Capítulo XX
1. ExistenceMamá había enviado a Siwon a la escuela sin mí y explicó que volvería en la tarde. Siwon era una cosa con la que tenía que tratar. Si tenía que vivir esta existencia, no podía continuar usándolo. Yo nunca lo amaría en la forma en que se merece. Él era mi amigo y una fuente de consuelo. Dejarme permanecer como su novia no sólo fue un error para Siwon, fue una traición porque nunca pertenecería a nadie, sino a Taeyeon. No podría vivir de esa manera. Vivir no iba a ser fácil para mí. Tenía que cortar todas las cuerdas que quebraron mi alma ya dañada.
Para el momento en que nos registramos en la escuela me había perdido literatura Inglesa. Los pasillos se fueron llenando con estudiantes. Mantuve mis libros cerca de mi pecho y apreté en mi mano mi pase de llegada tarde. Puedo hacer esto. Canté el recordatorio una y otra vez en mi cabeza. Jessica salió de la multitud de gente, sonriendo cuando me vio.
—¡TIFFANY! ¡Hurra, viniste! Te he extrañado como loca. Ahora el almuerzo no será tan aburrido y, ¡Oh mi Dios! ¿Adivina qué? —Me esforcé para continuar con su torrente de palabras, así que me tomó un momento darme cuenta de que quería que yo reaccionase al “¿Adivina qué?”.
—Oh, eh, ¿qué? —Ni siquiera podía forzar una sonrisa.
Ella me sonrió y miró a su alrededor para ver si alguien la estaba escuchando antes de mirar hacia mí. —Kim Taeyeon está aquí. Como, en nuestra escuela. Como que, está inscrita en nuestra escuela. ¿Puedes creerlo? Quiero decir, sé que ella fue a una escuela secundaria en Mobile, Alabama, hasta el año pasado, cuando su banda consiguió un hit y comenzó a tocar en todo los Estados Unidos en lugar de sólo el sureste. GAH! ¿Puedes creer que ella está aquí? ¡En nuestra escuela! Supongo que si tenía que volver a la escuela secundaria nuestro pintoresco pueblito costero es preferible a algún lugar de Alabama. Pero aun así, no puedo creer esto.
Me quedé congelada, con sus palabras registradas en mi cerebro.
¿Taeyeon se encontraba aquí? ¿Cómo? La rockera de la que ella hablaba ya no existía. Pánico mezclado con incredulidad me apretaba el pecho y tuve que tomar una respiración profunda.
—¿Dónde? —Me las arreglé para preguntar, sabiendo que no podía ocultar la expresión desesperada en mi cara. Jessica sonrió y asintió con la cabeza hacia Siwon.
—Será mejor que quites esa cara de anonadada por la estrella. Aquí viene Tu Hombre.
Yo apenas lo miré y le tomé la mano. —Dime dónde está. Por favor, ahora. —Ensanchó mucho los ojos a mi demanda sin aliento repentino. Ella iba a pensar que me encontraba de nuevo loca.
—Eh, eh, bien por aquí en alguna parte. —dijo, en un tono de preocupación y miró a Siwon, forzando una sonrisa que no cumplía sus ojos llenos de preocupación.
—¿Sabías que Tiffany era una gran fan de Cold Soul? —Siwon me miró, pero yo no tenía tiempo para ocuparme de él en este momento. Necesitaba encontrar a Taeyeon.
—Me tengo que ir. Nos vemos más tarde. —dije a modo de explicación, mientras me dirigía a través de la multitud en una carrera. Luché contra la tentación de llamar su nombre en voz alta.
—Vas a conseguir volver a ese lugar mental si no te calmas. —dijo la voz suave de Taeyeon, bromeando en mi oído, y me di la vuelta. Ella, por supuesto, susurraba en mi oído, no en cualquier lugar cercano a mí.
—¿Dónde estás? —Susurré en voz baja. Oí una carcajada y me tiró a mirar hacia atrás, para ver una pareja de estudiantes de primer año besándose.
—La mesa de picnic. —dijo, simplemente. Me giré de nuevo y me dirigí a la puerta principal de la escuela. Ella me esperaba en el lugar que le había visto por primera vez. Empujé la puerta con ambas manos y me eché a correr.
Solo descansaba allí, justo como había estado el primer día que la había visto, me sonreía cuando llegué a la esquina. Dejé mis libros y me lancé a sus brazos abiertos. Un sollozo sacudió mi cuerpo. ¡Ella se encontraba aquí! Estuvo aquí. No podía hablar, así que seguí con mi rostro enterrado en su pecho, sollozando incontrolablemente. Quería mirar a sus ojos y darle un beso y preguntarle cómo, pero no era capaz de controlar el pozo de emoción abrumándome. Ella me llevó a su regazo y se sentó de nuevo en la parte superior de la mesa.
—¿Te alegras de verme? —Preguntó en mi oído. Su cálido aliento me hacía cosquillas en la oreja. Me reí en su pecho y asentí, todavía no me sentía segura de que pudiera hablar. —Hubiera llegado antes, pero no estaba seguro. Tuve que esperar hasta que... —Se calló y me retiré hacia atrás para mirar a su cara.
—¿Esperar qué? —Le pregunté, necesitando la seguridad de que no se iría. Taeyeon secó con el dedo las lágrimas de mi rostro húmedo e inclinó la barbilla para que yo pudiera mirar directamente a sus ojos, semejantes a joyas.
—Yo no podía regresar hasta que tú eligieras. Al parecer, si hacías el máximo sacrificio entonces mi regla rota seria enmendada. —Sacudí la cabeza, sin entender de qué sacrificio hablaba.
—¿Quieres decir que mi muerte? Hice eso voluntariamente la noche anterior. ¿Qué te tomó tanto tiempo? Hyoyeon vino a mi habitación y ella se encontraba tan confundida como yo.
Taeyeon me sonrió. —No, no es morir, aunque el sacrificio no fue tomado a la ligera. Sin embar
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