Amiga

Coleccionista de canciones
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Sabes que estás invadiendo cada sentimiento que hay dentro de mí,
robas descaradamente cosas que mi mente no quiere decir.
 

Miré con cierta molestia la gran cantidad de papeles esparcidos sobre mi escritorio. Gruñí al recordar que tenía que revisarlos todos y hacer un reporte.

Este sin duda es el aspecto negativo de ser la jefa del departamento de finanzas de la empresa. Es en los días previos a las juntas de consejo en que entro en una crisis de estrés, porque, preparar el reporte de los movimientos financieros roba varias tardes y noches de mi valioso tiempo.

Por otra parte, ser la jefa del departamento me brinda numerosas ventajas, entre ellas: recibir un cheque cada quincena con una cantidad con abundantes ceros. Y es con salarios como ese que puedo pagar el automóvil de lujo, mi elegante residencia y actualizar cada mes mi extenso guardarropa.

Abandoné mis distracciones al observar la hora en el reloj y volví a la lectura de los importantes documentos. Tendría apenas unos 3 minutos leyendo cuando el sonido del teléfono llenó mi oficina.

-Diga-dije fríamente a mi secretaria. Sé que me tiene un poco de miedo…quizá debería considerar un aumento para ella.

-Perdone la interrupción, señorita Jung. La señorita Hwang desea verla-informó la mujer, su voz sonaba tensa a través de la bocina.

-Puede pasar-accedí tras pensarlo unos segundos.

-De acuerdo-tras esas palabras colgó.

Suspiré derrotada. Las visitas de Tiffany en horario de trabajo siempre son largas, lo cual significa que tendré que aplazar el reporte una vez más. Aunque podría haberme negado a verla… ¿Por qué no lo hice?

La respuesta llegó a mí en el justo momento en que ella pasó por la puerta. Tan solo bastó con ver su brillante sonrisa para que mi corazón latiese muy acelerado.

-¿Qué se te ofrece?-le pregunté poniéndome de pie tratando de dejar de verla pero sin lograrlo. Mis ojos estaban atraídos como un imán a su figura, hacía ya un buen tiempo desde que Tiffany lograba ese efecto en mi persona.

No respondió verbalmente pero el brilló en su hermosa mirada me comunicó su felicidad. Corrió a mi lado y me atrapó en sus brazos. El aliento me abandonó, y las palabras volvieron a mis labios tan solo cuando rompió el abrazo.

¿Por qué mi cuerpo se volvió tan receptivo a cualquiera de sus contactos físicos conmigo?

-¿Por qué tan feliz, Fany?-cuestioné evitando mirarla directamente.

-No vas a creerlo, Jessi-dijo con entusiasmo-Donghae me invitó a salir.

-¿Eh… te invitó  a salir a la calle? ¿Y por eso estás tan alegre?-pregunté escépticamente.

-Salir a la calle-repitió mis palabras y después se río-Oh my gosh, Jessi! ¡Qué cosas dices! Por supuesto que no me invitó a salir a la calle y tampoco a pasear a su mascota. Me invitó a una cita con él, en plan romántico-explicó rápidamente. Un adorable defecto suyo: hablar aceleradamente por la emoción.

-Ah…que interesante-articulé con dificultad-Pero según yo no estabas interesada en los hombres.

-Soy bi, Jessi. Me gusta la vainilla y también el chocolate, a diferencia de ti que amas la vainilla-dijo con un guiño.

-Pero tú habías dicho que esperabas que cierta chica se fijase en ti.

-Sé lo que dije. Pero esa cobarde jamás será lo suficientemente audaz para admitir que está loca por mí. Me cansé de esperar-había enojo y dolor en su timbre de voz.-En fin, necesito que limpies tu agenda de mañana para que vayamos de shopping, tengo que comprar el vestido correcto para mi cita-su tono se transformó radicalmente. Ir de compras siempre la pone de buen humor.

-Tengo que hacer el reporte para la próxima junt…

-Mañana es nuestro día de descanso-argumentó la castaña tomándome de las manos-¡Por favor, Jessica Jung!-imploró haciendo un puchero.

Miré sus tentadores labios. Tragué la saliva que estaba en mi boca para reprimir la loca idea que había cruzado mi mente. Esta más que claro que no puedo besar a mi amiga solo porque mis hormonas decidieron revivir sus días de adolescencia.

-¿Qué dices, Jessi?-preguntó para después volver a su puchero.

-Está bien-accedí a su petición sin muchos ánimos.

-Nos vemos después. Bye, Jessi-se despidió con un rápido beso en mi mejilla y salió de mi oficina.

Enseguida llevé mi mano derecha a la mejilla que acaba de besar. Agité la cabeza para tratar de abandonar las conjeturas que estaban presentes en mi cerebro desde hacía un tiempo pero que no las conducía hacia una resolución porque temía el resultado.

Tomé el documento que estaba leyendo antes de su visita y comencé a releer. “Donghae me invitó a salir”. El eco de sus palabras resonó en mi cabeza.

-¿Qué rayos tiene ese fulano que todas las heterouales están enamoradas de él?-pregunté a nadie en particular dejando caer el papel en el escritorio con frustración.

-Es un varón de mediana edad. Estatura promedio, cuerpo promedio. Mediana  inteligencia. ¡Y es feo!-exclamé para después cruzarme de brazos.

 

-No estás siendo sincera contigo misma-escuché a mi propia voz decir esas palabras pero con un tono dulce, empalagoso. Giré el rostro a la derecha y vi una pequeña versión de mí misma disfrazada de ángel.

-¡Oh no! Otra de mis alucinaciones-golpeé mi rostro para tratar de borrar la imagen del ángel pero no lo conseguí.

-En realidad estás dormida, así que te aconsejo disfrutes tu plática con tu consciencia-dijo el ángel saltando de mi hombro al escritorio.-Retomando el punto. No estabas dando una opinión sincera de Donghae. En tu interior sabes que el chico es guapo.

-Tal vez no tenga un cuerpo tan promedio, quizá no tenga facciones tan feas y a lo mejor es un poquitín inteligente-le dije al ángel que tenía mi hermoso rostro. Debería considerar vestirme así para el próximo Halloween, ella luce encantadora.

La angelical Jessica me regaló una de mis famosas miradas de hielo.

-¡Incluso tú miras así!-aplaudí extasiada.

-¡Ese no es el punto!-gritó el ángel-Di la verdad-ordenó molesta.

-Bueno el tipo es guapo. Tiene músculos y es bueno en su trabajo. Y saluda a todo el mundo en las mañanas,  pero sin lugar a dudas mi personalidad es mucho mejor-dije con autosuficiencia.

-Sí, nosotras somos mejores-accedió la mini-Jessica que tenía alas con una sonrisa brillante.

-¿Si ya se terminó mi dilema existencial porque no he despertado todavía?-pregunté extrañada. Regularmente mis alucinaciones duraban poco tiempo.

-Porque aún queda el asunto más importante-respondió una voz seductora y peligrosa a mi izquierda. Moví la cabeza y encontré a una mini-Jessica con un cortísimo vestido rojo, zapatillas, cuernos rojos y un trinche-¿Qué harás al respecto?-preguntó saltando al igual que el ángel y se situó a su lado en el escritorio.

-¿Hacer? ¿Referente a?-inquirí mirando como iniciaban su pelea de manotazos. Creo que sería mejor vestirme como devil-Jess para Halloween.

-No deberías vestir tan provocativamente-le dijo mi versión angelical a la demoniaca.

-Y tú no deberías ser tan recatada. Tenemos una piernas de infarto, presúmelas-contraatacó la rubia en vestido rojo-Por cierto, Jessica, que bueno que aumentaste tus horas de ejercicio a la semana. Está dando excelentes resultados.

-En eso concuerdo contigo-dijo mi yo angelical levantándose la túnica blanca hasta las rodillas-Bueno. Dejemos de alabarnos porque jamás terminaríamos, aunque no es nuestra culpa ser tan bellas-devil-Jess y yo asentimos con una sonrisa de orgullo-Sabemos que te molesta el que Tiffany tenga una cita con Lee Donghae y que probablemente inicie una relación sentimental con él.

-No me molesta. Tiffany puede hacer de su vida lo que quiera-murmuré con terquedad.

-No intentes engañarte a ti misma-dijo la mini-Jessica con cuernos-Las 3 sabemos que sientes algo más que una amistad por Tiffany. Yo te dije que no cruzaras la delgada línea de la amistad y el amor pero tú tontamente lo hiciste, ahora paga las consecuencias.

-Eres muy dura conmigo-simulé limpiar unas lágrimas de mi rostro-Apóyame, angelical Jessica.

-Tiene toda la razón. Es tu culpa-le dio su apoyo a la otra mitad de mi consciencia. ¡Malagradecida!

-No es mi culpa-alegué-No es mi culpa que Tiffany sea tan bonita, tan amable y dulce conmigo. No es mi culpa el haberme enamorado.

-Al menos ya acepta que se enamoró-susurró la de atuendo blanco a su contraparte.-Bueno, ahora debes dejar que Tiffany haga su vida. Tú seguirás siendo su amiga incondicional y…

-¿Estás loca?-interrumpió devil-Jess-Olvida lo que ella dijo-apuntó a la rubia de blanco-Tienes que luchar, pelea por lo que es tuyo. Una Jung jamás se da por vencida.

-No sé cómo hacerlo…

-Es sencillo. Despídelo-dijo agitando su trinche-Tú eres su jefa inmediata. Si lo corres del trabajo, ya no podrán verse tan seguido.

-Me gusta como piensas…

-No, Jessica. No es bueno mezclar lo personal con lo laboral-el ángel agitó las alas para llamar mi atención-Si vas a luchar por Tiffany hazlo de manera leal y honesta-Tras sus palabras, sus siluetas comenzaron a ser borrosas.

-¿A dónde van? ¡Necesito que me ayuden!-supliqué desesperada.

-Lo haríamos con gusto pero estás a punto de despertar, creo que suena tu teléfono-respondió el demonio con una sonrisa de burla.

 

Parpadeé en repetidas ocasiones y no vi ni al ángel ni al demonio. Estaba completamente despierta. En efecto, el teléfono no dejaba de sonar.

Levanté la bocina con demasiado enojo. Respiré furiosa contra el aparato.

-Señorita Jung…Yo…Ya es tarde y quería saber si ya me puedo ir-escuché la voz nerviosa de mi secretaria. Busqué mi celular y vi la hora. Rayos, había dormido toda la tarde-Señorita Jung…

-Puedes irte-dije pasándome una mano por el cabello.

-Gracias…Hasta luego-tras eso colgó.

¿No pudo esperarse unos minutos más para que mis consciencias me dieran un buen consejo? Rápidamente deseché la idea de su aumento de sueldo.

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-¡Este mini es fenomenal!-gritó mi castaña amiga al ver un vestido rosa.

-Has dicho lo mismo sobre 7 vestidos-dije suspirando del cansancio. Llevamos prácticamente medio día de compras y aun no se decidía por ninguna prenda. Me miré en un espejo y reparé en las ojeras que tenía, el resultado de una noche sin sueño por terminar mi reporte para poder salir de compras hoy.

-Estamos en una tienda de Vera Wang. Es obvio que todos son fenomenales.

-Lo que digas-accedí caminando hacia el área de los vestidores. Me senté en el cómodo sillón a esperar a que se probara cada vestido.

Una a una modeló cada pieza que había elegido. No podría decir con que vestido se veía mejor porque Tiffany lucía preciosa en cada uno de ellos.

-¿Qué opinas de este?-me preguntó mientras se miraba en los espejos. El vestido negro se acomodaba perfectamente a sus curvas y mi quijada colgaba ligeramente. ¡Qué cintura, Dios! ¡Qué senos, Señor! ¡Qué derriére, por todos los cielos! 

-Te ves bien-respondí tratando de evitar gritarle lo fabulosa que se veía y las enormes ganas que sentía de ayudarle a quitarse el vestido. Y besarla, y tocarla, y…

-Lo mismo dijiste de los anteriores-gracias al Señor que interrumpió mis sucios pensamientos.

-¡Es que en todos te ves demasiado hermosa! Serías una diosa griega incluso en unos jeans viejos y una camiseta deslavada-prácticamente le grité lo que no debía decirle. Soy una tonta. Sé muy bien que no debía decírselo pero mis labios no pudieron frenar el impulso.

Tiffany sonrió por mis palabras. Sus ojos se cerraron en esas medias lunas que enternecen mi ser.

-¿De verdad piensas que soy una diosa griega?-cuest

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#1
Chapter 6: Esta es una buena miedo.