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Beso de murciélago (taeny)

Cuando tiffany logró organizar a los invitados y consiguió que todos abandonaran su casa, taeyeon miró a su alrededor en busca de los numerosos coches en los cuales, supuestamente, irían hacia Helthon. Pero, curiosamente, allí solo había un coche y, teniendo en cuenta que era el vehículo del dueño de Golpes y Sangre, taeyeon desechó la opción de ocupar uno de sus asientos.
 

—Bien. —Tiffany respiró hondo—. Katie e Isabelle me han dicho que irán con Evan en su coche, así que quedan dos asientos libres. ¿Queréis ir con ellos, hyuna, Finth? —preguntó, señalando a los dos amigos de la Sister de taeyeon.
 

Ellos asintieron gustosos y se dirigieron hacia el coche siguiendo al grandullón. Taeyeon agradeció perder de vista aquellos puños y sintió una calma profunda que invadía su cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. La chica del pelo rosa y las horripilantes gemelas ya no parecían tan malas opciones en comparación con «aquello» que acababa de marcharse.
 

— ¿Y cómo vamos los demás? —le preguntó a tiffany.
— ¡En mi superfurgoneta! —respondió leo, mientras terminaba de liarse el décimo porro (aproximadamente) de la noche
.
— ¿Tu Super… qué? —taeyeon miró de reojo el garaje abierto de la casa de los Hwang. Entonces lo entendió todo, y el mundo pareció derrumbarse bajo sus pies.
Mientras todos caminaban directos hacia una furgoneta maltrecha y con un aire hippie, pintarrajeada de grafitis, taeyeon permaneció quieta en el césped de la entrada, pálida como la luna que se alzaba sobre ellos.
Tiffany le tiró de la manga de la chaqueta.

 

—Venga, vamos, ¿a qué esperas?
—No pienso montar en ese estercolero con ruedas.
—taeyeon, la superfurgoneta de leo no es un estercolero —le reprochó tiffany.
— ¡Pero seremos como inmigrantes, todos amontonados atrás! —clamó ella—. Y, además, ¡ni siquiera es legal!
— ¿Qué importa que sea legal o no?
—Verás, he trazado ciertos planes respecto a mi futuro y, como espero puedas comprender, el hecho de que la policía me encuentre en la parte trasera de una furgoneta ilegal junto a un montón de personajes estrafalarios, y siendo conducida por un Mendigo que va fumándose un porro, no es lo más aconsejable para que mis magníficos planes acaben cumpliéndose.

 

Tiffany cerró los ojos con fuerza y se armó de paciencia. Después, sabiendo que ya todos se habían acomodado en los dos banquitos que había colocado leo en los extremos de la superfurgoneta, miró a taeyeon casi a punto de llorar.
 

— ¿No puedes olvidar quién eres solo una maldita noche?, ¿no puedes comportarte como una chica de dieciocho años normal y corriente?
—No —contestó ella, sin un ápice de compasión
.
— ¡taeyeon, por favor, esta noche pretendo divertirme! No me apetece seguir siendo tu niñera.
—Es que no lo eres.
— ¡Ya lo creo que sí! —Le miró suplicante—. Te lo ruego, taeyeon…
El rostro de la inglesa se tornó pensativo un instante. Después, sorprendentemente, asintió en silencio y caminó junto a tiffany hacia la furgoneta que, probablemente, provocaría el fin de su existencia.

Los ojos de tiffany le habían mirado de un modo tan desgarrador que casi había llegado a sentir cierta compasión hacia ella. Sacudió la cabeza, alejando esos desagradables pensamientos que provocaban que se sintiera ligeramente culpable.

 

Al llegar a la puerta trasera de la superfurgoneta de leo, advirtieron que no quedaban sitios libres. A decir verdad, Amy ya estaba sentada sobre Yoona a falta de espacio.
 

—Siéntate tú encima de tu hermana —le pidió tiffany a una de las gemelas.
Quedó un hueco libre. Taeyeon, sin demasiados miramientos, se acomodó en él. Jessica, situada al fondo de la furgoneta, se giró hacia tiffany y agitó una mano en el aire, llamándola.
—Puedes sentarte aquí —le indicó, señalando sus piernas.

 

Taeyeon sintió que algo extraño comenzaba a bullir en su interior. Posiblemente, se trataba de una especie de rabia incomprensible. Así que, cuando vio que tiffany subía a la furgoneta dispuesta a sentarse sobre la idiota de jessica, la cogió de la cintura y tiró de ella hacia atrás, sentándola sobre sus rodillas.
 

—También puedes sentarte aquí —dijo, sin saber demasiado bien por qué narices acababa de hacer aquello—. Seguro que no pesas nada —añadió, intentando reparar el estropicio.
Tiffany no se movió. Y taeyeon descubrió que jessica apretaba la mandíbula en exceso, cabreada tras el resultado final. Yoona, con la chica del pelo rosa acomodada sobre ella, cerró la puerta trasera de la superfurgoneta, y leo se puso en marcha, adentrándose en la carretera principal de la urbanización directo hacia Helthon.

 

El Mendigo les deleitó con una música desconocida, una mezcla de rock y reggae, y todos los que se encontraban en la parte trasera de la furgoneta comenzaron a beber, a excepción de jessica y taeyeon. Esta último se animó un poco cuando tiffany le tendió una botella pequeña y sin abrir de cerveza.
Aquello no estaba bien. Ella no bebía. Pero recordaba que tiffany le había rogado que intentase comportarse como una chica normal de dieciocho años y supuso que, si todos allí se alcoholizaban, eso sería lo habitual y socialmente aceptado.

 

Casi podía escuchar el rechinar de los dientes de jessica a distancia. Le sonrió, mientras dirigía una mano escurridiza por la cintura de tiffany, medio abrazándola.
 

—Hay muchas curvas —le dijo. Y acto seguido fijó la vista en jessica, deseoso de ver cómo reaccionaba al respecto. Sus ojos destilaban una furia incontrolada.
 

A decir verdad, a taeyeon no le desagradó en exceso el hecho de llevar a tiffany sentada en sus piernas. Desde aquella posición (y gracias a los tirantes de la camiseta que cruzaban su espalda), podía admirar la piel que quedaba al descubierto. Tenía aspecto de ser bastante suave, y eso a él le agradaba. Respiró hondo, observando la curvatura de sus hombros y cómo su larga melena se agitaba frente a él al compás de sus movimientos. Olía a champú de frutas exóticas… olía bien.
 

— ¿Vas bien ahí? —le preguntó tiffany, volviéndose un poco.
—Sí, tranquila.

 

Tiffany se sentía nerviosa y cohibida. Si unas horas antes le hubieran dicho que terminaría sentada sobre la inglesa, no lo habría creído de ningún modo. Le temblaban ligeramente las piernas, pero intentaba disimularlo para que ella no notase lo mucho que todo aquello llegaba a afectarle. Sentía un extraño cosquilleo en el estómago, exactamente en el lugar donde taeyeon había decidido posar una de sus delicadas y suaves manos. Tomó una gran bocanada de aire y siguió hablando con Amy, intentando no advertir cómo taeyeon respiraba cerca —muy cerca— de su cuello, haciéndole cosquillas y produciéndole pequeños escalofríos.



Cuando llegaron hasta Helthon y tiffany se levantó de sus piernas, taeyeon notó la falta de calor y la siguió rápidamente. Mientras el resto bajaban de la furgoneta, sus miradas se cruzaron. Ella sonrió tras descubrir que tiffany tenía los mofletes rojizos y se sentía avergonzada. Le gustó aquel toque de inocencia.
 

— ¡Arrasemos en Butterfly! —Gritó leo, clamando al cielo—. Eh, mirad, ahí llega Evan con los demás.
«Evan… el gigante.» taeyeon observó temerosa cómo se acercaba el coche hacia ellos y aparcaba al lado. Antes de entrar en la discoteca, decidieron que tomarían unos cubatas fuera; leo les sirvió a todos un vaso. Taeyeon terminó cediendo ante un poco de Vodka rojo.
— ¡Menuda cuñadita que tengo! —exclamó leo, pellizcándole un moflete.
—Yo no soy tú cuñ… —comenzó a decir taeyeon, pero se calló inmediatamente en cuanto advirtió la amenazadora mirada de Evan, que agitó felizmente tanto a Golpes como a Sangre. Ambos eran igualmente aterradores. Taeyeon intentó sonreírle, pero no lo consiguió.

 

Por el contrario, tiffany optó por ignorar los comentarios de su hermano y prefirió aclararle personalmente a jessica que en realidad ellos no estaban saliendo. Esta respiró tranquila.
El Chico Arma se acercó y rellenó el vaso semivacío de taeyeon. Después la miró fijamente
.

 

— ¿Cómo va la noche?
—Bien, bastante bien —mintió taeyeon.

 

Tiffany se había alejado de ella y ahora charlaba con su grupo de amigos, a unos metros de distancia. Taeyeon intentó encontrar una buena excusa para huir de aquel psicópata, pero antes de que se le ocurriese nada él continuó hablando.
 

—Tiffany me ha comentado que eres muy inteligente —le informó.
—Ah, ¿sí? ¿De veras tiffany ha dicho eso de mí? —taeyeon le miró largamente. Abrigaba ciertas dudas al respecto—. Bueno, a mí me ha comentado que tú eras superdotado… o algo así.
El psicópata asintió con la cabeza y le dio un trago a su cubata.
—Yo entiendo que te sientas extraño en este ambiente —le dijo—, pero al final te acostumbras. No son mala gente —añadió, mientras ambos contemplaban cómo leo le arrancaba la antena a uno de los coches que había aparcado cerca.

 

Por alguna extraña razón, a taeyeon no le sorprendió que Yoona, la atracadora innata, le echase una mano entre risas.
 

—Ya, claro…
Intentó apartar la mirada de los ladrones y centrarse en cualquier otra cosa a su alrededor. Finalmente, volvió a mirar al Chico Arma.
—Oye, llevas los ojos pintados de negro —advirtió.
—En efecto.
— ¿Y puedo saber por qué?

El psicópata se encogió de hombros y después le sonrió.
—No sé, me gusta.
—A las chicas también.
—Lo sé. —Le observó con curiosidad—. Tú tienes demasiados prejuicios.

 

—No, tranquilo. —Taeyeon sacudió las manos—. Al principio pensé que tiffany me lo decía en broma, pero acabo de deducir que realmente eres el más normal de toda la tribu.
Él rio ante su comentario. Cuando taeyeon vio que el gigante se acercaba hacia ellos —acompañado por la Chica Cabeza Rapada—, desapareció rápidamente de allí y regresó al lado de tiffany, que estaba charlando con Nicole y hyuna.

 

—Es que me gusta muchísimo —decía Nicole, mientras fijaba sus ojos en leo—. Es tan… salvaje.
—Desde luego —afirmó taeyeon, convencida de ello al cien por cien.
—Y siempre me hace reír. —Nicole suspiró, enamorada—. ¿Crees que si le insinúo algo me rechazará?
—Lo dudo. En realidad puede que le gustes. —tiffany se encogió de hombros.
—Normalmente los chicos y chicas suelen caer ante nuestros encantos —la animó hyuna—; excepto algunos y algunas idiotas, claro —añadió, fulminando a taeyeon con la mirada.

 

Ella reprimió un escalofrío y casi se alegró cuando leo —todavía con la antena robada del coche en la mano— indicó que era hora de entrar en la discoteca. Todos se dirigieron hacia allí en tropel.
Las luces de Buterffly se veían desde lejos. Un cartel enorme se alzaba en lo alto de la discoteca con su nombre. En la entrada había una cola de gente esperando que los de seguridad les permitiesen pasar; ellos se colocaron al final.

 

—Creo que las únicas que aún no han cumplido los dieciocho son mi hermana y Amy —dijo leo. Parecía increíble que todavía pudiese hacer esos cálculos, teniendo en cuenta todo el alcohol que había ingerido—. Así que, taeyeon, coge a tiffany de la mano, y tú, Yoona, encárgate de Amy.



taeyeon accedió a enlazar sus dedos entre los de tiffany. Ella tenía la mano cálida. La joven rio tontamente ante la situación.
 

— ¿Aún tienes diecisiete?
—Sí, soy de las últimas del curso en cumplir los dieciocho. —Volvió a reírse.
— ¿Ya estás borracha? —le preguntó taeyeon, que en realidad empezaba a sentirse contenta aun en medio de la tribu (lo cual resultaba preocupante).
—No, claro que no… —contestó ella, y se desternilló de risa; por lo cual taeyeon supuso que acaba de mentirle.

 

Tiffany continuó riendo hasta que el hombre de seguridad les dejó pasar, junto con el resto (a pesar de protestar previamente por las pintas que llevaban algunos). Dentro de la discoteca el volumen de la música era ensordecedor. La gente bailaba como loca de un lado a otro, y había varias congas dispersas aquí y allá. Las luces intermitentes de colores aturdían a taeyeon, y le costó distinguir la barra que se alzaba al fondo del local. Se dirigió hacia ella, siguiendo a los demás y arrastrando a tiffany tras ella.
 

— ¡Yo quiero una cerveza! —gritó ella, cuando llegaron.
— ¿Piensas seguir bebiendo? —le preguntó taeyeon.
— ¿Y por qué no? —Contestó tiffany—. ¡Llevaba semanas sin salir! Pediré otra para ti.
Taeyeon iba a negarse, pero no tuvo tiempo para hacerlo. Una atractiva camarera les sirvió las dos cervezas, mientras el resto del grupo seguía pidiendo cubatas y cócteles. Taeyeon se alegró de que las gemelas feas acorralasen a jessica, haciéndole diversas preguntas sobre su famoso libro, y consiguiendo que ella no tuviese que enfrentarse a su contrincante.

 

— ¿Bailas?
Bajó la cabeza y encontró a tiffany. ¿Acababa de preguntarle si quería bailar? No estaba demasiado segura, así que le dio un trago largo a su cerveza y negó después con la cabeza, por si acaso.

 

— ¡Qué aburrida eres! —exclamó, antes de apartarse unos metros, junto con la chica del pelo rosa y sus amigas, y comenzar a bailar.
 

Taeyeon se sentó en uno de los taburetes de la barra, al lado del psicópata, y contempló cómo tiffany danzaba agitando las manos al compás de la melodía. Movía las caderas lentamente y las ondulaciones del cabello seguían aquellos movimientos como si se contagiasen por todo su cuerpo. Suspiró y le dio otro trago a su cerveza.
 

Instantes después, comenzó a descubrir que había una gran cantidad de chicos que, poco a poco, se iban acercando a ellas. Finalmente, uno de los jóvenes colocó las manos alrededor de la cintura de tiffany, y ella dejó caer los brazos sobre el cuello del chico. Los ojos mieles de taeyeon se convirtieron en dos diminutas rendijas. No entendía qué estaba ocurriendo, tampoco entendía por qué tiffany no apartaba a ese energúmeno de un brusco empujón.
 

«Bueno, si no lo hace ella, tendré que hacerlo yo; está claro que es por su bien. Se nota a la legua que solo pretende llevársela a la cama», pensó taeyeon, antes de bajar del taburete y acercarse a tiffany.
No supo demasiado bien de dónde sacó el valor cuando se interpuso entre ellos y abrazó a tiffany, pegando su cuerpo al suyo. El chico al cual acababa de apartar de un empujón le miró con cara de pocos amigos.

 

— ¿Qué cojones haces, tía? —le preguntó.
—Bailar con mi novia —respondió taeyeon.
Tiffany le miró con los ojos desorbitados y se echó a reír.
—Pero ¿qué dices, taeyeon? Tú no eres mí…

 

Pero no pudo decir nada más. Los labios de taeyeon presionaron los suyos. A tiffany le costó descubrir lo que realmente ocurría: taeyeon la estaba besando.
 

Sintió cómo los latidos de su corazón se disparaban y se volvían mucho más rápidos. La música de la discoteca quedó amortiguada, como si alguien hubiera bajado el volumen, y la sensación de los labios de taeyeon junto a los suyos se tornó más real.
 

taeyeon sujetaba con una mano su rostro, mientras la otra presionaba su espalda acercándola más hacia sí. Tiffany no supo por qué no lograba apartarse de su cuerpo y terminar con aquel beso. Quizá porque los labios de taeyeon eran cálidos y suaves; quizá porque toda ella olía tremendamente bien, a menta; quizá porque sencillamente había terminado por ser partícipe de ese beso cuando finalmente entreabrió sus labios y dejó que la lengua de taeyeon acariciase la suya…
 

tiffany tenía los ojos cerrados, pero gracias al ruido advirtió que la gente aplaudía a su alrededor. Fue en ese instante cuando taeyeon se separó de ella y desapareció de su vista internándose entre la multitud que atestaba la discoteca. Miró a su alrededor y descubrió que eran sus amigos los que aplaudían tras presenciar aquel beso.



leo se acercaron a su hermana, limpiándose una lagrimilla.
—Qué bonito —le dijo—. Me encanta taeyeon, creo que será la mejor cuñada del mundo.
La joven tragó saliva despacio. Todos la miraban. Incluso jessica, cuyo rostro estaba ahora rojo y repleto de ira. Se giró, buscando a taeyeon, y entonces recordó que acababa de desaparecer entre el gentío.

 

—Yo… —balbució, confundida—. Ahora vuelvo.
 

Y salió disparada de allí en la misma dirección por la que había visto partir a taeyeon. Se sentía extraña. Las luces la aturdían y mareaban. En realidad deseaba meterse en su cama y no pensar en lo que había ocurrido. Taeyeon acababa de besarla. Y, peor aún, ella había correspondido.
 

Se abrió paso a base de codazos, haciéndose un hueco. De pronto le agobiaba ver tanta gente a su alrededor. Supuso que taeyeon habría huido de la discoteca, así que se dirigió hacia la salida y, cuando abandonó el lugar, agradeció el frío de la noche y el brusco viento que le sacudió el cabello.
 

No le vio por ninguna parte. Se abrazó a sí misma y comenzó a caminar hacia el sitio donde habían aparcado la furgoneta de Marcus, fingiendo no escuchar los verdes comentarios que le dedicaban un grupo de chavales.
Distinguió su figura desde lejos. Taeyeon estaba apoyado en la furgoneta, con gesto pensativo, y tenía la mirada clavada en el cielo estrellado. El despeinado cabello rubio contrastaba con la oscuridad de la noche. Tiffany se acomodó a su lado sin decir nada y también fijó sus ojos en el manto oscuro que se extendía sobre sus cabezas.

 

«Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis…», comenzó a contar mentalmente las estrellas. Aquella noche había muchas, así que perdía la cuenta con facilidad y volvía a empezar.
Habían pasado cinco minutos cuando finalmente los dedos de taeyeon acariciaron los suyos, despacio, casi con miedo. Tiffany alzó la mirada y encontró sus ojos onices. Respiró hondo y notó cómo su estómago daba un vuelco inesperado.

 

Taeyeon quiso decirle algo, cualquier cosa. Pero no pudo. Se perdió en la inocencia de su rostro y dejó que el silencio de la noche les envolviese.
 

En realidad habría podido decir muchas cosas. Como, por ejemplo, reconocer que quizá, solo quizá, acababa de darse cuenta de que sentía algo por ella. Notó que le costaba respirar mientras esa idea divagaba por su mente y prefirió pensar en otra cosa. Se puso a contar las estrellas, sin saber que tiffany, a su lado, hacía exactamente lo mismo.
 

«… Cincuenta y tres, cincuenta y cuatro, cincuenta y cinco, cincuenta y seis, cincuenta y siete…» El tiempo corría rápido al compás de sus cálculos. Taeyeon casi había dejado de sentirse incómoda allí, junto a tiffany, cuando el resto de los amigos aparecieron calle abajo, indicándoles que era hora de volver a casa. Durante el regreso, tiffany se sentó de nuevo sobre las rodillas de taeyeon, que ahora temblaban incontroladas. Ella echó la cabeza hacia atrás y la apoyó en la chapa metálica de la furgoneta, evitando así que el aroma del cabello de tiffany lograse confundirle todavía más. Ni siquiera se movió conforme cada uno de los amigos se iba despidiendo de ellos cuando leo los dejaba en sus respectivas casas. Hicieron varias paradas, hasta que llegaron al hogar de los Hwang.
 

Los tres entraron en la casa, y antes de perderse en el interior de su habitación, leo les dio las buenas noches tras dirigirles una sonrisa pícara.
Taeyeon permaneció seria, frente a la puerta del cuarto de tiffany, mientras se miraban fijamente.

 

—Que descanses —le dijo tiffany.
Y cuando caminó hacia su cama se tambaleó ligeramente. Taeyeon intentó no reír, pero se acercó hasta ella para asegurarse de que no caería al suelo. Fue a destaparle la cama cuando advirtió que no estaba hecha. Frunció el entrecejo.

 

—Ni siquiera has hecho la cama —se quejó.
Tiffany se giró hacia ella.
—Oye, he estado muy ocupada con el cumpleaños de leo.
—Ya, pero…
— ¿No puedes cerrar la boca un rato y dejar de protestar? —preguntó. Después le miró y sonrió con ternura—. Ven.

 

Taeyeon dio un paso al frente, en silencio, situándose junto a ella. Cerró los ojos cuando tiffany la besó y dejó que le tumbase en la cama y le tapase, una vez ella consiguió quitarse los zapatos. Taeyeon permaneció muy quieta cuando los brazos de tiffany la abrazaron, y ella acomodó el rostro sobre el hueco entre su hombro y su propio rostro.
—Duerme conmigo —le susurró.

 

Y solo cuando tiffany cayó rendida en un profundo sueño, taeyeon alzó una mano y la pasó por su espalda, abrazándola también. Bostezó. Y se dijo que mañana sería otro día y que, seguramente, todo volvería a la normalidad.

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Comments

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LlamaAmerica #1
Chapter 31: Que como que así termina? Awwww quiero más!
De todos modos fue una hermosa historia *-* <3
LlamaAmerica #2
Chapter 29: Ayyy :(
LlamaAmerica #3
Chapter 28: No quiero que se vaya :(
LlamaAmerica #4
Chapter 27: Que bien Tae por fin! Jajaja
LlamaAmerica #5
Chapter 26: Jajajajaja esto están matado xD
LlamaAmerica #6
Chapter 25: Jajajaja que buen hermano el leo xD
LlamaAmerica #7
Chapter 24: Que desastre este!!! /:
LlamaAmerica #8
Chapter 23: Jajajajaja el papa? Wtf!! xD
LlamaAmerica #9
Chapter 22: Pero Tiff porque te pones así :(
LlamaAmerica #10
Chapter 21: Jajajajaja
Es que son una pareja tan dispareja xD