Día 6.008
CADA DIAA la mañana siguiente, voy al ordenador en cuanto me levanto, pero no tengo ningún mensaje de Tiffany. Le envío otra disculpa. Y le doy las gracias por el día que pasamos ayer. A veces, cuando le das a «Enviar», imaginas que el correo electrónico le llega directamente al corazón a la otra persona. Pero, en otras ocasiones — como ahora—, da la sensación de que las palabras se precipitan a un pozo.
Entro en las redes sociales en busca de algo más. Veo que Jongin y Kyungsoo aún siguen juntos —es una buena señal—. La página de Krystal solo la pueden visitar sus amigos. Vamos, que conseguí salvar la relación de los primeros y que es posible que la vida de la segunda también se salve. Me obligo a decirme que no está tan mal. Pero también está Suho. La cobertura periodística en torno a su persona continúa. El reverendo Poole consigue más y más testimonios cada día y las páginas de noticias bullen. Hasta el Onion se hace eco del caso con el siguiente titular:
«William Carlos Williams le suelta al reverendo: “fue el diablo quien me obligó a comerme la ciruela”». Si la gente inteligente está parodiando la situación, está claro que hay gente menos inteligente que se lo está creyendo. Pero no puedo hacer nada. Suho quiere pruebas, pero no sé si existe alguna. Lo único que tengo es mi palabra... pero ¿qué tipo de prueba es esa?
Hoy soy un chico llamado Taemin Tiene diabetes, así que, además de los problemas habituales, tengo otros añadidos. He sido diabético en un par de ocasiones. La primera vez fue una experiencia angustiosa. No porque la diabetes no pueda controlarse, sino porque tenía que confiar en las memorias repetitivas de aquel chico para saber qué tenía que hacer y cómo tenía que hacerlo. Al final, fingí que no me encontraba bien para que mi madre se quedara en casa y me ayudara a controlar mi salud. Creo que, a estas alturas, puedo encargarme sola; pero presto mucha atención a lo que me dice el cuerpo (mucha más de la habitual). Taemin está lleno de manías y rarezas que, probablemente, a él hayan dejado de parecerle tales. Es un fanático de los deportes. Juega en el equipo de fútbol del instituto pero, en realidad, lo que le gusta es el baloncesto. Tiene la cabeza llena de estadísticas, de acontecimientos y de tablas que puede extrapolar a miles de diferentes comparaciones y combinaciones. Además, su dormitorio es un santuario de The Beatles y, por lo visto, George es su favorito. No me cuesta nada pensar qué ponerme porque su armario está lleno de vaqueros y camisas. También hay gorras de béisbol —muchas más de las que nadie necesita en toda una vida—, pero imagino que no le dejan que las lleve al instituto.
En muchos aspectos, es un alivio ser un tío al que no le importa ir en el autobús del instituto, que tiene amigos que le están esperando cuando llega y que no tiene que lidiar con otro problema que no sea que sigue teniendo hambre a pesar de que ya ha desayunado.
Es un día normal e intento no pensar en lo demás. Pero después de la tercera hora de clase, antes de que empiece la cuarta, me veo arrastrado de golpe a lo que está pasando en mi vida porque... allí, en mitad del pasillo... ¡está Kim Jun-myeon!Al principio pienso que me he equivocado. Suho es muy normal y hay muchos chicos que se parecen a él. Pero, entonces, veo la manera en la que los demás alumnos se comportan con él, como si fuera un chiste con patas. Hace como que no oye las risitas, las risotadas y los comentarios sarcásticos... pero no puede disimular lo incómodo que se siente. Pienso: «Se lo merece. No tendría que haber contado nada. Tendría que haberlo dejado pasar». Y pienso: «Es culpa mía. Todo esto que le pasa es por lo que yo le hice». Accedo a los recuerdos de Taemin y descubro que en el colegio eran buenos amigos y que aún mantienen cierta amistad; así que tiene sentido que, cuando pasa a mi lado, le salude. Y que él me devuelva el saludo. A la hora de la comida, me siento con mis amigos. Uno de ellos me pregunta por el partido de anoche y le respondo vagamente al tiempo que accedo a los recuerdos. Por el rabillo del ojo, veo que Suho se sienta solo en una mesa. Come solo. No recuerdo que no tuviera amigos. Solo que era aburrido. Pero ahora no tie
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