ya se ha corrido la voz, has empezado a labrarte tu reputación y no es tan horrible.

-Venga, chicos.-Zico se puso en pie.- Dejemos que descanse más. Que entre lo que se bebió y las hostias aún lo necesita.

Cuando cerraron la puerta se quedó repasando con la mirada todos los objetos de la habitación. Ni siquiera se paró a pensar que el capitán le había dejado su camarote para descansar.  Se encontraba fatal y no especialmente por la resaca o los golpes. Anímicamente estaba muy cansado. Se encogió sobre sí mismo todo lo que pudo y durmió.

Se despertó cuando su estómago demandaba comida y lo interpretó como una buena señal, porque no había tenido hambre desde la mañana del día anterior. Pero antes necesitaba una ducha desesperadamente. El agua era el mejor remedio terapéutico para deshacerse de los malos sentimientos. Se levantó, doliente y vio que llevaba ropas cómodas de alguien. Fue hasta el cuarto de baño más cercano y se miró en el espejo por primera vez en días. Se sobresaltó al ver el pómulo y el ojo derecho amoratados y una herida en el labio. El pelo, cortado en un elegante estilo, estaba sucio después de los sucesos del día anterior. Estaba muy pálido y además del morado de un ojo, tenía unas terribles ojeras y necesitaba un afeitado. Se levantó la camiseta y pudo ver más golpes por las costillas. Tenía un aspecto horrible y no sólo por los golpes. Suspiró y en aquel momento tuvo una idea.

Caminó por el barco, hasta encontrar a Taeil en la bodega.

-¿Taeil, me puedes hacer un favor? Necesito tu ayuda.-se había fijado antes en la cantidad de pendientes y tatuajes que el otro chico tenía.

-Te has levantado ¿Te encuentras mejor?-se puso en pie y se acercó.- Dime lo que necesitas.

-Acompáñame al baño.

-Te has pasado de confianzas.

Yukwon negó con la cabeza y le convenció para que fuera con él.

Una hora y media después y con un nuevo aspecto estaba sentado en la cocina, con Jaehyo y Kyung, comiendo por primera vez en más de un día.

-En parte me da pena haberme levantado. La cama del capitán no tiene nada que ver con la mía en el camarote.

-Pues ahí ha estado durmiendo él.-rió Kyung.- Nah, fue nuestro regalo, al principio ahí no había más que el ordenador y mapas. Pero por ser tan buen capitán le mandamos para allá.

-También fue porque es un poco cansino y estos dos querían dormir.-dijo Jaehyo.

-Oye, que estás hablando de mi mejor amigo.-hizo como que le amenazaba con una cuchara de café.- Nos conocemos desde el colegio.-le explicó a Yukwon.

-Eso es genial.

-¡Bueno, ya estoy!-escucharon la voz de Zico venir desde el pasillo.- Ya he pillado todo ¡Coño!-exclamó al ver al príncipe.- ¿Qué te has hecho? ¡Si pareces de los nuestros!

Yukwon sonrió, porque era exactamente lo que buscaba. Con la ayuda de Taeil se había rapado los costados, desde debajo de la sien hacia casi la nuca y el mayor le había agujereado las orejas siete veces.

-Ala, chaval, qué flipe…-se acercó y tomó unos mechones de pelo que le caían sobre la frente.- Joder, entre esto y los golpes pareces otro…Qué listo, joder.

-Gracias, capitán.

-Cuando termines de comer ven a mi camarote. Quiero hablar contigo antes de marcharnos de aquí, ahora que estás mejor.

-Entendido.-Zico se echó unas bolsas a la espalda y se marchó por el pasillo.- ¿Cómo era en el colegio?

-Más bajito y más feo.-se echaron a reír.

-De verdad me intriga cómo llegasteis a todo esto.

-Entraron en la marina y enseguida se salieron.-dijo Jaehyo.

Yukwon los miró extrañado mientras se oía un “¡Si me has hecho hasta la cama!” de fondo.

-Sólo queríamos aprender lo básico de navegación y todo eso, pero no queríamos pagar. Así que alistarse era gratis y…Bueno, una vez aprendimos lo que quisimos nos salimos.

-¿Y cómo conseguisteis el barco? ¿O es robado?

-Una apuesta.-Kyung se sirvió un refresco.- Contra el padre de P.O. No es que venga de una familia pobre, pero no tan ricos como la tuya, obviamente.- el príncipe sintió un pequeño pinchazo en el pecho.- Al resto…Pues nos fuimos juntando, nos conocíamos de otras cosas y…Ya sabes cómo te juntas con los amigos.

-No, no lo sé.-torció la boca y se puso en pie.- Me reclama el capitán.

Fue hasta el final del pasillo y llamó, esperando a que le dieran permiso.

-Adelante.

-¿Querías verme?

-Sí, siéntate, príncipe.-se le quedó mirando unos instantes tras sentarse.- ¿Estás como para hablar?

-Sí, a mi lengua no le pasa a nada.

-Sabes que no me refiero a eso…Iré directo al grano, no me gustan los rodeos. Es tu última oportunidad antes de que nos marchemos ¿Quieres que volvamos?

Yukwon suspiró.

-¿Por qué sigues pensando que no estoy comprometido con vosotros? Ya sé que llevo tres días aquí, pero…Han sido intensos.

-¿No quieres volver junto tu familia a reclamar tu lugar y arreglar todo esto?-lo miró directamente a los ojos.

El príncipe se lamió los labios, preparándose para lo que iba a decir y sin romper el contacto visual se apoyó en la mesa para acercarse más a Zico.

-Yo no tengo familia, ni lugar que reclamar. Ya han llenado ese hueco, capitán.-dijo, sintiendo como si se le llenara la boca de veneno.

-Está bien.-se puso en pie, cogió una de las bolsas y la dejó caer sobre su regazo.- Ábrela.

-¿Qué es?-sacó de dentro diferentes prendas.

-Ropa de abrigo.

Yukwon lo miró, confuso.

-Pero…Dijiste que no me darías dinero para esto.

-Y no lo he hecho.-rodeó el escritorio y se apoyó en él, a su lado, de brazos cruzados.

-Yo…-dejó las cosas sobre la mesa y se levantó a darle un atropellado abrazo, aunque le doliera todo el cuerpo.- No sé cómo agradecerte a ti y al resto todo lo que habéis hecho por mí.

Zico se sorprendió y le devolvió el gesto, dándole unas suaves palmadas en la espalda.

-De nada.-dijo mientras el otro se separaba de él.

-Habéis sido demasiado indulgentes conmigo…Dejando que me quedara y todo eso ¿Qué puedo hacer para devolveros el favor?

-Ni siquiera te hemos sacado de este sucio agujero aún…Solamente no la cagues ¿vale? No saltes por la borda la siguiente vez que te enfades o  no acabes con una pierna enganchada en el ancla.-carraspeó para disimular lo incómodo que se sentía.- ¿Puedes trabajar o te duele mucho?

-Algo encontraré. Muchas gracias de nuevo, capitán.

-De nada…Me quedo aquí planeando la nueva ruta, así que llama a Kyung ya que vas para allá ¿Alguna petición de dónde podríamos ir?-le preguntó según abría la puerta.

-Llévame lejos de aquí.-le contestó con la mirada sombría y perdida en el pasillo, queriendo borrar ya su pasado.

El golpe de la puerta fue como el punto final de la conversación y Zico se mordió el interior de las mejillas.

Yukwon dejó sus cosas en uno de los tres pequeños armarios y seguido se fue a limpiar a fondo la bodega y las cámaras refrigeradoras, aunque no hiciera falta, para mantener la mente ocupada y porque, sinceramente, no quería ver ni un adoquín de Nido de Víboras. Así que el olor del jabón y demás productos de limpieza le era mucho más agradable que el que imperaba en la ciudad flotante. Además, puede que le pegara un par de patadas al cubo del agua sucia cada vez que estaba a punto de terminar, para tener que empezar de nuevo. Alguno de los otros le vio al cruzar el pasillo, ocupado con sus propias cosas, y había negado con la cabeza.

-Nos va a gastar el suelo.-le dijo Minhyuk a Jaehyo cuando se cruzaron en la cocina.- ¿No decía Taeil que quería un casco transparente para poder ver los peces? Pues a este paso lo va a tener.

-Yo creo que en vez del suelo intenta limpiar su memoria.

-Mejor eso que otra borrachera.

-Espérate que no se beba el jabón.

-…No se atrevería ¿verdad? ¡Joder, Jaehyo! Ahora no voy a poder dejar de echarle un ojo de cuando en cuando.-le dio un golpe en la nuca.

A la hora de la cena Taeil consiguió convencerle de que estaba ya como los chorros del oro, que se podría comer en el suelo, pero que no lo hiciera y fuera con el resto a la cocina.

-Muy bien, ya estamos todos.-dijo Zico alrededor de sus palillos, llevándose un bocado.- A ver, nos marchamos mañana y nos vamos a…Redoble de tambores, por favor.-el resto dejaron de comer y empezaron a tamborilear la mesa con sus palillos, haciendo a Yukwon mirarles raro.- ¡A tomar por el culo!

-¿Dónde está eso?-preguntó P.O.

-Me refiero a que nos vamos a ir muy lejos de aquí. Hay un planeta donde hay un yacimiento de minerales y se dice que al final de la gruta, hace siglos, se enterró una caja sellada. En ella hay unas piedras preciosas que reflejan más colores de los que hayamos podido ver. No intentéis imaginároslos, porque no se puede hasta que lo ves.

-¿Cómo se llama ese planeta?

-No sé pronunciarlo, príncipe.

-¿Enserio?-enarcó una ceja.

-Sí ¿Algún problema?

-Ninguno, capitán.

-Más vale, porque te cuelgo en el palo mayor por los pulgares.

-¿Y esas piedras ya tienen valor?-preguntó Taeil.

-Pues como hace siglos que se dejaron allí y nadie se ha molestado en confirmar su existencia…Como sean reales su valor será incalculable. Pensadlo, unas piedras que reflejan colores nunca vistos. Ponle precio a eso, si puedes.

-Así que no podemos decir a ciencia cierta que allí haya algo…Me gusta la idea.-el mayor de los siete siguió con su cena, como si nada.

-¿Y el resto qué decís?

Todos afirmaron, entusiasmados por el nuevo botín y disfrutando de sus cenas.

Tras otra incursión a la cámara refrigeradora con el cubo, interrumpida por Kyung y P.O que se lo llevaron arrastras; estaba tumbado en su cama y creyó que no iba a dormir aquella noche. Y así fue. Se planteó ir a comprar libros antes de marcharse al día siguiente para futuras noches en vela, pero no se fiaba de sí mismo y tendría que pedir que alguien le acompañara. Tal vez tuvieran “La Isla del Tesoro” en oferta. Le entró la risa por su propia ocurrencia. Recordó que Zico tenía libros en su camarote, pero no creía estar aún en el punto de poder despertarle en mitad de la noche para pedirle algo prestado. Así que decidió concentrarse en cuánto le dolían los golpes y las perforaciones, hasta que su mente se evadiera de todo lo que no fuera su estado físico.

Cuando dio la hora de levantarse, aunque cansado, salió de la cama enseguida. P.O le preguntó qué tal había descansado, tras cruzarse en el pasillo al salir de la ducha. Fue medianamente sincero y le dijo que había dormido pero no había descansado. Aunque ni una cosa ni la otra.

-¿Qué hay que hacer para despegar? Siempre he ido de pasajero y nunca he podido ver el proceso.

-Bueno, entonces tú hoy dedícate a observar con atención, desde el carajo por ejemplo, y en otra ocasión nos ayudas ¿Vale?-le dijo Taeil.

-Oído.

-Lo que no entiendas nos lo preguntas y ya está.

El timón se reservaba para maniobras cuidadosas como aquellas, a la hora de navegar por el ancho mar o por el espacio no hacía falta; la tecnología se ocupaba. Pero a la hora de atravesar atmósferas o esquivar objetos, era necesaria la mano humana.

En cuanto todo el mundo estuvo duchado y la cocina limpia fueron a cubierta, preparados para marchar. Kyung le dio unas palmaditas en la espalda a Yukwon al pasar a su lado, cuando iba hacia el timón para acompañar a Zico. El príncipe asintió para sí antes de empezar a encaramarse al palo mayor, al nido del vigía.

-Muy bien, señores, a sus puestos ¡Nos marchamos! ¡Levad el ancla!-ordenó el capitán.

La maquinaria de dentro de la nave empezó a rechinar y se escuchaba el ruido de aquella gran cadena al recogerse.  Un par de minutos después desatracaron y empezaron a avanzar lentamente por los muelles, rodeando la ciudad flotante, hasta el espacio reservado para que las naves despegaran. Una masa de agua libre de obstáculos y espacio aéreo abierto. Yukwon se giró, en dirección donde estaba Puerto Real, sabiendo que no vería la ciudad, pero con la esperanza de tampoco ver a la armada aproximándose. Pero no había nada salvo unos pequeños barcos comerciales.

A medida que los muelles estaban cada vez más alejados y los edificios eran más escasos, las esperanzas de Yukwon iban creciendo.

-¡Todo a punto, capitán!-gritó Jaehyo.

-Bien, esperaremos pues a la señal del control.

A un lado había una torreta, donde un equipo de personas controlaba con un radar los barcos que circulaban en ese espacio aéreo para que no chocaran.

Yukwon aferraba la madera de esa especia de cesto en el que estaba encaramado, ilusionado por partir ya, se sentía como si fuera su primera vez en volar. No apartaba los ojos del control, hasta que encendieran las luces que les daban paso. Cuando por fin vio el cambio de luces miró hacia el resto y Kyung hizo contacto visual con él, levantando un pulgar en gesto de aprobación. Zico estaba concentrado, con el ceño ligeramente fruncido y los ojos furtivos, atento a todo.

El barco empezó a avanzar, ganando velocidad gracias a los propulsores, con las velas plegadas. Minhyuk y Taeil estaban a cada lado de la verga mayor, para ocuparse de la vela principal, P.O se ocupaba de la vela de trinquete y Jaehyo de la de mesana. Cuando Kyung les dio una señal las tenían que disponer en un ángulo horizontal, ayudados por las cuerdas y los ganchos, como si de unas alas se trataran. Apenas pudo sentir cuando la nave se levantó del agua, pero de pronto tenía la certeza de estar en el aire y poco a poco la superficie se iba alejando y tras unos minutos dejaron los muros de Nido de Víboras atrás y se alzaban hacia las nubes. 

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sakuranbo_5
perdón, perdón, perdón y mil veces perdón. es que he estado muy ocupada / distraída con el nuevo trabajo en el que he empezado hace ya un mes y pico

Comments

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Aoli83 #1
Chapter 3: (Como cuando subiste la historia en amor- no pude ir comentándola como me hubiese gustado, lo hago ahora por que yo lo valgo XD)
Este capítulo me gusta especialmente, porque vas hilvanando muy bien el desarrollo de Ukwon adaptándose al barco con el shock que supone para él descubrir de qué material está hecho realmente su padre. Quizás le faltaría un poco de contar como Ukwon se va insensibilizando conforme pasa la mañana en el puerto de aquí para allá, pero el instante en el que descubre que tiene un doble y cómo reacciona después, está perfecto en mi opinión ^-^.
Ánimo y sigue subiéndolo, que aquí apenas hay fanfics en español y a la gente le costará encontrarlo al principio ;)
Cececarlon99 #2
Chapter 1: OMG tienes que seguir esta historia. Es fa-ci-nan-te. Me encanta. <3