Capítulo VIII
1. ExistenceSiwon besó mi mejilla antes de dejarme en la puerta de mi clase de literatura. Había comenzado a viajar con él a la escuela todos los días. Cada mañana había sido un poco más difícil alejar la presencia de Taeyeon y entrar en la realidad de Siwon. Después de dormirme con la voz de Taeyeon cantándome en el oído toda la noche, parecía anhelar su presencia aún más.
Ahora existía una intimidad entre nosotras. Después de tener sus manos en mi cuerpo y sus labios contra mi piel, nada había sido lo mismo. Se había acostado a mi lado ayer por la noche y me sostuvo contra ella mientras dormía. Necesitaba a Taeyeon. Las palabras que me susurró al oído durante la noche me aseguraban que ella me quería, también.
Ella me necesitaba, pero dejaba que una barrera invisible se interpusiera entre nosotras.
Caminé hacia mi escritorio y me di cuenta que el de atrás estaba vacío. Era el lugar de Taeyeon. Estaría aquí pronto. Me senté en mi escritorio y me concentré en dónde nos habíamos quedado el viernes. Cada vez que veía a alguien entrar por la puerta desde mi visión periférica, levantaba la vista para ver si era Taeyeon. La voz risueña y la cabeza de Krystal entraron por la puerta, detrás de ella, Taeyeon cargaba sus libros.
Mi estómago se contrajo dolorosamente, obligándome a mirar hacia otro lado. Ella había dicho que no le gustaban las rubias, pero la forma en que la miraba, decía completamente lo contrario. Miré hacia el libro abierto en frente de mí, sin comprender ninguna de las palabras. Esperaba que Taeyeon se sentara detrás de mí. Nunca lo hizo. El Sr. Kang entró al salón silbando y le sonrió a la clase.
—Ah, qué bueno es ver caras tan felices esta mañana ¿No es la Literatura Inglesa una alegría? ¿Qué mejor manera de despertar? —Preguntó en un tono jovial. Se giró y escribió la tarea de esta semana en el pizarrón.
Quería mirar hacia atrás y ver en dónde estaba Taeyeon, pero me negué. Podía sentirla observándome, sin duda alguna esperando a que la buscará. Bien, no le daría esa satisfacción. Además, probablemente jugaba con los largos mechones rubios que decía odiar. Había susurrado que ella me quería a mí. Que yo era lo único que alguna vez había necesitado.
— ¿Puede alguien decirme uno de los últimos temas más importantes que hemos aprendido mientras estudiamos Las Euménides? —Deseando desesperadamente alejar mi mente de Taeyeon, levanté mi mano en el aire. El Sr. Kang sonrió y asintió con la cabeza—. Bien, señorita Hwang.
—El conflicto entre lo viejo y lo nuevo, entre el salvajismo y la civilización, entre lo primario y lo racional. —Le contesté y el Sr. Kang aplaudió con las manos.
—Muy bien. Ahora, ¿Un ejemplo de este tema? —Él miró por la habitación y levanté mi mano de nuevo. El Sr. Kang levantó sus cejas, sin duda sorprendido ante mi repentino deseo de participar en clase—. ¿Tiffany?
—La progresión de viejos a nuevos dioses. Zeus derrocó a las generaciones más antiguas de los dioses y entre las antiguas deidades fueron las Furias. Las Furias se convirtieron en Parias. —Me detuve, sin querer decir más.
—Muy bien, muy bien. Ahora, ¿Alguien que no sea Tiffany puede por favor explicarme que tuvo que ver Apolo en esto? —El aula quedó en silencio y alguien rió—. Krystal, tal vez tú puedas ayudarnos con la respuesta. —El Sr. Kang dirigió su ceño hacia la aparente fuente de la risa.
—No, señor, tengo una vida fuera de la escuela. No todos pasamos nuestro tiempo extra estudiando y dando tutorías con el fin de conseguir un novio.
Hubo otra explosión de risas y el Sr. Kang inclinó la cabeza hacia un lado. —No creo que esa sea la respuesta correcta, Krystal, recibirás una nota baja por la participación de hoy. Ahora, alguien puede decirme, ¿O tendré que pedirle a la señorita Hwang que nos ayude una vez más?
—Apolo es un símbolo para el hombre, lo racional, lo joven, y lo civilizado. Las Furias representan a la mujer, la violencia, lo viejo y lo primitivo. Esquilo captura un momento místico en la historia, una en que el mundo entre un pasado salvaje y arcaico y el orden nuevo y audaz de la civilización griega, los dioses jóvenes del Olimpo y la racionalidad. La dificultad de la lucha entre estos dos mundos es dramatizada por el ciclo de la violencia en la casa de Atreo y el enfrentamiento entre Apolo y las Furias.
Nadie se rió después que Taeyeon terminó. No había duda en mi mente, ella había dicho eso por mí. Esta vez me volví y la encontré exactamente donde lo esperaba. Sentada detrás de Krystal cuya expresión era de dolor, como si alguien le hubiera dado una bofetada. Me guiño un ojo y me mostró su perfecto hoyuelo. No podía borrar la sonrisa de mi cara.
—Muy bien hecho, señorita Kim. Ahora, esperemos que el resto de ustedes aprovechen esta pieza de literatura así como Tiffany y Taeyeon, porque hoy nos embarcaremos en un viaje más allá de este mundo creado por Esquilo.
El tener la respuesta de Taeyeon, más elaborada que la mía, dio a entender que el saber las respuestas no tenía nada de malo, me ayudó a mantenerme enfocada en el debate del Sr. Kang. Sin embargo, Taeyeon siempre estuvo al frente de mi mente.
***
Al final del día fui a mi casillero y saqué los libros que necesitaba para hacer la tarea. Dos manos cálidas se deslizaron alrededor de mi cintura.
—Te extrañé. —Siwon susurró en mi oído, giré mi rostro hacia él y sonreí.
—Yo también te extrañé, ¿Pero no deberías estar en práctica?
Se encogió de hombros. —Iba camino hacia allá cuando pensé en ti de pie en tu casillero y lo fácil que sería tomar una desviación para verte.
—Estoy feliz de que lo hayas hecho. Ahora, regresa al campo antes de que el entrenador te haga correr por llegar tarde. —Se inclinó y me besó suavemente en los labios.
—Te veré por la noche. —Volviendo a correr hacia las puertas delanteras. Me quedé mirándolo hasta que se perdió de vista, después suspiré y me giré para cerrar mi casillero. Hoy había sido agotador y sólo quería ir a casa.
Un escalofrío se deslizó por mi columna y me congelé. No era un escalofrío como los de Taeyeon. Era otra clase de escalofrío. Del tipo que recordé de antes. El miedo hizo que mi corazón latiera violentamente dentro de mi pecho. Tomé dos respiraciones profundas antes de girarme lentamente. El alma de la rubia me miraba desde el otro lado del pasillo. Estudiándome como lo había hecho la última vez que la había visto. Tragué para evitar las náuseas causadas por el miedo, casi me ahogo. Estoy en un pasillo vacío. ¿Por qué no me había ido con Siwon? Retrocedí hacia las puertas principales pero éstas estaban demasiado lejos para hacerme sentir segura.
Ella se echó a reír, el sonido tintineante envió escalofríos por mis brazos. Cada paso que tomaba hacia atrás, ella lo daba hacia adelante.
—Déjame en paz. —Hice una mueca ante la debilidad de mi demanda.
Era obvio que me sentía aterrorizada.
Arqueó las cejas con sorpresa. —No puedo. —Mientras se acercaba. Pensé en girarme y ech
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