Capítulo I: Vestido de novia

Un Te amo no es suficiente

Hola a todos n.n

Perdón por la demora u.u

Aquí está el primer capítulo de esta historia.

 

 

Disclaimer: La historia y los personajes de Boys Before Flowers no son míos, o habría hecho que Yi Jung y Ga Eul se besaran jajajaja…

Ok…aquí vamos n.n

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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CAPÍTULO I

 

 

 

VESTIDO DE NOVIA

 

 

 

Había partido – hacia exactamente nueve horas y media – desde la terminal cinco del Aeropuerto Internacional Estocolmo-Arlanda en  Suecia, lugar donde pasó los últimos cuatro años estudiando o recluido como a veces solía pensar. Respiró profundo tratando de sobrellevar la agitación que le provocaba regresar a casa. El tiempo gastado en ese bendito vuelo se tornaba cada vez más eterno y le urgía tocar suelo coreano.

Al principio del viaje durmió algunas horas, pero cuanto más cerca la hora de su arribo, le costaba concentrarse en el libro que leía. Plegó el grueso volumen y reposó la cabeza en la parte superior del asiento. Jun Pyo había enviado el avión privado de Shin Hwa y estaba agradecido con su amigo. De repente, oyó al capitán anunciando, a través de la bocina, que en pocos minutos aterrizarían. Por algún motivo desconocido, su corazón inició una frenética corrida, parecía como si fuese a salir de su pecho. Trasladó la mano derecha para moderar los fuertes latidos. Probablemente, estos se debían a la nostalgia que sentía por la ciudad, el idioma, sus amigos…por ella. Sin darse cuenta, una vez más, los recuerdos de Ga Eul se introdujeron en su mente y por más que intentó borrarlos, ahí estaban…persiguiéndolo. En la distancia aprendió a amarla más. No es que antes la amara menos, siempre tuvo en claro sus sentimientos. Los supo desde el instante en que decidió renunciar a ella…Por cobardía la dejó atrás.

Ga Eul era tan distinta a él. “Valiente”, una palabra que la definía a la perfección. La misma valentía con que lo enfrentó la noche en que quiso darle un “buen” consejo para su amiga. Sus hermosas facciones se contrajeron y lo regañaron porque – según ella – era innecesario. A partir de ahí, y sin proponérselo, se ganó su admiración. Era la primera vez que una mujer no caía ante los poderosos encantos de So Yi Jeong. Fue un breve encuentro que le marcó – de alguna manera – la vida. Con el paso de los meses se transformó en la incondicional. Esa que estuvo en sus momentos de autocompasión y lo sacó del fango donde quiso hundirse. Se convirtió en su ancla y le permitió continuar en la superficie.

Nunca olvidaría cuando le enseñó el letrero, otorgándole las armas para abandonar el doloroso pasado de un amor frustrado. Con aquel simple acto abría la oportunidad para ellos, sin embargo la rechazó…

Quería verla, pero…ella ¿sentiría lo mismo?... ¿lo habrá olvidado?...Seguramente. Entre los dos se originó una enorme brecha. Jamás poseyó el valor para alzar el puente que podría unirlos.

 

 

 

<< Cuatro años atrás…

Había ido a buscarla al trabajo, usando como excusa lo que ocurría entre Jan Di y Jun Pyo. En realidad, deseaba estar a solas con ella. Luego de que casi se besaran en su estudio, ella se alejó, quizás por vergüenza. Entonces, decidió dar el primer paso e ir a su encuentro.

El ambiente lucía tenso. Era muy poco lo que debían platicar de sus amigos. La charla iba careciendo de sentido. Con cierta reserva, empleó la palabra “nosotros” en una oración, lo que resultaba un importante logro para el Casanova del F4. Ga Eul se removió levemente en la silla. “No hay un nosotros, sunbae”, se dijo.

Salieron del local de comida rápida en el que estaban y subieron al automóvil de Yi Jeong. Permanecían en silencio. Silencio que era confortable, cuando las palabras no podían surgir.

Detuvo el auto cerca de Namsan y le abrió la portezuela. Emprendieron una larga y lenta caminata. El paseo, tan diferente a otras veces, tenía una inexplicable aura a despedida. De súbito, frenó su andar y volteó. La vería cara a cara y le diría las palabras que estaba guardando desde días atrás.

Vacilante, su nombre salió de sus labios, pero ella lo interrumpió…

—Me iré primero expresó resuelta, bajando la mirada. Como si en el suelo hubiera algo interesante para mirar . No es necesario que te sientas obligado conmigo…— ¿Obligado? Ella nunca fue una carga ni mucho menos una obligación. Ga Eul era…No tuvo tiempo de formular una respuesta —. Ahora, entiendo lo que sientes, sunbae Elevó la vista y, por escasos segundos, sus miradas se cruzaron . Así que no seguiré buscándote —concluyó con melancolía.

El semblante de Yi Jeong se mostró aturdido, aunque rápidamente recobró la serenidad que lo caracterizaba. 

Todo lo que decía resultaban puras mentiras. Las ideó para evitar continuar arrastrando su corazón ¿Qué caso tenía luchar por alguien que la consideraba la amiga de una amiga? Se rindió. Sentía que amarlo era absurdo y doloroso. Finalmente, desató las amarras que la unían a So Yi Jeong.

—Ga Eul yang…—susurró. Estaba sin aliento y las palabras quedaron a medio camino.

Cabizbaja, pronunció su último embuste…

—Mi profesora…No, quiero decir Eun Jae…—se corrigió —. Me dijo que se permitió entregar todo su corazón, y por ello no tenía arrepentimientos, ni malos recuerdos…Volvió a mirarlo —. Gracias por darme la oportunidad de intentarlo tanto como pude Suspiró. En aquel aire incontenido se fueron sus esperanzas —. Si Jan Di se comunica conmigo, te lo haré saber. — fue lo último que le diría antes de realizar una corta venia.

En los minutos siguientes, la observó bajar lentamente las escaleras. Se quedó paralizado. Poco a poco, la silueta de Ga Eul fue tornándose más distante. Desde ese día no tuvieron más contacto. Aun cuando esperó – ilusionado – verla la tarde que con Woo Bin fueron a la tienda de avena. En cuanto entró, los azabaches orbes recorrieron el reducido espacio, buscándola. No la encontró; estaba en un viaje familiar. Se conformó con comunicarle a Jan Di que Jun Pyo había abandonado el hospital, después de su terrible accidente.

Las semanas pasaron sin que hiciera el mínimo intento por ir a buscarla. Acató su decisión.

Cuando llegó el día que partiría a Suecia, todos fueron a despedirlo…menos Ga Eul. Nuevamente se decepcionó. Delante de sus amigos fingió una falsa sonrisa. Uno a uno le desearon suerte y no faltaron las bromas por parte de Woo Bin.

Había caminado unos metros, cuando escuchó a Jan Di hablarle. Esta se acercó a Yi Jeong y lo abrazó. Correspondió a su gesto con alegría. La extrañaría. Al comienzo juzgó imprudente la proximidad de ella y Jun Pyo, sin embargo, esa chica tosca y testaruda resultó una bendición en la vida del líder F4 e indirectamente en la suya. Gracias a Jan Di, conoció a Ga Eul…

Le sonrió con franqueza asegurándole que estaría bien.

Jan Di abrió su bolso y sacó un sobre blanco. Se lo entregó. De fondo se podían oír los alaridos de protesta del celoso Gu Jun Pyo.

La miró desconcertado, de inmediato Jan Di explicó:

—Es de Ga Eul.

Bastó que pronunciara aquel nombre para que comprendiera. Guardó el sobre en el bolsillo interno de la azulada chaqueta que traía puesta. A continuación, se dirigió a la puerta de embarque. Había reservado un pasaje en un vuelo comercial. Jun Pyo quiso convencerlo de lo contrario. Se rehusó.

Acomodado en su asiento de primera clase y después de que el capitán despegara el avión, extrajo la carta. Rasgó cuidadosamente, uno de los lados, previniendo que se rompiera la hoja. Escaneó cada una de las oraciones escritas en ella, mientras sus manos temblaban. Un impetuoso deseo de gritarle al piloto que regresara a Seul se apoderó de él.

La impecable caligrafía contenía una firme resolución…

 

 

 

 

                                                                                       

 

 

                                                                                          Yi Jeong sunbae:

Seguramente en estos momentos estarás rumbo a Suecia y resulta tan difícil ver cómo te alejas de todos…de mí.

Sé muy bien que no debo sentirme así, pero duele.

No creas que pediré una oportunidad, porque estoy decidida a mantener lo que prometí en Namsan.  Sólo quiero que no te sientas culpable por no corresponderme. Siempre supe que eras un imposible, mas de terca no lo acepté.

Perdona por no ir a despedirte al aeropuerto, pero pienso que es lo mejor para ambos.

Te prometo que estaré bien, por ello tú también tienes que estarlo, ¿entendido?

Deseo que te conviertas en el mejor alfarero y cuando regreses, si es que algún dia lo haces, en mi encontrarás a una amiga…

Ga Eul.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sus ojos se anegaron de lágrimas, algunas escaparon irremediablemente. De inmediato las limpió. La realidad lo golpeó. Era el final de algo que nunca empezó…

De modo absurdo acordó, consigo mismo, evitar cualquier trato con Ga Eul. Aun si esto significaba estar fuera de Corea por tanto tiempo. Disipó – o eso supuso – toda sospecha de sus sentimientos por ella ante el F4.

En los años que vivió en Suecia se abocó a la sanación de la mano y acrecentar su prestigio como alfarero. Recibió grandes reconocimientos y también viajó a diversos países de América a fin de exponer sus obras. En cuanto a relaciones amorosas, estas se hicieron escasas. No es que se volviera un monje, sino que prefería la soledad. >>

 

 

 

 

 

 

El avión aterrizó sin problemas y, diez minutos después, salió del aeropuerto de Incheon arrastrando una pequeña maleta negra. Tres hombreas trajeados se le acercaron y realizaron una respetuosa reverencia. Reconoció a uno de ellos, se trataba del secretario de su abuelo, el señor Oh.

—Su abuelo le hace llegar esto. —dijo el secretario, extendiendo un hermoso llavero.

Unos metros atrás –del vehículo de la familia So– divisó un Bugatti Veyron. Era negro; la zona baja y el disco de la rueda estaban pintados de naranja brillante.

Yi Jeong sonrió complacido.

—Por favor, lleven las maletas a casa. Las demás están en revisión. — El señor Oh agarró la valija que Yi Jeong traía consigo y le hizo señas a los guardaespaldas que recogieran el resto del equipaje. Orden que cumplieron inmediatamente. 

Estaba a punto de marcharse cuando se detuvo y dijo:

—Señor Oh, agradezca a mi abuelo el regalo. — El hombre asintió en silencio. 

Instantes después subía al auto. Sus amigos le habían dicho que lo esperarían en el salón F4.

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                          ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._

 

 

 

En el salón F4, Ji Hoo y Wo Bin charlaban tranquilamente. De pronto, una conocida figura hizo su aparición. Una enorme sonrisa se gestó en ellos, por fin todos estaban juntos otra vez.

— ¡Yi Jeong ah! Es bueno que regresaras. Creí que nos abandonarías para siempre. —le reprochó Woo Bin, mientras lo abrazaba.

Ji Hoo lo saludó con un leve cabeceo.

—Y dejarte toda la diversión a ti. —respondió en tono travieso Yi Jeong y preguntó—: Jun Pyo ¿dónde está?

— ¿Adivina? —dijo Ji Hoo.

— ¿Con Jan Di? — Sus amigos asintieron —. Aish…Han pasado más de cuatro años y ese mocoso sigue tras ella como un colegial. Aun sabiendo que su amigo llegaba hoy al país no se tomó la molestia de recibirlo.

Le parecía gracioso el excesivo cuidado de Jun Pyo por su novia.

—Lo más sorprendente es que Jan Di todavía quiera estar con él. —alegó Wo Bin, produciéndose una sonora carcajada entre ellos.

Resultaba admirable la durabilidad de su relación. Ambos eran tan volátiles y cualquiera hubiera supuesto que no durarían; sin embargo, contra todo pronóstico, continuaban juntos.  Tuvieron que luchar demasiado – la oposición de la  presidenta Kang, la casi boda con Jae Kyung y la pérdida de memoria de Jun Pyo – demostrando que su amor lo superaba todo. Incluso los tres años y medios que él estuvo en Estados Unidos por sus estudios.

Gu Jun Pyo había vuelto hacia unos tres meses y lo primero que hizo fue buscar a Jan Di. Aquel atardecer, a orillas de la playa, el altivo líder F4 le propuso matrimonio a la chica que lo enamoró. Jan Di aceptó. Con sus acostumbradas bromas, Ji Hoo y Woo Bin aparecieron para romper la romántica escena.

En esos instantes, los teléfonos de los miembros del F4 sonaron. Era un mensaje simultáneo de Jun Pyo, les pedía reunirse con él.  Sin demora, salieron del salón y abordaron sus respectivos vehículos. Cuando llegaron al lugar en cuestión se sorprendieron ampliamente.

Desconcertados, ingresaron.

— Gu Jun Pyo, ¿qué sucede? —preguntó Ji Hoo, viendo como el susodicho se paseaba, nervioso, de un lado a otro.

Al verlos, Jun Pyo se sintió más aliviado.

— ¿Qué estamos haciendo en una tienda de novias? —exigió Woo Bin, observando la gran cantidad de hermosos vestidos que adornaban los escaparates en los distintos maniquíes.

— ¡Aish, déjense de tanta pregunta! —se quejó Jun Pyo.

—Nos haces correr hacia aquí y luego te enfadas…— y antes que Yi Jeong dijera algo más, Jun Pyo lo interrumpió.

—Bueno…necesitamos sus valiosos consejos — Los tres jóvenes se miraron unos a otros —. Después de todo, ustedes dos siempre salen con modelos…—señaló a Yi Jeong y Woo Bin— y Ji Hoo fue dejado por una. — Sí pretendía darse a entender, fracasó rotundamente.

—Gu Jun Pyo, ¿golpeaste tu cabeza y por eso te has vuelto más idiota? —dijo Woo Bin, mientras giraba el dedo índice de su mano derecha en torno a su sien.

— ¡Yah, Song Woo Bin! ¡¿Quieres morir?! —bramó a viva voz el líder F4.

—¡Podrían dejar de hacer tanto escándalo! Incomodarán a los clientes con sus tonterías. —los regañó Jan Di, quien había salido de una habitación cercana al extrañarle el retraso de Jun Pyo. Pero, se detuvo en seco cuando distinguió al elegante e imponente So Yi Jeong. De inmediato se aproximó hacia él y lo estrechó en un cálido abrazo.

— ¡Felicitaciones por su boda, Jan Di! Eres muy valiente al casarte con Gu Jun Pyo. —comentó sonriendo el alfarero.

—Nosotros…no somos los que nos…casaremos, sunbae. —murmuró apenada Jan Di.

Yi Jeong se confundió todavía más. Miró a Ji Hoo y luego a Woo Bin buscando una explicación, pero ninguno parecía dispuesto a concedérsela. Por su parte, Jan Di reía nerviosamente y Jun Pyo actuaba de manera despreocupada.

En medio de toda aquella confusión, una empleada dijo:

—Disculpen, pueden pasar a ver a la novia. — e hizo un ademán para que ingresaran a la sala de espera.

Los cinco se adentraron en una espaciosa y bien decorada habitación. En una pequeña tarima, vislumbró a la mujer que constantemente invadía sus pensamientos. La angelical sonrisa que se delineaba en aquellos labios rosas – que alguna vez intentara probar – lo desarmó por completo…Lucía tan bella.

Ga Eul llevaba un delicado vestido de corte A – este se abría desde la cintura hacia abajo en un cola estilo barrido – y cuello de strapless; en la parte del torso, un corsé bordado de diminutas flores con finos hilos de oro. Alisó la falda esperando la opinión de Jan Di.

En los segundos siguientes, todo a su alrededor empezó a girar vertiginosamente y sintieron que estaban soñando. La confianza que tuvieran se había desvanecido y los viejos fantasmas se tornaron demasiado reales…a tan sólo unos pasos de ser palpables.

Y como una conocida melodía, Ga Eul pronunció tres palabras: “Yi Jeong sunbae…”. Un rumor aterciopelado y familiar, eso era lo que pensó Yi Jeong. Pero, la imagen de ella con aquel blanco vestido, era sofocante…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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 Una cosa más, los diálogos en Namsan fueron extraídos de YouTube

Como siempre les digo, sus reviews son bienvenidos. 

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Gracias soeul83

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Comments

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Jacqueline30
#1
hola <33 me he suscrito
awesome-raji #2
Chapter 2: Gaeul is going to marry? To whom? ? Plz update soon!!!!!
Love this fic!!!!!!! Thank u for the update
ilovesa #3
Chapter 1: I love this couple, but I don't understand with the languange you use, hehe